' ^ Núm. 10 - 67 - H EDICION REVISADA f ^ ' I , • ABORTOS EN EL GANADO LANAR Félix Talegón Heres Del Cuerpo Nacional Vaterinario MINISTExIO DE AGBICÚLTIIBA ABORTOS EN EL GANADO LANAR Definimos el aborto, en su expresión más sencilla, como la expulsión del feto del vientre de la madre antes del término de la gestación y en condiciones que no le permiten vivir en el mundo exterior. Por lo que se refiere al ganado lanar, los pastores de casi todas las regiones espa^iolas han considerado los abortos en sus rebaños-y los siguen considerando-como acontecimientos normales, y no es difícil oír entre ellos que no hay buen año ganadero si no hay algunos abortos en las ovejas. Los abortos en el ganado lanar revisten una importancia económica extraordinaria y pueden sei- debidos a inúltiples y variadas causas. Nosotros, para nuestro estudio, los dividiremos en dos grupos principales : a) abortos producidos por causas no específicas, es decir, de tipo general, y b) los producidos por agentes microbianos, esto es, los infectocontag^ic^sos. Abortos producidos por causas generales. Incluimos en este grupo los originados por golpes, caídas, ingestión de agua fría, sustancias extrañas a la alimentación normal, etc., que, aunque son más frecuentes en la práctica de lo que en general se cree, carecen no obstante de importancia económica }^ son difíciles de prevenir. También se incluyen en este grupo los abortos producidos por una alimentación deficiente. El profesor Pérez Pérez ccrosidera la alimentación como causa fundamental de .._ _,„ ^^„ ^:_: ^^'';, .^ Fig. 1.-No conviene realizar los baños antisárnicos cuando las ovejas están preñadas, p o r q u e puede ser causa de abortos. abortos en los pequeños rumiantes, llamando la atención sobre el producido tras la ingestión de grandes cantidades de hojas de remolacha, mtry ricas en ácido oxálico. Otros autores han descrito un tipo de aborto en la oveja originado por la ingestión de hierba contaminada con preparados de cinc a causa de explosiones de artefactos bélicos en los prados. No se debe dejar de incluir en este apartado el pernicioso efecto que cattsan los purgantes, sobre todo los salinos; las vacunaciones, ciertos medicamentos, la ingestión de plantas estrogénicas en grandes cantidades, etc., en la gestación de la oveja, siendo muchísimas veces los responsables de un nacimiento prematuro v sin vida de los corderos. Abortos producidos por agentes infecto-contagiosos. Son los que verdaderamente tienen mayor importancia práctica por las enormes pérdidas que producen, primeramente al propio ganadero y después a la economía pecuaria. ^e pueden encuadrar dentro de este gran grupo los abortos producidos por todos aquellos microorganismos patógenos qtte, teniencío especial predilección por el aparato reproductor femenino, se localizan en él y originan una serie de - 4 - trastornos que lo hacen inapropiadc^, ternporal o permanenternente, para alojar al feto, y que la mayoría de las veces provocan priulero su muerte v después su eYpulsión y otras clan lugar a una :falta cle fertilidací. Este tipo de abortos tienen una doble importancia por su contagiosidad, primerarnente por las cuantiosas pérdidas que producen v despttés por lo que afecta a la moral del ganaclero al ver cómo se le deshace toda su labor selectiva, sus esperanzas, sus ilusicmes... ^conómicamente hablando, eii estos tipos de abortos tenemos due valorar dos pérdidas principales : la leche de la Ynadre y el cordero, sin contar con otras pérdidas, que no son nzenos importantes porque las consigne^nos en último lugar, coino son la posible esterilidad de la oveja subsiguiente a los abortos, la muerte o el sacrificio prematuro de las madres, etc. Estas pérdidas, según el insigne veterinario especialista en ovinotecnia doctor C'xonzález Romero, podrían representarse perfecta^nente de la siguiente inanera: Calculando solamentc un 20 por 100 de abortc^s en un rebaño cotnpttesto por 300 ovejas de vientre, se produciría una pérdida de 60 corderos, q_ue a un promedio de siete kilos (encorambrados), suman 420 kilos de carne. Consicíerando el kilo de carne a 36 pesetas, arroja un total de 15.120 pesetas. 