Boletín del Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid / Abril 2016 DONATIVO 1 € [nº 52] «El Señor ha resucitado, ¡Aleluya!». LA SEMANA SANTA en Comunidad vivida en la Pascua de Jóvenes, en la Pascua de familias y en la parroquia “Virgen del Camino”. Uso privado d Café con... Paco “el Marino” 2 EDITORIAL Jaime López Peñalba M adrid amanece, como cantaban en la Movida. Pero no amanece de la misma manera para todos, por lo que parece. Para algunos, solamente sale el sol. Amanece, pero es poco. Fantaseaba yo estos primeros días de Pascua con la idea de sustituir como saludo el “¡hola, buenos días!”, educado y cordial, con el Christus surrexit! Vere surrexit! (“¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!”). Por subir el nivel los próximos 50 días. Es broma: es por la curiosidad de ver las caras. ¿Os imagináis? Yo también tengo la manía de levantar compromisos para cada tiempo litúrgico: mis compromisos de Adviento, mis compromisos de Cuaresma... así hasta una buena pila de ellos. Al final, claro, me despisto en la carrera de vallas, porque antes o después me canso de correr y saltar, saltar y correr, cuando no me tropiezo con alguna y acabo enredado con mi autoimpuesto listón, con el orgullo herido de verme en el suelo, enfadado y frustrado de toparme con mis propios límites. Keep it simple, he pensado para esta Pascua 2016. Esta vez me voy a conformar con ver amanecer. Esta vez solo me pido a mí mismo lo que le pido al Señor: devuélveme la alegría de la salvación (Sal,50). Solo quiero luz y solo quiero alegría. Me lo han recordado las palabras del papa Francisco en la pasada Vigilia pascual: «Pedro, sin embargo, se levantó. No se quedó sentado a pensar, no se encerró en casa como los demás. No se dejó atrapar por la densa atmósfera de aquellos días, ni dominar por sus dudas; no se dejó hundir por los remordimientos, el miedo y las continuas habladurías que no llevan a nada. Buscó a Jesús, no a sí mismo. Prefirió la vía del encuentro y de la confianza y, tal como estaba, se levantó y corrió hacia el sepulcro, de dónde regresó admirándose de lo sucedido. Este fue el comienzo de la resurrección de Pedro, la resurrección de su corazón. Sin ceder a la tristeza o a la oscuridad, se abrió a la voz de la esperanza: dejó que la luz de Dios entrara en su corazón sin apagarla». Y como si mi hombre viejo necesitara una puntilla, sigue el Santo Padre: «Al igual que Pedro y las mujeres, tampoco nosotros encontraremos la vida si permanecemos tristes y sin esperanza y encerrados en nosotros mismos. Abramos en cambio al Señor nuestros sepulcros sellados –cada uno de nosotros los conoce–, para que Jesús entre y lo llene de vida; llevémosle las piedras del rencor y las losas del pasado, las rocas ppesadas de las debilidades y de las ccaídas. Él desea venir y tomarnos de la mano, para sacarnos de la angustia. PPero la primera piedra que debemos rremover esta noche es ésta: la falta dde esperanza que nos encierra en nnosotros mismos. Que el Señor nos lilibre de esta terrible trampa de ser ccristianos sin esperanza, que viven ccomo si el Señor no hubiera resucitado y nuestros problemas fueran el centro dde la vida». EDITORIAL Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid REDACCION Macarena Montes MAQUETACION Mercedes Fernández ILUSTRACIONES Juan Pablo Arenas DISEÑO Beatriz Rodríguez de los Ríos FOTOGRAFÍA Nacho Pereira y Cindy González COLABORADORES ESPECIALES Jaime López Peñalba, Inés Colón de Carvajal, Vicente Vida, Elena Navas, Paco Díaz Serrano, Alex Martín, Paloma González, Diana Platas, Luis Casarrubios, Inma Rausell, Alberto Fransuá IMPRIME Reproconsulting, S.L. Este número se puede descargar en formato pdf en www.cursillosmadrid.org 3 TESTIMONIOS PASCUAS 2016 ¡ CELEBRAMOS LA PASCUA EN COMUNIDAD! Cuando los ecos de la Cuaresma y de la Semana Santa recién concluida ya forman parte de nuestro acervo espiritual, la luz esplendente del