Lección 11 10 al 17 de marzo Las moscas muertas y el ungüento «Las moscas muertas apestan y echan a perder el perfume. Pesa más una pequeña necedad que la sabiduría y la honra juntas». Eclesiastés 10: 1 Sábado 10 de marzo ¿Eres un águila o un urogallo? INTRODUCCIÓN Eclesiastés 10 En su libro, Living on the Ragged Edge (Viviendo al límite), Charles Swindoll relata la historia de un pichón de águila que nace en un gallinero. El aguilucho no aprende a reconocer su verdadera identidad y cree que es una gasllina. Un día observa a un águila que sobrevuela el lugar donde se encuentra, y suspira contemplando las magníficas habilidades del águila. «¿Qué ave es esa?», pregunta a una gallina. «¡Esa es un águila, la reina de todas las aves! Pero, ni la mires. Tú nunca serás como ella». Debido a esa respuesta, el aguilucho pasó el resto de su vida sin estirar sus alas y murió creyendo que era una gallina. Lo mismo nos puede pasar a nosotros cuando tomamos decisiones poco inteligentes, que nos pueden crear limitaciones. Quizá no lo echemos de ver de inmediato, pero llegará el tiempo cuando nos daremos cuenta de que una decisión necia nos va a impedir lograr algo importante. A lo mejor es algo tan sencillo como asistir a demasiadas actividades sociales en vez de estudiar para una clase difícil. El resultado final será una baja calificación, que probablemente no sea algo crítico para nuestras vidas. Sin embargo, si tomamos una serie de decisiones atolondradas estableceremos un patrón negativo que nos convertirán en un ave de corral, aunque hayamos nacido para ser águilas. En la lección de esta semana examinaremos lo que Salomón tiene que decir acerca de las decisiones prudentes y las insen- ¿Estás listo a dirigir tu vista al cielo para lanzarte en raudo vuelo? satas. Salomón tuvo sus momentos cuando actuó sabiamente, pidiéndole a Dios que le diera inteligencia. Sin embargo, en otras actuó insensatamente, como cuando alardeó ante gobernantes extranjeros de los tesoros de oro y plata de su reino (1 Rey. 10). Es fácil imaginar cómo se lamentaría el rey, mientras escribía lo que hoy conocemos como Eclesiastés 10, por todos los desaciertos de su vida. Como Salomón también podemos atascarnos en los errores del pasado de manera que no recordemos las decisiones sabias que también hemos tomado. Esta semana, examinaremos asimismo las posibles diferencias entre las decisiones insensatas y las actitudes inmaduras. Al aprender a tomar decisiones acertadas, podremos extender gradualmente nuestras alas hasta alcanzar el potencial de vuelo que Dios nos ha concedido. ¿Estás listo a dirigir tu vista al cielo para lanzarte en raudo vuelo? ¿O prefieres continuar reptando por la vida, con tu mirada fija en el suelo? Justin Wagner, Great Barrington, Massachusetts 107 Domingo 11 de marzo LOGOS Eclesiastés 10; Éxodo 16: 7, 8; Números 12; 1 Reyes 2: 13-25; Proverbios 24: 17; Mateo 5: 43, 44 El principio del fin Cuando Salomón decidió pedirle sabiduría a Dios, el Señor se la concedió. Sin embargo, hubo una serie de asuntos de menor cuantía que comenzaron a conspirar en contra de aquel talento. El rey tomó una serie de decisiones menores que pensó no iban a tener ningún impacto en su reinado. Decidió rodearse de setecientas esposas y trescientas concubinas. Esto probablemente le parecía algo apropiado para un monarca sabio y poderoso. Después de todo aquellos matrimonios representaban alianzas con naciones vecinas. De lo que Salomón no se daba cuenta fue de que aquellas mujeres comenzaron a afectar su forma de pensar. Poco a poco los deseos de ellas, sus pedidos y sus maquinaciones empezaron a socavar la relación del rey con Dios, que dejó de percibir con claridad las indicaciones divinas. De allí que comenzara a desviarse de la senda de rectitud y a transitar por el sendero de los