El ecofeminismo ofrece una posición central a valores de respeto, amor, amistad, confianza y reciprocidad, valores que presuponen que nuestras relaciones con otros son cruciales para entender quienes somos. Karen Warren SEGUNDO MOMENTO. 41 SEGUNDO MOMENTO: CONTEXTO EPISTEMOLÓGICO DEL ECOFEMINISMO Los contextos de la investigación deben ser considerados como multidimensionales, y ante la necesidad de establecer una temática para el abordaje del problema de estudio, a continuación se presenta un esbozo sobre la epistemología ecofeminista, su cosmovisión de la Naturaleza y la relación ser humano Naturaleza. 1. Las epistemologías ecofeministas El ecofeminismo nace de la confluencia de las propuestas de dos movimientos sociales, una, la del movimiento ecológico que busca proteger la naturaleza a través del desarrollo de la cultura del respeto a la vida o provida, y la otra, la del movimiento feminista, cuyos fundamentos se centran en el género, como un constructo social, no sólo como la distinción de los sexos, sino de la diferenciación de los roles que deben desempeñar cada uno , lo cual ha dado origen a lo que se conoce como el sesgo de género. Este sesgo que ha sostenido la supremacía del varón para ejercer el dominio establecido en por sistema y un modo de pensar androcéntrico, tiene entre de sus propósito subyugar la Naturaleza. El análisis del dominio de la Naturaleza desde la comprensión de las interrelaciones con las otras formas de dominación como el sexismo, ha sido develado por la filosofía ecofeminista, al mostrar las imbricaciones de estos con la ciencia, los constructos sociales, el feminismo, la ética del cuidado y la 41 42 ecología, temas ampliamente debatidos por las feministas, desde hace muchas décadas. Según Puleo (2011) existen una serie de hitos considerados como principales en la evolución histórica de esta cosmovisión que tiene el ecofeminismo sobre muchos temas, como el trato a los animales y la experimentación, la relación con la naturaleza y el principio utilitarista de la misma, el trato sexista de temas que guardan relación como el trato similar a la mujer y la Naturaleza, las tecnociencia desarrollada por la biotecnología y la reproducción asistida, el uso militar de la energía nuclear y los fines de estos para lograr el sometimiento de los pueblos, el desarrollo de la agrotóxicos para sostener el modelo agrobiotecnológico, lo cual, pone en riesgo la existencia de las formas de vida hasta hoy conocida. Guardando consistencia con el tema central del ecofeminismo, citamos a la filósofa Puleo (2005) quien le atribuye a Simone de Beauvoir, la primera exploración detallada que revela la asignación de labores ejercida al sexo femenino, que guardan relación con la Naturaleza o con el mundo natural. Ello, la excluyó del modelo de progreso de la civilización o de la cultura, lo cual expuesto de manera magistral en su obra El Segundo Sexo, publicado en 1949. Esta concepción denunciada por la escritora, estaría marcada por el dominio del pensamiento patriarcal, el cual relega a las mujeres a cumplir funciones de labores de cuidados del hogar, de reproducción, de procreación, de crianza de animales domésticos y el cultivo de plantas, 43 porque representaba estar más cerca del mundo natural, pero esto según Puleo (2005) “de alguna forma habría contaminado el estatus del colectivo femenino debido a la devaluación previa de la Naturaleza en todas las culturas” (p. 32) Esta cercanía a ese mundo natural, no representó en ningún momento una ventaja, por el contrario, debido a que la imposición de ese modo de pensar expuesto por Descarte, conocido como el racionalismo, cosificó a la Naturaleza, puesto que la consideró como una máquina que responde a leyes. Sin lugar a dudas, el racionalismo cartesiano desmitificó a la Naturaleza, al reducir su complejidad a través de leyes matemáticas. Este modelo que ha sido impuesto por los filósofos y científicos al resto de la sociedad, a través de los métodos de pensamiento que lo sustenta , los modos de abordaje de la realidad y de las sinergias, está impregnado por el elemento central de la teoría que se sustenta en el concepto de jerarquía, lo que se ha demostrado el ecofeminismo como totalmente falso y antinatural. El ecofeminismo, explica Puleo (2011), mantiene una serie elementos que convergen entre los intereses y las temáticas de la ecología y del feminismo, también señala que el término “Lo acuño en 1974 Francoise D’Eaubonne (Paris 1920-2005), una pensadora libertaria,…En 1978, momento de la publicación del libro Eco-Féminisme”(p.32). Puleo (2011) recrea parte de la obra Eco-Féminisme al decir que recoge “la doble visión del bien común y la dignidad individual femenina… la autora sostiene que, antes del surgimiento del feminismo radical, el colectivo femenino, era la única mayoría humana 44 tratada como minoría”, y que realmente las mujeres se contentaba con luchar por las reivindicaciones parciales en gestión del mundo, como el derecho al voto (p.35). Sobre el deterioro ecológico que se cierne sobre el mundo, en el texto se alega que el capitalismo es incapaz de reaccionar ante tal situación, debido a la imposición patriarcal de mantener una organización jerarquíca, donde el sexismo es su último estadio. Considera D’Eaubonne , citada por Puleo (2011) que la única salida a esta grave situación es asumir el ecofeminismo, dado que ello implica terminar con las estructuras tradicionales de “dominación, competitividad, agresión y absolutismo, construyendo una sociedad igualitaria y convival tanto entre los individuos, como entre éstos y el medio ambiente” (p.38). El ecofeminismo en su evolución ha sido represando desde varias prespectivas, este es el caso de la ecofeminista, Ynestra King (Puleo 2011), la cual ha propuesto el enfoque social, sustentado en las ideas de Murray Bookchin, ideas que han sido matizadas por el ecofeminismo dándole el sentido que lo define como “una análisis de las dominaciones interrelacionadas de la naturaleza no humana… y la posición histórica de las mujeres en relación a estas formas de dominación” (p.40). Esta ecofeminista estadounidense es considerada por Warren (2003) como racionalistas y anarquista, porque sus análisis se centran en la oposición a la “uniformidad de la cultura industrial tecnológica del capitalismo y del socialismo, y que, además, sea crucial para el feminismo, la ecología y 45 la lucha de las culturas indígenas” (King, 1989, p.177, citada en Warren, 2003, p.40) La epistemología ecofeminista, tiene dentro de sus principales representantes a María Mies y Vandana Shiva, de origen inglesa la primera e hindú la segunda, lo cual le confiere al ecofeminismo del sur o esencialista, una visión en conjunto con características singulares, al conjugar experiencias de las culturas enfrentadas, como la ideología colonizadora de Inglaterra y colonizada como en la India. También han sido impregnada está visión por la formación académica de Vandana Shiva, quien es física nuclear, la cual ha logrado importantes reconocimiento académicos por su labor humanitaria y ecológica a favor de las mujeres de la India, habiendo recibido por ello el premio Nobel alternativo. En el caso de Mies su destacada labor académica como socióloga y su amplia trayectoria como líder feministas, por lo cual complementa la cosmovisión del ecofeminismo esencialista. Ambas escribieron una obra en el año 1998, denominada “Ecofeminismo: Teoría, crítica y perspectiva”, en el cual abordan los puntos centrales de los problemas objeto de estudio de esta epistemología. En la obra Mies y Shiva (1998), muestran elementos sobre la epistemología ecofeminista y la confrontación con el modelo desarrollista de intenso consumo, proponiendo en contraposición el modelo de subsistencia, el cual permite la preservación, sustentabilidad y regeneración del planeta. En el mismo orden de ideas las autoras plantean “la necesidad de una nueva cosmogonía y de una nueva antropología holística que abarquen a 46 todos los seres vivos” (p.77), resaltando que ello implica necesariamente un nuevo concepto de libertad. El Ecofeminismo impulsado por Mies y Shiva (1998), tiene como fundamento el reconocimiento de la vida en la naturaleza y con la naturaleza, en la que se incluye a los seres humano, como un elemento más de la misma, que condiciona y es condicionado por ella, siendo importante para la epistemología ecofeminista mostrar que el papel del ser humano debe ser de respeto, cuidado mutuo y amor, hacia el resto de la diversidad de todas las formas de vida que la integran la naturaleza. El Ecofeminismo se enfrenta el paradigma antropocentrista y los supuestos teóricos centrados en la supremacía del hombre y la concepción de que toda significación pivota alrededor del hombre y toda finalidad regresa a él. Ello está impregnado por la discriminación hacia el resto de las especies, incluso asumiéndose que el hombre solo está obligado moralmente con la especie humana, lo cual ha sido catalogado por escritores como Horta (2009) de “especismo antropocéntrico” (p.36), conceptos que cada vez encontrará mayor rechazo dentro de la comunidad científica y en general. De igual forma, deben considerarse como elementos de este análisis