Número de registro: 20842 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 549/2007.
Número de registro: 20842
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXVII, Marzo de 2008
Página: 1557
AMPARO DIRECTO 549/2007. SUSANA DOSAMANTES RUL RIESTRA
CONSIDERANDO:
QUINTO. En el primero, segundo, tercero, cuarto y quinto conceptos de violación, la
impetrante se queja esencialmente de que la Sala responsable violó en su perjuicio las
garantías consagradas en los artículos 14 y 16 constitucionales, pues dice que en franca
inobservancia a los artículos 81 y 402 del Código de Procedimientos Civiles, valoró en forma
ilegal la prueba pericial en materia de ortopedia y traumatología que ésta ofreció,
contraviniendo las reglas más elementales de la experiencia y la sana crítica, toda vez que
restó valor probatorio a los dictámenes periciales rendidos en autos por los peritos designados
por la actora y el tercero en discordia, cuando que los hechos que en estos reportes se
contienen o sus conclusiones no resultan absurdos, contradictorios, inverosímiles, ni
improbables, como incorrectamente señaló la Sala responsable en la sentencia reclamada,
sino que con ellos quedó plenamente acreditada la responsabilidad que atribuyó a los
demandados, tanto en la fase preoperatoria, como en la operatoria y la postoperatoria.
Así pues, en dichos conceptos la impetrante controvierte en forma pormenorizada las
conclusiones a que arribó la Sala responsable, para concluir que no había quedado acreditado
en autos sobre todo con la pericial ofrecida, la responsabilidad médica atribuida por la actora
a los demandados, en ninguna de las fases en las que dividió el procedimiento de la cirugía
practicada a la citada impetrante, preoperatoria, operatoria y postoperatoria.
Ahora bien, previamente al análisis de cada uno de los conceptos de violación referidos y,
para efecto de una mayor comprensión del asunto, se estima necesario precisar lo siguiente:
Como se desprende de las actuaciones del juicio natural que tienen valor probatorio pleno de
conformidad con los artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles de
aplicación supletoria a la Ley de Amparo, en la demanda inicial la actora, ahora quejosa,
reclamó de los demandados el pago de los daños y perjuicios, así como el daño moral que
adujo sufrió, con motivo de una cirugía que le practicó el doctor codemandado a quien
atribuyó responsabilidad médica profesional, pues según narró en los hechos, en principio
dicho médico no practicó los estudios necesarios preoperatorios para diagnosticar la
necesidad de la cirugía practicada, en particular, una resonancia magnética de su rodilla
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derecha; en segundo lugar, porque al realizar dicha cirugía el médico produjo una lesión en el
cuadriceps de la mencionada rodilla de la actora, lo que afectó la funcionalidad de la misma y
motivó que, posteriormente, le practicaran otra cirugía para reconstruir esa parte lesionada y
recuperar en parte la funcionalidad que había perdido y, en tercer lugar, porque después de la
cirugía el doctor no diagnosticó esa lesión que produjo, no obstante que la actora le manifestó
la deformación que dicha rodilla sufría y que tuvo a la vista la resonancia magnética que ésta
se practicó el tres de abril de dos mil dos, en la que se apreciaba un desplazamiento medial de
la rótula e, incluso, la ruptura parcial del tendón del cuadriceps, con lo que pudo corregir
oportunamente esa lesión para evitar que perdiera la funcionalidad de su rodilla.
En cuanto a la persona moral demandada, la actora le atribuyó responsabilidad con motivo de
que sus empleados o dependientes no le prestaron la atención técnica debida en las terapias
de rehabilitación que llevó a cabo con la misma, además de que tampoco le informaron sobre
su estado real de salud y la grave lesión que presentaba el cuadriceps de su rodilla derecha,
sino que la obligaron a realizar las terapias prescritas por el médico demandado, lo que
ocasionó que se agudizara más el daño que tenía, aunado a que la clínica no tiene
instalaciones adecuadas, puesto que carece de pasamanos, por lo que ante esa circunstancia
no tuvo de dónde agarrarse cuando sufrió la caída.
Como se advierte de lo anterior, la ahora quejosa hizo depender la responsabilidad
profesional atribuida al médico demandado, de tres circunstancias o momentos diferentes,
independientes uno de otro: a) antes de que practicara la cirugía; b) en el momento mismo de
la cirugía; y, c) después de ella, lo que motivó que la Sala responsable analizara los agravios
expresados por la parte apelante, ahora tercera perjudicada, estudiando en forma
independiente cada una de esas fases a las que denominó preoperatoria, operatoria y
postoperatoria, de acuerdo a los dictámenes periciales rendidos por los tres peritos designados
en autos, el de la actora, el de la demandada y el tercero en discordia, así como a las demás
pruebas aportadas, para concluir que en ninguna de esas fases quedó acreditada la
responsabilidad profesional atribuida.
Al respecto, cabe destacar cuáles son los elementos de procedencia de la acción de
responsabilidad que la ahora quejosa hizo depender del daño material causado.
Los artículos 1830 y 1910 del Código Civil Federal disponen:
"Artículo 1830. Es ilícito el hecho que es contrario a las leyes de orden público o a las buenas
costumbres."
"Artículo 1910. El que obrando ilícitamente o contra las buenas costumbres cause daño a
otro, está obligado a repararlo, a menos que demuestre que el daño se produjo como
consecuencia de culpa o negligencia inexcusable de la víctima."
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De la interpretación armónica y sistemática de los preceptos transcritos, se colige que la
persona que obrando ilícitamente o contra las buenas costumbres cause un daño a otra, debe
repararlo a menos que demuestre que el daño se produjo como consecuencia de la culpa o
negligencia inexcusable de la víctima, y que por hecho ilícito debe entenderse todo aquello
que se realice en contravención a las disposiciones de orden público.
Asimismo, cabe destacar que el artículo 1910 establece como hipótesis para el caso de
reclamación de la reparación del daño material, que el hecho dañoso sea ilícito, esto es, que
haya sido realizado en contravención a las disposiciones o leyes de orden público o las
buenas costumbres, y que no se haya producido como consecuencia de la culpa o negligencia
inexcusable de la víctima; por lo que, en consecuencia, para que se declare procedente el
ejercicio de la acción consistente en la reparación del daño material se requiere que la parte
actora en términos de lo dispuesto en el artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal que dispone: "Las partes asumirán la carga de la prueba de los hechos
constitutivos de sus pretensiones.", acredite cuatro elementos que son:
a) La existencia de un hecho u omisión ilícita de una persona.
b) Que se produzca un daño material.
c) Que exista una relación de causa-efecto entre el daño material causado y el hecho u
omisión ilícitos, esto es, que el daño material causado se produzca directa y necesariamente
con motivo de ese hecho u omisión ilícitos.
d) Que ese daño no se haya producido como consecuencia de la culpa o negligencia
inexcusable de la víctima; de manera que la ausencia de cualquiera de estos elementos impide
que se genere la obligación resarcitoria.
Como apoyo de lo anterior, se cita la tesis sustentada por la otrora Tercera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 143 del Volumen LXII,
Cuarta Parte, del Semanario Judicial de la Federación, Sexta Época, que literalmente dice:
"RESPONSABILIDAD POR HECHOS ILÍCITOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
GUERRERO). Para que proceda la indemnización a causa del daño producido por un hecho
ilícito, no se requiere la existencia de un delito, ya que basta que se obre ilícitamente y se
cause un daño. El artículo 1910 del Código Civil del Estado de Guerrero consagra la
responsabilidad por hecho ilícito y de él se desprende que los elementos de la misma son: 1o.
que se obró ilícitamente. 2o. que se causó un daño. 3o. que haya una relación de causa a
efecto entre el hecho y el daño y 4o. que no existe culpa inexcusable de la víctima."
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Ahora bien, para efecto de analizar la legalidad de la sentencia reclamada y determinar si
asiste la razón a la quejosa en cuanto a que es incorrecto que, en la especie, la autoridad
responsable haya considerado que no quedó acreditada la conducta ilícita atribuida a los
demandados, que es el primer elemento de la acción de reparación del daño, y los haya
absuelto del pago de la reparación del daño material reclamado, por haber estimado que con
las pruebas analizadas y en especial la pericial ofrecida a cargo de los peritos designados por
la actora y el tercero en discordia, no quedaron acreditados los elementos de la acción
aludida; debe atenderse en primer término a las cuestiones que fueron materia de la litis, de
acuerdo a los planteamientos antes sintetizados, realizados por la ahora quejosa en su
demanda inicial pues, como ya se señaló, en términos de lo dispuesto en el artículo 281 del
código procesal civil, a ella le corresponde la carga de la prueba para acreditar sus
pretensiones; en segundo lugar, debe atenderse a las manifestaciones que realizaron los
demandados en vía de excepción y, en tercer lugar, debe atenderse a las pruebas que las
partes aportaron en el juicio natural y que fueron valoradas por la autoridad responsable para
determinar que no existía negligencia médica por parte del citado médico demandado.
En efecto, como se desprende de la relación anterior, la litis del juicio se centró en determinar
si la pérdida de la funcionalidad de la rodilla derecha de la actora ocurrida con posterioridad a
la cirugía de artroscopia practicada por el médico demandado, se debió o no a la negligente
atención médica que dicha actora atribuyó a éste, por no haberle practicado los estudios
necesarios para determinar un correcto diagnóstico antes de sugerir la cirugía de artroscopia;
por no haber tenido los cuidados necesarios al momento de liberar el retináculo lateral de la
rodilla en la práctica de dicha cirugía, y por no haber detectado oportunamente después de
practicada la cirugía, la lesión que causó en el cuadriceps al liberar el retináculo de la rodilla,
para corregir a tiempo esa lesión y evitar la pérdida funcional de la rodilla derecha, ya que
son éstos los supuestos actos ilícitos de los que se desprende la acción de reparación del daño
ejercitada, en tanto que, en esencia, la actora señala en principio, que este último no le ordenó
una resonancia para diagnosticar el problema de su rodilla por el que le sugirió la práctica de
la cirugía denominada artroscopia; asimismo, señala que sólo revisó superficialmente su
rodilla, sin atender a las molestias que le dijo que sentía después de la operación y sobre todo
al realizar las terapias prescritas por el mismo demandado y, por último, refiere que no
analizó correctamente la resonancia magnética que ésta se practicó el dos de abril de dos mil
dos.
Por su parte, el médico quejoso pretendió excepcionarse sobre la base de que con la
exploración física que en forma cuidadosa realizó a la actora y con el interrogatorio que le
formuló, estuvo absolutamente seguro del problema que presentaba la misma, por lo que al
no tener duda alguna de su diagnóstico, tuvo la certidumbre de que lo que necesitaba su
paciente era la cirugía de artroscopia que le recomendó y, por ende, no era necesario que le
prescribiera la práctica de una resonancia magnética.
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En relación con la cirugía, el médico demandado señaló que era falso que no hubiera tenido
los cuidados necesarios al momento de practicarla, que con el video que se tomó en el
momento de la intervención quirúrgica podía demostrarse que no produjo la lesión en el
cuadriceps referida por la actora y que ello podía corroborarse, incluso, con la resonancia
magnética que la misma se practicó después de la cirugía, esto es, el tres de abril de dos mil
dos, puesto que en ella se estableció, sin duda de ningún género, que el cuadriceps de la
rodilla se encontraba en condiciones normales y, en cuanto a la negligencia atribuida a los
empleados de la clínica demandada, el médico señaló que era falso que éstos no hubieran
prestado la atención debida a la actora y que prueba de ello era que ésta no precisaba
circunstancia alguna de modo, tiempo y lugar en que ocurrieron los supuestos hechos
imputados a esos empleados, por lo que incluso se le dejaba en estado de indefensión al no
poderlos controvertir específicamente, además, el demandado agrega que fue la actora quien
provocó las lesiones que pudo tener su rodilla con posterioridad a la cirugía que le practicó ya
que, por una parte, no realizó las terapias en la forma en que éste se las prescribió, sino que
por su actividad laboral las realizó en forma esporádica e, incluso, ni siquiera las tomó en la
clínica demandada, sino en su domicilio y que, por otra parte, ella misma confesó que sufrió
diversas caídas que fueron las que pudieron haber provocado las lesiones que adujo.
Partiendo de las premisas anteriores, debe decirse que para poder determinar si existe la
responsabilidad atribuida por la actora al médico demandado y concluir que se encuentra
obligado a indemnizarla por los daños que produjo en los términos que reclamó la ahora
quejosa en su demanda inicial, era necesaria una prueba técnica, esto es, a través de peritos,
ya que no puede partirse únicamente de las manifestaciones realizadas por dichas partes.
Es así porque, como se dijo, la actora refiere que no se le practicó una resonancia magnética
que era necesaria para diagnosticar su padecimiento y sugerir la artroscopia, que en la
intervención quirúrgica el médico demandado no tomó los cuidados necesarios por lo que le
produjo una lesión en el cuadriceps de la rodilla y que, posteriormente a la cirugía, no detectó
oportunamente esa lesión, sino que siguió prescribiendo las terapias, lo que motivó que
tuviera diversas caídas y perdiera la funcionalidad de su rodilla; mientras que el médico
demandado afirmó que no era necesaria esa resonancia magnética para realizar el diagnóstico
que emitió y sugerir la práctica de la cirugía de artroscopia, que en la intervención quirúrgica
si tomó todos los cuidados necesarios, por lo que con el video demostraba que no se produjo
la lesión que le atribuyó la actora, y que con la resonancia practicada el tres de abril de dos
mil dos, por la actora, se corroboraba que no produjo tal lesión.
Por lo tanto, únicamente un experto en la materia de traumatología y ortopedia puede
determinar si de acuerdo a los procedimientos establecidos en la ciencia médica y, tomando
en cuenta los antecedentes que se desprenden de las actuaciones y la historia clínica
elaborada por el doctor demandado en la atención médica de la actora, así como los demás
elementos probatorios aportados, se puede concluir que la atención médica, los
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procedimientos, técnicas, cirugía y tratamientos realizados por el médico demandado a la
ahora quejosa fueron o no adecuados para su padecimiento y si esa actuación del médico fue
la que produjo el resultado final de la lesión sufrida por la actora en el cuadriceps que le
motivó la práctica de la segunda cirugía, esto es, la pérdida funcional de la rodilla derecha.
En la especie, para efecto de acreditar los elementos de la acción ejercitada y las excepciones
planteadas, las partes ofrecieron diversas pruebas, entre ellas la pericial en materia de
traumatología y ortopedia que, como se dijo, era la prueba idónea para demostrar la
responsabilidad profesional atribuida al demandado; por su parte, el tribunal responsable para
determinar que no se acreditaron los elementos de dicha acción y absolver a los demandados
de la reparación del daño material reclamada, parte básicamente de la premisa de que con los
dictámenes periciales emitidos por los peritos designados por la actora y el tercero en
discordia, no quedó demostrada la negligencia del médico demandado, ni de los empleados
de la clínica demandada y, a su vez, valoró las siguientes pruebas que también estimó
insuficientes para acreditar la acción: a) la resonancia magnética practicada a la actora el tres
de abril de dos mil dos; b) la interpretación que de dicha resonancia hizo la doctora Elia
García Torres el treinta de enero de dos mil cuatro; c) la bitácora de terapias; d) autorización
para la intervención quirúrgica de once de febrero de dos mil dos; e) informe médico remitido
a la compañía aseguradora por el médico demandado; f) la resonancia magnética practicada a
la actora el veintitrés de diciembre de dos mil dos; y, g) las diferentes opiniones médicas de
los doctores Gonzalo Vázquez Vela Johnson, Manuel González Vivián, Francisco Cruz
López, Francisco Montalvo Reynoso, John W. Uribe y Michael S. Torpe.
Respecto de la valoración de las pruebas, cabe destacar que existen dos sistemas: los tasados
o legales y las pruebas libres o de libre convicción.
Así, las pruebas legales o tasadas son aquellas a las que la ley señala por anticipado la
eficacia probatoria que el juzgador debe atribuirles y las pruebas de libre convicción, son las
que se fundan en la sana crítica y que constituyen las reglas del correcto entendimiento
humano. En éstas interfieren las reglas de lo lógica, con las reglas de la experiencia del Juez,
que contribuyen a que pueda analizar la prueba, con arreglo a la sana razón y a un
conocimiento experimental de las cosas.
Tales principios se encuentran previstos en el artículo 402 del Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal que dispone:
"Artículo 402. Los medios de prueba aportados y admitidos, serán valorados en su conjunto
por el juzgador, atendiendo a las reglas de la lógica y de la experiencia. En todo caso el
tribunal deberá exponer cuidadosamente los fundamentos de la valoración jurídica realizada y
de su decisión".
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Como se aprecia de la transcripción anterior, el artículo 402 del Código de Procedimientos
Civiles establece que los medios de prueba aportados y admitidos serán valorados en su
conjunto por el juzgador, atendiendo a las reglas de la lógica y de la experiencia, exponiendo
cuidadosamente los fundamentos de la valoración jurídica y de su decisión; de modo que,
salvo en aquellos casos en que la ley otorga el valor probatorio a una prueba, el Juez debe
decidir con arreglo a la sana crítica.
Ahora bien, las reglas de la sana crítica consisten, en su sentido formal, en una operación
lógica; mientras que las máximas de experiencia contribuyen tanto a los principios lógicos
como a la valoración de la prueba.
En efecto, el Juez es un hombre que toma conocimiento del mundo que le rodea y le conoce a
través de sus procesos sensibles e intelectuales; de tal suerte que la sana crítica es para éste,
además de la aplicación de la lógica, la correcta apreciación de ciertas proposiciones de
experiencia de que todo hombre se sirve en la vida.
Asimismo, en la valoración de la prueba es necesario considerar el carácter forzosamente
variable de la experiencia humana, tanto como la necesidad de mantener con el rigor posible
los principios de lógica en que el derecho se apoya.
En ese orden de ideas, debe precisarse que el peritaje es una actividad humana de carácter
procesal, desarrollada en virtud de encargo judicial, por personas distintas de las partes del
proceso, especialmente calificadas por su experiencia o conocimientos técnicos, artísticos o
científicos, y mediante la cual se suministran al Juez argumentos o razones para la formación
de su criterio o apreciación, respecto de ciertos hechos también especiales, cuya percepción o
cuyo entendimiento escapa a las aptitudes del común de la gente y requieren esa capacidad
particular, precisamente para su adecuada percepción y la correcta verificación de sus
relaciones con otros hechos, de sus causas y de sus efectos o, simplemente, para su
apreciación e interpretación.
