//la ciudad de La Plata a los 24 días del mes de abril de dos mil seis, reunidos en Acuerdo los Señores Jueces que integran la Sala III de la Cámara Federal de Apelaciones de la ciudad de La Plata, toman en consideración el expediente Nº 12.899/06 caratulado "VARGAS, Ramona Rosa c/Armada Argentina s/ Enfermedad Accidente", procedente del Juzgado Federal de Primera instancia Nº 2 de esta ciudad, Secretaría Nº 5, para resolver el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de fs. 148/149. El Tribunal establece la siguiente cuestión a resolver: ¿Se ajusta a derecho la sentencia apelada? Practicado el pertinente sorteo el orden de votación resultó: Dr. Antonio Pacilio, Dr. Carlos Alberto Nogueira y Carlos Alberto Vallefin. EL DOCTOR PACILIO DIJO: I. La sentencia de primera instancia viabilizó las aspiraciones indemnizatorias articuladas en el inicio al amparo de la ley especial de accidentes, ello motiva el alzamiento de la parte demandada, quien pretende sustentar su afán revocatorio a mérito del memorial obrante a fs. 150/154. La réplica de la parte actora quedó glosada a fs. 158/159vta.. II. Céntrase la queja impetrada en la valoración de la prueba realizada por el a quo, con especial referencia a la acreditación del nexo concausal entre las dolencias diagnosticadas (sindrome varicoso bilateral complicado y síndrome neurovascular de entrampamiento o compresión con cervicobraquialgia y lumbociatalgia)y las tareas que la actora desarrollara bajo las órdenes del principal en el Hospital Naval Río Santiago. Cuestiona, asimismo que el juzgador haya adoptado como fecha de toma de conocimiento, a la luz de lo aseverado por el galeno, la denunciada en el inicio (mayo 1996) siendo que la actora continuó trabajando hasta el mes de mayo de 1998. III. Juzgo infundado el planteo. Me explicaré. a)En primer lugar, observo que lo sostenido en el libelo recursivo por el quejoso no rebate eficazmente las conclusiones a que arriba la perito desinsaculada en la causa, por cuanto no se basa en elementos científicos o técnicos mejores que los esgrimidos por aquélla constituyendo una mera discrepancia con su criterio evaluador, carente -de suyo- de envergadura suasoria a los fines pretendidos. Aunque las normas procesales no acuerdan al dictamen pericial el carácter de prueba legal, no lo es menos que cuando el mismo comporta la necesidad de una apreciación científica del saber del perito, para desvirtuarlo es imprescindible valorar los elementos de juicio que permitan advertir fehacientemente el error o el uso inadecuado que el técnico hubiese hecho de los conocimientos científicos de los que por su profesión o título habilitante ha de suponérselo dotado. De ahí que cuando -como en la especie- el peritaje aparece fundado en principios técnicos inobjetables y no existe prueba que lo desvirtúe, la sana crítica aconseja, frente a la imposibilidad de oponer argumentos de mayor peso, aceptar las conclusiones de aquél; máxime teniendo en consideración el tiempo que la actora laboró para la accionada efectuando las tareas que fueron descriptas en el inicio como coadyuvantes de los padecimientos hallados. Nótese que en la demanda se señaló que la actora se desempeñó a las órdenes del principal como mucama. En tal sentido surge de lo informado por el perito contador que en el legajo de la actora consta que ingresó el 1 de enero de 1980, que su egreso se concretó el 28 de enero de 1998, siendo su categoría: "Agrupación Personal de Servicio Clase III- Ayudante General (ver fs. 57/58). Por lo demás, cabe destacar que cuando el médico refiere que las tareas son concausa de la dolencia está expresando una consideración de orden científico en abstracto sin alusión concreta a que efectivamente las haya cumplido el accionante. En tal sentido se ha dicho que la vinculación causal o concausal entre el hecho del trabajo y una dolencia y su consecuente déficit, no constituye un hecho material susceptible de ser probado por el informe médico, sino que, más bien, se trata de un proceso de comprensión en el cual el especialista asesora al magistrado (cfr. CNAT, Sala I, SD 67.353, del 29/09/95). a´)En cuanto al porcentaje de incapacidad que el juzgador consideró indemnizable sobre la base de lo dictaminado por el galeno (29% de la t.o. que corresponde al 50% del total fijado por el experto aplicado el método de la capacidad residual, esto es, 58%) y su correlación con el consignado en la demanda que el quejoso subraya como muy inferior, puntualizo que la jurisprudencia ha exigido desde siempre la fijación aproximada de un monto reclamado (para lo que -en la especie- resulta necesario, sustancialmente, el cómputo del salario diario promedio y el grado de déficit), sin dejar atada a la parte a tal estimación provisional y sujeta a pruebas y a la