la posición que la ecofeminista Karen Warren tiene sobre los diferentes enfoques ecofeministas, la cual es citada por Holland -Cunz (1996), quien además comparte la posición esgrimida por ésta, referida a la existencia de reinvindicaciones. Las coincidencias que se develan del estudio de los diferentes tipos de ecofeminismo, han sido generalizada los diferentes enfoques como: la represión de la naturaleza y de la mujer, así como la 47 comprensión de la relación de represión de la mujer y la naturaleza; la necesaria inclusión de la perspectiva ecológica en las teoría y práctica feminista y por último la idea de que la perspectiva feministas debe estar presente en la solución de los temas ecológicos. Según la ecofeminista socialista Holland-Cunz (1996), el ecofeminismo debe ser entendido como un término abreviado del espectro que engloba los diferentes enfoques que atiende las emergencias surgidas del feminismo, referidas a: las crisis ecológicas, las relaciones sociales que implican a la naturaleza y las relaciones entre los sexos. También señala Holland-Cunz (1996) para “ofrecer soluciones prácticas, enfoques que van desde la filosofía natural hasta la sociología, pasando por la crítica de las ciencias y la historia” (p.55) Desde ese mismo interés el ecofeminismo teológico o de la teología de la liberación, representado por Ivone Gebara (2000) visibiliza el cómo la destrucción de la naturaleza afecta de mane ra directa a las mujeres pobres y a los pueblos indígenas, por ello que el interés de este enfoque se caracteriza por la defensa de estos grupos. La filósofa Gebara (2000), reseña en su libro “Intuiciones ecofeministas” los cambios que la teología ha sufrido desde la década de los años 70 del siglo pasado, por ello, se enfrenta a los diversos puntos de vistas sobre las actitudes de las cúspides eclesiásticas y la simbología presente en el lenguaje patriarcal, caracterizado por categorías jerárquicas y excluyentes, que catalogan a ciertos individuos como inferiores. 48 De igual forma invita a la reconciliación, al tiempo que analiza la epistemología ecofeminista, destacando el carácter interdisciplinario del conocimiento y el uso de los enfoques hermenéuticos para estudiar la vida cotidiana, permitiendo reivindicar la acción práctica en lo cotidiano. El enfoque del ecofeminismo seguido por la filósofa española Alicia Puleo (2011), es descrito en su obra Ecofeminismo para un Mundo Posible, en el contempla la doble mirada desde la crítica y el constructivismo, entra en la búsqueda constante de la reivindicación de la igualdad, reflejado en que es posible la autonomía de las mujeres, y aceptar “con suma precaución los beneficios de la ciencia y la técnica, que fomente la universalización de los valores de la ética del cuidado hacia los humanos, los animales y el resto de la Naturaleza” (p.403-404). El ecofeminismo social, ecofeminismo teológico, ecofeminismo esencialista o del sur y el ecofeminismo crítico, son algunos de los enfoques que el ecofeminismo presenta, tal como lo señala Warren (2003). Ella señala que el ecofeminismo representa “la diversidad de estudios filosóficos que examina las diferentes conexiones entre el feminismo y el medio ambiente” (p.12). En sus argumentos sobre la diversidad de enfoques ecofeministas, resalta la idea de que existe un consenso entre todas las vertientes sobre las interconexiones de dominación de la naturaleza, de las mujeres y de los otros oprimidos. Entre las conexiones que muestran la existencia de relaciones entre el feminismo y la ecología, Warren (2003) señala ocho tipos o categorías: 49 Histórica y casual, conceptual, empíricos, epistemológica, simbólica, ética, teoréticas y política-práctica. En cada una de estas categorías se muestran innumerables detalles que serán temas de análisis en el abordaje de la investigación, por lo cual en esta propuesta inicial solamente esbozaremos algunos conceptos esenciales, de cada una de estas conexiones. La relación histórica y casual entre el feminismo y la ecología, definida como conexión causal dado que usan datos extraídos de eventos históricos que permiten “generar teorías sobre el origen de las dominaciones gemelas de la mujer y de la naturaleza” (Warren, 2003, p.13), estas conexiones están referidas a prototipos de modelos utilizados para la dominación de las sociedades invadidas, o para reconocer el papel de la ciencia y la filosofía en relación a estas dominaciones de la Naturaleza y la mujer, al igual que los cambios de patrones culturales producto de la revolución tecnocientífica y sus alianzas con el mercantilismo explotador de la Naturaleza. Señala Warren (2003) que la conexión conceptual, se refiere a los argumentos esgrimidos por las ecofeministas, sobre las estructuras conceptuales que sustentan los vínculos históricos y causales entre la dominación de la mujer, dado que estas conceptualizaciones han sido tomadas de la cultura racionalista occidental. El vínculo empírico, sugiere que los datos científicos sociales sobre la mujer y el medio ambiente guardan relevancia para los estudios teóricos de muchas áreas de la filosofía, develando incluso que las conceptualizaciones 50 mujer y naturaleza están plagadas de conceptos antropocéntricos y androcéntricas. La conexión epistemológica que vincula a la mujer con la ecología, plantea la posibilidad de un privilegio epistémico de las mujeres sobre la agricultura y la silvicultura, surgido de su cercanía con la Naturaleza y las labores del hogar. Warren (2003) señala que la conexión simbólica, permite observar como en las diferentes expresiones de las artes plásticas, literarias y religiosas, existe una asociación y devaluación simbólica de la mujer y de la naturaleza, concediéndole un maltrato igualitario. Develado por Ynestra King cuando señala que existe un lenguaje genérico sexual de la expresión “Madre Tierra”, que puede entenderse desde dos vertientes como liberador o como subordinador de la mujer al igual que la naturaleza. La sexta conexión, está referida a la ética como forma de vincular el feminismo con el medio ambiente, lo cual permite desarrollar teoría y prácticas que conciernan tanto a los humanos como al medio ambiente; esto guarda relación con las relaciones teóricas, puesto que se establece que cómo se conceptualiza, conduce a cómo se trata. En el ecofeminismo no hay una sola filosofía ética, ni mucho menos están plenamente definidas, se considera que aún están en construcción, dado el poco tiempo que tiene desde el surgimiento como una corriente de pensamiento. La última conexión según Warren (2003) entre la mujer y la naturaleza se refiera a la política práctica, con ella se demuestra la existencia de 51 inferiores condiciones de vida para las mujeres y para el resguardo de la naturaleza, lo que se hace visible en las políticas y prácticas sociales impuestas en las sociedades. La revisión de estas ocho conexiones entre el feminismo y la naturaleza, han sido claramente expuestas por Warren (2003), aún cuando en estos párrafos reflejan un simple esbozo de lo que desarrollo su libro, permite comprender que existe una preocupación en temas que son atendidos por e ecofeminismo, y abordados desde las diferentes posiciones esgrimidas por los enfoques y sus exponentes, por lo que es necesario ahondar en el análisis de manera más concienciada, incorporando para ello, nuevas visiones de los problemas atendidos de manera separadas por el feminismo o la ecología. La visión holística del ecofeminismo es fundamental para poder develar aspectos vitales, sobre el trato a las mujeres, a los animales y a los ecosistemas de manera general, y las construcciones de las respuestas o remedios para tantos males que han sido ocasionados a través de las formas tradicionales de concebir las relaciones de los seres vivos. Las diferentes perspectivas del ecofeminismo, identificados previamente mediante, se logró dada, la revisión bibliográfica de varias autoras que atienden este aspecto. Albareda (2011) recoge en un gráfico una clasificación integral, al que ha sido necesario incorporar a la clasificación la recopilación de lo expuestos por otras ecofeministas y la inclusión de nuevas exponentes a las ya presentes en la propuesta por la autora, por lo que se 52 incluyó la categoría de Ecofeminismo crítico. Los diferentes enfoques se han representado en el gráfico 2, el cual se presenta a continuación. Gráfico 2. Enfoques Ecofeministas Fuente: Ayala (2012) 2. La Naturaleza desde contexto histórico filosófico El aparte de este capítulo tiene dos propósitos fundamentales para la investigación, el primero está referido a interpretar el entramado de la Naturaleza desde la epistemología ecofeministas, y el segundo a examinar 53 las relaciones de los seres vivos humanos y no humanos en ese entramado de la Naturaleza. Sin lugar a dudas, para afrontar estos propósitos, inicialmente debe precisarse el sentido del término Naturaleza. La interrogante surgida es: ¿Qué es la Naturaleza?, esta tarea, para nada puede considerarse como una tarea sencilla, puesto que la respuesta a tan importante pregunta está ligada incluso a los sentimientos humanos, por lo que se ha logrado generar diversidad de estos, consideradas como