Así, el perito a través de su conocimiento especializado en una ciencia, técnica o arte, ilustra
al Juez sobre la percepción de hechos o para complementar el conocimiento de los hechos
que el Juez ignora y para integrar su capacidad y, asimismo, para la deducción cuando la
aplicación de las reglas de la experiencia exigen cierta aptitud o preparación técnica que el
Juez no tiene, por lo menos para que se haga con seguridad y sin esfuerzo anormal.
De ahí que, la prueba pericial cumple con una doble función que es, por una parte, verificar
hechos que requieren conocimientos técnicos, artísticos o científicos que escapan a la cultura
común del Juez y de la gente, sus causas y sus efectos y, por otra parte, suministrar reglas
técnicas o científicas de la experiencia especializada de los peritos, para formar la convicción
del Juez sobre tales hechos y para ilustrarlo con el fin de que los entienda mejor y pueda
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apreciarlos correctamente.
Es cierto que el Juez es un perito en derecho, sin embargo, carece generalmente de
conocimientos sobre otras ciencias y sobre cuestiones de arte, de técnica, de mecánica, de
numerosas actividades prácticas que requieren estudios especializados o larga experiencia.
Por lo tanto, el valor probatorio del peritaje, sobre todo en la materia civil, radica en una
presunción concreta, para el caso particular, de que el perito es sincero, veraz y,
posiblemente, acertado, cuando es una persona honesta, imparcial, capaz, experta en la
materia de que forma parte el hecho sobre el cual dictamina que, además, ha estudiado
cuidadosamente el problema sometido a su consideración, ha realizado sus percepciones de
los hechos o del material probatorio del proceso con eficiencia y ha emitido su concepto
sobre tales percepciones y las deducciones que de ellas se concluyen, gracias a las reglas
técnicas, científicas o artísticas de la experiencia que conoce y aplica para esos fines, en
forma explicada, motivada, fundada y convincente; esto es, el valor probatorio de un peritaje
depende de si está debidamente fundado, es claro y no dogmático, correspondiendo al Juez
apreciar cuál es el mérito de convicción que debe reconocerle al dictamen, sin que esté
obligado a aceptarlo cuando no reúne los requisitos indispensables para su validez y eficacia.
De ahí que, si el perito se limita a emitir su concepto, sin explicar las razones que lo
condujeron a sus conclusiones, el dictamen carecerá de eficacia probatoria y lo mismo será si
sus explicaciones no son claras o aparecen contradictorias o deficientes.
Cabe destacar que cuando el Juez carece de conocimientos sobre la materia, no estará en
situación de saber si las explicaciones técnicas, artísticas o científicas del perito adolecen o
no de error, razón por la cual, esas explicaciones deben ser lo más lógicas posibles, claras, en
un lenguaje perfectamente entendible e ilustrativo para el juzgador, para que éste pueda estar
en condiciones de apreciar el valor de esos fundamentos y de rechazarlos si contradicen
normas generales de la experiencia o hechos notorios, pues no debe perderse de vista que los
peritajes deben valorarse, además, en conjunto con las otras pruebas que obren en el proceso
y que le den un mayor grado de convicción o que, en su caso, los contradigan, por lo que al
tratarse de una prueba colegiada, no importa que sea un dictamen uniforme de dos peritos,
sino que sea acorde con los principios señalados y las demás pruebas aportadas en el juicio.
Consecuentemente, la claridad en las conclusiones del perito es indispensable para que
aparezcan exactas y el Juez pueda adoptarlas, su firmeza o la ausencia de vacilaciones es
necesaria para que sean convincentes; la lógica relación entre ellas y los fundamentos que las
respaldan debe existir siempre para que merezcan absoluta credibilidad, pues si unos buenos
fundamentos van acompañados de unas malas conclusiones o si no existe armonía entre
aquéllos y éstas o si el perito no parece seguro de sus conceptos, el dictamen no puede tener
eficacia probatoria.
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Por ello, el Juez debe apreciar los dictámenes para resolver a cuál le da preferencia o si
prescinde de ambos o de todos, de acuerdo con sus condiciones intrínsecas, la pericia de sus
autores y el examen de sus conclusiones o motivaciones, esto es, el dictamen no obliga al
Juez ya que, de considerarlo así, implicaría admitir que el perito usurpe la función
jurisdiccional del Juez, y ello es indispensable para que el Juez pueda concluir cabalmente si
el dictamen cumple o no con los requisitos legales.
En el contexto apuntado, es evidente que, en la especie, la prueba pericial tiene por objeto
ilustrar al juzgador sobre los elementos técnicos desconocidos por éste, respecto de la rama
de la medicina en que se ofrece; de tal suerte que, como dicha prueba debe ser valorada
conforme al libre arbitrio del juzgador, en términos del artículo 402 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, los peritos deben ser objetivos e ilustrativos
en las opiniones que emiten, sustentando las mismas en las diversas fuentes de su ciencia.
En efecto, en la especie, la prueba pericial se ofreció por las partes precisamente para que los
peritos dictaminaran acerca del examen del video que se tomó en el momento de la operación
a que se sometió a la ahora quejosa por el médico demandado, Nicolás Zarur Mina, el día
once de febrero de dos mil dos, por lo que dicho video es la prueba más contundente para
sustentar la responsabilidad imputada al médico demandado en la fase operatoria pues,
incluso, ambas partes coincidieron en sostener que se trata precisamente de la videograbación
que se tomó en el momento de la citada intervención quirúrgica, de tal suerte que los peritos
debieron proporcionar al juzgador el mayor número de elementos que lo llevaran a la certeza
de que lo sustentado por uno u otro perito es verdadero frente a otro u otros que sostengan lo
contrario, para considerarlos contundentes en sus conclusiones y darle a uno u otro valor
probatorio pleno.
Como apoyo de lo anterior, se cita la tesis sustentada por la otrora Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación publicada en la página 4324 del Tomo LXXV del
Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, que es del tenor literal siguiente:
"PERITOS. El dictamen pericial constituye una prueba sui generis, cuya apreciación no
puede hacerse sino siguiendo los principios que le son inherentes. El Juez basa su sentencia
en la respuesta del perito a la pregunta prejudicial, a menos que exista un justo motivo para
dudar que aquélla sea cierta y fundada; el perito tiene derecho a la confianza del Juez, dentro
de los límites de su profesión y de sus declaraciones científicas, cuando posee los
conocimientos especiales requeridos y sabe discernir los caracteres facultativos, en los
hechos de su competencia o echa mano de los medios científicos más propios para fundar la
verdad; pero así como un testigo parece poco digno de fe, cuando no puede exponer los
motivos que aseguran la verdad de lo que pretende haber visto, y cuando su declaración no es
más que un tejido de contradicciones y de perplejidades, del mismo modo el perito que
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incurra en tan grave falta, merecerá muy poco crédito sobre los hechos, si éstos, tales como
han sido observados por el perito, son totalmente inconciliables con las alegaciones del
acusado y con las declaraciones de los testigos; pero si el dictamen está solidariamente
motivado y no deja acceso a la desconfianza, deberá dársele crédito, o por lo menos, el Juez
deberá pasar y analizar doblemente las confesiones y las declaraciones. Si las contradicciones
entre el perito y los testigos o el acusado, dejan en toda su fuerza las declaraciones de estos
últimos, es necesario deducir que aquél se ha equivocado y no debe darse fe a su parecer. El
juzgador no debe conceder una fe absoluta al parecer del perito, puesto que la prueba pericial
descansa en un encadenamiento de probabilidades racionales, que corresponde apreciar al
Juez antes de declararse convencido. En todos los casos tendrá pues que decidir si el informe
del perito envuelve en sí la convicción. Las leyes modernas consagran este principio y
disponen que el parecer del perito no puede ser obligatorio para el tribunal, mientras no esté
fundado en razón y en verdad, y como nunca se le obliga a condenar si no está
profundamente convencido, claro es que no tiene precisión de seguir el parecer de los peritos,
sino cuando vea demostrada la certeza, sin que pueda argüirse que el Juez se atribuye
conocimientos superiores a la ciencia especial de los peritos y que la decisión del valor de
una consulta científica, corresponde tan sólo al que posee la ciencia en un grado eminente,
pues las funciones del Juez consisten en recibir el informe de los peritos, examinarlo y
compararle en su forma y tenor con los motivos en que se funda, con las circunstancias y las
pruebas de otra naturaleza ya existentes en autos. Si el dictamen no está motivado, el Juez no
verá en él más que una opinión puramente arbitraria que no puede satisfacerle, pues una
convicción no puede basarse en conclusiones que no parecen fundadas, y como no puede
convertirse de Juez en perito, se necesita en último término, que comunique a éste sus dudas
o que llame a otros nuevos peritos; así lo asienta Mittermaier."
Precisado lo anterior, se procede al análisis de cada uno de los conceptos de violación
expresados por la quejosa.
En el primer concepto de violación, que se hace valer en relación a la responsabilidad
atribuida al médico demandado en la fase preoperatoria, la impetrante del amparo manifiesta
que el ilícito atribuido a dicho médico, consistente en que no ordenó la resonancia magnética
previamente a sugerir la práctica de la artroscopia, quedó acreditado con las respuestas que
transcribe, emitidas por el perito designado por ésta y el tercero en discordia, en las preguntas
6 y 7 formuladas por la actora, así como a) y k) formuladas por la parte demandada, pues
según afirma la impetrante, de éstas se desprende que los peritos coincidieron al contestar que
previamente a que el citado médico recomendara a esta última el sometimiento a una
artroscopia, era necesario que emitiera su dictamen con base en un estudio completo, que
debe comprender además de la revisión clínica por parte del médico especialista, estudios de
rayos "X", tomografía axial computarizada y una resonancia magnética nuclear.
Tales argumentos, se estiman infundados.
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En efecto, contrariamente a lo que sostiene la impetrante, de las respuestas emitidas por los
peritos a las citadas preguntas formuladas por las partes, no se desprende que el médico
hubiera actuado con negligencia y que, por ende, haya incurrido en responsabilidad por no
haber ordenado la resonancia magnética que refiere la quejosa pues, al respecto, dichos
peritos al contestar las preguntas que refiere la impetrante y que son las número 6 y 7 del
cuestionario que formuló esta última, así como incisos a) y k) que formuló la parte
demandada, sostuvieron lo siguiente:
El perito Nicolás Durán Martínez, designado por la actora contestó:
"6. ¿Cuál es la técnica o procedimientos para determinar si un paciente como en el caso de la
actora, requiere de manejo quirúrgico por artroscopia? Historia clínica, estudios radiográficos
simples de la rodilla afectada, resonancia magnética nuclear y tomografía axial
computarizada, estudios de laboratorio preoperatorios y en pacientes mayores de 40 años
electrocardiograma y valoración preoperatoria. Y que existen en autos no existe la historia
clínica (sic), examen de laboratorio ni estudios radiográficos recientes, así como tampoco la
valoración preoperatorio (sic) que se debió de haber realizado."
"7. Que expliquen si basta con la revisión clínica del paciente para determinar si la lesión es
del tipo traumático o degenerativa. Definitivamente es necesario complementar la revisión
clínica con estudios de apoyo: radiografías y resonancia magnética nuclear, pues si bien es
importante conocer el antecedente referido por el paciente, es necesario realizar estudios de
apoyo que confirmen la presencia de lesión."
"a) Si en febrero de 2002, los signos y síntomas de la señora Susana Dosamantes Rul Riestra,
justificaban la realización de una artroscopia en su rodilla derecha. En el supuesto de que se
tuvieran a la vista los estudios de gabinete recientes previos a dicho procedimiento, como son
los rayos ‘X’, tomografía axial computarizada y resonancia magnética nuclear de la región, la
respuesta sería afirmativa. Sin embargo de los elementos que tuve a la vista, y que obran en
autos, se desprende que el cirujano que realizó la artroscopia de la rodilla derecha de la
señora Susana Dosamantes, no contó con los elementos referidos y en ese tenor la
intervención quirúrgica no era recomendable de primera instancia."
"k) ¿Los hallazgos antes mencionados, justificaban la realización de la liberación del
retináculo lateral de la rodilla derecha? Sí, existía indicación, pero es importante señalar que
se requiere de un sustento clínico apoyado en estudios radiográficos."
Por su parte, el perito José Fernando del Castillo Mendoza, designado como tercero en
discordia contestó:
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
"6. ¿Cuál es la técnica o procedimientos para determinar si un paciente como en el caso de la
actora, requiere de manejo quirúrgico por artroscopia? Respuesta: Valoración clínica, con
base a la historia clínica dirigida al paciente, estudios de imagenología (rayos ‘X’ simples,
tomografía axial computarizada y resonancia magnética nuclear) y estudios de laboratorio
preoperatorios. En los casos de que se trate de pacientes mayores de 40 años de edad se
requiere de electrocardiograma, tele radiografía de tórax y valoración de riesgo quirúrgico."
"7. Que expliquen si basta con la revisión clínica del paciente para determinar si la lesión es
del tipo traumático o degenerativa. Respuesta: De acuerdo a los conceptos básicos de la
clínica médica es posible que con el interrogatorio y la exploración física del paciente, se
pueda llegar a una impresión diagnóstica la cual tiene un alto porcentaje de ser acertada, sin
embargo para corroborar dicha impresión diagnóstica se requiere de complementarla con
estudios de laboratorio y gabinete."
"a) Si en febrero de 2002, los signos y síntomas de la señora Susana Dosamantes Rul Riestra,
justifican la realización de una artroscopia en su rodilla derecha. Respuesta: En el caso de que
se contara con una historia clínica adecuada, en la cual se describieran los signos y síntomas
que presenta la actora, así como la presunción diagnóstica, se encontraría indicada una
artroscopia diagnóstica, la cual podría tornarse en terapéutica, sin embargo dentro del
expediente no se encuentra dicha historia clínica. Lo ideal es que a la actora se le hubieran
practicado los estudios de laboratorio y gabinete pertinentes, previos a dicho tratamiento
artroscópico."
"k) ¿Los hallazgos antes mencionados, justificaban la realización de la liberación del
retináculo lateral de la rodilla derecha? Respuesta: Sí, sin embargo no existe sustento clínico
previo para pasar a quirófano a la paciente."
Como se desprende de las transcripciones anteriores, si bien los peritos aludidos señalaron
coincidentemente que la técnica o procedimientos para determinar si un paciente como en el
caso de la actora, requiere de manejo quirúrgico por artroscopia, es además de la valoración
clínica, una resonancia magnética nuclear; lo cierto es que de ninguna de las otras respuestas
que emitieron en su dictamen, se desprende que en el caso, hubieran concluido que la
omisión del médico demandado para ordenar la práctica de esa resonancia, fue lo que produjo
de manera directa o indirecta el daño o lesión que presentó la actora, ni tampoco, que por no
haber ordenado esa resonancia el citado demandado hubiera realizado un diagnóstico erróneo
o que, en el caso, no hubiera sido necesaria la práctica de la cirugía de artroscopia, o ésta,
hubiera resultado contraproducente.
De tal suerte que, mientras no exista constancia o prueba alguna de que la omisión de ordenar
dicha resonancia magnética fue la causa de que el médico demandado no emitiera un
diagnóstico correcto y que, por ende, hubiera practicado sin ser necesaria la cirugía de
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
artroscopia y, como consecuencia de ella, se hubieran producido los daños o lesiones que
refiere la impetrante; es evidente que no puede atribuirse responsabilidad por negligencia a
dicho médico, ya que éste se excepcionó sobre la base de que por su experiencia profesional
no necesitaba de dicha resonancia para emitir un diagnóstico correcto.
Por tanto, no puede concluirse que su omisión fuera negligente y menos aún, que ésta
conlleve a una responsabilidad profesional en términos de lo dispuesto por el artículo 1910
del Código Civil para el Distrito Federal pues, como bien señaló la Sala responsable, esa
resonancia no era el único estudio que conforme a la ciencia médica debería practicarse al
paciente para emitir un diagnóstico correcto o, por lo menos, no fue lo que los peritos
evidenciaron en su dictamen, toda vez que no hacen referencia a que la ciencia médica
reconozca a ese estudio de gabinete como el único medio o el más eficaz para obtener un
diagnóstico, como el que el médico demandado emitió respecto de la actora, para recomendar
la práctica de la cirugía de artroscopia, sino que como se desprende de tales dictámenes, lo
que éstos señalaron es que la resonancia es una de las técnicas o procedimientos que se
utilizan para emitir un dictamen como el que realizó el referido demandado.
Sin que pase inadvertido para este Tribunal Colegiado al respecto, lo que argumenta la
impetrante en su primer concepto de violación, en relación a que esa conclusión de la Sala
responsable constituye un argumento introducido por la misma que no formó parte de la litis,
pues si bien la ad quem concluyó que la resonancia no es el único medio ni el más eficaz para
lograr el diagnóstico obtenido por el médico demandado, ello deriva precisamente del
argumento que formuló la ahora quejosa, en relación a que la omisión de ordenar tal
resonancia, implica una negligencia del médico demandado que lo hace incurrir en
responsabilidad profesional; de tal suerte que, contrariamente a lo que afirma la impetrante,
esa conclusión de la Sala sí resulta congruente con los argumentos que ésta formuló en su
demanda inicial.
Aunado a lo anterior, debe decirse que dichos peritos al dar respuesta a la pregunta del inciso
k) formulada por la parte demandada, en forma coincidente contestaron que de acuerdo a los
hallazgos que se desprendieron de la artroscopia realizada a la actora, sí estaba justificada la
liberación del retináculo lateral de la rodilla derecha, con lo que se evidencia que
implícitamente aceptaron también la justificación de la práctica de la artroscopia realizada
por el médico demandado a la actora, puesto que dicho procedimiento quirúrgico, es decir, la
liberación del retináculo lateral, se realizó precisamente durante la práctica de esa cirugía.
Es así, porque si de las respuestas que ambos peritos dieron a las preguntas anteriores del
mismo cuestionario de la demandada, b), c), d), e), f), g), h) y j), se desprende que al observar
éstos el video de la cirugía de artroscopia practicada a la actora, observaron las lesiones que
presentaba la rodilla derecha de la misma en la práctica de la artroscopia y éstas llevaron a
dichos peritos a concluir que la liberación del retináculo lateral de la rodilla derecha estaba
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
justificada; entonces, es evidente que tales lesiones justifican también la práctica de la
artroscopia y reiteran que el diagnóstico previo a la cirugía realizado por el médico
demandado fue correcto, máxime que dichas respuestas derivaron de la observación que los
peritos hicieron a la referida videograbación, la cual se reitera merece valor probatorio pleno
porque fue reconocido tanto por la actora como por el médico codemandado, como aquel que
se tomó en el momento en que se practicó la cirugía de artroscopia de que se trata a la hoy
quejosa.
