60 REVISIÓN R e v. Soc. Esp. Dolor 7: Supl. II, 60-77, 2000 Dolor postamputación A. Vaquerizo* Vaquerizo A. Postamputation pain. Rev Soc Esp Do lor 2000; 7: Supl. II, 60-77. SUMMARY Pain is frequently present following an amputation. How e v e r, it is important to distinguish between pain in the stump, pain related to the phantom limb, and the differe n t non-painful sensations which are sometimes present in these patients. In the genesis of the painful phantom limb, peripheral, sympathetic, psychological and central mechanisms have been involved, activated by the loss of sensorial inputs. In this paper we describe the different clinical manifestations which are present in these patients and their evolution. The therapeutic approach is very variable and frequently the results are not fully satisfactory. We present a wide variability of drug regimes and other treatments (peripheral electric stimulation, central stimulation, re h a b i l i t ation, blockade, psychological therapy and surgical pro c e d ures). © 2000 Sociedad Española del Dolor. Published by Arán Ediciones, S.A. En la génesis del miembro fantasma doloroso se han implicado mecanismos periféricos, simpáticos, psicológicos y centrales activados a través de la pérdida de entradas sensoriales. Describimos las diferentes manifestaciones clínicas que a p a recen y la evolución que presentan estos pacientes. La actitud terapéutica es muy variable y con fre c u e n c i a los resultados no son del todo satisfactorios. Pre s e n t a m o s una amplia variabilidad de pautas medicamentosas y otro s tratamientos realizados (estimulación eléctrica periférica, estimulación central, rehabilitación, bloqueos, terapia psicológica y tratamientos quirúrgicos). © 2000 Sociedad Española del Dolor. Publicado por Arán Ediciones, S.A. Palabras clave: Dolor post-amputación. Miembro fantasma. Dolor del muñón. Miembro fantasma doloro s o . ÍNDICE Key wor d s : Postamputation pain. Phantom limb. Pain in the stump. Painful phantom limb. 1. INTRODUCCIÓN 1 . 1 . Recuerdo histórico 1.2. Definición 1.3. Incidencia RESUMEN 2. FISIOPATO L O G Í A 2 . 1 . Mecanismos propuestos Tras una amputación acontece frecuentemente dolor. No obstante, es importante distinguir el dolor que apare c e en el muñón del que puede suceder como consecuencia del m i e m b ro fantasma, así como las diferentes sensaciones no d o l o rosas que en ocasiones presentan estos pacientes. * Facultativo Especialista de Área. Unidad de Tratamiento del Dolor. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa”. Zaragoza 3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS 3 . 1 . Miembro fantasma no doloroso 3 . 2 . Te l e s c o p a j e 3 . 3 . Causas del dolor en el muñón 3 . 4 . Sensaciones y dolor en el muñón 3 . 5 . Sensaciones y características más comunes del dolor en el miembro fantasma 3 . 6 . Enfermedades causantes de dolor en el miembro fantasma 3 . 7 . Localización del dolor en el miembro fantasma DOLOR POSTAMPUTACIÓN 3.8. 3.9. 3.10. 3.11. 3.12. 3.13. 3.14. 3.15. 3.16. Momento de aparición Duración, intensidad y evolución Factores psicológicos Síntomas asociados Sensaciones complejas y otras sensaciones Factores exacerbantes o precipitantes Factores que alivian el dolor Relación con el preoperatorio Conclusión 4. T R ATA M I E N TO 4 . 1 . Tratamiento médico 4 . 2 . Estimulación eléctrica periférica 4 . 3 . Estimulalción eléctrica central 4.4. Rehabilitación 4.5. Bloqueos 4 . 6 . Terapia psiocológica 4 . 7 . Tratamiento quirúrg i c o 4.8. Resumen 1. INTRODUCCIÓN 1.1. Recuerdo histórico Silas Weir Mitchell (1829-1914), neurólogo americano, a consecuencia de la Guerra de Secesión, realizó la primera descripción en una publicación no científica (1866). Fue publicada anónimamente en el Atlantic Monthly como una historia titulada The Case of Geor ge Dedlow. Acuñó el término de “miembro fantasma” para expresar las sensaciones que presentaban los heridos sometidos a amputaciones de extremidades (1-4). Él usó el término de “sensory ghost” para denominar este síndrome (5). Otra publicación periódica aparecía en diciembre de 1871 titulada Phantom Limbs bajo el nombre de Mitchell. Finalmente, en 1872, en su libro Injuries of the Nerves and Their Consequences, en el capítulo encabezado como Neural Maladies of Stumps, también hacía alusión al tema (2). Previamente, René Descartes (1596-1650) y A lbrecht von Haller (1708-1777) ya hicieron referencia a esta patología, aunque fue Ambroise Paré (15101590), un militar cirujano francés, quien describió, por primera vez, el dolor en el miembro fantasma. En 1830, Charles Bell (1774-1842) publicó una monografía titulada The Nervous System of the Hu man Body. Al final del capítulo 85 relata el caso de un hombre joven al cual le habían amputado un brazo y que todavía tenía percepción, dolor en la extremidad y sentía los cambios de posición (6,7). En 1941 fue publicado, por primera vez, el término de “miembro fantasma” por Bailey y Moersch. 61 Alan A. Bailey, físico canadiense, realizó sus trabajos de postgraduado en neurología y psiquiatría en la Clínica Mayo en Rochester. El coautor Frederick Paul Moersch se graduó en 1913 en la Universidad de Medicina de Minesota. Bailey realizó sus primeras experiencias en la Armada Canadiense en la IIª Guerra Mundial, cuando Moersch estaba encarg a d o de neuropsiquiatría en el Hospital de veteranos de Santa Ana, cerca de Montreal (5). 1.2. Definición Para un mejor estudio de las sensaciones que aparecen en una extremidad amputada, se clasifican en los siguientes términos: — M i e m b ro fantasma: no existe ninguna sensación dolorosa en el miembro amputado por cualquier causa (8). El miembro fantasma es un término que es usado para designar las sensaciones presentes en una extremidad después de su amputación. Los síntomas fantasmas también pueden ocurrir tras la amputación de mamas, pene, recto o después de una extracción dentaria (9). El miembro fantasma es la sensación consciente del miembro perdido (5,7). —Dolor fantasma: es la sensación dolorosa, que ocurre después de una amputación, referida a la parte distal a la región en que se encontraba previamente la extremidad o en que se encuentra el muñón que sobresale (1). Para Omote y cols. es un dolor crónico percibido en ausencia de una parte del cuerpo (10). Dolor fantasma, según Jensen y cols., es la sensación dolorosa referida a la parte del cuerpo perdida exceptuando el dolor en el muñón (8). También puede ser definido como dolor referido a una extremidad o porción eliminada quirúrgicamente (11), como una sensación dolorosa percibida en la parte ausente del cuerpo o en una parte paralizada debido a una lesión de la médula espinal o de raíces nerviosas arrancadas. El dolor se expresaría siempre desde el punto de vista de “una sensación desagradable” (12) y es claramente distinto del dolor de la cicatriz (9). —Dolor en el muñón: es una sensación dolorosa localizada en el muñón, generalmente distal (13,14). Deberá sospecharse cuando el dolor persiste más allá del periodo de cicatrización. Se debe a problemas estructurales del muñón (isquemia del tejido e infección, una prótesis mal adaptada, espolones óseos y formación de neuroma) o a dolor de desaferentización secundario a lesión de un nervio proximal o distal, raíz nerviosa o médula espinal (1). El dolor se localiza en el lugar de la extremidad amputada. Es 62 A. VA Q U E R I Z O R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, Suplemento II, Septiembre 2000 referido a la ausencia de una parte del cuerpo, pero es percibido en el muñón mismo, habitualmente en la región de la sección de los nervios (11). El dolor en el muñón o en la parte distal de la porción del miembro perdido puede llegar a ser intolerable (5). 1.3. Incidencia Si bien es cierto que, a lo largo de diferentes estudios (Tabla I), resulta muy variable la aparición del dolor tras una amputación, de lo que no cabe duda es de su alta incidencia. En los primeros estudios Lhermitte sugiere que el 10% de los pacientes sufrían dolor en el miembro fantasma después de la amputación, mientras que Riddoch apuntaba un 50% y Henderson el 2% (15). La presencia de miembro fantasma es un suceso común tras una amputación que aparece entre un 90100% de los casos (Cronholm 1951, Sherman 1989, Melzack 1992) (16-18). TABLA I. I N C I D E N C I A D E L DOLOR MIEMBRO FANTASMA EN EL Autor Año Incidencia Leriche R (81) Carlen PL, y cols. (3) Sherman R, cols. (19) Jerisen (66) Krebs B, y cols. (25) Sherman RA, y cols. (28) Jensen T, y cols. (30) Iacono RP, y cols. (34) Bach S, y cols. (20) Setacci C, y cols. (13) García-Viniegras CRV, y cols. (57) Kartz J (37,82) Gentili ME, y cols. (55) Gilbert R, y cols. (1) Wartan SW, y cols. (49) Kartz J (75) Melzack R (24) Yarnitsky D, y cols. (80) 1937 1978 1980 1983 1984 1984 1985 1987 1988 1989 1991 1992 1993 1996 1997 1997 1998 1998 98% 67% 0,4-50% 2-98% 5-10% 85% 50-85% 85% 5-37% 76,5% 48,8% 70% 70% 70% 55,2% 70% 72% 80% La percepción de la intensidad del dolor está estrechamente relacionada con el nivel de ansiedad, depresión y muchos factores personales (19). A s í , por ejemplo, Jensen relaciona el dolor