inspiraciones, contradicciones o emulaciones. De igual forma, ello ha conducido a la realización de acciones que le permiten develar sus misterios, para entenderla, interpretarla e incluso controlarla. Las diferentes posiciones epistémicas han dado origen a multivocas interpretaciones que están asociadas al desarrollo cultural de cada sociedad. Es por ello, que en el devenir de la historia del pensamiento filosófico, la Naturaleza ha sido un tema de constante interés y por supuesto, de diversas cosmovisiones de la misma. Para afrontar el primer propósito es necesario iniciarlo con lo expresado por el filósofo español Ferrater (1994), también por lo escrito por Olmedos en su artículo titulado “Naturaleza”, reseñado en el Diccionario de Filosofía y otros autores que realizan importantes aportes en el estudio de este interesante tema. En el artículo expuesto por Ferrater (1994) se hace un análisis histórico y sistemático del concepto Naturaleza, desde un sentido filosófico, puesto que 54 el término Naturaleza tiene variedad de valores semánticos, pero que etimológicamente ha sido tomado del griego “f ?s?? (transcrito: physis)” al que usualmente se le traduce por Naturaleza, pero que su significado, hace mención a la esencia de la Naturaleza, es decir, significa “producir, hacer crecer, engendrar, emerger, formarse…poder, poder propio, fuerza, habilidad innata, fuente” (p.253), por lo que existe la multiplicidad de acepciones que dan respuesta a cada contexto en el cual se utiliza la palabra, proponiendo diferentes usos de la palabra griega f ?s??, sin lugar a dudas proporcionan significado y sentido a lo expresado en un contexto dado. Según el filósofo español, la palabra f ?s??, también coincide razonablemente con el sentido etimológico de la voz latina Natura, la cual da origen a la palabra Naturaleza , y cuyo significado es “nacer, formarse, empezar, ser producido” (p.254), sin lugar a dudas es un término que ha sido y es objeto de estudio de la filosofía, por lo que, en las diferentes etapas de la historia del mundo ha originado innumerables tratados, que dejan ver las perspectivas del mismo. Es necesario indicar que existen disimiles posiciones en este andar histórico, incluso existen corrientes filosóficas como el naturalismo que han desarrollado su epistemología basada en la misma, por ello la importancia del estudio del término, antes de emprender la tarea de desentrañar la visión de las ecofeministas El abordaje del término naturaleza, lo realiza el Ferrater (1994) desde dos sentidos, que no implican exclusión intrínseca o independencia entre ambo: “el sentido de ‘naturaleza’ principalmente como la llamada "naturaleza de un 55 ser“ y el sentido de ‘naturaleza’ como "la Naturaleza" (p.255). La Naturaleza como un sujeto, se distingue por el uso de la mayúscula inicial. El enfoque expuesto por el filósofo, se torna interesante, dado que recoge las acepciones más significativas del uso del término, al mismo tiempo que las interpretaciones según cada época y filósofo. Sin embargo ante la revisión amplia de diferentes posiciones filosófica se encuentran interminables usos y sentidos del término, sin contar que el mismo es utilizado como adjetivo calificativo, por lo que origina e incluso como lo contrario a lo creado por el hombre, el arte o más allá lo sobrenatural. Siendo una palabra cuyo origen se encuentra en la lengua griega, ello indica el camino a ser trazado, al cual se dará inicio con los aportes realizados por los presocráticos, utilizando lo planteado por Olmedos (1992) en su obra Los Presocráticos. Señala Olmedos (1992) que “Suele afirmarse que los presocráticos fueron cosmólogos, fisiólogos por haber reflexionado sobre la naturaleza y no sobre el hombre” (p.25), es decir, que su principal interés era el descubrimiento de la Naturaleza, dado los fundamentos sobre la posibilidad del hombre de conocer el universo, y descartando los aspectos sobrenaturales del mismo. Se centraron en la idea de la Naturaleza, intentando conocer las verdades de esta. El autor de la obra señala que, “La Naturaleza es entendida como natura (del latín nascor-nacer), como physis (del griego phyo- hacer salir, hacer nacer, hacer crecer, engendrar, dar a luz)” (p.26), se destaca en esta 56 representación que existe un potencial en el interior de lo natural, que debe ser expresado en el exterior, desde su totalidad orgánica que los relaciona. En oposición a lo antes planteado los sofistas defensores de la posiciones individualistas de la sociedad y la importancia de las estructuras de los Estados-Nación, destacaron concepciones como, lo que es por naturaleza y lo que es por convención, es decir consideran que por naturaleza cada hombre posee un cuerpo con diferentes miembros, y las plantas tiene hojas, tallos y raíces, a la vez que distinguen lo que es por convención como los nombres puestos o asignados a las cosas, personas o animales. Se habla de convención, puesto que se ha concertado entre varios miembros de una sociedad aceptarlos, y reconocerlos por estos nombres. El énfasis puesto por los sofistas en la distinción de lo que es producto de la convención o leyes acordadas por los miembros de una sociedad «Nómos» y lo que debe considerarse producto de la por Naturaleza «physis», marcó una ruptura en el pensamiento occidental. A diferencia de los sofistas la posición de Aristóteles, el filosofo de la Naturaleza, según Torretti (1998) fue el dar respuestas a las interrogantes ¿qué es Naturaleza? y ¿qué es por naturaleza?, para conocer las respuestas a las interrogantes planteadas se hará cita del fragmento del Capítulo I, del segundo libro de Física; escrito por Aristóteles: 57 De los entes, unos son por naturaleza, otros por otras causas; por naturaleza, los animales y sus partes, y las plantas, y los cuerpos simples, como tierra y fuego y aire y agua, pues éstas y otras cosas por el estilo son las que decimos que son por naturaleza. Pero todas las cosas mencionadas se muestran como diferentes de las cosas no constituidas por naturaleza. Pues todas las cosas que son por naturaleza aparecen poseyendo en sí mismas un principio de movimiento y reposo, unas con respecto al lugar; otras, con respecto a la alteración. (Aristóteles Citado por Torretti ( 1998) p.54) Señala Totteti (1998) que Aristóteles, le concede a la Naturaleza el principio de generación y regeneración de cosas a partir de sus elementos esenciales y la concibe como una causa eficiente, lo cual se evidencia en lo indicado en su discurso; además aclara, que esta causa obra teológicamente, considerando con ello que esto es similar a lo que ocurre con las semillas de las cuales brotan las plantas. La segunda pregunta sobre ¿qué es por naturaleza?, se detalla en los siguientes párrafos del mismo libro de Aristóteles, donde aclara que las cosas fabricadas por el hombre no forman parte de la naturaleza, dado que no poseen el principio congénito al cambio, y señala el ejemplo de los materiales que son utilizados para elaborar una casa de piedra, donde se las piedras son un elemento de ella, pero la casa de piedra no es Naturaleza, sino que está conformado por una forma representativa de la Naturaleza. Señala Ferrater (1994) que Aristóteles, elaboró diferentes definiciones o sentidos del término physis, lo cual se evidencia cuando conceptualiza la palabra naturaleza como: 58 “la generación de lo que crece; el elemento primero de donde emerge lo que crece; el principio del primer movimiento inmanente en cada uno de los seres naturales en virtud de su propia índole; el elemento primario del que está hecho un objeto o del cual proviene; la realidad primaria de las cosas” Aristóteles Citado por Ferreter (p.253) En todas ellas según el autor, Aristóteles indica que existe algo que es común, a ellos, la esencia que poseen dentro de sí, o sea el principio de movimiento, interpretándose esto como que solamente se le puede nombrar como Naturaleza a lo que cumpla el principio de movimiento, puesto que es intrínseco a ella y no es aleatorio. Tal como lo señala Ferrater (1994), al igual que los sofistas, Platón había dedicado un tiempo a contrastar lo que es por naturaleza y lo que es por convención, distinguiendo entre aquello que tiene un modo de ser que le es propio y que hay que conocer tal como efectiva y naturalmente es, y aquello cuyo ser, o modo de ser, ha sido determinado de acuerdo con un propósito realizado por los humanos. Con el paso del tiempo y luego de perdurar por siglos las ideas expuestas por Aristóteles, en la edad media el concepto Naturaleza adquiere otras características. Tal como lo expresa Barroso (2000) se humaniza la naturaleza y sufre su desacralización, por ello es común encontrar en los diferentes escritos de la época la adjetivación moderada de la naturaleza, dada por los matices de las asociaciones semánticas que se le dio, producto de las percepciones y significados que sus autores le imprimieron en el 59 marco del renacimiento. La naturaleza salvaje y naturaleza hostil, se utilizó para designar su carácter de indomable, o naturaleza amiga, para significar la bondad y la hermandad de ella con el ser humano. Señala el autor que en la edad media la relación del hombre con la naturaleza