Revista Cubana de Medicina Intensiva y Emergencias Rev Cub Med Int Emerg 2006;5(1):317-321 TRABAJOS DE REVISIÓN Unidad de Cuidados Intensivos Hospital Provincial Docente: “Manuel Ascunce Domenech” Camagüey. ESQUEMAS DE ANTICOAGULACIÒN EN EL PACIENTE GRAVE Dr. Fidel Rivero Fernández,1 Dr. Juan Roura Carrasco,2 Dr. Raúl Pérez Sarmiento2 y Dr. Eugenio de Zayas Alba.2 RESUMEN Se revisan los esquemas de tratamiento anticoagulante, terapéuticos o profilácticos: bolo de entrada o dosis de ataque, modo de administración de la heparina, anticoagulación oral, días de tratamiento anticoagulante, exámenes de laboratorio y heparinas de bajo peso molecular. Se expone un esquema de tratamiento anticoagulante en el paciente grave conformado por la administración de heparina no fraccionada o convencional de inicio, con un bolo de entrada o dosis de ataque de 100 Unidades por kg de peso, se continúa con infusión a razón de 18 Unidades por kg de peso por hora y se mantiene entre 7 y 10 días, de acuerdo con la evolución del paciente. El seguimiento de laboratorio se realiza con el Tiempo Parcial de Tromboplastina activado. La administración de anticoagulantes orales se inicia entre el segundo y el tercer día del tratamiento, preferiblemente con warfarina: 10 miligramos, que adecuaríamos según los resultados del INR. Los niveles de anticoagulación se alcanzan alrededor del quinto día de tratamiento y permiten la reducción de la dosis de heparina no fraccionada. Con referencia a la profilaxis mediante el uso de anticoagulación se propone las heparinas de bajo peso molecular o la heparina no fraccionada a dosis de 5 000 Unidades cada 8 a 12 horas. Palabras clave: Esquema, anticoagulantes, dosis, Unidades. 1 2 Especialista de II grado en Angiología y Cirugía Vascular. Diplomado en Medicina Intensiva. Especialista de II grado en Medicina Intensiva y Emergencias. Profesor Instructor. rivero@shine.cmw.sld.cu 317 Los anticoagulantes constituyen la piedra fundamental en el manejo de un grupo de enfermedades que tienen una elevada morbilidad y mortalidad en el paciente grave. Patologías tales como: enfermedad tromboembólica venosa, el síndrome coronario agudo, el infarto cerebral aterotrombótico y otras, constituyen indicaciones básicas de los anticoagulantes en el paciente grave. Por otra parte los estados de hipercoagualabilidad, definidos por Almagro,1 como aquellos estados en que determinados trastornos tienden a desviar el balance hemostático hacia la deposición intravascular de fibrina constituyen también indicaciones de anticoagulaciòn en el paciente grave. En la actualidad el tratamiento anticoagulante es utilizado en dos vertientes terapéuticas fundamentales, una terapéutica orientada a evitar la progresión de la coagulación Intravascular como sucede en el tromboembolismo venoso2-4 y dentro de este grupo de enfermedades se encuentra el tromboembolismo pulmonar con una alta mortalidad en el paciente grave como ha sido expuesto en la literatura medica actual5-9 y la otra, profiláctica con el objetivo de evitar la aparición de complicaciones trombóticas en pacientes con un riesgo elevado, como es el caso del riesgo de ictus en la fibrilación auricular no valvular.10-12 Existen diferentes esquemas de anticoagulación, lo que no permite una estandarización de la terapéutica con el objetivo de lograr un uso mas eficaz de los anticoagulantes. ESQUEMAS DE TRATAMIENTO ANTICOAGULANTE FUENTE BOLO INFUSIÓN INTERMITENTE Caballero13 No Si Si Roca14 Winters et al.15 Philip et al.16 Formulario Nacional17 Si Si Si Si Si Si Si No No Si Si No Beers et al.18 Si Si No Donado et al.19 Si Si Si Si No Si Si Instituto Angiología20 Scott et al.21 DOSIS PROFILAXIS 500 Uds/kg/día 20 Uds/kg/h Si 18 Uds/kg/h 18 Uds/kg/h 1600 Uds/h 1000 a 