A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 20 de agosto de 2014, habiéndose dispuesto en el establecido, Acuerdo 2078, de conformidad que deberá con observarse lo el siguiente orden de votación: doctores Negri, Genoud, de Lázzari, Soria, Kogan, Hitters, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 87.191, "Perotti, Raul Pedro y otros contra Montemar S.R.L. y Civil y otros. Daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S La Cámara de Apelación en lo Comercial del Departamento Judicial de Dolores revocó la decisión de primera instancia de fs. 526/vta. y, en consecuencia, estimó razonable reajustar las cuotas impagas y restantes del convenio de pago suscripto por las partes en un 100% de su valor (fs. 537/540). Se interpuso, por el apoderado de la demandada y la citada en garantía, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 551/557 vta.). Dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: 1. La acción tiene origen en el reclamo de los daños Santiago y perjuicios Digessi con sufridos motivo por del Martina accidente Perotti de y tránsito acaecido en oportunidad en que circulaban en la moto Honda XR80 y fueron embestidos por un colectivo de la Empresa de Transporte de Pasajeros Montemar S.R.L. La sentencia de primera instancia de fs. 400/407 vta. condenando hizo al lugar señor parcialmente Liber Eduardo a la demanda, y Montemar Jausaras S.R.L. al pago de la suma de ciento setenta y nueve mil trescientos pesos ($ 179.300). Apelado dicho pronunciamiento por ambas partes, la Cámara confirmó la decisión (fs. 451/455 vta.). 2. A fs. 473/vta., las partes suscribieron un convenio de pago con fecha 4 de julio de 2001 - homologado por la magistrada de origen a fs. 476-, en el que establecieron ascendía a novecientos la que suma nueve de ($ el crédito pesos que doscientos 223.909), sería para esa fecha veintitrés abonado por mil la aseguradora citada en garantía en diecisiete cuotas, las primeras dieciséis de $ 13.500, mensuales y consecutivas, y una última cuota de $ 7.909, a la que se añadirían los intereses. En la cláusula séptima del referido acuerdo se estableció que "... un peso es igual a un dólar estadounidense y cualquier variación que sufra la moneda nacional se adecuará al dólar, debiendo abonarse en dicha moneda o equivalente". Tras denunciar el pago de las dos primeras cuotas y el posterior incumplimiento por parte de la obligada al pago, la actora solicitó la ejecución del saldo total de la deuda y su reajuste de acuerdo con lo convenido (fs. 475 y 506/vta.). Corrido traslado a los interesados (v. fs. 507), la señora jueza de grado entendió que en dicha instancia le estaba vedado apartarse de lo decidido en su sentencia de fs. 400/407 vta., por cuanto la misma -pasada en autoridad de cosa juzgada- impedía alterar la condena en la forma, moneda e interés impuestos oportunamente (fs. 526/vta.). 3. Contra tal decisión se alzaron los actores. La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Dolores, haciendo lugar al planteo de los impugnantes, revocó el fallo de primera instancia. Para así decidir, la alzada -tras destacar que la deuda de autos, de conformidad con la cláusula séptima del dólares estadounidenses- dispuesto convenio por correspondía la de pago, debía sostuvo legislación convertir el que de saldo ser en cancelada virtud emergencia impago en de en lo económica, pesos. Sin embargo, advirtió a continuación que la pesificación de la suma adeudada importaría, en la especie, una grave lesión al patrimonio del acreedor (fs. 538). En consecuencia, estimó "razonable y equitativo el reajuste de las cuotas impagas y restantes del Convenio de Pago, en un cien por ciento (100%) de su valor" (fs. 538 vta.). 