estuvo marcada por “el culto antiguo y supersticioso a la naturaleza y el culto moderno y laico al progreso tecnológico. Dos creencias que se superponen y entrelazan con una tercera, característicamente medieval, el culto a Dios como creador de la naturaleza.” (p.80). naturaleza se considera sagrada La por ser la creación del poder divino y porque ese mismo poder supremo se encuentra en esencia representada en ella. En esta etapa de la historia, se considera al hombre como parte de la naturaleza e inseparable de su entorno, no existía la “distinción entre sujetohombre y objeto-naturaleza, la consideración de la naturaleza era como un sujeto” (Barroso, 2000, p.82) y el ser humano se le consideraba como un elemento natural más del paisaje, al igual que las rocas y los ríos, a quienes también se le atribuyen características de seres vivos, por lo que atentar en su contra o dañarla se considera un pecado. La Naturaleza era protegida y respetada como un miembro más de la familia, como ejemplo de ello, Barroso (2000) cita una de la obra de San Francisco de Asís, el Cántico de las criaturas (1980), en la que “llama hermanos al Sol, a la luna y a las estrellas, al viento, al agua y al fuego, y llama madre a la tierra "la cual nos sustenta y gobierna y produce diversos 60 frutos con coloridas flores y hierbas" “ (Francisco de Asís (1980) p. 49 Citado por Barroso (2000)). En la edad media se considera que la producción y explotación económica de la Naturaleza se llevaba a cabo tomando en cuenta los ciclos de vida de cada especie, por lo que se puede definir dado el resguardo del equilibrio ecológico, como proteccionista. Si es cierto, que para esa época ya el hombre contaba con herramientas que servían para ayudarlo a desempeñar su trabajo, para ejercerlo con menor esfuerzo, pero nunca representó la sustitución del mismo en las labores del campo, aspecto que cambió radicalmente en la edad moderna con la industrialización de la agricultura. La edad media dio paso a la edad moderna y con ello a la imposición de nuevos significados para la Naturaleza, ese paso se le atribuye al razonamiento científico influenciado por Descartes y Bacón, sobre el vuelco dado a la relación hombre-naturaleza, puesto que desde la posición epistémica de una relación de dependencia del hombre con la Naturaleza , por una de necesidad de conocer e incluso controlarla para que le sirva a los interés del hombre. Arnau (2001), señala que la revolución científica significó una ruptura con el sistema ptolemaico defendido por Aristóteles, el cual dominó la visión de la Naturaleza durante la Edad Media. Esta visión desechada proclamaba a la tierra como el centro del universo, lo cual dio origen a la teoría geocéntrista y a la consecuente ruptura entre el sistema defendido por Aristóteles y el 61 paradigma impuesto por astrónomos como Copérnico, fue lo que origino la nueva ciencia, dado que la fundamentación del sistema heliocéntrico, condujo a otras formas de ver las cosas, ahora desde la mira del planeta tierra alrededor del sol y no como centro del universo. Estas ideas expuesta por Copérnico, se consolidan luego con los aportes de Galileo mediante la utilización del telescopio, Kepler con la teoría de las orbitas elípticas y finalmente con lo expuesto por el físico Isaac Newton, sobre la ley de la gravitación universal y sus implicaciones. Según Arnau (2001) “La crítica del sistema aristotélico-ptolemaico se desarrolla en dos aspectos: astronómico y físico, y lleva a la constitución de un nuevo paradigma de método científico (p.142). Todos estos aportes a la construcción de la nueva ciencia o ciencia moderna, también produjo un cambio axiológico en la ciencia y de los objetivos que la habían sustentado, los cuales según lo señalado por Capra (2009), servía para la obtención de sabiduría, y para comprender el orden y la armonía de la Naturaleza. Estos preceptos luego fueron cambiados por los defendidos por Francis Bacon, a quien se le considera el cosificador de la Naturaleza, al convertirla en objeto del conocimiento científico, desmitificando la misma al establecer que era regida por leyes naturales y no por Dios. Bacon consideró que la Naturaleza estaba compuesta por elementos que se encontraban aislados y que cada uno estaba regidos por leyes explicables, tal como lo señala en el párrafo 2, libro segundo del Novum Organum publicado en el año 1620: “Porque así como nada existe 62 en la naturaleza excepto cuerpos individuales que exhiben claros efectos individuales en relación con leyes particulares así, en cada rama del conocimiento esta auténtica ley, su investigación, descubrimiento y desarrollo son los fundamentos tanto de la teoría como de la práctica” (Bacon citado por Benítez (2005),p.5); con esta forma de ver la Naturaleza, este inminente físico logró desmitificarla, permitiéndole experimentar en ella, sin que esto pudiera ser considerado como un pecado. Estos conceptos son coincidentes en las prácticas metodológicas de Francis Bacon y René Descartes y tal como lo señala Benítez (2005) para ambos el objeto de conocer la Naturaleza es llegar a sus estructuras más profundas y reales mediante el uso del empirismo. Para Benítez (2005) “La teoría cartesiana de los elementos no se apoya directamente en ninguna clase de experimentos, surge más bien de una concepción general mecánica y cinemática y, podría entenderse, como un despliegue deductivo de esas teorías” (p.8 ). Bacon escribe un libro muy controversial en la época contemporánea, el Temporis partus masculus, en el cual compara la forma de indagar y conocer a la naturaleza como la de un sabueso que escudrina hasta encontrar la presa, así dice “for the further disclosing of the secrets for nature (a man should not) make scruple of entering and penetrating into these holes and corners, when the inquisition of truth is his whole object” (Bacon p.63 , citado Novo (2007: 163) 63 Siendo Bacon un admirador de Maquiavelo y ampliamente influenciado por su forma de ver a la sociedad, se vale de la frase el fin justifica los medios, ello sirve de sustento para esa visión del abordaje de la naturaleza . Dice Bacon en el párrafo 2, antes citado, que cuando el objeto de la ciencia es conocer la verdad, los escrúpulos del hombre al momento de entrar y penetrar a la Naturaleza, sólo son obstáculos. Según Novo (2007) estos conceptos luego son ratificados en su libro el Discours de la Méthode, al considerar que la experimentación hace al hombre dueño y poseedor de la Naturaleza. Cuando Bacon hace este señalamiento, excluye de manera tajante a las mujeres, puesto que para él, la nueva ciencia sólo podía ser emprendida por el hombre y su peculiar forma de verla y abordarla . Se considera a Bacon como el responsable de la ciencia patriarcal, puesto que consideró que el hombre era el llamado a construir los grandes avances de la edad moderna y la misión era conocer, controlar y aprovechar todo lo que la Naturaleza proporcionaba, y que se podía obtener mediante la exploración, disección y separación de cada una de las partes. Tal como lo señala Capra (2009) en su obra Sabiduría Insólita, el espíritu baconiano estaría impregnado de la ciencia mecanicista y los valores patriarcales, que aún están presentes en el siglo XXI, dada la forma de hacer ciencia y tecnología cuyos fines son profundamente antiecológistas. La Naturaleza según este recorrido histórico filosófico, puede ser considerada en primer lugar como principio de vida y movimiento, en segundo lugar como manifestación del espíritu y la tercera visión como 64 universo o conjunto de elementos aislados que se encuentran regidos por leyes explicables. La conceptualización de la Naturaleza realizada anteriormente permitirá verificar cuales de estas visiones están presentes los diferentes enfoques ecofeministas. 3. Una mirada a la Naturaleza desde la epistemología ecofeminista. El recorrido histórico del ecofeminismo, se inicia con la palabra que fuera acuñada por Francoise d`Eaubonne, en su libro Le feminisme ou la mort de d´Eaubonne (1974) citada por Mellor (2000). El término ecofeminismo nació enmarcado por la interrogante formulada por ella, sobre cómo el hombre mantenía el control de la producción y también de la sexualidad femenina, y el doble impacto que estas acciones tenían sobre la Naturaleza tanto por la depredación de la misma, como por la sobrepoblación de humanos. Todo ese discurso puso en relieve el poder ejercido por la jerarquía eclesiástica propugnada por el catolicismo y la cultura patriarcal sobre las mujeres, al negarle la posibilidad del ejercicio de su sexualidad y del control de la natalidad. La escritora invitaba a las mujeres a promover la cosmovisión del género femenino puesto que considerar que era lo único que le permitiría el ejercicio igualitario de participación de hombres y mujeres en la construcción de un mundo posible, dada su proximidad a la Naturaleza. Por ello el ecofeminismo surgido en los años 70 del siglo pasado, derivó al igual que el feminismo en diferentes enfoques ya antes señalados, lo cual indica la necesidad de contextualizar los aspectos que se estudiaran según cada una de las perspectivas a fin de que las respuestas a las interrogantes 65 planteadas estén revestidas de las cosmovisión de cada una. Las interrogantes que serán atendidas son: ¿Cómo conceptualizan las ecofeministas a la Naturaleza?, ¿Cómo se descifran desde las diferentes perspectivas del ecofeminismo las sinergias entre el ser humano con la Naturaleza? ¿Cuál es el papel de la mujer en relación con la Naturaleza? A continuación se indagaran en documentos escritos por las representantes de los ecofeminismos: esencialista, socialista, teológico y crítico- constructivista , dando inicio por el ecofeminismo esencialista -espiritual. 