EL ESTOICISMO ANTIGUO E l estoicismo fue una de las escuelas de filosofía que tuvieron más influencia en la antigüedad y cuya influencia persiste incluso en la actualidad. Tuvo sus orígenes en Atenas alrededor del año 300 a. c. y resultó ser un movimiento filosófico especialmente popular en el mundo romano, mientras que más recientemente su influencia se hizo sentid en pensadores tan diversos como Montaigne, Kant, Nietzsche y Deleuze. El estoicismo presenta opiniones tan distintas y desafiantes, tanto del mundo como un todo y del ser humano individual. Concibe el mundo de manera materialista y determinista como un todo unificado, del que somos una parte del todo. Presenta al ser humano como un animal completamente racional, para quienes las emociones violentas son realmente el producto de los errores en el raciocinio. En la imaginación popular está ahora asociado principalmente con ideas de expresiones emocionales y resistencia heroica frente a la adversidad. Como veremos, muchas otras imágenes populares del estoicismo se sustentan en un elemento de verdad combinado con una distorsión histórica inoportuna. El objetivo del presente escrito es ofrecer una introducción a la filosofía estoica para aquellos lectores que se acercan por vez primera al estoicismo; dicha introducción no supone algún conocimiento de la filosofía antigua ni de filosofía en general. Podría ser usado por estudiantes de filosofía, de estudios clásicos y otros lectores interesados en general. Al mismo tiempo queremos hacer una presentación muy general de las ideas filosóficas centrales del estoicismo, puesto que uno de sus objetivos es introducir al lector a los diferentes autores antiguos y fuentes que podrían encontrar cuando se acerquen a investigar con más detalle el estoicismo. La gran variedad de fuentes que nos ayudarán a reconstruir la filosofía estoica pueden ser asombrosas para el principiante. Esto, en parte, refleja el hecho de que el trabajo de los primeros estoicos se ha perdido casi por completo, salvados por fragmentos referidos por otros autores y resúmenes de sus ideas trasmitidos frecuentemente por sus críticos. En cuanto a los últimos escritos estoicos del periodo romano –los más famosos fueron Séneca y Marco Aurelio- han sobrevivido, pero han sido considerados como poco originales y limitados a la ética práctica. En esta introducción prestaremos atención por igual a lo que sabemos de los primeros estoicos y los textos sobrevivientes unidos a los últimos estoicos. El capítulo I ofrece una introducción a los mismos estoicos antiguos, sus escritos y otros autores antiguos que han referido algún material sobre la filosofía del estoicismo antiguo. El capítulo II considera cómo es que los mismos estoicos conciben la filosofía y cómo estructuran su propio sistema filosófico. Los capítulos III, IV y V ofrecen una consideración de las doctrinas filosóficas del estoicismo organizadas de acuerdo con la división estoica del discurso filosófico en tres partes: lógica, física y ética. El capítulo VI ofrece un breve bosquejo del último impacto del estoicismo en la 1 filosofía occidental. Y al final del texto se ofrece una guía detallada a fin de favorecer posteriores lecturas del movimiento filosófico. No podemos no decir que en una introducción de este tipo algunos temas han sido omitidos y otros tratados de manera muy breve. No ha sido posible discutir la pertinencia de la interpretación de algunos puntos, y su forma de tratarlos en este texto aparecerá como algo superficial para aquellos que tienen ya un conocimiento de las fuentes antiguas y la literatura de la escuela. No afirmamos que la interpretación que ofrecemos en este texto sea definitiva y es una de las razones por las que ofrecemos una detallada y completa guía para motivar al lector para que explore otras consideraciones de la misma filosofía estoica por ellos mismos. Si los lectores están adecuadamente inspirados para profundizar más el tema entonces el texto habrá también cumplido satisfactoriamente con su cometido. Este texto fue escrito durante la permanencia de una Junior Research Fellowship en el Wolfson College, Oxford, y quisiera expresar mi agradecimiento al Presidente y al Fellows por haberme recibido en su comunidad. Mucho de este trabajo preparatorio para texto coincide con mis clases sobre la Filosofía Helenista en el Kings College en Londres en 2004-5 y quisiera agradecer a mis co-lectores en el curso: M.M. McCabe, Verity Harte y Peter Gallagher. Quisiera dar las gracias también a Steven Garrard por todo su trabajo que realizó en favor nuestro, así como a tres lectores anónimos que nos hicieron comentarios detallados y constructivos sobre el primer escrito. Kate Williams fue una excelente editora. Como siempre, no habría podido completar el texto de manera completa sin el respaldo de Dawn. John Sellars FUENTES Y ABREVIACIONES Los siguientes textos son las principales fuentes antiguas del estoicismo, aunque naturalmente la lista no es de ninguna manera exhaustiva. Sirve también como guía para las abreviaciones usadas en este texto. Una bibliografía detallada de las ediciones usadas puede ser encontrada en la Guía para el Lector. Una lista completa de textos citados en el texto puede ser encontrada en el Índex de los pasajes. Aetius: De Placitis Reliquiae, in H., Diels., ed., Doxographi Graeci (Berlín; de Gruyter, [1879] 1965). Alejandro de Afrodisia: In Top.=In Topica (Comentario a los Tópicos de Aristóteles) Mixt.=De Mixtone (Sobre la Mezcla) Arius Didymus 2 Epitome of Stoic Ethics, citado por los parágrafos de las secciones de Stobaeus, Anthology, bk 2 ch. 7, printed in Pomeroy’s edition and in Inwood and Gerson’s Hellenistic Philosophy. Aulius Gellius NA= Noctes Atticae (Attic Nights) Calcidius In Tim.,= In Timaeus (Comentario al Timeo de Platón). Cicerón Acad.,=Academica Div.,= De Divinationes Fat.,=De Fato Fin.,=De Finibus ND=De natura deorum Parad.=Paradoxa Stoicorum Tusc.,=Tusculanae Disputationes Cleomedes Cael.,=Caelestia Diógenes Laercio DL=Diogenes Laertius Epicteto Diss.,= Dissertationes Ench..,=Enchiridion Galeno PHP=De Placitis Hippocratis et Platonis Hiérocles El., Eth.,=Elementa Ethica Marco Aurelio Med.,=Meditations Musonius Rufus Diss.,=Dissertationum a Lucio Degestarum Reliquiae Plutarco Mor.,=Moralia, dos de los cuales son citados de manera separada. Com., Not.,=De communibus Notitiis St., Rep.,=De Stoicorum Repugnantiis Séneca Const.,=De Constantia Sapientis Ep.,=Epistulae Ira=De Ira Ot.=De Otio Prov.=De providentia Sexto Empírico Adv., Math.,=Adversus Mathematicos Pyrr., Hyp.,=Pyrrhoniae Hypotyposis Simplicio In Cael.,= in De Caelo 3 In Cat.,=In Categorias In Phys.,=In Physica Stobaeus Anthologium Siriano In Metaph.=In Metaphyisica Dos abreviaciones han sido usadas como las más usuales antologías de textos estoicos traducidos al inglés: IG=B. Inwood & L. P. Gerson, Hellenistic Philosophy: Introductory Readings, 2nd ed., (Indianapolis, IN, Hackett, 1997) LS=A. A. Long & D. N. Sedley, The Hellenistic philosopher (Cambridge University Press, 1987). CRONOLOGIA Inevitablemente, algunos de estas fechas son solamente aproximadas; en muchos casos hemos confiado en los datos sugeridos en la Oxford Classical Dictionary. BCE 300 262 232 4/1 Zenón de Citium comienza a enseñar en la Painted Stoa en Atenas. Muere Zenón; Cleantes comienza la segunda etapa del estoicismo. Crisipo se convierte en el tercer dirigente del estoicismo luego dela muerte de Cleantes. Crisipo muere y Zenón de Tarso se convierte en dirigente de la escuela Diógenes de Babilonia (sucesor de Zenón) presenta a los romanos el estoicismo durante la conocida visita de la embajada de filósofos atenienses a Roma. Antipater sucede a Diógenes en la dirección del estoicismo Panecio se vuelve el director de la escuela al suceder a Antipater. Panecio muere y la dirección de la escuela es representada al mismo tiempo por Mnesarcus y Dardanus. Cicerón escuchó las clases de Posidonio en Rodas. Muerte de Posidonio Suicidio de Cato el joven. Cicerón escribió una serie de importantes escritos filosóficos (que constituyen en la actualidad nuestra principal información sobre la filosofía estoica). Séneca nació en Córdoba al sur de España. CE 41 Séneca es exiliado a Córcega por Claudio argumentando adulterio. 