UNA SATISFACCION MUDA Autora: Viviana Vasallo Profesora Depto. de Psicoanálisis Maestranda en Psicoanálisis Dado que mi tesis de maestría gira en torno al estudio psicoanalítico de los fenómenos de autoescoriación y tricotilomanía, tal como se presentan en los cuadros dermatológicos, intentaré desplegar algunas cuestiones respecto a este tema. Esta investigación parte de la práctica clínica en la que se presentan estos fenómenos, que escapando a toda explicación médica, y sin mediar enfermedad orgánica alguna, desafían cualquier interrogación sobre los mismos. Dos temas fundamentales orientan la investigación: la relación de estos fenómenos con la pulsión, y su relación con la satisfacción. Estos temas se plasman en dos hipótesis, una principal: "En las autoescoriaciones y tricotilomanías la pulsión presenta un recorrido diferente al del síntoma neurótico" , y una hipótesis subrogada: "Estos fenómenos comprenden un modo particular de satisfacción, un goce específico" . La hipótesis principal, se sostiene entendiendo la pulsión como concepto articulado al de significante. Desde esta perspectiva no se trataría de pensar estos fenómenos como patologías por deficit de la pulsión, o en donde falla la dimensión simbólica de la pulsión, sino de interrogar si estos fenómenos no representan en sí mismos un destino pulsional diferente al del síntoma. . Destino que promueve un encuentro con el objeto, devenido lo real del cuerpo. Satisfacción de un cuerpo no atravesado por el significante. Satisfacción no orientada por el principio del placer, sino por el goce, satisfacción del lado del exceso y del estrago. El objeto aparecería como no perdido, despojado de su carácter metafórico, indicando que hay un goce al cual no se renunció. Otro modo posible de pensar la relación con el objeto es suponer estos fenómenos como intentos brutales, fallidos, de perder el objeto, de expulsarlo, (al igual que en la bulimia), marcando en el cuerpo una pérdida, un agujero (ajeno a toda simbolización), para que el objeto aparezca como resto. Se trataría de un tratamiento de lo real por lo real mismo. EL CONCEPTO DE VERWERFUNG Y LA FALTA INAUGURAL DE OBJETO En el seminario de Las Psicosis Lacan propone dar cuenta de la psicosis a partir de lo que llamará la forclusión del significante ser-padre (significante del Nombre del Padre). Introduce el término forclusión para retraducir el termino freudiano verwerfung.. La lectura que se hizo de este seminario llevo a establecer una relación excluyente entre el concepto de forclusión y el de psicosis. Sin embargo ni en Freud ni en Lacan aparece tal relación excluyente. La verwerfung viene a dar cuenta de una multiplicidad de fenómenos clínicos que guardan entre sí profundas diferencias pero que son puestos en serie merced a la idea de que en todos ellos alguna articulación necesaria a la estructura de lo simbólico como tal, a la relación entre los tres registros no se ha producido o a quedado suspendida, eclipsada. La verwerfung nombra entonces una suerte de degradación de lo simbólico. Lacan plantea que en el inconciente no todo está reprimido, sino que existe un momento previo, una Bejahung (afirmación) primordial, una admisión en el sentido de lo simbólico, que puede a su vez faltar. Aquí introduce el término Verwerfung (exclusión). Lo que cae bajo la acción de la represión retorna bajo la forma de las formaciones del inconciente, lo que cae bajo la acción de la verwerfung reaparece en lo real, lo rehusado reaparece en lo real. Habría una falta inaugural del objeto, producida por la mortificación misma que el significante imprime a la cosa, y frente a la huella de esta pérdida originaria la alternativa sería: o hay bejahung o hay verwerfung de la marca que nombra la expulsión del objeto en la estructura. La lectura de esta marca posibilitaría el duelo y la constitución de la fantasía. En los fenómenos que nos ocupan tendría lugar la verwerfung de la marca que indica la pérdida del objeto. Serían estos fenómenos que dan cuenta de la degradación de lo simbólico, donde alguna articulación necesaria a lo simbólico no se ha producido. Quedan suspendidos los avatares que promueve la pérdida del objeto, y la respuesta del sujeto no toma un carácter sintomático. En la impulsión el objeto "cobra cuerpo" y pierde el carácter sustitutivo y variable, que lo caracteriza como elemento de la pulsión. Esta forclusión podría tener un carácter coyuntural, abriendo la posibilidad a una inscripción significante, que posibilite una salida sintomática (síntomas en espera), o tomar un carácter constituyente, sin posibilidad de apelación. Si la marca de la castración implica la pérdida del goce natural, en estos fenómenos faltaría esta pérdida. LA TEORIA DEL GOCE - LA PULSION Y LA PALABRA El concepto de goce atraviesa por diferentes momentos en la enseñanza lacaniana. Al comienzo la preocupación de Lacan está centrada en la importancia de la palabra y del lenguaje, del orden simbólico en la experiencia del inconciente. El lugar de la pulsión y de su satisfacción es