3.1.1. La Naturaleza como principio femenino La corriente esencialista considera que las diferencias entre el trato a la Naturaleza, tienen sus raíces en la propia esencia diferenciada de los hombres y las mujeres, este enfoque sitúa a las mujeres como las verdaderamente identificadas con la Naturaleza y, por lo tanto, más inclinadas a resolver los problemas relacionados con ella. La corriente defiende de manera radical las conexiones existentes entre la Naturaleza y las mujeres, y considera que el modelo de desarrollo centrado en el dominio del orden patriarcal es el causante de la explotación y opresión tanto de la mujer como de la naturaleza. El análisis sobre le perspectiva del ecofeminismo esencialista o del Sur como se conoce a la corriente, es defendida por la Premio Nobel 1997 y Premio Sydney por la Paz 2010 Vandana Shiva, quien es considerada hoy como la más prominente defensora del ecofeminismo, originaria de la India: 66 Su cosmovisión está impregnada por la cultura y religión hinduista, la cual expresa en los siguientes párrafos. Desde el punto de vista de la cosmología india, tanto en las tradiciones exotéricas como esotéricas, el mundo se produce y se renueva por el juego dialéctico de creación y destrucción, cohesión y desintegración. La tensión entre los opuestos, de la que surgen motor (motion-moción) y movimiento, es descrita como la primera aparición de la energía dinámica (Shakti). Toda existencia nace de esta energía primordial que es la sustancia de todo, que lo llena todo. La manifestación de este poder, de esta energía, se denomina naturaleza (Prakriti). La naturaleza, tanto animada como inanimada, es así una expresión de Shakti, el principio femenino y creativo del cosmos; en conjunción con el principio masculino (Purusha), Prakriti crea el mundo. La naturaleza como Prakriti es inherentemente activa, una poderosa fuerza productiva en la dialéctica de la creación, renovadora y sustento de toda vida. Vandana (1998, p.161) El principio femenino también debe ser entendido como Naturaleza, por cuando el principio femenino (Purusha) es creador, el cual mediante la interacción dialéctica con el principio masculino (Prakriti) crea la energía dinámica y constante del universo (Shakti). Según la cosmología hindú la Naturaleza es la manifestación del principio de movimiento generador de la existencia de lo humano y no humano, las manifestaciones de lo animado y lo inanimado de la Naturaleza (Mahad), el cual se expresa en energía reproductiva y permanente. En el siguiente gráfico se presenta la cosmogonía hindú y la dialéctica de la creación de la Naturaleza como principio femenino. 67 Gráfico 3. Principio femenino, Naturaleza Creadora, Madre Naturaleza. Fuente: www.energyenhancement.org. Las diversas manifestaciones de la Naturaleza, se expresan como criaturas, seres humanos, animales, piedras, árboles, ríos, porque siendo la fuerza creativa da origen a expresiones en el cosmos, pero todas son originarias de la Madre Naturaleza y por lo que en ellos se refleja plenamente, creando un mundo dinámico e interrelacionado. Según lo expresa Shiva (1998) ontológicamente el principio femenino está presente en todos los seres, tanto en hombres como en mujeres, plantas o animales, puesto que la Naturaleza es femenina por su fuerza creadora, por lo que las dualidades no son el principio sino la complementariedad integrada, una unidad dialéctica. A continuación se cita párrafos de lo expresado por la ecofeminista referido a los aspectos antes descritos y las contradicciones de la visión oriental con la forma de pensamiento occidental sobre la Naturaleza. 68 La naturaleza como expresión creativa del principio femenino está en ontológica continuidad con los humanos y también por encima de ellos. Ontológicamente, no hay división entre hombre y naturaleza, o entre hombre y mujer, porque la vida en todas sus formas surge del principio femenino. Las visiones occidentales contemporáneas de la naturaleza están lastradas con la dicotomía o dualidad entre hombre y mujer y persona y naturaleza. En contraste, en la cosmología india persona y naturaleza (Purusha-Prakriti) son una dualidad en la unidad. Son complementos inseparables uno del otro en la naturaleza, en la mujer, en el hombre. Toda forma de creación lleva el signo de su unidad dialéctica, de la diversidad dentro de un principio unificador. Esta armonía dialéctica, entre los principios femenino y masculino y entre la naturaleza y el hombre, deviene la base del pensamiento y la acción ecológica en la India. Dado que, ontológicamente, no hay dualismo entre la naturaleza y el hombre y que la naturaleza como Prakriti sustenta la vida, la naturaleza ha sido tratada como integral e inviolable. (Shiva 1998. p.163) El ecofeminismo esencialista considera a la Naturaleza como energía integral en movimiento que compone al todo y está presente en todas las formas o creaciones, por lo que existe el rechazo al pensamiento sustentado en las dicotomías o separaciones, que prevalece en pensamiento occidental, patriarcal y antropocéntrico, que ha impuesto las dualidades hombre/mujer, hombre/Naturaleza, Naturaleza/cultura, orden/caos, cuando realmente son complementarios es decir hombre y mujer, ser humano en relación con la Naturaleza, en una dialéctica de creación y destrucción, cohesión y desintegración, orden y caos. Es necesario resaltar que la Naturaleza como divinidad en la cultura hinduista es inviolable, porque sustenta la biodiversidad. 69 3.1.2. La fundamentación materialista histórica de la Naturaleza y el ser humano. El ecofeminismo socialista considera que el origen de las diferencias en la visión de la Naturaleza y la relación Naturaleza-ser humano, reside en la relación que hombres y mujeres mantienen con el entorno y básicamente está en las funciones socialmente asignadas a cada uno de los géneros: la reproducción social y el cuidado del grupo familiar condicionan que sean las mujeres las que tienen un contacto más directo con los recursos naturales como el agua, los suelos, y los bosques; especialmente en sistemas económicos de subsistencia. Es importante resaltar que de ese contacto más directo se deriva un conocimiento diferente, cotidiano, basado en lo concreto y con mayor capacidad y sensibilidad para percibir los problemas medioambientales que puedan afectar a la vida cotidiana, la salud e incluso la supervivencia del grupo familiar. Las ecofeministas socialistas proponen la construcción de una sociedad basada en una nueva relación entre los géneros y una relación distinta con la Naturaleza. Para conocer las posiciones epistemológicas del ecofeminismo social sobre la Naturaleza y la relación que debe existir entre el ser humano y la Naturaleza, se indagará en lo expresado por Barbara Holland-Cunz (1996), sus contribuciones teóricas y políticas al ecofeminismo socialista han estado impregnada de un activismo permanente, que lleva a cabo siendo miembro de diferentes movimientos alemanes feministas, antimilitaristas y antinuclear, entre otros. La ecofeminista pertenece a la corriente de pensamiento político marxista y el anarquismo clásico, también conocidas como teoría política 70 orientada a la liberación y en la que se incluyen elementos ecológicos, descritos por Fourier y Engels, y por Marx en la época tardía, lo cual ha sido enriquecido por formación académica como doctora en Ciencias Políticas y su amplio conocimiento de la filosofía de la naturaleza, políticas feministas e historia del ecofeminismo, por ello es considerada una autoridad en temas como la Naturaleza y la relaciones con el ser humano: … la idea de la naturaleza como un sujeto está en el centro de la filosofía ecofeminista. En el ecofeminismo, fue ampliada y expandida; la vitalidad y la productividad, así como el espíritu y el alma fueron concedidas (de nuevo) a la naturaleza. Hay muy pocos filósofos ecofeministas que no se refieran a «ella» como una subjetividad viviente, como una hermana viviente. El ecofeminismo puede ser interpretado como una filosofía de la naturaleza como sujeto hermana… Holland–Cunz (1996) deja en claro que si es cierto no se puede obviar el esencialismo de la Naturaleza, ello se transciende en el ecofeminismo socialista hacia las construcciones teóricas de ella y de la relación del ser humano con la Naturaleza, por lo que “deben interpretarse y elaborarse exclusivamente en el sentido de la fundamentación material que les resulta propia” (p.306), puesto con ello, se logra la integración teórica de los conceptos de finitud de la naturaleza y todo tipo de vida en el planeta, desde una posición de rechazo al pensamiento mecanicista y androcentrista. En relación