Más aún, que al dar respuesta a la pregunta del inciso f), el perito tercero en discordia en
forma contradictoria a lo que señaló al contestar la pregunta del inciso a) refiere:
"f) Si las lesiones encontradas en el proceso degenerativo presentaron cambios importantes a
nivel del cartílago articular. Respuesta: No eran tan importantes, toda vez que se le ofreció un
tratamiento artroscópico, de manera contraria la artroscopia estaría contraindicada."
Además de que como bien señaló la Sala responsable, dicha cirugía también se utiliza como
un procedimiento de diagnóstico y no sólo de tratamiento, tal como se corrobora con las
respuestas que los tres peritos dieron a la pregunta número nueve del cuestionario formulado
por la actora, que son del tenor literal siguiente:
Respuesta dada por el perito Nicolás Durán Martínez, designado por la actora:
"9. ¿Qué procedimientos se pueden realizar a nivel de la rodilla aplicando la técnica
artroscopia? Diagnóstico y terapéutico (Reparación de las diferentes estructuras
intrarticulares, reconstrucciones y aplicación de injertos)."
Respuesta dada por el perito Félix Enrique Villalobos Garduño, designado por la parte
demandada:
"9. Pregunta: ¿Qué procedimientos se pueden realizar a nivel de la rodilla aplicando la
técnica artroscópica? Respuesta: De diagnóstico que consiste en la exploración completa:
estática y dinámica de la articulación. Terapéuticos, desde los más simples: Biopsia de
sinovial, extracción de un cuerpo libre, resección de plica, condroplastia de rótula por
rasurado, meniscoplastia por resección, liberación de retináculo lateral. Con mayor dificultad:
plicaturas, condroplastia en cóndilos con microfracturas o abrasión, fijación o sutura de
meniscos. Complejos: Reconstrucción del ligamento cruzado anterior. Reconstrucción del
ligamento cruzado posterior, sinovectomia total. Más complejos: Injertos osteocondrales,
transplante de menisco. El nivel de complejidad está en relación a la experiencia del
cirujano."
Respuesta dada por el perito José Fernando del Castillo Mendoza, designado como tercero en
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
discordia:
"9. ¿Qué procedimientos se pueden realizar a nivel de la rodilla aplicando la técnica
artroscopia? Respuesta: Diagnósticos y terapéuticos. Dentro de los terapéuticos se pueden
encontrar desde una simple limpieza articular hasta la colocación de injertos o transplantes de
tejidos."
En la inteligencia de que las citadas lesiones que los peritos observaron de acuerdo a las
respuestas que dieron a las preguntas del mismo cuestionario de la demandada, incisos b), c),
d), e), f), g), h) y j), son las siguientes:
Respuestas dadas por el perito Nicolás Durán Martínez, designado por la actora:
"b) Si las imágenes artroscópicas corresponden a una rodilla del lado derecho. Una vez
revisada la videograbación de la artroscopia de rodilla practicada a la actora, se puede
confirmar que sí corresponde a una rodilla derecha. c) ¿Qué lesiones se encontraron en el
recorrido artroscópico de la rodilla derecha? Condromalasia de la rótula, lesión del cartílago
articular del cóndilo femoral medial, sinovitis, lesión del menisco medial y lateralización de
rótula. d) ¿Qué otras estructuras dentro de la rodilla derecha, se observaron lesionadas? No se
observa ninguna lesión aparte de las mencionadas en la precedente, durante exploración
artroscópica inicial. e) Si las lesiones encontradas en el recorrido artroscópico de la rodilla
derecha, son concluyentes de un proceso degenerativo. Debido al antecedente traumático de
la actora, dos años antes de su cirugía, antecedente traumático referido por el hoy demandado
en su nota a la compañía de seguros GNP, se puede inferir que el posible daño a las
estructuras intrarticulares de la rodilla derecha, se presentó por el referido trauma,
agudizándose por la tardanza en su postratamiento, quedando descartado la cuestión
degenerativa como causa de origen de las lesiones. f) Si las lesiones encontradas en el
proceso degenerativo presentaron cambios importantes a nivel del cartílago articular. Los
probables cambios degenerativos apreciados en la videograbación de la artroscopia, no
implican que exista una relación directa con la complicación ocurrida a la hoy actora,
consistente en ruptura parcial del tendón del cuadriceps. g) ¿Los cambios en el cartílago
articular en qué grado del proceso degenerativo se encontraron? Presenta degeneración grado
II, sin que esto tenga relación directa con la complicación a nivel músculo-tendinoso. h) ¿En
qué situación se encontraba la rótula y el surco intercondileo femoral en su inspección
inicial? Se observaba desplazamiento lateral de la rótula. j) ¿Se encontraron datos de
hiperlateralización y tensión en el retináculo? Sí, se presentaron datos de hiperlateralización
rotuliana y tensión retinacular; esto es, un engrosamiento del tejido que conforma la parte
lateral y su retracción."
Respuestas dadas por el perito José Fernando del Castillo Mendoza, designado como tercero
en discordia:
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
"b) Si las imágenes artroscópicas corresponden a una rodilla del lado derecho. Respuesta: Sí.
c) ¿Qué lesiones se encontraron en el recorrido artroscópico de la rodilla derecha? Respuesta:
Degeneración del cartílago articular principalmente de la rótula, fémur y de menor gravedad
en los platillos tibiales, sinovitis, lesión del menisco medial, presencia de plica y
lateralización de la rótula. d) ¿Qué otras estructuras dentro de la rodilla derecha, se
observaron lesionadas? Respuesta: Únicamente las referidas en la repuesta anterior. e) Si las
lesiones encontradas en el recorrido artroscópico de la rodilla derecha, son concluyentes de
un proceso degenerativo. Respuesta: El antecedente traumático que se reconoce tanto por la
actora como por el Dr. Nicolás Zarur Mina, dentro del expediente, después de haber
presentado dos años de evolución derivó en una complicación degenerativa postraumática,
aunado a que por la edad del paciente debe de presentar algún trastorno propio de la edad,
siendo esto de evolución natural. f) Si las lesiones encontradas en el proceso degenerativo
presentaron cambios importantes a nivel del cartílago articular. Respuesta: No eran tan
importantes, toda vez que se le ofreció un tratamiento artroscópico, de manera contraria la
artroscopia estaría contraindicada. g) ¿Los cambios en el cartílago articular en qué grado del
proceso degenerativo se encontraron? Respuesta: grados II y III de la clasificación de
outerbridge. h) ¿En qué situación se encontraba la rótula y el surco intercondileo femoral en
su inspección inicial? Respuesta: Se observa subluxación lateral de la rótula. j) ¿Se
encontraron datos de hiperlateralización y tensión en el retináculo?. Respuesta: Sí se
encuentran datos de hiperlateralización, a expensas de engrosamiento y retracción del
retináculo lateral, así como degeneración condral patelofemoral."
De ahí que, si todos los peritos coincidieron al contestar que la cirugía de artroscopia también
constituye un procedimiento de diagnóstico, entonces, dicha respuesta analizada en forma
conjunta con las de los citados incisos b), c), d), e), f), g), h) y j), corrobora que resulta
inacertada la diversa respuesta que los peritos de la actora y el tercero en discordia dieron a la
pregunta del inciso a), también del cuestionario formulado por la parte demandada, en el
sentido de que la cirugía de artroscopia sólo estaría justificada si se hubieran realizado los
estudios de gabinete como la resonancia magnética nuclear, puesto que si de acuerdo a las
respuestas que dieron a esos incisos, las lesiones observadas por los peritos justificaron el
procedimiento quirúrgico consistente en la liberación del retináculo lateral de la rodilla;
entonces, como se dijo, es evidente que esas lesiones también justifican la realización de la
cirugía de artroscopia, aun ante la ausencia de una resonancia magnética, y demuestran la
veracidad del diagnóstico presentado por el médico demandado en el citado informe médico
que rindió a la compañía de seguros, ya que se trata de las mismas lesiones que el médico
demandado diagnosticó en la fase preoperatoria en ese informe.
Más aún, que incluso en ese informe médico que emitió el demandado a la aseguradora para
efecto del pago de gastos médicos, asentó que tuvo a la vista estudios radiográficos o de
rayos ‘X’, y esa circunstancia no fue tomada en cuenta por los peritos.
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
Al respecto, vale la pena resaltar, que en ese informe emitido por el médico demandado a la
compañía de seguros, coinciden los diagnósticos preoperatorio y postoperatorio que emitió
dicho enjuiciado respecto de los síntomas referidos por la actora, sin que éstos hubieran sido
desvirtuados por los citados peritos, sino por el contrario, como se desprende de las
respuestas que dieron a la pregunta del inciso c) del cuestionamiento formulado por la parte
demandada, y a las preguntas 10 y 11 del cuestionario realizado por la actora, ambos
coincidieron que las lesiones presentadas por la actora son de tipo condral y meniscal, así
como que los diagnósticos preoperatorio y postoperatorio diagnostican esas lesiones, tal
como puede corroborarse con dichas respuestas, de las cuales, las del inciso c) ya se
transcribieron con antelación, y las de las preguntas 10 y 11, así como con la parte respectiva
de dicho informe que son del tenor literal siguiente:
"Informe médico, programación de cirugías y/o tratamiento médico reembolso ...
Diagnóstico: 1. Indique diagnóstico(s) presuncional(es). Lesión condral. Lesión meniscal. 2.
Indique diagnóstico(s) definitivo(s). Enumérelos en orden de aparición. Lesión condral
patelo-femoral. Lesión menisco medial. ..."
Respuestas dadas por el perito Nicolás Durán Martínez, designado por la actora:
"10. ¿Cuáles eran los diagnósticos preoperatorios de la hoy actora? Condromalasia
patelofemoral grado III, postraumática de la rodilla derecha lesión de menisco medial y
lesión condral patelofemoral (desgarro del menisco y ruptura del cartílago de los huesos de la
articulación). 11. ¿Cuáles fueron los diagnósticos postoperatorios de la actora? Lesión
condral patelofemoral y con condromalasia, así desgarro del menisco medial y lateralización
rotuliana, y por lo que hace al informe brindado por el doctor Zarur Mina a la aseguradora
Grupo Nacional Provincial, S.A., no puede considerarse una nota postoperatoria pues no se
encuentra agregada al expediente clínico, el cual no fue exhibido por el referido doctor."
Respuestas dadas por el perito José Fernando del Castillo Mendoza, designado como tercero
en discordia:
"10. ¿Cuáles eran los diagnósticos preoperatorios de la hoy actora? Respuesta: Según se
desprende del expediente, condromalasia patelofemoral grado III mixta de la rodilla derecha,
lesión de menisco medial y lesión condral patelofemoral. En términos coloquiales, se hace
referencia a alteraciones en el cartílago articular de la rodilla derecha, así como en el menisco
medial. 11. ¿Cuáles fueron los diagnósticos postoperatorios de la actora? Respuesta: Lesión
de cartílago articular patelofemoral y lesión de menisco medial."
Por lo tanto, debe decirse que, contrariamente a lo que alega la impetrante, el valor otorgado
por la Sala responsable a dicha documental no es incorrecto, máxime que dichos peritos no
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
evidenciaron en su dictamen que los aludidos diagnósticos fueran incorrectos, o
contradictorios con las lesiones que observaron de la videograbación exhibida por la ahora
quejosa, como se desprende de las respuestas que dieron a la pregunta del inciso c) del
cuestionario formulado por la demandada.
Ahora bien, cabe concluir que no se descarta que la resonancia magnética nuclear, pueda ser
un medio eficaz para realizar un diagnóstico más preciso en el padecimiento de la ahora
quejosa; sin embargo, se reitera que en la especie la omisión de practicar ese estudio a esta
última, no constituye un elemento de responsabilidad para el médico demandado, porque sin
tal estudio su diagnóstico fue preciso, esto es, que sin apoyo en dicha resonancia, el
enjuiciado pudo realizar un diagnóstico exacto y, como ya se analizó, así lo corroboraron los
dictámenes emitidos por los dos peritos aludidos designados en autos, pues de acuerdo a lo
expuesto, ambos concluyeron que la cirugía estaba justificada, de acuerdo a las lesiones que
presentaba la actora.
Además, se reitera que si no quedó demostrado que el diagnóstico preoperatorio pronosticado
por el galeno demandado haya sido incorrecto; entonces, es evidente que la omisión de
practicar la resonancia no puede constituir un elemento de responsabilidad profesional para el
mismo, porque aún sin dicho estudio, éste pudo llegar a un diagnóstico en cuanto a la
necesidad de una operación, más aún, que la ahora quejosa señaló en su demanda inicial que
le mostró los estudios que previamente se había realizado, lo cual puede corroborarse con el
citado informe médico en el cual, como se dijo, se asentó que tuvo a la vista estudios de rayos
"X" para emitir su diagnóstico, por lo que con ello se demuestra que contrariamente a lo que
afirma la impetrante, el perito designado por la parte demandada contestó correctamente a las
preguntas 6 y 7 del cuestionario formulado por la actora, e inciso a), del formulado por la
demandada ya que, en esencia, señaló que debido a la experiencia del demandado, ello le
permitió prescindir de una resonancia para realizar un diagnóstico correcto, tal como se
desprende de las respuestas respectivas que son del tenor literal siguiente:
"6. Pregunta: ¿Cuál es la técnica o procedimientos para determinar si un paciente como en el
caso de la actora, requiere de manejo por artroscopia? Respuesta: En base a los antecedentes
de la paciente, síntomas y signos, interrogatorio y exploración en manos expertas, permite
una evaluación clínica, para establecer un diagnóstico de certeza, que se puede corroborar
con la mayor exactitud, utilizando el método artroscópico como diagnóstico, lo que permite
realizar la técnica artroscópica terapéutica al mismo tiempo. 7. Pregunta: Que expliquen si
basta con la revisión clínica del paciente para determinar si la lesión es del tipo traumático o
degenerativo. Respuesta: Un ortopedista y traumatólogo con experiencia, al interrogar al
paciente, obtiene de éste, múltiples datos, que le dan luz acerca del origen de la lesión que le
aqueja y si además del interrogatorio, realiza una revisión clínica del enfermo tomando en
cuenta síntomas y signos de éste a la exploración, puedo aseverar que el profesionista que
actúe en esos términos, obtiene un diagnóstico muy exacto acerca de su paciente. Lo anterior
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
no significa que no se puedan realizar estudios opcionales, que en algunos casos específicos,
resultan de gran ayuda, pero va a depender de las características del padecimiento y del
equipo que realice el estudio, para establecer las expectativas y soluciones para el paciente.
Estudios de gabinete de gran sofisticación como es la resonancia magnética, en ocasiones se
reportan falsas positivas hasta del 40% (cuarenta por ciento), que dependen del tipo de tejido
en estudio, de las características del equipo y de la experiencia de quien interpreta el estudio
realizado."
"a) Pregunta: ¿Si en febrero de 2002, los signos y síntomas de la señora Susana Dosamantes
Rul Riestra, justificaban la realización de una artroscopia en su rodilla derecha? Respuesta:
Indiscutiblemente que sí, pues la exploración a la paciente e historia clínica de la misma,
permitieron evaluar sin duda de ninguna especie, las estructuras intrarticulares de la rodilla
derecha, obteniéndose un diagnóstico exacto del estado de la misma y determinando el
tratamiento específico a seguir."
En ese contexto, se concluye que, contrariamente a lo que alega la impetrante en su primer
concepto de violación, la Sala responsable sí valoró correctamente en el aspecto que nos
ocupa, esto es, con relación a la responsabilidad atribuida al demandado en la fase
preoperatoria, los dictámenes periciales emitidos por los peritos designados por la parte
actora y el tercero en discordia, por lo que debe concluirse que también, contrariamente a lo
que alega la impetrante, en la especie, no quedó demostrada la responsabilidad profesional
imputada al médico demandado en el periodo o fase postoperatoria. De ahí lo infundado del
primer concepto de violación expresado.
Por otra parte, y para efecto de seguir un orden lógico de secuencia en el análisis de los
conceptos de violación, de acuerdo a las fases de responsabilidad atribuida a la parte
demandada, se procede al análisis del segundo concepto de violación.
En dicho concepto, la impetrante pretende controvertir las consideraciones sustentadas por la
Sala responsable respecto a la responsabilidad atribuida por la citada quejosa en la fase
operatoria o transoperatoria y al respecto, en principio señala que es ilegal que la ad quem
haya concluido que el perito designado por la actora y el tercero en discordia, no fueron
capaces de ilustrar en forma correcta el daño que le fue causado al momento de la
intervención quirúrgica.
Asimismo, la quejosa señala lo siguiente:
Que en franca violación a las garantías consagradas en los artículos 14 y 16 constitucionales,
la Sala responsable va más allá de lo que, en su oportunidad, se planteó como parte de la
prueba pericial en ortopedia y traumatología, ya que la misma debe desahogarse en la forma
y términos en que fue propuesta y sólo con base en el cuestionario propuesto por las partes,
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
por lo que dicha autoridad pretende de manera oficiosa e ilegal que el perito de la actora
respondiera a cuestiones adicionales en relación a la pregunta número 16 que la hoy quejosa
formuló y que no fueron materia de la prueba.
Que contrariamente, a lo que sostuvo la Sala responsable, el perito designado por ésta, no
estaba obligado a explicar o agregar en relación con la respuesta que dio a la pregunta
número 16 que le formuló, lo que señala dicha responsable en cuanto a ¿Qué tipo de corte
observó? ¿Qué trayectoria y amplitud tuvo el corte? ¿Qué porcentaje de fibras fue lo que
observó que se cortaron al momento de la intervención? ¿Cuál era la ubicación del vasto
externo del músculo? y ¿Por qué afirma que durante la intervención quirúrgica fue
precisamente el momento en que se produjo el daño alegado?, pues según dice la quejosa, la
respuesta que dio el perito a esa pregunta, así como a la 14, es ilustrativa, porque señala cuál
es la lesión que observó en el video y la complicación que se presentó en el caso concreto,
por lo que afirma que lo que importa, trasciende y debió considerar la Sala, es que existe y se
provocó una lesión.