cirio Pascual ilumina todavía con fuerza nuestros corazones restaurados y gozosos. He aquí algunos testimonios personales de cómo la Comunidad de Cursillos de Madrid ha vivido esta experiencia insondable y vivificante que constituye el Triduo Pascual. Desde nuestra parroquia, desde la Pascua de jóvenes o en familia… toda la comunidad de cursillos hemos proclamado al unísono: “El Señor ha resucitado, ¡Aleluya!” . PASCUA DE JÓVENES 2016 Inés Colón de Carvajal E sta era la tercera Pascua que vivía junto a los jóvenes de cursillos y como siempre el Señor tenía algo nuevo que decirme. En la primera pascua aprendí a abrazar la cruz y a entender, y vivir, la pasión de Cristo junto a Él; en la segunda el Señor resucitó en mi vida y en esta tercera todo cambió. Primero de todo termine de darme cuenta de que el Señor me quiere en este movimiento, disfrutando y aprendiendo cada día de mi labor como “dirigente”. Y a base de disfrutar y sentir su AMOR en cada persona, en cada celebración y en cada minuto de esta pascua, lo único que podía hacer era abandonarme a ÉL. Dejar mi autosuficiencia a un lado y con ello entregarle, no solo mis cruces sino mi vida. Contar con El para todo y entregarle todas mis ilusiones, preocupaciones, proyectos, dudas… por pequeñas y mundanas que a mí me puedan parecer. Vuelvo a casa feliz de haber vivido una pascua más acompañando al Señor junto a mi novio y mi comunidad que tanto bien me hace y tanto me ayuda a acercarme a Dios. Han sido cuatro días increíbles que no son más que un empujón para seguir viviendo mi vida con la certeza de que mi vocación es ser santa y que el movimiento me brinda las claves para intentar, dentro de mis debilidades, conseguirlo. ¡De colores! 4 PASCUA EN FAMILIA 2016 L a Gracia está siendo derramada últimamente con abundancia en nuestra familia, lo que nos hace vivir de forma especial el agradecimiento a Dios por el Amor que nos tiene. Belén y Blanca han hecho en estos últimos años sus Cursillos, bendiciéndonos el Señor al tener ya casi toda la familia en Su camino, con mayores o menores dificultades, sin olvidar la importante componente de cruz que tiene la vida de todo cristiano. Y es así llevando con paz y alegría nuestro camino de Cuaresma como llegamos a la Pascua. Pensamos que era importante que nuestras hijas vivieran la Pascua de jóvenes por lo que nosotros dimos un cauteloso paso atrás mientras ellas esperaban con ilusión la vivencia en Comunidad de la Pasión y Resurrección de nuestro Señor. A Belén, con la que en principio contaban para el equipo de música de los jóvenes, la llamaron para trabajar con los adolescentes en la Pascua en Familia. Fueron para ellas momentos de duda, que finalmente solucionó dándonos ejemplo: “Iré donde sirva más” Cuando la escuchamos nos llenamos de satisfacción y alegría. Bueno, y un poco de orgullo. Todo iba rodando bien. Deberíamos haber recordado: “Mayores cosas veréis”. Cuando todo estaba preparado, surgió un imprevisto que nos permitió pasar la Pascua en familia, y salimos corriendo hacia Guadarrama en cuanto llegó la hora. Nos costó un poco entrar, pero casi sin saberlo el Señor nos iba transmitiendo sus mensajes. De confianza cuando veíamos a los niños en brazos de sus padres. De quietud y silencio en el amplio jardín que rodea la casa. De la obra de Dios en las plantas y la maravillosa naturaleza que teníamos alrededor. Pero lo mejor estaba por llegar. Comenzó en la Vigilia de Jueves Santo. No es fácil de explicar, pero estar una hora delante del Señor sabiendo que al día siguiente no iba a estar nos hizo disfrutarlo de forma especial, como si no fuera a haber mañana. Paladeando su palabra, recibiendo de una forma indescriptible su paz, el abandono. “No tengáis miedo”, como si fuera un adelanto de la Pascua. Esta experiencia centró la Pascua, y nos hizo vivir el “abandono” llenos de esperanza, conducidos a lo que fue el momento crucial: “¡Cristo ha resucitado¡” y