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COMPROMISO PERRUNO
PROYECTO EDUCATIVO Y DE CONCIENCIACIÓN PARA FOMENTAR ENTRE
LOS MÁS PEQUEÑOS LOS VALORES DEL “ABANDONO CERO”.
CURSO ESCOLAR 2.012-2.013
compromiso perruno
INDICE
1. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO……………………………………………… 3
2. FINALIDAD DEL PROYECTO………………………………………………….. 3
3. OBJETIVOS…………………………………………………………………………… 4
4. CONTENIDOS DEL PROYECTO………………………………………………. 4
5. MATERIALES……………………………………………………………………….. 5
6. ACTIVIDADES……………………………………………………………………….. 5
7. DESTINATARIOS………………………………………………………………….. 5
8. PÁGINA WEB Y REDES SOCIALES…………………………………………6
9. PREGUNTAS PREVIAS AL CUENTO……………………………………….7
10. PREGUNTAS POSTERIORES A LA LECTURA DEL CUENTO…….7
11. CUENTO….……………………………………………………………………………..8
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1. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO
COMPROMISO PERRUNO es un proyecto sencillo e innovador, de carácter
educativo y familiar, que trata de sensibilizar y comprometer a los más pequeños
en el cuidado de los animales en general y de las mascotas en particular.
COMPROMISO PERRUNO nace con la finalidad de promover campañas
educativas en los colegios, pequeños eventos en cada clase de cada colegio para
concienciar a los niños de la responsabilidad que significa tener un animal de
compañía.
COMPROMISO PERRUNO propone una terapia de choque que ayude no solo a
concienciar sobre el problema que es el abandono o extravío de los animales de
compañía sino también la difusión y conocimiento de las protectoras como
refugios de animales abandonados que precisan urgentemente de un hogar. Un
proyecto que requiere de los centros educativos y de la solidaridad de profesores
que sean conscientes del problema y deseen colaborar en erradicarlo.
2. FINALIDAD DEL PROYECTO
Muchas son las buenas intenciones de Fundaciones y Protectoras en contra del
maltrato animal, muchos los esfuerzos de trabajadores y voluntarios por
conseguir los derechos y el respeto para los animales de compañía que todavía
permanecen desprotegidos no sólo ante la ley sino también ante sus propios
dueños.
Según un estudio de la Fundación Affinity del año 2.009, 323 perros se
recogieron al día, un total de 113.000 perros abandonados al año, además un
25% de las adopciones de los albergues son nuevamente abandonados. En
definitiva, cada 3 minutos y medio se abandona un animal de compañía, cifra
que aumenta cada año. Números imposibles de cuantificar para Protectoras que
se ven desbordadas por la falta de responsabilidad de dueños indolentes o
personajes cuya crueldad rebasa los límites de la condición humana.
Nuevos estudios acreditan que actualmente seis de cada diez familias tiene un
perro en casa, si añadimos que de los perros de la calle sólo el 25% son abandonos
y el restante 75% (en algunos países) son perros extraviados estaremos ante una
situación crítica difícilmente solucionable si no ponemos freno a esta tendencia
adversa.
En un contexto económico donde la capacidad de inversión y las ayudas son
altamente complicadas se precisan ideas que con un coste mínimo ayuden a
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fomentar el respeto y la convivencia para conseguir el desarrollo de un entorno
real más justo y positivo.
La educación es el mejor camino para acercarnos a países donde los derechos de
estos animales y la concienciación ciudadana son una realidad y el acceso más
práctico y efectivo para conseguir estos propósitos son los colegios, donde se
llegaría al mayor número posible de pequeños que en un futuro tendrán que
elegir y ser responsables de sus propias decisiones.
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3. OBJETIVOS
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Desarrollar la sensibilidad y la responsabilidad del niño.
Identificar los valores básicos de convivencia.
Desarrollar la capacidad de convivencia del niño con los animales.
Evitar el abandono, el maltrato y los excesos (camadas no-deseadas o
incontroladas: responsabilidad y esterilización)
Desarrollar el afecto y el compromiso con los animales de compañía para
un futuro más ético.