4. citada en El garantía apoderado de la interpone recurso demandada y de la extraordinario de inaplicabilidad de ley, en el que denuncia la violación y errónea aplicación de los arts. 34 inc. 4, 36 inc. 3, 163 inc. 6, 164, 166 inc. 2, 267, 272, 330 incs. 3 y 4 y 384 del Código Procesal Civil y Comercial; de las leyes 25.561 y 23.928 y del art. 8 del decreto 214/2002. Alega absurdo y violación de la doctrina legal que cita. Hace reserva del caso federal (fs. 551/557 vta.). Afirma que el fallo en crisis excede los límites de un pronunciamiento aclaratorio, toda vez que lo resuelto va más allá de la corrección de un mero error material, la aclaración de algún concepto oscuro o la corrección de una omisión de la sentencia (fs. 551 vta./552 vta.). Por otra parte, arguye que la Cámara ha incurrido en una actualización del monto de la deuda, que resulta violatorio de los arts. 8, 11, 13 y concordantes de la ley 23.928; 8 del decreto 214/2002 y de lo resuelto por esta Suprema Corte en el precedente "Fabiano" (fs. 552 vta./554). Insiste, además, en que se trata de un convenio de pago en pesos y resulta impropio dolarizar el crédito. Por ello, continúa "... lo que pretende el actor funciona como una cláusula de ajuste, y semejante pacto hállase expresamente prohibido por disposiciones de orden público..." (fs. 553 vta./554). Alega, asimismo, la violación del principio de congruencia, habida cuenta de que el actor se limitó a solicitar la conversión de su crédito en moneda extranjera y no la aplicación del mecanismo conciliatorio previsto en el citado art. 11 de la ley 25.561 (fs. 555/556). Concluye, por fin, que resulta absurdo el cálculo alzada numérico y que la de la actualización solución adoptada efectuado implica una por la errónea interpretación del régimen legal de orden público (fs. 556 vta./557). 5. El recurso debe prosperar. Liminarmente, debo destacar que -conforme fuera reseñado en el punto 2 del presente- en la especie, las partes celebraron un convenio de pago en pesos (v. fs. 473/vta.), circunstancia que desplaza el análisis de la aplicabilidad de las normas de emergencia al caso de autos, pues al no darse el supuesto de una obligación preexistente en dólares estadounidenses, no corresponde ingresar en el estudio de dicha cuestión. El asunto traído a debate exige, en cambio, determinar la interpretación y validez de la cláusula séptima del aludido convenio. En dicho trance debo comenzar por señalar que no obstante la grave crisis que atravesaba el país que llevó a la declaración de la emergencia económica y financiera y, como consecuencia, al abandono del régimen de convertibilidad escindiendo el valor del peso de la pauta oficial que lo relacionaba en paridad con el valor del dólar estadounidense, el art. 4 de la ley 25.561, al sustituir el texto de los arts. 7 y 10 de la ley 23.928, mantuvo vigente la prohibición de indexar que establecían las referidas normas. Así, el art. 7 de la ley 23.928 -modificado por la ley 25.561- establece que "el deudor de una obligación de dar una suma determinada de pesos cumple su obligación dando nominalmente el día expresada. de En su vencimiento ningún caso la se cantidad admitirá actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con las salvedades previstas en la presente ley". A su turno, el aludido art. 10, en su redacción actual, dispone que "mantiénense derogadas, con efecto a partir del 1 de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo- de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas la luz de de pesos que corresponda pagar". A transcriptas precedentemente, las este disposiciones Tribunal ha legales sostenido que, no obstante las sustanciales modificaciones operadas recientemente en los regímenes financiero y cambiario, se ha decidido ratificar expresamente el principio nominalista consagrado en 1991, una de cuyas manifestaciones fue la prohibición de cualquier mecanismo de actualización monetaria. Aún cuando es público y notorio que desde la salida de la convertibilidad se ha originado una acentuada depreciación de nuestra moneda, el acogimiento de una pretensión indexatoria, además de ser contraria a normas vigentes, no haría más que contribuir a ese proceso (conf. causas B. 49.193 bis, "Fabiano", sent. int. del 2-X-2002; Ac. 86.304, sent. del 27-X-2004). Ahora bien, la alzada, luego de interpretar el acuerdo transaccional en el que se prevé el reajuste en función de una eventual alteración del tipo de cambio entonces vigente, hizo lugar parcialmente a la