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Derechos Fundamentales y libertades públicas Curso
2009-2010
Lección 4: Los derechos de las personas en su
dimensión social (IIª Parte)
Miguel A. Presno Linera
Profesor Titular de Derecho Constitucional
Universidad de Oviedo
presno@uniovi.es
http://presnolinera.wordpress.com
1
http://www.uniovi.es/contitucional/miembr/presno.htm
ÍNDICE
1. El derecho al honor y la libertad de expresión.
2. Las libertades de información y comunicación.
3. Las libertades ideológica y religiosa.
4. El derecho a la educación y la libertad de
cátedra.
2
LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA I
1) EN LA CE: “SE GARANTIZA LA LIBERTAD IDEOLÓGICA, RELIGIOSA Y DE CULTO DE
LOS INDIVIDUOS Y LAS COMUNIDADES SIN MÁS LIMITACIÓN, EN SUS
MANIFESTACIONES, QUE LA NECESARIA PARA EL MANTENIMIENTO DEL ORDEN
PÚBLICO PROTEGIDO POR LA LEY.
NADIE PODRÁ SER OBLIGADO A DECLARAR SOBRE SU IDEOLOGÍA, RELIGIÓN O
CREENCIAS.
NINGUNA CONFESIÓN TENDRÁ CARÁCTER ESTATAL.
LOS PODERES PÚBLICOS TENDRÁN EN CUENTA LAS CREENCIAS RELIGIOSAS DE LA
SOCIEDAD ESPAÑOLA Y MANTENDRÁN LAS CONSIGUIENTES RELACIONES DE
COOPERACIÓN CON LA IGLESIA CATÓLICA Y LAS DEMÁS CONFESIONES” (ART. 16).
2) EN EL CEDH: “1. TODA PERSONA TIENE DERECHO A LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO,
DE CONCIENCIA Y DE RELIGIÓN; ESTE DERECHO IMPLICA LA LIBERTAD DE CAMBIAR
DE RELIGIÓN O DE CONVICCIONES, ASÍ COMO LA LIBERTAD DE MANIFESTAR SU
RELIGIÓN O SUS CONVICCIONES INDIVIDUAL O COLECTIVAMENTE, EN PÚBLICO O EN
PRIVADO, POR MEDIO DEL CULTO, LA ENSEÑANZA, LAS PRÁCTICAS Y LA
OBSERVANCIA DE LOS RITOS.
2. LA LIBERTAD DE MANIFESTAR SU RELIGIÓN O SUS CONVICCIONES NO PUEDE SER
OBJETO DE MÁS RESTRICCIONES QUE LAS QUE, PREVISTAS POR LA LEY,
CONSTITUYAN MEDIDAS NECESARIAS, EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA, PARA LA
SEGURIDAD PÚBLICA, LA PROTECCIÓN DEL ORDEN, DE LA SALUD O DE LA MORAL
PÚBLICAS, O LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS O LAS LIBERTADES DE LOS DEMÁS”
(ART. 9).
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LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA II
Esta libertad ha sido considerada por el TEDH como “uno de los
fundamentos de una ‘sociedad democrática’ porque “el pluralismo
inherente a una sociedad democrática depende de ella” (asunto
Kokkinakis c. Grecia, de 25 mayo 1993).
Ese carácter fundamental se manifiesta en su grado de protección:
mientras la dimensión interna del derecho, la de tener o no tener una
religión o determinadas convicciones, tiene una protección absoluta al
no estar sujeta a cláusula de limitación, la dimensión externa (manifestar
o practicar la propia religión o convicciones), pueden ser objeto de
restricciones para salvaguardar algunos de los bienes señalados por el
párrafo segundo del artículo; un catálogo de fines legítimos menor al
previsto para otros derechos con cláusula de limitación (arts. 8,10 y 11).
En España, la vertiente religiosa ha sido desarrollada en la L.O. 7/1980,
de 5 de julio, de libertad religiosa.