preamputación con la incidencia de dolor en el miembro fantasma (20). De acuerdo con varias observaciones (Carlen 1978, Sherman 1983, Sherman 1984, Jensen 1985), las sensaciones del miembro fantasma suceden entre el 70-100% de los amputados y el dolor del miembro fantasma ocurre en el 60-85% de estos casos (21-23). En cuanto a la evolución del dolor del miembro fantasma con relación al tiempo, en las semanas inmediatamente posteriores a la intervención la incidencia fluctúa en torno al 60-70% según autores (Pow e r-Smith, Melzack), mientras que puede observarse hasta en 2/3 de los pacientes a los 6 meses de la amputación (Melzack) (20). A más largo plazo, las cifras se sitúan entre el 50 y el 85% varios años tras la amputación, lo que significa que sólo un 10-20% de los amputados consiguen alivio del dolor (4,20,2426). En contraste con estos datos, algunos autores comunican únicamente un 30% de incidencia después de un año. Respecto al muñón doloroso, éste disminuye de forma no significativa a largo plazo (13). Los datos mencionados justifican que el dolor en el miembro fantasma sea una causa de gran limitación psicológica e invalidez en muchos amputados (Sherman 1989), teniendo en cuenta que hasta el 85% experimentan dolor en el miembro fantasma con episodios que fluctúan desde un mínimo de pocas semanas al año, a su aparición diaria (Jensen y Rasmussen 1984, Sherman 1984, Melzack 1992) (27). Según un estudio realizado por Sherman y cols., sobre 2.694 veteranos americanos de guerra, el dolor no tendió a disminuir significativamente después de la amputación. Estos hallazgos contrastan con lo descrito en la literatura, porque, mientras que, generalmente entre el 25 al 98% de los amputados tienen ocasionalmente disconfort en su miembro fantasma, sólo entre el 0,5 al 5% tienen dolor severo o debilitamiento del dolor en el miembro fantasma. El 78% indicó la presencia de dolor en el miembro fantasma. El 7% tenían dolor fantasma pero confundían dolor fantasma con dolor en el muñón. De los que respondieron con dolor, al menos la mitad disminuyó significativamente con el tiempo. La incidencia del dolor a lo largo de un mes resultó extremadamente variable en cuanto al número de días que aparecía y la duración del episodio (28). En otro estudio Jensen y cols., sobre 58 pacientes, encuentra que la incidencia de miembro fantasma no doloroso, dolor fantasma y dolor en el muñón a los 8 días después de la cirugía fue de 84, 72 y 57% respectivamente. Seis meses después de la amputación la incidencia fue respectivamente del 90, 67 y 22%. Las sensaciones kinestésicas (sentimiento de longitud, volumen u otras sensaciones espaciales del miembro afectado), inmediatamente después de la cirugía y a los 6 meses, estaban presentes en el 85% de los pacientes con miembro fantasma. El 30% notificó DOLOR POSTAMPUTACIÓN un claro acortamiento de la duración de la sensación fantasma en el periodo siguiente, lo que fue habitual entre los pacientes con miembro fantasma no doloroso. El dolor fantasma fue, significativamente, más frecuente en pacientes con dolor en el miembro el día antes de la amputación, que en aquéllos sin dolor en el miembro fantasma preoperatorio (29). El mismo autor en otro estudio señala una incidencia de dolor fantasma 8 días, 6 meses y 2 años después de la amputación de 72, 65 y 59% respectivamente. En la primera mitad del año después de la amputación el dolor fue, significativamente, más frecuente en pacientes con dolor de larga duración antes de la amputación, y en los pacientes con dolor en el miembro inmediatamente antes de la amputación (30). El dolor fantasma ocurre en alrededor del 70% de los pacientes en los primeros 2 años después de la amputación (Jensen 1983, 1985), y se debilita generalmente a lo largo del tiempo hasta que desaparece. En el 5-10% de los pacientes el dolor persiste y puede ser intolerable (Melzack 1971) (31). Similares fenómenos a la amputación de miembros son descritos después de la amputación abdominoperineal de recto (recto fantasma), consistiendo en la sensación de que el recto está todavía presente después de su completa excisión, Oversen y cols. informaron de una prevalencia del 68%. En el 27% de los casos esta sensación fue dolorosa. El síntoma más común fue la sensación de retorcimiento en el recto normal y el sentimiento de pasar las heces o flato por vía natural. La sensación urgente de defecar se presentó en el 45% de los pacientes. El recto fantasma es menos frecuente que el miembro fantasma (9). 2. FISIOPATO L O G Í A 2.1. Mecanismos pro p u e s t o s El miembro fantasma doloroso que sigue a la desaferentización patológica ha sido explicado por mecanismos periféricos (neuromas, puntos gatillo, prótesis inadecuadas), simpáticos (la desaferentización somática puede dejar intacta las vías aferentes simpáticas viscerales), psicológicos (alteraciones psicoemocionales provocan o aumentan el dolor fantasma) y mecanismos centrales activados a través de la pérdida de entradas (i n p u t s) sensoriales (32). La fisiopatología del dolor fantasma tiene tres hipótesis acerca de su origen y mecanismo: periférico, medular y central (supraespinal) (1,7,8,20,33-36). 63 La experiencia relativa al miembro fantasma depende de una interacción compleja de ensayos dados en la periferia y de regiones más generales del cerebro que dirigen los mecanismos sensoriales, intelectuales y afectivos (37). — Periférico. Los neuromas, que pueden formarse en el extremo cortado del nervio, generan descarg a s eléctricas que estimulan las regiones somatosensoriales clásicas de la médula espinal y el cerebro. Las neuronas de las astas dorsales de la médula espinal se disparan excesivamente debido a la pérdida de e n e rgía sensorial normal de la parte amputada del cuerpo (1,38). Aunque los nervios periféricos están involucrados en la generación del dolor fantasma, este requisito no explica completamente el fenómeno. Mecanismos periféricos están implicados en la modulación de las sensaciones fantasmas por la manipulación del muñón, alteración en el flujo sanguíneo y la anestesia local del muñón. Nystrom y Hagbarth han propuesto que factores centrales adicionales pueden, también, estar involucrados porque el dolor del miembro fantasma, por sí mismo, no se altera por el bloqueo de la conducción de las neuronas periféricas (7,39,40). Las razones que explican los mecanismos periféricos son tres: a) el dolor fantasma está, con frecuencia, asociado con la patología del muñón y dolor en el muñón; b) hay evidencias experimentales de rápido comienzo de actividad neuronal espontánea en la parte proximal de los nervios cortados, y de que estímulos aplicados en el muñón pueden modificar el miembro fantasma percibido, y las zonas gatillo/alivio de los ataques de dolor fantasma; c) la anestesia local del muñón habitualmente alivia el dolor fantasma al menos durante la duración de la anestesia. Sin embargo, la patología del muñón sola no puede ser, exclusivamente, la responsable del dolor fantasma (29). — M e d u l a r. La pérdida de los nervios aferentes, a través de las lesiones de la médula espinal o el arrancamiento de las raíces, produce desinhibición de las neuronas del asta dorsal permitiendo la transmisión del dolor fantasma. Algunos estudios demuestran que el comienzo de la anestesia espinal en amputados puede causar la aparición o reaparición del dolor en el miembro fantasma y por tanto apoyar esta teoría. Melzack ha descrito que el bloqueo anestésico de los cordones medulares disminuye las entradas (inputs) somáticas a la corteza, con lo cual reduce el nivel de inhibición y permite el reconocimiento del dolor. Prevoznik y cols. afirmaron que el último impulso recibido por las fibras propioceptivas antes del bloqueo llega a ser “encerrado” en la memoria (7). 