pretensión de los acreedores de cobrar las diferencias resultantes con motivo de la modificación cambiaria. Se advierte que le asiste razón al recurrente. Contrariamente a lo sostenido por el a quo, la cláusula séptima del referido convenio que dispone que "... un peso es igual a un dólar estadounidense y cualquier variación que sufra la moneda nacional se adecuará al dólar, debiendo abonarse en dicha moneda o equivalente", tiene un indiscutible propósito indexatorio de las obligaciones pendientes de pago, toda vez que su finalidad es estabilizar el valor de las prestaciones vinculándolo con el de una divisa extranjera, por lo que entiendo corresponde aplicar al caso aquí analizado la prohibición dispuesta por las citadas normas e invalidar la estipulación contractual cuestionada de conformidad con lo prescripto en los arts. 502, 953, 1038 y 1047 del Código Civil. Ello así, pues las disposiciones de las leyes 23.928 y 25.561 son de orden público y no pueden ser alteradas por la circunstancia de que las partes hubiesen pactado libremente variación de la sujetar los paridad pagos en cambiaria pesos con el a la dólar estadounidense. En tal sentido, el propio art. 7 de la citada ley 23.928, inaplicables las expresamente dispone disposiciones que "... serán contractuales o convencionales que contravinieren lo dispuesto". Asimismo, cabe destacar que ante el conflicto que aquí se presenta entre el principio de cosa juzgada -emergente del auto homologatorio del acuerdo de pago- y la regla prohibitiva de la indexación, impuesta en las leyes federales 23.928 y 25.561, debe primar esta última por derivar precisamente de normas de orden público. El criterio que propicio en modo alguno se contrapone con la opinión que expuse al votar en la causa C. 92.679, "Amorosino" (sent. del 16-IV-2014), toda vez que en estas actuaciones la cuestión fáctica analizada y las circunstancias difieren sensiblemente de aquélla. En efecto, el interés superior del niño involucrado en las citadas actuaciones, me convence de la justicia de la decisión allí adoptada y evidencia las diferencias que se presentan en este supuesto (conf. analog. L. 89.784, sent. del 3-X-2012). Los fundamentos hasta aquí expuestos abastecen la solución que propicio sin que sea necesario abordar otros argumentos que se pudieran desarrollar en el recurso que dejo examinado. En consecuencia, corresponde revocar la sentencia apelada, debiendo cumplir los deudores con el acuerdo cantidad efecto de pago suscripto nominalmente la por expresada cláusula séptima las en del partes, abonando la pesos, dejándose sin mismo por resultar la cuestión violatoria de las leyes 23.928 y 25.561. En atención a la naturaleza de planteada, las costas de la segunda instancia y las de esta extraordinaria se fijan por su orden (art. 68 2do. párr., C.P.C.C.). Por lo expuesto, voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Genoud dijo: Adhiero a la solución propuesta por el doctor Negri, con las consideraciones que siguen. I. Se trata el caso de autos de una demanda deducida a raíz de un accidente de tránsito, proceso en el cual recayera íntegramente sentencia por la en primera alzada. instancia Posteriormente, confirmada las partes presentan en autos un acuerdo de pago (fs. 473) en el que se incluye una cláusula (la 7a) por la cual se establece que "... un peso es igual a un dólar estadounidense y cualquier variación que sufra la moneda nacional se adecuará al dólar, debiendo abonarse en dicha moneda o su equivalente". La actora presenta tal acuerdo, denuncia su incumplimiento y solicita la homologación, proveyendo en tal sentido el juzgador de primera instancia en los términos de los arts. 1137 y 1197 del Código Civil y 161 y 308 del Código Procesal Civil y Comercial. Solicitada la actualización por el propio actor (fs. 506), el juez de primera instancia resuelve rechazar el planteo del accionante, pues entiende que proceder tal como se pide le está vedado al no poder apartarse de la sentencia de fs. 400/407, por cuanto la misma, pasada en autoridad de cosa juzgada "... impide alterar la condena en la forma, moneda e interés