MUCOBÁCEOS 387 número de tabiques transversales que aislan las ramas periféricas para constituir talos independientes. Pueden ser semejantes todas las ramas del talo (Mortierella), pero generalmente hay otras más cortas y que acaban en un pin­ cel ó penacho de ramitas filiformes encargadas de la absorción y fijación. Las ramas normales se entrecruzan formando como una especie de fieltro que puede observarse fácilmente en las películas flotantes formadas por los mohos ó que vegetan sobre los líquidos, pero generalmente quedan independientes y sólo por excepción (Mortierella, Syncephalis) se anastomosan en los puntos de con­ tacto. Unos vegetan en la superficie de la substancia nutritiva, en la cual no penetran más que las ramas absorbentes (Mortierella, Syn­ cephalis, Bhizopus, Spinelus), y otros en el interior, exigiendo en . este caso menor cantidad de oxígeno para su vida. Este elemento les es tan necesario, que si se va gradualmente disminuyendo su cantidad se desmejoran rápidamente y si llega á faltar perecen al poco tiempo, siendo por excepción capaces de resistir este género de cultivo algunas especies. En este caso las ramas se dividen en células que se van redondeando y por fin se separan, presentando caracteres muy semejantes á los de los fermentos alcohólicos de los sa'caromicetos, y lo más notable es que algunas especies del gé­ nero Mucor (M, racemosus, circinelloides, etc.), cultivadas del modo indicado, adquieren la propiedad de fermentar la glucosa hacién­ dola sufrir la fermentación alcohólica. Si se cultivan en una diso­ lución de glucosa y en contacto del aire, consumen aquel azúcar sin fermentarle, pero en ausencia del oxígeno la convierten en al­ cohol, ácido carbónico, glicerina, ácido succínico y demás produc­ tos secundarios. Igual acción ejerce sobre la levulosa ó el azúcar invertido, pero no sobre la sacarosa, por lo que se ha fundado en esto un procedimiento para medir la cantidad de glucosa y sacaro­ sa existentes en una mezcla de estas substancias. También se han empleado estos fermentos para sustituir á los Saccharomyces en la fabricación de la cerveza, consiguiéndose por este medio un líqui-' do muy limpio y con un aroma especial que recuerda el de las ci­ ruelas. El parasitismo es absolutamente preciso para unos (Piptocephalis), y facultativo para otros, que pueden vivir también como mo­ hos aunque alcanzando menor talla. El cultivo de estos hongos parásitos se presta á cultivar una especie de mucoráceo sobre otra de la misma familia, la cual puede vivir sobre otra; se han obteni­ do cultivos en que la substancia nutritiva llega al último organis­ mo después de atravesar otros tres. También se ha observado en estos hongos la formación de quistes cuando las condiciones son desfavorables y su aislamiento • por medio de dos tabiques transversales. La reproducción asexual tiene lugar cuando el talo está bien desenvuelto y no carece de oxígeno por medio de esporas de for­ mación endógena y en algunos géneros por medio de conidios en