Aits B R ~ V I2001 S Mónica Codina Al llarg d'aquest estudi, la professora Mónica Codina, proficnda coneixedora de l'obra de Dostoievsky i de Guardini) sintetitza les claus essencials de comprensió de l'obra del prolífic teoleg Romano Guardini. En el seu estudi, investiga les fonts filosofiques i teologiques d'aqzcest tedleg i l'abast de la seva obra no tan sols en el eontext alemany, sinó en el context europeu. No ea fkil explicar en pocas líneas la peculiaridad del trabajo intelectual y docente de Romano Guardini pues no es, en modo alguno, un teólogo convencional. La originalidad de su pensamiento no sólo se debe a sus extraordinarias dotes intelectuales -en especial, a su desarrollada capacidad de penetración intuitiva-, sino también a que éstas hayan fructificado como respuesta a las necesidades espirituales de sil época. Es mhs, no puede separarse el desarrollo de su pensamiento de las circunstancias vitales e históricas que lo acompañaron.' < I Cfr. GUARDINI, R., Apuntespara una autobiografía, trad. M . P . Alonso, Encuentro, 47 Guardini inicia su labor intelectual y pastoral en el periodo de entre guerra^.^ En 1920 tiene lugar su primer encuentro con el Jugendbewegung -Movimiento de Juventud-,3 después del cual se traslada a Bonn, donde prepara su examen de habilitación y recibe su primer encargo docente en 1922. En 1923 se le asigna la cátedra de Filosofla de la religión y visión católica del mundo, en la Universidad de Berlín. Desde 1924, año en que colabora en una semana de trabajo organizada por el Quickbom, su actividad girará en torno a los encuentros de jóvenes que tienen lugar en el Castillo de Rothenfels, del que acabará asumiendo la dirección.'Su dedicaci6n a la formación de la juventud le hace consciente de la situacX6n de escepticismo en la que se encuentran los jóvenes que conoce; @stano sólo obedece a la experiencia de la guerra, sino que tiene sus raíces últimas en el desarrollo del pensamiento racional ilustrado que ha sumergido al espíritu en el análisis cientificista que Io priva de su peculiar grandeza. Por esta razón, el trabajo del profesor se caracteriza por buscar que la verdad se manifieste con la hierza de lo vivo, mediante un método que amplía los modos de aceeao al conocimiento de la realidad.$Este planteamiento tiene su Madrid, 1992. En estas notas -que Guardini escribió entre 1943-1945en Mooshausen, donde pas6 los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, tras la supresión de sil ciitedra en Berlín por el régimen nazi (1939) y cuando su esperanza de volver a la enseñanza iinivexsitaria era mas bien escasa- quedan recogidos aquellos recuerdos que fueron mis significativos en la formación de su propio itinerario intelectual, el cual responde a una lúcida captación de la situación del pensamiento europeo contempor6nco. La prodiiccibn literaria de Romano Guardini es amplia y variada, casi un centenar de libros y gran multiplicidad de artículos, en los que trata de literatura, historia, fiXosofía, teología, eclesiología, hturgia, cristología, fenomenología del cristianismo y antropología cristiana. Una relación detallada de su obra puede encontrarse en MONDIN, B., "Romano Guardini e la teologia dell'esistenza cristiana", Igrandi $ologi del secolo ventesirno, v. 1, Borla, Torino, 1972, p. 93; también en MONDIN, B., voz "Guardini, Romano", Dizionario dei teologi, Studio Domenicano, Bologna, 1992, p. 286. 3 1 llamado Jrrgeritibewegur~gestaba integrado por diferentes gmpos de jóvenes que buscaban adquirir una mayor formación espiritual y cultural. Las primeras agrupaciones de jóvenes se formaron después de la Primera Guerra Mundial, en un intento de superación de la situación de escepticismo y desolación social de la pos&%erra.Rstss.grupos mantenían reuniones amistosas, semanas de trabajo y conferencias, y publicaban sus propias revistas culturales. Poco después, se constituirían las jirventudes del nacionalsocialismo. Cfr. GEKL, H. B., Romano Guardini. La vita e l'opera, Morcelliana, Brescia, 1988; cfr. ~ 6 1 % QUIN~TAS, A., Romano Guardini, maestro de vida, Palabra, Madrid, 1998. Guardini plantea un nuevo modo de pensar -por contraposición al pensamiento analítico moderno- al que Quintas califica de sineidético en el sentido etimo16gico de la palabra, es decir, con una mayor amplitud y potencia evocativa que ~ U ~\IIY,V~S S 2001 ROMANOGUARDINI: EL ESPIRI~V DE UNA CATEDRA fundamento teológico en la consideración de que, en última instancia, la verdad vive, es Cristo, y lo vivo de la verdad no puede encerrarse en una definición c~nceptual.