10 / CATALUÑA EL PAÍS, domingo 12 de diciembre de 2004 culturales, clasistas…), las cuales Nuestra meta es salvaguardar y señalan y denuncian con desenfafortalecer do; son expresión y forma de trála existencia latina de nuestra mite del conflicto, silenciado o negente y de nuestros ancestros. gado por las imágenes publicitaLatin King Bible rias de las sociedades del bienesLlaman violento al río impetuoso, tar; acuden al expediente de la cripero a las orillas que lo minalidad, desafiando el orden escomprimen nadie las llama tablecido; paradójicamente, tamviolentas. bién son una estructura afectiva: Bertolt Brecht se construyen en el encuentro y Los Ángeles, 1942. Zoot suit, la conversación cotidianos, enfrenpelícula del director M. Valdez tando la soledad y el miedo; no se (1983), cuya versión española se CARLES FEIXA y GERMÁN MUÑOZ les puede reducir ni a héroes (o distribuyó con el significativo tívíctimas) ni a villanos (o criminatulo de Sangre latina, retrata una les): no se las debe confundir con historia verídica: el caso de Henlas bandas profesionales, organizary Reyna, un joven detenido el das, poseedoras de grandes memismo día en que se había alistadios económicos (cuya fuente más do en la Marina, bajo la acusaconocida es el narcotráfico) e inción de homicidio. El filme emmensa fuerza armada; aunque su pieza en un dancing club donde la apariencia externa toma prestados pandilla de Henry baila alocadarasgos típicos de la cultura hipmente al ritmo del mambo y el hop, no se les puede identificar con swing. Hablan un extraño caló este rico estilo de vida que tramita (mezcla de spanglish y argot el conflicto mediante mexicano) y van vestiretos de música y dandos de manera extraza en la calle; viven en vagante, el famoso un contexto violento: vestuario zoot-suit. vecinos organizados Son pachucos, caracteen defensas urbanas, rística subcultura juoperaciones de limpievenil difundida a prinza, actores armados, cipios de la década de delincuencia común, 1940 entre los jóvenes medios de comunicamexicano-americación y hasta la policía. nos de California: Medellín y Quito, “Brillan como diaaños noventa. En Comantes, son reyes latilombia y Ecuador el nos”. Después de ser desarrollo de varias insultados por jóveformas de violencia junes marines blancos, venil, sobre todo el siescapan a una fiesta cariato (menores de donde se produce un edad contratados para asesinato. Pese a la asesinar) y las violenfalta de pruebas, Hencias asociadas al narry es apresado, juzgacotráfico, pero tamdo y declarado culpabién otras violencias ble. El fiscal llegó a urbanas, llevaron a atribuir su agresivique cada país se diera dad “al elemento incuenta de la existencia dio que ha venido a de los jóvenes. Según Estados Unidos en M. Cerbino (2004), en gran número, el cual Ecuador las naciones a causa de sus antece- Pintada de un ‘latin king’ en Barcelona. JORDI ROVIRALTA son especies de confradentes culturales y ternidades dedicadas a ciertas actibiológicos era propenso a la viovidades, como la música y el grafilencia”. La imagen del pachuco to, fundamentalmente pacíficas; se convirtió en un demonio poputambién se entienden como organilar para la sociedad angloamerizaciones más grandes que una pancana. Pero entre los mexicanos dilla (varios centenares de miempasó a ser un símbolo de identibros) dedicadas a actividades ilícidad. En El laberinto de la soledad tas; se conocen en otros países lati(1950), Octavio Paz considera el noamericanos e incluso en EE pachuquismo “uno de los extreUU. Una nación de Guayaquil, los mos a los cuales puede llegar el Latin Kings, es acusada del asesimexicano”, respuesta distorsionato de algunos taxistas en esa ciunada y hostil frente a una sociedad, lo que provoca una reacción dad que los rechaza; intento de femenina (Latin inviables, los que no pueden tener de alarma en cadena. Especialmenrecrear una “identidad” que se versión convierte en “disfraz que lo prote- Queens). A partir de entonces se acceso a este modelo y que por lo te en Medellín se generalizó el tege y, al mismo tiempo, lo destaca empiezan a generar una serie de tanto no alcanzan el estatuto ciu- mor en