Retorno al colegio: el primer día de clases. Inició el año escolar 2015, estos dos meses de merecido descanso los han desconectado de las tareas, del repaso diario de las clases, del estudio para los exámenes. Para los más pequeños, en la mayoría de casos, el nido resulta muy agradable. Allí tienen un horario estructurado lleno de actividades gratificantes y divertidas. Ellos dicen: “Con mi miss siempre hacemos algo…” e inmediatamente nos preguntan: “¿A qué vamos a jugar hoy?”. En ese preciso instante comenzamos a idear formas de entretenerlos. Pero, aunque disfruten de este tiempo en casa, es probable que extrañen el nido y quieran regresar para jugar con sus amigos, hacer muchas cosas con plastilina, colores, jugar con arena y mil cosas más. Los niños más grandes, por el contrario, no extrañan tanto las clases escolares. Durante sus vacaciones, están entretenidos con sus juegos o algunos talleres de verano, sobre todo cuando papi y mami trabajan. Además, a diferencia de los más pequeños, muchos tienen ya establecida su red social y mantienen contacto con sus compañeros de aula a través del e-mail, el msn, el Facebook, entre otros medios. La estamos pasando ¡muy bien!, pero los días igual avanzan. Por ello, conforme se acerque el gran día de retorno a la escuela, debemos ir preparándonos para que el regreso a la rutina escolar sea llevadero. A veces, dejar a los pequeños en su primer día de nido, resulta más estresante para los adultos que para los mismos niños. Imaginemos la escena: En el afán de cuidado y protección, alargamos la despedida, nos “enrollamos” en fuertes abrazos (como si nos fuéramos a un largo viaje), los miramos con pena conforme nos alejamos de la puerta y… de pronto… aparecemos agazapados tras una de las ventanas… inmediatamente, nuestro pequeñín estalla en llanto. ¿Qué sucedió? El mensaje fue claro y el niño lo captó: “Este lugar no es seguro, tengo temor y desconfianza, ¿estarás bien o mejor te llevo de regreso a casa?”. Frente a situaciones como la descrita, será recomendable reflexionar sobre lo que verdaderamente nos preocupa de la estancia de nuestro hijo en el nido y conversarlo con la maestra para aclarar las posibles inquietudes. Recordemos que mucho del éxito de nuestros niños, y no tan niños, en la escuela, depende de nuestra actitud, nuestra disposición y del apoyo que les brindemos. A continuación algunos consejos para acompañar a nuestros hijos en este proceso de vuelta al colegio: Dos semanas antes, como mínimo, inducirlos a algún repaso de contenidos escolares vistos el año anterior. Podemos apoyarnos en los cursos con notas bajas o en las nuevas materias del año que se inicia. Acudir con ellos al colegio, pedir las listas y que ellos las revisen. Es interesante oír sus opiniones sobre la cantidad de cuadernos o los nuevos cursos que van a llevar. Resulta muy emocionante comprar los útiles con los niños. Que ellos escojan, dentro de los límites necesarios, el color o dibujo de los cuadernos, las etiquetas, la cartuchera, etc. Días previos al inicio de clase, acostarlos y levantarlos más temprano. Explicarles que lo hacen para que su cuerpo vaya habituándose nuevamente. Promover el interés por el cuidado y presentación personal. Que preparen su uniforme con anticipación y hagan en casa espacio para sus cuadernos y libros. Realizar juntos una propuesta del nuevo horario. Incluyan en él la hora de repaso y tareas escolares. Generar espacios de conversación haciendo un recuento de las vacaciones: lo que más les gustó, lo que no les gustó. De esta forma, irán despidiendo este periodo de descanso. Darles seguridad y confianza. Hagámosles saber que estamos orgullosos de ver que avanzan a un nuevo grado. Se les debe decir que estaremos allí para acompañarlos en esta etapa tan importante de su crecimiento. PREGUNTAS FRECUENTES Mi hijo ya dejó el nido, ha ingresado a un nuevo colegio y dice que no quiere ir, ha comenzado a llorar cada vez que tocamos el tema. ¿Qué hago? Todo cambio implica un periodo de adaptación. Para los más pequeños, el nido es un espacio seguro, la atención es más personalizada y eso les da confianza. Pasar al “colegio grande” genera muchos temores, dialoguemos sobre estos. Muchas veces sólo quieren saber qué cosas nuevas van a hacer o cómo harán para tener nuevos amigos. Visite el colegio, tal vez pueda ver cuál será su salón y, de ser posible, establecer contacto con algunos otros niños que compartirán aula con él. De este modo, se irá familiarizando con sus compañeros y no se sentirá tan solo. Llegado el día de inicio, si usted lo lleva, no se vaya sin despedirse, y si lo recoge, procure hacerlo a tiempo, que no sea de los últimos, al menos las primeras semanas hasta que se acostumbre. Aunque no parezca, uno de los mayores temores a la hora de la salida es: “¿Y si no llegan a recogerme?… ¿Se habrán olvidado de mí?”. Mi hijo ya acabó el 6º grado. Aunque sigue en el mismo colegio, lo he notado preocupado por su ingreso a Secundaria; ¿cómo puedo ayudarlo? Los chicos oyen muchas cosas sobre la educación en el nivel de Secundaria (que más tareas, más profesores, etc.). Además, están los cambios propios de la adolescencia. La suma de estos factores puede resultar muchas veces estresante para ellos. La mejor forma de ayudarlos es conversar sobre sus inquietudes vinculadas muchas veces con las nuevas responsabilidades. Asimismo, se les debe hacer saber que los apoyaremos al respecto facilitándoles los útiles o medios necesarios para afrontarlos. Transmita el mensaje de que los cambios son favorables en la medida en que representan oportunidades para poner en práctica nuestras habilidades y creatividad.