207/205 155 152 128 110 78 51 46 45 4 49 50 65 66 71 95 96-116 108 120 130 161 162-76 176 180 200 Séneca es llamado del exilio (un periodo durante el cual compuso sus primeros escritos sobrevivientes). Cornutus inicia sus clases en Roma alrededor de este tiempo; entre sus discípulos se cuenta a Lucan y Persius. Séneca se compromete al suicidio bajo las órdenes de Cicerón. Musonius Rufo es desterrado por Nerón a la desolada isla de Gyros. El Emperador Vespasiano destierra a todos los filósofos de Roma, pero excepto Musonius Rufus. El Emperador Domiciano destierra a todos los filósofos, incluido Epicteto; Epicteto funda su escuela en Nicópolis en Grecia occidental. Plutarco compone sus escritos polémicos contra los estoicos en este período. Arriano escucha e registra las clases de Epicteto alrededor de este tiempo. Hiérocles realiza sus actividades académicas por este tiempo. Muerte de Epicteto Marco Aurelio se convierte en Emperador Galeno compuso Sobre las doctrinas de Hipócrates y Platón conservando material importante sobre la psicología de Crisipo y Posidonio. Marco Aurelio fundó cuatro cátedras de filosofía en Atenas, incluyendo uno sobre filosofía estoica y uno sobre filosofía peripatética (más tarde sustentada por Alejandro de Afrodisias) Muerte de Marco Aurelio El estoicismo es aún considerado importante por este tiempo, como podemos saber por las polémicas de Alejandro de Afrodisias y Sexto Empírico. Ambos escribieron sus obras por este tiempo. INTRODUCCIÓN 1. ¿QUÉ ES EL ESTOICISMO? Estoicismo es una palabra con la que todos estamos familiarizados; el Oxford English Dictionary cita austeridad, dominio de las emociones y fortaleza como características de una actitud estoica hacia la vida. Esta imagen popular del estoicismo se desarrolló a lo largo de cuatro o cinco siglos de tal modo que lectores han encontrado descripciones de la filosofía estoica hechas por autores clásicos tales como Cicerón, Séneca y Plutarco. Así como muchas otras concepciones populares, lo que contiene un elemento de verdad pero, como veremos, es difícil que nos diga toda la verdad. En la antigüedad el estoicismo se refería a una escuela filosófica fundada por Zenón de Citium alrededor del año 300 a.C., Esta escuela se reunía de manera informal en la “la puerta pintada”, una columnata cubierta ubicada al extremo norte del ágora (plaza) de Atenas, y que fue por eso que los estoicos adquirieron su nombre. Era este un período de intensa actividad filosófica en Atenas; la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles tenían aún una fuerte presencia, y en tanto el contemporáneo de Zenón, 5 Epicuro había establecido su propia escuela a las afueras del muro de la ciudad. Otros filósofos inspirados por el ejemplo de Sócrates –que había muerto alrededor de unos cien años antes- también florecieron, especialmente los cínicos. Como los cínicos –y en contraste con aquellos en la Academia, el Liceo y el Jardín de Epicuro- los estoicos como escuela no poseyeron alguna propiedad formal, sino que se reunían en lugares públicos en el centro de la ciudad. Zenón atraía una amplia audiencia y después de su muerte su discípulo Cleantes continuó la tradición. Cleantes mismo fue sucedido por Crisipo, tradicionalmente celebrado por haber sido el más importante de los primeros estoicos. La tradición de enseñar en la Stoa continuó probablemente de alguna manera hasta el siglo primero antes de Cristo. Por esta época, Roma se había convertido en la fuerza cultural y política más importante en el mundo antiguo. Los romanos encontraron que muchas ideas estoicas congeniaban con ellos y el estoicismo floreció dentro del mundo cultural romano. En el siglo I a. C., Cicerón presenta al mundo de habla latina un número importante de resúmenes de la filosofía estoica. Los estoicos crecieron en número durante el siglo I d. C., de Séneca, Lucano y Persius a Musonius Rufus a Epicteto. El siglo II vio la culminación de la apropiación de estoicismo en el Emperador Marco Aurelio, que puso su propia marca al estoicismo en sus Meditaciones. Como podemos ver, el estoicismo atrajo a individuos de origen en un amplio rango geográfico y antecedentes culturales: de Diógenes de Babilonia de oriente al Séneca del sur de España en el occidente; de un ex esclavo Epicteto al Emperador Marco Aurelio; inmigrantes a Atenas venidos del cercano oriente a miembros de la corte Imperial de Roma. ¿Qué era lo que les atraía del estoicismo a tan diverso conjunto de personajes? Quizá la primera cosa que sea indicada es, como se capta en la imagen popular del estoicismo, la filosofía estoica no solamente es una serie de afirmaciones filosóficas sobre la naturaleza del mundo o de lo que podemos conocer o de lo que es verdadero o falso; es ante todo una actitud o modo de vida. El estoicismo implica complejas teorías filosóficas de ontología (teoría de lo que existe), epistemología (teoría del conocimiento) y ética, pero estas teorías se sitúan dentro de una muy particular concepción de lo que es la filosofía. Siguiendo a Sócrates, los estoicos presentaron la filosofía como interesada primeramente en el asunto de cómo se debería vivir. Los estoicos no eran los únicos interesados en este aspecto, sin embargo, lo mismo aplica para los antiguos epicúreos y los cínicos entre otros. ¿En qué se diferencia el modo de vida estoica de aquel que proponen las otras antiguas escuelas filosóficas? Aquí llegamos a las teorías ontológicas, epistemológicas y éticas –teorías que parecen similares en forma a aquellas propuestas por filósofos modernos- pues la actitud o modo de vida estoica se construye en estas afirmaciones teóricas. Por supuesto, examinaremos las tendencias centrales del sistema filosófico estoico en algunos detalles en los siguientes capítulos, pero en breve los estoicos proponen una ontología materialista en la que Dios penetra por completo el cosmos como una fuerza material. Afirman que solamente la virtud es suficiente para la felicidad y que los bienes 6 externos y las circunstancias son irrelevantes (o al menos lejos de ser importante como mucha gente tiende a suponer). Argumentan que nuestras emociones son meramente el producto del error de nuestros juicios y pueden ser erradicadas por una forma de terapia epistémica (cogitativa). Reunieron todas estas doctrinas en la imagen ideal del sabio estoico que podría ser perfectamente racional, emotivo, indiferente en esto o sus circunstancias y, tristemente, feliz incluso cuando sea torturado en el potro. Aunque el estoicismo había declinado en cuanto a su influencia a principios de siglo III d. C., su impacto filosófico no había tenido un fin. A pesar de la pérdida de casi todos los textos de los fundadores del estoicismo en Atenas, la influencia de la escuela continuó en los filósofos posteriores, la primera vía es la disposición confiable de los textos latinos de Cicerón y Séneca durante la Edad Media y el Renacimiento, y la segunda vía la colección de los fragmentos de los primeros estoicos reunidos de una amplia variedad de antiguos autores que citan sus escritos ahora perdidos o nos informan de sus opiniones. El estoicismo tuvo una influencia especial durante el siglo XVI y XVII, y forma una de las numerosas influencias que contribuyeron al importante desarrollo filosófico durante este período. Filósofos que van de Erasmo, Calvino y Montaigne a Descartes, Pascal, Malebranche y Leibniz, estaban bien informados sobre las idas estoicas. Debates durante este período sobre la naturaleza del yo, el poder de la razón humana, el destino y la voluntad, y las emociones frecuentemente hacen referencia al estoicismo. Esta influencia tardía del estoicismo ha continuado hasta la actualidad, y el más notable ejemplo se puede encontrar en los escritos de Michel Foucault y sus análisis acerca del “cuidado de sí mismo” y “tecnologías del sí mismo”. Así el estoicismo no fue solamente una de las más populares escuelas de filosofía en la antigüedad sino también una constante presencia a través de toda la historia del pensamiento filosófico occidental. La tarea de explicar el estoicismo como filosofía es compleja por grandes razones. Más cuando la mayor parte de los primeros textos se han perdido. Por tanto hemos de confiar en los informes posteriores de autores que frecuentemente son críticos hacia el estoicismo y algunas veces escriben en climas intelectuales completamente diferentes. Los textos que tenemos son tardíos, y es algunas veces difícil de determinar qué tan cuidadosamente reflejan la ortodoxia de los primeros estoicos y qué tanto encarna desarrollos posteriores. Todo esto puede hacer la tarea desconcertante para aquellos que son nuevos en el tema. El resto de este capítulo introductorio está destinado a ayudar a los principiantes en el tema a fin de introducir las principales figuras en la historia del estoicismo así como el número de aquellos autores que cualquiera que se acerque por primera vez es probable que encuentre. Concluye con algunos pensamientos sobre el porqué muchos de los textos de los primeros estoicos se han perdido, ideas que aunque expresadas de una forma especulativa son de ayuda para entrar en tema del capítulo 2. Algunos lectores pueden comenzar con el capítulo 2 si lo desean, puede volver a la información contextual de este capítulo como y cuando sea necesario. 