necios. Luego, ya hacia el final de su vida, Salomón se dio cuenta que había realizado algunas soberanas necedades. Posiblemente, él creyó que al poner por escrito su remordimiento, podría evitar que otros cometieran los mismos errores. Quizá deseaba dejar más que un legado de necedades al aconsejar a los lectores que tomaran decisiones guiadas por la sabiduría celestial. Utiliza tu cerebro (Ecl. 10: 1-4) En el capítulo 10 de este libro de Salomón utiliza un método pedagógico 108 Tomar decisiones según la sabiduría celestial “inteligente”. Intenta que el lector utilice su razonamiento al emplear una variedad de temas, consejos y observaciones. En los versículos 1 al 4, Salomón prepara el escenario al describir las diferencias entre una persona inteligente y un necio. Pretende llamar la atención de los lectores mediante una imagen gráfica. Desea que entendamos que no hace falta mucha necedad para arruinar nuestras vidas. La descripción que el Predicador hace de las diferencias que existen entre la inteligencia y la necedad llega al mismo meollo del asunto en los versículos 2 y 3. Nos indica que la gente inteligente hace de forma natural lo correcto, y que los necios de la misma manera hacen lo incorrecto. ¿Cómo pueden ser las acciones incorrectas algo natural? Cuando alguien comienza a desarrollar un hábito, se crean patrones en el cerebro. Cada vez que la acción habitual se repite, los patrones conductuales se van constituyendo en parte de la conducta. Después de cierto tiempo, el hábito en cuestión se convertirá en algo natural, ya sea una acción insensata, o una inteligente. Las decisiones implican consecuencias (Prov. 24: 17; Ecl. 10: 5-11; Mat. 5: 43, 44) Salomón estaba preocupado, aunque a la vez expresa cautela en los versículos 5 al 11. En estos textos hay una pregunta implícita: ¿Por qué hay tanta gente incompetente ocupando puestos de responsabilidad? Quizá tú tengas las mismas credenciales que ellos, pero fuiste pasado por alto. Esto duele y nos molesta. Si algo así te ha sucedido, quizá sea necesario preguntarse: ¿Cuál es una respuesta inteligente ante una situación de esta índole? Es importante que nos tomemos el tiempo para pensar en una respuesta realmente inteligente para dicha pregunta, a fin de no salir con una necedad. En los versículos 8 al 11, Salomón examina los pequeños detalles de la vida cotidiana y analiza el proceso de la toma de decisiones prudentes. Si estás muy ocupado elaborando una trampa para que alguien tropiece, ten cuidado. Puede ser que tú mismo seas la víctima. Esto ha sucedido en innumerables ocasiones. Alguien está tan ocupado preparando el fracaso de otra persona que sin darse cuenta se convierte en la víctima. El consejo apropiado en este caso sería: Ora por tus enemigos. Proverbios 24: 17 nos dice que no nos alegremos si nuestro enemigo tropieza; Jesús nos dijo también que debemos orar por nuestros enemigos (Mat. 5: 43, 44). Salomón nos advirtió que aun cuando tratemos de hacer el bien, habrá peligros en nuestra tarea. Jim Elliot, misionero entre los indios aucas, trató de hacer el bien llevándoles el evangelio. Pagó con la vida sus buenas acciones. Pero su esfuerzo fue luego completado cuando otros misioneros llegaron a ministrarle a los aucas, instruyéndolos para que aceptaran el evangelio. Por qué no da resultados actuar como un necio (Ecl. 10: 12-15) Salomón llega directamente al corazón con el mensaje que se encuentra en los versículos 12 al 15, al comentar que los necios se destruyen con sus propias palabras. Resalta el hecho de que los insensatos comienzan con necedades y terminan con profundas sandeces. La necedad tiene un resultado acumulativo, cuanto más se manifiesta, más crece hasta llegar al punto cuando no puede ser controlada. Ora por los dirigentes (Ecl. 10: 16-20; Éxo. 16: 7, 8; Núm. 