1'or otr<^ laclo, 60 ovejas abortadas son otras tantas sin leche. Calculando en ciento ochenta días de lactación ttna media de á0 litros por oveja, resultan 3.000 litros, que, a 10 pesetas litro, produce una pérdicía al ganadero de 30.000 pesetas y que, sumadas a las anteriores, ascienden a 45.000 pesetas. Estas cifras son lo suficientetnente elocuentes para totnar el aborto de las ovejas producido por causas infecciosas con el interés que merece si no quiere ver el propio ganadero una fuga no pequeña por donde se le escapa toda su economía. A divulgai^- todo lo posible el conocimiento de las causas de los abortos v la forma de luchar contra ellos tiende el - 5 - presente trabajo, no obstante su complejidad y serias dificultades. Entre los microorganismos capaces de provocar el aborto en el ganado lanar, tenemos los siguientes : brucelas, paratifus, vibriones, leptospiras, listerelas, rickettsias, virus, toxoplasmas, etc., a los cuales dedicaremos si quiera sean unas breves palabras. ABOKTO BKUCELAR. Es quizá el más frecuente. Aunque las brucelas son gérmenes casi exclusivos de vacas y cabras, los ovinos se encuentran fi-ecuentemente infectados por ellas, sin duda por ]a estrecha convivencia con las especies citadas, así al menos nos lo dicen multitud de autores y la experiencia en las más diversas latitudes de la tierra. La enfermedad se presenta en el ganado lanar sin síntomas aparentes en los machos y en las ovejas vacías. En ocasiones, cuando son animales muy selectos o los microbios muy virulentos, se presenta en los machos una inflamación de los testículos, así como inflamación de las articulaciones, seguida de cojeras que desaparecen rápidamente. En las hembras gestantes, el síntoma más destacado es el aborto tardío, solapado, sin síntomas previos, seguido de un alto porcentaje de retención de parias o secundinas. En ovejas vacías, la infección se manifiesta por cojeras, inflamaciones cle las articulaciones que mur.has veces pasan desapercibidas, o, en general, achacadas por los pastores a múltiples y variadas causas. I;1 contagio se lleva a cabo por contacto sexual. Si es la oveja la enferma, el carnero adquiere la enfermedad al saltarla, siendo él después el encargado de difundirla entre todas las hembras del rebaño o de la localidad. El diagnóstico de este tipo de aborto entraña dificultades en el campo, y- en cambio es relativamente sencillo cuancio se realiza en el laboratorio, existiendo una serie de pruebas inequívocas, que por ser de la competencia del especialista las pasamos por alto, no sin advertir al ganadero que debe enviar por meclio de su veterinario las muestras pre- -scisas en las debidas condiciones para que el laboratorio pueda realizar los análisis con éxito. Es interesante destacar en esta enfermedad que las brucelas, productoras del aborto de la oveja, son transmisibles a la especie humana, tanto por consumo de la leche cruda o mal hervida y sus productos, como manipulando las carnes, vísceras, piel, etc., sin la debida protección, si existieran heridas en las ^Ilanos de los operarios. I,a lucha contra la enfermedad es difícil por las especiales circunstancias que la rodean. En este aspecto señalaremos las enunciadas por los doctores Vallejo Vicente, del Laboratorio Pecuario Regional de Zaragoza, y Almalé Aranda, veterinario titular de Moros (Zaragoza) : a) Convivencia continua con la cabra, reservorio permanente de bru.celas. b) Facilidacl de contagio por los grandes rebatios, trashumancia y agrupaciones comttnales de animales. c) Las transacciones, pudiendo un solo animal contaminar un rebaño entero. d) Factores geológicos, pensando en la flora de los pastos y en la pobreza de los mismos en oligoelementos como concausas que disminuyen la resistencia cle los organismos a la enf ermedad. e) Hábitos de crianza y manejo. La lucha coyatra la enfersnedad consiste sencillamente en el empleo de vacunas específicas, en descubrir a los animales enfermos v en la automática eliminación de las cabras de los rebaños de ovejas, o al menos, si no fuera ello posible, asegurarse mediante la realización de pruebas específicas de que las cabras