7 CAPÍTULO PRIMERO LOS PRINCIPALES ESTOICOS Y SUS ESCRITOS 1.1 ZENÓN DE CITIUM Zenón, el fundador del estoicismo, nació en el 330 a.C., en la ciudad de Citium en Chipre. Según la antigua tradición biográfica, Zenón viajó a Atenas en sus primeros veinte años y a su llegada visitó una librería donde encontró una copia de los Morabilia de Jenofonte. Mientras miraba el libro Zenón preguntó al librero dónde podría encontrar a un hombre como Sócrates; y en este momento pasaba el cínico Crates y el librero le dijo a Zenón “Sigue a ese hombre” (DL 7, 2-3). De este modo la educación filosófica de Zenón comenzó –con los cínicos. Los cínicos eran reconocidos por defender una vida de acuerdo con la naturaleza, en oposición a la vida conformada por las costumbres y conversaciones locales. Afirmaban que todo lo que está de acuerdo con la naturaleza es necesario, mientras que aquellas cosas que están en conformidad con la convención son meramente arbitrarias. Los cínicos argumentan que uno podría centrar toda su atención en conseguir aquellas cosas necesarias que están de acuerdo con la naturaleza (comida, agua, refugio y vestido elementales), y no prestar ninguna atención a todo lo que lo que no es necesario y las reglas arbitrarias, regulación y supuestos de la cultura particular en la que uno espera encontrarse a sí mismo. Como veremos, la idea de “vivir de acuerdo con la naturaleza” fue una idea cínica que los estoicos adoptaron y desarrollaron. Sin embargo, Zenón no habiendo deseado convertirse en un cínico, buscó explorar otras discusiones filosóficas que tenían lugar en Atenas por ese tiempo. El mismo nos informa que estudió Polemo, que entonces era el dirigente de la Academia de Platón, con quien sin duda alguna tuvo oportunidad de estudiar la filosofía de Platón de manera detallada. También nos refiere que había estudiado con Stilpon, un miembro de la escuela de Megára, importante por sus contribuciones a la lógica, que en cuanto a la ética simpatizaba con los cínicos. La combinación de Stilpon de ética cínica y lógica megárica allanó el camino para una mezcla semejante en Zenón que se desarrollaría más tarde dentro del estoicismo. 8 Luego de su amplia y ecléctica educación filosófica Zenón eventualmente comenzó a enseñar él mismo alrededor del año 300 d. C., En lugar de intentar establecer alguna escuela formal, Zenón ser reuniría con aquellos que querían escucharlo en uno de los columnatas cubiertas o Stoa que bordeaban el ágora de Atenas. Su sitio preferido era la Stoa pintada que estaba al lado norte del ágora. Mientras tanto sus seguidores fueron llamados “Zenonians”, los cuales rápidamente fueron conocidos como aquellos que ser reunían en la Stoa: estoicos. Es común entre los estudiosos que para analizar lo que sabemos de las enseñanzas de Zenón compararlo con lo que sabemos sobre las doctrinas de sus varios educadores. Aunque este modo de proceder puede ser de mucha ayuda algunas veces este método tiene la desafortunada consecuencia de presentar a Zenón como una especie de charlatán intelectual, tomando ideas de aquí y de allá sin mucha aportación personal de su parte. Si bien Zenón estuvo sin duda alguna influido por muchos maestros con los que había estudiado, no hay que descartar sus propias contribuciones filosóficas en la fundación del estoicismo, ni limitarla a una mera síntesis creativa de doctrinas para ofrecerse a los seguidores. Con sólo algunos fragmentos que permanecieron de sus trabajos es difícil evaluar con propiedad su propia contribución, pero de la evidencia que sobrevive parece claro que la fundación de las doctrinas importantes del estoicismo en lógica, física y ética fueron en realidad establecidas por el fundador de la escuela. El más importante de los trabajos conocidos de Zenón es su República. Este trabajo sobre utopía política fue muy controvertido en la antigüedad, tanto entre las críticas hostiles y los apologistas estoicos. Los fragmentos sobrevivientes muestran que defendía la abolición de los tribunales de justicia, el dinero corriente, el matrimonio y la educación tradicional. Se nos dice que fue uno de los primeros escritos de Zenón, escrito cuando estaba bajo la influencia de su mentor cínico Crates (DL 7, 4). 1 Sin embargo, esto puedo haber sido un movimiento de un apologista estoico tardío, destinado a distanciar al Zenón maduro del contenido escandaloso de la República (veremos con más detalle la República de Zenón en el capítulo 5). Los títulos de algunos de sus escritos conocidos reflejan los temas centrales de la filosofía estoica, tales como Vivir de acuerdo a la Naturaleza y Sobre las emociones. (DL 7, 4). Los discípulos de Zenón fueron Perseus, Herillus, Dionisio, Spherus, Aristón y Cleántes. Los dos últimos parecen ser los más importantes. 1.2 ARISTÓN DE QUÍOS Aristón de Quíos, discípulo de Zenón, se centró principalmente su atención en temas de ética, prestando muy poca atención a la lógica y la física. 2 Parece ser él quien Diógenes Laercio, VII, 4, “Por un cierto tiempo, pues, Zenón fue alumno de Crates; porque en aquel mismo tiempo escribió la República, algunos bromeaban diciendo que lo había escrito sobre la cola del perro”. 1 DL, 7, 160, “[…] afirma que el fin es vivir perfectamente indiferente a todo lo que no es ni virtud ni vicio, no admitiendo ninguna distinción entre cosas indiferentes, sino considerándolas todas iguales. 2 9 rechazó el añadido a la ética estoica la idea de que algunos objetos externos, conocidos como indiferentes, pueden ser preferibles a otros; por ejemplo, que la riqueza sea preferible a la pobreza o incluso pensar que estrictamente hablando sean ambos indiferentes (véase capítulo 5). De este modo quiere mantener una actitud muchos más austera y cínica, una que se remontaba hasta Sócrates. A la larga se perdió el argumento, y los conceptos de indiferentes “preferentes” y “no-preferentes” se convirtió en un elemento estándar de la ética estoica. Y esto sin duda alguna contribuyó al mayor atractivo de los estoicos, especialmente más tarde cuando se introdujo en la cultura romana, y así la derrota de Aristón fue probablemente para el mejor interés del estoicismo. Sin embargo, su postura de inflexible heterodoxia también se vino abajo entre el público en general en sus días, y sus lecturas son referidas como siendo especialmente populares (DL, 161). 1.3 CLEANTES DE ASSOS Cleántes, lo mismo que Zenón antes que él y muchos otros estoicos posteriores, vinieron a Atenas de oriente, y en su caso de Assos en Turquía. Estudió con Zenón y le sucedió como dirigente de la escuela, alrededor del 263 a. C., Su principal renombre le viene de hecho de ser el autor de uno de los textos estoicos más amplios que nos hayan llegado (aunque a decir verdad no es muy extenso). Este es Himno a Zeus y que se ha preservado en una antología de materiales compilado siglos más tarde por Juan Stobaeus. El himno (traducido en LS I y IG II, 21) es de un tono indudablemente religioso (como el mismo título lo sugiere) y se coloca dentro de lo que extrañamente podríamos decir que es la física estoica. En realidad, Diógenes Laercio nos dice que Cleántes tenía poca aptitud para la física (DL 7, 170)3, aunque se nos dice que había escrito dos volúmenes sobre la física de Zenón y cuatro volúmenes sobre Heráclito. Los informes tradicionales sobre la física estoica citan con mucha frecuencia a Heráclito como una fuente importante en la formación de la física estoica, y pudo haber sido a través de los trabajos de Cleántes que él mismo realizó sobre Heráclito la marca que dejó el desarrollo de la doctrina estoica. 1.4 CRISIPO DE SOLI El tercer dirigente del estoicismo en Atenas después de Zenón y Cleántes fue Crisipo de Soli, una ciudad de Sicilia, en Asia menor. Sucedió a Cleántes como dirigente de la escuela alrededor de 232 a. C. y murió a la edad de 73 años, alrededor de 205 a.C. La importancia de Crisipo en el desarrollo de la filosofía estoica esta resumido en una frase frecuentemente citada por Diógenes Laercio: “Si no hubiese existido Crisipo, tampoco habría existido ningún estoicismo” (DL 7, 183). Fue especialmente importante para la continuación del estoicismo debido a sus respuestas a los ataques Comparando al sabio con el actor consumado que debe asumir la máscara sea la Tersite o de Agmenón representando los dos roles con una admirable entereza. Eliminó la física y la lígica, sosteniendo que la primera está por encima de nosotros, la segunda no tiene nada que ver con respecto a nosotros, solamente la ética es la que nos corresponde” 3 DL, 7, 170, “[…] Era diligente, pero sin aptitudes naturales y excesivamanete lento” 10 los filósofos escépticos de la academia, tales como Arcesilao. Es quizá el más importante de los primeros estoicos y podría decirse que el más importante de todos los filósofos estoicos. Su más importante y significativa contribución al desarrollo del estoicismo fue establecer en un sistema las ideas de sus predecesores, añadiendo su propia reflexión personal y estableciendo una alta filosofía sistemática, sistema que se habría convertido en base de un estoicismo ortodoxo. Es, por ejemplo, que solamente mirando después Crisipo que podemos juzgar a Aristón como un heterodoxo; antes de Crisipo los asuntos no estaban aún establecidos. Probablemente fue el más famoso en la antigüedad por su habilidad lógica, pero también fue reconocido como diestro en todas las partes de la filosofía. Se nos dice que escribió alrededor de 705 libros, de los cuales existe un sustancial catálogo de sus libros. Sin embargo, todo lo que sobrevive son fragmentos citados por autores tardíos, principalmente por Plutarco y Galeno, ambos autores escribieron obras para atacar a Crisipo. Actualmente existen aún más fragmentos que han sido descubiertos entre los rollos de papiro desenterrados en Herculaneum, tales como partes de sus escritos Sobre la Providencia y Cuestiones de lógica. Es probable que existan otros escritos de Crisipo entre los rollos carbonizados que han sido descubiertos, esperando poder ser descifrados (Gigante 1995:3). En siguiente dirigente del estoicismo después de Crisipo fue Zenón de Tarso. Su sucesor fue Diógenes de Babilonia. Diógenes fue uno de los tres filósofos atenienses que fueron en una embajada a Roma en 155 a. C., un acontecimiento importante que favoreció la introducción de la filosofía griega en el mundo romano. 