Extranjeros y Peregrinos Hebreos 11:13-16 Introducción Entonar el cántico 157, “He decidido seguir a Cristo”. En Hebreos 11:13-16, hay un retrato que describe los rasgos de la persona que realmente camina por la fe. Este andar va más allá del compromiso con un estilo de vida; es una manera de vivir sólo posible por la palabra de Dios, y que se traduce en un viaje de fe hasta el final de la vida. I. Murieron conforme a la fe “Conforme a la fe murieron todos éstos...” (Heb. 11:13) ¿Quiénes (11:8-12)? ¡Los que recibieron las promesas (Gal. 3:16)! Nosotros también podemos escoger cómo vivir y cómo morir. II. Recibieron por la fe “…sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo...” (Heb. 11:13). Recibieron las promesas, pero no el cumplimiento de ellas (Gal. 3:16; Efes. 1:14). Vieron el cumplimiento en el lejano futuro y lo creyeron (Jn. 8:56). III. Confesaron conforme a la fe “…y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” (Heb. 11:13). “Extranjero y forastero soy entre vosotros; dadme propiedad para sepultura entre vosotros, y sepultaré mi muerta de delante de mí” (Gen. 23:4; cf. Gen. 47:9). “Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; porque forastero soy para ti, y advenedizo, como todos mis padres” (Sal. 39:12). El cristiano también es forastero (Fil. 3:20). IV. Buscaron y anhelaron por la fe “14Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad” (Heb. 11:14-16). Dieron a entender con palabras y hechos su profesión. “El objeto de sus anhelos y expectaciones no era la tierra de Canaán, ni la de Mesopotamia” (Notas sobre Hebreos, B. H. Reeves). “Debido a su gran expresión de fe, Dios tomó sobre sí el nombre de "Dios de ellos" (Gén. 17:7; 28:13; 32:9; Ex. 3:6,15; 4:5; Mar. 12:26)” (Ibíd). Conclusión Ser extranjero y peregrino a menudo significa estar aislado en medio de una sociedad extraña. Como cristianos, así nos sucederá (1 Ped. 1:1; 2:11), y, por lo tanto, experimentaremos la enemistad del mundo. ¿Por qué nos sucederá tal cosa? Porque no tenemos nada en común con el mundo, con su vulgaridad, su profanación y blasfemia. Hemos sido llamados a salir del mundo y tenemos que vivir a diario con esta realidad en mente (Jn. 15:19; 17:14, 16). ¿Quiere hoy salir del mundo y caminar al cielo? ¡Hoy usted puede hacerlo! *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com