220-65580, 16 de diciembre de 2004 Ref: Desvinculación del representante legal y otros aspectos. Me permito comunicarle que mediante escrito radicado con el No. 2004-01-163942, el Departamento Legal de la Cámara de Comercio de Bogotá, dio traslado a este Despacho de la consulta que Usted elevara a ese organismo el 28 de octubre del presente año, invocando para ello el artículo 33 del C.C.A. En el entendido que ya la Cámara se haya ocupado de los interrogantes formulados en torno a los temas de su competencia, a los que alude el punto segundo de su solicitud, esta Entidad se pronunciará sobre los que involucra el punto primero, advirtiendo que los conceptos emitidos en atención al artículo 25 del citado código, tienen un alcance general y abstracto y en esa medida su finalidad no es solucionar situaciones jurídicas de carácter particular y concreto como las descritas, máxime tratándose de sociedades cuyos antecedentes le son del todo ajenos. En ese orden de ideas debe advertirse que abstracción hecha de las circunstancias que se presenten al interior de una sociedad mercantil, para el caso, de responsabilidad limitada, constituida entre dos socios, las personas inscritas en la Cámara de Comercio del domicilio como representantes legales de una sociedad, conservarán tal carácter para todos los efectos legales mientras no se cancele dicha inscripción mediante el registro de un nuevo nombramiento o elección, según lo dispuesto en el artículo 164 del Código de Comercio. Lo anterior implica que hasta tanto se cancele la correspondiente inscripción, la persona que aparezca inscrita como tal, sea en calidad de principal o suplente, asume para todos los efectos las responsabilidades propias de la correspondiente investidura, así como las facultades de la misma, de manera que para quedar relevado cuando sea del caso, es preciso efectuar la cancelación de la inscripción en la forma que la norma expresa, lo que ordinariamente supone acreditar ante la Cámara de Comercio la consiguiente decisión del órgano competente adoptada con el lleno de las formalidades legales y estatutarias pertinentes. Sin perjuicio de lo anterior, cabe señalar que la Corte Constitucional mediante Sent. T.974 de oct.22 de 2003, se pronunció sobre el tema, precisando que por tratarse de una presunción de hecho, cuando haya lugar a ello, será posible probar exclusivamente en el terreno procesal, que quienes aparezcan inscritos en el registro mercantil, no necesariamente ejercen el cargo, lo que adicionalmente no descarta que en circunstancias como las descritas, a la persona que no haya actuado, a pesar de figurar como representante legal, le asiste el derecho de rendir ante las autoridades competentes las explicaciones que sean procedentes. De otra parte, cuando la sociedad no está desarrollando su objeto social y adicionalmente existen entre los dos únicos socios diferencias irreconciliables, debe ser claro que en esas circunstancias se está en presencia de una causal disolución de la compañía, que debe someterse al examen de su máximo órgano social, observando las reglas previstas en los artículos 218 y siguientes del Código de Comercio y, en todo caso atendiendo que para que el reconocimiento sobre la ocurrencia de la causal respectiva tenga efectivamente vocación para disolver la compañía, se requiere la adopción de la correspondiente decisión expresa por parte del órgano social mencionado, amén del cumplimiento de las demás formalidades, para dar paso luego al consiguiente proceso de liquidación. Para ese fin ha de tenerse en cuenta que esta Superintendencia en ejercicio de las funciones jurisdiccionales que le confiere la Ley 446 de 1998, puede dirimir las discrepancias sobre la ocurrencia de causales de disolución de sociedades no sometidas a la vigilancia y control del Estado, o que estándolo, la entidad respectiva no tenga dicha facultad, conforme lo dispuesto en los artículos 138, 139 y 140 ibidem, siempre que el trámite sea solicitado por cualquier asociado mediante escrito presentado personalmente por el interesado o su apoderado, junto con los anexos correspondientes. Así mismo, el artículo 627 del Código de Procedimiento Civil, establece que a petición de cualquiera de los socios, procede declarar judicialmente la disolución y decretar la liquidación de una sociedad civil, comercial o de hecho, por las causales previstas en la ley o en el contrato social, cuando tal declaración no corresponda a una autoridad administrativa, procedimiento al que se acude cuando no sea evidente que se haya producido la disolución de la sociedad, y por esa razón debe formularse demanda para que se declare aquella y consecuencialmente se proceda a la liquidación. De la simple lectura de las previsiones citadas se advierte que si bien en los eventos descritos es potestativo del interesado en la disolución, proponer según sea el caso la solicitud ante esta entidad o ante los jueces civiles del circuito del domicilio social, es categórica la ley al señalar que en uno y otro evento sólo están legitimados para ello los socios de la misma sociedad, bien directamente o por conducto de apoderado. En los anteriores términos se ha dado trámite a su solicitud, reiterando que los alcances del concepto expresado se sujetan a las condiciones señaladas en el artículo 25 del C.C.A.