64 A. VA Q U E R I Z O R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, Suplemento II, Septiembre 2000 La continua estimulación nociceptiva debida a un proceso periférico doloroso originaría, por tanto, cambios bioquímicos y moleculares en las células del asta posterior de la médula espinal. Esto influenciaría una nueva expresión de la modulación de los campos de los genes de la recepción nociceptiva que serían amplificados, creando lo que es conocido como “memoria somatosensorial”, responsable de la aparición del dolor del miembro fantasma (41). Existe una reducción de la despolarización aferente primaria, atrofia de los terminales finos aferentes en las células de la médula espinal y cambios en los campos de las neuronas de la médula espinal que han perdido sus entradas aferentes normales. Hay una progresiva depleción de sustancias neuroquímicas, con lo que, existe una resistencia a las fosfatasas ácidas en los roedores, de sustancia P en los roedores, gatos y humanos, y de colecistoquinina y polipéptido intestinal vasoactivo en gatos (29). — C e n t ral (supra e s p i n a l ) . En la principal fuente del miembro fantasma hay tres circuitos neuronales cerebrales: a) uno es la vía sensorial que pasa, a través del tálamo, a las áreas somatosensoriales del córtex parietal adyacente y procesa información relacionada con el cuerpo; b) un segundo sistema podría consistir en redes que conducen, a través de la formación reticular del cerebro, hacia el sistema límbico relacionado con emociones y motivaciones; c) el tercero circunda la red cortical general influyendo en actividades cognitivas como la memoria de experiencias pasadas, y la evaluación de entradas sensoriales en relación con uno mismo. La mayor parte de este sistema es el lóbulo parietal (4). Melzack propone un origen central (supraespinal) para la explicación del dolor que consiste en una neuromatriz o una red talámica innata general que es, subsecuentemente, modificada por las experiencias de la vida. La neuromatriz comunica un modelo o neuroseñal ( n e u ro s i g n a t u re) en todas las entradas sensoriales o experiencias del cuerpo creando un único motivo neural. Melzack relata que el cerebro contiene una neuromatriz o red de neuronas que, sumando respuestas de estimulación sensorial, genera continuamente modelos característicos de impulsos, indicando que el cuerpo está intacto e inequívocamente es de uno mismo. A estos modelos les llamó “n e u ro s i g n a t u re” (4). Cuenta que estas sensaciones, de dolor fantasma, son reales porque están producidas por el propio cerebro que opera cuando el cuerpo está intacto. El cerebro crea la naturaleza de las experiencias. Estas experiencias o entradas del cuerpo establecen una matriz neural, que es única, en cada individuo. Melzack construye un único concepto, creado por las experiencias del cuerpo y la neuromatriz innata, que existe como una integración neural en el tálamo produciendo una imagen en tres dimensiones del cuerpo. La estructura anatómica del cuerpo en la neuromatriz de Melzack incluye asas neuronales entre el tálamo, la corteza y el sistema límbico. Estas interconexiones han sido apoyadas porque se ha comunicado algún caso en que, el dolor fantasma, desaparece después de infartos focales en el cerebro en la cápsula interna p o s t e r i o r, confirmado por TAC, presumiblemente por disrupción de las fibras sensoriales tálamo-corticales. En estos casos se recuperaron las sensaciones cutáneas sin la reaparición del dolor fantasma. El dolor resultante está en la memoria antes de la amputación del miembro. Katz y Melzack (1990) describieron que estos recuerdos somato-sensoriales son vividos y que los amputados no se creen que la operación haya sido realizada (1,7,26,32,40,4245). Una posible explicación puede ser encontrada en la teoría de la puerta de entrada de Melzack y Wall, que está basada en tres suposiciones: a) las fibras nerviosas aferentes están compuestas por dos subtipos, fibras de diámetro grueso y fino con bajos y altos umbrales respectivamente, para la estimulación externa; b) estos dos subtipos convergen en la sustancia gelatinosa del asta dorsal donde las fibras de diámetro grueso inhiben la transmisión de los impulsos de las fibras de diámetro fino en las vías centrales (dolor). Esta inhibición es, primariamente, presináptica y sólo está contrarrestada por un desproporcionado nivel de la actividad de las fibras de diámetro fino (nocicepción) que puede originar la percepción del dolor. Esta interacción es llamada sistema de la puerta-control; c) el lugar de los mecanismos espinales está influenciado por el descenso de las vías centrales desde el cerebro. En esta vía, es posible que algunos tipos de actividad del sistema nervioso puedan ejercer un control sobre la percepción del dolor. Células en la sustancia gris periacueductal en el mesencéfalo son estaciones transmisoras importantes en estas acciones (12,46,47). Se ha encontrado desaferentización en los núcleos de las células de la columna dorsal que han perdido sus aferencias normales, pudiendo ganar una nueva recepción de campos periféricos proporcionado por fibras aferentes que no excitaban previamente a las células. Hay por tanto indicaciones de que la desaferentización puede causar cambios transneuronales hasta núcleos talámicos (29). DOLOR POSTAMPUTACIÓN Melzack apoya en cuatro premisas la credibilidad a su teoría de la neuromatriz: a) parte del hecho de que el miembro fantasma se siente como real, y por esto piensa que, esta sensación, se basa en procesos neuronales cerebrales idénticos a los que ayudan a sentir el cuerpo normalmente. Estos procesos cerebrales son en condiciones normales activados y modulados por entradas (i n p u t) desde el cuerpo, pero también pueden actuar en ausencia de entradas; b) de esta forma todas las sensaciones que nosotros sentimos normalmente pueden ser percibidas en ausencia de entradas desde el cuerpo. Por esto concluye, que el origen de los modelos que subyacen estas cualidades de experiencias se encuentran en las redes neurales del cerebro; c) el cuerpo es percibido como una unidad y es identificado como “uno mismo”. La experiencia de una unidad de diversos sentimientos es producida por procesos neuronales centrales y no pueden ser derivados desde el sistema nervioso periférico o de la médula espinal; d) los procesamientos cerebrales que subyacen, están incorporados por la especificidad genética, aunque estos sustratos incorporados pueden, por supuesto, ser modificados por la experiencia (26). Wall refiere que, “el fantasma normal ocurre cuando los impulsos nerviosos desde la periferia son bloqueados o están ausentes”. En la actualidad este concepto de la matriz innata parece ser la mejor explicación para el fenómeno fantasma en la literatura científica. La explicación más defendible del dolor fantasma se basa en dos puntos: a) que las entradas (input) aferentes periféricas inhibitorias faltan cuando esa parte del cuerpo se ha perdido, esto implica la magnificación del dolor por ausencia de inhibición, b) esta teoría tiene que ver con el desarrollo de cambios en las neuronas del asta dorsal secundarios a daño neural periférico (12). —Ausencia congénita de miembro s: en este caso los niños difieren de los adultos en que ellos no tienen experiencia del dolor fantasma, sólo sensaciones fantasmas. Esta distinción corrobora la propuesta de Melzack sobre el origen central incluyendo la neuromatriz y neuroseñal (n e u ro s i g n a t u re), que está modificada por las experiencias vividas (7,24). —Origen psicológico: la percepción de la intensidad del dolor, como cualquier proceso doloroso, puede estar relacionada con el estrés, la ansiedad, el cansancio y la depresión. Sin embargo, aunque los factores psicológicos pueden exacerbar el dolor, su origen es orgánico (7,37,38,40,48). 65 3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS 3.1. Miembro fantasma no doloro s o La sensación de miembro fantasma ocurre en algún momento en casi todos los pacientes con amputaciones de extremidades (1). Las sensaciones fantasmas pueden aparecer con la pérdida de otras partes del cuerpo como mamas, nariz, lengua, dedos, dientes, vejiga, pene, vulva, recto e incluso la ausencia congénita de un miembro (22). Algunos parapléjicos, con sección completa de los cordones posteriores, pueden sentir sensaciones fantasmas en zonas distales a la lesión (3). Las sensaciones fantasmas comienza casi inmediatamente después de la amputación (17), y su frecuencia e intensidad, generalmente, disminuyen con el tiempo. Descienden significativamente durante los 2 primeros años después de la amputación (8), esto contrasta con el síndrome de mama fantasma en donde los ataques no cambian significativamente (9). Las sensaciones del miembro fantasma varían, pero casi el 100% experimentarán este fenómeno a las pocas semanas de la pérdida del miembro (3,8,22). Las sensaciones de miembro fantasma son más frecuentes en las zonas distales de las extremidades amputadas, las cuales están más ricamente inervadas (12). No existe relación entre la sensación fantasma y el lugar de la amputación (49). La incidencia de sensaciones fantasmas es mayor en pacientes con dolor en el miembro fantasma que en amputados libres de dolor (23). La propiedad más sobresaliente de la sensación fantasma es el hormigueo, pero se han descrito otras cualidades como cambios en la temperatura, la postura, la longitud, el volumen, el movimiento de la extremidad amputada (23,37), sensación de toque, presión, frío, humedad, escozor, dolor o fatiga. Estas sensaciones varían en intensidad, pueden cambiar con el tiempo y tener diferentes significados en diferentes personas. El miembro puede moverse voluntaria o involuntariamente, incluyendo flexión y extensión de las partes distales (3,8,29), teniendo propiocepción y fluctuaciones en la posición. La amputación de genitales puede estar asociada con sensación de erección, placer, orgasmo u ocasionalmente dolor (12,50). 