12; 1 Rey. 2: 13-25) Salomón concluye su discurso acerca de los necios hablando de los dirigentes. ¿Estaba hablando de sí mismo? Su sabio consejo es que debemos ser cuidadosos al maquinar algo contra aquellos que nos gobiernan. Quizá estaba recordando el intento de Adonías para oponérsele (1 Rey. 2: 13-25). A lo mejor no estemos de acuerdo con quienes detentan el poder, pero Dios espera que sus seguidores utilicen su buen sentido y confíen en él. En los libros de Éxodo y en Números se muestra el desagrado de Dios hacia quienes conspiraron contra sus dirigentes (Éxo. 16: 7, 8; Núm. 12). Para los cristianos, una respuesta inteligente implica confiar que Dios es quien todo lo controla, aun cuando no lo parezca. Quizá como Salomón, deberíamos orar a diario a fin de decidir sabiamente entre lo correcto y lo incorrecto, así como para recibir inteligencia de lo alto. PARA COMENTAR 1. ¿Cómo puedes tomar decisiones utilizando la sabiduría celestial? ¿Hay cosas en tu vida que se oponen a la misma? De ser así, ¿en qué consisten? ¿Cómo puedes combatirlas? 2. ¿Por qué resulta tan difícil tomar buenas decisiones? ¿Por qué parece ser tan fácil tomar decisiones equivocadas? Gary Wagner, Great Barrington, Massachusetts 109 Lunes 12 de marzo La necedad destruye todo bien futuro TESTIMONIO Proverbios 3: 13, 17; Eclesiastés 10: 5, 6, 17; 9: 18 «El arrepentimiento de Salomón fue sincero; pero el daño de su mal ejemplo, no podía ser deshecho. Durante su apostasía hubo en el reino hombres que permanecieron fieles a su cometido, y conservaron su pureza y lealtad. Pero muchos fueron extraviados; y las fuerzas del mal desencadenadas por la introducción de la idolatría y de las prácticas mundanales, no las pudo detener fácilmente el rey penitente. Su influencia en favor del bien quedó grandemente debilitada. Muchos vacilaban cuando se trataba de confiar plenamente en su dirección. Aunque el rey confesó su pecado y escribió, para beneficio de las generaciones ulteriores, el relato de su insensatez y arrepentimiento, no podía esperar que fuese completamente destruida la influencia funesta de sus malas acciones. Envalentonados por su apostasía, muchos continuaron obrando mal, y solamente mal. Y en la conducta descendente de muchos de los príncipes que le siguieron, puede rastrearse la triste influencia que ejerció al prostituir las facultades que Dios le había dado. »En la angustia de sus amargas reflexiones sobre lo malo de su conducta, Salomón se sintió constreñido a declarar: “Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; mas un pecador destruye mucho bien”. “Hay un mal que debajo del sol he visto, a manera de error emanado del príncipe: la necedad está colocada en grandes alturas”. “Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor el perfume del perfumista: así una pequeña locura, al estimado por sabiduría y honra”. (Ecl. 9: 18; 10: 5, 6, 1). 110 »Entre las muchas lecciones enseñadas por la vida de Salomón ninguna se recalca tanto como la referente al poder de la influencia para el bien o para el mal. Por limitada que sea nuestra esfera, ejercemos una influencia benéfica o maléfica. Sin que lo sepamos y sin que podamos evitarlo, ella se ejerce sobre los demás en bendición o maldición. Puede ir acompañada de la lobreguez del descontento y del egoísmo, o del veneno mortal de algún pecado que hayamos conservado; o puede ir cargada del poder vivificante de la fe, el valor y la esperanza, así como de la suave fragancia del amor. Pero lo seguro es que manifestará su potencia para el bien o para el mal».1 «Los caminos de la sabiduría “son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz”. Medite todo joven que tiene ante sí posibilidades de un destino superior al de reyes coronados en la lección transmitida por las palabras del sabio: “¡Bienaventurada tú, tierra, cuando […] tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas y no para beber!”»2 PARA COMENTAR 1. ¿Debería Salomón ser tenido como responsable por sus actos insensatos si después de arrepentirse pidió perdón, e intentó llevar a quienes lo rodeaban de vuelta a las sendas de rectitud? 