2. EL ESTOICISMO MEDIO Los anteriores personajes que hemos presentado hasta el momento son conocidos tradicionalmente como los primeros estoicos. Luego de estos primeros estoicos viene el estoicismo medio. La validez de esta división ha sido puesta en cuestión por algunos académicos, y tal vez tengan razón al respecto (véase Sedley 2003), sin embargo la distinción está bastante bien establecida. Una de las pretendidas características del estoicismo medios que lo distingue del primer estoicismo es un creciente eclecticismo, los estoicos recurrieron a materiales filosóficos de otras escuelas antiguas. Con estos personajes, pues, hemos de preguntar en qué medida puede un filósofo desviarse de la enseñanza de los primeros estoicos y volver a otras tradiciones filosóficas sobre ciertos temas mientras que todavía seguía siendo estoicos en un sentido muy importante. Quizá el primer estoicos después de Crisipo con quién se plantea la cuestión de la ortodoxia es Antipater de Tarso, que sucedió a Diógenes Laercio como dirigente de la escuela. Antipater intentó poner de relieve el fundamento común entre estoicismo y platonismo. Pero la cuestión del eclecticismo y la ortodoxia se presenta en primer plano cuando nos topamos con Panecio de Rodas, discípulo de Antipater. 2.1 PANECIO DE RODAS 11 Panecio nació en Rodas alrededor del año 185 a. C. Estudió en primer lugar en Pergamum y más tarde en Atenas, bajo los estoicos Diógenes de Babilonia y Antipater de Tarso. Más tarde pasó tiempo en Roma, en el círculo de gente que estaba alrededor del famoso general romano Escipión el Africano. Se convirtió en dirigente del estoicismo en 128 a. C., sucediendo a Antipater. Murió alrededor del 110 a. C. La posterior influencia de Panecio en no poca parte se palpa en Cicerón, que recurrió de manera extensa a la obra de Panencio De las acciones apropiadas (Peri Kathekonta) cuando escribió su escrito más importante De Officiis (De los deberes). Se nos informa que Panecio admiraba tanto a Platón como a Aristóteles. Aunque permaneció fiel a la doctrina estoica (suficiente como para poder ser dirigente del estoicismo), hubo algunos puntos doctrinales en los cuales se desvió. Rechaza la doctrina estoica de la destrucción periódica del mundo, afirmando en cambio su eternidad (DL 7, 142).4 Puede ser visto como relajar en algo la ética estoica negando que la virtud es suficiente para poseer la propia felicidad (sugiriendo que los bienes materiales también son requeridos: DL 7, 128)5, y mover el foco de atención del ideal del sabio al hombre promedio de las calles (Séneca, Ep., 116, 5). Sin embargo, a pesar de su heterodoxia en estos puntos y su informada admiración por Platón, permaneció fiel a la ortodoxia estoica negando la doctrina platónica de la inmortalidad del alma (Cfr., Cicerón, Tusc., I, 79). Se podría indicar también que algunos de sus opiniones heterodoxas habían sido adoptadas por otros anteriores estoicos; Diógenes de Babilonia, por ejemplo, había rechazado la destrucción periódica del mundo, y que Panecio simplemente siguió una de las principales ideas de su maestro. 2.2 POSIDONIO DE APAMEA Posidonio nación en Apamea en Siria alrededor del año 135 a. C., Estudió en Atenas con Panecio (cuando Panecio murió en 110 a. C., Posidonio habría tenido alrededor de unos 25 años de edad). En vez de permanecer en Atenas se movió a Rodas y fue allí donde enseñó filosofía. Esto pudo haber sido la causa de que la dirigencia de la escuela estoica en Atenas haya pasado juntamente a Mnesarco y Dardanus luego de la muerte de Panecio). Mientras estuvo en Rodas, Posidionio viajando alrededor del Mediterráneo, reunió una gran cantidad de materiales culturales y científicos de mentalidad aristotélica. Su más famoso discípulo probablemente fue Cicerón. Posidonio murió alrededor de 51 a. C., cuando contaba con alrededor de ochenta años. Sobre todo, Posidonio fue un erudito, contribuyó no solamente a la filosofía estoica, DL VII, 142, “[…] Del origen y disolución del cosmos tratan: Zenón en la obra Sobre el Cosmos, Crisipo en el libro primero de la Física, Posidonio en libro primero Sobre el Cosmos, y Cleántes y Antipater en décimo libro Sobre el Cosmos. Pero Panecio sostiene la incorruptibilidad del cosmos” 4 DL VII, 128, […] Pero Panecio y Posidonio sostienen además que la virtud no es suficiente, sino que es necesario también la buena salud, la abundancia de los medios para vivir, y la fuerza”. 5 12 sino también a la historia, geografía, astronomía, meteorología, biología y antropología. Panecio y Posidonio se desviaron de algunas de las doctrinas de los primeros estoicos. Pero esto necesariamente no debe ser visto como una deficiencia. Si hubiesen aceptado todo lo que se enseñaba en el estoicismo sin pensarlo, entonces habrían sido más bien discípulos religiosos que filósofos. Parece claro que Cleantes y Crisipo no fueron ciegos seguidores de Zenón, sino que extendieron y desarrollaron el pensamiento del fundador en tal modo que reflejan sus propias tendencias filosóficas, cada uno haciendo su propia contribución individual para el desarrollo de la filosofía estoica. Si suponemos que estos filósofos estoicos post-Crisipo eran en efecto filósofos en vez de ser devotos de las palabras de Crisipo, entonces podríamos esperar alguna desviación de sus doctrinas. Si Posidonio y Panecio merecen el título de filósofos en absoluto, entonces podríamos esperar de ellos algunas de sus propias conclusiones filosóficas y en desacuerdo con algunas de las doctrinas de los estoicos anteriores. No hay nada de inconsistencia en hacer esto mientras al mismo tiempo afirman la filosofía estoica como la escuela filosófica con que se tiene más simpatía intelectual. En efecto, si este no fuera el caso entonces la noción completa de escuela filosófica o tradición correría el riesgo de convertirse en una contradicción en términos. Podría también indicarse que aunque tanto Panecio como Posidonio muestra admiración hacia Platón y Aristóteles, esto puede ser menos un reflejo de su personal eclecticismo sino más bien el reflejo del amplio cambio del clima filosófico del período. Mientras que los primeros estoicos tuvieron interés en mostrar su independencia filosófica frente a Platón, pero a fines del siglo segundo a. C., Platón era considerado como una fuente del estoicismo en vez de ser un adversario filosófico. Este período también vio un renovado interés por la filosofía de Aristóteles; cada vez más fue considerado como un filósofo de estatura importante en vez de ser simplemente considerado como fundador de una escuela competitiva. Como tal, cualquier aspirante a filosofía tendría que apreciar su pensamiento. 3. LOS ÚLTIMOS ESCRITORES ESTOICOS El estoicismo de los dos primeros siglos de nuestra era tiene características muy diferentes al estoicismo de los primeros tres siglos a. C., La razón de este cambio es simple para el estoicismo de este último período tenemos textos completos que podemos leer, en vez de tener citas que dependen por haber sido preservadas por otros autores, frecuentemente hostiles, y de segunda mano que nos informan sobre sus ideas. Han existido debates académicos sobre la cuestión en qué medida la filosofía estoica se desarrolla en este periodo. Sobre la opinión tradicional, los últimos estoicos perdieron su interés en temas técnicos como lógica y física, y poniendo toda su atención en la ética práctica. Sin embargo, esta impresión puede simplemente reflejar la naturaleza de los textos que han llegado a nosotros en vez de algún cambio sustantivo en el interés filosófico. Los autores mejor conocidos son Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, pero también debemos considerar como figuras menores a Cornutus y Musonius Rufus, así como a Hierócles y Cleomedes. 13 3.1 SÉNECA Séneca es el primer estoico del que tenemos una considerable literatura que nos ha llegado; en efecto su corpus es la más grande colección de textos sobrevivientes para cualquier estoico. Cuando se tiene en mente que el siguiente corpus más amplio de escritos, los de Epicteto, probablemente escritos por discípulo Arriano, y que las Meditaciones de Marco Aurelio tiene alguna característica peculiar que las hace muy diferentes de cualquier otro texto, entonces los trabajos filosóficos de Séneca toman una importancia adicional. Si queremos leer a un autor estoico directamente entonces debemos volver a Séneca como el más importante autor estoico cuyos trabajos han sobrevivido. Desgraciadamente la reputación de Séneca no ha sido bien apreciada. Por una parte, ha sido acusado a través de los años como un hipócrita, derivado de la aparente incongruencia entre sus más altos preceptos morales y algunos detalles de su vida (incluyendo su rol como tutor del tirano emperador Nerón). Por otra parte, sus escritos morales frecuentemente han sido marginados en el estudio de la filosofía antigua (aunque en la actualidad esto ha cambiado), debido a que no alcanzan el mismo rigor teórico que encontramos en Platón y Aristóteles. También ha sido acusado de eclecticismo (Rist, 1989), con la complicidad que puede incluso no ser una buena fuente para la información del estoicismo