están exentas de la enfermedad. La vacunación sistemática de las ovejas es una práctica que se utiliza en todo el mundo, dando buenos resultados. ^egún el doctor González Romero, también puecle prevenirse el aborto brucelar empleando vitamina K a closis masivas. Para descubrir a los animales enfermos se emplean las pruebas intradérmicas y serológicas, seguidas de divisi^nes en el ganado y frecuentes cambios de zona de pastos, ase- v_^ ^^_aE a8 19s7. EDICIOY dOSR^!SDE OVINQ ^^ ^ OA NQ ®^ ^[dR GOS ^ ^' ^^ ^ BRUCf Fig. 2. - Recorte d e u n a noticia aparecida e n 1 a prensa relacionada con el aborto en el ganado lanar. 1'arece Veltlf@ :`". ne cesario VqC mil q ciento tre^ntaar de crenf^ áro cor^S 22. (CrÓnic Por Ia ^^ ^ ^EF^ AS ^f l af11ry7q'e; D,Putaciól.) rn s e] ^fónica de nues_ brucelou^ó ñateradrÓyinc^a] ^esta ce]e^ida en ]á de inforn é ovi a exist n^^ a Laap Ioo.oo° cabe r deoKanaá 4ue, se^uñe erla, zas, ^PUtació los afecta ministr OS n ha cur Sa Galnader•así omoa ^°bernlc,o^ele^ramas a tuna. Al^a' en deman director ^ene Agr^fermas rnarfien del da eral de de la 9ue se numer aYuda oPor_ considerase ° de cabezas en_ necesario y a c u n a r de otro^^0, e iniqar el sacrificar, habria ma^'eñaEoo añaaÍanar b ter ñarjo de ^Last h.^br' medida '^ reses. urg'alesa es_ 9uiere evitardU ^^ rse inn ediatala brucelosis sultar graye sítuación mente si fi rr°f ^nclusopPara la e$pecie u^ Pudiera ree es, P°r a de 1as anar bur _ b^o, e1 ser de fácil conta proy•^^7ciasR^ li_ difícil par°cirn;ento dueeno deealasl óvejaderoU srnexc'1 to °^ á s forn^a cuando esto GfIDp, masiya,^J^.•^,r^^^mO$ se 1os Pro. gurándose, según Parvushin y Pankraton, que en un plazo de dos años o dos años y medio se reducen los abortos hasta un 0,3 por 100. Complementan en la lucha contra esta enfei-medad las medidas higiénicas de carácter general, tales como el aislamiento de enfermos, la desinfección enérgica cíe locales y terrenos contaminados por los abortos, la destrucción de fetos y envolturas, la cuarentena de los animales que se importen para la mejora del rebaño, etc. :iBORTO PARATÍFICO O SALMONELÓSICO. Es también extraordinal-iamente fl•ecuente en nuestros rebaños, mucho más de lo que corrientemente se cree, contaminándose los animales principalmente por vía digestiva -8- inediante los alitnentos o el agua bebida. Después de penetrar los gérmenes patógenos en el organismo, se multiplican vertigin^samente, se reparten por él, situándose preferentemente en los órganos genitales, causando, si existe einbrión, la expulsión de éste unas semanas antes del término normal de la gestación. Las ovejas enfermas no presentan síntomas antes deI aborto, aunque, según algunos investigadores y también lo confirman los pastores, los animales próximos al aborto quedan rezagados en el rebañ^, comen más perezosamente que los normales y tienen fiebre, circunstancias no siempre fáciles de apreciar en la práctica. Para otros autores, este período de primeros síntomas suele ir acompañado de una exudación vaginal serosa, hemorrágica o purulenta que mancha la región en los animales enfermos. Por lo que se refiere al feto, o sale muerto del vientre materno, que es lo corriente, o por el contrario llega al mundo con vida, pero ésta es tan lánguida que no suele pasat- de veinticuatro-treinta y seis horas, estando el cordero acurrucado en un rincón, indiferente a cuanto le rodea, muriendo seguidamente atacado de una típica diarrea fétida. Después de la expulsión del feto, se observa en las madres retención de secundinas, aue acaba en inflamación deI útero y posteriormente con la muerte, sino es que sobreviene la curación paulatina de las ovejas, que son las que se encargan posteriormente de propagar la enfermedad por l^s prados y contaminar a los animales sanos. Tant^ el fet^ como sus envolturas son peligrosísimos para la diftisión de la enfermedad. Las lesiones que se observan son las clásicas del aborto (infiltraciones hemorrágicas, úlceras del feto v sus envolturas, edemas, exudados, etc. ). Si l05 síntomas son poco expresivos y las lesiones no específicas, el diagnóstico es natural que sea difícil de realizar clínicamente, siendo el L•_tb^^rat^ri^ quien, previo análisis de las muestras enviadas, l^uede determinar sin ningítn género de dudas la causa de esta enfermedad. Las muestras a enviar serán siempre sangre de las ma- Fig. 3.