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LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA III
TITULARES: todas las personas, nacionales o no, físicas y
jurídico-privadas. El TEDH parte de una concepción amplia
del ámbito de aplicación del art. 9 en beneficio de los
creyentes, pero también de “ateos, agnósticos, escépticos o
indiferentes” (asunto Kokkinakis).
OBLIGADOS: poderes públicos y particulares.
BIEN JURÍDICO PROTEGIDO: la garantía de la ausencia de
toda forma de coerción por razón de ideología o creencias.
DOBLE DIMENSIÓN: Interna y externa.
DOBLE FACETA: positiva y negativa.
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LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA IV
DIMENSIÓN INTERNA
La dimensión interna establece una garantía de inmunidad frente a los actos de
compulsión del Estado para adoptar un ideario o expresar pública adhesión al
mismo. Los autores del Convenio no sujetaron esta dimensión a la cláusula de
limitación del párrafo segundo. Sin embargo, los órganos de aplicación han
optado por tratar los supuestos que inciden en la dimensión interna como casos
de libertad de manifestación, para así poder valorar si las medidas
controvertidas encontraban justificación en una sociedad democrática.
Esta tendencia a eludir el carácter absoluto del fuero interno se aprecia en el
asunto Buscarini c. San Marino, de 18 de febrero de 1999, en el que se discutía la
compatibilidad con el CEDH de la legislación de San Marino que exigía a los
representantes electos un juramento sobre los evangelios para adquirir la
condición de diputado. El TEDH asumió que era un caso de libertad de
manifestación de creencias y entró a analizar si el juramento exigido era una
medida necesaria en una sociedad democrática; concluyó que había lesión
porque “sería contradictorio condicionar el ejercicio de un mandato que
pretende representar las diferentes visiones de la sociedad en el parlamento a
una declaración previa de compromiso con un determinado cuerpo de
creencias.”
6
LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA V
DIMENSIÓN EXTERNA
Se proyecta sobre la manifestación de las propias creencias a través de
alguno de los medios enumerados por el CEDH: el culto, la enseñanza,
los ritos o las prácticas. Para considerar determinado acto como una
práctica de una religión o creencia, no basta la mera afirmación subjetiva
sino que debe mostrarse una conexión directa entre el acto y el cuerpo
de creencias de que se trate.
Así, se han considerado formas de ejercicio del derecho, por ejemplo, el
sacrificio ritual de reses (asunto Asociación de culto israelita Cha'are
Shalom Ve Tsedek c. Francia, de 27 junio de 2000) o portar el velo
islámico (asunto Leyla Sahin c. Turquía, de 10 noviembre de 2005).
El TEDH ha advertido que “el artículo 9 no protege cualquier acto
motivado o inspirado por una religión o creencia” (asunto Kalaç c.
Turquía, de 1 julio de 1997), de modo que el ámbito de cobertura no
puede extenderse hasta cubrir la manifestación de cualquier idea, aún
firmes y profundas, como las sostenidas por una enferma incurable
acerca de la eutanasia (asunto Pretty c. Reino Unido, de 29 de abril de
7
2002).
LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA VI
FACETA POSITIVA
Se protege la libertad para tener y manifestar la ideología y creencias que cada
persona libremente adopte.
Amplia protección constitucional: “La libertad de configuración del legislador
penal encuentra su límite en el contenido esencial del derecho a la libertad de
expresión, de tal modo que nuestro ordenamiento constitucional no permite la
tipificación como delito de la mera transmisión de ideas, ni siquiera en los casos
en que se trate de ideas execrables por resultar contrarias a la dignidad humana
que constituye el fundamento de todos los derechos que recoge la Constitución
y, por ende, de nuestro sistema político…” (STC 235/2007, de 7 de noviembre).
