Isi~ono FRIAS FONTANILLES. BIBLIOGRAFIA

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Com de flautas celestials.
-Descuidi, bona senyora,
Diu lo vell, fregant las mans,
Q u e demá passaré '1 dia,
Ah la manxaire, cantant:
;Sol, ILt, llli,
Sempre m' heu de mirá á mi:
S i , sol, re,
Fentlio aixis, tocaré be!-
BIBLIOGRAFIA
.VIOLETA.
NOYELA ORIGINAL DE DON CBALDO ROMERO
QUIYa
ONES
o es el libro que nos ocupa u n sencillo relato mas
. o- menos animado de las costumbres
contemporáneas con sus ribetes de filosófico. Útil
tan solo para entretener agradablemente al lector
durante algunas horas, ni tampoco es una obra escrita únicamente para hacer gala de la belleza del
lenguaje, puesto q u e el seíior Romero Quiiíones,
L' organista toca 1' orga
debemos confesarlo, cuida mas, mucllo más e n
Y una monja va rnanxatit;
sus obras, del fondo q u e de la forma, apesar d e
¡Ella 'n siia gotas d' aygua
q u e esta no deja en modo alguno d e ser agradaY '1 pobret, gotas de sang!
ble y armoniosa. Recordando, pues, que Violeta
-Me va dir vostra abadessi,
no es la primera obra q u e da á la estampa sil auDiu lo vell electrisat,
tor, y considerando por l o tanto q u e el público
Q u e per fer tocar be 1' orga
conoce los estudios sociales tí los cuales da espeVos ensenyi á d u '1 compás.L a nuvicia, ah los ulls baixos,
cial preferencia el escritor q u e nos ocupa, creeAllarga al mestre la ma
mos de todo punto innecesario evidenciar el fin
Y '1 compás d e dos per cuatre,
moral de su último libro. 1,foleta es tan solo una
U n a .... dos .... li fa portar,
nueva prueba de los detenidos estudios q u e meFins q u e 1' atrevit li besa
rece al señor Romero Quiiíones la clabe proletaY ella xiscla y fiiig cap baix
ria. Bajo distintos aspectos ha estudiado el autor
A contarho desseguida
d e Los hué~jilnosy L a Cliirsiiza, las ignoradas
Al rector, q u e 'n puja airat.
virtudes que atesora el pueblo, pero en ninguna
L'organista '1 cap acotxa
de sus obras, por nosotros conocidas, ha atacado
P e r demanarli, plorant,
resueltamente y con tanta valentía u n lamentable
Q u e de 1' orga no '1 n e tregui
defecto de la sociedad actual, defecto q u e está IlaPerque es 1' orga lo seu p a ;
mado á ejercer decisiva influencia e n las socieda-Pus lo paró q u e á la monja
des futuras. Nos referimos á los escasos medios
d e subsistencia á q u e puede recurrir la mujer esH a causat tan gros esglay,
Diu, li h e fet per eosenyarli
panola colocada e n las más bajas capas sociales, y
Com dels aucells se fa '1 cant
la poca instrucción q u e se le da comunmente para que pueda evitar y precaver las continuas aseCada any, quan e n 1' orga's tocan
chanzas del vicio.
Cansonetas de Nadal.
Violeta, la protagonista de la novela, es una poL o rector diu:-vos perdono,
bre niña, nacida y educada en el seno de la maMes d' aquesta hora endevant
yor pobreza, u n ser delicado y tierno, todo coraN o tindreu cap mes manxayre
zón y sentimiento, q u e obra siempre cediendo á
Que '1 pare del sagristá,
sus propios impulsos, sin pensar ni remotamente
Que es u n ve11 garrut y xato,
q u e el mal, bajo distintas formas, haya fijado su
Gepenit, guenyo y gravar;
domicilio e n la tierra. E l lector sigue con crecienJ a q u e veix q u e encare, encare
te interés desde el comienzo de la novela todos
Los aucells teniii al cap.los sucesos q u e e n ella se precipitan debidamente
T o t anantse 'n de i' isglesia,
enlazados, y e n los ciiales la joven toma parte diCom qui fuig de trons y Ilamps,
recta, unas veces afligida y llorosa, otras risueíia
M u r m u r a així 1' organista,
y confiada; el lector, repetimos, se siente desde
Al empolvarse l o nas:
luego inclinado á querer á aquel pobre ser, de
iOrga de rahons es 1' orga
contínuo azotado por los rudos golpes del inforDe las monjas del Monsant!
tunio, lo mismo e n la humilde casa de sri padre
;Ut, m i , sol,
simbolizando el consuelo y la esperanza de todos,
P u s si tnanxa aquel1 miisol,
q u e en el taller donde su inocencia es objeto de
Mi, sol, ut,
las diabólicas asechanzas del libertino Don Felipe
L' organista está perdut!
I s i ~ o n oFRIAS
FONTANILLES.y su repugnante cómplice Paca. Presa luego e n
las pérfidas redes q u e le tiende D." Emilia, tipo
q u e por desgracia abunda más de l o q u e debiera
N
6
REVISTA DEL CE
en nuestra gastada sociedad, suiiiergida por u n
momento e n las tenebrosas profiindidades d e u n a
cárcel, pero siempre alentada por el puro a m o r
q u e inspira á la pobre niña el casqiiirano estiidiaiite Panialeon Yago. Violeta, e n las \,arias faces con q u e se preseiiia al lector, pone d e relieve
merced á certeros toques, cuanto se sobrepone el
interés al aiijor, evidencia las iiificultaiies q u e para el pobre ofrece la vicia, y cl autor anatematiza
á este propósito con valentia, al tratar del casamiento de Yago, á los matrimonios queso10 obedecen &.miras interesadas y el triste papel reservacio en lo comedia hiiiiiaiia al liotiibre q u e solo
se casa con una mujer rica para satisfacer s u torp e aliibición.