Fomentar el respeto.
Aumentar el número de padrinos, socios, adoptantes, voluntarios, casas de
acogida y amantes de los animales en general.
Señalar que las protectoras, actualmente y debido al número de
abandonos y excesos, están totalmente saturadas y sin recursos la
mayoría de ellas y la mejor forma de ayudarlas no es dejar allí a un
animalito sino aliviarlas colaborando o adoptando los que ya hay en el
refugio.
4. CONTENIDOS DEL PROYECTO
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Voluntarios, su labor social desinteresada
Conocimiento del concepto “mascota”
Valoración del compromiso al adoptar una mascota
Diferencias entre adoptar y comprar una mascota
Compromiso frente al sacrificio por negligencia
Protectoras, intenciones y limitaciones
Diferencia entre perrera y protectora
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5. MATERIALES
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Charla explicación
Cuento didáctico (El proyecto es tanto en castellano como en valenciano, a
elegir según centros o clases. También existe la posibilidad de leer el
cuento en inglés en centros bilingües o clases de inglés)
o adecuado a las edades y niveles de comprensión,
o aplicable dentro del área de lengua castellana y educación artística
Puesta en común
6. ACTIVIDADES
El profesor hará una charla introductoria participativa basada en unas preguntas
previas para situar en contexto.
A continuación se contará el cuento.
La parte lectiva terminará con la puesta en común y explicación final, basada
también en ciertas preguntas que situarán la acción narrativa.
Los niños dibujarán una imagen del cuento, acompañado de un resumen de 10
líneas como máximo sobre lo aprendido en el cuento o en la charla.
Los niños se llevarán los trabajos a casa para hacer partícipes a los padres de lo
aprendido en clase y que puedan a su vez colaborar con su propio comentario.
Además buscarán en la página web de la protectora y escribirán en el dibujo el
nombre de los dos perritos que más les haya gustado.
Con la pretensión de que el proyecto tenga duración en el tiempo y para finalizar,
la protectora llevará un par de perritos a las clases q se hayan adherido al
proyecto, con el fin de tener un contacto directo con los niños y recordarles todo lo
que hayan aprendido. También se expondrán en clase los dibujos junto con los
resúmenes realizados.
La duración aproximada de las actividades está sobre las 3 horas.
7. DESTINATARIOS
a) Dirigido a niños de temprana edad con capacidad de desarrollar valores de
sensibilidad y concienciación:

1º y 2º curso de primer ciclo de primaria: 7-8 años
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
3º y 4º curso de segundo ciclo de primaria: 9-10 años
b) Profesores
c) Padres
8. PAGINA WEB Y REDES SOCIALES
Los dibujos y resúmenes o comentarios de cada clase serán publicados en los
contenidos de la página Web del proyecto o de la protectora, así como el nombre
del colegio y de los profesores que confirmen su participación en el proyecto.
Además en la página Web se podrá realizar un seguimiento del proyecto con los
comentarios o ideas al respecto por parte de profesores, padres o demás
interesados. La publicidad del proyecto abarcará todos los medios disponibles
para obtener la mayor difusión y adhesión posible con el fin de mantener los
objetivos planteados.
Cualquier novedad en el proyecto será publicada en la página Web.
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9. PREGUNTAS PREVIAS AL CUENTO
a.
b.
c.
d.
e.
f.
¿Os gustan los animales?
¿Sabéis que es una mascota?
¿Quién de vosotros tiene mascota en casa?
¿Sabéis qué cuidados necesitan las mascotas?
¿Quién se encarga normalmente de la mascota?
¿Sabéis lo que es una protectora?
10. PREGUNTAS POSTERIORES A LA LECTURA DEL CUENTO
g.
h.
i.
j.
k.
l.
m.
n.
o.
p.
q.
¿Quiénes son los protagonistas del cuento?
¿Qué le pasaba a Estela?
¿Qué hicieron?
¿Quién era Fran?
¿Por qué lloraban los perritos?
¿Por qué se abandonan a los perritos?(especial atención en el extravío)
¿Sabéis lo que la esterilización?
