1 INSTITUTO DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS DE BUENOS AIRES La Política Económica de Martínez de Hoz De acuerdo a la bibliografía de la cátedra1, el Plan económico de Martínez de Hoz tuvo los siguientes objetivos: 1- La liquidación del modelo de industrialización por sustitución de importaciones 2- La construcción de una economía de mercado abierta. Sin embargo, los objetivos económicos era sobrepasados por la finalidad política, es decir, por el rediseño de una “nueva disciplina social” y de un “nuevo modelo de sociedad civil y política”. En efecto, desde la gestión de Pinedo en los años 30, la política económica estaba signada por la industrialización por sustitución de importaciones. Es decir, por un espacio de maniobra basado en precios relativos bajos (no sólo expresivos del valor de la moneda local) en comparación con las mercancías de importación, que tenían que tributar aranceles altos para ingresar al mercado local. Éste proteccionismo determinó el nacimiento de una industria ligada al mercado interno y una estructura de sociedad, con un proletariado moderno, activo y sindicalizado. El surgimiento, consolidación y éxito del Peronismo inicial, está ligado a esa estructura de protección-industria-proletariado. La conducción política del General Perón -con su ascendiente en el pueblo- es la un liderazgo carismático, articulado con las posibilidades que la reforma social y política abría, en esa moderna sociedad en proceso de industrialización. El sector cerradamente liberal2 -oligárquico o de clase media urbana– orgánicamente estructurado alrededor del modelo especulador o intermediario-agro exportador tradicionalno sólo no asimiló jamás los principios de la economía política proteccionista-industrialista, ni asumió como propia la defensa de la cultura nacional, sino que manifestó una cerrada oposición maniquea, ideológica y política, a la Argentina peronista. Así quedó detenida la consolidación de las transformaciones, a través de la alianza del sector trabajo, los nuevos sindicatos, los derechos sociales, la industria, el salario como elemento de negociación de clases y el fuerte contenido simbólico del peronismo, concentrado en el liderazgo de Perón y Eva. La imposibilidad de consolidar un régimen político sin Perón, es la constante desde el 55 al 72, cuando se produjo su espectacular retorno3. 1 LA POLÍTICA ECONÓMICA DE MARTÍNEZ DE HOZ, Jorge Schvarzer, Hyspamérica y TEORÍA Y PRÁCTICA DEL LIBERALISMO. POLÍTICA ANTIINFLACIONARIA Y APERTURA ECONÓMICA EN LA ARGENTINA, 1976-1981, Adolfo Canitrot, DESARROLLO ECONÓMICO, Rrevista de Ciencias Sociales, Marzo,1996. 2 Al que hay que distinguir de buena parte de los cuadros políticos del conservadurismo, que se volcaron al peronismo desde sus orígenes. 3 Al país y al poder, al unísono. 2 Para éste grupo desarraigado, que denominamos liberal-oligárquico o más tarde cuestionador-progresista, el Peronismo es la causa de todos los males: la economía inflacionaria, la transferencia de la renta agraria hacia la industria, el peligroso deslizamiento izquierdizante. Su símbolo periodístico, en aquellos años, fue la “Señora Gorda”. El Golpe de Estado de 1976 intentó -al menos en una tendencia dominante en el tándem Videla- Martínez de Hoz- reformular drásticamente ésa estructura básica. Un grupo radical-golpista fue el eje del asesoramiento de la “Reorganización Nacional”. Proporcionaría los cuadros de relevo para la operación en ciernes. Cabalgando sobre la crisis política y económica de la Presidencia de Isabel Perón, caracterizada por la inflación galopante, la carrera por el salario, el déficit fiscal, la cesación de pagos, el cierre del crédito externo, la violencia política y la inestabilidad gubernamental, el sector golpista visceralmente antiperonista encontró su oportunidad histórica. Dice Adolfo Canitrot que “la estrategia principal adoptada por la conducción económica para instaurar una economía de libre mercado fue la apertura del mercado interno a la competencia del exterior...mediante dos tipos de medidas: la reducción de los aranceles a la importación y el descenso del tipo de cambio de paridad de la moneda local con respecto a las extranjeras”. ¿En qué sentido puede decirse que fracasó o tuvo éxito la política económica de Martínez de Hoz? En un primer análisis podemos decir que la caída del salario, el endeudamiento externo y la caída de la industria de bienes de consumo no transables marca un avance en la dirección política del régimen militar. En un segundo análisis, la renovación de los equipos de capital desde la política aperturista favoreció -en la complementariedad- a las industrias abocadas a ésa producción. En tercer término, el crecimiento de un mercado de capitales eminentemente especulativo se transformó en una bomba de tiempo: la deuda externa. La política de Martínez de Hoz abrió las condiciones a través de las cuales, a lo largo de los años, se tornarían necesarios las reformas y los ajustes. Pero su avance en esa dirección fue rápidamente bloqueado por la estructura política de la Junta Militar, cuyo nivel de faccionalismo hizo imposible las necesarias transformaciones.