Que, contrariamente a lo que sostuvo la Sala responsable, el perito designado por ésta no
incurrió en contradicción al contestar la pregunta número 16 que le formuló y en las
conclusiones que emitió, ya que en ningún momento el perito empleó como sinónimos el
corte amplio del tejido lateral de la rótula y la ruptura del tendón del cuadriceps, sino que de
dicho dictamen se desprende que la ruptura del tendón se originó como consecuencia directa
de la liberación amplia del retináculo lateral, además de que al contestar la pregunta del
inciso p), el citado perito ilustró al juzgador respecto de los músculos que formaban el
cuadriceps y cuál es el que se cortó y provocó la ruptura del tendón.
Que resulta ilegal que la Sala responsable haya desestimado el dictamen emitido por el perito
tercero en discordia, porque contrariamente a lo que apreció dicha autoridad, dicho perito sí
fue capaz de ilustrar al juzgador en cuanto a que al momento de la cirugía de artroscopia se
efectuó un corte, ya que de la respuesta vertida por el mismo a la pregunta 16, se desprende
que tajantemente señaló que durante la intervención sí existió corte en el tejido lateral de la
rótula, sólo que hizo referencia a ese corte con un lenguaje técnico propio de la medicina,
pues aludió a una liberación del retináculo lateral.
Que, además, no resulta causa suficiente para desestimar ese dictamen, el que en la citada
respuesta el perito haya mencionado que no observó parámetro para referir los puntos a partir
de los cuales se efectuó la liberación del retináculo lateral, ni tampoco, que haya precisado
que observó la presencia de sección de tejido de apariencia muscular con el rasurado
posterior al uso del electro bisturí con el que se seccionaron las fibras del retináculo lateral,
pues esos términos utilizados por el perito no implican como erróneamente señala la Sala,
que no tenga la certeza en la apreciación del corte aludido, sino que al referirse a la
apariencia muscular lo que pretendió precisar es la apariencia del músculo y no que
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
aparentemente se trate de un músculo, y en cuanto a los parámetros, dice la impetrante que no
puede tener los alcances que pretende la ad quem, en cuanto a que no hubo corte en el tejido
lateral de la rótula, porque el perito es contundente al señalar que observó la presencia de
tejido de apariencia muscular con el rasurado posterior al uso del electro bisturí, con el que se
seccionaron las fibras del retináculo lateral.
Que la Sala responsable omitió realizar un análisis íntegro de cada uno de los dictámenes
rendidos en autos, ya que no los estudió y razonó tomando en consideración todas y cada una
de las respuestas que los peritos dieron a las preguntas de los cuestionarios y, en particular,
de los dictámenes del perito designado por la hoy quejosa y el tercero en discordia, ya que de
ese análisis se desprende que al momento de la intervención quirúrgica, el médico
demandado actuó con negligencia, pues al liberar el retináculo lateral de la rótula también
cortó fibras correspondientes al músculo vasto externo del cuadriceps que forma parte del
tendón produciendo la ruptura del mismo, lo cual puede corroborarse con las respuestas que
los citados peritos dieron a las preguntas l), m), n) y ñ) del cuestionario formulado por la
demandada.
Que la ad quem debió tomar en cuenta que las respuestas del perito designado por ésta son
coincidentes con las del perito tercero en discordia en cuanto a que la liberación del
retináculo no fue la adecuada, sino excesiva, provocando un corte del músculo del cuadriceps
y que ello se vio robustecido con las documentales consistentes en las constancias médicas
emitidas por los doctores Gonzalo Vázquez Vela Johnson y Francisco Montalvo Reynoso,
ambos del día diez; Manuel González Vivián del día quince y Francisco Cruz López del día
dieciséis, todos del mes de enero de dos mil tres, exhibidas como anexos 25 al 28 del escrito
inicial de demanda, ya que todos ellos coincidieron en que existe una lesión en el músculo
cuadriceps y una mediación que se desplaza al centro de la rótula.
Que lo anterior puede, incluso, corroborarse con la segunda interpretación que hizo la doctora
Elia García Torres de la resonancia magnética nuclear que se le practicó a la ahora quejosa el
tres de abril de dos mil dos, pues, en ella, dicha doctora concluyó que el retináculo lateral se
encontraba con desgarro amplio en sus fibras proximales a la rótula y que el tendón del
cuadriceps se observaba irregular en las imágenes en sagital, apreciándose múltiples áreas
hipertensas que pueden estar en relación a ruptura intrasustancial del tendón, y que el hecho
de que esa interpretación se hubiera realizado hasta el año de dos mil cuatro, no es óbice para
que la misma pudiera ser valorada conforme a derecho en conjunto con las demás pruebas en
términos del artículo 402 del Código de Procedimientos Civiles, incluyendo la diversa
resonancia magnética que se practicó a la citada quejosa el veintitrés de diciembre de dos mil
dos.
Tales argumentos se estiman sustancialmente fundados y suficientes para otorgar a la quejosa
la protección constitucional solicitada.
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
En principio, debe decirse que asiste la razón a la quejosa en cuanto alega que el perito al
emitir su dictamen pericial, debe constreñirse a contestar las preguntas que se le hicieron en
los cuestionarios formulados por las partes, sin extenderse a otras cuestiones que no hubieran
sido materia de la prueba.
Sin embargo, debe puntualizarse que si de acuerdo a la pregunta formulada, la respuesta
amerita una explicación amplia, para ilustrar y convencer al juzgador sobre la cuestión que se
está dilucidando en relación a esa pregunta, entonces, el perito está obligado a realizar todas
las explicaciones que estime necesarias para dejar bien clara y precisa la respuesta realizada,
sin que ello implique que esté dictaminando sobre cuestiones diversas a las que fueron
materia de la prueba, siempre y cuando se constriña, como se dijo, a exponer su punto de
vista, apegado a la ciencia o técnica de que se trate, sobre las cuestiones que se encuentren
relacionadas con la pregunta que responde.
Ahora bien, aunque el perito debe exponer todas las explicaciones necesarias relacionadas
con la pregunta para emitir una opinión clara y precisa del cuestionamiento que se le formula,
lo cierto es que no es necesario que tales explicaciones se desprendan de una misma
pregunta, sino que el juzgador para efecto de valorar el dictamen, puede y además debe,
atender al contenido integral del mismo para analizar de manera conjunta la opinión emitida
por el perito en relación al tópico que se pretende dilucidar, es decir, que para efecto de
valorar un dictamen, el juzgador no debe centrarse únicamente en alguna o algunas
respuestas que el perito haya dado a los cuestionamientos formulados, sino que debe atender
en forma conjunta a todas las respuestas que se hayan dado, así como a las conclusiones
emitidas e, incluso, analizarlas en forma conjunta y concatenada con los demás elementos
probatorios.
En el caso concreto, del análisis y evaluación que se realiza en forma integral del peritaje
rendido por el experto designado por la actora, este tribunal concluye que no era necesario
que el perito estableciera los aspectos que refiere la responsable referentes a: ¿Qué tipo de
corte observó? ¿Qué trayectoria y amplitud tuvo el corte? ¿Qué porcentaje de fibras fue lo
que observó que se cortaron al momento de la intervención? ¿Cuál era la ubicación del vasto
externo del músculo? y ¿Por qué afirma que durante la intervención quirúrgica fue
precisamente el momento en que se produjo el daño alegado?, pues no debe perderse de vista
que lo que se pretende dilucidar, de acuerdo a la litis planteada, es solamente si durante la
intervención quirúrgica de la artroscopia, el médico demandado produjo la lesión que motivó
la desinserción del tendón del cuadriceps de la rodilla, esto es, si existió el corte de tejido que
finalmente produjo la ruptura del tendón del cuadriceps y en la especie, la opinión técnica
emitida por dicho perito además de que se encuentra suficientemente explicada a lo largo del
cuestionario, se robustece con la opinión que el perito designado como tercero en discordia
emitió en su dictamen, ya que ambos peritos coincidieron en sostener que observaron un
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
corte de tejido de apariencia muscular, así como con las diversas documentales que exhibió la
ahora impetrante, por lo que valorado ese dictamen en forma conjunta con tales probanzas es
contundente para tener por demostrado que existió dicho corte.
De tal suerte que para llegar a tal conclusión, basta con que del cúmulo de respuestas y
conclusiones nos lleven a la convicción de que ocurrió ese corte excesivo que abarcó las
fibras musculares del cuadriceps y que fue éste el que posteriormente provocó la ruptura del
tendón del cuadriceps, así como que ello pueda corroborarse con algún otro medio o medios
probatorios, para poder otorgar valor probatorio a ese dictamen pericial, lo cual como bien
alega la quejosa ocurrió en la especie.
En efecto, como se desprende del análisis integral del dictamen pericial emitido por Nicolás
Durán Martínez, perito designado por la ahora quejosa, en contestación a las preguntas
números 14, 15, 16, 17, 18 y 19 del cuestionario formulado por la actora, dicho perito emitió
las siguientes respuestas:
"14. ¿Qué lesiones se observa en el videocasete en donde obra la intervención quirúrgica
practicada a la actora el 11 de febrero de 2002? Condromalasia de la rótula, lesión del
cartílago articular del cóndilo femoral medial, sinovitis, lesión del menisco medial y
lateralización de rótula. 15. ¿Qué procedimientos quirúrgicos se le realizaron durante la
intervención quirúrgica de fecha 11 de febrero de 2002, que se puedan apreciar del
videocasete ofrecido como prueba? Exploración articular artroscópica, rasurado de tejido
sinovial, rasurado del cartílago articular de la rótula y del cóndilo femoral interno (parte
interna del fémur en su porción de la rodilla), rasurado del menisco medial, coagulación de
vasos sangrantes y corte del tejido lateral de la rótula. 16. ¿Qué complicación se observa en
los procedimientos realizados, según el videocasete en donde obra la intervención quirúrgica
practicada el 11 de febrero de 2002, por el doctor Zarur Mina en la rodilla derecha de la
actora? Se aprecia un corte amplio del tejido lateral de la rótula (retináculo lateral), abarcando
hasta fibras musculares correspondientes al músculo vasto externo del cuadriceps. 17. ¿Cuál
es el periodo de tiempo de recuperación de el o los procedimientos de artroscopia que se le
realizaron a la hoy actora? Un intervalo de seis a doce semanas en promedio. 18. ¿Cuáles son
las complicaciones que se pueden presentar en un procedimiento de artroscopia y de las
cuales deben de estar pendientes el equipo que está dando tratamiento, para que, si se
presentaren pudiesen ser resueltas rápidamente? En un procedimiento de artroscopia de
rodilla de acuerdo a lo referido en la bibliografía y en orden de frecuencia son: hemartrosis
(hemorragia intra articular), infección, enfermedad tromboembólica, lesión muscular, lesión
ligamentaria, ruptura del aparato extensor y ruptura del músculo cuadriceps, subluxación
medial de la rótula, distrofia simpática refleja, lesión neurológica, lesión vascular, falla de
instrumental, complicaciones anestésicas, fracturas, extravasación del líquido de irrigación y
síndrome compartimental (es decir, las complicaciones que se presentan pueden lesionar las
diversas estructuras que se encuentran en la rodilla). 19. ¿Qué tipo de complicación presentó
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la actora? Derrame articular, subluxación medial de la rótula y ruptura parcial del tendón del
cuadriceps de la rodilla derecha (desplazamiento anómalo de la rótula), hipotrofía muscular
(disminución del volumen muscular), rigidez articular en la rodilla derecha, que no permite
en forma adecuada la marcha y el apoyo de la extremidad afectada."
Asimismo, dicho perito en contestación a las preguntas de los incisos c), d), j), l), m), n), o),
p) y q), del cuestionario formulado por la parte demandada, emitió las siguientes respuestas:
"c) ¿Qué lesiones se encontraron en el recorrido artroscópico de la rodilla derecha?
Condromalasia de la rótula, lesión del cartílago articular del cóndilo femoral medial,
sinovitis, lesión del menisco medial y lateralización de rótula. d) ¿Qué otras estructuras
dentro de la rodilla derecha, se observaron lesionadas? No se observa ninguna lesión aparte
de las mencionadas en la precedente, durante exploración artroscópica inicial. ... j) ¿Se
encontraron datos de hiperlateralización y tensión en el retináculo? Sí, se presentaron datos
de hiperlateralización rotuliana y tensión retinacular; esto es, un engrosamiento del tejido que
conforma la parte lateral y su retracción. ... l) La liberación del retináculo lateral de la rodilla
derecha, ¿se realizó con técnica artroscópica correcta? De la apreciación de la videograbación
se observa que la liberación del tejidos retinacular es de mayor magnitud a lo habitual, se
alcanza a observar el corte parcial de fibras musculares, del músculo cuadriceps. m) ¿Notó
algo anómalo en el procedimiento de liberación? Sí, la afectación parcial al corte de fibras
musculares del músculo cuadriceps, lo que coincide con los síntomas postoperatorios
presentados por la Sra. Susana Dosamantes y que han sido detallados en el presente ocurso.
n) ¿Considera que el procedimiento artroscópico fue realizado con técnica adecuada? No,
toda vez que tal y como se ha señalado y así se aprecia de la videograbación a la cual tuve
acceso, así como de los síntomas postoperatorios, la Sra. Dosamantes sufrió una liberación
amplia del retináculo lateral que causó la ruptura de las porciones del vasto lateral y medial
del tendón cuadriceps derecho, con lo que en definitiva, la consideración que se solicita en la
pregunta que se contesta es negativa. ... o) ¿Considera que al final del procedimiento
artroscópico, los resultados fueron en beneficio de la rodilla de la paciente? No, ya que como
se ha referido previamente hay un corte ampliado que afectó las fibras musculares laterales lo
que condicionó una evolución postquirúrgica tórpida por la presencia de dolor, tumefacción
de la articulación, deformidad en su cara lateral y discapacidad funcional para ponerse de pie
y para la marcha, es decir, si la Sra. Dosamantes no hubiera sido intervenida, con base en su
historial clínico, probablemente en la actualidad su rodilla presentaría ciertas molestias más
no la discapacidad estética y funcional que guarda en la actualidad. p) ¿Considera que
durante el procedimiento quirúrgico artroscópico de la rodilla derecha, se seccionó el tendón
del cuadriceps? Se hace la observación que el tendón del cuadriceps, como su nombre lo
indica está conformado por cuatro músculos, y que los retináculos medial y lateral son
expansiones de los músculos vastos medial y lateral, así durante la artroscopia se seccionaron
de manera parcial fibras musculares correspondientes a la porción del vasto lateral. Esto es,
se cortó el músculo de la parte externa de la rodilla y que es constituyente del tendón del
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cuadriceps, originándose la desinserción del mismo, y cuyas consecuencias clínicas son las
que se han narrado a lo largo del presente dictamen, que podría resumirse en señalar que la
rodilla derecha quedó disfuncional. q) ¿Considera que la paciente, después del evento
quirúrgico, puede sufrir la ruptura del tendón del cuadriceps derecho, como consecuencia de
una caída? No, ya que como se ha señalado previamente, durante la artroscopia hay una
lesión por corte de las fibras musculares correspondientes al músculo vasto lateral que
condicionó la desinserción del mismo y esto explica la presencia de hinchazón de la rodilla,
dolor intenso de la misma que dificultaba las funciones de bipedestación (estar de pie) y de la
marcha, además de generar una deformidad estética de la cara lateral de la rodilla. Todos
estos síntomas y signos debieron hacer sospechar al médico tratante y terapistas, la presencia
de una complicación del procedimiento quirúrgico, situación que no fue advertida, por lo que
el daño causado se incrementó, llevando a la paciente a una reintervención quirúrgica
necesaria. Luego entonces, la caída es una consecuencia de la deficiente intervención así
como un seguimiento postquirúrgico inadecuado, de forma que a mi modo de ver, la caída no
es la causa de los síntomas postoperatorios presentados por la paciente Sra. Susana
Dosamantes."
Como conclusión de las respuestas que emitió, el aludido perito en relación a la
responsabilidad derivada de la intervención quirúrgica practicada a la actora, señaló lo
siguiente:
"Conclusiones ... 2. Con base en mi leal saber y entender y con vista a la bibliografía y las
consecuencias que se tuvieron se concluye que la liberación artroscópica del retináculo lateral
se realizó de manera incorrecta lo que condicionó el desarrollo de una ruptura del tendón
cuadriceps en las porciones vasto lateral y medio. Se anexa copia fotostática de técnica
quirúrgica para la liberación de retináculo lateral de rodilla. Anexo 1). ..."
Como se evidencia de las conclusiones, preguntas y respuestas antes transcritas, el perito
designado por la actora señala tanto al contestar las preguntas formuladas por la actora, como
por la parte demandada, que del videocasete que contiene la grabación de la cirugía de
artroscopia practicada a esta última, se desprende que las lesiones que la misma presentaba
cuando se le realizó dicha intervención quirúrgica consistían en condromalasia de la rótula,
lesión del cartílago articular del cóndilo femoral medial, sinovitis, lesión del menisco medial
y lateralización de rótula y que se presentaban datos de hiperlateralización rotuliana y tensión
retinacular, esto es, un engrosamiento del tejido que conforma la parte lateral y su retracción;
asimismo, señala que al realizarse la cirugía de artroscopia se hizo un corte amplio del tejido
lateral de la rótula (retináculo lateral), de mayor magnitud a lo habitual, que abarcó hasta
fibras musculares correspondientes al músculo vasto externo del cuadriceps, que ese
procedimiento de liberación es anómalo, porque existe la afectación parcial al corte de fibras
musculares del músculo del cuadriceps, explicando al respecto, que el tendón del cuadriceps
está conformado por cuatro músculos, que los retináculos medial y lateral son expansiones de
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
los músculos vastos medial y lateral y, que durante la artroscopia se seccionaron de manera
parcial fibras musculares correspondientes a la porción del vasto lateral, concluyendo su
explicación, con que se cortó el músculo de la parte externa de la rodilla y que es
constituyente del tendón del cuadriceps, lo que originó la desinserción del mismo.
De lo anterior, el perito concluye que el procedimiento artroscópico no fue realizado con
técnica adecuada, ya que esa liberación amplia causó la ruptura de las porciones del vasto
lateral y medial del tendón del cuadriceps derecho, lo que finalmente condicionó una
evolución postquirúrgica tórpida, por la presencia de dolor, tumefacción de la articulación,
deformidad en su cara lateral y discapacidad funcional para ponerse de pie y para marcha;
asimismo, concluye que la ruptura del tendón del cuadriceps derecho de la actora no puede
ser como consecuencia de una caída, sino de una deficiente intervención así como un
seguimiento postquirúrgico inadecuado, ya que de acuerdo a lo que ya había señalado en su
dictamen, durante la artroscopia existió una lesión por corte de las fibras musculares
correspondientes al músculo vasto lateral que condicionó la desinserción del mismo y que
ello explica la presencia de hinchazón de la rodilla, dolor intenso de la misma que dificultaba
las funciones de bipedestación (estar de pie) y de la marcha, además de generar una
deformidad estética de la cara lateral de la rodilla que presentó la actora, y que todos esos
síntomas y signos debieron hacer sospechar al médico tratante y terapistas, la presencia de
una complicación del procedimiento quirúrgico, pero que no fueron advertidos, por lo que el
daño causado se incrementó, llevando a la paciente a una reintervención quirúrgica necesaria.