~ En este sentido, adquiere especial relevancia que en 1923 ocupe tina cátedra de nueva creación, la Religionsphilosophie und kntliolische Weltanseknuung -Filosofía de la religión y visión católica del mundo-, en la Universidad de Berlín. Esta cátedra fue creada, después de la guerra, por el ministro de cultura Carl Becker, quien, movido por la acusada preponderancia del protestantismo de corte priisiano en la cultura y en la ciencia berlinesas, quería facilitar a los estudiantes católicos de la Universidad de Berlín una exposición dc la verdad católica que respondiera a las exigencias aead6rnicas. No fueron pocas las dificultades que Guardini hubo de superar, entre otras su fría acogida en el entorno universitario berlints y, mls grave, la consideración de su cátedra como un posible instrumento de propaganda de la Iglesia Católica. El concepto Wellanscknuung ya había sido utilizado como expresión del relativismo moderno, entendiendo por este término la visión del mundo que viene condicionada por presupuestos de tipo personal, histórico o étnico -Dilthey, Troeltsch, Jaspers; más tarde, el totalitarismo político le atribuyó un nuevo significado.' Guardini tratarA de precisar e1 contenido de esta cátedra al definir la katholische Welta~isehauuizgcomo la mirada sobre la realidad del mundo que se hace posible a partir de la fe. De este modo, se encontró inau@irandoun camino todavía no explorado por muchos de sus contrmpor~neos: "La verdadera dificultad era, sin embargo, la interior, la espiritual ¿Qué era 1s que realmente yo debía enseñar en la cátedra de Berlín? Se le había dado 16%dcnorninaci6n de "Filosofía católica de la religión y visión (Weltanschauung) católica del mundo". La cosa hubiese estado clara si se hubiese tratado de "Filosoffo de la religi6nUa secas, pero ¿qué significaba el adjetivo católica? No hay el termino corrprehensivo. "En un pensamiento dialéctico o sineidético, los detalles deben ser estudiados en función del conjunto, del cual vienen a ser partes integrantes que b esclarecen, no digresiones que distraen la atención." ( L ~ P EQUINTÁS, Z A,, I<ontcrrro Glinrdini y la dialictica de lo viviente. Estudio metodológico, Cristiandad, Madrid, 1966, p. 92.) Bn el entorno de discusión acerca de la esencia del cristianismo y de su naturalezti, Guordint escribirá La esencia del cristianismo, obra que pretende ser una introdiicción lnet6diea a los estudios La imagen de Jesús, el Cristo, en el Nuevo Testamento y El Sefior, cfr. GUARDINI, R., La esencia del cristianismo, trad. F. González Vicen, Cristiandad, Madrid, 1984. Cfr. GUARDINI, R., Ap~rr~tes para una autobiografín, ed. cit., p. 43-45. Cfr. GBRL, H. B., Romnno Gunrdini. La vita e l'opera, ed. cit., p. 306-307. 49 una filosofla de la religión católica, protestante y budista, sino sólo una verdadera filosofia de la religión. Y, ¿qué era la "visión católica del mundo"? Existe una teología católica, es decir la penetración teorética de la revelación, tal y corno la expone su portadora, la Iglesia, pero jexiste también una Weltanschauung católica? Poco a poco me fui dando cuenta de que no podía esperar dc quien había impuesto la cátedra, quienquiera que fuese, ninguna indicación gctiuinarnente científica. El titular de esta cátedra tenía más bien que completar cl trabajo de1 sacerdote encargado de la pastoral universitaria desde el punto dc vista de la reflexión intelectual, haciendo una exposición de tipo apologético y comprensible para todos de las verdades de la fe." Es en este momento cuando Guardini acepta el reto de explicar tina visión católica del mundo -con la consiguiente pregunta de si ésta existe- a un auditorio mayoritariamente formado por no católicos: "Definí la Weltanschauung cristiana como la mirada sobre la realidad del inundo que se hace posible a partir de la fe, y la doctrina de la Weltanschaiiung como la búsqueda teorética de sus presupuestos y de su contenido [.. l. Esto significaba instalarse dentro de la revelación y la posibilidad de ver desde ella el mundo, que es ya en sí mismo obra del Dios que se revela en su verdad propia. Pero el