-Oveja recientemente afectada por aborto paratífico. El cordero nació vivo y aparece acurrucado bajo la madre, pero murió al día siguiente. dres abortadas para realizar , con ella pruebas sobre el suero, o tambiérl un feto para que del bazo, del hígado o cíe médula ósea, etc., se obtenga el adecuado material que permita identificar en el laboratorio el agente causante, haciendo uso ^íe las técnicas habituales usadas con este fin. No existe tratamiento contra esta enfermedad, utilizándose como medio preventivo la vacunación del rebaño en los dos primeros meses de gestación. La vacunación debe hacerse durante varios años consecutivos y se recomienda practicar dos inoculaciones vacunales con un intervalo de diez-quince días cada uno. Debe de ponerse en práctica las medidas de carácter general conocidas, tales como aislamiento de enferm^s, desinfección de locales, destrucción del material abortad^, limpieza, etc. ABORTO VIBRIÓNICO. El ganado lanar se ve, a veces, atacado por un germen del grupo de los vibriones, llamado Vibrio f etus, de localización casi exclusiva en los órganos reproductores. Este germen, al microscopio, tiene forma de S cuando es ^le pequeño tamaño ; llega a tener hasta dos espirales cuando es - 10 - de mayor tamaño. Su presentación en Francia es del 14-18 por 100 y en Estados Unidos llega hasta el 23 por 100. En España no hay datos concretos sobre este particular, aunque estudios realizados localmente nos informan que el porcentaje de presentación oscila alrededor del 20 por 100. La infección de las ovejas se realiza principalmente por vía digestiva, pareciendo tener muy poca importancia el carnero en la transmisión de la enfermedad. Tampoco da lugar a síntomas en los aniinales, sino es el aborto, aunque en muchos casos puede observarse en las ovejas unos días antes inflamación vulvar con exudación. En la autopsia se ve un útero congestionado con zonas edematosas en las membranas fetales y una coloración rojo osçura de la placenta; los cotiledones e^tán agrandados, tienen una estructura blanda y están congestionados con abundantes zonas muertas y vasos sanguíneos repletos. Por lo que respecta al feto, puede observarse edema subcutáneo en la cavidad abdominal, que, dicho sea de paso, contiene sangre sin coagular, de color oscuro. En hígado suelen verse frecuentemente puntos muertos de color pardusco. El verdadero diagnóstico de este tipo de aborto, como en los anteriores, tiene que hacerse por procedimientos de laboratorio. Dos caminos pueden seguirse según los casos : o estudiar el agente causante, aislándole del contenido estomacal de? feto, de los cotiledones, de las envolturas fetales o de ias secreciones subsiguientes al aborto, o recogiendo ^angre de la oveja enferma. En el primer caso, se estudia el germen realizando cultivos especiales, tinciones, inoculaciones a animales de laboratorio y, en general, toda clase d.e pruebas hasta llegar a una identificación def initiva. I?n el segundo caso, se obtiene de la sangre de la oveja el suero y se somete a pruebas o reacciones especiales. Las medidas profilácticas son las ya descritas con carácter general en los casos anteriores (aislamiento de enfermos, destrucción de fetos y envolturas, a ser posible por el fuego, desinfección enérgica de parideras, encerraderos, locales, suelos contaminados, etc. ). El aborto por vibriones no pt opaga la infección en la próxima temporada, porque la inmunidad de las ovejas aparece cíespués cle la expulsión del feto. Ha habido un autor, Jenssen, que demostró que los corderos alimentados con material infectado resultaron intnunes en su próxima gestación. ABOnTO POR LEPTOSI'LKAS. Son las leptospiras gérmenes que producen una enfermedad infecciosa transmisible al hombre }- que se caracteriza clínicamente por trastornos renales, anemias, expulsión de orina sanguinolenta y abortos. En el ganado lanar se estttdió la enfermedad por primera vez en Nueva Zelanda, allá por el