la alegría desbordó. Los cantos ya no eran lo mismo. Reíamos como niños felices. ¡Cristo vive!. Salimos de allí con el corazón pleno y la certeza de que Cristo había pasado por nuestras vidas. No puede ser un momento más, y con la ayuda de Dios no lo será. Este regalo que nos hace, nos lleva a vivir conscientes de la importancia de que Cristo viva con nosotros, en nuestra familia. Que Él nos conceda confianza de niños, ilusión de joven, y llene nuestra vida de Amor para compartirlo. ¡De colores 5 PASCUA EN PARROQUIA 2016 Q uerida comunidad: Me piden que comparta cómo he vivido esta Semana Santa en mi parroquia, que es Virgen del Camino, en Collado Villalba. Lo primero que tengo que decir es que mi Parroquia es mi casa. Y en esa intimidad que forman el entorno físico y el Señor, en medio de las personas con las que comparto la fe, la Cuaresma ha sido un pórtico para adentrarme en la Pasión del Señor. Ésta ha tenido dos momentos finales maravillosos: la clausura del último Cursillo y los ejercicios espirituales en Las Rosas el último fin de semana de la Cuaresma. ¡Así cualquiera! Los Oficios del Jueves Santo, la procesión del Cristo del Buen Camino por las calles de Villalba. La Hora Santa y la vigilia ante el Monumento, con confesiones durante toda la madrugada. El Vía Crucis del Viernes Santo y los Oficios de la tarde. La alegría de la Vigilia de la noche del Sábado… Me resulta imposible expresar en estas breves líneas lo que el Señor me ha regalado. Pero no puedo dejar de compartir con vosotros la escena que pude contemplar la noche del Jueves al Viernes. Me fui a casa a las doce de la noche del Jueves; regresé al Monumento a rezar a las siete de la mañana del Viernes; la única persona que estaba en esos dos momentos fue una mujer pobre: permanecía dormida al calor del Señor. Me acordé del pasaje del Evangelio en el que después de escuchar las duras palabras de Jesús “muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: ¿También vosotros queréis marcharos? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a dónde iremos?” (Juan 6, 60-69). En su pobreza esta mujer no tenía otro sitio donde refugiarse sino al calor del Señor. Yo en cambio tuve sueño y me fui a “mi casa” a dormir. Como a los discípulos de Emaús, el Resucitado me está explicando lo que es ser apóstol a través de esta pobre mujer: “Bienaventurados los pobres…” . ¡Feliz Pascua de Resurrección! ¡De colores! 6 25 AÑOS PASCUA DE JÓVENES Alberto Fransuá ¡¡ Gracias Mariano Vázquez!!... Y Gracias al Señor, por tu entrega a nosotros los jóvenes, que “aprendimos juventud” junto a ti desde la Pascua de 1991, o mucho antes. Sí, “Nosotros los jóvenes” empezamos ahora a peinar canas (o a no peinar nada) pero seguimos viviendo con la Alegría de Pascua porque Mariano la “contagiaba”. Hacía un año y medio de mi Cursillo y ya antes conocía yo a bastantes curas. Muchos abrían su inteligencia, su sabiduría teológica o pastoral, pero lo que me llamó la atención de Mariano fue que abría su corazón. Un corazón de sacerdote muy enamorado de Cristo. ¡DE COLORES! 7 25 AÑOS PASCUA DE JÓVENES Alberto Fransuá 8 CAFE CON... Francisco Jiménez Lombos H oy nos recibe en su casa Paco, conocido por muchos como “Paco el marino”. Nació en Galicia, hizo su Cursillo hace 66 años y estudió en la Escuela Naval, lo que hizo que pasara largas temporadas navegando por todo el mundo y alejado de su familia y del Movimiento de Cursillos. Es por ello, que se reconoce a sí mismo como verdadero cursillista desde hace 29 años, momento en el que fue destinado definitivamente a Madrid. Desde entonces, ha caminado en su fe de la mano de distintas reuniones de grupo y de la ultreya de Nuestra Señora del Pilar. guiando allí. Cuando localicé dónde estaba el Movimiento de Cursillos en la calle la Paz, yo trabajaba en el Cuartel General y a la hora de comer salía del despacho y pasaba por la capilla para saludar al Señor y hablar