En relación con el proselitismo, las posibilidades de regulación por el Estado
pasan por la distinción entre los actos de testimonio y divulgación de la propia fe
y el proselitismo abusivo que recurre “al ofrecimiento de ventajas materiales o
sociales con el objetivo de obtener incorporaciones a una Iglesia o a ejercer una
presión abusiva sobre las personas en situación de angustia o de necesidad”
(asunto Kokkinakis, cit.,). Los actos de proselitismo dentro del ejército por los
superiores jerárquicos no están protegidos por la libertad religiosa, por
constituir una presión abusiva dadas las especiales características del ámbito
castrense (asunto Larissis c. Grecia, de 24 de febrero de 1998).
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LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA VII
FACETA NEGATIVA
Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o
creencias.
El juramento o promesa para el acceso a los cargos públicos (STC
119/1990 y STEDH Buscarini c. San Marino, de 18 de febrero de 1999).
Según el TEDH el derecho a no declarar sobre las propias creencias
puede tener límites implícitos: “aunque la idea de un Estado decidiendo
en una sentencia la condición de las creencias personales e interiores
de un ciudadano es aborrecible, en este caso el demandante solicitaba
gozar de un derecho especial concedido por la legislación macedonia
por el que los musulmanes podían tomar fiesta en días especiales”, y
por ello, “no es opresivo ni entra en conflicto fundamental con la libertad
de conciencia exigir algún nivel de concreción cuando esa reclamación
se refiere a un privilegio o derecho no disponible en general y, si no se
presenta la prueba, llegar a una conclusión negativa” (asunto Kosteski c.
Antigua República Yugoslava de Macedonia, de 13 abril de 2006).
9
LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA VIII
EN LAS RELACIONES ENTRE PARTICULARES
Según el TC, no es inconstitucional que el día de descanso laboral sea,
en general, el domingo, si bien cabe pacto en contrario. Si se aceptó una
relación contractual no se puede eludir invocando este derecho, ni
siquiera por motivos sobrevenidos (STC 19/1985).
Los trabajadores no están obligados a revelar su adscripción sindical
(STC 292/1993).
Según el TEDH, el ejercicio de esta libertad está sujeto a las
modulaciones derivadas de la propia situación laboral o profesional del
demandante. Las limitaciones propias de la actividad que libremente se
ha elegido no constituyen lesión del artículo 9 (asunto Kalaç c. Turquía,
donde se concluyó que el retiro obligatorio de un militar por haber
participado activamente en organizaciones islamistas incumpliendo la
disciplina y el principio de secularismo del ejército turco no constituía
lesión en su libertad religiosa). Este planteamiento se ha aplicado en los
casos de despido por ausentarse del trabajo para cumplir con el día de
culto de la propia religión (asunto Kosteski c. Macedonia).
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LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA IX
Las relaciones entre Estado y religión en los distintos países europeos están
modeladas a partir de experiencias propias y no son reducibles a un modelo
uniforme.
Se prohíbe que las autoridades públicas puedan pronunciarse sobre la
legitimidad de las creencias religiosas o sobre las modalidades de expresión de
éstas (asunto Manoussakis c. Grecia, de 29 agosto 1996).
Esa prohibición rige de manera especial en el momento de la inscripción de una
confesión en el registro. La norma que regula la inscripción debe fijar de manera
accesible y precisa los criterios que debe aplicar la autoridad pública.
El TEDH se ha enfrentado en varios casos a las decisiones de algunos Estados
de no reconocer las escisiones dentro de alguna iglesia o comunidad con el fin
de mantener la unidad dentro de ellas (asuntos Serif c. Grecia, de 14 de
diciembre de 1999; Iglesia metropolitana de Besarabaia c. Moldavia, de 13
diciembre de 2001.). Se han considerado contraria a la libertad religiosa esta
toma de postura estatal a favor de un cierto sector de la comunidad religiosa.