decisión última judicial. Por esta razón será el juez quien, luego de producirse la prueba de los hechos y de aplicar el derecho, establecerá precisamente el monto de lo debido, pudiendo condenar por más o por menos de lo pedido (ultra petita o infra petita, cfr. art. 56 L.O.). a´´) En orden a la vinculación concausal, creo necesario precisar lo siguiente: 1)El perito diagnosticó en la actora (vide informe fs. 119/121), síndrome neurovascular de entrampamiento o compresión con cervicobraquialgia y lumbociatalgia, asignándole por la misma un 40% de incapacidad y relacionándola concausalmente con la labor realizada. Nótese que del resultado de los estudios complementarios pertinentes tenidos en cuenta por el perito, se infiere que si bien se detecta la presencia de artrosis en todo en árbol columnario la misma es de una mayor significación en el sector lumbar donde se observó espondiloartrosis con pinzamiento entre L4 y L5, L5-S1 (sacralización de la 5° lumbar) y en el sector cervical, por lo que existe una relación topográfica con las tareas denunciadas y hace descartar la idea de una artrosis generalizada sin vinculación con el trabajo. 2) En orden a las várices, el perito médico conceptualiza al proceso varicoso que constató en la actora como complicado, atribuyéndole un 30% de incapacidad la que también relacionó concausalmente con el factor laboral. Destacada doctrina médica indica que en las várices de los miembros inferiores dos son los factores que intervienen: a) un estado patológico de las paredes venosas que alteran la estructura y posibilitan su posterior dilatación y b) una presión sanguínea venosa anormal, estática, que actuando en forma permanente y prolongada en posición de pie y menos en la marcha, facilita la dilatación de las venas superficiales y la alteración de las profundas. De estos dos factores interesa en medicina del trabajo el segundo, es decir, el factor mecánico que gravita en el personal que debe desempeñar sus tareas en posición de pie con o sin desplazamiento, el ortostatismo. b. La jurisprudencia es pacífica y reiterada en el sentido de que la relación de causalidad y/o concausalidad entre la afección y el trabajo no puede considerarse probada sobre la base de un dictamen pericial médico (en el que se señala que el trabajo ha incidido en la enfermedad) sin que la mecánica en que se desarrollaron las tareas haya sido fehacientemente acreditada; cosa que -a mi verla parte actora hizo. Del examen de la prueba rendida surge acreditada en la causa la realización, por parte de la accionante -durante 18 años-, de tareas en posiciones antiergonómicas y que le exigían la realización de esfuerzos físicos y la posición de pie prolongada, descriptas en el inicio y a las que el galeno atribuyó relación concausal con incapacidad derivada de las enfermedades halladas. Al efecto, además de presumirse como ciertas las tareas detalladas en la demanda, atento la falta de contestación de la misma por parte de la demandada (art. 71, ley 18.345), tal presunción no se encuentra desvirtuada por ninguno de los restantes elementos de juicio colectados en autos que, por el contrario, avalan la postura de la parte actora. c. La presunción aludida también juega en orden a la fecha de toma de conocimiento que en el memorial se cuestiona, fecha a partir de la cual la incapacidad debe considerarse jurídicamente consolidada, por lo que -a su vez- carece de trascendencia recursiva lo argumentado por el apelante en cuanto a la fecha en que fue efectuada la pericia. IV. A la luz de los antecedentes anotados, analizados conforme las reglas de la sana crítica (art. 386 CPCCN), auspiciaré ratificar el temperamento arribado en origen. V. En síntesis, con respaldo en las razones expuestas propugno en este voto: a) Confirmar, en todo cuanto ha sido materia de recurso y agravios, el decisorio a quo; b) Costas de alzada a cargo de la accionada vencida (art. 68 CPCCN). Así me pronuncio. EL DOCTOR NOGUEIRA DIJO: Que adhiere al voto precedente. Con lo que terminó el acto firmando los señores Jueces intervinientes y la Secretaria autorizante dejándose constancia que el doctor Carlos Alberto Vallefín no firma la presente por aplicación de lo dispuesto en el art. 125 de la ley 18.345.fdo.Jueces Sala III,Dres.Antonio Pacilio.Carlos Alberto Nogueira. Dra.Concepción Di Piazza de Fortín.Secretaria. //Plata,24 de abril de 2.006.. Y VISTOS. POR TANTO: En mérito a lo que resulta del Acuerdo cuya copia autenticada antecede, SE RESUELVE: a) Confirmar, en todo cuanto ha sido materia de recurso y agravios, el decisorio a quo; b)Costas de alzada a cargo de la accionada vencida (art. 68 CPCCN). Regístrese, notifíquese y devuélvase.Fdo.Jueces Sala III.Dres.Antonio Pacilio.Carlos Alberto Nogueira. Dra.Concepción Di Piazza de Fortín.secretaria.