3.2. Te l e s c o p a j e Guéniot (1861) usó la frase “heterotopia subjetiva” para describir un fenómeno experimentado por 66 A. VA Q U E R I Z O R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, Suplemento II, Septiembre 2000 los pacientes con miembros amputados, también conocido como deformación regresiva o telescopaje. El telescopaje es un proceso que se refiere a la disminución gradual de la parte distal del miembro fantasma que parece aproximarse al muñón, pueden ser percibidos como pie o mano (Henderson y Smyth 1948). Ocurre gradualmente con una incidencia del 25-75%, sucede más en el brazo que en la pierna y aparece más comúnmente en miembro fantasma no doloroso. El dolor fantasma puede prevenir o retardar el telescopaje y por tanto estar reducido o ausente cuando el dolor en el miembro fantasma está presente (Riddoch 1941, Henderson y Smyth 1948, Weiss y Fishman 1963, Katz y Melzack 1987, Katz 1992, Jensen y Rasmussen 1994) (23). La explicación fisiológica del telescopaje es desconocida (7). Otros autores consideran que un tercio de los amputados experimentan estos fenómenos extraños llamados telescopaje (Weiss y Fishman 1963, Katz 1992, Jensen y Rasmussen 1994). Estos autores también han postulado que el telescopaje está inversamente relacionado con el dolor en el miembro fantasma (8,12,23). 3.3. Causas del dolor en el muñón El dolor en el muñón está producido, con frecuencia, por el golpeteo continuo sobre un neuroma de un nervio seccionado (11). En ocasiones el dolor puede estar producido por infección del muñón o por una necrosis del hueso (3), por infección de la cicatriz, hemorragia en el final del muñón, por un espolón óseo (29), por traumatismos locales o estrés (1,11). Puede agravarse como consecuencia de llevar una prótesis demasiado ajustada aumentando la compresión en el área; otros autores, sin embargo, informan de descenso del dolor con el uso de la prótesis (22,49,51). Parece ser que es menos probable que aparezca si, inicialmente, antes de la amputación se había tratado e n é rgicamente y se utiliza pronto una prótesis. Se agrava con el estrés, enfermedades sistémicas o enfermedades localizadas del muñón (11 ) . Otros factores que agravan el dolor y las sensaciones fantasmas son: cansancio, estar tranquilamente quieto, toque, arañazo o golpear el muñón, dependientes de la posición del muñón, contracción de los músculos del muñón, agua fría, llevar puesta una prótesis demasiado larga, cambios de temperatura, sobresalto, tocar la herida del muñón, movilizar la prótesis, cambiar los vendajes del muñón, permanecer sentado durante mucho tiempo, beber bebidas calientes o carbonatadas (3). 3.4. Sensaciones y dolor en el muñón El dolor en el muñón es una queja frecuente, inmediatamente después de la amputación, en la mitad de los amputados. Es referido como presión, palpitante, quemazón, hormigueo o sensación de torsión eléctrica, continua o paroxística, aguda o punzante ( 11,34,51). Todos los pacientes con dolor en el muñón tienen áreas de hiperpatía en la zona (3,29,30). Los síntomas dolorosos pueden ser como espasmos o sacudidas espasmódicas del muñón (5). Una disminución de la circulación sanguínea en el muñón puede producir ardor y cosquilleo (1). 3.5. Sensaciones y características más comunes del dolor en el miembro fantasma El dolor del miembro fantasma es clasificado como un tipo de dolor de desaferentización (52), el cual se describe como ardor; los signos clínicos incluyen alodinia, hiperpatía e hiperalgesia (53). Katz y Melzack han clasificado las sensaciones en 4 tipos distintos: a) parestesias (hormigueo, escozor, clavos y agujas, entumecimiento, shock eléctrico); b) aumentos en la intensidad del dolor; c) cambios (aumento o descensos) en la percepción de la temperatura en alguna parte del cuerpo; d) sensación de presión o constricción. Las sensaciones más comúnmente experimentadas son las parestesias. Los pacientes con dolor en el miembro fantasma refirieren una gran variedad de sensaciones (54). El dolor puede ser una intensificación de las parestesias que definen el miembro fantasma no doloroso. Algunos enfermos describen ataques paroxísticos punzantes dolorosos que viajan arriba y abajo en el miembro (37). El dolor puede ocurrir de forma aguda o retardada; puede ser mínimo, molestia o severo; continuo o con frecuentes exacerbaciones. Los términos utilizados por los pacientes incluyen: ardor, aplastamiento, dolor fulgurante, calambres, presión, sensación punzante o quemante, sensación de triturar la extremidad, desgarro, torsión, mordisco, como sensación de serrar el miembro, como un latigazo, como una cornada, hormigueos o parecerse a un golpe eléctrico, algunos lo describen como si agua hirviendo fuera derramada sobre su extremidad, otros como si el miembro estuviera ardiendo. Un 25% describe sensación de ardor, un 33% indican que el miembro se encuentra en una posición anormal dolorosa (1,35 , 8 , 11,12,14,19,20,24,29,30,34,40,49,50,51,55, 56). DOLOR POSTAMPUTACIÓN Existe una correlación significativamente positiva entre dolor de miembro fantasma y dolor en el muñón (23). Existe una buena correlación en el caso de arrancamiento de raíces nerviosas y el dermatoma en el cual el dolor es sentido, por ejemplo en el arrancamiento de C6 aparece sensación de quemadura en el pulgar y el dedo índice, mientras que el arrancamiento de C7, C8 y D1 está asociado con quemadura desde el codo hasta la mano (50). Los niños menores de 6 años que sufren amputaciones presentan dolores de miembro fantasma menos frecuentemente que los adultos. La falta congénita de extremidades no excluye la sensación o el dolor de miembro fantasma (1). En el caso de amputación rectal los síntomas son como sensación de flato y/o heces en el recto normal, flato fantasma o heces fantasmas. El dolor fantasma es descrito como punzada o tirón o parecido a hemorroides o sensación de sentarse en un taburete duro, o tener la sensación de ruptura del recto. Ni la edad, sexo, dolor preoperatorio, clasificación de Duke, curación del periné se encuentran relacionados con la probabilidad de recto fantasma. El síntoma más común es la sensación de heces o flato en el recto normal (9). 3.6. Enfermedades causantes de dolor en el miembro fantasma Las razones que suelen motivar la amputación de una extremidad son: traumáticas (arrancamiento del plexo o amputaciones traumáticas), infección (osteomielitis), neoplasias y enfermedad vascular oclusiva en sujetos de edad avanzada con enfermedad vascular periférica (5,8,29,30,57). 3.7. Localización del dolor en el miembro fantasma Existe una gran correlación entre la localización de la sensación del miembro fantasma y el dolor fantasma (49). Durante el periodo siguiente a la amputación, la localización del dolor fantasma cambia desde proximal a una distribución más distal (1,29,30). 3.8. Momento de aparición El 67% de todos los amputados experimentan dolor inmediatamente después de la amputación (en la 67 primera semana), pero puede ocurrir a los meses o años después de la amputación. En el postoperatorio inmediato es difícil decir si un paciente presenta dolor postoperatorio, dolor del muñón o el inicio temprano de dolor de miembro fantasma (1,3,12). 3.9. Duración, intensidad y evolución El dolor puede ocurrir durante periodos breves de días o semanas, o bien persistir con exacerbaciones intermitentes, de segundos o días, durante años (1,5,17). La frecuencia de estos paroxismos varía considerablemente (50). Estas sensaciones pueden disminuir en intensidad y frecuencia después de los 6 primeros meses (11,20,29-31,49). Algunos amputados tienen dolor intermitente agudísimo con periodos libres asintomáticos, llegando a desaparecer con el tiempo, mientras que otros describen grados variables de dolor continuo (22,47,49). Habitualmente comienza inmediatamente después de la amputación, pero a veces aparece semanas, meses o años más tarde (40). Otros autores sugieren que el dolor en el miembro fantasma disminuye durante los dos primeros años siguientes a la amputación, (Jensen y Rasmussen 1984, Jensen 1985), sin embargo, otros estudios anotan que el dolor en el miembro fantasma permanece durante más tiempo en la mayoría de los amputados (Sherman 1984, 1987) (27). El dolor fantasma cambia desde sensaciones extereoceptivas (como cuchillos o sensación de clavos), localizadas en toda la extremidad, inmediatamente después de la amputación, a sensaciones propioceptivas (quemadura u opresión), localizadas en la parte distal de la extremidad, a lo largo del tiempo (8,29). La severidad e incidencia del dolor del miembro fantasma está correlacionada con numerosos factores, incluyendo el nivel de amputación (34). 3.10. Factores psicológicos Melzack y Sherman informan que los amputados no son más neuróticos que la población normal y según Shukla el 1% de sus amputados mostraban síntomas psicóticos. Sin embargo, se cree que el dolor fantasma es, principalmente, un problema mental (12,48). Se duda que la amputación, per se, cause reacciones psicóticas, pero ocasionalmente induce que amputados, previamente desequilibrados, tengan tales reacciones. Se han observado reacciones agudas de ansiedad en las amputaciones traumáticas. Muchos 68 A. VA Q U E R I Z O R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, Suplemento II, Septiembre 2000 estudios han indicado que entre el 20 al 40% de los amputados presentan síntomas depresivos. No obstante, el dolor crónico cambia la personalidad de la gente y la conciencia de otros problemas corporales (48). Entre los factores psicológicos que agravan el dolor se encuentra el estrés y la ansiedad (1). 3 . 