Como se observa, aunque el perito designado por la parte actora no abunda en explicaciones
al contestar la pregunta número 16 que señala la Sala responsable, lo cierto es que del
contexto de las demás respuestas señaladas, así como de sus conclusiones, puede
desprenderse que su dictamen es concluyente y suficientemente explicativo para provocar la
plena convicción de que del contenido del videocasete en el que se filmó la intervención
quirúrgica practicada a la ahora quejosa, puede inferirse que la cirugía de artroscopia no fue
correctamente realizada por el médico demandado, en tanto que éste realizó una liberación
más amplia que lo habitual, dado que hizo un corte de tejido de apariencia muscular que
causó la ruptura de las porciones del vasto lateral y medial del tendón del cuadriceps derecho,
lo cual, posteriormente trajo como consecuencia o complicación la desinserción o
rompimiento del mismo, que finalmente concluyó con una disfuncionalidad de la rodilla
derecha de la actora, y que ello no pudo ser como consecuencia de una caída sino, por el
contrario, la caída fue como consecuencia de la incorrecta intervención quirúrgica, pues la
lesión que ocasionó el corte de las fibras musculares correspondientes al músculo vasto
lateral, provocó la hinchazón de la rodilla y dolor intenso de la misma que dificultó a la
actora las funciones de bipedestación (estar de pie), lo cual para este Tribunal Colegiado
resulta suficiente para otorgar valor probatorio a dicho dictamen y llegar a la convicción de
que sí existió la responsabilidad atribuida por la ahora quejosa al médico demandado en la
fase operatoria o transoperatoria pues, como ya se señaló, tales conclusiones se encuentran
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robustecidas con el diverso dictamen que emitió el perito designado como tercero en
discordia, así como con las documentales que se analizarán a continuación, consistentes en
los informes que emitieron diversos médicos, algunos de los cuales incluso, comparecieron a
ratificarlos ante la presencia judicial, los cuales valorados en forma conjunta hacen prueba
plena.
Ahora bien, en este momento se estima necesario destacar que no es óbice para otorgar el
valor probatorio aludido al dictamen pericial emitido por el perito designado por la ahora
quejosa, la consideración emitida por la Sala responsable en cuanto a que dicho perito se
contradice al contestar la pregunta número 16 y al formular sus conclusiones, en tanto que en
la respuesta a esa pregunta señaló que observó un corte amplio que abarcó fibras musculares
correspondientes al músculo vasto externo del cuadriceps, y al emitir sus conclusiones
precisó que la complicación postoperatoria que presentó la ahora quejosa consistió en una
ruptura parcial del tendón del cuadriceps.
En efecto, debe decirse que asiste la razón a la impetrante en cuanto a que el hecho de que el
citado perito al contestar la pregunta número 16 haya señalado que observó un corte amplio
que abarcó fibras musculares correspondientes al músculo vasto externo del cuadriceps, y al
emitir sus conclusiones haya precisado que la complicación postoperatoria que presentó la
ahora quejosa consistió en una ruptura parcial del tendón del cuadriceps, no constituye una
contradicción como erróneamente señaló la Sala responsable, ya que como bien alega la
quejosa, de dicho dictamen se desprende que las conclusiones formuladas parten de la base
de que la ruptura del tendón del cuadriceps ocurrida en la fase postoperatoria, fue una
consecuencia de la liberación o corte amplio del retináculo lateral, que abarcó fibras
musculares del músculo vasto externo del cuadriceps, realizado por el médico demandado en
la fase transoperatoria, esto es, durante la intervención quirúrgica, tal como puede
corroborarse con la redacción de la respuesta dada por dicho perito a la pregunta dieciséis que
ya se transcribió en párrafos anteriores y con el contenido de las conclusiones que enseguida
se transcriben para una mejor ilustración sólo en su parte conducente:
"Conclusiones ... 2. Con base en mi leal saber y entender y con vista a la bibliografía y las
consecuencias que se tuvieron se concluye que la liberación artroscópica del retináculo lateral
se realizó de manera incorrecta lo que condicionó el desarrollo de una ruptura del tendón
cuadriceps en las porciones vasto lateral y medio ... 5. Con base a lo anterior y a mi leal saber
y entender se concluye que las secuelas y estado actual de deterioro de la rodilla derecha de la
señora Susana Dosamantes Rul Riestra, fue causado por una deficiente técnica quirúrgica en
la operación del 11 de febrero de 2002, practicada por el doctor Nicolás Zarur Mina a la
señora Susana Dosamantes Rul Riestra, generando una complicación postoperatoria (ruptura
parcial del tendón del cuadriceps) que no fue diagnosticada a tiempo, generando una dilación
en el tratamiento de la referida complicación, tardanza que provocó que la intervención de
reconstrucción no surtiera el efecto deseado, pues de haber sido detectada y tratada la
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complicación de forma oportuna por el médico tratante (Zarur Mina) la reconstrucción
quirúrgica hubiera permitido a la Sra. Dosamantes recuperar en un mayor grado la
funcionalidad de su rodilla derecha."
Es decir, que la respuesta dada a la pregunta número 16, se relaciona con la incorrecta
ejecución de la cirugía artroscópica que desarrolló el enjuiciado y lo relativo a las
conclusiones se refiere a las consecuencias que tuvo después de la operación la lesión
ocasionada en la fase operatoria.
Siguiendo con el análisis conjunto del dictamen emitido por el perito designado por la actora,
se puntualiza que del contenido del dictamen emitido por el perito José Fernando del Castillo
Mendoza, designado como tercero en discordia, destacan las siguientes preguntas y
respuestas derivadas del cuestionario formulado por la actora:
"14. ¿Qué lesiones se observa en el videocasete en donde obra la intervención quirúrgica
practicada a la actora el 11 de febrero de 2002? Respuesta: Lesión del menisco medial,
presencia de plica, degeneración del cartílago articular (de los huesos que componen la
articulación de la rodilla que son: el fémur, la rótula y la tibia) de la rodilla derecha y
aumento de volumen del tejido sinovial. 15. ¿Qué procedimientos quirúrgicos se le realizaron
durante la intervención quirúrgica de fecha 11 de febrero de 2002, que se puedan apreciar del
videocasete ofrecido como prueba? Respuesta: Exploración artroscópica de la rodilla,
rasurado de tejido sinovial, condroplastia por rasurado de la rótula y el fémur en su cóndilo
interno o medial, meniscoplastia con rasurador del menisco medial, hemostasia con
electrocoagulador y liberación del retináculo lateral de la rótula (corte del tejido fibroso
lateral de la rótula). 16. ¿Qué complicación se observa en los procedimientos realizados,
según el videocasete en donde obra la intervención quirúrgica practicada el 11 de febrero de
2002, por el doctor Zarur Mina en la rodilla derecha de la actora? Respuesta: No se observan
los parámetros para referir los puntos a partir de los cuales se efectuó la liberación del
retináculo lateral. Se observa la presencia de sección de tejido de apariencia muscular con el
rasurador posterior al uso de electrobisturí con el que se seccionan las fibras del retináculo
lateral ... 18. ¿Cuáles son las complicaciones que se pueden presentar en un procedimiento de
artroscopia y de las cuales deben de estar pendientes el equipo que está dando tratamiento,
para que, si se presentaren pudiesen ser resueltas rápidamente? Respuesta: Las
complicaciones más frecuentes según hace referencia la bibliografía son: colección hemática
intrarticular (hemartrosis), tromboembolismo pulmonar, trombosis venosa profunda, lesiones
ligamentarias, ruptura del cuadriceps o del aparato extensor, subluxación medial con pérdida
de congruencia patelofemoral, distrofia simpático refleja, lesión neurovascular periférica,
complicaciones anestésicas, fracturas, extravasación del líquido de irrigación, síndrome
compartimental y descomposturas de equipo transoperatorias. 19. ¿Qué tipo de complicación
presentó la actora? Respuesta: Según se desprende del expediente, colección líquida
intrarticular, subluxación medial de la rótula y ruptura parcial del tendón del cuadriceps
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manifestado por el desplazamiento anormal de la rótula hacia la línea media del cuerpo, así
como la disminución de la fuerza muscular de la extremidad provocando varias caídas en su
postoperatorio."
Las conclusiones a las que llegó el perito designado como tercero en discordia, en relación a
la etapa transoperatoria, son las siguientes:
"Conclusiones: ... Se desprende que como producto de una liberación amplia del retináculo
lateral de la rodilla derecha se presentó ruptura parcial del cuadriceps, misma que pasó
desapercibida para el cirujano Dr. Nicolás Zarur Mina, a pesar de que en diferentes ocasiones
la actora le manifestó datos clínicos compatibles con dicha complicación, tanto al titular médico tratante- como a los dependientes o empleados de Sports Clinic, S.A. de C.V.,
haciendo caso omiso éstos. Según se narra en la demanda, al no recibir respuesta favorable de
su médico tratante, ni de la clínica Sports Clinic, S.A. de C.V., la actora recurrió a otros
especialistas en la materia, los cuales concuerdan con el diagnóstico de lesión ‘ruptura’ del
tendón cuadriceps vastos lateral y medio; diagnóstico que se considera correcto. ... La
complicación presentada por la actora se encuentra descrita dentro de la bibliografía y es una
complicación esperada cuando se realiza una liberación del retináculo lateral demasiado
amplia. Por ende, esta complicación debe esperarse cuando se realice este tipo de
procedimiento para poder resolverla en forma temprana. La actora presentó diferentes
eventos de caída al suelo por no poder apoyarse en su miembro inferior derecho, como
producto la insuficiencia postoperatoria del tendón del músculo cuadriceps por la lesión que
presentaba éste, según se desprende del expediente judicial. La evolución de este tipo de
cirugía le permite al paciente retirarse caminando al ser dado de alta del nosocomio, en el
caso de la actora no pudo volver a caminar en forma ‘normal’ después del controvertido
procedimiento quirúrgico y su complicación. Por último, hago énfasis en que un médico pudo
estar equivocado, pero si la complicación fue diagnosticada por diferentes médicos, ajenos al
tratante inicial de la actora, es difícil negar la presencia de dicha complicación por parte del
codemandado Nicolás Zarur Mina y los dependientes de la codemandada Sports Clinic, S.A.
de C.V."
Asimismo, destacan las siguientes preguntas y respuestas derivadas del cuestionario
formulado por la parte demandada:
"... c) ¿Qué lesiones se encontraron en el recorrido artroscópico de la rodilla derecha?
Respuesta: Degeneración del cartílago articular principalmente de la rótula, fémur y de menor
gravedad en los platillos tibiales, sinovitis, lesión del menisco medial, presencia de plica y
lateralización de la rótula. d) ¿Qué otras estructuras dentro de la rodilla derecha, se
observaron lesionadas? Respuesta: Únicamente las referidas en la repuesta anterior. ... j) ¿Se
encontraron datos de hiperlateralización y tensión en el retináculo?. Respuesta: Sí, se
encuentran datos de hiperlateralización, a expensas de engrosamiento y retracción del
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retináculo lateral, así como degeneración condral patelofemoral. ... l) La liberación del
retináculo lateral de la rodilla derecha, ¿se realizó con técnica artroscópica correcta?
Respuesta: No, ya que no fija referencias sobre los límites hasta donde debe de realizar dicha
liberación, de hecho se alcanza a observar en la videocinta que después de realizar
cauterización inicial el rasurado sobre un tejido de características músculo tendinosas. m)
¿Notó algo anómalo en el procedimiento de liberación? Respuesta: La liberación excesiva del
retináculo lateral, que fue factor importante en la complicación que desarrolló la actora, de
ruptura del tendón del cuadriceps. n) ¿Considera que el procedimiento artroscópico fue
realizado con técnica adecuada? Respuesta: No, debido a la complicación de ruptura del
tendón del cuadriceps que presentó la actora. ... o) ¿Considera que al final del procedimiento
artroscópico, los resultados fueron en beneficio de la rodilla de la paciente? Respuesta: El
resultado final del procedimiento fue malo, ya que se produjo una liberación amplia del
retináculo lateral. La cual finalmente se complicó con ruptura del tendón del cuadriceps, que
pasó desapercibida para su médico tratante. p) ¿Considera que durante el procedimiento
quirúrgico artroscópico de la rodilla derecha, se seccionó el tendón del cuadriceps?
Respuesta: Durante el procedimiento quirúrgico se observa liberación del retináculo lateral de
la rodilla derecha, este tejido es la prolongación de las fibras del cuadriceps, cuando se
efectúa una liberación amplia de dicho tejido, se presenta como complicación la ruptura del
tendón del cuadriceps, como en el caso de la actora. q) ¿Considera que la paciente, después
del evento quirúrgico, puede sufrir la ruptura del tendón del cuadriceps derecho, como
consecuencia de una caída? Respuesta: De acuerdo a los antecedentes del expediente y las
imágenes observadas en la videocinta, concluyó que la caída de la actora es producto de la
insuficiencia del músculo cuadriceps derecho, ya que al estar lesionada su inserción
tendinosa, la actora no podía tener una función normal para los arcos de movimiento o la
marcha de la extremidad inferior derecha, lo que fue causa de las caídas a las que la actora
hizo referencia dentro del expediente."
De las conclusiones y respuestas antes transcritas, se desprende que el perito designado como
tercero en discordia señaló que del videocasete que contiene la grabación de la cirugía de
artroscopia practicada a la ahora quejosa, se observa que previamente a la intervención
quirúrgica, ésta padecía una lesión del menisco medial, presencia de plica, degeneración del
cartílago articular (de los huesos que componen la articulación de la rodilla que son: el fémur,
la rótula y la tibia) de la rodilla derecha y aumento de volumen del tejido sinovial, así como
que se presentaban datos de hiperlateralización, a expensas de un engrosamiento y retracción
del retináculo lateral, y degeneración condral patelofemoral; asimismo, señala que al
realizarse la cirugía de artroscopia, no se observaron los parámetros para referir los puntos a
partir de los cuales se efectuó la liberación del retináculo lateral y que observó la presencia de
sección de tejido de apariencia muscular con el rasurador posterior al uso de electrobisturí
con el que se seccionaron las fibras del retináculo lateral, explicando al respecto en otra
respuesta, que el retináculo es la prolongación de las fibras del cuadriceps y que, por lo tanto,
cuando se efectúa una liberación amplia de dicho tejido trae como complicación la ruptura
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del tendón del cuadriceps, de lo que concluye que el procedimiento de liberación del
retináculo lateral fue excesivo y que ello fue un factor importante en la complicación que
desarrolló la actora consistente en la ruptura del tendón del cuadriceps, por lo que dice que el
procedimiento artroscópico no fue realizado con una técnica adecuada, precisamente debido a
la complicación de la ruptura del tendón del cuadriceps.
Asimismo, dicho perito señala que la caída que sufrió la actora después de la intervención
quirúrgica fue como consecuencia de la insuficiencia del músculo cuadriceps derecho, ya que
al estar lesionada su inserción tendinosa, la actora no podía tener una función normal para los
arcos de movimiento o marcha de la extremidad inferior derecha, que fue lo que motivó las
caídas a las que dicha actora hizo referencia en su demanda.
Con lo anterior, se evidencia que las opiniones emitidas por dichos peritos en tales
dictámenes son coincidentes entre sí y sí merecen valor probatorio para tener por acreditados
los elementos de la acción, no sólo porque de la comparación de las respuestas y
conclusiones emitidas por los peritos aludidos, se aprecia que ambos coinciden en cuanto a
las lesiones que presentaba la actora previamente a la cirugía, en el corte excesivo que dicen
observaron durante la cirugía y en las consecuencias que dicho corte motivó después de
practicada la cirugía, dando una explicación clara y razonada a las respuestas que dieron a las
preguntas formuladas; sino porque, como se dijo, esas opiniones se ven robustecidas incluso
con las documentales que exhibió dicha actora para acreditar sus pretensiones, las cuales,
debe destacarse que merecen valor probatorio en términos de lo dispuesto en los artículos 335
y 402 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, en virtud de que si bien
fueron objetadas por la parte demandada; lo cierto es que dicha objeción no puede restarles el
valor probatorio que merecen, en tanto que dicha objeción se hizo en los siguientes términos:
"Objeción de documentos: La cual se hace valer respecto a todos y cada uno de los
documentos que hasta el momento procesal ha exhibido la actora Susana Dosamantes Rul
Riestra, dentro del juicio, tanto los que acompañó anexos a su escrito inicial de demanda,
como los que ha presentado con posterioridad, toda vez que éstos, lejos de beneficiar a sus
intereses y pudieran ser idóneos para acreditar los extremos de su acción, le perjudican y
resultan inapropiados e insuficientes para probar los elementos de la señalada acción y por el
contrario benefician a mis poderdantes, tomando en cuenta todos y cada uno de los
razonamientos lógico jurídicos que han sido expuestos por parte de éstos últimos en sus
respectivos escritos de contestación de demanda, como en las diversas visitas que han
desahogado en el juicio, los que en obvio de repeticiones estériles se solicita se tengan por
íntegramente reproducidos en todas y cada una de sus partes en el presente escrito, como si
literalmente estuvieran insertos a la letra para todos los efectos legales a que haya lugar."
En efecto, como se desprende de la transcripción anterior, la objeción de pruebas realizada
por la parte demandada fue genérica, puesto que no se expusieron las causas de la objeción, y
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ésta fue sólo en cuanto a su alcance y valor probatorio, no en cuanto a la validez de los
propios documentos, aunado a que algunos de ellos fueron ratificados ante la presencia
judicial, como se evidenciará en el momento en que se valoren detalladamente los mismos,
por lo que se reitera que dicha objeción no puede restar a las documentales exhibidas por la
ahora quejosa, el valor probatorio que merecen para tener por acreditadas la cuestiones que
de las mismas puedan desprenderse.
