Cuidado de las Punciones

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Cuidado de las Punciones
AUTORES: JESUS PRIETO MORENO
EXTREMADURA
PROFESOR
DE FUNDAMENTOS DE ENFERMERIA. UNIVERSIDAD DE
FERNANDO GALEA JIMENEZ PROFESOR DE ENFERMERIA GERIATRICA. UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA.
JUSTIFICACION:
Existe un porcentaje muy elevado de pacientes hospitalizados que reciben tratamiento
intravenoso bien sea de forma continua o intermitente. No obstante ésta práctica se ha
hecho tan corriente, que a veces se olvidan los presuntos riesgos que lleva consigo la
misma. Por ello es necesario recordar las más importantes y serias complicaciones que
pueden surgir durante la terapéutica intravenosa, así como el procedimiento a seguir
en cada una de ella.
OBJETIVOS:
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Identificar los riesgos existentes en la terapéutica intravenosa.
Conocer las actuaciones de enfermería ante las complicaciones del tratamiento
intravenoso que se puedan presentar.
Prevenir en lo posible las complicaciones, utilizando la técnica adecuada.
1.- INFILTRACION.
Definición.
Llamada también EXTRAVASACION consiste en la pérdida del líquido perfundido
en los tejidos circundantes, como consecuencia de la salida de la cánula I.V de la vena.
Sus efectos más acusados son: inflamación, frialdad de la piel que rodea a la zona de
inserción, molestias y dolor en la zona.
Procedimiento.
Comprobada la presencia de extravasación:
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Interrumpir la administración y extraer la aguja inmediatamente.
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Si la extravasación es moderada, aplicar compresas húmedas calientes.
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Si resulta afectada gran parte de una extremidad, se elevará la extremidad afectada
con almohadas.
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Si la infiltración es de una solución vasoconstrictora o productos quimioterápicos
iniciar tratamiento local urgente según las instrucciones. Si no se emprenden
acciones, el resultado puede ser lesión hística grave, necrosis y esfacelación.
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Anotar el tratamiento a seguir y su valoración.
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Reiniciar cuando sea necesario el tratamiento intravenoso en el brazo opuesto o
al menos en vena distinta.
Observaciones.
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Asegurarse que el sistema y el catéter I. V. están lo suficientemente fijados para
evitar el movimiento de los mismos.
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Si es necesario colocar una férula en la mano o en el brazo para conseguir la
inmovilización.
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El riesgo de extravasación aumenta cuando la zona de inserción está cerca de una
articulación.
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Controlar con frecuencia la zona de punción I. V. para detectar complicaciones.
2.-FLEBITIS – TROMBOFLEBITIS.
Definición.
La FLEBITIS consiste en la inflamación de la vena que hemos utilizado para un
tratamiento intravenoso.
Sus efectos son. Enrojecimiento de la línea roja que sigue el curso de la vena, quemazón
y edema en la zona de punción y dolor.
La TROMBOFLEBITIS, añade a los riesgos de la flebitis una complicación más, como
es la presencia de un coágulo en la punta de la cánula o en la pared interna de la vena.
Procedimiento.
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Observar si existe inflamación, calor y rubor en la zona de perfusión; la vena
puede aparecer dolorosa y endurecida como un cordón, y caliente al tacto.
Suspender la administración de inmediato y extraer la aguja o catéter.
Aplicar compresas húmedas calientes para estimular la circulación y favorecer la
absorción.
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Aplicar pomada.
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Anotar el tratamiento seguido y las valoraciones posteriores.
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Reiniciar si es necesario el tratamiento intravenoso en el brazo opuesto o al
menos en vena distinta.
Observaciones.
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Fijar con seguridad la aguja o el catéter en la zona de inserción
·
Usar venas de gran calibre para líquidos irritantes debido a mayor flujo sanguíneo
que diluye con rapidez el irritante.
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Usar una cánula i.v lo más pequeña posible.
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Diluir suficientemente los fármacos que generan irritación antes de administrarlos.
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Controlar y limpiar con frecuencia el sitio de la línea I.V por si tuviera
complicaciones.
3.-INFECCIONES SISTEMICAS.
Definición.
Son infecciones que en ocasiones llegan a desarrollarse sin que por ello causen
problemas observables en la zona de punción. Suelen ser más frecuentes con los
catéteres de plástico que con las agujas metálicas.
Los signos y síntomas en el paciente son: aumento súbito de la temperatura y pulso,
escalofríos y temblores y variaciones en la tensión arterial.