dogma no era un instrumento de la autoridad eclesiástiea para oprimir el espíritu, sino la garantía de la misma libertad espiritual, el siatcmti dc coordenadas de la conciencia creyente que se abre a la realidad en su totalidad a partir de la revelación." Instalarse en la revelación y contemplar desde ella el mundo. No cerrar los ojos a la realidad, sino ampliar el horizonte de conocimiento. Precisamente la revelación garantiza que el hombre, en cuanto ser creado, está bien constituido y puede conocer la verdad. La Weltnilsehuuung es "un modo de visión que, lejos de reducirse a una confitsa vibración romántica ante la realidad, significa el arte de ver la correlación mutua, dia-lógica, del ser en su conjunto. La Welfnilschnui~rzges una intuición de madurez que lleva a plenitud el proceso de conocimiento al mostrar la im-plicación dialéctica de los seres y situarlos formalmente en un 'mundo', dando así la más profunda ex-plicación de los mismos. Weltanschauung y pensamiento dialectico son, en todo rigor, estilos dinámicos de pensar".1° Apuntes para una autobiografía, ed. cit., p. 51. Cfr. GUARDINI, R., Apuntes para una autobiografía, ed. cit., p. 53. ~61% QUINTAS, ~ A., Romano Guardini y la dialéctica de lo viviente. Estudio rtietodo16~im,ea. cit., p. 276. Aquí "pensamiento dialéctico" no debe entenderse en el scntido dc la dialéctica romántica.. 8 Cfr. GUARDINI, R., A I ~ S~~III,VIS2001 ROMANO GUARDINI: EL ESPfRlTU DE UNA CATEDRA Fue Max Scheler quien le indicó cómo podía concretar el contenido de esta chtedra, animándole a desarrollar los principales puntos de vista y a aplicarlos al estudio de objetos concretos. Le sugirió que comenzase por el análisis de los personajes de la narrativa dostoyevskiana, que entonces estaba de moda." De ahí que Guardini desarrollara su labor docente impartiendo tres tipos de cursos: un grupo de lecciones sistemáticas que abordaban la existcxlcia cristiana en su conjunto -con referencias a cuestiones de 6 t h y antropología cristiana; otra serie de clases en las que exponía e1 contenido de la revelación, mediante el análisis del Nuevo Testamento; y un tercer conjunto de lecciones en las que interpretaba textos y figuras religiosas, filosóficas o poéticas. Estas últimas son las que habían de cosechar más éxito:12 acudía todo tipo de alumnos, en su mayoría no católicos. La variedad de lecciones que Cuardini impartía se justificaba por su convicción de que la actividad docente sólo puede llevarse a cabo a partir de una búsqueda de la verdad metódicamente clara. Este modo de acercarse a la verdad hizo que sus clases y homilías fueran seguidas por muchos: "Así, entre 1920 y 1943, desarrollé una intensa actividad como predicador y he de decir que pocas cosas recuerdo con tanto cariño como ésta. A medida que pasaba el tiempo menos me importaba el efecto inmediato. Lo que dcsdc u n principio pretendia, primero por instinto y luego cada vez más conscientemente, era hacer resplandecer la verdad. La verdad es una fuerza, pero sólo cuando no se exige de ella ningún efecto inmediato, sino que se tiene paciencia y se da tiempo al tiempo; mejor aún: cuando n o se piensa en los efectos, sino que se quiere mostrar la verdad por sí misma, por amor a su grandeza sagrada y divina. La revelación dice que "Dios es luz". La luz es más que la verdad; pero este "más" está efectivamente en su dirección, de modo que el anuncio, qiie hace resplandecer la verdad sagrada, le abre la puerta. Sólo, como dije, hay que tener paciencia. Aquí no deberían contar los meses y ni siquiera los l1 Cfr. GUARDINI, R., Apuntes para una autobiografía, ed. cit., p. 57. Este análisis de la narrativa dostoyevskiana quedaría recogido en GUARDINI, R., El universo n?li~'iosode Dostoyevski, trad. A. L. Bixios, EMECE, Buenos Aires, 1958. Posteriormentc, Gtiardini realizaria d análisis de la narrativa de autores como Dante, Rilke, Holdcrlin, Pascal y otros. l2 Cornprendi cada vez mejor lo que significaba, en una época espiritualmente descolorida, una verdadera interpretación, y poco a poco me fui elaborando un mbtodo para profundizar en la totalidad del pensamiento y de la personalidad del autor desde una correcta interpretación del texto, procurando enlazar con ello las problcm8ticas fundamentales [...] me esforzaba especialmente por liberar los contenidos cristianos de todas las decoloraciones y mixtificaciones propiciadas por el relativisrno moderno", GUARDINI, R., Apuntes para una autobiografía, ed. cit., p. 58. 