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LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA X
La manifestación pública de la religión mediante el uso de símbolos es un
asunto muy debatido en las democracias europeas y, además, “el significado o
el impacto de la expresión pública de una creencia religiosa puede diferir según
el tiempo y el contexto [por lo que] las normas en este ámbito varían de un país a
otro de acuerdo con las tradiciones nacionales y las exigencias impuestas por la
necesidad de proteger los derechos y las libertades de los demás y el
mantenimiento del orden público” (asunto Leyla Sahin c. Turquía, de 10
noviembre de 2005).
El TEDH ha evitado adoptar un pronunciamiento de principio sobre el uso de
símbolos religiosos y ha preferido dar peso a las circunstancias del contexto,
avalando un especial margen de apreciación del Estado. En Sahin, la prohibición
de usar el velo islámico a una estudiante de medicina de conformidad con la
normativa que regía en la Universidad de Estambul, no constituía una violación
del Convenio por tratarse, primero, de una prohibición de tiempo y lugar, no
absoluta, y justificada, y, segundo, en atención a los principios de igualdad y
laicidad, de especial significado en el contexto turco dada su experiencia
histórica.
12
LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA I
Art. 4.3. CEDH: No se considera como «trabajo forzado u
obligatorio» en el sentido del presente artículo:
b) Todo servicio de carácter militar o, en el caso de
objetores de conciencia en los países en que la objeción de
conciencia sea reconocida como legítima, cualquier otro
servicio sustitutivo del servicio militar obligatorio.
Art. 30.2 CE: La ley fijará las obligaciones militares de los
españoles y regulará, con las debidas garantías, la objeción
de conciencia, así como las demás causas de exención del
servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso,
una prestación social sustitutoria.
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LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA II
El TEDH no se ha pronunciado sobre este apartado, aunque sí lo ha hecho la
Comisión en varios casos. En uno de ellos el Estado demandado fue España y la
demanda se cuestionaba que el servicio militar y la prestación social sustitutoria
únicamente obligasen a los hombres; la Comisión (asunto Crespo Azorín c.
España, de 17 de mayo de 1990), resolvió que “el derecho de objeción de
conciencia no figura, al menos con ese nombre, entre los reconocidos por la
Convención”.
Según el Tribunal “el apartado 3 no tiene por cometido limitar el ejercicio del
derecho garantizado en el apartado 2, sino "delimitar" el contenido de este
derecho: forma un todo con el párrafo 2° y menciona lo que no debe
considerarse como trabajo obligatorio o forzado, lo que estos términos no
engloban ("shall not include").
Los supuestos del apartado 3 sirven como criterios de delimitación del objeto
del derecho, pues esas situaciones quedan excluidas de la garantía del
Convenio. Se mencionan casos que en ningún caso gozarán de la protección
dispensada por el derecho a la dignidad y a la libertad. De esta manera, el
Convenio acota su ámbito normativo expresando lo que no forma parte de su
objeto y, en consecuencia, qué es lo que ese derecho no garantiza.
14
LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA III
El art. 30.2 ha sido desarrollado por la Ley 22/1998, de 6 de julio.
La D.A 13ª de la Ley 17/1999, de 18 de mayo, sobre régimen del personal de las
Fuerzas Armadas suspendió la prestación del servicio militar regulada en la L.O.
13/1991.
En la CE es un derecho a ser dispensado de un deber constitucional.
Los titulares son los obligados al servicio militar y el destinatario es el Estado.
Se trata de un derecho cuya regulación no está reservada a la L.O, como ha
recordado la STC 160/1987, pero (ex art. 53.2 CE) sí está protegido por el recurso
de amparo.
La objeción prevista en el art. 30.2 es la única constitucionalmente protegida, sin
que exista ningún supuesto derecho de “desobediencia al derecho” –la
desobediencia civil- por razones de conciencia.
Eventuales “nuevas” objeciones requieren la aprobación de una norma legal que
les otorgue cobertura y que subsistirán mientras el Legislador las mantenga.
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EL DERECHO A LA EDUCACIÓN I
ARTS. 27 CE
1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el
respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades
fundamentales.
