del sabado, 22 de agosto de 2015 Expressions par Padre Ed Las mujeres y la iglesia… El texto que tuvimos el domingo 22 de agosto de la carta de San Pablo a los Efesios, es muy difícil de asimilar en nuestros tiempos. Por muchas razones, entre ellas, porque lo hizo como un compromiso. En otros textos, por ejemplo en su carta a los Gálatas, San Pablo escribió que no hay diferencia entre hombres y mujeres o entre ninguna otra persona, libres o esclavos, paganos o Judíos, erradicando así cualquier división en el mundo antiguo. El introdujo una nueva visión para su época y aun para la nuestra. Existe aun mucha división en nuestro mundo: entre los pobres y los ricos, entre los inmigrantes y los ciudadanos, entre una y otra raza y entre los hombres y las mujeres. San Pablo creyó verdaderamente en esta interpretación de igualdad, pero en este texto y en su primera carta a los corintios, capitulo once, tuvo el compromiso de modificar su postura. En su carta a los Efesios, el comparó al marido con Cristo y a la esposa con la iglesia, continuando así con la desigualdad tradicional entre la mujer y el hombre porque Cristo es mas importante que la iglesia. Según el apóstol, al igual que la iglesia tiene que atender a Cristo, así también la esposa tiene que obedecer a su marido. San Pablo intentó equilibrar esta obvia desigualdad, instando al hombre a mostrar respeto y una benevolencia consistente hacia su mujer, imitando a Cristo que sacrificó su vida por la iglesia, pero aun con esta analogía, la inherente desigualdad aun persistía. Este texto es también desconcertante porque San Pablo describe a Cristo como cabeza y cuerpo, mientras que en otra ocasión describe a la iglesia como el cuerpo de Cristo. Esta analogía entonces tampoco es efectiva. San Pablo quiso mitigar la interpretación tradicional de la posición de las mujeres, cuando en realidad la convalidó mas, porque este texto Bíblico es usado para justificar la desigualdad de las mujeres. ¿Porque San Pablo contradijo su visión? Muchos escolares creen que su visión impugnó las normas de su tiempo. El sistema subordinaba mujeres, esclavos y pobres para el mantenimiento de la sociedad entera, aunque solo beneficiaba a los ricos. Si San Pablo hubiera continuado predicando su visión original, habría puesto en riesgo la supervivencia de la iglesia. El tuvo que ablandar su posición, no solo la de las mujeres, sino también la de los esclavos en su carta a Filemón. Mientras que un compromiso no sea el ideal que deseamos, a veces es necesario. Los ideales son fines en los que tenemos que esforzarnos continuamente. Se tiene que vivir con imperfección hasta que alcanzamos lo que queremos. Esta practica de compromiso que San Pablo convalidó, es una norma que persiste en la iglesia hoy en día en muchas circunstancias, por ejemplo, en su posición respecto a un segundo matrimonio. No siempre podemos vivir el ideal, aunque queramos hacerlo. En estos casos, un poco de compromiso es bueno.