51 afios. Y no hay que tener pretensiones particulares. La falta de pretensiones es en este caso la mayor fuerza. Esto es lo que he tenido ocasión de experimentar a menudo. No pocas veces, especialmente en los últimos años, tuve la sensación de que la verdad estaba en el espacio como un ser c~ncreto."'~ La revelación contiene una verdad metafísica que, al mostrarla, resuena en el corazón del hombre. No es necesario demostrarla, manipularla, dominarla, sino mostrarla. Guardini emprende la tarea de "hacer resplandecer la verdad" en el ambiente universitario berlinés del periodo de entreguerras. Sólo desde la fe y el convencimiento profundos, que se alcanzan en el devenir de un duro itinerario vital e intelectual, pueden abandonarse "los mieclos" que acompañan al hombre moderno y atreverse a integrar el contenido de la revelación dentro del discurso académico, sin menospreciar el valor de su verdad. Guardini tuvo ocasión de experimentar en innumerables ocasiones la fuerza interpelante de la verdad: 52 "l'articularmente eficaces han sido siempre las entrevistas personales. Estas entrevistas empezaron muy pronto, prácticamente en la época en la que todavía era estudiante. Se hicieron cada vez más numerosas debido a mi actividad eri la ensefianza y tenían su punto de apoyo fijo en la hora de tutoría o de consulta (...). Por lo general las entrevistas se alargaban mucho. Cuando se trataba de una consulta sobre una cuestión determinada se acababa pronto, pero casi siempre se trataba de conflictos humanos, de dudas e inseguridades de tipo religioso, o bien de la búsqueda de la propia línea espiritual. Por eso no se podía estar pendiente del tiempo. Aprendí poco a poco a escuchar y a crear un espacio en el que el otro no solamente es libre para hablar, sino que es capaz de tener una visi6n clara de sí mismo. Y a comprender; a no aplicar ningún esquema previo, a acoger a la persona partiendo de ella misma, que siempre es algo único. Cuando esto se hace así, la palabra que clarifica y orienta surge a menudo por sí sola, espontáneamente, En caso contrario hay que decir honestamente que no se sabe nada y esperar que lo que no se ha producido en la primera entrevista se produzca cn una segunda... Tampoco aquí hay que buscar un resultado inmediato, sino que es preciso tener paciencia. Las cosas humanas y espirituales no tienen prisa, requieren su tiempo. Por lo general lo mejor es no pretender ningGn "resultado"y dejar que el diálogo surja a partir del objeto y del movimiento espiritual del momento."'4 l 3 Cfr. GUARDINI, R., Apuntes para una autobiografia, ed. cit., p. 161-162. Para Guardini la verdad necesariamente resplandece si se oriexate a la Luz, pero para que esto sea así se precisa una actitud de apertura interior, eomo ya había indicado san Agustín.ls El profesor sigue el método fenomenológico de acercamiento a la realidad, que pretende superar la descomposición analítica del pensamienComo señala Mondin, "toda la obra de Guardini to ra~ionalista.'~ se caracteriza por una doble preocupación: a) llegar a entender el fen6meno de la existencia cristiana, b) restituir a esta existencia aquella profunda unidad que la cultura moderna parece irremisiblemente haber destruido".17Ahora bien, esto sólo se consigue si se da al entendimiento su valor pleno. Giiardini propone la síntesis entre intuición y concepto eomo modo de acceso al conocimiento de los aspectos no objetivebles del ser. Ahora bien, al contrario de lo que propone la cultura moderna, "la movilización de las facultades no intelectuales del hombre, lejos de indicar la subjetivización del proceso de conocer, l4 GUARDINI, R., Apuntes para una autobiografia, ed. cit., p. 162-163. "El amor a Ia verdad configura toda su persona, porque la verdad posee en él un carácter existcndal, de compromiso y exigencia. Por eso, sin pretenderlo, Guardini es brillante, y cllo dcbido no a efectismos literarios, sino a la fuerza interna del pensamiento, que Ilcva en si la rnadurez de muchas horas de vida intelectual. En el frágil ambiente de relattvismo y desarraigo en que vive desde hace tiempo Europa, Guardini ha sido, sin duda, uno de los testigos más eficaces de la