con él. Un día estando en la capilla sentí que el Señor me decía “Venga, ve a Cursillos ya y no andes ¿Cuántos años llevas en Cursillos? Hice mi Cursillo hace 66 años (el día 24 de Mayo de vagueando más”. Ese día salía a las 6 de la tarde, y me 1950), pero ese mismo año entré en la Escuela Naval fui a la ultreya. Era el 24 de Noviembre del año 1987, y allí no podía tener reunión de grupo. Iba a algunas hay fechas que no se olvidan. ultreyas los fines de semana. Pero la Virgen y el Señor quisieron que llegara a Madrid para comprometerme ¿Había muchos jóvenes antes en Cursillos cuando realmente con Cursillos. Una de las cosas que hice, llegaste a Madrid? inspirado por el Espíritu Santo, y por las que así se Muy pocos, éramos casi todos gente más bien madura. entiende cómo he perseverado, fue cumplir lo que Luego empezaron a venir, y ahora sois mayoría, lo cual apunté en mi hoja de compromisos: 2 misas a la semana, a mí me encanta. un rosario y un compromiso… pero para cumplirlo. Como soy muy cabezota, estos compromisos junto con ¿Cuál es tu ultreya? la oración diaria, la confesión y la Virgen me sostuvo La ultreya de Santa María del Pilar. Yo empecé en Arturo estos 32 años. Y cuando llegué a Madrid, tardé 3 años Soria. Pero un día Javier Cuevas comenzó una ultreya en el Barrio del Pilar y nos reclamó a unos cuantos de en localizar dónde estaba Cursillos de Cristiandad. Arturo Soria, entre ellos yo. Éramos seis: Pilarín, Juan Pazos, Roberto Rey (ya sacerdote), el matrimonio ¿Dónde estaban entonces Cursillos en Madrid? Estaban en la Paz. Me dio la pista una persona de la Argüello (que era de la ultreya de la Araucana) y yo. Jefatura de Apoyo Logístico, donde yo estaba destinado, A las Escuelas he ido siempre porque Sebastián Gayá y que pertenecía a la Escuela de Santa María. En aquella decía que “a la Escuela hay que ir aunque no se pueda”. época, cursillistas había muy pocos. Fui secretario 7 años junto con Agustín Bobo y con Eugenio Pérez. Y ¿Qué significa la reunión de grupo para ti? EEs un momento he ido a unos cuantos im importante para hablar cursillos, unos 22. dde Dios con gente que tte entiende. Además, ¿Cómo te diste cuenta nnos ayudamos mucho de que tu movimiento pporque nos hace falta. era Cursillos? LLlevamos 3 o 4 años. En primer lugar, M Me llamaron para porque en Cursillos rrodar la reunión de me sentí siempre feliz. ggrupo y me quedé. La Y, además, porque pprimera reunión de el Señor me ha ido Diana Platas, Luis Casarrubios, Inma Rausell y Paco “el Marino“ ¿Dónde hiciste el Cursillo? En Padrón, cerca de Santiago de Compostela, en el año 1955. Éramos todos jóvenes de Acción Católica, todo chicos. De este cursillo salieron cuatro curas. 9 CAFE CON... Francisco Jiménez Lombos grupo que tuve la empezamos en el año 1988 y duró la vida, es hasta el año 2000 o 2001. Después, he tenido otras un vicio que reuniones de grupo hasta la actual. tengo. A los cursillistas se ¿Has invitado a un montón de gente a Cursillos, no? Sí, no llevo la cuenta. Algunos se quedan, otros no se les nota que quedan, ya lo sabéis. Yo todos los años llevo al menos a son cursillistas, Cursillo de Paco “el Marino“ uno. Creo que solo hubo un año que no llevé a ninguno. por ejemplo cuando se ven a los jóvenes rezando en el Sagrario. Ahí De los rollos del Cursillo, ¿habrás dado todos o casi es donde se nota. Porque a veces necesitamos hablar con el Señor. Es el que nos maneja. todos, no? Los que he dado en más ocasiones han sido Iglesia, Jesucristo, Formación (fue el que más di porque al Y estando retirado, ¿Cómo se fermentan los ambientes? haber sido doce años profesor… de formación… algo El Señor te los pone delante. A veces. entendía). Di también alguno de Comunidad. En mi opinión, el más difícil es el de Jesucristo. Preparar ese ¿Qué consejos nos darías (a los jóvenes) para que esto me hizo sufrir mucho. Además, no sabes si lo das bien durara mucho tiempo? porque es