año 1952, y posteriormente en el ganado karakul de Rusia v más modernamente en Australia, Turquía, Estados Unidos, Francia, Italia. Ln España no se hicieron los primeros estudios serios hasta el año 1958-60. La leptospirosis en el gatiado lanar origina escasos síntomas y su cttadr^ clínico es semejante a las enfermedades descritas anteric^^^tnente. A veces, puede observarse antes del aborto cierta dejadez del ganado, ictericia, orina sanguinole^ita. El aborto es el síntoma que más llama la atención, alca^zzando er ^casiunes hasta el 20 por 100 en el rebaño, quedando ]2., ovejas decaícl:as, agotadas en su estado de carnes e incluso produciendo su muerte. Las lesiones que se observan en los animales muertos de la enfermedad, son las siguientes : el hígado stifre una degeneraciótl, apareciendo con una coloración amarillenta, grisácea u oscura, según los casos ; los riñones también están afectados, poseyendo un tono negruzco, estando, por otro lado, aumentados de volumen, congestionado y blando ; en la cavidad peritoneal y pleural, no es raro encontrar serosidad más o menos sanguinolenta. Otras lesiones de menor interés son la anemia, la inflamación de estómago e intestir,os, el tinte ictérico, es decir, amarillento, en el teji^do celular subcutáneo. El diagnóstico clínico no es suficiente para decidir la - 12 - dolencia. No obstante, el aborto tardío, por un lado, y la anemia, ictericia, hemoglobinuria, etc., por otro, pueden poner al veterinario clínico sobre la pista, pero es el laboratorio quien tiene que decir el calificativo del aborto. La toma de muestras debe hacerse sobre las envolturas fetales, hígado o riñones de las ovejas muertas, para aislar de ellas el germen causante. Cuando ello no es posible hay que recoger sangre de las madres, obtener el suero y mandarlo al laboratorio para hacer- con él pruebas específ icas. Diagnosticado el tipo de aborto, pueden emplearse como recurso terapéutico los antibióticos, tanto la penicilina como estreptomicina, solas o mejor aún asociadas, y también las tetraciclinas. Mejor que el tratamiento de enfermos es instituir la lucha preventiva. Como el carnero tiene mucha importancia en la transmisión de la enfermedad, habrá que poner como primera medida un especial cuidado en su eliminación una vez diag-nosticada la enfermedad. La destrucción de fetos y sus envolturas, la desinfección de terrerxos o locales «manchados» con los líquidos vaginales, la separación de enfermos, etc., son otras tantas medidas que deben ponersr en práctica. La vacunación no está resuelta del todo. ABORTO VÍRICO. Existe en la oveja otro tipo de aborto producido por un virtts filtrable que origina pérdidas muy cuantiosas a nttestra economía, no solamente por la cantidad de corderos que no se logran (15-15 por 100), sino también por las posibles complicaciones, que dan lugar a esterilidad permanente en las ovej as. Existe en casi todo el mundo, h<.^bi^:ado sido descrita por numerosos autores en los principales países g-anacíeros de todos los continentes. La contaminación de las ovejas no c stá suficientemente estudiada. Se ha podido apreciar que el carne^ n no juega g^ran papel en la transmisión de esta clase de abortos ; se ha visto, en cambio, sin ningún género de duda, que suspensiones de material procedente de envolturas fetales infec- - 13 - Fig. 4.-L.a vigilancia de los carneros tiene mucha importancia en los casos de aborto por leptospiras. taclas o del mismo teto, libres de bacteria, dan lugar al aborto en ovejas gestantes, cuando son ingeridos, lo qtte hace pensar que el principal foco de infección es el propio material abortado que contamina los alimentos, e inchtso en agua cle bebida. Si se trata de ovcjas gestantes, aunque son menos susceptibles, guardan l^t infección, exteriorizándola en la gestación siguiente. Por vía bucal se produce experimentalmente la enfermeclad cuanclo se hace ingerir a los animales gestantes materias intectas. De una nzanera natural, se contamina el ganaclo ingiriendo pa5tc,s infectaclos, aunque también puede lleg^ar el virus al organi^mo de la ovej<t por inhalación, se;;ún se clesprende de ;a; e^periencias realizadas al