11. Síntomas asociados Se ha observado una disminución significativa en la frecuencia de los contactos sexuales, así como la aparición de verdaderas disfunciones sexuales. Es mucho mayor en individuos de sexo masculino no casados o con amputaciones supracondíleas (57). 3.12. Sensaciones complejas y otras sensaciones Pueden ocurrir sensaciones fantasmas indoloras, “superañadidas” (muñequeras, anillos en los dedos, zapatos, relojes, pulseras, molde de escayola, mango de bastón con que se ayudaba cuando la mano fue accidentalmente amputada, gusanos que se arrastran por dentro y alrededor del muñón, mosquitos que pican la pierna fantasma) y sensaciones complejas (sensación de humedad y goteo, sudoración, cosquillas) (1,5,26,47,58). La amputación no es esencial para que ocurra la sensación o dolor de miembro fantasma. La duración del tiempo en que se pierde la extremidad pueden influir en la calidad del dolor del miembro fantasma. La pérdida lenta y relativamente indolora de una extremidad por enfermedades como la lepra pueden conllevar tanto a sensación como a dolor de miembro fantasma (1). En ocasiones, hombres parapléjicos informan de sensación de erección y las mujeres describen sensaciones sexuales en el área perineal. Ambos relatan sensaciones placenteras, incluidos orgasmos (24,26). En cuanto a otras sensaciones extrañas: el 45% sienten ardor al final del muñón relacionado con la micción, el 30% relacionado con la defecación y el 6% relacionado con la eyaculación, la defecación o la micción (3). 3.13. Factores exacerbantes o pre c i p i t a n t e s Los factores que agravan los síntomas incluyen : alteraciones emocionales, miedo, ansiedad, falta de sueño, fatiga, posición del muñón, presión del muñón, sensación de micción, defecación, el uso de una prótesis, estrés emocional, el frío, cambios de temperatura, tos. El estímulo físico del muñón con tacto, calentamiento y enfriamiento pueden empeorar el dolor o dispararlo (1,5,12,22,30), todo ello tiende a empeorar el antecedente de dolor y en algunos casos incrementar la frecuencia de los paroxismos. La anestesia epidural o espinal puede, temporalmente, exacerbar el dolor del miembro fantasma en pacientes con una extremidad previamente amputada. Se ha descrito, en pacientes libres de síntomas, durante más 40 años, aparición de dolor durante el comienzo o la regresión del bloqueo (59). 3.14. Factores que alivian el dolor El dolor finaliza o desaparece completamente de su conciencia por la distracción. Por tanto aquellos pacientes que se absorben en sus trabajos o hobbies pueden ganar periodos considerables de alivio de dol o r, pero casi todos los pacientes sienten que el dolor vuelve instantáneamente una vez parada su particular actividad (5,30,50). Otros factores que alivian el dolor y las sensaciones fantasmas son: apretar el muñón, levantar el muñón por encima del nivel de la gravedad, ejercicios activos del muñón, agua caliente, uso de prótesis, permanecer tendido muy quieto, beber bebidas frías (3,12,22), la presión sobre el nervio ciático varias pulgadas encima del muñón ocasionalmente quita el dolor en el miembro fantasma y al mismo tiempo produce la desaparición de la sensación fantasma (5,50). 3.15. Relación con el pre o p e r a t o r i o El dolor preamputación puede influir en la severidad del dolor del miembro fantasma (1). Se ha descrito que a los 2 años después de la amputación, el dolor fantasma fue, significativamente, más frecuente en pacientes con dolor en el muñón que en amputados sin dolor en el muñón. Esto sugiere que el dolor en el miembro, previo a la intervención, juega un papel en el dolor inmediatamente después de la amputación, pero probablemente no en la persistencia posterior del dolor fantasma. Algunos autores han especulado que el dolor fantasma es una reminiscencia del dolor existente en la extremidad antes de la amputación (30). Otros trabajos demuestran que a los 6 meses después de la amputación, el dolor es, significativamente, más frecuente en los pacientes que lo padecen du- DOLOR POSTAMPUTACIÓN rante mucho tiempo antes de la intervención, que en los que tuvieron dolor durante menos tiempo. El dolor también es significativamente más frecuente en pacientes que tienen dolor el día antes de la amputación comparado con los pacientes que no tienen dolor inmediatamente antes de la amputación (12,30,37). Según la intensidad del dolor preamputación, el dolor fantasma es más frecuente en aquellos pacientes con una escala analógica visual preamputación >20 mm que en pacientes con dolor preamputación <20 mm en la escala analógica visual. La relación no es significativa después de 6 meses (31). 3.16. Conclusión El dolor del miembro fantasma se caracteriza por cuatro propiedades: 1. El dolor se mantiene durante mucho tiempo después de la curación de los tejidos lesionados. Continúa durante más de un año, después del comienzo, en alrededor del 70% de los pacientes, y puede persistir durante años o décadas en pacientes con el muñón perfectamente curado. 2. Las zonas gatillo pueden hacer diseminar el dolor hacia zonas sanas en el mismo lugar o zonas opuestas del cuerpo. 3. El dolor del miembro fantasma es más probable que se desarrolle en pacientes que han sufrido dolor en el miembro durante algún tiempo antes de la amputación. Es relativamente raro en amputados de guerra, los cuales perdieron la extremidad de repente, siendo más común en la población civil, en los cuales el dolor prequirúrgico es frecuente y se acompaña de enfermedades en la extremidad. El dolor puede parecerse, en calidad y localización, al dolor que se presenta antes de la amputación. 4. El dolor es a veces permanentemente abolido por incrementos o descensos temporales de estímulos aferentes somáticos (40). En resumen el dolor fantasma parece ser: a) común; b) impredecible en términos de factores predisponentes; c) impredecible en severidad, frecuencia, duración o carácter; d) habitualmente estable después de un periodo de pocos meses, y e) es impredecible su agravamiento por estímulos externos o internos (12). 4. T R ATA M I E N TO El tratamiento del síndrome doloroso de los pacientes amputados se basa en conseguir, el alivio del 69 dolor y la rehabilitación activa en el uso de la extremidad afectada. El síndrome doloroso puede constar de diferentes componentes: a) el originado por la disfunción simpática; b) el derivado de la neuropatía periférica consecuente a la formación de un neuroma; c) dolor relacionado con el uso de prótesis, y d) problemas sistémicos asociados (38). El tratamiento óptimo, en el dolor del miembro fantasma persistente, podría ser una combinación de varios métodos (farmacológico, consejo psicológico o psiquiátrico y cirugía en general) como parte integral del tratamiento (52). No obstante, los regímenes terapéuticos, en ocasiones, no tienen más de un 30% de eficacia a largo plazo (11 ) . En principio, el dolor en el muñón es considerablemente diferente al dolor fantasma y por tanto, requieren un enfoque terapéutico distinto (7). 4.1. Tratamiento médico Entre los agentes farmacológicos que son efectivos en el dolor fantasma están: —Analgésicos menore s : el tratamiento preventivo con analgésicos menores, que en muchas ocasiones pueden resultar eficaces en este tipo de dolor, evita el desarrollo del dolor del miembro fantasma (1,20,49). — O p i o i d e s : aportan un discreto beneficio en el tratamiento a largo plazo. Están reservados especialmente para el dolor agudo postoperatorio (20,34,60). — P l a c e b o : exitoso en algunas ocasiones (36%), debido a un efecto estimulatorio en las endorfinas y encefalinas a través de la mediación psicológica (34). — B e t a - b l o q u e a n t e s : entre ellos el propranolol, oxprenolol y atenolol. Se piensa que aumentarían los niveles de serotonina, teniendo un efecto similar a las benzodiacepinas y antidepresivos tricíclicos en estudios electroencefalográficos (22,34). El uso temprano de bloqueantes beta puede prevenir el establecimiento de circuitos reverberantes y por tanto prevenir el cuadro de dolor en el miembro fantasma (61). — A n t i c o nv u l s i v a n t e s : entre ellos la carbamazepina (62), fenitoína, ácido valpróico, pentobarbital y gabapentina (63). El baclofeno es un derivado del neurotransmisor ácido gamma aminobutírico se usa a dosis de 30 a 60 mg.día -1 con dosis máximas de 80 mg (12,24,34,52,64,65). El clonazepam es una benzodiacepina inicialmente utilizada para el tratamiento del pequeño mal y las convulsiones mioclónicas. 