una pasada hablarle a la gente de Jesucristo, Cursillos lo maneja el Espíritu Santo, como a toda la envolverlo en tu vida… es muy difícil. Yo tengo un rollo Iglesia. Por eso siempre que damos un rollo invocamos de Jesucristo archivado de Sebastián Gayá. al Espíritu Santo. Esto es obligado porque lo que tengas que decir no solo tiene que ser inspiración del Espíritu Santo, sino que tiene que llegar a los corazones. ¿Qué nos puedes contar de Sebastián Gayá? Lo que más me sorprendía de Sebastián Gayá era su humildad. Cuando le nombraron Monseñor, él no quería Después de tantos años formando parte activa del ser Monseñor. Y en las reuniones nunca hablaba hasta Movimiento, se puede caer en la tentación de pensar el final. que es momento de dejar que a uno le cuiden en vez En mi opinión personal Sebastián merece ser santo de cuidar a los demás. Pero a ti eso no te pasa, eres porque la humildad es lo primero. Eso te lleva a la muy de actuar. Además de perseverar, que para ti es santidad derecho. Él tenía una regla en su despacho de fundamental, ¿qué va más allá de perseverar? una frase que dice: “El que anda solo y entre barrancos, El Señor dijo una vez en la cruz: “Tengo sed”. Y tenía terminará embarrancado”. Y es que necesitamos la sed de nosotros. Y hay tanta gente alejada, que no comunidad para no perdernos. puedes parar. Si rezas esta oración: “Señor Jesucristo, tú que en los momentos más angustiosos de tu Pasión ¿De qué manera empezarías a evangelizar, a hablar del manifestaste una sed ardorosa de almas, haz que se Señor a la gente que no conoce a Dios? comunique a nosotros aquella tu sed.” el Señor te da Lo primero es hacerte amigo y empezar a ver cómo son. SED. El testimonio que damos no es solo hablar del Señor. Cuando ven cómo nos comportamos y cómo somos de felices llega un momento que quieren ser como tú y se preguntan “Yo quiero ser como tú, ¿qué hay que hacer?” Hay que llegar a eso. Y les dices “¡Ah, pues haz un Cursillo!”. Y cuando hay ocasión de hablarles de Dios, pues se le habla también. Pero para eso hay que saber un poco, conocer un poco al Señor. Decía Sebastián Último Cursillo de Paco “el Marino“. Gayá que hay que estudiar. Yo llevo estudiando toda 6-9 Diciembre de 2007 10 ANIVERSARIOS 11 ANIVERSARIOS 12 ANIVERSARIO 50 AÑOS DE SACERDOTE DE PEPE CASANOVA E l pasado 28 de marzo celebramos con gran alegría los 50 años de sacerdocio de Pepe Casanova, director espiritual de la ultreya de Nuestra Señora de la Visitación, que sigue viviendo su cuarto día con espíritu de servicio y entrega a Dios. Pepe, el pequeño de cinco hermanos, se sintió desde niño muy cerca del Señor. A los veinticinco años se ordenó sacerdote con el único propósito de servir a Dios entre los hombres. Su ordenación en 1966 en la catedral de Ciudad Real por D. Juan Hervás Benet es recordada como uno de los momentos más felices de su vida. Fue también del inicio de un largo camino que tuvo como primer destino Anchuras (Ciudad Real) donde permaneció durante cuatro años. Posteriormente, fue trasladado a Secuéllamos (Ciudad Real), lugar que recuerda con especial cariño y donde durante seis años, formó parte de una importante vida de parroquia. En 1976 se traslada a Madrid. A partir de ese momento y una vez más, por obra de la Providencia, tal y como lo asegura Pepe, comenzó a colaborar como profesor en el colegio Logos, centro del que aún hoy en día es profesor. Pepe hizo su primer Cursillo de Cristiandad en 1966, poco antes de ser ordenado. Tras unos años sin una participación activa, se incorporó después de ir al Cursillo que tuvo lugar en el puente del Pilar del año 1997 en Madrid. A partir de entonces, ha sido un ejemplo para nuestra comunidad y ha formado parte del equipo de muchos cursillos. El último cursillo al que ha ido fue en el año 2012. (Texto extraído del Café con… Pepe Casanova) 13 JMJ 2016 H ace unas semanas hemos celebrado el 25 aniversario de la primera