NECESIDADES BÁSICAS Y SEGURIDAD SOCIAL

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NECESIDADES BÁSICAS Y SEGURIDAD SOCIAL
Alfonso Rodríguez.
Departamento de Física, Facultad de Ciencias, Universidad de Los Andes,
Mérida, Estado Mérida, Venezuela, junio de 2006.
alfonso@ula.ve.
Resumen.
El presente trabajo, producto de la reflexión sobre la realidad actual, intenta poner de manifiesto el
reduccionismo a que nos ha llevado el pensamiento capitalista imperante, en lo relativo al trueque
de dinero por trabajo individual como mecanismo para la satisfacción de las necesidades básicas
de vivienda, salud, educación, alimentación, vestido, recreación y trabajo individual. Se parte de
un recordatorio de lo que se definen como necesidades vitales y de allí se hace una correlación
con las necesidades básicas de los seres humanos, comúnmente aceptadas actualmente.
Se hace mención de manera muy breve a las instituciones creadas en Venezuela entre los años
1940 y 1995 como mecanismos para apoyar la satisfacción de dichas necesidades y sus
consecuencias mas trágicas al contribuir en el incremento de la tasa de pobreza (85%, 1996 INE).
Igualmente se muestra con un ejemplo particular, la atención de la salud de la comunidad de la
Universidad de Los Andes, los intentos de satisfacer esta necesidad primaria y los resultados
actuales, los cuales indican que está en total indefensión, a pesar de los enormes aportes que se
hacen, donde los miembros de dicha comunidad llevan la mayor carga en el esfuerzo. (Informes
CAMOULA 1983 a 1987, Prensa APULA, informes IPP, Resoluciones del Consejo Universitario de
la ULA, entre otros).
Se pone en evidencia, con el mismo ejemplo, a título analógico, que cualquier otro componente
de la Seguridad Social: Alimentación, Salud, Recreación, Vivienda, Vestido o Educación, no sean
posible satisfacerlo a nivel colectivo en este sistema capitalista y neoliberal.
Finalmente, se visualiza en un ideograma, en un esquema limitado y para la discusión, de un
sistema que incorpora el precepto constitucional, expresado en el artículo 2 de nuestra carta
magna de 1999.
1.- Introducción.
La Seguridad Social es un tema que surge, de manera natural, de la necesidad de garantizar al
ser humano la satisfacción de sus penurias básicas. A todos nos parece obvio pero es bueno
recordar que la satisfacción de las necesidades básicas, las cuales permiten la existencia del ser
humano, están íntimamente relacionadas con las necesidades vitales primarias; así, la comida, el
agua potable, el aire puro (no tóxico), el apareamiento, el resguardo ante el clima y el sueño,
fundamentalmente.
Cada necesidad vital conduce a la exigencia de su satisfacción, con lo cual podríamos,
en
principio, agrupar en siete categorías a las necesidades básicas que están correlacionadas con
las necesidades vitales del ser humano: La alimentación completa y balanceada, la salud
preventiva y correctiva, la vivienda, el vestido, la educación integral,
la recreación y el
trabajo. Si se satisface este conjunto de exigencias primarias en armonía con el planeta donde
vivimos entonces tendremos una sociedad sana y con perspectiva de existencia.
Desde la aparición del hombre, como individuo intentó resolver sus necesidades vitales, pero a
medida que avanzó y evolucionó, de todos conocido, se hizo necesario la interrelación social, el
trabajo en equipo, el intercambio, el trueque, entre otros, para dar respuesta a la satisfacción de
sus necesidades vitales. Tenemos en nuestras comunidades indígenas culturas que, a pesar de
la inclemente
exclusión, han podido perpetuarse y existir hoy día gracias a la práctica de
principios como los antes señalados. Es decir, la asociación de individuos en grupos, tribus,
clanes o estados ha facilitado y permitido de forma más racional la satisfacción parcial de las
necesidades básicas. Podemos resumir diciendo que han sido intentos de socialización.
Las luchas de los trabajadores en los últimos siglos han estado orientadas fundamentalmente a la
defensa de lo derechos que les permita su subsistencia como seres humanos, ante el implacable
y despiadado capitalismo que intenta convencernos que los hombres somos tornillos de máquinas
para la producción de dinero y lucro. De las victorias populares nacieron los derechos laborales y
en consecuencia el término Seguridad Social. Termino que se correlaciona con la satisfacción de
las siete necesidades básicas arriba señaladas.
2.- La Seguridad Social Actual en Venezuela, perspectivas.
Es posible una equivocación en las afirmaciones que a continuación se esbozan, pero en honor a
quienes han tenido la visión y la sensibilidad social, debemos señalar, entre otros, al Maestro Don
Luís Beltrán Prieto Figueroa como uno de los precursores en Venezuela de los primeros
mecanismos institucionales para satisfacer la Seguridad Social de los trabajadores. Así surge el
Seguro Social Obligatorio, 1958, como sistema que tenía como funciones no solo el problema de
la salud sino que además contemplaba la incapacidad, la seguridad en el trabajo, la vejes, entre
otras actividades. Igualmente se funda el INCRE, 1958, como sistema para la recreación, Bancos
del estado para el financiamiento de la vivienda, la educación pública gratuita (primaria, media y
superior), INCE para la formación continua a los adultos, PROAL para la venta de alimentos a
precios solidarios, entre otras instituciones. Es decir, en los últimos cincuenta años de lucha
obrera, hubo intentos para garantizar la seguridad social a los venezolanos.