verdad", LÓPEZQUINTAS, A., epílogo a El setiso de Itc edad moderna, trad. J . G. Mariscal, Guadarrama, Madrid, 1963, p. 152. l5 Las tareas pedagógicas supusieron un gran impulso en el desarrollo del pensamiento giiardiniano. De su vida académica brota su gran confianza en la experiencia benkfiea de la presencia de la verdad. Dos son los conceptos con los que, significalivamente, caracteriza su labor docente: Bildung y Begegnung (formación y sncuentxs). La formación va dirigida a integrar cada disciplina en el entramado conjuxits del saber. Por "encuentro" se entiende haber entrado en contacto con la realidad no de modo inmediato, sino desde la distancia que permite la reverencia ante lo que tiene cierta densidad ontológica. Un estudio detallado de ambos puede encontrase en L ~ P E QUINTAS, Z A., Romano Guardini y la dialéctica de lo viviente, ed. cit., p. 205-226. 16 Aquí por "fenómeno" se entiende "lo que aparece", algo objetivo real independiente de la propia visión. El acercamiento fenomenológico a la realidad presupone cierta connaturalidad del hombre con el mundo, por la que aquél puede tocar con la mirada su esencia y conocer "el sentido de su significación",cfr. GUARDINI, R., RelidBn y revelncibn, trad. J . M . Valverde, Guadarrama, Madrid, 1960, p. 27. Una brevc reflexión acerca del modo en que usan el método fenomenológico Guardini y Scheler en, GEKL, H. B., Ronlano Gtiardini. La vita e l'opera, ed. cit., p. 166-170. l7 "Tutta l'opera del Guardini 6 caratterizzata da una duplice preoccupazione: a) arrivaxe ad intendere il fenomeno dell'esistenza cristiana, b) restituire a tale esistcnza qiiella profonda unit6 che la cultura moderna pare avere irrimediabilmente distrutta", MONBIN, B., "Romano Guardini e la teologia dell'esistenza cristiana", ed. cit., p. 95. 53 significa la gotenciación de la capacidad intuitiva de lo profundo, ciiyo conocimiento implica el reconocimiento de lo irreductible, y la emoción de trascendencia que suscita la revelación de algo meta~ensible".'~ Esta ampliación de la racionalidad supone la conciencia del carácter incomprehensible de la realidad. El conocimiento nunca puede agotar la realidad del ser y mucho menos si éste entra dentro del ámbito del misterio. La conciencia de los límites de la razón no conduce a negar su primacía dentro del ámbito del conocimiento. Efectivamente, en El espfritu de la liturgia ya se afirma la primacía del logos sobre el etfzos. En este sentido, parece que Guardini intenta superar las deficiencias del planteamiento moderno recuperando el valor y la amplitud del conocimiento: "La Voluntad n o crea la Verdad sino que la encuentra ya creada y está obligada a reconocer humildemente su ceguera, que tiene necesidad de luz, de dirección, de la fuerza ordenadora y estructurante de la Verdad. Es decir, que debe reconocer con total rendimiento y como principio absoluto e inquebrantable la primacia de la Razbn sobre la Voluntad, la del Logos sobre la del Ethos." l9 54 Su modo peculiar de estudiar la realidad le lleva a no hacer referencia explícita a los autores con los que trata. Sin embargo, en toda su obra se pone de manifiesto su profundo conocimiento de la teología clásica, así como de la contemporánea y de la situación cultural de Occidente. 20 "La intencibn de estas lecciones lleva aparejado algo que será u n defect o a ojos de muchos lectores: n o menciona ninguna bibliografía, porque el autor no ha utilizado ninguna. Dicho con más exactitud: n o la ha utilizado del mismo rnodo que el científico cuando al emprender una investigación e n su L ~ P E ZQUINTAS, A., epílogo a GUARDINI, R., El ocaso de la edad moderna, cd. cit., p. 194. Cfr. GUARDINI, R., El espíritu de la Liturgia, Araluce, Barcelona, 1946, p. 193. 2o GBRL, H. B., Ror?