¿Cómo podemos adoptar un perro?
¿Sabéis lo que es una casa de acogida?
¿Qué cuidados necesitan las mascotas?
¿Cómo acaba el cuento?
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11. CUENTO
En un piso pequeño cerca del parque vivían dos hermanitos: Estela y Sergio. Estela
siempre jugaba con su perrito de peluche que se llamaba Ronn.
Ronn era un perrito peludo de manchas negras gastado por el tiempo y con las
costuras rotas.
Estela lo llevaba a todas partes y le hablaba como si fuera uno más de la familia o
un compañero de juegos en el patio del cole.
-¡Mira Ronn! ¡Tengo una cocinita nueva! ¿Jugamos?
-Una tacita para Pin, otra para Pon y… otra para Ronn!
Una mañana que Estela se aseaba para ir al colegio miró a Ronn, sentado encima de
la cama observándola.
- ¡Qué solito estará sin mi!- le dijo a Sergio.
- ¿Nos lo llevamos al cole?
- No podemos, Estela. En el colegio no dejan entrar a los perritos- contestó Sergio.
- Pues sería muy divertido. Y se portaría muy bien, ¿a que sí, Ronn?
Estela no pudo concentrarse mientras la profesora explicaba la lección del día.
Miraba la pizarra pero su cabeza estaba pensando en Ronn y en lo solito que se
sentiría. Entonces se le ocurrió una idea, ¿por qué no le daba un amiguito a Ronn?
un amiguito de verdad, un perrito de verdad que le cuidara y que jugara con él
cuando ella no estuviera.
De repente Estela levantó el brazo y preguntó a su profesora: “¿dónde puedo encontrar
un perrito de verdad?”.
Marta, la profesora, miró sorprendida a Estela y le dijo:
-¿Qué? ¿Cómo? ¿A qué viene eso? ¿Para qué quieres un perro?
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Estela preocupada le contó que su peluchito Ronn se quedaba muy solo cuando ella se
iba al cole y por eso, necesitaba un compañero de juegos para él.
Marta, se quedó pensativa y le respondió:
-Tener un perrito es una responsabilidad muy grande.
Todos los días hay que darles de comer y de beber, sacarlos a la calle y recoger sus
cacas para mantener la calle limpia.
Hay que darles mucho cariño y tener mucha paciencia con ellos hasta que aprenden
a convivir con nosotros y nosotros con ellos.
Hay que llevarlos al veterinario cuando están malitos y ocuparnos de ellos cuando
nos vamos de viaje.
Estela pensó durante unos segundos si ella sería capaz de asumir esas
responsabilidades y volvió a preguntar:
-¿Y dónde podría encontrar un perrito que quisiera estar en mi casa con Ron?
Ante la insistencia de Estela, Marta le habló de una protectora que conocía donde
vivían perritos abandonados, los cuidaban y les buscaban una familia con quien
vivir.
Estela no dejó de darle vueltas a la idea de recoger un perrito de la protectora, Ronn
ya no estaría solo en su ausencia.
Al salir del cole recogió a Sergio y fueron a buscar la protectora. Tuvieron que andar
mucho, recorrieron calles tan largas que parecían no tener fin.
Multitud de coches transitaban en todas direcciones.
A medida que se acercaban a la protectora los ruidos de los coches y las voces de la
gente, se iban apagando y algún ladrido lejano y esporádico se dejaba oír.
Estela y Sergio se detuvieron ante una gran puerta sin saber cómo seguir,
¿Sería aquella la puerta de la protectora? ¿Estaría allí el perrito que buscaban?
Entonces la puerta se abrió y un joven salió a su encuentro.
Estela se dirigió a él y le preguntó:
- ¿Están aquí los perritos? Mi maestra me ha explicado que en las protectoras hay
perritos que necesitan una familia donde vivir.
Fran, que así se llamaba el cuidador sonrió y les dijo que aquello sí que era una
protectora.
De pronto un coche rojo a toda velocidad se precipitó sobre ellos, frenando en seco
delante de la protectora, un tipo salió del vehículo con un cachorrito de unos 4 meses
entre los brazos.