una generación que crecía producciones culturales que de- dadano”. De manera ambivalente sin miedo a la muerte, en países y aísla; lo oculta y exhibe”. Nueva York, 1986. Al mismo sembocan en la Biblia LK (com- expresan a la vez miedo y esperan- convulsionados por violencias que tiempo que surgen los pachucos pilación de textos generados por za de hacer “del mundo, del país, siempre han estado ahí; la película en California, nacen los Latin los propios líderes). A la difu- de la localidad, del futuro y del día Rodrigo D. No futuro reflejó ese Kings (LK) en Chicago, donde sión nacional le seguirá la expan- un mejor lugar para vivir”. Perci- pánico moral y la alarma social al final de la II Guerra Mundial sión internacional, que pone de birlo desde esta perspectiva, más que se generó durante todo el iniconfluyen diversos gangs de manifiesto el proceso de globali- allá de los estereotipos, implica su- cio de la década de los noventa puertorriqueños, dominicanos, zación de las denominadas “ban- perar la perspectiva criminalista y por la crisis de la juventud. Buena cubanos, etcétra. No es hasta fi- das postindustriales” (Hage- moralista, que apenas percibe las parte de la atención dedicada a los nales de los ochenta cuando la dorn, 2001), pues ya no se trata “dolorosas y gozosas experiencias, jóvenes transgresores se aplica al banda aparece en la escena públi- de grupos estrictamente territo- los sueños, frustraciones y rebel- fenómeno de las pandillas. La panca y se difunde por otras zonas riales, sino de identidades híbri- días del que está hecho ese dese- dilla constituye básicamente un del país. La constitución del “ca- das que mezclan elementos cul- cho social que conforman las ban- grupo social que produce regularpítulo” de Nueva York, en la pri- turales de los respectivos países das juveniles, esas que desde los mente dos tipos de conductas: ensión de Collins en 1986, resulta de origen, de Estados Unidos, barrios populares llevan la pesadi- frentamientos agresivos y soluciode particular importancia. Un del país de adopción y de estilos lla hasta el centro de la ciudad y nes materiales o simbólicos para joven preso de origen cubano transnacionales que circulan sus barrios bien habientes y bien sus integrantes. Solución extrema, pensantes” (Martín-Barbero, como otras, a la acumulación de (conocido por el seudónimo de por Internet. América Latina, años ochenta. 1998). Una mirada equilibrada so- tensiones que deriva de vivir neceKing Blood) entra en la banda y se erige en líder supremo. En Las pandillas juveniles tienen sus bre las pandillas requiere algunas sidades básicas no satisfechas y un persistente de 1996 se elige a un nuevo líder raíces en condiciones sociales y cul- puntualizaciones básicas: son un proceso (King Tone), que empieza a dar turales vinculadas a territorios y fenómeno mundial, uno de los ros- estigmatización. Barcelona, octubre de 2003. El a los LK una dirección más polí- momentos históricos particulares. tros malsanos de la globalización; tica, centrada en la vindicación En América Latina surgen como tienen carácter urbano: son una asesinato de un joven colombiano de la identidad latina y la conde- estrategias de supervivencia para forma específica de habitar la ciu- en Barcelona, frente al instituto na de la brutalidad policial enfrentar los crecientes riesgos de dad; ejercen poder territorial: se donde estudiaba, atribuido a la ver(Kontos, 2003). La banda (en la vida social contemporánea. Se- expresan en vecindarios circuns- sión local de los Latin Kings, desrealidad una compleja confede- gún la antropóloga mexicana Ros- critos por límites geográficos preci- encadena una oleada de pánico ración de grupos locales) es re- sana Reguillo (2000), se pueden en- sos; para las pandillas el territorio moral ante las denominadas banbautizada con el nombre de Al- tender como un “termómetro pa- es sagrado, tal vez lo único sagra- das latinas. Tras el clásico proceso mighty Latin King Nation (To- ra medir los tamaños de la exclu- do; nacen, se desarrollan en medio de acción-reacción-acción, se sucedopoderosa Nación de los Reyes sión, la brecha creciente