~anoGuardini. La vita e l'opera, ed. cit., donde se encuentran datos concretos acerca de sus lecturas y conocimiento de las personalidades intelectuales mAa relevantes de la época. Si se inició con el estudio de San Buenaventura, conocía bien la obra de Kierkegaard y Nietzsche. Conoció personalmente a Max Schcler y a Heidegger, y fue amigo de teólogos tan importantes como Karl Rahner. La actividad desarrollada como profesor en las universidades de Berlín, Tubinga y Munich, la multiplicidad de conferencias pronunciadas y la actividad desarrollada dcsdc el Castillo de Rothenfels, lo situaron en un entorno idóneo para conocer y partici~aren los grandes debates intelectuales de la época. AI\S ~ ~ I \ I \ V I2.001 S ROMANOGUARDINI: EL ESPfRITU DE UNA CATWRA terreno de especialidad, recorre los trabajos existentes y toma posición ante sus resuXtados." Al profesor no le interesa instalarse en el ámbito de la fría discusión academica, meramente erudita, donde la referencia y la cita, no pocas veces, se encargan de desviar la atención, situándola lejos del níicleo del problema. Se siente libre del encorsetamiento aead6mico y realiza una búsqueda de la verdad con un marcado earacter existencial. "Eso no ha de significar, ciertamente, que el autor no se sienta obligado con nadie: tiene muchos agradecimientos en muchos sentidos. Sin embargo, sus fuentes no han sido bibliografía que se pudiera citar: sino más bien, ante todo, cl trato con el fenómeno mismo, en cuanto ha podido tenerlo ante sus ojos por experiencia propia o por mediación de otros; y un teólogo que lleva casi cincuenta afios en contacto vivo con la cura de almas -entendiendo este tCrmino en su sentido mis amplio- ha encontrado frecuente ocasión, en la confianza de inniimexables diálogos, para conocer y comprender tales experiencias. Como segunda fuente ha de mencionar el caudal de todo aquello que ha adquirido por largo estudio sobre planteamientos de problemas y opiniones. Pero esto, por dccirlo así, de modo anónimo, no estaría en condiciones de decir de dbnde le ha venido tal o cual idea. Por lo demás, en cuanto a los diversos hechos e ideas que cmergen en este libro, hubiera sido fácil, pero muy inoportuno, citar obras que los tratan, para que hubiera 'bibliografía' en las notas. Todos los hechos y todas las ideas viven del contexto total: eso es tan obvio como decir que hablati el lenguaje de la historia común." 22 Luz de la revelación, estudio del pensamiento, diálogo con los autores clásicos y con sus contemporáneos, la experiencia del trato personal con un número ingente de jóvenes. Todo este acervo de experiencias y conocimientos se sintetizan de modo peculiar en la personalidad y el talante académico de Romano Guardini, quien busca comprender los problemas del hombre contemporáneo y hacerlos comprender al iluminarlos con su trabajo. Así lo explica en el pr6logo que escribe para su obra Religión y revelación: "La justificaciBn de este modo de proceder reside en lo que pretende el libro: no trata de informar al lector en sentido científico especializado sobre hechos y teorías, sino ponerle ante los fenómenos, mostrarle su relación mutua 21 GUARDINI, R., 22 GUARDINi, R., Religión y revelación, ed. cit., p. 14. Religión y revelación, ed. cit., p. 14. 55 y ayudarle a que los comprenda. Si desea información ulterior, tiene abundantes mcdios a su disposición: los diversos manuales de historia, psicología y fenomenologia de la religión, así como los manuales de teología histórica y sistctnEitica." 2J 56 Para Guardini toda la extensión de la vida humana aparece dominada por la realidad de los opuestos. El verdadero problema consiste en saber en qué relación están concepto e intuición, teoría y experiencia, ser y hacer, forma y vida, como lo uno subsiste en virtud de 1s otro y la unidad en virtud de todos sus cornponente~.~~ La vida se expresa en la forma pero no se agota en ella, se experimenta como acto y estructura. Esto es lo que hace que la intuición constituya un factor integrante de la reflexión intelectual, pues permite captar los elementos "no formales" de la realidad, que no se pueden integrar de modo adecuado en una reflexión de carácter conceptual. La misma naturaleza de la realidad y del conocer humano hace imposible la existencia de un conocimiento puramente conceptual o puramente intuitivo: la estructura polar de la realidad se correspondería con la estructura polar del conocimiento humano.2s Desde este punto de vista, el símbolo adquiere un valor impsrtantísimo dentro del conocimiento humano: "Las comparaciones, los símbolos, enlazan la inteligencia con la fantasla: asi hacen que la comprensión sea plástica y cautivadora. Ciertamente, tienen tambiCn sus peligros. Puede ocurrir que el centro sensible de la imagen no coincida con el de la verdad manifestada; entonces desvía más bien que acerca. O la imagen se hace independiente y prolifera; entonces se hace más interesante que la verdad, y la tapa."26 En este sentido, es necesario recuperar la concepción simb6lica de1 mundo -como una preconcepción religiosa del ser, previa a toda reflexión filosófica- desintegrada por el pensamiento moderno. Se trata de superar la desacralización del mundo, haciendo brillar el pulchrum que hace atrayente el bonum e intuitiva la comprensión del verum. Romano Guardini era consciente de que con su modo de 24 GUARDINI, R., Religión y revelación, ed. cit., p. 14. Cfr. BORGHESI, M., Romano Guardini. Dialettica e antropologia, Studium, Roma, 1990, p. 16. 