Pascua de Jóvenes del MCC Madrid. Nos contaron que la idea de vivir como comunidad el triduo Pascual surgió como preparación espiritual de la JMJ de ese mismo año, 1991, que tuvo lugar en Czestochowa, Polonia. En este año de la misericordia, Polonia, el país de la llamada “Santa de la Misericordia”: Santa Faustina Kowalska y también de nuestro querido San Juan Pablo II, nos volverá a acoger con la misma generosidad y entrega con la que lo hizo hace 25 años. Mercedes Alcolea nos da su testimonio: “Rotas mis barreras, oí hablar de aquella peregrinación a Czestochowa y me apunté.” Czestochowa (Polonia) [1991] Imposible no asombrarme al contemplar mi vida y descubrir cómo la mano de Dios, a través de la Iglesia, ha ido reconduciendo el camino al que tiendo a acomodarme, para llevarme siempre a aspiraciones más altas. ¡Qué bueno es el Señor! Yo no pasé meses preparando aquel encuentro del verano de 1991 de los jóvenes con el Papa Juan Pablo II en Polonia. Una vez allí, tampoco estuve pegada a la radio que lo traducía a todos los idiomas. Apenas le pude ver. Mi sistemática rebeldía me hizo perderme muchas cosas de aquella JMJ pero encontré tanto, que no tendría tiempo bastante para dar gracias. Ciertamente no fui movida por un gran ardor espiritual, o al menos yo no lo sentí así y, honestamente, tampoco fui sólo por ver al Papa o escuchar sus palabras, pues ya le había visto otras veces. No es mi caso el de alguien sin fe o separado, sino más bien el de una católica sincera y de corazón pero que va dejando las cosas pasar y acaba intentando acoplar su fe a lo que va surgiendo. Pero cuando se ha vivido auténticamente como “hijo”, no puedes vivir cómodamente de otra manera, al menos no por mucho tiempo. Eso fue lo que me estaba ocurriendo, pues unos meses antes de aquella jornada, mi mundo perfectamente “normal” empezó a no bastarme. Algo bullía por dentro imponiéndome la necesidad de empezar a cambiar. Creo que de la mano de otras personas de fe, especialmente de la comunidad de Cursillos de Cristiandad, el Espíritu Santo aprovechó esta crisis de inconformismo (y un íntimo calor me susurra que también Él la provocó) para llevar de nuevo mi vida hacia la grandeza que le correspondía. El Espíritu mueve, inquieta, arde… y a mí me hacía arder en deseos de libertad. Para ello, necesité romper barreras. Fue entonces cuando decidí terminar definitivamente un noviazgo de casi seis años que me había ido apartando de todo y de todos, para poder estar siempre disponible a aquel novio, a quien yo había convertido en el centro de mi autoestima. Poco después dejé mi trabajo. Con él, un buen sueldo, el reconocimiento que tanto esfuerzo me costó ganar, la seguridad en medio de la crisis de aquella época. Una crisis que se empezaba a manifestar en ciertos “maniobras” para mantener el status, en los que no q quería entrar. 14 JMJ 2016 Rotas mis barreras, oí hablar de aquella peregrinación a Czestochowa y me apunté. No tenía ni idea de qué iba ni cómo sería, ni lo que encontraría; simplemente estaba decidida a ir. Había convertido mi vida en un lienzo en blanco y esa peregrinación serían los primeros brochazos. Preparé mochila, saco, alimentos… todo lo necesario para el viaje, pero en ningún momento me preparé yo. Todo aquello de la preparación espiritual del peregrino me parecían ñoñerías. Yo me iba a la aventura, con un buen fin y buena gente, y también muy importante, una fe en común, pero hasta ahí. Tras unos días en autocar llegamos a Polonia, donde empezaba la peregrinación a pie hasta Czestochowa. Empecé el viaje criticándolo todo, juzgándolo todo y quejándome constantemente de la organización. Según caminábamos las cosas comenzaron a cambiar. Un camino que comencé sin entender, pero que iba haciendo mella en mi alma, especialmente con todos los gestos de caridad que abrumaban mi habitual soberbia. Así, mi autosuficiencia comenzó a resquebrajarse el día que una chica, a la que el primer día ya había etiquetado de “monjil” y engreída, en un descanso del camino se inclinó para darme un masaje en los pies. La transparente limpieza de su corazón no me dejó exclamar: “Ah! ¿Lavarme tú a mí los pies?”