ortodoxo. Pero podría ser un error juzgar a Séneca solamente en términos de su permanencia fiel a las enseñanzas de los primeros estoicos. Uno podría también tener en mente que históricamente Séneca ha sido una fuente clave para la última generación de lectores y ha sido un personaje central en la conformación de la imagen del estoicismo en occidente. En parte esto se debió a la existencia de una serie de cartas entre Séneca y san Pablo que fueron tenidas como genuinas (aunque en la actualidad son tenidas como falsas) y de este modo los Padres de la Iglesia, lectores medievales y los humanistas del Renacimiento se acercaron a Séneca como un filósofo pagano cuyos trabajos estaban en simpatía (o al menos no en un conflicto directo) con el cristianismo. De los escritos filosóficos sobrevivientes de Séneca incluye una serie de Epístolas morales, dirigidas a Lucilio, que trata de una manera muy amplia una gama de temas filosóficos, y una serie de Diálogos. Los Diálogos están de hecho muy cercanos a lo que podríamos llamar ensayos en su forma literaria. Tales son: Sobre la Providencia, De la constancia del sabio, De la Ira, Consolación a Marcia, De la vida feliz, Del Ocio, De la tranquilidad del alma, De la brevedad de la vida, La consolación a Polibio y la Consolación a Helvia a su madre. Además de estos, existen también extensos trabajos de prosa que tratan de temas éticos dentro del contexto del liderazgo político: De los beneficios, De la clemencia. También sobreviven estudios sobre cuestiones de física y meteorología, Cuestiones naturales. Fuera de estos escritos en prosa, Séneca escribió una serie de tragedias que tuvieron una grande influencia en la literatura posterior, cuyo contenido ha sido tomado por algunos como reflejo de su filosofía (Rosenmeyer 1989). También compuso una sátira sobre la deificación del Emperador Claudio, titulada Apocolocyntosis. 14 3.2 CORNUTUS Lucio Anneo Cornutus tiene alguna conexión con Séneca, tal vez por algún tiempo fue su esclavo familiar. Nació alrededor del año 20 d. C., comenzó a enseñar filosofía y retórica en Roma alrededor del año 50 d. C., Entre sus discípulos se encuentran el poeta Lucano (sobrino de Séneca) y Perseo, cuyas sátiras dice haber editado después de la muerte de éste. Como muchos de los estoicos romanos de este periodo, fue exiliado en un momento dado, pero no se sabe si regresó a Roma. Cornutus es mejor conocido como el autor de la Introducción a la teología griega, una consideración alegórica de la mitología tradicional griega. Escribió también un trabajo (actualmente perdido) sobre la lógica aristotélica y su interpretación de uno de los primeros estoicos llamado Athenodorus. 3.3 MUSONIUS RUFUS Musonius Rufus fue un etrusco y probablemente nació antes del año 30 d. C., Como miembro del orden de caballería era miembro de la alta clase social, y su vida como maestro de la filosofía estoica durante un volátil período político que estuvo marcada por el destierro y el exilio en un buen número de ocasiones. Fue exiliado a Siria por dos años por Nerón, y a su regreso fue más tarde desterrado a una isla aislada. Cuando Vespasiano desterró a los filósofos de Roma en el año 71 d.C. Musonius no fue obligado a dejarla, pero más tarde fue desterrado por el mismo emperador por razones desconocidas. Cuando volvió a Roma enseñó filosofía y fue en allí donde Epicteto debió haber escuchado sus clases. Aunque no tenemos una fecha precisa de su muerte, se piensa que murió el año 100 d. C., Algunos datos sobre su vida se puede encontrar en los trabajos de Tácito y Filostrato. La evidencia literaria referente a Musonius Rufus es de dos grupos: el primero es una serie de lecturas preservadas por Stobaeus que probablemente son notas tomadas de sus clases por uno de sus estudiantes (Lucius); el segundo una colección de anécdotas y dichos reunidos de los escritos de Stobaeus, Epicteto, Aulius Gellios y otros. Parece que todos estos testimonios se derivan de las enseñanzas orales de Musonius en vez de algún escrito formal que haya elegido publicar. Como Sócrates antes que él y después Epicteto, parece que Musonius no eligió escribir nada. Aunque hay algunos temas interesantes desarrollados en textos relativamente cortos que sobreviven, incluyendo una importante discusión sobre la igualdad de género, es de un significado real de Musonius como maestro. Su más famosos discípulo es Epicteto, y sin más información sobre Musonius es difícil decir precisamente qué tanta fue la influencia de las ideas de Musonius y el método que dieron forma a la filosofía de Epicteto. Además de Epicteto, también fueron discípulos de Musonius el orador Dión Crisóstomo y el estoico Eufrates de Tiro. Su reputación en la antigüedad fue considerable y académicos modernos lo han denominado como el “Sócrates romano”. Su estatus como sabio estoico (aunque quizá no es sentido técnico) combinado con su influencia como maestro de Epicteto, Eufrates, Dión y otros ha conducido a algunos a pensar que sus significación fue tan grande que debería ser tratado como un tercer 15 fundador del estoicismo, luego de Zenón y Crisipo (Arnold 1911: 117). El contenido de la poca literatura que permanece puede tales pueden hacer pensar en una reivindicación de tipo escéptico, sin embargo es claro que Musonius gozó de una alta reputación de sabio en la antigüedad. A través de su influencia sobre Epicteto, y más tarde su influencia en Marco Aurelio, Musonius en efecto se encuentra como el iniciador de una nueva dinastía en la tradición estoica en los dos primeros siglos después de Cristo. 3.4 EPICTETO Con mucho el más importante filósofo estoico que aparece en la estela de Musonius es Epicteto. Nacido alrededor del año 50 d. C. en Asía Menor, comienza su vida como un esclavo y entró al servicio de un romano de clase alta, Epafrodito, secretario del Emperador Nerón y Domiciano. Epicteto sin duda alguna habría estado en el centro de Roma y tuvo alguna experiencia de la corte Imperial. Mientras tanto siendo esclavo en Roma le fue permitido escuchar las clases de Musonius Rufus, y más tarde le fue concedida su libertad. Parece razonable suponer que Epicteto comenzó su propia carrera de maestro en Roma, quizá protegido por Musonius. Sin embargo no permaneció en Roma por mucho tiempo; en 95 d. C., Domiciano desterró a todos los filósofos de Italia, precisamente como un acto en la amplia persecución política que realizó contra sus críticos. De este modo Epicteto se movió a Nicópolis en la costa occidental de Grecia, y fue allí donde estableció la escuela donde las clases que han llegado a nosotros fueron tenidas. Murió alrededor del 130 a. C., Parece que muchas figuras, incluyendo al emperador Adriano, vinieron a visitarlo a Nicópolis, debido precisamente a su creciente reputación (existe un diálogo entre Epicteto y Adriano, desafortunadamente, sin duda alguna falsa). Dos textos asociados con Epicteto han llegado a nosotros: los Discursos y el Manual. Una cosa que surge de manera inmediata en estos escritos es la admiración de Epicteto por Sócrates, el modelo filosófico fundamental. Y como Sócrates, en la medida en que lo sabemos, Epicteto no escribió nada para su publicación. Los textos que tenemos no son del mismo Epicteto sino que se afirma generalmente que son informes de sus clases hechos por uno de sus discípulos. El discípulo en cuestión es Arriano, también conocido por la historia de las campañas de Alejandro Magno. En el prefacio a los Discursos Arriano afirma que lo escribió es lo mejor que por capacidad y memoria es lo que palabra por palabra pudo escuchar de las lecciones de Epicteto. Por lo tanto se disculpa de su estilo de escribir. En efecto, los Discursos son muy diferentes en estilo comparados con otros escritos de Arriano, escritos en un estilo menos literario y con un lenguaje más común (la koiné o griego común del Nuevo Testamento). Aunque no podemos dudar de la sinceridad de Arriano sobre este punto, indudablemente es inevitable que lo que nos ha conservado es solamente una consideración parcial tanto de lo que en realidad Epicteto enseñó y lo que buscaba en sus lecciones. 16 En la actualidad existen cuatro libros de los Discursos. Fuentes antiguas tardías mencionan los escritos de Epicteto en ocho y doce libros, y Aulio Gelio conserva un fragmento del libro 5 de los Discursos, sin duda alguna, pues, no tenemos todo lo que Arriano escribió de las lecciones de Epicteto. El Manuel fue reunido por Arriano, según un testimonio del neoplatónico Simplicio en su comentario al mismo. En efecto es un compendio de los Discursos, es una destilación de sus temas importantes. En este caso, el juicio y la selección de Arriano son obviamente importantes en la formación del carácter y contenido del escrito (considerar la diferencia dramática que podría resultar si un número de personas pregunta por la razón de seleccionar una serie de pasajes claves de la Ética a Nicómaco de Aristóteles). Sin embargo el resultado es un resumen importante de la filosofía práctica estoica, y abriendo el capítulo captura perfectamente la esencia de la filosofía de Epicteto como la conocemos: “De las cosas, algunas dependen de nosotros, y algunas no dependen de nosotros. Dependen de nosotros la opinión, deseo, aversión y, en una palabra, todas nuestras acciones. No dependen de nosotros nuestro cuerpo, posesiones, reputaciones, oficios y, en una palabra, todo lo que no son nuestras acciones” (Ench., I, 1). La clave de la felicidad, sostiene Epicteto, es analizar continuamente nuestra experiencia del mundo en términos de esta división entre lo que “depende de nosotros” y lo que “no depende de nosotros”. Al menos toda miseria humana, sostiene, es el resultado de que las personas no entienden la naturaleza y el significado de la división, asumiendo la idea de que tienen el control de cosas que no dependen de ellos, de fundamentar sus felicidad sobre cosas externas “que no dependen de nosotros” y haciéndose altamente vulnerables a las vicisitudes de la fortuna. En cambio, deberíamos fundamentar nuestra felicidad en aquellas cosas que “dependen de nosotros”, sobre aquellas cosas que no nos pueden ser quitadas. Si hacemos esto, nuestra felicidad sería literalmente inalterable. 