Universidad P. Comillas 62 Lectura orante de la Biblia LECTURA ORANTE DE LA OBRA DE LUCAS Hch 2,1-12 1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. 2De repente vino del cielo un ruido, semejante a un viento impetuoso, y llenó toda la casa donde se encontraban. 3Entonces aparecieron lenguas como de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. 4Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo los movía a expresarse. 5 Se hallaban por entonces en Jerusalén judíos piadosos venidos de todas las naciones de la tierra. 6Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron estupefactos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. 7Todos, atónitos y admirados, decían: –¿No son galileos todos los que hablan? 8Entonces ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua materna? 9Partos, medos, elamitas, y los que viven en Mesopotamia, Judea y Capadocia, el Ponto y Asia, 10 Frigia y Panfilia, Egipto y la parte de 11 Libia que limita con Cirene, los forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las grandezas de Dios. 12 Estaban todos estupefactos y perplejos, y comentaban: –¿Qué significa esto? 13 Otros, por el contrario, se burlaban y decían: –Están borrachos. CUANDO LEAS Intenta comprender lo que dice el texto. La explicación y estas breves notas tal vez puedan ayudarte. Recuerda, en primer lugar, que Hechos de los Apóstoles es la segunda parte de la obra lucana y que en ella el principal protagonista es el Espíritu Santo. Él es quien consolida la comunidad y dirige la misión. Fíjate en el escenario en el que tiene lugar la acción del pasaje: era el día de Pentecostés, una fiesta muy significativa para los judíos, y los discípulos estaban reunidos. Observa que el episodio narrado tiene dos partes: en una se describe la venida del Espíritu sobre los creyentes. El fuego y el viento son elementos que aparecen con frecuencia en el AT, y expresan una manifestación especial de Dios. La segunda parte de este episodio se centra en las consecuencias de la venida del Espíritu sobre la comunidad: la comunicación del mensaje de salvación a todos los pueblos, de modo que todos lo comprenden por encima de diferencias lingüísticas o culturales. Universidad P. Comillas 62 Lectura orante de la Biblia En Pentecostés comienza una nueva etapa de la acción salvadora de Dios hacia la humanidad, la etapa definitiva en la que no existen fronteras. El nuevo Israel, a quien el Espíritu ha hecho misionero, ha de llevar este mensaje hasta los confines del mundo. CUANDO MEDITES En este momento intenta descubrir el mensaje que encierra el pasaje que hemos leído para ti, desde las circunstancias concretas en las que te encuentras. Recuerda que el Espíritu continúa estando vivo y actuante igual que en los inicios del movimiento cristiano. Pueden ayudarte a reflexionar estas preguntas: - ¿Me siento identificada en algo con lo que sucedió el día de Pentecostés? - ¿Cuál es mi experiencia del Espíritu de Dios? ¿En qué momentos lo siento como fuerza en mi vida? ¿A qué me impulsa? - ¿Percibo la reacción que provoca en otros la presencia del Espíritu en mi vida? ¿Cómo? - ¿A qué me compromete la reflexión de hoy? CUANDO ORES Acepta, confiada, su presencia. Reconoce que todo lo puedes con él. Pide, confía, espera , acoge y contempla. ¡Ven, Espíritu Divino! 1. Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. 4. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. 2. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. 5. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. 3. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.