efecto en los laboratorios. Los síntomas de este tipo cle aborto no son muv expresivos. Hay autores que ni siquiera aclmiten sintomatoi^gía alguna, como, por ejemplo, Mcl✓wen, pero otros, como Eilhard, observan unos días antes del aborto una eliminación de e^:udados, síntomas irritativos en los labios vulvares, tristeza, falta de apetito, etc. Las lesiones típicas radican en la placenta, sobre todo en los cotiledones, que están congestionados, y jtinto a és- - 14 - tos se encuentran también focos o puntos muertos, que se extienden no pocas veces a todo el cotiledón. En los espacios que hay entre los cotiledones se observan unos conglomei-ados de color gris oscuro de un milímetro de grosoi-. Ocasionalmente se aprecia adherencias placentarias, que justifican la retención de parias o secundinas después del aborto. En el feto se aprecian infiltraciones sanguinolentas en el tejido subcutáneo, que van desde la región del ombligo hasta la axila y, a veces, se extienden por todo el cuerpo. El diagnóstico clínico es difícil deterininarlo. Es el laboratorio el que puede aclarar el tipo de aborto. Actualmente se basa en el aislamiento de los corpúsculos placentarios, en su cuantía y concentración, tanto en el material abortado como sobre los animales de experimentación, invectándolos con dicho material. Estas pruebas, así como las de aglutinación, f ij ación del complemento, alérgicas y otras, por su delicadeza, quedan relegadas a los especialistas. La profilaxis es eficiente. En Inglaterra se está utilizando con un éxito muy bueno la vacunación a base de suspensión formolada de material infecto obtenido de cultivo en embrión de pollo. Este material debe ser procedente de placenta. Los animales enfermos deben ser tratados con antibióticos, con el f in de evitar en todo momento las complicaciones. Las inedidas higiénicas de carácter general, tales como separación de enfermos, cuarentena en el ganado importado con fines de mejora ganadera, destrucción de fetos, envolturas, limpieza escrupulosa, desinfección de locales, suelos, parideras, encerraderos y, en general, todos los alojamientos del ganado que hayan podido estar en contacto con inaterial infectado, deben ser puestas en práctica con gran i-igor, ya que el virus se hace extraordinariamente resistente, convirtiéndose en un agente permanente de contaminación. OTROS TIYOS DE ABORTO OBSERVADOS EI\T EL GANADO LAN:1R. Aparte de los anteriormente estudiados, se han visto en los ovinos otros tipos de aborto producidos por otros virus - 15 - («Fiebre del valle del Rif» o hepatitis enzoótica), toxoplasmas, rickettsias («Fiebre Q» ,«Tick borne», etc. ), listerelas, etcétera, enfermedades que siempre cursan con abortos originando cuantiosas pérdidas a la economía ganadera. Estos abortos no son muy frecuentes en España, ya sea p^rque los respectivos agentes productores no se den entre nuestros efectivos ganaderos o quizá porque la enfermedad en cuestión no esté bien diagnosticada y se achaquen a otras múltiples causas. El envío de muestras al laboratorio debería prodigarse mucho más de lo que se hace hasta ahora, máxime que hoy existen ya en casi todas las provincias españolas laboratorios pecuarios provinciales y regionales, con servicios gratuitos para los ganadzros. La laboi- de estos laboratorios nos aclararía la etiología de las infecciones, paso previo para estab'_ecer la base eficaz de un tratamie:^to segur^ y dictaminar y organizar la lucha contra la enfermedad. PUI3LICACIONES DE CAPACITACION AGRARIA F3ravo Murillo, 101. Madrid - 20. Se autoriza la reproducción íntegra de esta publicación mencionando su origen, «Hojas Diwlgadoras del Ministerio de Agricultura». ue^ósico ie^a^, M. 3.109 - 1958_ Gráficas Uguina. MelendeZ Valdés, 7. lladrid, 1968. SI1✓ ME^E PRI^DERAS Las pracleras proporcionan una cosecha segura, de utiliclad rentable para el agricultor q_ue tiene ganado. Pero tenga en cttenta que el éxito depende ^le que el terreno sea íresco o de regadío y de las tres siguientes condiciones para su siembra : Para poder sembrar un prado es imprescindible... QUE LA TIERRA ESTE LIMPIA DE MALAS HIERBAS. ,. QUE ESTE BIEN TRABAJADA r^°