que ya impusiere oportunamente..." (fs. 526). Apelado tal decisorio por el actor, la alzada "reajusta" las sumas resolución debidas que en un motiva ciento la por ciento interposición (fs. de 540), recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley por parte de la demandada, quien alega la violación de los límites de la competencia después de dictada la sentencia firme, pues la nueva sentencia -según sus dichos- supone innovar, modificar o lisa y llanamente revocar lo fijado antes, en violación a lo establecido por los arts. 36 inc. 3, 166 inc. 2 y 267 del Código Procesal Civil y Comercial. En subsidio, denuncia la violación de los arts. 8, 10 y 11 de la ley 23.928 (modif. por la ley 25.561). II. Creí necesario relatar, aunque más no sea brevemente, lo acontecido en autos, pues estimo que lo actuado evidencia la razón de la queja del recurrente. Por un lado, por cuanto al homologarse el acuerdo de pago presentado en autos, mediando sentencia firme pasada en autoridad de cosa juzgada, se ha violado el art. 166 del Código Procesal Civil y Comercial, pues pronunciada tal sentencia concluyó la competencia del juez respecto del objeto del juicio. Nada había por homologar y, cuanto mucho, lo que debió hacerse era tener presente el acuerdo de pago. Ya no había derechos que transar (art. 308, C.P.C.C.). Bien se advierte luego al tiempo de rechazar el planteo del actor tendiente a actualizar las sumas debidas (fs. 526). Por eso asiste razón al quejoso en cuanto a que la alzada debió ceñirse en su actuar a lo resuelto en apelación oportunidad de las partes de de resolver la el mérito sentencia de de la primera instancia (que finalmente confirmara). Pero también cierto es que el ahora recurrente nada dijo en la ocasión correspondiente, esto es, al tiempo de homologarse dicho acuerdo. Consintió lo actuado y, se sabe, las cuestiones preclusas y anteriores a la sentencia son temas ajenos al recurso de inaplicabilidad de ley (C. 91.609, sent. del 13XII-2006; C. 94.854, sent. del 28-X-2009). III. Pero pese a todo ello, y en lo que hace estrictamente a la cláusula repotenciación de deuda (tal de actualización definición de la o propia actora, fs. 506), asiste también razón al recurrente en cuanto a la vigencia de la prohibición de las cláusulas de estabilización ajuste en supongan, de valores, dólares en los o como hechos, repotenciación quiera una que verdadera de se deudas, llamen, indexación de que de montos. III. 1. En el fallo "Obra Social del Personal de Sociedad de Autores c. Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música" (O.517.XLI, sent. del 10III-2009), en un juicio sobre cobro de aportes, en el que se homologara un acuerdo en virtud del cual la demandada se obligó a pagar a la actora una suma determinada en pesos, en cuotas mensuales y consecutivas, estableciéndose una cláusula de ajuste en dólares para el caso de variación de la paridad cambiaria existente a aquel entonces, la Corte federal sostuvo, en los tramos pertinentes de su decisorio, "5º) Que al haberse producido la crisis que llevó a la declaración de la emergencia económica y financiera y, con ello, al abandono del régimen de convertibilidad independizándose el valor del peso de la pauta oficial que lo relacionaba en paridad con el del dólar estadounidense, el art. 4° de la ley 25.561, al sustituir el texto de los arts. 7° y 10 de la ley 23.928, mantuvo vigente la prohibición de indexar que establecían dichas normas (conf. arg. Fallos: 328:2567). 6°) Que, en efecto, el art. 7° de la ley 23.928 -texto según ley 25.561- dispone que ‘El deudor de una obligación de dar una suma de dinero determinada en pesos cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En ningún caso se admitirá actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, -haya o no mora del deudor, con las salvedades previstas en la presente ley’. Por su parte, el art. 10, en su actual redacción, establece que ‘Mantiénense derogadas, con efecto a partir del 1° de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo- de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de pesos que corresponda