«The Girl on the Train» a adaptación cinematográfica de la primera novela de Paula Hawkins publicada con su nombre no podía hacerse esperar, ya que si por algo se caracteriza este millonario «best-seller» es por ser el más rápido de la historia en su ritmo de ventas. En apenas unos meses se vendió en todo el mundo, convirtiéndose en el libro obligado para las pasadas vacaciones de verano. Dicen que el fenómeno fue fruto del «boca-oreja» y que a su espontánea promoción ayudaron las recomendaciones que en las redes hicieron algunas celebridades como Stephen King, Gwyneth Paltrow o Reese Witherspoon. Es el gran público el que se lo ha devorado en un visto y no visto, mientras que la crítica literaria y los lectores habituales de novela negra se han mantenido más escépticos. De todo ello se puede deducir que la escritora debutante ha sabido traducir a la mentalidad actual los clásicos del género, sin inventar nada nuevo, pero manteniendo esa perspectiva femenina que los hace tan especiales. En ese sentido, conecta con la reciente Gillian Flynn, pasando por Ruth Rendell y Patricia Highsmith, hasta llegar a Agatha Christie. En buena lógica, también debería haber sido una realizadora la encargada de trasladar la novela a la pantalla, pero no ha sido así. En Hollywood se han olvidado de ese detalle, prefiriendo contratar un cineasta que ya haya conseguido el éxito adaptando la novela L Emily Blunt encarna en la gran pantalla a Rachel Watson, la protagonista de la novela “La chica del tren”, que todos los días coge un cercanías a la misma hora. 3 8 zazpika de una mujer y nadie mejor que Tate Taylor, que había triunfado con “Criadas y señoras” (2011), basada en la novela de Kathryn Stockett. Por ese mismo tipo de razonamiento –sin ser afroamericano, había hecho una película sobre el racismo y las diferencias de clase en el Sur de Estados Unidos–, le dieron a dirigir el «biopic» de James Brown “I Feel Good” (2014). Supongo que para hacer “The Girl on the Train” se habrá fijado mucho en el trabajo de David Fincher con la novela de Gillian Flynn “Perdida” (2014), sin olvidar la lectura que de Patricia Highsmith llevó a cabo Alfred Hitchcock en “Extraños en un tren” (1951), sin perder de vista tampoco “La ventana indiscreta” (1954). Y para cubrirse definitivamente las espaldas, ha confiado la escritura de la película a la consolidada guionista Erin Cressida Wilson. Las ventanas también son importantes en “La chica del tren”, porque la protagonista coge el mismo tren todos los días a la misma hora. Y a través del cristal, va a fijarse en una pareja que desayuna en la terraza y cuya aparente felicidad llama su atención, porque ella no termina de superar una ruptura sentimental que ahoga en alcohol. Esa cotidianidad vuelve cercano lo extraño, acabando por verse implicada en un crimen, y tal vez esos desconocidos no lo sean tanto. En Hollywood, han trasladado la acción a Nueva York, pero Paula Hawkins la situaba originalmente en un tren de cercanías a Londres. No en vano fue su fuente de inspiración, puesto que hacía el recorrido a diario y como periodista, siempre quiso trasladar sus dotes de observación a la novela de misterio y crímenes. De ahí nació el personaje ficticio de Rachel, que ligó a otras dos mujeres en la trama, la Megan del desayuno en la terraza y como tercera en discordia, su vecina Anna, que es con quien fue a casarse en segundas nupcias su exmarido. Para el papel estelar estuvo clara desde el principio la actriz inglesa Emily Blunt, que da el perfil perfecto de esta treintañera de complejo perfil psicológico. Para hacer de Megan se quiso inicialmente a Kate Mara, después a Margot Robbie, hasta dar finalmente con Haley Bennett. En cambio, la anglosueca Rebecca Ferguson no encontró competencia como Anna. Como su marido aparece Justin Theroux, siendo Luke Evans el acompañante de Megan. Tan interesante quinteto, sometido a las consabidas pistas falsas que van buscando sucesivos culpables, se cierra, en lo que al reparto principal se refiere, con las no menos sugestivas presencias de Lisa Kudrow y Allison Janey.