Como apoyo de lo anterior, se citan las tesis sustentadas por la otrora Tercera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, las dos primeras en la Séptima Época y la tercera en
la Quinta Época, ambas del Semanario Judicial de la Federación, publicadas respectivamente
en el tomo 217-228, Cuarta Parte, página 115, tomo 49, Cuarta Parte, página 33, y Tomo
CXIX, página 511, que son del tenor literal siguiente:
"DOCUMENTOS PRIVADOS. REQUISITOS QUE DEBE CONTENER LA OBJECIÓN
DE, PARA QUE SE TENGAN POR IMPUGNADOS. De conformidad con lo dispuesto por
el artículo 303 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Veracruz, similar al
artículo 386 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, la impugnación
de un documento debe ser hecha desde la contestación de la demanda hasta seis días antes de
la audiencia; al impugnar de falso el documento deberá indicarse específicamente: 1) los
motivos; 2) las pruebas que se ofrezcan; 3) si el documento careciera de matriz, señalar los
documentos indubitables para el cotejo; y, 4) promover la correspondiente prueba pericial.
Sin satisfacer estos requisitos se tiene por no redargüido o impugnado el documento."
"DOCUMENTOS, OBJECIÓN DE. La Suprema Corte de Justicia ha sostenido que para que
la objeción a los documentos privados dé motivo para negarles valor probatorio, no basta con
que una de las partes se limite a decir ‘objeto el documento’, pues como se trata de
invalidarlo deben señalarse las causas en que se funde la objeción y demostrarse, para que
carezca de eficacia como elemento probatorio al aparecer algún vicio que lo haga inútil para
acreditar el hecho a que se refiere, y que si la objeción no se justifica, no puede tenerse por
hecha legalmente y el documento conserva el valor probatorio que le corresponda, aunque no
haya sido reconocido."
"DOCUMENTOS PRIVADOS, LA OBJECIÓN DE LOS, NO IMPLICA SU
INVALIDACIÓN. El solo hecho de objetar los documentos privados presentados no implica
necesariamente su invalidación, sino que es necesario demostrar la existencia de causas que
impidan conceder eficacia probatoria plena a tales elementos de convicción. La Suprema
Corte ha establecido que, para que opere la objeción de un documento presentado en el juicio
por uno de los contendientes, se requiere que la parte que formula la objeción la funde en
hechos o circunstancias que invaliden el contenido del documento objetado, o el hecho que
con él se pretende probar; y mientras esto no ocurra no puede tenerse por legalmente objetado
el documento y, la sola objeción de un documento privado hecha por la contraria, no puede
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
dejar sin valor dicha prueba, si la objetante no acompaña a su oposición la prueba
correspondiente para demostrar la falsedad o falta de eficacia del documento objetado."
En ese orden de ideas, cabe destacar que de los dos dictámenes analizados se desprende que
los peritos aludidos observaron que del video se desprende que las lesiones que presentaba la
actora antes de la intervención quirúrgica de la artroscopia, consisten en lesión del menisco
medial, condromalasia de la rótula, lesión o degeneración del cartílago articular de los huesos
que componen la articulación de la rodilla derecha y aumento de volumen del tejido sinovial,
así como que presentaba datos de hiperlateralización de la rótula, a expensas de un
engrosamiento y retracción del retináculo lateral, lo cual merece valor probatorio porque
resulta digno de credibilidad, puesto que dicho diagnóstico se robustece con el diverso que
realizó el propio médico demandado en el informe médico que presentó para efecto del
reembolso que solicitó la ahora quejosa a su aseguradora, Grupo Nacional Provincial, el cual
ya había sido valorado en la presente ejecutoria, informe del que se desprende que este último
diagnosticó lo siguiente:
"Informe médico, programación de cirugías y/o tratamiento médico reembolso ...
Diagnóstico. 1. Indique diagnóstico(s) presuncional (es). Lesión condral. Lesión meniscal. 2.
Indique diagnóstico(s) definitivo(s). Enumérelos en orden de aparición: Lesión condral
patelo-femoral. Lesión menisco medial. ..."
Asimismo, tales opiniones de los peritos señalados se ve robustecido con las conclusiones de
la interpretación realizada por el radiólogo Stephen B. Fierstein, M.D. el diez de diciembre de
mil novecientos noventa y nueve, de una resonancia magnética que en esa fecha se practicó la
ahora quejosa, de cuya traducción al idioma español se desprende que en esa fecha
diagnosticó lo siguiente:
"Rm rodilla derecha 2. (sic) Se observa condromalasia patelar con un pequeño quiste
subcondral en la rótula posterior. 3. Se observa un quiste degenerativo en la rótula posterior y
se nota una condromalasia patelar. 4. Se observa un pequeño desgarramiento horizontal por
clivaje en el cuerpo del menisco medial. 4. (sic) Se nota una pequeña cantidad de fluido
articular."
Como se observa, las lesiones que los peritos diagnosticaron se desprendían de la
videograbación de la cirugía de artroscopia, antes de que se realizara la misma, coinciden con
las que el médico demandado y los diversos médicos señalados diagnosticaron en sus
informes, con lo cual se demuestra que previamente a la intervención quirúrgica practicada
por el demandado, la ahora quejosa no tenía la lesión que se diagnosticó con posterioridad a
la intervención quirúrgica de que se trata, esto es, la ruptura del tendón del cuadriceps que
motivó la disfuncionalidad de su rodilla derecha, lo cual constituye una fuerte evidencia de
que esta última lesión fue provocada como señalan los peritos aludidos, como consecuencia
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
del corte de tejido muscular que dicen realizó el ahora tercero perjudicado Nicolás Zarur
Mina, durante la cirugía de artroscopia que practicó a la hoy quejosa, máxime que no existe
prueba en el juicio que evidencie lo contrario, esto es, que desvirtúe que hizo tal corte
excesivo.
En efecto, tanto el perito designado por la actora, como el tercero en discordia, coinciden en
que al realizarse la cirugía de artroscopia, se efectuó una liberación o corte del retináculo
lateral demasiado amplia o excesiva, que abarcó fibras o tejido muscular de una parte del
cuadriceps, lo que después trajo como complicación la ruptura del tendón de ese cuadriceps,
y que éste no pudo haberse roto con motivo de una caída posterior de la citada quejosa, sino
que más bien, ese corte originó la insuficiencia del músculo cuadriceps derecho y ello
dificultaba a la hoy quejosa ponerse de pie.
Además, de que tales opiniones se ven robustecidas con los informes médicos que se
transcriben enseguida:
"México, D.F., a 10 de enero de 2003. A quien corresponda: La Sra. Susana Dosamantes Rul
Riestra de 54 años de edad presenta el diagnóstico de lesión del tendón del cuadriceps vasto
lateral y central, derecho. Fue operada el 11 de febrero de 2002. Refiere varias caídas por
falta de fuerza en el cuadriceps y está imposibilitada para subir o bajar escaleras, así como
realizar actividad deportiva o laboral. Ha realizado fisioterapia durante 10 meses
aproximadamente sin mejoría. Se realiza exploración física encontrándose defecto en región
lateral de la rodilla derecha, con crepitación femoropatelar y medialización de la rótula. Hay
continuidad de las fibras del cuadriceps medial y parcialmente en las centrales y ausentes en
lateral, secundario a liberación de retináculo lateral. En RMN se aprecia defecto del tendón
del cuadriceps y en estudio neurofisiológico hay poca actividad muscular de reconstrucción
por desinserción. Requiere de reconstrucción del aparato extensor, rodilla derecha.
Atentamente. Dr. Gonzalo Vázquez-Vela Johnson."
"México, D.F., a 10 de enero de 2003. A quien corresponda: Por medio de la presente hago
constar que la paciente Susana Dosamantes Rul Riestra, de 54 años de edad presenta el
diagnóstico de ruptura del tendón del cuadriceps vasto lateral y central. Fue operada el 11 de
febrero de 2002. Refiere varias caídas por falta de fuerza en el cuadriceps y está
imposibilitada para subir o bajar escaleras, así como realizar actividad deportiva o laboral. Ha
realizado fisioterapia durante 10 meses aproximadamente, sin mejoría. Se realiza exploración
física encontrándose defecto en la región lateral de la rodilla derecha, con crepitación
femoropatelar y medialización de la rótula. Hay continuidad de las fibras del cuadriceps
medial y parcialmente en las centrales y ausentes en la lateral, secundarias a liberación de
retináculo lateral. En RMN se aprecia defecto del tendón del cuadriceps y en estudio
neurofisiológico hay poca actividad muscular por desinserción. Requiere de reconstrucción
del aparato extensor, rodilla derecha. Se extiende la presente para los fines que a la interesada
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
convengan. Atentamente. Dr. Francisco Montalvo. Ced. Prof. 175832 SSA 32177."
"15 de enero de 2003. Informe médico: Susana Dosamantes. Antecedentes: Artroscopia
quirúrgica de rodilla derecha 10/febrero/2002, para liberación de retináculo lateral y limpieza
articular, con tratamiento posquirúrgico de fisioterapia hasta la fecha. Evolución con dolor e
inestabilidad, incapacidad para realizar actividades cotidianas y físicas tipo marcha acelerada,
correr, conducir automóvil, subir y bajar escaleras. Evaluación clínica actual con marcha
claudicante y dolorosa a nivel rodilla derecha, subluxación patelar medial secundario a
ausencia de aparato extensor en cara lateral y anterior. En la valoración radiológica se
observa rótula con desmineralización, y en la resonancia magnética presenta lesión parcial de
cuadriceps, sumado a lesiones de menisco. Diagnóstico: Lesión parcial de aparato extensor
rodilla derecha (cuadriceps), con antecedente de artroscopia quirúrgica con liberación de
retináculo lateral. Inestabilidad lateral rodilla derecha. Subluxación medial de patela.
Tratamiento. Reconstrucción de aparato extensor. Pronóstico. Diferido a la función de
flexoextensión de rodilla derecha debido a la lesión de cuadriceps y su posible
reconstrucción. Atentamente. Dr. Manuel González Vivián. Consejo Mexicano de Ortopedia
RE 1501. Cédula de especialista 3414519. Hospital Ángeles del Pedregal. Consultorio 735
Torre Ángeles."
"Secretaría de Salud. Centro Nacional de Rehabilitación. Nota de evolución. Nombre:
Dosamantes Rul Riestra Susana. Expediente: C-66078. Edad: 52 años. Sexo: Femenino. Edo.
Civil: Soltera. Ocupación: Profesionista. Escolaridad: Licenciatura completa. Lugar de
origen: Distrito Federal. Fecha de elaboración: 16/01/2003. Hora de elaboración: 09:35.
Evolución y actualización del cuadro clínico. Femenina la cual fue operada el día 10 de
febrero de 2002, realizándose artroscopia de la rodilla derecha por inclinación rotuliana
realizándose liberación retinacular lateral de la rodilla derecha evolucionando no
satisfactoriamente, de la cirugía por presentar edema de la rodilla, dolor, así como notar
incapacidad funcional de la rodilla y de aparato extensor, refiere 10 meses de rehabilitación,
caídas frecuentes, así como incapacidad para subir y bajar escaleras. E.f (sic) se encuentra
rodilla con presencia de portales de artroscopia, se observa a la contractura inclinación
medial de la rótula así mismo se observa pérdida de la musculatura lateral por retracción de
vasto lateral, dolor a la movilización de la rótula, se observa además incapacidad para realizar
extensión activa y contraresistencia. Signos vitales. Frec. Cardiaca: 80 ppm., Tensión Art.
120/80 mmdhg., temperatura 36.0 Gr. Cen., respiración 24 rpm., talla: 1.78 mts., peso: 78.00
Kgs. Resultado de los estudios de auxiliares de diagnóstico y tratamiento: Se observa lesión
de menisco lateral en cuerno posterior, así como lesión de vasto lateral con rectracción,
presencia de líquido intrarticular. Diagnósticos: ruptura del cuadriceps derecho 1333 1. Plan
de tratamiento e indicaciones médicas: paciente al cual requiere reconstrucción de aparato
extensor lateral. Se solicita laboratorios. Se abre carnet. Dr. Cruz López Francisco. Ced. Prof:
2060166."
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
Los informes aludidos, fueron realizados los dos primeros, el diez, el tercero, el quince y, el
cuarto, el dieciséis, todos del mes de enero de dos mil tres, y ratificados en audiencia
celebrada el veinticinco de enero de dos mil cinco, por Gonzalo Vázquez Vela-Johnson,
Manuel Gerardo González Vivián y Francisco Cruz López (fojas 503 a 510 del Tomo II del
expediente principal), en la inteligencia de que Francisco Montalvo Reynoso no compareció a
ratificarlo, por lo que en auto de audiencia de ocho de marzo de dos mil cinco, se dejó de
recibir la ratificación respectiva (foja 65 del tomo III del expediente principal); sin embargo,
ello no desvirtúa el valor probatorio por lo menos de indicio que merece dicha documental,
ya que como se dijo, aunque fue objetada por la parte demandada no fue desvirtuado su
contenido o firma, por lo que valorada en forma conjunta con las otras documentales,
robustece la veracidad de las aludidas opiniones de los peritos.
Como puede observarse, los informes transcritos fueron emitidos entre el diez y el dieciséis
de enero de dos mil tres, es decir, casi un año después de que el médico demandado practicó
la cirugía de artroscopia de que se trata (once de febrero de dos mil dos), y del contenido de
dichos informes, se desprende que los cuatro médicos señalados, coinciden en que la ahora
quejosa presentaba lesión o ruptura (desinserción) del tendón del cuadriceps derecho, con lo
cual se acredita plenamente que dicha lesión se diagnosticó con posterioridad a dicha
intervención quirúrgica y, en consecuencia, tales informes valorados en forma conjunta con
los dictámenes emitidos por el perito designado por la actora y el tercero en discordia, así
como con el citado informe emitido por el propio médico demandado para efecto del
reembolso de gastos médicos solicitado por la ahora quejosa y la interpretación realizada por
el radiólogo Stephen B. Fierstein, M.D. el diez de diciembre de mil novecientos noventa y
nueve, de una resonancia magnética que en esa fecha se practicó la ahora quejosa, nos llevan
a la convicción de que esa lesión del tendón del cuadriceps se originó como consecuencia del
corte o liberación excesiva del retináculo lateral que realizó el médico demandado durante la
cirugía de artroscopia, al cual se refirieron dichos peritos en su dictamen pues, incluso, el
perito tercero en discordia explica al dar respuesta a la pregunta del inciso p) del cuestionario
formulado por la parte demandada, que el tejido del retináculo lateral de la rodilla es la
prolongación de las fibras del cuadriceps y que, por tanto, cuando se efectúa una liberación
amplia de dicho tejido se presenta como complicación la ruptura del tendón del cuadriceps,
como ocurrió en la especie con la ahora quejosa.
Aunado a lo anterior, se procede a valorar en forma conjunta la diversa documental
consistente en el informe que emitió John W. Uribe el cinco de febrero de dos mil tres, doctor
que realizó la segunda cirugía a la ahora quejosa el día tres de febrero del mismo año, para
reconstruir el tendón lesionado, de la que se desprende lo siguiente:
"Healthsouth Doctor's Hospital. 5000 University Drive Coral Gables, Florida 33146. Dr. John
W. Uribe. Dosamantes, Susana. 100447307. Informe operatorio 5 de febrero de 2003. Fecha
de operación: 3 de febrero de 2003. Diagnósticos preoperatorios: 1. Desgarramiento crónico
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
del tendón del cuadriceps derecho. 2. Menisco medial rasgado. Diagnósticos postoperatorios:
1. Desgarramiento crónico del tendón del cuadriceps derecho. 2. Menisco medial rasgado. 3.
Menisco lateral rasgado. Operación: 1. Reparación del tendón del cuadriceps derecho con
desgarramiento crónico. 2. Artroscopia de la rodilla derecha con meniscectomías parcial y
lateral. Cirujano: Dr. J. Uribe. Asistente: Dr. M. Klehn. Anestesia general endotraqueal bajo
torniquete. Indicaciones para cirugía. La paciente es una mujer de 54 años de edad con
síntomas y hallazgos consistentes con un tendón de cuadriceps con desgarramiento parcial
crónico y un menisco medial desgarrado en su rodilla derecha. Será llevada al quirófano para
repararle el tendón de su cuadriceps, posible reconstrucción y artroscopia de la rodilla
derecha con una posible meniscectomía medial parcial. Pérdida de sangre estimada: Mínima.
Complicaciones: Ninguna. Hallazgos: Vasto externo completamente desprendido del tendón
del cuadriceps derecho con una división muy proximal y se encuentra escarificada hacia la
banda iliotibial. En términos de artroscopia la rodilla presentaba cambios grado 3 y 4 de la
rótula y el túnel intercondíleo. Había un desgarramiento degenerativo en el cuerno posterior
del menisco medial que cuando se desbridó dejó un borde de aproximadamente 3 mm. Hubo
cambios difusos grado 3 en el compartimento medial con una lesión condral de
aproximadamente 1.5 cm. de diámetro con cartílago articular suelto que requirió
desbridamiento. El compartimento externo tenía cambios degenerativos mínimos y un
desgarramiento radial central que cuando se desbridó dejó un borde de 4 mm. Procedimiento:
Con la paciente en posición supina bajo una anestesia general adecuada, se preparó la
extremidad inferior derecha y se colocó un paño en forma estéril. Se exanguinó la extremidad
con un Esmarch y el torniquete en el muslo superior se infló a 350 mmHg. Se hizo una
incisión de 7 cm. Sobre el muslo anterior lateral extendiéndose en forma proximal desde la
rótula. Esto se llevó hacia la parte inferior directa y nítidamente exponiendo una cantidad
significativa de tejido escarificado cuando se disecaron los tejidos subcutáneos, se notó que
había una desgarradura completa en el tendón del cuadriceps en donde estaba pegado el vasto
externo. A nivel proximal había una importante cantidad de escarificación. La escarificación
fue liberada y se separó el vasto lateral de las adhesiones alrededor de la banda iliotibial. El
intervalo de escarificación entre vasto interno y el crural se desbridó. En la cara lateral
externa de la rótula, el tejido escarificado se jaló de la cara proximal de la rótula y el área
escoriada de un hueso sub-canceloso sangrante. Se insertó un ancla de sutura innovasive 3.5.