Con lo anteriormente expuesto pareciera que nuestra sociedad en conjunto, desde los años 58 en
adelante, hubiese experimentado mejoras en su calidad de vida. La realidad actual indica que
muy por el contrario, a pesar de disponer de miles de millones de dólares americanos, el grueso
de la población tendió a la pobreza (cerca 85% para 1996, INE), de los cuales un porcentaje
importante (25%), conforma la pobreza extrema. ¿Qué ha fallado?, ¿Las instituciones creadas
para satisfacer la Seguridad Social?, ¿El Estado?, ¿Los Gobiernos?, ¿La corrupción?...
A nivel de la comunidad universitaria, igualmente por mandato de ley, se crearon instituciones en
todas las universidades,
para afrontar la Seguridad Social de sus trabajadores (obreros,
empleados y profesores), vale mencionar en la Universidad de Los Andes el Instituto de Previsión
de Profesorado
IPP,
para atender la seguridad social de los profesores, institución que ha
recibido millares de bolívares y siempre ha estado en terapia intensiva y al borde de la quiebra.
Hoy es una catástrofe la inseguridad social de todos los miembros de esta comunidad y es lógico
afirmar que no es posible en este sistema de intercambio de dinero por trabajo, donde la plusvalía,
la usura y el lucro son el principio fundamental,
resolver y satisfacer las necesidades básicas
para toda la comunidad universitaria.
El sistema capitalista contemporáneo, hoy en su fase superior “imperialista”, reduce la seguridad
social solo a la “satisfacción del trabajo” y consecuentemente a un intercambio de trabajo por
dinero, y dentro de este marco se nos ha hecho pensar que con el dinero debemos comprar todos
los productos que resuelven nuestras necesidades básicas. Un ejemplo lacerante que muestra
esta realidad lo hemos podido palpar los universitarios
con el sistema de salud tanto público
como institucional. Allá por el año 1983, en uno de los muchos intentos por sortear este acuciante
problema, la comunidad universitaria de la ULA, a través del famoso comando intergremial
(APULA, AEULA, SOULA y SAGEN), se responsabilizó de la administración del sistema de salud
de la comunidad uladina. Se crearon
el programa de HCM y el de atención primaria
(Ambulatorio y farmacia), programas que en sus tiempos iniciales dieron muestras de buenos
resultados pero que a medida que se avanzó en su socialización, encontró de manera lógica y
natural sus enemigos internos (Profesores) y externos (clínicas privadas, seguros, farmacias,
entre otros). Los intereses particulares, la usura y el lucro de una sociedad capitalista no podían
permitir en sus entrañas un sistema solidario, equitativo y justo.
Entre el año 1987 y la actualidad, siguiendo con el mismo ejemplo, la universidad de Los Andes, a
través del IPP, ha intentado satisfacer las necesidades de salud correctiva, no preventiva,
contratando o autogestionando seguros de atención, con inversiones millonarias,
y no se
vislumbra una solución para esta necesidad social básica. Cada vez que el IPP recibe dineros de
cualquier fuente de recursos el sistema de salud privado, capitalista y usurero incrementa sus
precios y se diluye cualquier posibilidad de satisfacer dicha necesidad. Esta realidad es más dura,
en el supuesto caso que tuviéramos una fuente inagotable de dinero se presenta una paradoja,
mas tragicómica aún, si ocurre un accidente fuera de las ciudades más importantes la muerte es
casi segura porque no hay mecanismos de movilización ni centros públicos o privados que puedan
afrontar problemas más allá de los llamados electivos o preventivos. Esa es la actualidad de esa
necesidad básica llamada salud y es posible que sea a nivel de la mayoría de las universidades.
Un análisis a todas las demás necesidades básicas que conforman el marco de la “Seguridad
Social”, indican que el problema es recurrente e insoluble, a menos que se cambie de sociedad o
sistema. Un sistema donde reine la solidaridad, la equidad la justicia social. Un sistema donde el
salario sea solo un componente de la seguridad social, es decir se utilice para comprar a precio
justo lo que se tenga que comprar. Un sistema donde el principio de los equivalentes se use
como medida de intercambio o compra venta.
A manera de resumen en el gráfico 1, se a esboza un ideograma de lo que debería ser, dentro de
la modesta opinión, un sistema que contemple los principios constitucionales de “.. un Estado
democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de
su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la
solidaridad, la responsabilidad social,
y en general, la preeminencia de los derechos
humanos, la ética y….” , artículo 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
TRABAJO COLECTIVO
ALIMENTACIÓN
RECREACIÓN
VIVIENDA
SER
SOCIAL
EDUCACIÓN
VESTIDO
SALUD
TRABAJO
Figura 1
En conclusión, todos los miembros de la comunidad, en particular la universitaria, debemos
contribuir a la instauración de un sistema anticapitalista y antineoliberal que permita
corresponsablemente resolver la inseguridad social en que vivimos.
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