entre los de la exclusión, los desplazamien- den trágicas noticias sobre enfrenLatinos) y después se añade la que caben y los que no caben, los tos, las discriminaciones (racistas, tamientos entre Latin Kings, Ñe- ¿Reyes latinos? Pistas para superar los estereotipos Los autores, investigadores del fenómeno de las bandas juveniles, que han protagonizado preocupantes noticias en Cataluña, describen la historia y los motivos de su emergencia Los problemas se centran en los adolescentes cuya primera escolarización se produjo en su país de origen. Carecen de espacio educativo y laboral Los Latin Kings nacen en Chicago, donde al final de la II Guerra Mundial confluyen diversos ‘gangs’ de puertorriqueños, dominicanos, cubanos... tas y Maras, hasta la agresión del pasado 10 de diciembre. Como sucede en Quito, San Salvador, México y Medellín, los medios masivos de comunicación pronto echan mano del sensacionalismo para estigmatizar a estos mundos juveniles como portadores potenciales o efectivos de violencia delincuencial. Tanto las noticias como los informes policiales, más allá de sus contradicciones y lagunas, ponen de manifiesto la emergencia de nuevas formas de sociabilidad juvenil, sobre las cuales existen pocos modelos interpretativos y muchos estereotipos. Al margen de que se estén asociando comportamientos delictivos ligados a mafias con actos más o menos tradicionales de gamberrismo o la simple agrupación de menores en el espacio público, el fenómeno puede ser sólo la punta de un iceberg más profundo: el proceso de juvenilización de la migración latinoamericana en España. Se trata de la mal llamada segunda generación, es decir, de los hijos de inmigrantes (mayoritariamente mujeres) que llegaron en los noventa y una vez instalados aquí empiezan a reagrupar a sus familias (empezando por su cónyuges e hijos). Mientras que la inserción de los mayores se produce en el mundo del trabajo (sus problemas están causados por un marco jurídico y laboral restrictivo), los niños suelen tenerlo más fácil ya que su escolarización permite una adaptación fluida y una progresiva inserción en las redes de sociabilidad de los autóctonos. Los problemas aparecen, sobre todo, en el caso de los adolescentes, pues ya han finalizado la formación básica pero todavía no pueden incorporarse al mundo laboral. La socialización primaria de la mayoría de ellos tuvo lugar en sus países de origen, por este motivo su inserción cultural y lingüística resulta más problemática. Tampoco disponen de un espacio propio en el mundo educativo ni en sus propias viviendas. Por ello se ven obligados a buscar su sitio en los espacios públicos o en determinados locales de ocio (en los cuales existen formas más o menos sutiles de discriminación). México, diciembre de 2004. La ciudad despierta con el pánico frente a las maras salvatruchas —de marabunta (voraces hormigas) y salvadoreños callejeros—. La edición mexicana de EL PAÍS reproduce las declaraciones de diversos cargos policiales (alguno de los cuales les echan la culpa por los recientes linchamientos). En Ciudad Nezahualcóyotl, la inmensa ciudad dormitorio famosa por sus pandillas, está Pablo. El viejo miembro de los Mierdas Punks se ha convertido en un respetable padre de familia, pero sigue manteniendo la actitud resistente de su juventud. Después de ser punk pasó por cholo (versión contemporánea de los pachucos) y ahora milita en el movimiento hiphop. Su opinión sobre las maras es contundente: “Si existieran en Neza yo lo sabría. Todo eso sólo sirve para generar xenofobia contra los salvadoreños y contra los jóvenes de aspecto raro. Ahorita no hay, pero si insisten con esos estereotipos pronto van a salir maras de debajo de las piedras”. Ya lo dijo W. I. Thomas: las falsas creencias pueden tener consecuencias reales. Carles Feixa es profesor de antropología en la Universidad de Lleida y coautor del libro Pachucos, malandros, punketas. Movimientos juveniles en América Latina (Ariel, 2002). Germán Muñoz es profesor e investigador en políticas de juventud de la Universidad de Manizales (Colombia) y coautor del libro Secretos de mutantes (Siglo del Hombre, 2002).