Vitorio, el honrado, el pundonoroso padre d e
Violeta, Laura s u mujer, la viiida amiga d e Don
Felipe, el sombrerero iilismo: y cuantos personajes se iiiueven en la iiovela d e q u e tratarnos, son
tipos arrancados á la realidad y delineaiios con
vigor. E n algunos pasajes culminantes d e la obra,
u n crítico meticuloso encontrará quizá en determinados momenios deinasiado realismo, ó dirá
tal vez q u e la misma Violeta, esa noble vícti~ila
del amor, se sale un poco d e los Iíinites reales,
particularmente.al final cuando sus desventiiras
l a conducen al suicidio; pero, a u n en ese desenlace siempre violento, vemos marcado mejor q u e
en el resto del libro la idea dominante del autor,
cifrada e n poncr d e relieve los inconvenientes con
q u e tropieza la mujer d e la clase baja para procurarse u n porvenir por medio del trabajo.
E l objetivo q u e guia al autor desde el principio
al fin d e la novela, le impide c o n v e r t i r á Violeta
eii una mujer dichosa. puest.2 q u e el novelista,al
atacar resueltamenre u n vicio social, se ve precisado á rodearlo de cuantas circunstancias le ponen más e n evideiicia, recargando los tintes sombrios para herir con más fuerza la imnginación
del lector.
De desear seria q u e muchos escritores dedicaran profundos estiidios á la mujer, sino e n el terreno e n q u e los deseni~uelveel sefior Romero
Quiíipnes, e n otros rnuclios donde esa debil mitad del género h u m a n o es igualmente m i r t i r d e
u n cúmulo d e leyes y circunstancias q u e le iilipide11 obrar con entera libertad moral. S o n muchas
las mujeres quc, como Violeta, se liaii visto asediadas por toiio géiiero d e desvent~iras,y si bien es
verdad q u e pocas de ellas liail recurrido al suicidio porque afortiiiiadamente la resignación aciid e á tiempo para s~iavizarlas asperezas d e la vida,
n o es menos cierto q u e después d e agostarse e n
coniínuas é inútiles luclias, sin darse cuenta d e
ello h a n muerto víctimas del m a l q u e lamentamos, asfixiadas en la enrarecida atmósfera d o n d e
solo les es periiiitido agitarse.
i R O DE LECTURA
Por lo demás, aparte del punto capital sobrc el
cual gira todo el interés d e la obra, iiay escenas
felizmente descritas, y consideracioiies iiiosóficas
dignas d e ser tenidas en cueiita y q u e ncrediraii
u n g r a n conocirnienio del corazón h u m a n o .
E l f i i i iie Felipe es iiierecido, y rigiirosaiiieiite
justo: el asesinato debía ser la úliiiiia etapa d e su
miserableviiia. Así acaban 6 meiiudo los seresque
obran iiiipulsados por el iiisaciable afán de aclq~iirir riijuezas, y proporcionarse placeres. ya q u e el
oro, según dice el seíior l i o i i ~ e r oQuiiiones, es ín
ynla~iciisin prinio de 'ípq-o qiie 1-eiziei-ceel cara;41z eiz ía 1-ueda d e InJui.fzi~za.
H e m o s logrado nuestro propósito, cifrado en
dar á conocer la idea primordial sobre la cual se
desarrolla la iiltima novela del autor q u e nos ocupa: el público apreciara en lo q u e vale su mérito
literario. N o terminaremoseste trabajopummen.
te d e impresion, sin enviar nuestra enliorahueiia
al señor R o m e r o Quiiiones, por la publicación d e
sil i'iolcta, libro q u e agradecerá indudalilemente la m u j e r y e n cuyas páginas con pocos variantes, verán rnuclias reflejada su propia historia.
JOSEFAPIEJOL
DE COLLADO.
DEL NATURAL
E
S T ~ Nen
el jardín; bello es el d i a ;
la luz y el aire ondean blandamente;
los niños juegan cerca de la fuente,
pensando solamente en su alegría.
Scntados en u n banco y en la umbría
iin joven y ulia joven tiernamente,
sin hablar se sonricil miituamente,
i y existe entre los dos tanta armonía!
N i aquellos niños tienen más anhelos
q u e retozar, ni el joven y la hermosa,
q u e a m a r ; y ante los unos y los otros,
en iin riiicóii sentados los abuelos,
dicen con cierta lástima envidiosa:
«Ay! ilo mismo! ¡lo mismo q u e nosotros!r
J . M. F.
L A I N S P I R A C I Ó N Y EL E S T U D I O
s u n g r a n error el q u e consiste e n creer q u e
el genio por sí solo, sin ninguna instruccióii,
si11 ninguna experiencia, sin ningún estudio, cs
bastante para producir grandes obras. E l genio
es u n poderosísimo elemento, u n elemento esencial para la ciencia, para el arte, para t o d o ; pero
el genio debe i r acompañado d e algo más, debe
E
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