3.5 MARCO AURELIO El emperador romano Marco Aurelio (121-180 d. C.) fue un gran estudioso y admirador de la filosofía de Epicteto que se encuentra presente en los Discursos, una copia que tomó prestada de sus propios maestros. De este modo puede ser tenido como parte de la tradición fundada por Musonius. Pero Marco Aurelio no podría ser muy diferente ni de Musonius o Epicteto. El emperador no fue evidentemente un maestro de filosofía ni un sabio de tiempo completo en las plazas públicas. Sin embargo los textos que han llegado hasta nosotros bajo el título de Meditaciones, encontramos algo que claramente ha consumido mucho tiempo en la especulación filosófica. Marco trata una variedad de temas en un modo no-técnico en los textos ni fue concebido para tener una amplia circulación, como usualmente se presupone, pero escrito quizá con alguna vista hacia la posteridad. Quizá uno de los temas dominantes es la relación entre el individuo y el cosmos. He aquí solamente un ejemplo: “El tiempo de la vida humana, un punto; su sustancia, fluyente; su sensación, turbia; la composición del conjunto del cuerpo, fácilmente corruptible; su alma, una peonza; su fortuna, algo difícil de conjeturar; su 17 fama, indescifrable. En pocas palabras: todo lo que pertenece al cuerpo, un río; un sueño y vapor, lo que es propio del alma; la vida, guerra y estancia en tierra extraña; la fama póstuma, olvido” (II, 17). Hay otros pasajes semejantes como estos en las Meditaciones y para algunos lectores ello puede parecer exactamente repetitivo. Pero esto en parte refleja quizá su rol como notas filosóficas e ideas en las que Marco Aurelio está trabajando consigo mismo, viniendo sobre el mismo tema una y otra vez en orden a ayudarse a sí mismo digiriendo las ideas con las que está reflexionando. 3.6 HIERÓCLES Y CLEOMEDES Los escritos de Séneca, Epicteto y Marco Aurelio habían estado en amplia circulación desde el renacimiento (y Séneca fue relativamente bien conocido en Occidente incluso mucho antes, durante la Edad Media). Recientes investigadores han puesto a la luz dos textos dos estoicos poco conocidos: Hierócles y Cleomedes. Poco conocemos de Hierócles. Es mencionado por Aulo Gelio y algunos textos atribuidos a él se conservan en la antología de Stobeo. Probablemente vivió alrededor del siglo II d. C., Sin embargo, es importante como autor de un escrito titulado Elementos de Ética (Elementa Ethica), descubierto en un papiro encontrado en Egipto, y publicado por primera vez en 1906. Este texto ofrece una muy interesante y valiosa consideración sobre la fundamentación de la ética estoica. Es también importante en cuanto toma la forma de un tratado escolar, en contraste con los escritos populares de moral de Séneca y Epicteto, y ofrece una visión de lo que los numerosos tratados éticos estoicos pudo haber tenido frente a sí. Es “lo más parecido a un libro de texto no contaminado o una serie de lecciones sobre la corriente principal de un filósofo estoico” (Long 1993: 94). Cleomedes es incluso mucho menos conocido, es autor de un texto de cosmología estoica titulado Caelestia. Este texto permaneció en la antigüedad y fue trasmitido a través de un manuscrito, pero desafortunadamente ninguna otra información permanece sobre Cleomedes en alguna otra fuente sobre él. Generalmente se ha pensado que vivió en el primero o segundo siglo después de Cristo, aunque no contamos con ninguna firme evidencia, pudo haber vivido más tarde. El tratado es sobre astronomía y cosmología (su carácter científico puede ayudarnos a explicar el porqué de su permanencia) y exhibe la influencia de Posidonio. Representa, al lado de las Cuestiones naturales de Séneca, como un raro ejemplo de un amplio texto estoico que se refiere a cuestiones de física. Su existencia muestra también las hipótesis tradicionales que los estoicos en los primeros siglos de nuestra era estaban preocupados únicamente de cuestiones éticas. Recientes investigaciones tanto de Hiérocles como de Cleomedes han hecho mucho para modificar la opinión tradicional de los últimos estoicos. En esta visión la moral popular de Séneca, Musonius y Epicteto, al lado de las notas divagantes de Marco Aurelio, que ilustraría meramente una escuela en decadencia, dejando de lado los intereses temáticos de lógica y física, ya no innovadores, ya no plenamente conscientes de la teoría ortodoxa estoica y contentos de recurrir a otras escuelas de una manera no sistemática. Los tratados de Hiérocles y Cleomedes nos ofrecen 18 vislumbrar una tradición continua en la escuela que pone atención a la ética estoica y la teoría física. Sin embargo, recientes investigaciones sobre Epicteto ha señalado la atención en sus intereses sobre lógica y otros aspectos del currículo tradicional de la filosofía estoica (Barnes, 1997). Los investigadores son cada vez más sensibles a la naturaleza parcial de la información sobre Musonius y Epicteto, que bien pudieron haber participado en cuestiones teóricas que van más allá del aula sobre cuestiones de la temática del currículo estoico. Sabemos por testimonio de Plutarco y Galeno, así como de Epicteto mismo, que los tratados de Crisipo estaban en circulación y fueron leídos a lo largo de los siglos primero y segundo de nuestra era. Cuando leemos el último estoicismo preocupado por cuestiones éticas, entonces, no deberíamos leerlos de manera aislada sino como escritos dentro de un contexto y leídos como tal en el conjunto del sistema filosófico de los primeros estoicos. 4. OTRAS FUENTES Aunque estos textos de los últimos estoicos son fuentes valiosas para la filosofía estoica, para la información sobre las ideas de los primeros estoicos es necesario confiar en las informaciones y citas que nos dan otros autores, autores que frecuentemente son críticos de la filosofía estoica. Cualquier estudio sobre filosofía estoica inevitablemente se encontrará con los escritos (o pasajes entresacados de estos mismos escritos) de los siguientes autores antiguos. Es importante conocer algo sobre estos autores y su propia tendencia filosófica en orden a considerar su información en el contexto del estoicismo. 4.1 CICERÓN Una de las primeras informaciones sobre la filosofía estoica que sobrevive es la de Cicerón, que se ubica en el primer siglo a. C. (e incluso más antigua que la de Séneca). Marco Tulio Cicerón (103-43 a. C.) fue un político romano con un pasado aristocrático. Como tal fue educado en sus primeros años en filosofía y retórica griega. Estudio en Atenas y Rodas, escuchando las lecciones de Posidonio. Es un autor prodigioso, escribió una gran cantidad de Discursos, Cartas y escritos de retórica así como un corpus filosófico importante. De sus escritos filosóficos los siguientes contienen una buena y valiosa cantidad de ideas estoicas: Academica, De Divinatione, De Officiis, De Finibus bonorum et malorum, De Fato, De Natura deorum, Paradoxa stoicorum, Tusculanae Disputationes. De manera extraordinaria, muchos de estos trabajos fueron escritos hacia el final de la vida de Cicerón (44-45 a. C.). En conjunto formas una de las primeras y más importantes fuentes para la filosofía estoica. Investigadores en el siglo XIX eran frecuentemente indiferentes a Cicerón como un escritor filosófico, entresacaban de sus escritos fragmentos de los primeros pensadores griegos aunque prestaban muy poca atención al mismo Cicerón. Sin embargo Cicerón estuvo familiarizado con los principales filósofos de su tiempo y hay muy poca duda de que era una persona dotada de mentalidad filosófica. Sus escritos filosóficos, incluso cuando son primeramente fuentes de información sobre el 19 estoicismo, merecen ser leídos como ensayos coherentes y bien elaborados en vez de ser considerados como un compendio de opiniones de otros personajes. La propia postura de Cicerón fue Académica (es decir, escéptica), pero también se inclinó hacia un cierto eclecticismo. Aunque ciertamente rechaza la epistemología estoica, en algunos lugares aprueba la ética estoica, o al menos admira el ideal ético estoico. No siendo él mismo un estoico, es un observador bien informado y que muestra cierta simpatía con algunos puntos de dicha filosofía. 