3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos
reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones.
4. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.
5. Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una
programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los
sectores afectados y la creación de centros docentes.
6. Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros
docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales.
7. Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y
gestión de todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos,
en los términos que la ley establezca.
8. Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para
garantizar el cumplimiento de las leyes.
9. Los poderes públicos ayudarán a los centros docentes que reúnan los requisitos que la
ley establezca.
10. Se reconoce la autonomía de las Universidades, en los términos que la ley establezca.
16
EL DERECHO A LA EDUCACIÓN II
ART. 2 PROTOCOLO ADICIONAL AL CEDH
A nadie se le puede negar el derecho a la instrucción. El Estado, en el
ejercicio de las funciones que asuma en el campo de la educación y
de la enseñanza, respetará el derecho de los padres a asegurar esta
educación y esta enseñanza conforme a sus convicciones religiosas
y filosóficas.
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EL DERECHO A LA EDUCACIÓN III
DOBLE DIMENSIÓN DE LA ENSEÑANZA: COMO DERECHO
FUNDAMENTAL Y COMO DEBER DE LOS PODERES PÚBLICOS.
LA AUTONOMÍA DE ESTE DF PERMITE LA PROTECCIÓN DE
CONDUCTAS QUE TENDRÍA DIFICULTADES PARA SU GARANTÍA AL
AMPARO DE OTROS DF (ARTS. 16, 20,…).
SU CONFIGURACIÓN COMO DEBER ESTATAL SE CONCRETA EN EL
CARÁCTER OBLIGATORIO Y GRATUITO DE LA ENSEÑANZA BÁSICA,
LA PROGRAMACIÓN Y HOMOLOGACIÓN PÚBLICA,…
EL 27.2 (La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la
personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de
convivencia y a los derechos y libertades fundamentales) IMPONE A
LOS PODERES PÚBLICOS UNA EDUCACIÓN BASADA EN EL
DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD, LA CONVIVENCIA
DEMOCRÁTICA Y LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.
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EL DERECHO A LA EDUCACIÓN IV
EL ÚLTIMO DESARROLLO LEGAL DE ESTE DF ES LA L. O.
2/2006, DE 3 DE MAYO, DE EDUCACIÓN.
TITULARES DEL DERECHO: TODAS LAS PERSONAS;
OBLIGADOS: LOS PODERES PÚBLICOS.
OBJETO DEL DF: ACCESO AL SISTEMA EDUCATIVO.
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EL DERECHO A LA EDUCACIÓN V
LA EDUCACIÓN BÁSICA TIENE CARÁCTER OBLIGATORIO Y GRATUITO
PARA TODOS LOS NIÑOS Y JÓVENES DE AMBOS SEXOS Y SU
DURACIÓN SE ESTABLECE EN LA L. O. 2/2006 EN DIEZ CURSOS,
COMPRENDIENDO LA EDUCACIÓN PRIMARIA Y LA EDUCACIÓN
SECUNDARIA OBLIGATORIA.
EN ESTE SECTOR DE LA EDUCACIÓN NO HAY LIMITACIONES AL
ACCESO; SE TRATA DE UNA GARANTÍA INSTITUCIONAL.
EN OTROS SECTORES DE LA ENSEÑANZA (NO OBLIGATORIOS) CABE
UNA LIMITACIÓN DEL ACCESO (NUMERUS CLAUSUS) SI, SEGÚN EL
TEDH (asunto Campbell c. Reino Unido, de 25 de febrero de 1982), SE
GARANTIZA EL EQUILIBRIO ENTRE LA EDUCACIÓN Y EL INTERÉS
GENERAL (MÍNIMO DE CALIDAD DOCENTE INCOMPATIBLE CON LA
MASIFICACIÓN, “EXCESO DE TITULADO EN DETERMINADOS
ESTUDIOS.