70 A. VA Q U E R I Z O R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, Suplemento II, Septiembre 2000 Las benzodiacepinas mejoran la acción inhibitoria del ácido gamma-aminobutírico en el SNC. Bajas dosis de benzodiacepinas suprimen la actividad polisináptica en la médula espinal y disminuye la actividad en el sistema reticular mesencefálico. El clonazepam ha demostrado incrementar la síntesis de serotonina y aumentar la concentración de serotonina en los receptores sinápticos. El tratamiento del dolor en el miembro fantasma con clonazepam tiene varias ventajas. Las bajas dosis utilizadas (1,5-3 mg.día -1) son, con frecuencia, suficientes para aliviar los síntomas del dolor fantasma. Algunos pacientes puede mantenerse bien con una o dos dosis de 0,5 mg.día -1. El perfil de los efectos secundarios es relativamente limitado comparado con otros anticonvulsivantes. La tolerancia es relativamente menor, y parece tener una frecuencia mayor de beneficio/riesgo comparado con otras benzodiacepinas por sus propiedades anticonvulsivantes en el dolor neuropático (22). — A n t i d e p resivos: producen un aumento de los niveles de serotonina en el SNC a través de un mecanismo que impide la recaptación de este neurotransm i s o r. Algunas investigaciones in vivo han indicado el papel de la disminución central de la actividad de la 5-hidroxi-triptamina en la génesis y mantenimiento del dolor crónico. Se ha demostrado que el tratamiento conjunto de la ansiedad y la depresión ayuda al control del dolor. La modulación de 5-hidroxitriptamina puede ser una estrategia analgésica efectiva en ausencia de psicopatología. Sternbach asegura que bajos niveles de 5-hidroxi-triptamina están implicados en el mantenimiento del dolor crónico. A lmay (1980) describió una relación positiva entre ciertos niveles de endorfinas y 5-hidroxi-indol-acético en pacientes con dolor crónico, sugiriendo un papel modulador del 5-hidroxi-triptamina en la analgesia inducida por opiáceos. Este postuló un papel recaptador inhibidor para la 5-hidroxitriptamina en el tratamiento del dolor crónico. Los más comúnmente usados son la amitriptilina, doxepina, imipramina, fluoxetina y trazodona (14,22,24,34). — A gentes neuro l é p t i c o s : las butirofenonas, fenotiacinas y benzamidas. Estos agentes se cree que alteran centralmente la interpretación de estímulos dolorosos (34). — Ke t a m i n a : se ha usado con éxito por varias vías incluyendo i.v., i.m., caudal, intratecal y subcutánea. Los efectos analgésicos de la droga pueden ser parcialmente antagonizados por la naloxona (66). Es ampliamente aceptado que el N-Metil-D-Aspartato (NMDA) tiene un papel clave en la plasticidad sináptica dentro del sistema nervioso. El complejo receptor NMDA puede estar involucrado en la transmisión nociceptiva prolongada, en la médula espinal, particularmente cuando el estímulo periférico ha disminuido. Los receptores NMDA están involucrados en la potenciación a largo plazo de la transmisión sináptica en el hipocampo, un proceso del que se ha sugerido sería el sustrato para la memoria. La ketamina es un antagonista no competitivo, fácilmente disponible, en el sitio del receptor del NMDA y el efecto anestésico de la droga es mediado probablemente en el receptor NMDA. Sería una droga para usar previamente a una amputación. La transmisión mediada por el receptor NMDA está involucrada en el proceso de información sensorial en el cerebro, y es de esperar que la administración de antagonistas de estos receptores conduciría a la aparición de efectos secundarios. Confusión, delirio, sueños vividos, alucinaciones y sensaciones de evadirse de su propio cuerpo están asociados con la ketamina. Estos efectos están, probablemente, relacionados con alteraciones de la percepción y la interpretación de los estímulos visuales auditivos (66). La ketamina reduce el dolor evocado por estimulación mecánica repetitiva del muñón e incrementos en los umbrales mecánicos de dolor a la presión, pero no altera la sensibilidad térmica y la temporal. Si es aceptado que el dolor en el muñón tiene un origen periférico, la concomitante e igual reducción del dolor en el muñón y en el miembro fantasma por una droga con una acción central pura, sugiere que el dolor fantasma sería una manifestación de la actividad anormal generada desde la periferia. Una actividad periférica anormal puede inducir y mantener una hiperexcitabilidad central dependiente de los receptores NMDA, la cual proporciona al cerebro con suficiente actividad la generación del dolor fantasma. La ketamina reduce esta hiperexcitabilidad central por medio de su actividad antagonista de los receptores de la NMDA. Un hecho clínico característico en el dolor postamputación es un incremento de la sensibilidad del muñón por diferentes estímulos. La evidencia clínica y experimental indica que la actividad neuronal originada desde las neuronas periféricas puede jugar un papel en el dolor (31,67). —Calcitonina: receptores específicos de la calcitonina están presentes en el SNC de los mamíferos, encontrándose la mayor concentración en el hipotálamo. El efecto analgésico de la estimulación eléctrica de algunos “centros analgésicos”, en la formación reticular en la rata, puede ser bloqueado con antagonistas de la serotonina. La calcitonina puede actuar, vía mecanismos serotoninérgicos, para incrementar la actividad descendente de los sistemas supresores del dolor y con eso inhibir la transmisión del dolor del miembro fantasma (59). Los efectos secundarios DOLOR POSTAMPUTACIÓN que pueden aparecer son náuseas, vómitos, enrojecimiento, dolor abdominal, cansancio, sensación de hinchazón de ambas manos, sequedad de boca y vértigo. Los efectos analgésicos inmediatos de la calcitonina están basados en la activación del sistema central inhibitorio. Se alcanza un efecto adecuado con 100 UI de calcitonina en los pacientes con dolor en el miembro fantasma (16,21). La recurrencia del dolor puede ser tratada con calcitonina, si inicialmente este tratamiento fue eficaz. 4.2. Estimulación eléctrica periférica Diversas técnicas de estimulación eléctrica han resultado útiles en el tratamiento del dolor del miembro fantasma, como: estimulación eléctrica transcutánea (TENS), la estimulación del muñón, electrosueño, la estimulación de nervios periféricos y la contraestimulación (1). El uso de TENS ha resultado útil en muchos casos, siendo una técnica barata, simple y segura (12,15,17,46,68). Puede ser usada durante mucho tiempo con pocos riesgos y pocos efectos adversos serios (49). El cerebro recuerda el dolor preamputación aunque los estímulos nocivos periféricos hayan sido eliminados durante la amputación. El mecanismo de acción de la TENS se basa en la teoría de la puerta de control de Melzack y Wall, en el incremento de los niveles de endorfinas que siguen a la estimulación eléctrica y también en la hipótesis de que los impulsos eléctricos pueden romper los “circuitos de la memoria dolorosa” (34,50,68). Las fibras mielínicas A tienen un umbral más bajo para la estimulación eléctrica que las fibras no mielínicas finas C y delta A. La estimulación de las fibras mielínicas gruesas A con TENS inhiben la transmisión de los impulsos dolorosos transportados por las fibras finas delta A y C. Esta inhibición tiene lugar en la médula espinal en la sustancia gelatinosa del asta dorsal y en sistema nervioso central (46). La TENS aplicada a la extremidad contralateral a la amputación puede ser efectiva, descendiendo la intensidad y la sensación dolorosa en el miembro fantasma. Por otra parte, la TENS aplicada en el muñón puede exagerar la pérdida gradual del miembro fantasma, o bien revivir una sensación suprimida. El efecto de la estimulación de la extremidad contralateral en las células de la médula espinal, que produce la sensación fantasma, puede facilitar el control inhibidor y consecuentemente disminuir o eliminar el miembro fantasma (7,69). 71 Fitzgerald demostró la existencia de un control contralateral segmentario en todas las células del asta posterior de la lámina 5 de la columna de la rata. La estimulación eléctrica contralateral del nervio sural, que sólo contiene aferencias cutáneas, produce efectos excitatorios en las células con campos receptivos inhibitorios en el pie o la pierna inferior contralateral. Los hallazgos de una relación directa significativa, entre los niveles de conducción de la piel del muñón y la intensidad de las sensaciones de miembro fantasma, son apoyados por una asociación entre la actividad simpática y las parestesias referidas del miembro fantasma. Los niveles de conducción de la piel del muñón se correlacionan con la intensidad de las sensaciones del miembro fantasma, porque ellas reflejan la actividad colinérgica postganglionar de las fibras simpáticas en las aferencias primarias localizadas en el muñón y en los neuromas del muñón. Es posible, que la TENS, aplicada a la extremidad contralateral, origine una reducción inicial en la actividad sudomotora simpática en el muñón y en el tejido circundante, disminuye primariamente las aferencias y origina una reducción de las sensaciones fantasmas (69). 