relevante en los ancianos, en los que la termogénesis depende fundamentalmente del músculo esquelético. Sin embargo, a pesar de dicho proceso homeostático, la prolongación y reincidencia de ingestas excesivas acaba en sobrepeso, incluso en animales jóvenes. Las alteraciones del control del recambio mitocondrial pueden ser importantes en el desequilibrio del balance energético, lo que da lugar a un aumento de la eficacia energética. 4. Influencia del microbioma. En los últimos años ha despertado un gran interés el posible papel desempeñado por la microflora intestinal como factor participante en el incremento de la prevalencia de la obesidad y de otras enfermedades y síndromes relacionados. Entre los mecanismos por los que la microbiota influye en la homeostasis metabólica y energética se incluyen: la regulación de la ingesta energética de la dieta, la interacción con moléculas de señalización del metabolismo del hospedador, las modificaciones de la permeabilidad intestinal y del vertimiento de hormonas entéricas y un “nivel bajo” de inflamación intestinal crónica. Se admite que esta última situación es la señal o punto de partida de las enfermedades relacionadas con la obesidad. En individuos obesos parece que su microbiota “obesogénica”, debido a cambios en su composición y funciones metabólicas, extrae más energía de la dieta. La interacción de la microbiota con las células epiteliales puede mediar el efecto de la microbiota en el metabolismo y el sistema endocanabinoide. La metagenónica, ciencia que abarca el conocimiento de la genética humana y la de nuestras bacterias intestinales y su interacción con la dieta, ha señalado que ciertos factores dietéticos y la ingesta calórica afectan a la composición y reactividad de la microflora intestinal. Muchos de estos resultados proceden de estudios con roedores, de ahí la importancia de complementarlos con estudios en humanos a largo plazo y de conocer la interacción del microbioma con los xenobióticos (p. ej. antibióticos). 5. La genética de la obesidad. Interacción dieta-genética. Disruptores metabólicos. De los estudios genéticos se deduce que alrededor del 40% de la variabilidad del Índice de masa corporal (IMC) o del 40% de la variación de grasa, pueden explicarse por diferencias en los genes responsables, mientras que algunos otros genes afectarían a la distribución de los depósitos grasos. Se acepta que entre el 40-80% de la variabilidad en el peso corporal se debe a factores genéticos, existiendo por tanto, multitud de otros factores implicados, entre 274