Empezando a nivel proximal, se intervaló entre el tendón del cuadriceps, el crural y el
externo se volvió a aproximar, jalando el cuadriceps más hacia el exterior, ya que la rótula se
había estado dislocado a nivel interno. Esto se hizo con un Ethibond #2 y se inició a nivel
proximal y concluyó a nivel distal. En la parte distal, las suturas en el ancla de sutura en la
rótula se utilizaron para volver a asegurar el vasto externo a la rótula. Esta reparación fue
sobrecosida con el tejido escarificado que quedó en el polo proximal de la rótula con un
Ethibond #2. Después de esto, la rodilla pudo flexionarse a 90 grados y se notó que ahora la
rótula seguía un tracto central. Debemos resaltar que la inserción del vasto interno y el crural
parecían intactos en la rótula. Después de esto, se realizó una artroscopia. Se colocó la cánula
de ingreso a través de la porción externa de la rótula. Se hicieron heridas parapatelares
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
internas y externas a nivel de la línea de la articulación para colocar el artroscopio y los
instrumentos artroscópicos. Hubo que tener cuidado durante la artroscopia para no alterar la
reparación del cuadriceps. La superficie inferior de la rótula reveló cambios difusos grado 3 y
4, al igual que el túnel intercondíleo. El cartílago suelto se desbridó. Los cóndilos femorales
internos y externos se encontraron dentro de los límites normales. A medida que se flexionó
la rodilla, se notó que en el comportamiento interno de la rodilla había una lesión condral de
cerca de 1.5 cm. de diámetro, grado 3 casi grado 4, con cartílago articular suelto alrededor de
los bordes. Se debridó ligeramente. La meseta tibial estaba normal. Existía un desgarramiento
degenerativo del cuerno posterior del menisco medial que se desbridó, dejando un borde
posterior de 3mm. La escotadura reveló un LCA y un LCP normales. En el comportamiento
externo de la rodilla había un desgarramiento radial del menisco y los dos colgajos en ambos
extremos volvieron a desbridarse a un borde estable. Esto dejó un borde de 4 mm. alrededor
de la meseta tibial más externa. Hubo cambios degenerativos mínimos en el comportamiento
externo. En este momento, se concluyó la artroscopia. Se cerraron las heridas con las grapas.
En la herida externa se cerraron los tejidos subcutáneos con Vicryl 3-0 y la piel con grapas.
Se aplicó un apósito grande seco seguido de una rodillera mecánica completa fija en postura
de extensión. El torniquete se liberó y se despertó y extubó a la paciente, y después fue
trasladada a la Sala de Recuperación en condición satisfactoria. John W. Uribe, MD."
Con la documental transcrita, traducida al idioma español por un perito intérprete, que
también se valora en forma conjunta con las otras documentales analizadas, porque a pesar de
que no fue ratificada, tampoco fue objetada en cuanto a su contenido y firma por la parte
codemandada, se corrobora aún más que con posterioridad a la intervención quirúrgica
practicada por el médico demandado, se diagnosticó la lesión relativa a la ruptura del tendón
del cuadriceps, ya que dicho médico fue quien practicó la cirugía reconstructiva respectiva,
diagnosticando que el vasto externo estaba completamente desprendido del tendón del
cuadriceps derecho, por lo que se reitera que estas pruebas documentales, al no haber sido
objetadas en cuanto a su contenido y firma, son suficientes para robustecer el contenido de
los dictámenes periciales analizados, y concluir que el corte excesivo del retináculo lateral
que éstos advirtieron se hizo en la intervención quirúrgica practicada por el médico
demandado, fue lo que motivó que con posterioridad a la misma se presentara la lesión del
cuadriceps que motivó la citada cirugía reconstructiva practicada por el doctor John W.
Uribe, pues se reitera que no existe prueba en el juicio que evidencie lo contrario.
Al respecto, cabe destacar que no es óbice para considerar lo anterior, la interpretación
realizada por la doctora Guadalupe Gómez Pérez de la resonancia magnética nuclear que la
ahora quejosa se practicó el tres de abril de dos mil dos, ya que si bien en ese informe la
citada doctora señaló que el tendón del cuadriceps presentaba características normales; lo
cierto es que tal interpretación no debe ser un medio definitivo para que el médico
demandado detectara la lesión que la ahora quejosa presentaba cuando se practicó dicha
resonancia ya que éste, como médico especialista en traumatología, es experto en la materia
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
y, por lo tanto, con independencia de la interpretación realizada por la citada radióloga, debió
interpretar esa resonancia con su experiencia y advertir que de la misma se desprendían datos
de los que podía sospechar que la recuperación postquirúrgica de la ahora quejosa no era
normal, máxime que ésta refirió varias molestias y sufrió diversas caídas.
Más aún, debe decirse que dicha resonancia magnética fue reinterpretada el treinta de enero
de dos mil cuatro, por la doctora Elia García Torres, y en su interpretación dicha doctora
advirtió lo siguiente:
"Nota de interpretación de exámenes. Resonancia magnética de rodilla derecha (estudio
efectuado fuera de la unidad): Técnica. Estudio en técnica eco spin ponderado a T1 en los 3
planos. En densidad de protones en los 3 planos. En densidad de protones con saturación
grasa en sagital y coronal. Secuencias eco gradiente en T2 para imágenes de meniscos en las
3 proyecciones. El estudio fue efectuado el día 3 de abril de 2002. Hallazgos: Hidrartrosis
importante con distensión del receso medial y de la bursa suprarotuliana en menor proporción
del lateral. Datos de sinovitis. Se cuenta con pocas imágenes para evaluar los meniscos, sin
embargo, en el comportamiento lateral se logra identificar en el menisco en una imagen en
sagital en densidad de protones la presencia de un desgarro oblicuo pequeño que comunica a
las 2 superficies articulares, aparentemente no se observa lesión en el asta anterior, el
cartílago articular difícilmente valorable de la apariencia de encontrarse íntegro. El menisco
medial muestra hacia su asta posterior un pequeño desgarro horizontal aparentemente no
comunica a la cavidad articular, el cuerpo y el asta anterior no muestran alteración, existe un
pequeño osteofito articular en el cóndilo femoral visible en las imágenes número 8 en
coronal, sin observarse alteración en el cartílago articular. Ligamento colateral lateral sólo
muestra datos de edema hacia sus fibras profundas, se conservan sus inserciones normales.
La bandeleta iliotibial visible sólo 3 proyecciones aparentemente se identifica sin alteración.
Ligamento colateral medial se observa íntegro pero hacia la porción anterior de la
articulación se observan alteraciones en el retináculum medial; la rótula se observa
medializada y en situación baja desplazada anteriormente por la presencia de líquido,
presentando datos de condromalasia grado III con desgarro del cartílago articular de la faceta
lateral donde se observan 2 áreas de lesión subcondral hacia la faceta medial se identifica una
zona amplia de lesión subcondral, en el cóndilo femoral no se identifica lesión condral; el
retináculum medial se observa íntegro y el lateral con desgarro amplio de sus fibras
proximales a la rótula incluso se observa mayor grado de sinovitis en vencidad (sic) del
mismo, sin descartar adherencias sinoviales hacia la articulación fémoro-patelar. No son
valorables a nivel de los músculos vastos. Los ligamentos cruzados son normales. El
ligamento rotuliano sin alteración y el tendón del cuadriceps se muestra irregular en las
imágenes en sagital, se aprecian múltiples áreas hiperintensas que pueden estar en relación a
ruptura intrasustancial del tendón. Presencia de un pequeño quiste simple en el cóndilo
femoral hacia la diáfisis. No se observan otras alteraciones. Atentamente. Médico de
Imagenología. Dra. Elia García Torres. Rúbrica."
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
Según se observa, la citada doctora advirtió de la misma resonancia que el tendón del
cuadriceps se mostraba irregular en las imágenes en sagital, que apreciaba múltiples áreas
hiperintensas que podían estar en relación a una ruptura intrasustancial del tendón; ahora
bien, dicha interpretación sí merece valor indiciario, porque a pesar de que fue elaborada casi
dos años después de que se practicó la resonancia, además de que tampoco fue objetada en
cuanto a su contenido y firma; realiza la interpretación de los mismos estudios que se
practicaron a la quejosa el tres de abril de dos mil dos; de tal suerte que constituye un fuerte
indicio de que de dicha resonancia sí se advertían datos que el médico demandado debió
tomar en consideración para sospechar que existían complicaciones en la recuperación
postoperatoria de la citada impetrante, por lo que dicha reinterpretación, valorada en forma
conjunta con las aludidas documentales, robustece las opiniones emitidas por los peritos de la
actora y el tercero en discordia en los dictámenes periciales de que se trata, en cuanto a que
como consecuencia de la cirugía de artroscopia, y en especial de la liberación amplia del
retináculo, la ahora inconforme sufrió la ruptura del tendón del cuadriceps.
Asimismo, cabe valorar en forma conjunta con las demás documentales aludidas, la diversa
interpretación que de la referida resonancia realizó el doctor Michael S. Thorpe el trece de
enero de dos mil tres, que obra en autos con su traducción al español por un perito traductor,
ya que dicha documental tampoco fue objetada en cuanto a su contenido y firma, y de ella se
desprende lo siguiente:
"Paciente: Dosamantes, Susana. Estudio: RM de la rodilla derecha. Fecha: 04/03/2002 DOR:
85/24/1948. Médico Ref: Técnica: Se realizó una RM de la rodilla derecha en una unidad de
RM externa con una fuerza de campo de 1.5 T. La RM se obtuvo con secuencias coronales de
gradiente estándar T1 y T2, secuencias sagitales de eco T1 estándar y turbo spin, y secuencias
axiales T2 estándar. Hallazgos: Los ligamentos cruzados anterior y posterior se encuentran
intactos. Existe un derrame en la articulación. Los complejos de ligamentos colaterales
interno y externo están intactos, al igual que el tendón popitleo. La tensión patelar está
intacta. Existe cierto engrosamiento e irregularidad en el tendón del cuadriceps distal en su
inserción sobre la rótula. En esta área no existe una imagen completa y sentimos que
representa, cuando menos, una tendinitis del cuadriceps distal y podría quizá representar
secuelas de un desgarramiento parcial del tendón. Hay un pequeño desgarramiento interior en
el cuerpo del menisco externo. Se observa un cambio en la señal intrasustancial en el cuerno
posterior del menisco medial, pero no hay un desgarramiento franco del menisco medial. Se
observa una erosión del cartílago en la base de la escotadura troclear. Hay un desgaste parcial
de la densidad del cartílago en la cara patelar externa. Impresión: 1. Hay ya sea tendinitis en
el cuadriceps distal o una irregularidad en tendón del cuadriceps distal puede, quizá,
representar secuelas de un desgarramiento parcial. Esta área no presenta una imagen
completa en esta RM externa de la rodilla derecha. 2. Existe un derrame en la articulación. 3.
Hay un pequeño desgarramiento interior en el cuerpo del menisco externo. 4. Se observa una
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
erosión del cartílago en la base de la escotadura troclear. Hay un desgaste parcial de la
densidad del cartílago en la cara patelar externa. Este informe fue firmado electrónicamente.
Michael S. Thorpe, MD. Radiólogo certificado. MST/SSY D: 01/13/03 T: 03/13/03."
De dicha interpretación, se evidencia que el doctor Thorpe también concluyó que de la
resonancia aludida se desprendían datos relacionados con el rompimiento del tendón del
cuadriceps, pues al respecto, señaló que observaba una tendinitis en el cuadriceps distal o una
irregularidad en tendón del cuadriceps distal, que podía quizá representar secuelas de un
desgarramiento parcial, por lo que dicha documental también constituye un fuerte indicio de
que de la citada resonancia magnética se desprendían datos del padecimiento postoperatorio
de la ahora quejosa que el médico demandado no advirtió, no obstante que como se dijo, es
un experto en la materia y que por tanto, dada su especialidad debió interpretar esa
resonancia con los datos que posteriormente advirtieron los citados radiólogos.
De ahí que, como se dijo, tales documentales valoradas en forma conjunta con el dictamen
pericial emitido por el perito designado por la ahora quejosa y el del tercero en discordia, son
suficientes para crear convicción en el ánimo de este Tribunal Colegiado, en cuanto a que
existe negligencia por parte del médico demandado, al no haber practicado la cirugía de
artroscopia con los cuidados debidos, pues como señalaron los peritos aludidos al responder a
la pregunta número 18 del cuestionario formulado por la actora, así como incluso el perito
designado por la parte demandada, una de las complicaciones que pueden presentarse en un
procedimiento de artroscopia es la ruptura del cuadriceps, y por tanto, para evitar esta
complicación, el citado médico demandado debió tomar las medidas necesarias y no lo hizo,
pues muestra evidente de ello es la complicación que presentó la ahora quejosa, que motivó
que se practicara una cirugía reconstructiva.
Sin que sea óbice para concluir lo anterior, las opiniones emitidas por el perito designado por
la parte demandada, ahora tercera perjudicada, ya que como se dijo, para que un dictamen
pericial pueda ser digno de fe y credibilidad para el juzgador, es decir, para que pueda
otorgársele valor probatorio, es necesario que haya sido emitido de manera clara y concisa,
sin vacilaciones ni evasivas al contestar las preguntas formuladas, además de que debe estar
robustecido con las demás pruebas ofrecidas en el juicio y en el caso, el citado perito no fue
lo suficientemente claro en sus opiniones como para convencer al juzgador de su criterio,
pues, incluso, contestó con evasivas algunas de las preguntas que se le formularon, en
relación con la fase transoperatoria de que se tratan pero, además, sus conclusiones no están
robustecidas con alguna otra prueba que corrobore su opinión, tal como se analizará a
continuación.
En efecto, de las respuestas emitidas por dicho perito al formular su dictamen, tanto al
contestar el cuestionario formulado por la actora, como por la parte demandada, destacan las
siguientes:
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Preguntas y respuestas derivadas del cuestionario formulado por la actora:
"14. Pregunta: ¿Qué lesiones se observan en el videocasete en donde obra la intervención
quirúrgica practicada a la actora el 11 de febrero de 2002? Respuesta: El videocasete muestra
la evaluación de las estructuras intrarticulares de la rodilla derecha, mediante el método
artroscópico, apreciando: A) Lesiones degenerativas del cartílago articular: condromalasia
grado II, localizada a la superficie de carga femoral y tibial del compartimiento medial.
Condromalasia grado III en la superficie articular rotuliana y femoral, que afecta
principalmente la faceta externa de la rótula y la superficie anterior del cóndilo lateral y surco
troclear. B) Hipertrofia sinovial localizada a la bolsa suprarotuliana y al compartimiento
anterior de la articulación. C) Meniscopatia degenerativa del asta anterior del menisco medial
en su borde libre. D) Inclinación, con subluxación lateral de la rótula que condiciona la
hiperpresión lateral de la rótula. 15. ¿Qué procedimientos quirúrgicos se le realizaron durante
la intervención quirúrgica de fecha 11 de febrero de 2002, que se puedan apreciar del
videocasete ofrecido como prueba? El videocasete muestra los siguientes procedimientos o
técnicas quirúrgicas de tratamiento o terapéuticas: A) Condroplastia con rasurador, de las
lesiones del cartílago grado III, en la articulación femoro-rotuliana, comprobando su
estabilidad. B) Resección con rasurador del tejido hipertrófico con limpieza de los
compartimientos anterior y femoro-rotuliano, efectuando hemostasia con electrocoagulador.