. Reconocí enseguida la necesidad que tenía de dejar que me lavaran los pies. Otro chico vino a curarme las heridas y empecé a ver cómo se curaban, mimaban, lavaban los pies y se atendían unos a otros. No me había dado cuenta antes porque, hasta entonces, yo solo había mirado mis propios pies. A veces es necesario marchar lejos para encontrar: quién habita en nuestro interior. Y despojarse de todo lo accesorio para saborear la VIDA que de verdad importa. Y arrojar las muletas de la vanidad, el éxito, las seguridades… Y agotar las propias fuerzas para recibir la fuerza inagotable (del agua que salta a la vida eterna) y empezar a caminar como “hijos” y no como esclavos de tantas cosas. Aquella JMJ fue mucho, muchísimo más que quedar un día mucha gente para ver y oír al Papa. Éramos miles, ¡miles! Y para cada uno en especial, el Espíritu había trazado un plan personal y perfecto de forma que cada uno recibiera según su necesidad. El Espíritu Santo nos mimaba con esmero, cuidando sorprendernos en cada detalle. ¡Imposible irse vacío! Lo íbamos viendo unos en otros: el triste reía, el cansado continuaba, el solitario se abría, al altivo lloraba, el severo cedía, el alejado…confesaba. Todo esto lo vi, lo vi. Tengo los rostros, escenas y nombres como un tesoro en la memoria. No, nadie nos lo ha contado. Lo hemos vivido. Cerraba Juan Pablo II la homilía de aquel encuentro con estas palabras: “El fuego del Espíritu Santo, que quema toda miseria humana, todo egoísmo sórdido y todo pensamiento mezquino. Dejad que este fuego arda en vuestros corazones. La Virgen María lo ha encendido en vosotros aquí en Czestochowa. Llevad este fuego a todo el mundo. ¡Que nada ni nadie lo apague nunca! ¿Qué ha sido para vosotros Jasna Góra? Ha sido para vosotros hoy el Cenáculo, un nuevo Pentecostés: la Iglesia, una vez más, reunida en compañía de María, una Iglesia joven y misionera, consciente de su misión. ¡Recibid el Espíritu Santo y sed fuertes! Amén.” Para embarcarse en estas historias hay que ser generoso, valiente, capaz de asumir riesgos (como el de tener que cambiar) y tomar tus propias decisiones aunque sea contracorriente. Juan Pablo II nos había convocado bajo el lema “Habéis recibido el Espíritu de hijos”. Casi 20 años después, sigo sintiendo mías las palabras con la que nos convocaba: “¡Volad a gran altura, consideraos entre aquellos que vuelven la mirada hacia metas dignas de los hijos de Dios! ¡Glorificad a Dios con vuestra vida!” Tras la JMJ no decidí ser religiosa, no retomé una Fe que hubiera abandonado. Pero pude tomar las riendas de mi vida y reaprendí a vivir, a vivir caminando. Recuperé la conciencia de mi filiación como hija de Dios. Recuperé así mi libertad, la santa libertad de los hijos de Dios. Y una alegría que nada ni nadie me podrá quitar. Mercedes Alcolea Extracto del libro “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe (Col 2, 7)”. Coordinado por Pedro I. Pérez Lozano. Madrid, 2011. 15 JMJ 2016 Opción 1 Fechas 16 de julio- 2 de agosto Opción 2 24 de julio – 2 de agosto Transporte Ida y vuelta en autobús Ida en avión y vuelta en autobús Lugares Coste Peregrinación: Lourdes, Lyon, Traveris, 650 € Franckfurt. Días en las Diócesis: Breslavia. JMJ: Cracovia. Vuelta: Turín. Cracovia. 500 € Vuelta por Turín. 