periodicolabarra@gmail.com MIGUEL PAJARES, HERMANO DE SAN JUAN DE DIOS Una vida al servicio de los enfermos en Liberia L a orden hospitalaria de San Juan de Dios lleva trabajando por los enfermos en Argentina desde el año 1941. Dirige el hospital de su mismo nombre en el que los hermanos comenzaron atendiendo a los niños afectados por la polio a principios del año 1942. Desde este espacio queremos dar a conocer la vida de un hermano que entregó su vida al servicio de los hermanos en África. Su nombre, Miguel Pajares, después de trabajar 54 años en África tenía previsto regresar a España en este mes de septiembre pero fue alcanzado por la enfermedad de ébola y nada pudieron hacer para salvar su vida, a pesar de ser trasladado al país ibérico. El hermano miguel tenia 75 años, “una persona alegre, sencilla y comprometida en la ayuda a los mas necesitados” (así lo recordaba la hermana Chantal Matwanene, de las Hermanas de la Inmaculada Concepción, que también trabajaron con los hermanos en el Hospital San Juan de Dios de Ramos Mejía. Hoy la hermana también falleció a causa de este mal.) “Miguel Pajares: Todos le lloran en Monrovia, cristianos, musulmanes y animistas.” El hermano Pajares, natural de Iglesuela Yo diría que Miguel se ha consumido por lo que creía e incluso (Toledo), se desempeñaba como capellán y enfermero en el hospital que la orden dirige en Monrovia, Liberia; había llegado al con- el último año estaba afectado de una enfermedad cardíaca y siguió al pie del cañón. tinente africano en la década del ’60. Una semblanza de su vida relatada por el hermano Justino Izquierdo nos dará una idea de quién era este hermano de San Juan Una semblanza de Miguel de Dios. El Hermano Pajares. La misión en Monrovia Estuve en Monrovia 34 años, de los cuales pasé como director de hospital dieciséis y nueve de Superior de los Hermanos. Vivíamos con una comunidad de religiosas de Misioneras de la Inmaculada Concepción. Puedo decir del Hno. Miguel Pajares, sacerdote de nuestra Orden, que era un hombre entregado al cuidado espiritual, la gente apreciaba mucho su labor y lo respetaban, y todos le están llorando, musulmanes, cristianos y animistas seguidores de religiones africanas. Yo le decía con sorna: “aquí no vienes a convertir a la gente”, venimos a servirles y un consejo que le di desde el principio: “Miguel, aquí los que venimos tenemos que amar y servir a este pueblo, pero si no los amamos es mejor volverse para Europa”; siempre me agradeció el consejo de este “perro misionero viejo, aunque un año menor que él”. Miguel tenía 75 años. Profesó votos simples en 1958 en nuestro noviciado en Santurce, estudió enfermería en Madrid, después estudió en Salamanca Filosofía y Teología y se ordenó sacerdote. Estuvo en la formación de jóvenes, hizo su primera experiencia en África en 1972 hasta 1975 cuando retornó a España como Secretario Provincial de la Provincia de Castilla. En años sucesivos fue capellán en nuestro Hospital de León donde hizo grandes amigos que le han ayudado estos cinco años últimos vividos en Monrovia. En 2009 llegó a Monrovia a darme una mano, pero yo tuve que volver a España por motivos de salud y él se quedó de Superior de la Comunidad, lo demás lo sabemos por los medios. La Hermana Chantal, el Hermano Patrick, el Hermano George, las enfermeras Laurine y Tette junto con Miguel han dejado su vida en el servicio a los enfermos. Todavía hay dos Hermanas, Helena y Paciencia, Misioneras de la Inmaculada Concepción, internadas en un hospital de referencia para enfermos de ébola. Pajares, un hombre entregado al cuidado espiritual en un hospital en África “Cuando no sopla el viento, incluso la veleta tiene carácter.” (Jerzy Lec, Stanislaw) septiembre 2014 | La barra 17