2000 Uds/h 10 a 50 Uds/kg/h 400 Uds/kg/día 17 Uds/kg/h Si No Si Si 1 mg/kg/dosis Si No 1300 Uds/h Si Si Si Si Tomando en consideración lo anterior, así como la experiencia acumulada en nuestras unidades de atención al grave y la necesidad de estandarizar la terapéutica anticoagulante como pauta imprescindible para la mejoría de la calidad de la atención al 318 enfermo grave, proponemos el siguiente esquema de tratamiento, que estaría conformado por la administración de heparina no fraccionada o convencional con un bolo de entrada o dosis de ataque de 100 Unidades por kg de peso lo que representaría 7 000 Unidades para un paciente de 70 kg de peso y 10 000 unidades para el que tenga un peso de 100 kg; se continúa con una infusión de heparina a razón de 18 unidades por kg de peso por hora que podrá ser incrementarse según la gravedad del paciente y los resultados de las pruebas de laboratorio, hasta entre 20 y 25 Unidades por kg de peso por hora en situaciones como el tromboembolismo pulmonar con inestabilidad hemodinámica. Este esquema lo mantenemos entre 7 y 10 días, de acuerdo con la evolución clínica del paciente, se realiza el seguimiento de laboratorio mediante el tiempo parcial de tromboplastina activado, que debe mantenerse entre 1.5 a 2.5 veces el control o entre 60 y 80 segundos. Iniciamos simultáneamente la administración de anticoagulantes orales, entre el segundo y tercer día de tratamiento anticoagulante, preferiblemente con warfarina: 10 miligramos de inicio que adecuamos según los resultados del INR. Con este esquema se alcanzan niveles de anticoagulación alrededor del quinto día de tratamiento que permite la reducción de la dosis de heparina no fraccionada. Con referencia a la profilaxis de las complicaciones clínicas mediante el uso de anticoagulación, utilizamos heparinas de bajo peso molecular, de probada eficacia para este objetivo,2,3,16,21 o heparina no fraccionada: 5 000 unidades cada 8 ó 12 horas por vía subcutánea. La heparina fraccionada o de bajo peso molecular representa una alternativa terapéutica por las ventajas que ofrece con respecto a la heparina no fraccionada. Se indica fundamentalmente para prevenir el tromboembolismo. Otros investigadores la aceptan como terapéutica alternativa en la enfermedad tromboembólica y de otros estados trombóticos. Al respecto, Sáenz22 en las Guías Prácticas de la Sociedad Española de Cardiología en Tromboembolismo Pulmonar e Hipertensión Pulmonar pone en duda el hecho de que las heparinas de bajo peso molecular constituyan una alternativa en el tratamiento del tromboembolismo pulmonar. Al respecto, Borla y Olivella23 están en contra de este criterio y concluyen que constituyen una buena alternativa en el tratamiento del tromboembolismo pulmonar. El consenso del American College of Chest Physicians24 informó que el tratamiento de la enfermedad tromboembólica venosa debería ser con heparinas de bajo peso molecular o heparina no fraccionada por vía intravenosa o subcutánea. Dahl25 emplea un régimen terapéutico a base de heparina de bajo peso molecular y warfarina en la prevención del tromboembolismo venoso. Nosotros hemos observado una respuesta clínica más rápida en los pacientes tratados con heparina no fraccionada en la enfermedad tromboembólica venosa y la preferimos en la prevención de la enfermedad tromboembólica venosa y no para su tratamiento. 319 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. Almagro Vázquez D. Estados de Hipercoagulabilidad. Rev Cub Hematol Inmunol Hemoter.1997; 13(2):90-108. Yacovella T and Alter M. Anticoagulation for venous thromboembolism. Postgraduate Medicine. 2000; 108(4):43-54. Andersen M. Embolia Pulmonar. Apuntes de Medicina Intensiva. 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