El hombre tenía una pareja de perritos que en un descuido criaron 3 cachorritos,
consiguió colocar dos pero uno de ellos se había quedado solito.
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Fran le regañó por su falta de responsabilidad, por un descuido un perrito se había
quedado sin hogar.
Estela sorprendida por la reacción de Fran le preguntó:
- ¿Por qué no se queda aquí? ¿Con los demás?
Fran le explicó que abandonan muchos perros y que las protectoras y sus voluntarios
no pueden ocuparse de todos.
El hombre que quería dejar al cachorrito allí, amenazó a Fran diciéndole que iba a
abandonarlo en algún rincón o que llamaría a la perrera para que se lo llevaran.
Al mencionar la palabra “perrera” los perritos que allí vivían comenzaron a ladrar y
a aullar, llorando sin consuelo, casi era imposible oír lo que el hombre decía.
¿Qué pasa, por qué este alboroto?- preguntó Estela extrañada.
Todos los perritos saben, le explicó Fran, que la perrera es un lugar donde los perritos
se mueren de miedo y quien no es reclamado por su dueño en un plazo de diez días,
lo matan sin compasión. Por eso los perritos aullaban y lloraban con tanta fuerza
que aquel tipo no pudo decir ni una sola palabra más.
Antes de que Fran pudiera darle alguna solución o alguna idea aquel tipo ya se
había ido a toda prisa.
Fran seguía sin entender qué hacían allí los niños.
Estela continuó: “Busco un compañero para mi perrito de peluche Ronn”.
Fran sonrió y le dijo:
-No es lo mismo un perrito de peluche que un perrito de verdad, y les explicó que un
perrito de verdad requiere ciertos cuidados, tiempo y paciencia, además… sois
demasiado pequeños para firmar un contrato.
-¿Un contrato?, exclamaron a la vez los niños.
-Si, un contrato donde os responsabilizáis del perrito y os comprometéis a cuidarlo y
no abandonarlo nunca, a cambio tendréis un amiguito siempre. Lo siento, pero… no
puede ser.
Estela y Sergio se dirigieron a casa cabizbajos, ¿cómo podrían demostrarle a Fran su
responsabilidad y compromiso?
No podrían, eran demasiado pequeños para que pudieran confiar en ellos.
Estela no pudo dormir en toda la noche, abrazada a Ronn lo veía solito mientras ella
y Sergio acudían a la escuela.
Sentada en su pupitre del cole miraba por la ventana buscando una solución.
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De camino a casa no podía decir una sola palabra, estaba triste y Sergio trataba de
animarla diciéndole que algún día serían mayores y responsables, pero nada podía
animar a Estela.
Caminaban sin consuelo entre la gente cuando de pronto escucharon unos ladridos a
lo lejos, un perrito corría entre las piernas de la multitud, esquivando los obstáculos,
saltando por encima de los bancos.
En un segundo el perrito llegó donde estaban los dos hermanitos y comenzó a
hacerles carantoñas y cabriolas.
Era el perrito negro que el tipo aquél había llevado a la protectora, y había cumplido
su amenaza, porque una furgoneta a toda velocidad le seguía con un letrero enorme
en un lado que ponía “PERRERA”.
Un energúmeno de grandes bigotes sacaba medio cuerpo por fuera de la ventanilla
mientras increpaba e insultaba a todos los animalitos del mundo.
El perrito negro dio un salto y se subió a los brazos de Estela que armándose de valor
le grito a Sergio:
-¡CORRE!
Y ambos echaron a correr mientras la gente les gritaba:
-¡CORRED, QUE NO LO COJAN, CORRED!
Todos empezaron a obstaculizar el paso de la furgoneta de la perrera, parándose
delante del vehículo o cruzándose por delante las bicicletas y los patinadores, o
ralentizando su marcha para que no avanzara mientras el conductor de los bigotes
desesperaba tocando el claxon de la furgoneta y chillaba a todo aquel que se ponía por
delante.
Estela corría con el perrito entre los brazos y Sergio gritaba:
-¡CORRE QUE NOS COGE!