2. Si tenemos un reducido círculo de amigos, ¿cómo puede nuestra influencia impactarlos? 3. ¿En qué consisten las sendas de sabiduría y de paz? _______________ 1. Profetas y reyes, pp. 62, 63. 2. La educación, p. 206. Ashley Wagner, Great Barrington, Massachusetts La literatura sapiencial de Salomón EVIDENCIA Eclesiastés 10 El libro de Eclesiastés resulta bastante controversial. En la comunidad académica no existe un consenso en cuanto a su autoría. ¿Escribió Salomón en realidad esta obra? ¿O fue alguien el que años después trató que sus escritos pasaran como que eran de Salomón? No obstante, ¿por qué alguien haría eso? Ni siquiera estaba en juego un jugoso contrato o regalías que habrían de pasar de generación en generación. La mayor parte de los eruditos están de acuerdo en atribuirle el libro a Salomón. Afirman que los pocos elementos cuestionables podrían ser explicados sobre la base de una cuidadosa investigación, así como mediante algunos pequeños detalles que generalmente se pasan por alto. Es interesante que antes del Siglo de las Luces, es decir, el siglo XVIII, la autoría del libro de Eclesiastés no había sido cuestionada. Los judíos consideraban que el libro era inspirado hasta el punto de que era leído durante el tercer día de la Fiesta de los Tabernáculos. Igualmente, considerando la que era inspirado, era incluido en el Talmud y en la Mishná. Josefo en sus escritos le atribuye el libro a Salomón. Y así lo creyó la iglesia primitiva. En el mundo actual, el libro de Eclesiastés equivale, de algún modo, a la lectura de un diario personal. Salomón era probablemente un anciano cuando registró sus ideas. Algunos de los pasajes de la obra parecen provenir de alguien que ha sufrido Martes 13 de marzo mucho, y que se siente agotado y desilusionado. Aun así, a pesar de la desilusión y el desencanto, el autor está dispuesto a compartir sus consejos respecto al empleo del sentido común y de la inteligencia así como el rechazo de la necedad y la insensatez. Eclesiastés es parte de la literatura hebrea clasificada como “sapiencial”, un gran conjunto de obras literarias que recibió la influencia de la cultura egipcia, mesopotámica, cananea y fenicia. El papel de la literatura sapiencial era ofrecer a los lectores consejos prácticos para reformar, o hacer productiva, una vida maltrecha. El libro de Job es otro ejemplo de literatura sapiencial. Job presenta a los humanos luchando con las aflicciones para las que no existe explicación alguna. Salomón reconoció que lo mejor que pudo solicitar y recibir de Dios fue sabiduría. Hoy podemos pedirle a Dios lo mismo. Tenemos también la ventaja de leer lo que Salomón aprendió así como la forma en que podemos aplicarlo a nuestras vidas. PARA COMENTAR 1. Si el consejo de un libro de la Biblia es apropiado, ¿debería importarnos quién lo escribió? 2. Los judíos pensaban que Eclesiastés era tan importante que decidieron incluir la lectura del mismo en la Fiesta de los Tabernáculos. ¿Reconocemos nosotros de la misma forma la importancia de este libro? ¿Por qué sí, o por qué no? 3. ¿Cómo podemos incorporar un mayor número de los consejos de Salomón a nuestra vida diaria? Jordan Wagner, Great Barrington, Massachusetts 111 Miércoles 14 de marzo Cómo tener un olor agradable CÓMO ACTUAR Eclesiastés 10: 1 Un día, hace ya algunos años, notamos que había un olor desagradable en nuestra casa. Según iba transcurriendo tiempo el olor se hacía más penetrante. Era algo que se notaba nada más entrar por la puerta. Finalmente