4.2 PLUTARCO Plutarco de Chaerone (50-120 d. C.), famoso por sus Vidas Paralelas de eminentes griegos y romanos, también escribió un corpus sustancial de obras filosóficas, ahora reunidos bajo el título colectivo de Moralia. Plutarco fue un platónico y, en comparación con Cicerón, fue ampliamente hostil a los estoicos. A lo largo de la Moralia los estoicos frecuentemente son mencionados, pero en dos escritos en particular Plutarco centró su atención en los estoicos. Éstos son De stoicorum repugnantiis y De communibus notitiis adversus stoicos. En estos dos ensayos Plutarco dedica su esfuerzo en mostrar los problemas y contradicciones inherentes en la filosofía estoica, especialmente en Crisipo. Por tanto, Plutarco irónicamente se ha convertido en uno de los principales informantes de citas directas de Crisipo, y una fuente importante para el conocimiento de la filosofía de los primeros estoicos. Hay un tercer ensayo de Plutarco sobre los estoicos Compendium argumenti stoicos absurdiora poetis dicere, pero es muy corto y de mucho menos importancia. 4.3 GALENO Otra fuente importante para citas directas de Crisipo es Galeno de Pergamm (129-199 d. C.), el prolijo y más importante autor de escritos médicos. Galeno escribió obras que tratan de la filosofía estoica –un comentario a Primera silogística de Crisipo y un libro sobre Epicteto entre otras- todas las cuales desafortunadamente se perdieron. Sin embargo, entre sus escritos que han sobrevivido hay dos textos que tienen especial importancia para el estudio de la filosofía estoica. El primero es De placita Hippocratis et Platonis. Esta obra es un estudio detallado sobre la fisiología y psicología que intenta combinar las teorías médicas antiguas que colocan el alma en el cerebro y aquella de la psicología tripartita de Platón. En el desarrollo de su intención critica tanto la afirmación de Crisipo de que la facultad gobernante se encuentra en el corazón y su psicología monista. Para la segunda de sus críticas Galeno recurre a los escritos de Posidonio y presenta su visión como un estoico heterodoxo que critica la psicología de Crisipo. Galeno cita extensamente a ambos de estos estoicos y en el desarrollo nos presenta la más importante discusión sobre la teoría estoica del alma que se nos conservado. Igualmente nos ha conservado los fragmentos más extensos que se han conservado de Crisipo. 20 El segundo trabajo de Galeno es su Institutio logica, que contiene algún material útil sobre la lógica estoica. Sin embargo, hasta cierto punto es meramente un suplemento al más importante escrito sobre el tema que nos ha llegado: Sexto Empírico. 4.4 SEXTO EMPÍRICO Sexto Empírico –probablemente activo en el 200 d. C.- fue un seguidor de la tradición filosófica escéptica que afirma ser descendiente del filósofo griego Pirrón (y también es conocido como escepticismo pirroniano, para distinguirlo de escepticismo de la academia). Pudo haber sido, como Galeno, un médico. Sus principales escritos son: Esbozos pirrónicos y Adversus Mathematicos, el segundo de los cuales puede de hecho consistir en dos diferentes escritos. El contenido de estos dos escritos refleja cada uno en cierta medida, el tema de los libros II y III de los Esbozos pirrónicos repetidos (en mayor longitud) en los libros 7-11 del Adversus Mathematicos. Sexto es una fuente importante para una gran cantidad de aspectos de la filosofía estoica pero es importante cuando tenemos que estudiar la lógica estoica, para la cual existen muy pocas fuentes. Su consideración de la lógica estoica en el libro II de los Esbozos pirrónicos y el libro VIII del Adversus Mathematicos. 4.5 ALEJANDRO DE AFRODISIA Alejandro de Afrodisia tuvo la cátedra de filosofía aristotélica en Atenas alrededor del año 200 d. C. Esta pudo haber sido una de las cuatro cátedras que se nos informa que fueron creadas por Marco Aurelio un par de décadas antes (el reciente descubrimiento de una inscripción en la ciudad nativa de Alejandro sustenta lo dicho). Alejandro escribió una gran cantidad de comentarios sobre los escritos de Aristóteles además de una serie de textos cortos. Crítico del estoicismo, Alejandro argumenta en su contra y en su desarrollo refiere algunas de sus doctrinas en una cantidad de escritos. Dos de sus escritos cortos en particular nos ofrecen una fuente importante del estoicismo: De fato y De Mixtione. El enfrentamiento de Alejandro con el estoicismo sugiere que seguía siendo una fuerza intelectual en Atenas a lo más tardar en el año 200 d. C. En efecto, al lado de la catedra de filosofía aristotélica de Aristóteles había también una cátedra de filosofía estoica (las otras dos eran la que se dedicaba a la filosofía platónica y epicúrea). Presumiblemente Alejandro entró en debate con las sustentante de la cátedra de la filosofía estoica, y es probable que los estudiantes fueran capaces de escuchar las lecciones de más de una cátedra si es que así lo deseaban. Mucho de esto inevitablemente es mera especulación, pero la atención detallada que Alejandro prestó a las ideas estoicas sugiere que el estoicismo estaba lejos de ser simplemente un interés histórico. 4.6 DIÓGENES LAERCIO Una de las más importantes fuentes para el estoicismo es el libro VII de Vitae Philosophorum por Diógenes Laercio. Desafortunadamente nada conocemos sobre el individuo Diógenes Laercio. Usualmente se coloca en algún punto del siglo III d. C., En 21 algunas ocasiones su supone que era partidario del epicureísmo, porque el libro final de Vitae está dedicado de manera completa a Epicuro, que es citado en extenso. Este último libro pudo haber sido concebido por Diógenes Laercio como la culminación de la historia de la filosofía que estaba presentado. La consideración de Diógenes de los estoicos presenta a una de las primeras fuentes que nombra: Diócles de Magnesia, que se puede colocar en el siglo I a. C., aunque tal consideración cronológica es tan incierta como lo es para Diógenes. 4.7 STOBAEUS Las ideas estoicas permanecieron en una viva discusión filosófica hasta fines de la antigüedad. En el 529 d. C., el emperador Justiniano ordenó la clausura de las escuelas filosóficas de Atenas. Por este tiempo es altamente probable que alguna escuela estoica haya existido por algún tiempo. Pero una escuela neoplatónica dirigida por Damascius aún permanencia y sus miembros sintieron la fuerza del decreto de Justiniano. Según el historiador Agathias, Damascius y el neoplatonismo huyó a Persia, aunque no permanecieron allí por mucho tiempo, y a dónde se fueron después de esto sigue siendo un tema de controversia. Un miembro de este grupo de neoplatonismo itinerante fue Simplicio, autor de un número importante de comentarios sobre los escritos de Aristóteles. En estos comentarios Simplicio nos informa de algunas doctrinas estoicas sobre un amplio conjunto de temas filosóficos (así como material de muchos otros filósofos antiguos que de otra manera se habría perdido). Simplicio también escribió un comentario sobre Manual de Epicteto. Este comentario es único en manera tal que es el único comentario sobre un texto estoico que ha sobrevivido de la antigüedad. Sin embargo, el comentario mismo está más interesado en desarrollar temas de ética neoplatónica que explicar a Epicteto en sus propios términos. Sin embargo esto da testimonio del hecho que Epicteto continuaba siendo leído aún en el siglo VI d. C. Simplicio también nos refiere una gama de doctrinas estoicas en sus varios comentarios de los trabajos de Aristóteles. Sin embargo, en sus comentarios sobre las Categorías de Aristóteles nos dice que más escritos estoicos eran inasequibles en este tiempo. Parece probable, entonces, que su conocimiento del estoicismo más allá de Epicteto deriva de informes de segunda mano, tales como los comentaristas aristotélicos del neoplatónico Porfirio del siglo III d. C., que Simplicio nos dice que contenían mucho sobre el estoicismo. 5. DECADENCIA Y PERDIDA DE LOS TEXTOS ESTOICOS Como hemos visto, la amplia cantidad de textos de los primeros estoicos se habían perdido. De Zenón, Cleantes, Crisipo, Panecio y Posidonio todo lo que queda de sus ideas principales son fragmentos citados por autores tardíos y de segunda mando. Más recientemente, hemos sido afortunados por haber encontrado algunos textos para Crisipo que han sido descubiertos en Herculaneum, pero por otra parte los textos de autores estoicos anteriores a Séneca se han perdido completamente. ¿Por qué? ¿Y 22 cómo puede esta pérdida de tantos textos estoicos se relaciona con la decadencia de la escuela estoica con la antigüedad? Tradicionalmente la decadencia de la fortuna del estoicismo alrededor del 200 d. C., en adelante ha sido vinculada con el resurgir de la popularidad del neoplatonismo, cuyo fundador, Plotino, nació en 205 d. C., Pero esta no es una explicación satisfactoria. No es obvio por qué alguien filosóficamente atraído por el materialismo inmanente del estoicismo podría ser igualmente atraído al otro lado del mundo metafísico del neoplatonismo, precisamente porque éste iba levantándose en popularidad. En vez de ver esto por una razón externa, tal como la competición con otra escuela, sería más válido considerar una causa interna al estoicismo. Semejante causa puede ser encontrada en Epicteto. Epicteto es reconocido por un buen número de autores del siglo II d. C., como siendo el principal estoico de ese momento. Aulio Gelio dice de él que es el más grande de los estoicos (NA 1, 2, 6), Fronto lo llama sabio (en su Epístola 2, 52), mientras Celso nos dice que incluso fue más famoso que Platón (Contra Celso, 6, 2). Se dice que sus textos circularon ampliamente. Su fama en este punto es ilustrada por una anécdota referida por Lucian en su diálogo contra el Ignorante: “Creo que todavía vive el hombre que pagó trecientas dracmas por la lámpara de barro de Epicteto el estoico. Supongo que pensó que sólo había que leer con la luz de esta lámpara, y que la sabiduría de Epicteto le pareciera ser comunicada en sus sueños, y asumir el mismo el aspecto de este venerable sabio” (Adversus Indoctum 13). Como en tiempos modernos las estrellas del cine, los admiradores están aparentemente preparados para pagar grandes cantidades de dinero para tener aquellos elementos tenidos por sus ídolos. Cualquier estoico aspirante en el siglo II sin duda alguna habría buscado ansiosamente los Discursos de Epicteto tal como los había trasmitido Arriano, o incluso alguno de los discípulos de Epicteto, si alguno de ellos se había convertido en maestro. Y los sucesores póstumos de Epicteto pudieron ser el factor decisivo en la decadencia de los primeros estoicos como una tradición continua. En orden a desarrollar esta hipótesis sería necesario considerar la concepción de filosofía de los primeros estoicos y su actitud hacia los primeros textos de la escuela. La concepción filosófica de Epicteto da valor a las acciones en vez de las palabras. El estoico real no es aquel que solamente aprende a recitar las palabras de Crisipo; sino más bien es uno que puede mostrar sus acciones en armonía con sus palabras. La tarea de la filosofía es entender la Naturaleza, de tal modo que puede uno vivir de acuerdo con la naturaleza y de este modo alcanzar la felicidad o eudaimonia. El estudio de las teorías filosóficas está subordinado –para Epicteto- a una finalidad práctica. De este modo presenta la filosofía como “arte de vivir”, un arte (technê) que, como todas las demás artes y artesanías, estará orientado hacia resultados prácticos. Y como para otras artes y artesanías, será necesario no solamente aprender los principios que sustentan el arte de vivir sino también practicarlos o ejercitarlos en orden a aprender cómo poner en estos principios en acción. Dice: “Luego de haber asimilado estos principios, muéstranos algún resultado del cambio en la facultad 23 gobernante de tu alma, precisamente como los atletas muestras sus músculos como resultad de su alimento y ejercicio, y como aquellos que han dominado el arte pueden mostrar los resultados de su aprendizaje. El arquitecto no pasa de lado y dice ‘escúchenme decir un discurso sobre el arte de la construcción”, sino que toma el contrato para la casa, la construye y de este modo muestra que tiene el arte” (Diss., 3, 21. 3-4). El filósofo debería hacer exactamente lo mismo, Epicteto sugiere, mostrando sus habilidades no en finas palabras sino en finas acciones. No debería ser gran sorpresa que Epicteto, entonces, muestre una actitud bastante ambivalente hacia los textos escolares. En efecto, existe evidencia que Epicteto usó canónicamente los textos estoicos, de Crisipo, por ejemplo, en sus propias lecciones, pero esta evidencia no encaja dentro de los pasajes pues los estudiantes no tuvieron el cuidado de tomar en serio tales textos. “¿Es esta, pues, la más grande y admirable cosa, entender o interpretar a Crisipo? ¿Qué significa esto? ¿Pero qué es, pues, la admirable cosa? Entender la voluntad de la naturaleza. ¿Bien, entonces, la entiendes desde ti mismo? ¿En este caso, que necesitas tener para algo de este modo? […] Pero, por Zeus, no entiendo la voluntad de la naturaleza. ¿Quién entonces la interpreta? Dicen que Crisipo. Voy y pregunto lo que este intérprete de la naturaleza dice. Entonces no consigo entender lo que quiere decir y busco a alguien que pueda interpretarlo. […] Porque no es sobre su propia consideración por la que tenemos necesidad de Crisipo (o sus intérpretes) sino ser capaces de seguir la naturaleza” (Diss., I, 17, 13-18). No hay que perder de vista la tarea filosófica y perderse en la interpretación textual, sugiere Epiceto. Ni se debería considerar la interpretación textual como una habilidad digna de alabanza: “Tomar [de Crisipo] el tratado Sobre el impulso, veamos cómo lo he leído yo mismo. Este no lo que he visto como esclavo, sino cómo ejerces tu impulso para actuar o no, cómo dominas tus deseos y aversiones, cómo te acercas a las cosas, cómo te aplicas tú mismo a ellas, y te preparas a ellas, y si en armonía o no con la naturaleza” (Diss. I, 4, 14). Dominar los argumentos filosóficos sutiles y complejos no es el fin último de la filosofía. “¿Si pudieras analizar silogismos como Crisipo, lo que serviría para prevenirte contra la aflicción, la desgracia, la envidia y, en una palabra, distraído y miserable? No es un cosa simple” (Dis., 2, 23.44). Para Epicteto, pues, la tarea del filósofo es muy diferente a la del filólogo. El estudiante exitoso de filosofía no malgastará el tiempo analizando los textos; mejor concentrará su atención en transformar la parte gobernante de su alma en conformidad con los principios filosóficos que ha aprendido. Naturalmente, el alumno estudiará textos filosóficos, pero solamente como un medio hacia un fin. Los libros son como signos o mapas que nos dirigen a dónde queremos ir; el viajero que gasta mucho de su tiempo analizando los mapas y nunca va a alguna parte ha fracasado como viajero. El filósofo que todo su tiempo analizando textos y nunca pone en práctica su contenido es igualmente un fracaso. Porque Epicteto, que no es un autor prolijo como Crisipo, a quien considera como su modelo filosófico; es Sócrates, quien mejor expresa su filosofía en actitudes que en palabras. Y, como Sócrates, Epicteto mismo elige no escribir, reservando su filosofía a su modo de vida. 24 El estudiante estoico que comprende exitosamente la filosofía de Epicteto centraría toda su atención en transformar su modo de vida en un arduo intento por acercarse a la vida del sabio. Como Epicteto, aspiraría a ser como Diógenes el Cínico y, sobre todo, como Sócrates. Pero lo que no harían es comprometerse es en estudios filológicos de textos académicos ni escribir comentarios sobre los mismos. Esta actitud ambivalente hacia el estudio de los textos y la producción de comentarios, muy diferente de los aristotélicos y platónicos de la época, puede ser una de las razones del decline del estoicismo y la pérdida de muchos de los primeros textos estoicos. Porque solamente se requiere una o dos generaciones de discípulos que pongan poca o ninguna atención a la preservación de los textos para hacer literalmente imposible que la siguiente generación de potenciales estoicos pudieran estudiar el estoicismo en su conjunto. Esta actitud ambivalente hacia los textos no marca por completo toda la tradición estoica. Los primeros estoicos como Crisipo, que escribió copiosamente y pudo incluso haber escrito comentarios a los textos de los primeros estoicos, así por ejemplo el Sobre la República pudo tal vez ser un comentario al De República escrito por Zenón. Cleantes escribió un comentario sobre Heráclito (DL VII, 174), quien fue una fuente importante para la física estoica, y, más tarde, Atenodoro escribió un comentario o una respuesta polémica a las Categorías de Aristóteles (Porfirio, in Cat., 86, 22-4). Tal vez más significativo, la enciclopedia bizantina conocida como el Suda incluye una entrada sobre un Aristócles el estoico que escribió un comentario sobre el texto de Crisipo titulado Cómo nombramos y concebimos a cada una de las cosas. De este modo podemos decir que no todos los estoicos habían tenido objeciones ideológicas contra la forma del comentario como tal. Y estoicos contemporáneos a Epicteto, tales como Hierócles y Cleomedes, no parecen compartir el interés central de Epicteto acerca de la filosofía práctica sino prestan más atención a las discusiones académicas de temas filosóficos. Pero en algo la actitud desfavorable de Epicteto hacia los textos combinada con su subsecuente popularidad pudo haber sido la influencia decisiva para los estoicos de fines del siglo II y principios del III. Cualquier estoico aspirante habría leído a Epicteto, el más famoso estoico del tiempo, y habría aprendido a no poner atención a la interpretación de textos escolares sino más bien a los ejercicios filosóficos prácticos. Ciertamente no habrían gastado tiempo escribiendo grandes comentarios a los textos de los primeros estoicos, a pesar de que Alejandro de Afrodisia nos informa que en esta época el comentario se había convertido en un modelo estándar para los escritos filosóficos (In Top., 27, 13-16). El éxito de Epicteto en el siglo II –o, para ser más preciso, el éxito del informe literario de Arriano sobre las enseñanzas de Epicteto- pudo haber contribuido a la trágica pérdida de muchos de los textos de los primeros estoicos y la decadencia inevitable del estoicismo. Irónicamente, gracias a los oponentes tales como Plutarco y Galeno tenemos fragmentos de los escritos de Crisipo que de otro modo se habrían perdido completamente. Incluso más irónicamente, esto se ve como si por culpa de Epicteto (pero igualmente Arriano) se dio la decadencia del estoicismo y la pérdida de muchos textos estoicos. 25