Aumentar la capacidad intelectual

Anuncio
Aumentar la capacidad intelectual
Estudiantes, investigadores y trabajadores por turnos
recurren a menudo a sustancias que les ayuden a
concentrarse mejor y a aumentar su rendimiento, entre ellas
la cafeína
Un estudio publicado recientemente pone en sobreaviso la práctica frecuente en algunos sectores de
la sociedad de utilizar ciertos medicamentos o sustancias que mejoran el rendimiento, aunque no
incrementan la inteligencia. A pesar de que en su mayoría se trata de sustancias legales, su uso no
está exento de efectos secundarios como alteración de la conducta, con cambios bruscos de humor,
irritabilidad, trastornos del sueño e, incluso, trastornos paranoides.
Por TERESA ROMANILLOS
19 de diciembre de 2008
En el ámbito académico tomar algún tipo de sustancia para
rendir más es una práctica frecuente. Un artículo publicado
en la revista "Nature" perfilaba esta cuestión: los autores
encuestaron a más de 1.400 científicos sobre el consumo de
estimulantes y uno de cada cinco afirmó que utilizaba de
forma más o menos habitual alguna sustancia para mejorar su
rendimiento. Entre los que respondieron de forma afirmativa,
un 62% tomaba metilfenidato, un fármaco utilizado en el
tratamiento de niños con trastorno de déficit de atención con
hiperactividad, TDAH, que potencia la capacidad de
concentración.
- Imagen: Junior Gomes Un 44% de los encuestados consumía modafinilo, fármaco
empleado en el tratamiento de la narcolepsia, que ayuda a
mantenerse despierto durante más tiempo. Otro 15% reconoció el consumo de propanolol, un
betabloqueante utilizado para regular la tensión y el ritmo cardíaco y que ayuda a controlar los
síntomas de nerviosismo ante presentaciones en público.
Este aumento de capacidades no está exento de efectos secundarios indeseables, que ya conocía el
69% de los investigadores encuestados. El consumo habitual de estas sustancias puede provocar
alteración de la conducta, con cambios bruscos de humor, irritabilidad y trastornos del sueño.
También se incrementa el riesgo de trastornos paranoides, con ideas delirantes como principal
síntoma.
No obstante, encontrar un fármaco que mejore las capacidades
cognitivas sin efectos secundarios es un objetivo loable, sobre todo
enfocado como terapia para el declive intelectual de las personas
mayores. En este sentido, muchas de las investigaciones apuntan en
dirección al glutamato, un neurotransmisor que interviene en los
procesos de memorización y aprendizaje.
El glutamato se
perfila como posible
terapia para aliviar
el declive intelectual
en personas mayores
El debate ético
El uso de medicamentos para mejorar el rendimiento intelectual ha abierto un debate que oscila
desde posiciones más conservadoras a otras más liberales: ¿por qué resulta ético utilizar fármacos
para mejorar las capacidades intelectuales en los mayores y en cambio no se aceptan en personas
más jóvenes?. Y si no fueran adictivos ni tuvieran efectos secundarios, ¿sería entonces aceptable? Si
se controla el dopaje deportivo, ¿por qué no hacerlo entre los científicos que compiten por conseguir
becas o ayudas?
Un comité científico que asesora al Gobierno británico ha elaborado varios informes sobre el uso de
estas sustancias tanto sobre la salud individual como sobre la sociedad. A pesar de que reconocen sus
propiedades, creen necesario realizar más estudios para evaluar las consecuencias de su consumo en
personas sanas. Apuntan también que es necesario determinar en qué personas sería adecuado su
uso, desde militares, estudiantes, hasta trabajadores por turnos. Estos expertos también creen
necesario que se valore la seguridad y eficacia, que su uso sea controlado por especialistas y que se
abra un debate ético en torno a su uso.
Utilizar la dieta para rendir mejor
Nuestra dieta es básica en el rendimiento intelectual. Por este motivo, es fundamental seguir una
dieta rica y equilibrada para poder mantener el organismo con niveles óptimos de diversos
componentes esenciales para el cerebro. La glucosa es la principal fuente de energía para el sistema
nervioso por lo que es recomendable un aporte adecuado si se está efectuando un trabajo
intelectual. Las sales minerales también son importantes; hierro, fósforo, magnesio, selenio y zinc
mantienen unos niveles adecuados y suficientes si se sigue una dieta variada.
Determinadas sustancias que pueden encontrarse en una dieta equilibrada pueden potenciar el
rendimiento intelectual. Uno de los más utilizados es la cafeína. Su rápida absorción (nivel máximo
en sangre tras una hora de su consumo) y duración de dos a 12 horas, la han convertido en el
estimulante más utilizado en todo el mundo. Sus propiedades principales son la reducción del sueño
y de la fatiga, tanto física como mental. Por otro lado también facilita el aprendizaje ya que permite
una mayor concentración para la realización de una tarea como puede ser el estudio. Encontramos
cafeína principalmente en el café, té, chocolate, en refrescos de cola y en algunas bebidas
energizantes.
Otro estimulante muy utilizado es el ginkgo biloba. Una sustancia que se extrae de las hojas del
ginko, un árbol cuyas propiedades ya eran conocidas y empleadas en tiempos antiguos por la
medicina oriental. El ginko biloba incrementa el flujo sanguíneo cerebral y activa la producción de
algunos neurotransmisores indispensables para un óptimo rendimiento. También facilita la síntesis de
ATP (molécula que proporciona la energía química a todas las células del organismo) y tiene
propiedades antioxidantes. Por último, se halla la sulbutiamina, un derivado sintético de la vitamina
B1 pero con efectos más marcados. Sus propiedades son parecidas a las de la cafeína, pues aumenta
la resistencia a la fatiga, disminuye la sensación de sueño y estimula la memoria. Está indicada para
personas con trastornos de memoria y trastornos psicosomáticos, depresión, apatía y astenia.
USOS NO RECOMENDADOS
Algunos fármacos están empezando a utilizarse de forma
lúdica para obtener efectos muy distintos de aquellos para
los que fueron creados. Esto se debe a que ciertos
medicamentos de uso habitual, a dosis altas, pueden
producir estados de euforia y alucinaciones, entre otros
síntomas. Ahora bien, en España la mayoría de estos
fármacos sólo se pueden obtener con receta.
La preocupación sobre este tema ha hecho que diversas
instituciones se hayan puesto a trabajar. Entre otras
iniciativas destaca la del Colegio Oficial de Farmacéuticos
- Imagen: cursedthing de Barcelona con la creación del Observatorio de
Medicamentos de Abuso (OMA), cuya finalidad es la de
conocer y, en lo posible, controlar este tipo de práctica. Según OMA, el 64% de los
consumidores son hombres de origen nacional, con edades comprendidas entre los 25 y 35
años.
Uno de los fármacos que con más frecuencia se consume con esta finalidad es la codeína,
antitusígeno que a dosis altas puede ser alucinógeno. Dextrometorfan también es otro
fármaco habitual en la composición de jarabes para la tos que tiene propiedades alucinógenas
a dosis altas, así como la ketamina, anestésico de veterinaria en desuso.
Autores de las imágenes Creative Commons de esta página
CONSUMER EROSKI © Fundación EROSKI
Descargar