pagar’; 7°) Que habida cuenta de los términos del acuerdo obrante a fs. 661/665, en el que la deudora se obliga por montos a pagar en pesos, se advierte que la referida cláusula 3.8 tiene al presente un inequívoco propósito indexatorio de las obligaciones pendientes de pago, pues su objeto es estabilizar el valor de las prestaciones vinculándolo con el de una moneda extranjera, por lo que corresponde invalidarla de acuerdo con lo dispuesto por los mencionados arts. 7° y 10 de la ley 23.928 (texto según ley 25.561) y 502, 953, 1038, 1047 y concordantes del Código Civil". Posteriormente, en el caso "Massolo Alberto Jorge c. Transporte del Tejar S.A." (M.913.XXXIX, sent. del 20-IV-2010), en el que se condenó por daños y perjuicios derivados de un accidente de tránsito, y en el cual las partes suscribieron, inserción máximo de similar Tribunal invalidando dicha establecido por también, un convenio cláusula de ajuste nacional reafirmó cláusula "... los arts. de 502, de en pago dólares, iguales 1038, el conceptos conformidad 953, con con lo 1047 y concordantes del Código Civil, pues las disposiciones de las leyes 23.928 y 25.561 son de orden público y no pueden ser modificadas por la voluntad de los contratantes, más allá de su 315:1209; indudable naturaleza 316:2604; 317:605; federal (conf. 320:2786 y Fallos: 328:2567)" (considerando 10°); agregando que "... Permitir la vigencia y aplicación de una cláusula de estabilización como la establecida en autos, significaría desconocer el objetivo antiinflacionario que se proponen alcanzar las leyes federales mencionadas mediante la prohibición genérica de la 'indexación', medida de política económica que procura evitar que el alza de los precios relativos correspondientes a cada uno de los sectores de la economía, al reflejarse de manera inmediata en el índice general utilizado al mismo tiempo como referencia para reajustar los precios y salarios de cada uno de los demás sectores, contribuya de manera inercial a acelerar las alzas generalizadas de precios (conf. Fallos: 329:385) y a crear desconfianza en la moneda nacional" (considerando 16°) y que "... por circunstancias otro lado, fácticas y teniendo procesales de en la cuenta las causa, cabe señalar que la indemnización fue fijada en pesos y debía cumplirse en dicha moneda de curso legal, motivo por el cual no corresponde aplicar el reajuste equitativo previsto por la ley obligaciones 25.561 de dar y el suma de decreto 214/2002 dinero pactadas para en las moneda extranjera, sin que obste a ello el hecho de que el art. 11 de la citada ley, los en contemplado a establecido cláusulas su texto contratos de en ajuste originario, los en que se dólares, hubiese hubiesen pues dicha alusión fue eliminada con la modificación introducida por la ley 25.820" (considerando 17°). O sea que la Corte descalifica los términos (más preciso, la cláusula de ajuste en cuestión) por advertir comprometido un inequívoco propósito indexatorio de las obligaciones pendientes de pago. III.2. Entiendo que la doctrina del superior Tribunal de la Nación tiene efectos vinculantes para los tribunales inferiores. En efecto, en las causas L. 78.535, "Manzini"; L. 76.716, "García"; L. 79.030, "Moreno"; L. 74.888, "Cardozo"; L. 78.007, "Lango"; L. 78.696, "Terecich" y L. 78.584, "Martínez" (sents. del 18-XII-2002, entre otras) tuve oportunidad de señalar los motivos que justifican el seguimiento de la jurisprudencia del alto Tribunal, apreciando que en rigor conciernen a "razones de economía y celeridad procesal", pues si en este ámbito fuera rechazada su postulación el recurrente interpondría el recurso extraordinario federal, obteniendo a la postre un pronunciamiento favorable. La propia Corte Suprema de Justicia de la Nación difunde que "si bien sólo decide en los procesos concretos que le son sometidos, y su fallo no resulta obligatorio para casos análogos, los jueces inferiores tienen el deber de conformar sus decisiones a aquéllas. Por ello califica de arbitrarias y carentes de fundamento las sentencias de los tribunales inferiores que se apartan de sus precedentes sin aportar nuevos