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LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA I
Las universidades se citan solamente en las Constituciones
de Portugal (art. 76.2), Italia (art. 33), Grecia (art. 16) y en
el Instrumento de
Gobierno de Finlandia (art. 77). En Alemania se ha deducido
de principios generales, como la libertad de la ciencia
regulada en el artículo 5.3 de la Ley Fundamental,
estando, sin embargo, reconocido el derecho en la
mayoría de las constituciones de los Länder.
En todas ellas se hace referencia a la autonomía de estas
instituciones.
En España se ha discutido si es un derecho fundamental o
una garantía institucional; en una STC discutida (la
26/1987) se la considera derecho fundamental, con lo que
ello implica sobre el margen de actuación del Legislador
y sobre los instrumentos de protección.
21
LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA II
TITULARIDAD DEL DERECHO: LA “COMUNIDAD
UNIVERSITARIA”.
CONTENIDO: POTESTAD DE AUTOORGANIZACIÓN SIN
OTROS LÍMITES QUE LOS LEGALES; APROBACIÓN DE
ESTATUTOS, ADOPCIÓN DE ACTOS
ADMINISTRATIVOS,…
Según la STC 179/1996, “es a las Universidades, en el ejercicio de su
autonomía, a quienes corresponde disciplinar la organización de la
docencia…, los derechos de los artículos 20.1,c y 27.10 de la CE,
lejos de autoexcluirse se complementan de modo recíproco. El
derecho a la autonomía universitaria garantiza un espacio de libertad
para la organización de la enseñanza universitaria frente a
injerencias externas, mientras que la libertad de cátedra apodera a
cada docente para disfrutar de un espacio intelectual propio y
resistente a presiones ideológicas, que le faculta para explicar,
según su criterio científico y personal, los contenidos de aquella
enseñanzas que la Universidad asigna, disciplina y ordena”. 22
LA LIBERTAD DE CÁTEDRA
TITULARIDAD: TODOS LOS DOCENTES, NO ÚNICAMENTE
LOS UNIVERSITARIOS O INVESTIGADORES. TAMBIÉN
LOS DOCENTES EN CENTROS PRIVADOS, SIN QUE
ELLO LES PERMITA ATACAR EL IDEARIO (STC 5/1981)
OBJETO: CAPACIDAD PARA ORIENTAR LA ACTIVIDAD
DOCENTE SIN SUJECIÓN A IMPOSICIONES
IDEOLÓGICAS.
DEBE RELACIONARSE CON EL ART. 27.2: La educación
tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad
humana en el respeto a los principios democráticos de
convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
NO PERMITE, POR EJEMPLO, ELUDIR LA EXPLICACIÓN
DEL PROGRAMA PARA HABLAR DE OTRAS COSAS.23
BIBLIOGRAFÍA Y JURISPRUDENCIA
1.
2.
1.
BIBLIOGRAFÍA
Las sentencias básicas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
Sarmiento/Mieres/Presno, Thomson/Civitas, 2007, págs 73 a 88;
Sistema de derechos fundamentales, Díez-Picazo, Thomson/Civitas, 2007,
págs 209 a 229 y 281 a 308;
JURISPRUDENCIA
SSTC 5/1981, 26/1987, 160/1987, 119/1990, 179/1996 y 235/2007(disponibles en
http://www.tribunalconstitucional.es).
2.
STEDH asuntos Crespo Azorín c. España, de 17 de mayo de 1990, Kokkinakis
c. Grecia, de 25 mayo 1993, Buscarini c. San Marino, de 18 de febrero de 1999,
y Leyla Sahin c. Turquía, de 10 noviembre de 2005, (disponibles en
http://www.westlaw.es y, en inglés y francés, en la página oficial del TEDH:
http://www.echr.coe.int/echr/).
3.
STS USA Brown vs. Board of Education of Topeka 347 U.S. 483 de 1954
(disponible en
http://www.supremecourtus.gov y http://www.law.cornell.edu/)
24
25
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