16 Julio 17 Julio Madrid - Lourdes Lourdes 18 Julio 19 Julio 20 Julio 21 Julio 22 Julio 23 Julio 24 Julio Lourdes - Lyon Lyon - Traveris Traveris - Frankfourt Frankfourt Breslavia Días en las Diócesis Días en las Diócesis Días en las Diócesis 25 Julio 26 Julio 27 Julio 28 Julio 29 Julio 30 Julio 31 Julio Misa en Czestochowa con la CCEE Misa de Apertura Catequesis Festival de Juventud Catequesis Acogida del Papa Catequesis Víacrucis Vigilia Misa de Clausura Cracovia - Turín 1 Agosto 2 Agosto Turín Turín - Madrid 16 CRÍTICA DE LIBRO ace 20 años, Leticia, una joven burgalesa, decidió cambiar el traje blanco de campeona de esgrima por el hábito blanco de las madres dominicas de Lerma. Hoy es Sor María Leticia de Cristo Crucificado, maestra de novicias en el convento de dominicas de Lerma (Burgos). Todavía conserva todas sus espadas y alguna vez le hace una demostración de esgrima a las chicas nuevas del convento, pero su dedicación es la de ser religiosa de clausura. Ayuda a hombres y mujeres con su oración y su experiencia de Dios. Este libro, como las reflexiones diarias de su blog El reto del amor, es buena prueba de ello. H Mucha gente piensa que es mala porque no puede perdonar. Y no es que sea mala; es que, como humana, es débil. Todas las fuerzas que uno tiene no son suficientes para sanar las heridas que llevamos dentro. Necesitamos un Salvador. Nosotros no podemos sanarnos personalmente. Hay heridas tan grandes que necesitamos que q se nos dé el don del perdón. Y Jesucristo nos lo ofrece. Él nos sana. Este libro es una muestra de cómo Cristo puede sanar y dar paz a pesar de grandes afrentas. Recoge, de la mano de Sor Leticia, siete casos reales en los que se ha dado el perdón. CRÍTICA DE PELÍCULA a épica historia bíblica sobre la resurrección, contada desde los ojos de un no creyente. Clavius (Joseph Fiennes), un poderoso militar romano y su ayudante Lucius (Tom Felton), son asignados para resolver el misterio sobre lo que le ocurrió a Jesús en las semanas posteriores a su crucifixión, con el fin de combatir los rumores del mesías resucitado y prevenir una revuelta en Jerusalén. A Clavius, un tribuno romano, le encomienda el procurador de Judea, Poncio Pilato, que se asegure de la muerte de un tal Jesús de Nazaret antes del sábado, una petición que le han hecho los miembros del sanedrín que pidieron su ejecución en la cruz. Y así, lo hace, además de sellar el sepulcro donde es depositado su cuerpo, y poner una guardia que evite cualquier pretensión posterior de sus discípulos de una resurrección que habría profetizado. Pero el caso es que el cuerpo desaparece, y aunque los soldados dicen que sus seguidores lo robaron, Clavius, que conduce la investigación por orden de Pilato, cada vez advierte más elementos que no cuadran, y que van a desafiar su personal visión del mundo. Se nota que Reynolds tiene experiencia en escenas de acción, y que sabe concebir planos de amplio lienzo. Resulta meritorio el pasaje inicial en que los romanos L se enfrentan a un grupo de sediciosos encabezados por Barrabás, que muestra de un modo convincente la respuesta militar para defenderse de un ataque a pedradas. En general hay una buena puesta de escena a la hora de mostrar brevemente la crucifixión, y un momento tan difícil de abordar como la ascensión, está resuelto con bastante decencia estática. El conjunto se puede decir que está logrado, estamos ante una buena película sobre la resurrección, que podría considerarse en tal sentido complementaria de la superior La Pasión de Cristo. Hay cierto clasicismo en la descripción del protagonista, el hombre que querría tener a algo a lo que aferrarse, y que acaba tocado por la gracia. Su trayectoria está bien descrita, empezando por su profesionalidad a la hora de seguir las órdenes de Pilatos, y siguiendo por su contacto con los que han conocido a Jesús. El modo en que se introduce al Señor resucitado es original y sirve para identificar a un personaje que hasta entonces resultaba intrigante. Además resulta atractiva la descripción del grupo de discípulos y el momento de trato más personal del protagonista con Jesús. Quizá lo más flojo es la poca presencia femenina en el film, María Magdalena se encuentra bastante desdibujada, aunque peor es lo de la Virgen, reducida a una mujer sufriente de modo algo histérico en la Pasión.