descubrimos la causa. Un ratón se había introducido en nuestro viejo piano y allí había muerto. Si hay algún mal olor en tu vida, no permitas que tu nariz se acostumbre, y ya ni lo notes. Aquella pequeña “fuente” de mal olor había transformado nuestra casa en un sitio en extremo desagradable. Nadie le prestaba atención al cómodo sillón tapizado, a la chimenea, a los cuadros de la pared. Inclusive, la deliciosa comida de mi mamá tampoco nos atraía. Nuestra casa tenía todos los elementos de un ambiente acogedor. Pero un pequeño detalle lo arruinaba todo. Nuestro carácter es algo similar. Aunque yo posea muchas características positivas, ¿habrá acaso algún pecadillo, algún error que esté infectando mi vida? La buena higiene, tanto física como espiritual, no se logra por accidente. Debemos observar algunas recomendaciones para “oler bien”. 1. Mírate desde fuera. Si hay algún mal olor en tu vida, no permitas que tu nariz 112 se acostumbre, y ya ni lo notes. Trata de examinar tu comportamiento en la misma forma en que otra persona lo evaluaría. Piensa en tus padres, maestros, compañeros, el dependiente de la tienda. ¿Será que tu actitud es la de una persona “hedionda”? 2. Busca por los rincones. Tu análisis debe ser profundo. No todas las fuentes de malos olores son fáciles de identificar. Al igual que el ratón oculto en el piano, el pecado puede estar muy escondido. No mostramos nuestras actitudes egoístas siempre que podemos evitarlo. Algunas veces, tratamos de engañarnos pensando que somos casi perfectos. 3. No trates de ignorarlo, ¡no desaparecerá por sí solo! Apretarte la nariz, o salir a dar una vuelta no es una solución al problema. El mal olor existe a causa de la podredumbre del pecado. ¡Tienes que hacer algo al respecto! 4. Llama a un exterminador. Jesús es el exterminador por excelencia. No solamente destruye al pecado, sino que elimina los restos del mismo. Lo mejor de todo es que nos protege para que no nos contaminemos nuevamente. El Señor sabe que no somos perfectos, o, más bien diríamos, impecables. Sin embargo, nuestra meta es conocer a Jesús. Cuanto mejor lo conozcamos, más nos pareceremos a él: limpios, puros, sin mancha. Así que miremos a Jesús. Él conoce mi potencial, tu potencial, así como todas mis faltas... y todas las tuyas. Y, a pesar de todo ¡me ama!, ¡te ama! Carrie Purkeypile, Lincoln, Nebraska ¡No hay moscas muertas en mi ungüento! OPINIÓN Eclesiastés 7: 1, 10 La primera ilustración que aparece en el capítulo 10 de Eclesiastés hace que el lector se retraiga mentalmente. La imagen de una mosca muerta es repulsiva, pero en un perfume de olor agradable, se convierte en algo repugnante. En Eclesiastés 7: 1, Salomón compara el buen nombre con un perfume fragante. Aquí en el capítulo 10, le presenta al lector la imagen de una mosca muerta en uno de aquellos ungüentos perfumados de la antigüedad. ¿Te has dado cuenta lo rápido que el nombre de una persona puede mancharse en cuanto lleva a cabo una acción alocada? Como cristianos, debemos ser cuidadosos para solamente tomar decisiones que pongan en alto nuestro nombre, o el de la iglesia. Esto lo haremos no para acarrearnos gloria, sino para glorificar un nombre sobre todo nombre: el de Jesús. Ya sea que estemos depositando un voto por un dirigente nacional, o por un anciano de iglesia, utilicemos el sentido común. Averigüemos lo que podamos respecto a esa persona, ¿Es su vida un ejemplo de las normas que consideras valiosas? Si ellos afirman ser cristianos, ¿es algo evidente, o será acaso un rasgo que nunca lo habrías identificado si no te lo hubieran dicho? Recuerda, tu voto en toda elección es importante y repercutirá en la forma en que la iglesia o la nación se han de desempeñar. Salomón no escatima palabras cuando se dirige a los obreros en los versículos 8 al 11. Su