a lo señalado por Holland-Cunz (1996) sobre la visión de la corriente del ecofeminismo denominado socialista, la ecofeminista Mary Mellor (2000) lo ratifica, en su libro Feminismo y Ecología , a la vez que hace 71 mayor énfasis en la relación de explotación de la mujer y la Naturaleza. En el indica que el ecofeminismo surge en el contexto de lo que se denominó el movimiento verde de Europa, el cual puso al descubierto el impacto negativo del modelo capitalista de consumo humano, lucha a la que se unieron las feministas para reivindicar los conceptos de la Naturaleza tan relacionada con el trato a las mujeres. La perspectiva socialista del ecofeminismo ha proporcionado la visión del problema entre la humanidad y la capacidad de ésta para destruir a la Naturaleza. Según ella, el ecofeminismo ha hecho una gran contribución al visibilizar la importancia del papel de la mujer en los sistemas económicos y la vinculación existente entre la explotación de las mujeres y de la Naturaleza. Sus aportes en la economía política ecofeminista, ponen en relieve otro tipo de economía que se encuentra entre la economía capitalista depredadora y la necesidad de respetar los sistemas y ciclos de la Naturaleza, esta propuesta se conoce como democracia económica, la cual propugna el desarrollo sostenible. Según la autora la esencia del problema es la finitud temporal de la existencia de lo orgánico proporcionado por la Naturaleza, a pesar que reconoce que pueden existir visiones cosmogónicas, pero se centra en la percepción ecológica de las acciones reales del ser humano ante la Naturaleza. A fin de ampliar aún más los conceptos presenten en el ecofeminismo socialista a continuación se presentan algunas ideas de la ecofeminista 72 socialista Mellor (2000) sobre la Naturaleza, la relación de la humanidad con la Naturaleza y la relación de la humanidad con la humanidad. La conciencia ecológica, la conciencia de la inmanencia, aunque se alcancen, sólo será el punto de partida (motivación) para desarrollar una política de la naturaleza. Yo afirmaría junto con Soper, y en contra de los ecologistas profundos, que no es posible “leer totalmente” la mente de la naturaleza, espiritual, política, ética ni siquiera científicamente. Lejos de revelar su desarrollo y el lugar particular que ocupa la humanidad en ese desarrollo, la naturaleza como un todo y en sus partes es radicalmente incierta en su dirección y resultados. (Mellor 2002, 186) Mellor (2002), deja entrever en su discurso que si es cierto que considera que la Naturaleza está viva y contiene en sí misma su propio programa y acción, lo cual la hace incierta, impredecible y sobre todo incontrolable por el ser humano, donde aspectos como los espirituales o místicos, deben ser considerados puesto que posee una energía creativa, pero sin que pueda considerarse como una Diosa. Sin lugar a dudas, la autora no niega los aspectos espirituales ligados a la Naturaleza, pero enfatiza que allí no está lo esencial, sino en resaltar que esto obedece a una verdadera conciencia humana que necesariamente es ecológica, y la cual ha sido negada por el pensamiento racional, por lo que debe Naturaleza también debe verse desde el papel que la humanidad tiene que jugar en relación a los aspectos ecológicos, por ello el ecofeminismo aboga por una política de la Naturaleza, en la cual se regulen las relaciones humanidad-naturaleza y las relaciones de la humanidad consigo misma. 73 Según la ecofeminista es fundamental tener conciencia sobre la necesidad de preservar la Naturaleza, pero aún considera más importante, tener clara la “orientación profunda hacia la naturaleza, y el lugar que tiene la humanidad en ella, dado que la humanidad no es un todo indiferenciado, es esencial comprender la construcción de las relaciones humanidad-naturaleza dentro del contexto de las relaciones humanidad-humanidad” (p.187). El materialismo histórico es el fundamento de este enfoque ecofeminista socialista, defendido por politóloga, en donde lo real tiene un papel fundamental en la forma de concebir la Naturaleza, su esencia y sus relaciones, al igual que las praxis de la humanidad y su efecto en la Naturaleza. El enfoque epistemológico apropiado para el análisis de estos contextos de relaciones de la humanidad con la Naturaleza y la humanidad consigo misma, sugiere la autora, es el realismo crítico inmanente que incluya el enfoque ecológico y rescate la necesidad de una política de la Naturaleza. La política de la Naturaleza debe considerar que la humanidad tiene necesidades materiales que debe satisfacer con lo que la Naturaleza le provee, pero que debe ser aprovechada respetando sus capacidades y ciclos de regeneración. El énfasis de esta propuesta implica un profundo análisis materialista de las relaciones naturaleza-humanidad, es decir, que la relación humanidadhumanidad debe entenderse de manera dialéctica e histórica desde la 74 relación humanidad-naturaleza y la satisfacción de necesidades como un proceso continuo. Según la ecofemininista el núcleo del ecofeminismo socialista, es similar al ecofeminista esencialista en relación a que considera que todos los seres humanos están arraigados a la naturaleza, son seres corpóreos. La diferencia está en que el esencialista defiende la preeminencia y el derecho de la mujer a imponer su visión en defensa de la Naturaleza por estar identificada de manera especial con ella. En el caso del ecofeminismo socialista, se defiende desde la construcción de que la visión de la mujer de la Naturaleza no es algo esencial, sino que proviene del quehacer en las labores, donde el hombre ejerce mayormente su labor fuera del hogar, en áreas de producción e industria, academicista, mientras las mujeres primordialmente ejercen labores de cuidado, lo cual la conecta más a la Naturaleza. Otra protagonista del ecofeminismo socialista es la británica Carolyn Merchant (2005), quien publicó su obra Radical Ecology: The Search for a Livable World, en el año 1992, en el cual se destaca el carácter de constructos sociales los conceptos de naturaleza y relaciones naturalezahumanidad. Ellos han sido construidos social e históricamente en el tiempo y transformados a través de la praxis humana. La naturaleza es un sujeto activo, no un objeto pasivo a ser dominado, y los seres humanos deben desarrollar una relación duradera con ella, destaca la autora. El ecofeminismo social va más allá de ecofeminismo cultural, al ofrecer una 75 crítica del patriarcado capitalista que se centra en las relaciones dialécticas entre la producción y reproducción, y entre la producción y la ecología. Según Merchant, la perspectiva ecofeminista socialista, ofrece un punto de vista para analizar las transformaciones sociales y ecológicas, además de sugerir las acciones sociales que conduzcan a la sustentabilidad de la vida y una sociedad justa. El ecofeminismo socialista, según Merchant, se abre camino entre una concepción natural de la Naturaleza y la idea de construcción social de la Naturaleza desde la experiencia de la mujer dada su cercanía con ella. Mellor señala, que Ynestra King utiliza el análisis crítico para plantear que el ecofeminismo toma del feminismo socialista la idea de que “a las mujeres se les ha situado históricamente en la línea divisoria biológica en donde lo orgánico emerge de lo social” (King (1981) citada por Mellor (2000)p.83), es decir que la dominación de lo natural se origina desde los conceptos de la jerarquización de la sociedad, por ello para reconstruir los razonamientos debe volverse a los cimientos de los constructos sociales. La crítica de la visión occidental de relación del hombre con la Naturaleza es descrita por Carolyn Merchant (p.147-260) como utilitarista, puesto que se considera la Naturaleza como una fuente de recursos para satisfacer las necesidades del hombre, y como un objeto de investigación científica. De igual apunta que la Naturaleza vista desde el mecanicismo es asimilada a una máquina que debe ser escudriñada para conocer su funcionamiento y dominarla. 