Y no dejaron de correr hasta que la furgoneta les dio alcance. El hombre estaba hecho
una furia y les gritó:
¡DARME ESE PERRO, ES MIO!
Los niños asustados retrocedían mientras el perrito se acurrucaba entre los brazos de
Estela, tiritando de miedo.
El tipo de la perrera extendió los brazos para coger al perrito cuando se escuchó una
voz enérgica:
-¡DÉJALO, ESE PERRITO NO TE PERTENECE, NO ES TUYO!-gritó Fran, el chico
de la protectora.
Sin percatarse de hacia dónde corrían habían llegado al refugio, y Fran alertado por
las voces y los ruidos había salido a ver qué pasaba.
Aquél tipo no quería irse renunciando a aquel animalito y Fran continuó:
- Yo me ocuparé ahora de él, tú no tienes nada que hacer aquí, VETE YA POR
DONDE HAS VENIDO.
El tipo malcarado dejó de asustar al perrito y a los niños y resignado subió a la
furgoneta y se fue rabiando y maldiciendo.
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Fran miró al perrito y a Estela mientras a Sergio todavía se le pasaba el susto, el
perrito dejó de tiritar y comenzó a chuparle la carita a Estela llenándola de besitos,
saltó de sus brazos y nuevamente se puso a dar saltos y cabriolas. Fran conmovido
por lo que Estela había hecho y viendo lo muy agradecido que estaba el perrito dijo: “A
ver si podemos arreglarlo”.
Fran habló con los padres de los chicos y llegaron a un acuerdo: tendrían al perrito de
acogida en su casa por un tiempo hasta que la protectora le encontrara un hogar, ya
que en el refugio no cabía un perro más.
Le buscaron un buen sitio en la casa y allí le pusieron su camita, su bol de agua y
su bol de pienso.
Antes de ir al cole los chicos le ponían su correíta y le enseñaban a pasear bajándolo a
la calle para que hiciera su pipi y su caca, la recogían con un papel o una bolsita y lo
tiraban a la papelera.
Cuidaban de que siempre tuviera agua y dos veces al día le daban su pienso
correspondiente, jugaban con él y le querían tanto como a Ronn. Estela volvió a
concentrarse en las clases pensando que ahora Ronn tenía compañía con su nuevo
amigo Ronni, así llamaban al nuevo miembro de la familia, aunque ellos sabían
que sólo era algo temporal y que algún día la protectora encontraría un nuevo hogar
para Ronni y tendría que marcharse, eso la llenaba de pena.
Pasaron unas semanas y de vuelta a casa Estela y Sergio se encontraron a Fran
hablando con sus padres, quizás habría llegado el temido momento de la despedida, a
pesar de eso los chicos se alegraron mucho de ver a Fran y le preguntaron:
-¿Te vas a llevar a Ronni?
Fran sonrió porque había estado hablando con sus padres y por lo bien que se habían
portado y la responsabilidad que habían asumido con Ronni querían quedárselo,
llamaron a Fran para que la protectora no siguiera buscando más, ellos eran el
auténtico hogar de Ronni, un hogar para siempre.
Los chicos y Ronni estaban locos de contento, Ronni ladraba y saltaba encima de
ellos y Ronn les observaba sentado en su sillón favorito, con una chispa de alegría en
sus ojitos de plástico.
Fran les acompañó al veterinario y allí les dieron unas pastillas para cuidar de la
barriguita de Ronni, le pusieron unas vacunas para que no se pusiera malito y para
que todo el mundo supiera que Ronni pertenecía a la familia de Estela y que la
perrera no pudiera cogerlo nunca le pusieron una capsulita en el cuello que se llama
“chip”, donde están los datos de su casa, por si se perdía y alguien lo encontraba lo
llevase de vuelta con su familia.
Estela nunca más se preocuparía de que Ronn pudiera quedarse solito porque tenía a
Ronni, y Ronni les tenía a ellos, que le querrían y le cuidarían siempre. Y todas las
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noches Ronni se ponía a dormir a los pies de la cama de Estela, agradecido y
despreocupado, en su nuevo hogar.
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