Procedimiento / Observaciones.
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Investigar primero otras posibles fuentes de infección
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Interrumpir ante sospechas de infección la perfusión y guarde la parte de solución
para su cultivo. Saque la cánula, y consérvela para cultivo estéril..
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Vigilar un posible aumento sin justificar de la temperatura y la existencia de
leucocitosis en un paciente con tratamiento intravenoso.
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La entrada de microorganismos patógenos en el torrente circulatorio puede
producirse por utilizar una técnica incorrecta durante la inserción de la cánula,
revise y perfeccione la técnica aséptica.
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Prestar especial atención a los pacientes inmunodeprimidos ya que son muy
vulnerables a las infecciones relacionadas con la vía I.V.
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Evitar la contaminación de la zona cuando bañe al paciente.
Si se desconecta accidentalmente cualquier parte del sistema, sustitúyalo por
componentes estériles.
4.- EQUÍMOSIS Y HEMATOMAS.
Durante el tratamiento intravenoso, aunque no es frecuente la presencia de equimosis y
hematomas, pueden aparecer debido a que durante la punción y por deficiente técnica
se causa un traumatismo en la pared venosa.
No obstante, hay algunos tipo de pacientes en tratamiento con anticoagulantes, en los
cuales aparecen equímosis aún utilizando la técnica adecuada.
La equimosis por si sola no provoca en el paciente molestias considerables,
generalmente esto solo ocurre cuando se forma un hematoma.
Los hematomas se deben a hemorragias incontroladas en la zona de punción.
Procedimiento / Observaciones.
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Aplicar presión directa
extremidad afectada.
sobre el hematoma
con apósito estéril y elevar la
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Controles circulatorios, neurológicos y de función motora en zonas dístales a la de
venopunción.
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La utilización de una bolsa de hielo, evita el aumento de tamaño del hematoma.si
se hace inmediatamente después de que aparezca.
5.-SOBRECARGA CIRCULATORIA.
Definición.
La sobrecarga aparece cuando el compartimento de líquido intravascular contiene más
líquido de lo normal.
La sobrecarga circulatoria, puede ser el resultado de que la velocidad de la perfusión se
realiza demasiado rápida y puede conducir a fallo cardiaco y edema pulmonar.
Los signos más habituales son: edemas dependientes y con fóvea, aumento de la presión
venosa central, ingurgitación de las venas del cuello y signos de edema pulmonar.
Aunque no es frecuente, entre los motivos de su aparición destacan:
1.
Llevar a cabo la perfusión de forma rápida, bien sea por indicación o por
error nuestro al perfundir.
2.
No tener las precauciones precisas en pacientes cardiacos por el peligro de
sobrecarga.
3.
Manipulación de la llave de paso por terceras personas.
4.
Empeoramiento en el estado renal o cardiopulmonar del paciente.
Procedimiento.
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Disminuir la perfusión hasta alcanzar un ritmo de mantenimiento de vía.
Vigilar al paciente, sospechando un probable aumento del pulso y de la presión
arterial, disnea y sensación de malestar.
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Colocar al paciente en posición de semifowler.
Se administrará oxígeno si fuera necesario y se controlará la diuresis del
paciente.
Terapia por indicación médica .
6.- SHOCK POR PERFUSIÓN RÁPIDA.
Una perfusión excesivamente rápida de fármacos o líquidos con compuestos
químicos por vía intravenosa, puede causar una concentración tóxica al acumularse en
el torrente circulatorio.
Las consecuencias son la aparición de un síndrome muy parecido al shock, con
taquicardia, disminución de la presión arterial, colapso cardiovascular y paro cardiaco.
Procedimiento.
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Detener la transfusión.
Administrar dextrosa al 5%, para el mantenimiento de la vía ante la necesidad
probable de tener que administrar medicación urgente.
7.-REACCIONES ALÉRGICAS.
Las reacciones alérgicas, pueden ser provocadas por cualquier medicamento que se
perfunda por vía intravenosa.
Una reacción alérgica suele aparecer de forma precoz al comenzar la perfusión o
bien, pasadas varias horas del inicio de la perfusión.
El paciente presenta un cuadro con fiebre, respiración dificultosa, inflamación y edema.
Procedimiento.
Ante la sospecha de una reacción alérgica:
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Detener la perfusión, pero manteniendo la vía con dextrosa al 5%.
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Vigilar los signos que presente el paciente.
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Avisar al médico.
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Administrar el tratamiento que se prescriba.
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