25 Cfr. BORGIiIESI, M., Romano Guardini. Dialettica e antropologia, ed. cit., p. 60. 26 GUARBINI, R., Verdad y orden III, Guadarrama, Madrid, 1960, p. 16. proceder se alejaba del ámbito académico convencional. Así lo pone de manifiesto en una carta a Karl Rahner, en la que explica su resistencia a tornar bajo su dirección trabajos de doctorado: "A esto me ha movido también el temor de que la peculiar posición de rni Weltanschauung (visión del mundo), entre teología y filosofía, pueda atraer a aquella dudosa categoría de estudiantes que prefieren u n cierto diletantis- rno a iin trabajo intelectual verdaderamente metódico."27 Sin embargo, su decisión está tomada. No puede afirmarse que Suurdini sea un pensador falto de rigor por el hecho de que en su xnktodo combine la intuición con el razonamiento conceptual. Así lo Ciertamente, sólo desde la perspectipone de manifiesto Borghe~i.~ va filosófica descrita en La oposición polar puede entenderse con rigor su pensamiento y alcanzar el punto de vista que le da unidad. Como sefiala Mondin, "debido a su sólida formación filosófica, Guardini hubiese podido elaborar un gran sistema teológico, como han hecho '171Xich y Barth. Por e1 contrario, a causa de su innata repugnancia por las constr~iccionessistemáticas, que consideraba necesariamente viciadas por el artificio y la abstracción, el eminente teólogo italogermano se ha limitado siempre a prestar atención a los problemas partitulares. De aquí ha resultado una teología aparentemente fragrnentaria que goza, no obstante, de una profunda unidad, porque siempre es percibida desde el mismo ángulo visual, el de la polaridad. Esta perspectiva es natural para Guardini que, a menudo, la elige instintivamente, sin explicarla al lector, el cual, por esto, puede encontrar dificultad para entenderlo. Pero la dificultad desaparecerá inmediatamente, apenas se coloque en el punto de vista de la p~laridad"~~. - - 27 "A cid mi ha spinto anche il timore che la peculiare posizione della mia Wel- tlrnsehauu~zg((vlsione del mondo), tra teologia e filosofia, possa attirare quella dubbia categoria di studenti, che ad un lavoro intellettuale veramente metodico preferiscono un serto dilctantismo", carta a Karl Rahner 17/XII/1966, citada por Gerl, H. B., .Romcit~oGuardini. La vitn e l'opern, ed. cit., p. 159-160. e8 Cfr. BORGHESI, M., Romano Guardini. Dialettica e antropologia, ed. cit., p. 296. 8n esta obra se realiza un an6lisis detallado de las categorías utilizadas por Guardini a la luz de la sistematización que el profesor propone en su obra La oposición polar. 29 " Amotivo della sua solida base filosofica Guardini avrebbe potuto elaborare un grande sistema teologico, come hanno fatto Tillich e Barth. Invece, a causa della sua innata dluttanza per le costruzioni sistematiche, ch'egli considera necessariamente viziate dall'artificio e dall1as&azione,l'eminente teologo italotedesco S'$sempre limitato a portare l'attenzione su problemi particolare. Ne e resultata una teologianpparentemente frammentaria, che gode tuttavia d'una profonda unitá, perche sernpre pereepita dallo stesso angolo visuale, quello della polarita. Questo angolo 6 ros1 naturale al Guardini che spesso lo sceglie istintivamente, senza farne parola al 7 Hay que tener en cuenta que Romano Guardini, por definición, se muestra reticente ante los grandes sistemas y, por esta razón, algunos autores han considerado que realiza una contribución científica pobre, pero "frente al absolutismo de toda suerte de pensamientos unilaterales (Intelectualismo, Biologismo, Irracionalisrno, Materialismo, e incluso Espiritualismo extremo), no hay labor más fecunda que ostentar un ethos de fidelidad al conjunto del ser. La Teoría del contraste quiere ser una forma