76 3.1.3. La visión de la teología de la liberación. Gebara Ivone, representa al ecofeminismo teológico, el cual es sustentado desde la Teología de la Liberación. Gebara (2000) es considerada la principal representante de este enfoque, de origen brasileño, es una religiosa de la Orden Canónica de San Agustín, firme seguidora de la teóloga norteamericana Rosemary Radford Ruether. La teóloga brasileña considera que el ecofeminismo centrado en la Teología de la Liberación, tiene entre sus fundamentos la justicia social, y la justicia de la Naturaleza, sus frentes se ubican en la lucha por las mujeres pobres y los indígenas que son víctimas de la destrucción la Naturaleza por empresas apoyados por la concepción antropocéntrica del modelo capitalista. El ecofeminismo teológico según Gebara (2000) es “Una postura política crítica, que tiene que ver con la lucha antirracista, antisexista y antielitista. Las mujeres, los niños las poblaciones de origen africano e indígena son las primeras víctimas y, por lo tanto, los primeros en ser excluidos de los bienes producidos por la tierra. Son ellos también los que ocupan los lugares más amenazados del ecosistema. Son ellos quienes viven más fuertemente en el cuerpo el peligro de muerte que el desequilibrio ecológico les impone”. De igual forma se oponen a la teología patriarcal que subordina a las mujeres y la naturaleza, por ello la ecoteóloga se sustenta en una ética que deconstruye el papel de la religión y sus estructuras jerárquicas excluyentes, por ello propone una interpretación bíblica desde la perspectiva de la hermenéutica de Ricoeur, en la que se reconoce la interrelación del ser 77 humano con la Naturaleza. De igual forma Gebara (2000) visibiliza el dominio ejercido por el modelo aristotélico-tomista o de tradición dualista, que ha dado origen a las categorías patriarcales impuestas por la el catolicismoromano y su forma de ver lo religioso y lo bíblico, de allí que vio la necesidad de construir una teología ecofeminista o ecosofista. La teología ecofeminista propuesta ha sido ampliamente reseñada por la también ecofeminista Ress (2002) en su libro Lluvia para Florecer, en el cual indaga sobre las perspectivas de varias ecofeministas teológicas latinoamericanas y estadounidenses. En sus páginas Ress (20002) cita a Gebara, dada la conversación en la entrevista que mantuvieran para conocer las características principales del ecofeminismo teológico, la respuesta fue que se encuentra “la adopción del feminismo, a las preocupaciones ecológicas y con una crítica del sistema religioso patriarcal que excluye a las mujeres del poder público y de la producción social religiosa de sentido”(p.149), destaca la relación intrínseca que existe entre la violencia hacia la naturaleza y la mujer, a través del propugnado modelo de desarrollo antropocéntrico y el ejercicio del poder practicado sobre ellas por el modelo androcéntrico de organización política, económica, social, religiosa, familiar y educativa, donde el hombre está siempre en la cúspide de la jerárquica. Destaca la importancia de que la mujer haya descubierto la asociación de la mujer con la naturaleza y del varón con la cultura, por lo cual se revela su dominio sobre las mujeres y de la naturaleza, y la imposición de su visión patriarcal en el modelo de desarrollo, que implica destrucción y devastación 78 de todo lo que representa la Naturaleza. Según esta visión “existen estrechas conexiones entre las distintas formas de opresión y violencia, desde las producidas en el seno de la familia, en la sociedad y en la vida política, hasta las llevadas a cabo contra la naturaleza.” (Tamayo y Rodríguez, 2008, p. 246). Se reconoce mediante esta postura crítica que es necesaria otra forma de pensar las relaciones de los seres humanos que debe conducir a su liberación y humanización, siendo la teología ecofeminista la de servir de vehículo para llevar a cabo la integración de la naturaleza y por ende de la mujer en el ámbito de la cultura y el desarrollo humano, siendo necesario para ello desenmascarar a religión católica romana y los fundamentos que han perpetuado el modelo androcentrico. El ecofeminismo teológico pretender llevar a cabo un despertar de conciencias en relación a temas hasta antes prohibidos como la exclusión de la mujer en las estructuras jerárquicas de la iglesia católica y el discurso sexista manejado en la biblia, donde se evidencia teóricamente que el papel de la mujer está enmarcada en la sumisión al hombre, hechos que se evidencia en varios pasajes de la biblia, donde se relaciona a la mujer con el mal, como es el primer libro del génesis, donde se le impone a Eva-mujer la responsabilidad del pecado original, que marca la salida de Adan- hombre del paraíso. Señala Gebara (2000) en cuatro pasos de reflexión que lleva a cabo en su publicación denominada Ecofeminismo: algunos desafíos teológicos, que 79 sirven de base para enfrentar los desafíos que el ecofeminismo tiene ante las teologías patriarcales. El primer paso de reflexión, se titula, una cosmología diferente; en el aparte señala que es necesario resaltar el hecho de “que somos con todos los demás seres, con todo lo que existe, un único y Sagrado Cuerpo que sobrevive en el equilibrio y en la articulación de sus diferencias” (p.176). Es decir, que desde una cosmología diferente a la tradicional forma de ver de manera objetiva a la Naturaleza y al ser humano separado de ella. Se rescata la concepción del ser humano como parte del planeta y por lo tanto está ligado a su evolución. De igual forma señala “con la tierra existimos como seres vivos. La Tierra es nuestra “Matriz”, es nuestro cuerpo y nuestro medio de existir”, concluye diciendo que por lo tanto debe ser desechada la idea de la Naturaleza como fuente de recursos que deben ser explotados por pocas empresas o grupos de empresas. Hace un llamado de reflexión para abandonar las tradiciones religiosas que impone la jerarquización del hombre sobre el resto de los seres vivos. El segundo paso está ligado a la visión antropológica del ser humano, el cual según ella debe ser como “de una intimidad e interdependencia de vida captadas en la cosmología diferente… al ser humano ya no en oposición a los demás sino en relación de reciprocidad. La vida humana depende de la vida de todo el planeta” (p.177). Destaca la ecofeminista de la teología que los últimos seres producto de la evolución de la Naturaleza son los humanos, considerados por ella como recién nacidos, y si permanece en su empresa 80 de destruir al planeta con él también se autodestruirá, “Por lo tanto el ser humano no puede destruir su origen, su fuente, su raíz, sin el peligro de destruirse a sí mismo” ( p. 178). Esta forma de relación rompe con la visión jerárquica y absolutista del pensamiento antropocéntrico, que considera la preeminencia del ser humano y de la idea utilitarista de la como la correcta. Esta otra forma de antropología, también establece cambios en la concepción de relación hombre y mujer, conduciendo a ser equiparables en derechos y espacios en el contexto de una realidad colectiva. La tercera parte o paso de este pensamiento emergente, aborda de un conflicto diferente en el seno de las estructuras jerárquicas de las iglesias tradicionales, sobre todo en el catolicismo romano. La autora hace el análisis crítico del pensamiento filosófico y teológico que soportan a las organizaciones eclesiásticas, como el Magisterio o la asociación de obispos, quienes tienen responsabilidades de interpretar de forma correcta la biblia, lo cual ha centrado esta actividad en una cúspide o élite que no acepta el pluralismo y la diversidad de cosmologías, que explican este sagrado libro. Ello ha conducido a grandes conflictos sociales que están irrumpiendo en esas estructuras, con un discurso democrático y participativo, que parte del pluralismo de las ideas. El último paso o cuarto paso, señala la autora que se centra en una concepción diferente de la comunidad cristiana y el surgimiento de nuevos movimientos eclesiásticos, que “Discuten problemas concretos de la vida colectiva y personal, reafirman valores y convicciones, celebran la vida a 81 partir de referencias que extraen de la tradición patriarcal de sus diferentes iglesias”(p. 182), con estas ideas han surgido una gran diversidad de grupos eclesiásticos, los cuales mantienen comportamientos de relación incluyente e igualitaria entre hombre y mujeres, al igual que el resguardo de la Naturaleza. Concluye la ecoteóloga que “La nueva cosmología y la nueva antropología abren el pensamiento hacia una nueva comprensión de la autoridad y del poder común que tenemos” (p.183). Con ello resalta la necesidad de eliminar el orden que sostiene la exclusión del pluralismo, y sustituirlo por una nueva forma que dé cabida a la diversidad, creatividad para sentir y redescubrir la vida desde otro punto de vista. 3.1.4. La construcción social de la ética de la Naturaleza. El ecofeminismo constructivismo defendido por Alicia Puleo (2011) y otras autoras como Hazel Handerson, Bina Haraway, Charlene Spretnak, y Val Plumwood, revela n que existe un carácter histórico en la construcción del modelo de racionalidad androcéntrica occidental, basado en oposiciones binararias que han impuesto el pensamiento dual que obstaculiza otras formas de ver las relaciones entre los elementos que hasta ahora sobre la Naturaleza/cultura, mujer/hombre, afectividad/racionalidad, cuerpo/mente. La visión del ecofeminismo constructivista representado por la australiana Val Plumwood (2003), deja ver los elementos que ponen al descubierto las corrientes éticas de la perspectiva occidental de la naturaleza, es un interesante enfoque que muestra lo que es ignorado por el común de los ciudadanos del mundo, señala la autora que es entender al ser humano 82 como una continuidad con la Naturaleza, puesto que “ las corrientes éticas han ignorado completamente, la idea de que la naturaleza es discontinua o está ontologicamente separada de la esfera humana. Por consiguiente, se interpreta que los humano existen aparte o «fuera» de la naturaleza, generalmente como dueños o controladores externos de ésta” (p.264). La autora apunta que se han dado avances para internalizar nuevos constructos sobre la relación ser humano-Naturaleza, pero solo lo hace ver como un elemento más o un ser más que forma parte de la misma. Según la visión del