4.3. Estimulación eléctrica central En 1970 Shealy y cols. describieron la estimulación de la médula espinal para el dolor maligno (70). Sin embargo, la estimulación eléctrica central en el dolor del miembro fantasma puede aliviar o bien agravarlo (15). No obstante, existen trabajos que informan de buenos resultados en torno a un 80% (3,7, 34,53,70,71). El criterio de selección de los pacientes sigue siendo el determinante más importante para el éxito del tratamiento (53,72). Criterios que corresponden a: a) diagnóstico correcto establecido; b) es obligatorio un origen orgánico del dolor, c) fracaso de tratamientos menos agresivos como drogas, técnicas de infiltración o TENS; d) ausencia de patología psiquiátrica mayor; e) capacidad para proporcionar consentimiento informado del procedimiento; f) debe existir una prueba positiva durante un mínimo de dos semanas antes de la implantación definitiva neuroq u i r ú rgica (70,73). La estimulación puede realizarse a nivel medular, talámico o mesencefálico (1). Las complicaciones descritas de la estimulación cerebral profunda son: infección, erosión del material, reacción a cuerpo extraño, hemorragias intrace- 72 A. VA Q U E R I Z O R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, Suplemento II, Septiembre 2000 rebrales, epidurales y periventriculares y psicosis (53). A diferencia de la estimulación de la sustancia gris periacueductal, la estimulación sensorial talámica no se ha correlacionado con la activación de endorfinas. No ha habido incremento de los niveles de beta-endorfinas con estimulación sensorial talámica. El mecanismo de la estimulación analgésica inducida en el tálamo sensorial no puede ser explicado por las vías opiáceas. En cambio, teorías más actuales giran alrededor de la hiperactividad de las neuronas, siendo éstas inhibidas por las redes no opiáceas locales o distales a la estimulación (73). 4.4. Rehabilitación Es de vital importancia que los pacientes vuelvan a la vida normal en la comunidad y a su trabajo tan pronto como sea posible (50). Entre los factores que intervienen en el éxito de la rehabilitación se encuentran el estado general del paciente, el estado del muñón, la edad, la capacidad física, el estado emocional y el nivel de amputación. Los niveles altos de amputación imponen limitaciones importantes al proceso de rehabilitación de los amputados. Las sensaciones fantasmas pueden dificultar el proceso de rehabilitación, ya que agravan en cierta medida el estado psicológico del paciente (57). La preparación psicológica debería ser iniciada pronto, antes de la amputación. Aspectos técnicos como el control del vendaje sobre el muñón o el control del edema son importantes, pudiendo minimizar el dolor en el muñón. El uso temprano de prótesis ha sido asociado con una reducción en la incidencia de síntomas de dolor neurogénico. Esto se recomienda combinando una rehabilitación intensa y temprana. También es aconsejable la combinación de medidas físicas y terapia médica así como la estimulación (34). Otras medidas incluidas en la rehabilitación son: masajes, magnetoterapia, aplicación de ultrasonidos, acupuntura (en ocasiones no sólo falla en la eliminación del dolor sino que puede producir exacerbaciones (7), terapia física, aplicación de calor o frío al muñón, percusión del muñón, radiación y ejercicios (1). 4.5. Bloqueos La teoría básica para el uso de bloqueos en el dolor crónico es interrumpir la entrada nociceptiva. El aumento de la actividad simpática puede sensibilizar a los nociceptores periféricos en regiones dañadas o tejidos isquémicos (20). Se pueden utilizar varios tipos de bloqueos en dependencia de la zona amputada para el tratamiento del dolor del miembro fantasma, entre ellos el bloqueo de zonas gatillo, bloqueo simpático, bloqueo de plexo braquial (para amputaciones de miembros superiores), bloqueo epidural o subaracnoideo y bloqueo de nervios periféricos (1). El tratamiento del dolor en un paciente antes de la amputación reduce o evita el dolor de miembro fantasma (1). El bloqueo epidural lumbar preoperatorio (analgesia preventiva) reduce la incidencia de dolor del miembro fantasma en el primer año después de la amputación. La anestesia epidural, comenzada antes y continuada durante la cirugía o por varios días después de la amputación, parecen conferir más protección frente al dolor durante largo tiempo (20,52,7476). Por el contrario, el bloqueo durante el acto intraoperatorio y postoperatorio de estímulos nocivos, no parece influenciar en el desarrollo del dolor persistente, probablemente porque el bloqueo es administrado después que la sensibilización central se ha establecido (75). La anestesia raquídea interfiere con los mecanismos del dolor del miembro fantasma. Sin embargo, en ocasiones, la administración epidural o subaracnoidea de anestésicos locales puede hacer reaparecer dolores del miembro fantasma en amputados, mientras que la administración epidural de fentanilo los atenúa (7,55). Si el dolor en el miembro fantasma es una “memoria” de dolor preamputación o disconfort, entonces el uso de bloqueo epidural eliminaría el dolor preamputación y consecuentemente previene el dolor en el miembro fantasma. Estos resultados apoyan la teoría central de Melzack de un modelo de neuroseñal (n e u ro s i g n a t u re), formado como resultado del aprendizaje de experiencias del cuerpo porque el recuerdo del dolor es bloqueado (7). Se han utilizado anestésicos locales (26) como la bupivacaína, lidocaína (77) u opiáceos como la morfina, fentanilo (51,65,77) o buprenorfina (intratecal) por vía espinal para tratar el dolor (20,78). La causa más importante de pérdida de sensaciones y relajación muscular durante la anestesia espinal es, probablemente, debido a la presencia de anestésicos locales en las raíces nerviosas espinales y en los ganglios de las raíces dorsales y no en la médula espinal. La buprenorfina tiene una potencia de 20 a 70 veces mayor que la morfina. La mayor duración de la analgesia y su lipofilia hace que tenga mayor afinidad por los receptores opiáceos (10). El fentanilo ex- DOLOR POSTAMPUTACIÓN tradural produce efectos menos intensos que el administrado por vía intratecal presumiblemente porque están presentes menores concentraciones en los receptores opiáceos (7,51). Los opiáceos, administrados por vía neuroaxial, actúan en los receptores opioides espinales alterando el impulso doloroso en una vía que fue percibida como placentera (51). Se piensa, que los narcóticos por vía espinal producen analgesia por el bloqueo neuronal en la sustancia gelatinosa de la médula espinal (65). Otros fármacos, administrados por vía espinal, como los agonistas alfa 2 adrenérgicos (clonidina) pueden bloquear la transmisión de dolores del miembro fantasma. La clonidina produce analgesia por estimulación de los receptores alfa 2 adrenérg icos localizados en el cuerno posterior de la médula. La clonidina, administrada por vía epidural o subaracnoidea, refuerza el bloqueo de los anestésicos. Por vía subaracnoidea inhibe, más selectivamente, la actividad de las neuronas convergentes en el cuerno p o s t e r i o r, provocado por la estimulación de fibras C y la transmisión de los influjos simpáticos eferentes, esto puede explicar, también, la aparición de dolores de desaferentización o dolores observados en la algodistrofia. Es posible que la clonidina bloquee los dolores del miembro fantasma por los mismos mecanismos. La estimulación de los receptores alfa 2 del cuerno posterior, por la clonidina, puede modificar el balance establecido entre la actividad de las fibras A, B y C, que sería el origen de los dolores del miembro fantasma (55). El dolor fantasma y en el muñón pueden reducirse o abolirse con anestesia local contralateral en los puntos de hiperalgesia. Los efectos beneficiosos de la anestesia local contralateral en este tipo de dolor parecen ser a largo plazo. No existe una explicación para describir la eficacia terapéutica de la anestesia local contralateral, quizá la inhibición central sea la posibilidad más contundente (79). 4.6. Terapia psicológica Varias técnicas psicológicas han sido descritas como tratamiento en pacientes amputados que no presentaban alteraciones psiquiátricas mayores. Entre estas técnicas tenemos: biorretroalimentación, distracción, psicoterapia, reafirmación del comportamiento, aseguramiento vocacional, relajación, hipnoterapia, modificación, psicoterapia de grupo, terapias cognitivas, terapias conductistas (1,12,18,28). Estas 73 técnicas facilitan la adaptación al dolor crónico y a un cambio en la imagen corporal (12). Con el pretratamiento se pretende preparar al paciente para un cambio en la imagen corporal, cuidados y tratamiento del muñón, presentación de la prótesis, anticipación de complicaciones como el miembro fantasma y explicación del proceso de rehabilitación (12). La hipnosis y las drogas antidepresivas son la base para controlar el dolor del miembro fantasma asociado con trastorno de estrés postraumático (52). Existen trabajos en los cuales se recurre a la reconstrucción cognitiva a través de la hipnosis. A l principio se crea la imagen del miembro fantasma movible y del mismo tamaño que el miembro sano. Al paciente se le dice que el propósito de la hipnosis es relajarle y darle movimiento al miembro fantasma. A los meses el dolor ocurre, sólo, intermitentemente, y al tiempo, sólo, infrecuentemente. Con la imagen del miembro fantasma desaparecida a lo largo de todo el día, la severidad del dolor mejora significativamente (52). Otros trabajos han demostrado una relación entre el uso de “estrategias para superar el dolor”, el nivel de dolor, y las alteraciones psicológicas experimentadas en pacientes con un síndrome de dolor crónico (18,27). Las actividades, cognitivas y/o comportamentales, emprendidas por el individuo con el fin de mejorar y/o controlar la reacción emocional al dolor, son colectivamente descritas bajo el nombre de “estrategias superadoras”. Las “estrategias para superar problemas cognitivos” se refieren al uso de técnicas que influyen en el dolor a través de una idea del individuo, por ejemplo, con la distracción de la atención, o reinterpretando las sensaciones del dolor. Las “estrategias para superar problemas del comportamiento” se refieren a las técnicas que lo modifican de forma evidente, tal como salir a pasear o reunirse con los amigos (27). Es posible que el incremento de la actividad esté asociado con una reducción en el dolor del miembro fantasma, en otros casos, el incremento de la actividad puede irritar neuronas en el muñón amputado, y por tanto exacerbar el dolor (Sherman 1989). A d emás, el incremento de la actividad, con frecuencia, agrava otras condiciones médicas en los puntos proximales de la amputación, como por ejemplo las artropatías. También la estimulación del muñón de amputación, a través del incremento de la actividad, puede alterar los aspectos cualitativos del dolor en el miembro fantasma sin una reducción en la intensidad (18). 