de Fenomenología arraigada en lo real al nivel de lo viviente-concreto [...l. Al renunciar por principio a la 'exactitud' de los conceptos 'puros', tan drásticos, firmes y claros como superficiales, para situar la vida intelectual en el lhbil ambiente dialéctico que corresponde a las realidades vivientes, la Teoría del contraste abandona el ámbito de la llamada Filosofrcl científica para abrir un amplio crédito de confianza a esta actitud de contención y mesura que es la quintaesencia del amor a la sabiduría (Fi10sofía)"~O. 58 La aportacisn de Guardini a la teología, a la cultura y al pensamiento contemporáneos es indudable. Ahora bien, en buena medida su grandeza radica en haber recuperado para el siglo XX el modo de investigar propio de los primeros siglos del cristianismo. Esto es, un trabajo intelectual que atiende a la verdad revelada y que no estudia los dogmas separadamente; que no menosprecia los desarrollos teslógicos que nacen como fruto de la meditación pausada y profiinda de la Sagrada Escritura; un trabajo intelectual de carácter sapiencial, que se expresa por medio del lenguaje común tomado en su sentido corriente; un desarrollo teológico que nace unido a la experiencia del vivir cristiano, en la Iglesia y como servicio a ésta. Este modo de hacer recupera una visión unitaria del saber en la que caben todas las aportaciones válidas que el pensamiento humano ha hecho, desde las ciencias positivas y humanas, a lo largo de los siglos y que, por lo tanto, se muestra capaz de enfrentarse sin falsos temores a la sit~iacibnintelectual del mundo contemporáneo. Si la tarea de inaugurar la cátedra de Religionsphilosophie und katho%ischeWeltanschauung en Berlín había constituido un auténtico reto, fue precisamente esta dificultad la que hizo posible que el lettore, il quale, per questo,pud incontrare difficolta ad intenderlo. Ma la difficolta sveniri immcdiatamente appena si collocher~da1 punto di vista della polarita", MONDIN, B., "Romano Guardini e la teologia dell'esistenza cristiana", ed. cit., p. 205. 30 ~61113~ QUINTAS, A,, Romano Guardini y la dialéctica de lo viviente,ed. cit., p. 272. profesor encontrase su propio camino intelectual. En 1939 el Castillo de Rothenfels es confiscado por los nazis, se prohíbe la puhlicaciBn de la revista Die Schildgenossen -voz del Quickborn-, cierran su cátedra y se fuerza su jubilación anticipada. Desde entonces ticnc prohibido hablar en público, a pesar de lo cual pronuncia alpnas conferencias. Entre 1943 y 1945 se retira a Mooshaussen, donde hace nuevos amigos y escribe unos apuntes autobiográficos eri un intento de perfilar su itinerario vital e intelectual. Cuando, dcsgufs de la guerra, le ofrecen la posibilidad de ocupar la cátedra de Heidegger en Friburgo, no acepta. Sin embargo, en 1945 es llamado por el ministro de cultura Carlo Schmid para ocupar la cátedra cad persanarn de Religionsphilasophie und christliche Weltansehouirr18en la Universidad de Tubinga, lo que constituyó una ocaái6n propicia para retomar de nuevo, en el mundo académico, la tarea que nunca había abandonado. Desde 1948 hasta 1962, ano dc su jubilación, ocupará esta misma cátedra en la Facultad de Filosoffa de la Universidad de Munich. No era fácil encontrar a quien debía sucederle. Entre 1964 y 1967 su amigo Karl Rahner se ocupa dc dirigir la que ya se llama Romano-Guardini-Lehrstuhl.Treinta y lres años despu6s de su muerte, la obra de Romano Guardini es testimonio del espíritu de la katholische Weltanschauung, y la valentía con la que se jugó su vida en defensa de la verdad un revulsivo contra el relativismo intelectual contemporáneo."' Abstract Throughout this study, professor Monica Codina, very knowledgeable about the works of Dostoevsky and Guardini, synthesises the key aspects to understand the works of the prolific theologian Romano Guardini. In her study, she looks into the philosophical and theological sources of this theologian and the scope of his work, not only in the German context, but also in the European context. 1 31 Acerca de la actlvldad que realis6 Guardini desde la cátedra de Berlín, su Valentía ante las presiones del nacionalsocialismo, su vida y obra como testimonio del valor de la verdad, y su aportación al contexto intelechial contemporáneo, cfr. HRQSE, TH.(ed.), Gewagter Glaube, Monis-Verlag, Berlín, 1998. 7