argumentos que justifiquen modificar la posición sentada por aquélla, en su carácter de intérprete supremo de la Constitución nacional y de las leyes dictadas en su consecuencia" (Fallos: 307:1096, entre muchos otros). Así, visto que en autos se ha cuestionado la interpretación y aplicación de normas federales -arts. 7 y 10 de la referidos ley 23.928- antecedentes, asumo la posición considerando -por fijada en ello- que los la resolución al caso debe hallarse en la definición que lleva el precedente de la Corte nacional. Por ello debe acogerse el recurso traído y revocarse el decisorio en crisis que aplicó la referida cláusula que, por las razones expuestas, deviene nula de nulidad absoluta. Vuelvan los autos a la instancia de origen para que continúen las actuaciones según el trámite normal impuesto hasta que se hagan efectivas por el deudor las sumas debidamente reconocidas en sentencia. Costas por su orden, atento el modo en que se resuelve la cuestión (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: Aunque discrepo con los alcances vinculantes que el doctor Genoud otorga irrestrictamente a los pronunciamientos de la Corte federal (mi posición ha sido la de adherir a la tesis del sometimiento condicionado -ver Sagües, Néstor Pedro, "Eficacia vinculante o no vinculante de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación", en ED tomo 93, pág. 891; Emilio A. Ibarlucia, en "Fallos plenarios y doctrina de la Corte Suprema", en LL 2009-A-654-) estoy interpretación precedentes sustancialmente que ha citados, hecho por el lo de máximo que he acuerdo con Tribunal en los adherir al de la pronunciamiento del distinguido colega. Voto, pues, por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: 1. Adhiero a la solución propuesta por el ponente de este acuerdo, a excepción del párrafo 11 del punto 5. (i) Solo resta agregar que en los autos "Obra Social del Personal de Sociedad de Autores c/Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música", fallada el 10 de marzo de 2009 (causa O.517.XLI), la Corte Suprema de Justicia de la Nación se ha expedido en una situación litigiosa análoga, en donde se discutía el alcance de un acuerdo transaccional en el que se preveían reajustes en función de una eventual alteración del tipo de cambio por aquel entonces vigente. Allí, el alto Tribunal descalificó el pronunciamiento de grado que, con base en lo normado por el art. 3, último párrafo de la ley 25.820, e interpretando que la cláusula homologado no del acuerdo expresaba un transaccional reajuste y de indexatorio, pago había hecho lugar a la pretensión del acreedor de cobrar las diferencias resultantes con motivo de la modificación de la paridad cambiaria. Tras recordar las previsiones de los arts. 7 y 10 de la ley 23.928, con arreglo a lo dispuesto por la ley 25.561, que mantuvo vigente la prohibición de indexar que establecían dichas normas (conf. arg. Fallos: 328:2567; v. consids. 5° y 6°), la Corte juzgó que la estipulación puesta en entredicho procuraba un inequívoco fin indexatorio de las obligaciones pendientes de pago, pues su objeto era estabilizar el valor de las prestaciones vinculándolo con el de una moneda extranjera; en tales condiciones, carecía de validez de acuerdo con lo dispuesto por los mencionados arts. 7 y 10 de la ley 23.928 (texto según ley 25.561 y arts. 502, 953, 1038, 1047 y concs. del Cód. Civ.; v. consid. 7°). Puntualizó, asimismo, que no obstaba a tal solución la circunstancia de que las partes hubieran pactado y aceptado libremente sujetar los pagos en pesos a la variación de estadounidense, federal pues (conf. 319:3241; la paridad además Fallos: 320:2786; cambiaria de su 315:1209; 328:2567), la con indudable el naturaleza 316:2604; última dólar 317:605; parte del ya citado art. 7 de la ley 23.928, expresamente establece que "... serán inaplicables las disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo [aquí] dispuesto sin que en el caso la actora hubiese planteado su inconstitucionalidad". (ii) cabe analizar Efectuado las el señalamiento consecuencias emergentes anterior, del auto homologatorio, habida