ecofeminismo constructivista, es necesario destacar que el destino de los seres humano dependen de las condiciones que rigen los ecosistemas del planeta biosfera y por supuesto la devastación de estos los afectará inevitablemente. Este problema es importante cuando se intenta entender las razones para que el ser humano se sienta separado de la Naturaleza y por lo tanto, solo la entiende desde su perspectiva instrumental, la cual permite la satisfacción de sus necesidades. Estas concepciones son producto del pensamiento racional occidental, que ha impuesto la cosmovisión del hombre fuera de la Naturaleza, ello basado en “un firme dualismo, humano/naturaleza, que es parte de un conjunto de dualismos interrelacionados, mente/cuerpo, razón/ emoción, masculino/femenino, con los que mantiene conexiones importantes” (Plumwood 2003, p.265) La crítica central a este pensamiento es que las contraposiciones han hecho ver al ser humano como racional, para hacerlo parecer excluido de lo 83 que es natural, como los animales, las plantas y los minerales, entonces lo se dice que existen ciertas características que diferencian, distinguen, o separan al ser humano de lo natural, intentando eliminar de él aspectos comunes con la Naturaleza, y desarraigándolo de los aspectos emocionales, sensoriales, sexuales, para centrarlo en lo racional. Señala Plumwood (2003) “ De modo que la humanidad ha sido definida no como parte de la naturaleza ( a lo sumo, como una parte especial), sino como una forma separada y antagónica a esta. Así que, la relación entre los humanos y la naturaleza es como un dualismo antagónico y de valores jerárquicos.” (p.266). La construcción de estos dualismos impuestos desde el pensamiento occidental, incluye el antagonismo hombre/mujer, en el cual se destaca la concepción de la naturalización de las mujeres, fundamentada en la falta de racionalidad de ellas, al mostrar conductas más emocionales que las acercan a la Naturaleza proporcionándole una continuidad con ella, pero según este modelo las aleja de las características transcendentes del ser humano. La propuesta se centra en la reconceptualización del concepto ser humano, humanidad y Naturaleza, conceptos que deben ser construidos desde nuevas perspectivas históricas y relacionales, tal como lo señala Plumwood (2003): “ el concepto de naturaleza, el cual se ha construido con términos polares, como entidad pasiva, sin poder agente, sin teología, como pura materia, cuerpo y mecánica, desprovisto de las cualidades que el concepto de humano se ha apropiado. Deben desarrollarse conceptos alternativos de las virtudes humanas, y alternativas a la percepción mecánica del mundo que el racionalismo nos ha legado” p. 277. 84 Ello implica también la reconceptualización del ser humano en relación con la naturaleza, develando otras formas de relación diferentes a la instrumental, permitiendo con ello incluso identificar nuevas posiciones del ser humano con la humanidad, basadas en las interrelaciones e interdependencia existentes con los otros seres humanos o no humanos. Existen dentro del ecofeminismo constructivista, bemoles que vislumbrar aspectos tratados por la epistemología ecofeminista desde posiciones epistemológicas que reconocen la importancia del pensamiento ilustrado desde su carácter emancipatorio, el cual permitió superar las etapas de opresión que marcaron algunos siglos de la humanidad. La filósofa Alicia Puleo, es la representante española más destacada de esta perspectiva que propone algunas claves para abordar los problemas medioambientales utilizando el pensamiento ilustrado. En su más reciente obra Ecofeminismo para un Mundo Posible, Puleo (2011) resalta la importancia del concepto Naturaleza para el ecofeminismo: “Tanto en el feminismo como en la ecología, la noción de Naturaleza ocupa un lugar importante de la reflexión y la praxis, si bien por diferentes razones. Como Naturaleza interna, es nuestro cuerpo. Como Naturaleza externa, es el conjunto de ecosistemas y sus habitantes no humanos. Naturaleza no es un concepto meramente descriptivo, sino eminentemente político” p.409., Destaca la filosofa española que el concepto Naturaleza sigue asociado a los preceptos defendidos por el racionalismo al imponer las dualidades hombre/Naturaleza y Cultura/Naturaleza , en las cuales se interpreta a la 85 Naturaleza como el par inferior que no tiene finalidad o dignidad, como medio instrumental que puede ser usado o enajenado para beneficio del hombre y las industrias. La autora le confiere al ecofeminismo haber utilizado el análisis crítico ante los discursos que condenan a la mujer a una posición inferior a la de la humanidad, es decir a la inmanencia de la Naturaleza y sujeta al patriarcado, sustentado en el pensamiento andocéntrista, por ello la importancia de develar la lógica del dominio y de la devaluación que está intrínsecos en este modelo. Coincide Puleo (2005) con Plumwood (2003) en cuanto a la importancia de desentrañar los dualismo Cultura/Naturaleza que imbrican el dualismo jerarquizado hombre/mujer, y del cual derivan los dualismos generizados “razón/emoción; mente/cuerpo; civilizado/primitivo; espiritual/ materia; universal/ particular, self/Otro”( p.203), en los cuales la distinción tiene que ver con el sexo, y por su puesto considerando que incluso se utiliza el cliché el sexo fuerte para catalogar al sexo masculino. Según Puleo (2005) deben ser reconstruidos el concepto de instrumentación de la Naturaleza y el de hiperseparación y negación del hombre como ser interdependiente de la Naturaleza. 86 Cuadro 5. EPISTEMOLOGÍA ECOFEMINISTA ESENCIALISTA Y SOCIALISTA Epistemología Ecofeminista Esencialista Socialista Naturaleza Ser humano (Hombre y Mujer) Relaciones del Ser humano con la Naturaleza “La naturaleza como Prakriti es inherentemente activa, una poderosa fuerza productiva en la dialéctica de la creación, renovadora y sustento de toda vida. Representada por el Principio Femenino (Shakti) creativo, que está en todo en la Naturaleza animada e inanimada.” “Conexiones ex istentes entre la naturaleza y las mujeres.” “La naturaleza, tanto animada como inanimada, es así una expresión de Shakti, el principio femenino y creativo del cosmos; en conjunción con el principio masculino (Purusha), Prakriti crea el mundo.” “La Naturaleza es una subjetividad viviente, es como una hermana viviente del ser humano.” “La naturaleza debe verse como un todo y en sus partes es radicalmente incierta en su dirección y resultados ” “La Naturaleza es un construcción social que también debe ser construido desde la experiencia de la mujer dada su cercanía social con ella.” Fuente: Ayala (2012) “Ontológicamente, no hay división entre hombre y naturaleza, o entre hombre y mujer, porque la vida en todas sus formas surge del principio femenino.” “Los seres humanos están arraigados a la naturaleza, son seres corpóreos.” “Los hombres ejercen mayormente su labor fuera del hogar, en áreas de producción e industria, academicista, mientras las mujeres primordialmente ejercen labores de cuidado, lo cual la conecta más a la Naturaleza.” “La humanidad tiene necesidades materiales que debe satisfacer con lo que la Naturaleza le provee, pero que debe ser aprovechada respetando sus capacidades y ciclos de regeneración”. “La naturaleza es un sujeto activo, no un objeto pasivo a ser dominado, y los seres humanos deben desarrollar una relación duradera con ella.” 87 Cuadro 6. EPISTEMOLOGÍA ECOFEMINISTA TEOLÓGICA Y CONSTRUCTIVISTA Epistemología Ecofeminista Teológica Naturaleza Ser humano (Hombre y Mujer) Relaciones del Ser humano con la Naturaleza “La Tierra (Naturaleza) es la “Matriz” de nuestro cuerpo y nuestro medio de existir.” “El hombre es como todos los demás seres con todo lo que existe, un único y Sagrado Cuerpo que sobrevive en equilibrio y en la articulación de sus diferencias.” “Se reconoce la interrelación del ser humano con la Naturaleza.” “La tierra es la morada de una multiplicidad infinita de seres.” “La Naturaleza es un complejo sistema que permitió la irrupción de la vida humana, como su más reciente creación.” “Es una postura política crítica que gira en torno al respeto a todas las criaturas y no solo al ser humano.” “El ser humano es el recien nacido de la evolución de la vida.” “Los seres humanos somos integrantes de el sistema de vida biodiverso.” Constructivista Fuente: Ayala (2012) “La Naturaleza no es un concepto meramente descriptivo, sino eminentemente político” “Nuestra autoconciencia como especie humana ha de avanzar hacia la igualdad de mujeres y hombres en tanto partícipes no sólo de la Cultura sino también de la Naturaleza.“ “Existe una relacionalidad entre todos los seres y su interdependencia es absolutamente fundamental para el mantenimiento de la vida.” “El ser humano está ligado a losprocesos de evolución de la Naturaleza.” “Con la tierra el ser humano existe como seres vivos.” “La destrucción de la Naturaleza por el ser humano, es la destrucción de su origen, su fuente, su raíz, lo cual significa que también su destrucción.” “Los seres humano dependen de las condiciones que rigen los ecosistemas del planeta biosfera y por supuesto la devastación de estos los afectará inevitablemente”