imaginario, representan un obstáculo a la dimensión simbólica. En un segundo momento el concepto de pulsión aparece asociado al de demanda. La pulsión se expresa por la demanda, se trata de la "significantización del goce" , para Miller. Hay una trasposción de goce en deseo, y la satisfacción está del lado del deseo. A la altura del Seminario de La Etica, Lacan formaliza el goce como Das Ding, la Cosa, del lado de lo real, la verdadera satisfacción de la pulsión no está en lo simbólico, ni en lo imaginario sino en lo real. El goce es el del estrago, del exceso y se alcanza por trasgresión. Pero es en el Seminario XI : Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis, en donde se perfila el concepto de pulsión con mayor precisión, mientras que los desarrollos de Lacan acerca del goce, vertidos en el Seminario XX y en los posteriores, permitirían explicar este "modo de satisfacción", que no se corresponde con el pulsional. Lacan, siguiendo a Freud, plantea la pulsión como un dato radical de nuestra experiencia, que se presenta con un carácter irrepresible. Una ficción fundamental cuyos cuatro elementos aparecen disyuntos. Una fuerza constante que no puede asimilarse a una función biológica. La satisfacción, para Lacan, no siempre se alcanza llegando a la meta. Esta satisfacción es paradójica, entra en juego lo imposible. ..."Al dar con su objeto la pulsión se entera , precisamente, de que no es así como se satisface...""...porque ningún objeto de ningún Not, necesidad, puede satisfacer la pulsión..." La pulsión contornea el objeto, le da la vuelta y en este "tour" se satisface. Si la satisfacción se procura contorneando el objeto y la pulsión se caracteriza por este carácter circular, por este este trayecto, el mismo concepto de pulsión lleva implícito el reconocimiento de la pérdida del objeto. Por lo tanto cualquier rechazo de esta pérdida contradeciría el concepto mismo de pulsión. La pulsión aparece inscripta en relación a un cuerpo, diferenciada del organismo, cuerpo erogeneizado, marcado por el significante. Se trata del goce de un cuerpo significantizado. La pulsión se expresa en la demanda, y el deseo aparece ligado a la demanda. En su libro "El lenguaje, aparato de goce", Miller plantea que el discurso del paciente es un texto que se ofrece a la escucha del analista. El problema se plantea cuando esta escritura toma la forma de un jeroglífico, o de una escritura en el cuerpo, y más aún cuando lo que falta es esta dimensión de escritura, como ocurre en los fenómenos mencionados. Intentamos correlacionar la mudez de la palabra con la mudez de la pulsión. Lacan diferencia lalengua y el lenguaje. Lalengua es aquello en lo que se volverá el lenguaje a través de la escritura, sujeta al equívoco, el inconciente está hecho de lalengua, cuya finalidad es una finalidad de goce. El principio de lalengua no es el querer decir (como el lenguaje), sino el querer gozar, . Y el motor de ese querer gozar es la pulsión.. La pulsión es un mensaje con un vocabulario propio, que se vehiculiza en la demanda. La pulsión aparece como un querer gozar, pero siempre bajo el dominio de un querer decir. "...Donde eso habla eso goza,,,eso goza al hablar..." La pulsión es una demanda en donde resalta el corte signficante. Por eso para Miller "la pulsión es palabra", aparece asimilada a una cadena significante. CONCLUSIONES: Hemos tratado de plantear que el goce no es solamente satisfacción de la pulsión, sino que existe un goce más allá de la pulsión, que se presenta en fenómenos como los descriptos y en todos aquellos que supongan una degradación de lo simbólico, o una falla en la articulación de los tres registros. El reconocimiento de la pérdida inaugural del objeto, de la castración, de la imposibilidad de la relación sexual es solidario a un destino pulsional, y la falta de este reconcocimiento caracteriza otro destino diferente. La palabra vehiculiza el goce, pero también salvaguarda del goce. Hay un goce sujetado a la palabra y un goce más allá de la palabra. El S1 conmemora una irrupción de goce, pero circunscribe esa irrupción de goce en la localización de un significante. En estos fenómenos se trataría de una irrupción de goce sin significantizar. Viviana Vassallo ABSTRACT Teniendo en cuenta la experiencia clínica con fenómenos de autoescoriación y tricotilomanía, intentamos plantear la relación de estos fenómenos con la pulsión y con el goce. Consideramos que el destino pulsional en este caso es solidario de la verwerfung de la pérdida del objeto, planteando una degradación de lo simbólico. Siendo la pulsión un concepto asociado a la palabra, relacionamos estos fenómenos por fuera de la palabra, como testimonios de un goce diferente al goce pulsional presente en el síntoma neurótico. CURRICULUM VITAE VIVIANA VASSALLO Lic. en Psicología. Profesora del Departamento de Psicoanálisis de la Universidad John F. Kennedy. Investigadora del Master en Psicoanálisis (Universidad John F.Kennedy). Miembro del Equipo de Psicodermatología de la Cátedra de Dermatología del Hospital de Clínicas.