cuenta que la cuestión podría exigir de algún esfuerzo interpretativo en cuanto supone dirimir el conflicto entre el principio de cosa juzgada y la regla prohibitiva de la indexación, impuesta en las leyes federales 23.928 y 25.561. Empero, precedente "Obra ese Social asunto del fue Personal abordado de en el Sociedad de Autores" (sent. de 10-III-2009), arriba citado. La Corte federal, en tanto invalidó el acuerdo homologado por incluir una previsión que, al presente, tenía un propósito indexatorio (arts. 502, 953, 1038, 1047 y concs., Cód. Civ.), indudablemente ha dado primacía a la prohibición de indexar prevista en las leyes 23.928 y 25.561. En concordancia con mi voto en la causa "Amorosino" (C. 92.679, sent. de 16-IV-2014), no encuentro mérito para apartarme en esta contienda, sustancialmente análoga a la ya resuelta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de esa línea de interpretación, tanto por razones de economía procesal cuanto al ponderar que la tarea de desentrañar la inteligencia y aplicación de normas federales (arts. 7 y 10 de la ley 23.298) tiene en aquel Tribunal a su intérprete genuino y final (Fallos: 326:2880). (iii) En atención a la solución propuesta por el doctor adentrarse al Negri, que análisis comparto, de las estimo innecesario restantes cuestiones planteadas. 2. Por las razones expuestas, voto por la afirmativa, con costas por su orden en atención a la naturaleza de las cuestiones propuestas (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). La mismos señora fundamentos del Jueza señor doctora Juez Kogan, doctor por los Negri, votó señor Juez también por la afirmativa. A la doctor Hitters dijo: cuestión planteada, el Me sumo a la propuesta decisoria que vienen postulando los colegas que me han precedido en la palabra, y que de mi parte fundo en la doctrina que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha fijado en los precedentes "Obra Social del Personal de Sociedad de Autores" (sent. del 10III-2009); "Massolo" (sent. del 20-IV-2010), citadas aquí por los doctores Genoud y Soria, y cuya aplicación ya he postulado en los votos que emití en las causas L. 88.364 y L. 89.784 (ambas sents. del 3-X-2012); L. 93.560 (sent. del 19-XII-2012) y a las cuales en todo lo pertinente remito. En aquellos asuntos, como en la presente también ocurre, se puso en debate la validez de cláusulas de ajuste en dólares contenidas en acuerdos conciliatorios con sentencias homologatorias firmes. Como reiteradamente lo he sostenido (conf. causas B. 58.634, sent. del 12-IX-2001; Ac. 85.566, sent. del 25-VII-2002; Ac. 86.648, resol. del 27-VIII-2003; Ac. 86.221, resol. del 19-III-2003; L. 75.144, sent. del 26-II2003; Ac. 89.988, resol. del 1-III-2004; Ac. 91.478, sent. del 5-V-2004; 104.073, sent. C. 114.092, del sent. 11-VII-2012), del 22-VIII-2012; corresponde C. brindar acatamiento a las doctrinas de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ya por su carácter atrapante en los tópicos federales en tanto último intérprete de la lex maxima, ya por la vinculación moral para los demás judicantes en las cuestiones no federales, sobre la base de los principios de celeridad y economía procesal. Las orden causado, cuestiones en costas habida debate corresponde cuenta (arts. la 68 imponerlas naturaleza 2do. párr. y en el de las 289 del C.P.C.C.). Por las razones expuestas, voto por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se hace lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto, debiendo cumplir se los revoca deudores la con sentencia el de acuerdo Cámara, de pago suscripto por las partes, abonando la cantidad nominalmente expresada séptima en del pesos, mismo por dejándose resultar sin efecto violatoria la de cláusula las leyes 23.928 y 25.561. Costas por su orden en atención a la naturaleza de la cuestión planteada (arts. 68 2do. párr. y 289, C.P.C.C.). El depósito previo deberá ser devuelto a los recurrentes. Notifíquese y devuélvase. DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS HECTOR NEGRI LUIS ESTEBAN GENOUD HILDA KOGAN EDUARDO NESTOR DE LAZZARI CARLOS E. CAMPS Secretario