consejo es: si tu hacha necesita ser afilada, saca el tiempo para hacerlo, no sea Jueves 15 de marzo que te lastimes. No te apresures en el trabajo para que no pierdas de vista tu objetivo. Si lo haces, harás el ridículo ante quienes estás tratando de impresionar con tu buena actuación. Hay diversas maneras en que puedes convertirte en un comunicador inteligente. Escoge palabras juiciosas que tengan sentido, en vez de expresiones destructivas que estimulen comportamientos negativos. Probablemente te has encontrado con interlocutores que se comportan como si fueran los más cualificados expertos en el ámbito mundial, y se consideran expertos en todos los temas habidos y por haber. Para empeorar el asunto, no le dan a nadie la oportunidad de participar. Después de algún tiempo, demuestran que no tienen la más mínima idea de lo que están hablando. Utiliza palabras mesuradas y asegúrate de que dices lo que piensas, y que piensas en lo que dices. Por último, no hables de forma altisonante. La gente se cansa de quienes siempre están tan ocupados hablando de sí mismos que no les alcanza el tiempo para nada más. El mundo está observando y “olisqueando” nuestro testimonio. ¿Hay moscas en tu ungüento? Si observamos cuidadosamente las recomendaciones de Salomón, la iglesia tendrá una mayor credibilidad al compartir a Jesús con un mundo perdido. PARA COMENTAR ¿Puede la gente que escoge la necedad y luego obtiene sabiduría, eliminar por completo los efectos de su actuación anterior? ¿Por qué sí, o por qué no? Deena Bartel-Wagner, Great Burrington, Massachusetts 113 Viernes 16 de marzo De aquí a la eternidad EXPLORACIÓN Tito 2: 11-13 PARA CONCLUIR Es fácil que te enfrasques tanto en las actividades cotidianas que pierdas de vista lo que estás haciendo. Hasta Salomón, el hombre más sabio de todos, cayó en esa trampa. No se dio cuenta de lo que le había pasado hasta que le echó un vistazo a su vida pasada. Pero nosotros que estamos mirando hacia el futuro, podemos hacer cambios que nos mantengan alejados de los desvíos en el camino. Necesitamos asegurarnos que Dios esté al frente y en el centro de nuestras vidas, de manera que nos guíe a cada paso del camino. Haz que cada paso cuente. Decide que vas a vivir con un firme propósito en mente. no puedas visualizar el cuadro. Analiza si es más fácil lograr algo cuando se visualiza el resultado final. ¿Cómo se puede relacionar esto con tu vida? • Selecciona un himno que realce tus objetivos cristianos. ¿Qué te parece si lo conviertes en tu favorito y lo tarareas en los momentos en que te sientas desorientado o desanimado? • Hacer una caminata de oración en tu centro de estudios, o en tu vecindario, con el fin de sembrar a tu paso pequeños papelitos con promesas bíblicas escritas en tu computadora. • Dibujar un dibujo alusivo a Eclesiastés 10, o imprimir en una hoja de color, y con letra de diseño los versículos que te hayan causado un mayor impacto. Colócalo en un lugar donde lo puedas ver a menudo, para que recuerdes tomar decisiones inteligentes que honren a Dios. CONSIDERA • Preparar un cronograma para tu vida. Incluye tus intenciones futuras, tus planes, actividades al servicio de Dios. Enumera tres objetivos que te mantendrán en la ruta trazada. • Armar un rompecabezas que esté con la parte de arriba hacia abajo, de forma que 114 PARA CONECTAR ✓ Profetas y reyes, caps. 1-6. ✓ John Ortberg, The Life You Always Wanted (La vida que siempre deseaste). ✓ Randy Maxwell, Si mi pueblo orara. Celeste Perrino-Walker, Rutland, Vermont “Jesús les contó... acerca de la necesidad de orar siempre, y no desmayar”. Lucas 18: 1 TODO LO QUE Elena G. de White DIJO DE La oración • Para aprender a orar como Jesús les enseñó a sus discípulos. • Para vivir orando y orando para vivir. • Para disfrutar plenamente de este precioso don.