74 A. VA Q U E R I Z O R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, Suplemento II, Septiembre 2000 4.7. Tratamiento quirúrgico 4.7.1. Cirugía periférica Los síndromes sensitivos postamputación no están influenciados por el tiempo transcurrido desde ella. La elección cuidadosa del nivel de amputación que resuelva las dificultades de curación de la herida, consecuencia de la isquemia e infección que dan lugar a atrofia y fibrosis, pérdida de calcio por el hueso del muñón, oclusión vascular y degeneración nerviosa, pueden proporcionar un futuro mejor a los pacientes amputados (13). El dolor del muñón se puede aliviar: a) evitando la presión de la prótesis sobre el neuroma; b) resecando el neuroma que está situado en el área de presión; c) utilizando procedimientos neuroquirúrgicos como la estimulación de nervios periféricos en pacientes adecuadamente seleccionados (1,5,11 , 1 2 ) . El manejo quirúrgico del dolor del miembro fantasma incluye estimulación nerviosa periférica, coagulación termocontrolada de la médula espinal, y estimulación espinal (34). 4.7.2. Cirugía central El tratamiento quirúrgico está diseñado para interrumpir la transmisión nociceptiva en el cerebro, la médula espinal y las interconexiones de los nervios periféricos. Lo principal es el cese del dolor del miembro fantasma preexistente (7). Existen trabajos en los que se plantean el abordaje neuroquirúrgico consistente en la interrupción de vías nerviosas a varios niveles, rizotomía, lesiones en la zona de entrada de las raíces dorsales (DREZ), cordotomías, talamotomías, simpatectomía, resección cortical, tractotomía cervical alta, lesiones cinguladas anteriores, lobotomía prefrontal, lobectomía post-central, lobotomía parietal, ablación post-central de circunvoluciones cerebrales, (1,12,22,34,52,56,80,81), algunas de ellas han tenido un éxito limitado. Los efectos beneficios de la cordotomía anterolateral disminuyen rápidamente después de 6 meses. Estos efectos disminuyen porque la médula espinal contiene una red de fibras interconectadas que eventualmente asumen las mismas funciones espinales de los tractos mayores cortados. Igualmente se han obtenido pobres resultados tras la cordotomía posterior y la rizotomía, que consiste en el corte de las raíces dorsales de la médula espinal (7). La lesión de las áreas DREZ compromete la sustancia gelatinosa del asta dorsal incluyendo la lámina V de Rexed y el tracto suprayacente de Lissauer. Se piensa que aquí hay una convergencia e integración de las entradas sensoriales desde muchos niveles espinales, y que, particularmente, desconectan y desinhiben neuronas en esta área generando señales aberrantes experimentadas como dolor (34). El área de destrucción se extiende desde la superficie dorsal de la médula espinal a las raíces de entrada en la profundidad de las láminas V y VI. Estas láminas consisten en sinapsis neuronales que transmiten información sensorial somática y visceral. La lesión de la DREZ ha demostrado ser eficaz con analgesia satisfactoria en el 65%, aproximadamente, de los pacientes con dolor en el miembro fantasma, pero no en el dolor del muñón sólo (82). La lesión de la DREZ resulta ser más prometedora para pacientes con amputación traumática que en cánceres o en insuficiencia v a s c u l a r. Las complicaciones de este procedimiento incluyen movimientos involuntarios (que pueden ser tratados con blacofeno), impotencia e incontinencia rectal o urinaria (7). La estimulación profunda del cerebro, vía estereotáxica, implantando electrodos ha sido usada de manera restrictiva en casos de dolor postamputación intratables. Con el núcleo sensorial del tálamo, sustancia gris periacueductal o cápsula interna como diana, un estudio europeo informó que el 86% de 30 pacientes consiguió alivio del dolor (34). 4.8. Resumen Los métodos más prometedores en la prevención del dolor del miembro fantasma consisten en, el bloqueo epidural antes de la intervención para reducir el dolor preamputación, o anestesia regional postoperatoria continua a través del bloqueo de la vaina nerviosa. La severidad del dolor fantasma debería ser valorada junto con la razón de la amputación, en orden a planear el tratamiento más adecuado. Si es leve, se podría tratar con métodos poco invasivos como TENS o analgésicos orales. Si el dolor es severo el fentanilo subaracnoideo y opiáceos epidurales, anestésicos locales o ambos, pueden ayudar a aliviar el dolor. Aunque no directamente involucrados en los mecanismos del dolor fantasma es importante considerar el estado psicológico del paciente. Como en otros procesos crónicos la percepción de la intensidad del dolor puede estar relacionada con el estrés, la ansiedad, el cansancio y la depresión (7). El cirujano debe evitar el innecesario traumatismo de los tejidos y la lesión accidental de nervios durante la amputación. La hemostasia meticulosa ha de se- DOLOR POSTAMPUTACIÓN guirse con un vendaje rígido. Hay evidencia de que la prevención del dolor, antes y después de la cirugía, minimiza el riesgo de la persistencia postoperatoria del dolor en el miembro fantasma. El dolor postoperatorio debería ser evaluado precozmente, no hay que esperar al desarrollo de un síndrome doloroso establecido antes de iniciar un tratamiento agresivo. El tratamiento temprano es la interrupción de los reflejos simpáticos anormales y el bloqueo químico simpático central realizado como test diagnóstico y como procedimiento terapéutico. El pronóstico puede estar relacionado con el efecto del bloqueo simpático: a) un bloqueo puede producir un alivio total; b) un bloqueo puede producir alivio tolerable; c) la duración del primer bloqueo puede exceder la expectación inicial y los bloqueos repetidos pueden originar mayor alivio progresivamente; d) la duración del primer bloqueo puede exceder la expectación y los siguientes producir un alivio más corto progresivamente; e) el bloqueo puede proporcionar alivio, solo, durante la duración esperada del agente anestésico utilizado. Para las tres primeras cuestiones, una serie de bloqueos químicos simpáticos centrales originarían la resolución del síndrome doloroso y podría no ser necesario el posterior tratamiento con otros procedimientos. La estimulación eléctrica transcutánea sería considerada para los pacientes cuyo dolor persiste después del bloqueo simpático químico central. Stilz y Carron han mostrado un incremento cutáneo de la temperatura de la piel de 1,5 a 2,5 ºC con esta técnica. Algunas investigaciones científicas han implantado electrodos para estimular células en la sustancia gris periacueductal y periventricular relacionadas con las beta endorfinas y obtener analgesia. La inyección percutánea de triamcinolona alrededor del neuroma después de un bloqueo cutáneo con lidocaína al 2%, alivia los síntomas dolorosos en el 50% de los pacientes después de una inyección, y en el 80% de los pacientes después de inyecciones repetidas. La anestesia puede ser necesaria en las áreas gatillo al comienzo del tratamiento. La estimulación eléctrica transcutánea alcanza a estimular selectivamente a los axones mielinizados largos y controla el dolor por la activación de mecanismos inhibidores (38). 75 BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11 . 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. C o rre s p o n d e n c i a . 21. Alfonso Vaquerizo Gareta C/ Pablo Ruiz Picasso, 53, 6º K Telf. 976-733-511 50015 Zaragoza 22. 23. Gilbert R, Gonzáles MD. Dolor en los miembros fantasma y dolor de muñón. Rev Soc Esp Dolor 1996; 3: 283-289. Nathanson M. Phantom limbs as reported by S. We i r Mitchell. Neurology 1988; 38: 504-505. Carlen PL, Wall PD, Nadvorna H, Steinbach T. Phantom limbs and related phenomena in recent traumatic amputations. Neurology 1978; 28: 211 - 2 1 7 . Melzack R. Phantom limbs. Sci Am 1992; 226: 9096. Bailey AA, Moersch FP. Phantom Limb. Can Med Assoc J 1992; 146: 1959-1965. Furukawa T. 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