C) Meniscoplastia con rasurador en el asta anterior del menisco medial, sin evidencia de
inestabilidad. D) Liberación o sección del retináculo lateral, con cuchillo eléctrico y técnica
habitual, comprobando la descompresión y centraje de la rótula. 16. Pregunta: ¿Qué
complicación se observa en los procedimientos realizados según el videocasete en donde obra
la intervención quirúrgica practicada el 11 de febrero de 2002, por el Dr. Nicolás Zarur Mina
en la rodilla derecha de la actora? En el videocasete no se observa ninguna complicación de
los procedimientos quirúrgicos realizados. Si se observa: dominio del método artroscópico,
conocimiento de la anatomía y de la patología artroscópica, así como destreza en las técnicas
o procedimientos realizados ... 18. Pregunta: ¿Cuáles son las complicaciones que se pueden
presentar en un procedimiento de artroscopia y de las cuales deben de estar pendientes el
equipo que está dando el tratamiento, para que, si se presentaran pudiesen ser resueltas
rápidamente? Respuesta: La cirugía artroscópica, por tratarse de una técnica mínima-invasiva
que se realiza en quirófano de corta estancia, abate de manera importante la morbilidad con el
menor porcentaje de complicaciones (menos del 1%), en comparación con cualquier otra
cirugía ortopédica. Existen en la literatura mundial reportes aislados de complicaciones en
cirugía artroscópica, que se han ido evitando gracias a la detección y manejo oportuno de los
factores de riesgo, al perfeccionamiento del instrumental y técnicas quirúrgicas exactas, sin
embargo, es posible que se puedan presentar complicaciones que pueden ser de diferentes
tipos, generales y locales: La hematrosis, la extravasación de la solución de irrigación con
posibilidad de hacer un síndrome compartimental, las lesiones vasculares o nerviosas
provocadas por el uso de instrumental punzocortante en el compartimiento posterior de la
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
rodilla, la fractura patológica al aplicar una fuerza excesiva a un hueso débil; son
complicaciones que se presentan y detectan el mismo día de la cirugía. Las infecciones
pueden tardar en manifestarse hasta un par de días. La fractura de la rótula o el
desprendimiento del ligamento o tendón rotuliano cuando se debilitan por procedimientos de
corte; como la toma de un injerto autólogo para la reconstrucción del ligamento cruzado
anterior, la rotura del tendón del cuadriceps, son complicaciones asociadas a accidentes con
contusión directa o mecanismo indirecto (caída), con una fuerza excesiva de tracción sobre
un tejido debilitado y que se hacen aparentes en el momento que suceden. 19. Pregunta: ¿Qué
tipo de complicación presentó la actora? Respuesta: La señora Susana Dosamantes Rul
Riestra, en su escrito de demanda manifestó en su parte conducente: a) Punto 7 de la
demanda. ‘La realidad es que nunca pude realizar dicha terapia en la forma y términos que se
me indicaba y yo continuaba con un intenso dolor, tal y como se lo manifesté al Dr. Nicolás
Zarur Mina y a los factores o dependientes de Sports Clinic, S.A. de C.V. ya que no podía
extender mi pierna derecha, ni levantarla, ni tan siquiera sostenerme con ella por largos
periodos de tiempo, todo esto, era síntoma de que existía ya una lesión en el cuadriceps ...’, b)
Punto 8 de la demanda. ‘El 22 de febrero de 2002 sufrí una caída en el local de Sports Clinic,
S.A. de C.V. que provocó un intenso dolor de la rodilla derecha, inflamándose la misma. Fui
atendida nuevamente por empleados de dicha clínica y por el Dr. Nicolás Zarur, quienes se
limitaron a darme tratamiento con hielo, desinflamatorios y analgésicos ... así como a extraer
líquido de mi rodilla, sin reparar que ya para entonces existía un desplazamiento medial de la
rótula y, por ende, una probable rotura del tendón del cuadriceps ...’, c) Punto 9 de la
demanda. ‘El 27 de febrero de 2002, en medio de mis sesiones de terapia de rehabilitación, en
virtud de que me era imposible sostenerme normalmente con la rodilla derecha, sufrí una
nueva caída en Sports Clinic, S.A. de C.V., que me produjo un fuerte dolor en la rodilla
derecha ...’, d) Punto 10 de la demanda. ‘Como ya he manifestado, y a consecuencia de la
operación quirúrgica de que fui objeto, se formó en mi rodilla derecha un abultamiento de
considerable tamaño ...’. El Dr. Nicolás Zarur Mina, controvirtió lo manifestado por la señora
Susana Dosamantes Rul Riestra, en los términos siguientes: a) En respuesta al punto 7 de la
demanda. ‘... b) Es falso e inexacto, que la hoy actora del presente juicio no pudiese realizar
sus terapias de rehabilitación en la forma y términos prescritos, pues esta situación le hubiera
sido reportada de inmediato al compareciente Dr. Nicolás Zarur Mina y los reportes que
recibía de las terapistas, es que simplemente la paciente dejaba de asistir inexplicablemente a
las terapias; c) Es falso e inexacto que el compareciente Dr. Nicolás Zarur Mina hubiese
recibido información de que su paciente Susana Dosamantes Rul Riestra no pudiese extender
su pierna derecha y/o levantarla, jamás recibí información en tal sentido ...’, b) En respuesta
al punto 8 de la demanda. ‘... a) Es cierto, que el viernes 22 de febrero de 2002, la hoy actora
sufrió una caída en el local de la Clínica Sports Clinic, S.A. de C.V. y que al ocurrir ésta, fue
atendida de inmediato por terapistas que se encontraban muy cerca de ella y también es cierto
que fui llamado para atenderla, el compareciente ... extrajo líquido de su rodilla y le
prescribió algunos medicamentos desinflamatorios y analgésicos; b) ... la actora ... en la parte
in fine del primer párrafo de los hechos del punto octavo ... textualmente dice: ‘... ya para
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
entonces existía un desplazamiento medial de la rótula’ y concluye diciendo ‘y, por ende, una
probable ruptura del tendón del cuadriceps, lo que se apreciaba a simple vista’. Es obvio que
no teniendo conocimientos anatómicos, Susana Dosamantes Rul Riestra, se haya expresado
como lo hace, en este hecho del punto octavo de la demanda que se contesta y a continuación
vamos a dar una explicación técnica que puede ser analizada por cualquier especialista en
ortopedia y traumatología y con la cual se demuestra la falta de razón de la demandante:
‘Tomando en consideración la situación física particular de la hoy actora del presente juicio,
Susana Dosamantes Rul Riestra, se tomó la decisión de seguir el procedimiento de la
liberación del retináculo lateral de la rótula, que tuvo como finalidad técnica, la de evitar la
fricción excesiva sobre la misma y, por ende, retrasar el proceso de desgaste a que se ve
sometido el cartílago por la hiperpresión que ejerce este retináculo; ya que lo deseable, es que
la rótula se centre y medialice, por la acción del retináculo antagonista (medial), sin que este
procedimiento represente mayor complicación. Es importante mencionar, que en algunos
casos, la liberación del retináculo no medializa lo suficiente la rótula para quitar la
hiperpresión lateral, por lo que es necesario medializar aún más la rótula y esto se logra,
liberando las fibras del retináculo oblicuo medial en dirección superior y posteriormente se
realiza la plicatura del retináculo medial (formación de un pliegue) con la finalidad de llevar
la rótula hacia una dirección central y medial, esta maniobra quirúrgica corresponde a la
técnica denominada insall proximal. Es falso e inexacto que la hoy actora del presente juicio,
Susana Dosamantes Rul Riestra hubiese sufrido la ruptura del tendón del cuadriceps, pues si
esto hubiese ocurrido, la rótula hubiera sufrido un descenso por la ruptura del estabilizador
superior que es el cuadriceps, por lo que categóricamente podemos asegurar y aseverar que el
cuadriceps no tuvo lesión alguna’. c) En respuesta al punto noveno del escrito de demanda.
‘a) Es inexacto y falso, que el miércoles 27 de febrero de 2002 Susana Dosamantes Rul
Riestra, hubiese tenido una caída dentro de las instalaciones de la Clínica Sports Clinic, S.A.
de C.V., como se puede comprobar con la bitácora de control de terapias de la Clínica Sports
Clinic, S.A. de C.V., acreditamos esta aseveración de nuestra parte exhibiendo anexo a este
escrito de contestación a la demanda la bitácora del control de terapias de la hoy actora,
marcada como anexo uno, contenido en cuatro fojas útiles ...’. Es inexacto y falso, que
Susana Dosamantes Rul Riestra, el miércoles 27 de febrero de 2002, hubiese estado sola y sin
atención de ninguna especie, pues de acuerdo con la bitácora de control de terapias, ese día a
la paciente se le retiró una de las muletas, como parte del tratamiento de reeducación de la
marcha y durante este manejo, la actora de este juicio, estuvo siempre auxiliada por su
terapista de la Clínica Sports Clinic, S.A. de C.V., la señorita María Mercedes Rodríguez
Pinzón ...’. d) En respuesta al punto 10 del escrito de demanda: ‘... a) Los hechos
mencionados en el primer párrafo del punto décimo de la demanda que se controvierte, son
oscuros, vagos e imprecisos, pues la actora no menciona como es su obligación procesal, a
quién le insistió sobre los supuestos dolores que dice sufría en su rodilla derecha y tampoco
menciona quién o quiénes fueron los que le manifestaron que pusiera empeño en su
rehabilitación ... b) En la fecha que indica la actora de este juicio Susana Dosamantes Rul
Riestra, es muy posible que su rodilla derecha después de la intervención quirúrgica
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presentase un abultamiento, consecuencia natural de un edema post operatorio y obviamente
las terapistas le aplicaron un masaje en el área edematizada a fin de aliviar la tensión de la
articulación y también es posible que se hubiese presentado una ligera contractura muscular
post operatoria, pero estas situaciones son absolutamente normales en toda intervención
quirúrgica de este tipo. d) Es falso e inexacto que la señora Susana Dosamantes Rul Riestra
hubiese presentado un orificio entre la rodilla y el muslo, la realidad es, que debido al edema
que presentaba en ese momento, su rodilla derecha, daba una apariencia muy singular ...’. El
suscrito perito, hace constar que la señora Susana Dosamantes Rul Riestra, omitió mencionar
en su demanda, una caída, que ella reportó a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (a
fojas 44) y que textualmente dice: ‘Como al mes de operada todavía me dolía horrible y
sentía una herida dentro de la pierna como si estuviera cortada por dentro, fui al baño en la
madrugada y la pierna no me sostuvo y me caí y me salió mucha sangre y se me hinchó
llamamos una ambulancia y me llevaron a la Clínica Sports Clinic ...’. La señora Susana
Dosamantes Rul Riestra, en los puntos 12 y 13 de su demanda, señala una serie de
circunstancias que dan origen a que el Dr. Nicolás Zarur Mina ordene el estudio de una
resonancia magnética de la rodilla derecha del paciente. El estudio radiológico a que hago
mención en el párrafo que antecede, le fue practicado a la señora Susana Dosamantes Rul
Riestra el 3 de abril de 2003, en el Hospital Ángeles del Pedregal, por la Dra. Guadalupe
Gómez Pérez y dicho estudio fue exhibido anexo a la demanda marcado bajo los números 19A y 19-B. En la demanda en comentario la señora Susana Dosamantes Rul Riestra, transcribe
exclusivamente, las conclusiones de dicho estudio, sin referirse al informe médico integral
del estudio radiológico, el cual en su parte conducente dice: ‘el tendón del cuadriceps y los
ligamentos colaterales presentan características normales’. El suscrito perito, se permite
señalar, en relación con la pregunta que se está contestando, que una rodilla operada, que
sufre contusiones a la semana o al mes de su cirugía, (las diversas caídas sufridas y
confesadas por la señora Susana Dosamantes Rul Riestra) asociada a un constante programa
de rehabilitación (inasistencias constantes a las terapias rehabilitadoras confesadas por la
señora Susana Dosamantes Rul Riestra) frecuentemente evoluciona con pérdida del arco
completo de movilidad (flexión y/o extensión) por presencia de adherencias intrarticulares a
nivel suprapatelar y patelofemoral (artrofibrosis), así como pérdida de la fuerza, tono y
volumen muscular (hipotrofia) más evidente a nivel del músculo cuadriceps (parte anterior
del muslo)."
Preguntas y respuestas derivadas del cuestionario formulado por la parte demandada:
"... c) Pregunta: ¿Qué lesiones encontraron en el recorrido artroscópico de la rodilla derecha?
Respuesta: Lesiones de tipo degenerativo con: 1. Tejido sinovial hipertrófico, en bolsa
suprarotuliana y compartimiento anterior de la articulación; 2. Condromalasia grado II,
localizada a la superficie de carga femoral y tibial del compartimiento medial de la rodilla,
con meniscopatia medial degenerativa; 3. Condromalasia grado III, en la superficie articular
de la rótula y del fémur (lesión en espejo), que afecta principalmente la faceta externa de la
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
rótula y la superficie anterior del cóndilo lateral y surco troclear del fémur; 4. Inclinación con
subluxación lateral de la rótula que condiciona la hiperpresión lateral de la rótula y lesión
condral; 5. Retináculo lateral retraído, acortado con bridas patelofemorales. d) Pregunta:
¿Qué otras estructuras dentro de la rodilla derecha se observaron lesionadas? Respuesta: No
observé otras lesiones evidentes, además de las mencionadas en la respuesta a la pregunta
anterior. ... j) Pregunta: ¿Se encontraron datos de hiperlateralización y tensión en el
retináculo? Respuesta: Sí. Muy evidentes, ocasionando la subluxación rotuliana y
favoreciendo la lesión condral grado III, patelo-femoral ... l) Pregunta: ¿La liberación del
retináculo lateral de la rodilla derecha, se realizó con técnica artroscópica correcta?
Respuesta: Sí. Inicio a nivel del borde supero-externo de la rótula, de manera intermitente y
progresiva, combinando el cuchillo eléctrico y el rasurador para seccionar y resecar bridas,
haciendo la hemostasia necesaria y evaluando continuamente el centraje de la rótula para
hacer la liberación mínima necesaria, sin tocar el tendón del cuadriceps. m) Pregunta: ¿Notó
algo anómalo en el procedimiento de liberación? Respuesta: No. Considero que el cirujano
utilizó el procedimiento artroscópico con conocimiento de la anatomía, de la patología
encontrada y demuestra habilidad y destreza en la técnica de tratamiento. n) Pregunta:
¿Considera que el procedimiento artroscópico fue realizado con técnica adecuada?
Respuesta: Sí, realizó el examen completo de la articulación e hizo una valoración de las
lesiones y consecuentemente, aplicó el tratamiento adecuado a las mismas, con técnicas
artroscópicas que tienen reconocimiento universal ... o) Pregunta: ¿Considera que al final del
procedimiento artroscópico los resultados fueron en beneficio de la rodilla de la paciente?
Respuesta. Sí. Es evidente el efecto mecánico de la condroplastia en la superficie articular y
la liberación del retináculo para el alineamiento de la rótula, buscando la descarga de presión
en la articulación patelofemoral. p) Pregunta: ¿Considera que durante el procedimiento
quirúrgico artroscópico de la rodilla derecha, se seccionó el tendón del cuadriceps?
Respuesta: Sin duda de ninguna especie, puedo aseverar, que el cirujano jamás tocó y mucho
menos seccionó, el tendón del cuadriceps. q) Pregunta: ¿Considera que la paciente, después
del evento quirúrgico, puede sufrir la ruptura del tendón del cuadriceps derecho, como
consecuencia de una caída? Respuesta: Sí, puede ocurrir la ruptura del tendón del cuadriceps
en forma aislada o asociada a procedimientos quirúrgicos de la rodilla. Habitualmente,
existen factores de predisposición, que debilitan al tendón y están presentes en los pacientes
mayores de 40 años, quienes con un mecanismo de lesión directo o indirecto, de baja energía,
se pueden producir la lesión en la zona debilitada. ... c) Conclusiones. El suscrito perito en
ortopedia y traumatología, a su leal saber y entender y, tomando en consideración todos y
cada uno de los elementos a que ha hecho mención a través de este dictamen pericial, se
permite establecer las conclusiones siguientes: ... 2. El análisis de todos los elementos previos
a la artroscopia del 11 de febrero de 2002, le permiten al suscrito perito concluir que la
intervención quirúrgica decidida, programada y ejecutada por el Dr. Nicolás Zarur Mina, era
la indicada para su paciente la señora Susana Dosamantes Rul Riestra. 3. Todos los
elementos quirúrgicos y médicos analizados por el suscrito perito, acreditan en forma
indiscutible, que la artroscopia realizada por el Dr. Nicolás Zarur Mina en la articulación de
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
la rodilla derecha de la señora Susana Dosamantes Rul Riestra, fue excelente, acorde al
estado real y físico de dicha paciente al 11 de febrero de 2002. 4. No existe un solo elemento
quirúrgico o médico, que acredite que el Dr. Nicolás Zarur Mina hubiese tocado y mucho
menos lesionado, el tendón del cuadriceps. 5. Tampoco existe duda alguna, de que la paciente
Susana Dosamantes Rul Riestra no llevó a cabo todas las terapias rehabilitadoras que le
fueron indicadas. 6. Existen numerosas pruebas, por confesiones expresas de la señora
Susana Dosamantes Rul Riestra, de las diversas caídas que sufrió después de la intervención
quirúrgica practicada por el Dr. Nicolás Zarur Mina, el 11 de febrero de 2002, las que
indiscutiblemente pudieron causarle lesión al tendón del cuadriceps."
De la transcripción anterior podemos inferir que, en principio, el perito designado por la parte
demandada al responder a las preguntas 14, 15, c), d) y j), coincide con los otros dos peritos
en cuanto a las lesiones que presentaba la actora previamente a la cirugía de artroscopia,
consistentes en lesión del menisco medial, degeneración del cartílago articular, aumento de
volumen del tejido sinovial (hipertrofia sinovial) y datos de hiperlateralización o subluxación
lateral de la rótula, así como del procedimiento o técnicas utilizadas en la cirugía de
artroscopia, por lo que estas coincidencias no merecen mayor comentario, más que para
corroborar que previamente a la cirugía la ahora quejosa no padecía la ruptura del tendón del
cuadriceps que presentó después de realizada la misma, en la fase postquirúrgica.
Tocante a la pregunta 16 que se le formuló, el citado perito afirma que de la observación del
videocasete advierte que no existe ninguna complicación de los procedimientos quirúrgicos
realizados, sino que observa el dominio de la técnica de artroscopia, el conocimiento de la
anatomía y de la patología artroscópica.
Sin embargo, esa respuesta no se encuentra robustecida con algún otro medio de prueba, ni
siquiera con las demás respuestas que da a los cuestionamientos formulados porque, por
ejemplo, respecto de la respuesta que dio a la pregunta del inciso n), en la que afirmó que el
procedimiento artroscópico se realizó con técnica adecuada, se limita a señalar que la técnica
utilizada por el médico demandado fue adecuada porque realizó el examen completo de la
articulación e hizo una valoración de las lesiones, aplicando el tratamiento adecuado a las
mismas, con técnicas artroscópicas que tienen conocimiento universal, pero dicha respuesta
no es clara ni lo suficientemente explicativa para evidenciar que la cirugía de que se trata no
presentó ninguna complicación y, que la técnica artroscópica utilizada por dicho médico fue
adecuada, porque no precisa en qué consiste la técnica y porqué llegó a la conclusión de que
el demandado se ajustó a la misma sino que, se reitera, dicho perito se limita a señalar que las
técnicas utilizadas tienen conocimiento universal, sin tomar en cuenta que ese conocimiento
universal es sólo para los médicos, no para el común de la gente y, por tanto, como el Juez no
es médico, no es de su conocimiento porque éste carece de los conocimientos técnicos de la
medicina, por lo que se concluye que sí resultaba necesario que el perito explicara a qué
técnicas se refirió y en qué consistían la mismas, para poder evidenciar que el procedimiento
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
o técnicas aplicadas fueron las correctas, según el conocimiento de la medicina, ya que de
ninguna otra respuesta se desprende tal explicación, ni tampoco de alguna otra probanza
ofrecida por las partes.
Además, el perito señala que se aplicó el tratamiento adecuado a las lesiones que se
valoraron, sin que precise a qué tipo de lesiones se refiere, así como cuál es el tratamiento
adecuado para las mismas, precisión que también resultaba necesaria para poder sustentar su
opinión favorable para el médico demandado pues, como se dijo, no se ofreció en el juicio
ninguna otra prueba que corroborara que la técnica seguida se aplicó correctamente y sí, por
el contrario, esa respuesta se encuentra desvirtuada con las pruebas documentales que ya se
analizaron pues, como se vio, de éstas se desprende que previamente a la cirugía no existía la
ruptura del tendón del cuadriceps y, posteriormente a ella, fue diagnosticada tanto en las dos
resonancias magnéticas que se practicó la ahora quejosa, como en los informes médicos
emitidos por los cuatro doctores que revisaron clínicamente a la citada impetrante casi un año
después de practicada la artroscopia por el médico demandado, además de aquél que practicó
la cirugía reconstructiva de ese tendón roto.
De tal suerte que la ahora quejosa cumplió con la carga probatoria de acreditar sus
pretensiones con esas pruebas, ya que de ellas se desprende la presunción de que sí fue con
motivo de la cirugía de artroscopia practicada por el médico demandado que se produjo la
ruptura del tendón del cuadriceps y ello se corrobora con el dictamen emitido por el perito
designado por la actora y el del tercero en discordia, por lo que en esas circunstancias, es el
médico demandado quien debió desvirtuar la opinión emitida por el perito designado por la
actora y la del perito tercero en discordia, con algún otro medio de prueba que robusteciera la
opinión del perito que éste designó y no lo hizo.
En efecto, cabe destacar que si el médico demandado pretendió excepcionarse de la
negligencia operatoria que la ahora quejosa le imputó, partiendo de la base de que de la citada
videograbación se desprendía que la intervención quirúrgica se realizó correctamente, lo cual
pretendió acreditar con el dictamen emitido por su perito, pero tanto el perito designado por
la parte actora, como el tercero en discordia, concluyeron lo contrario, esto es, que del
videocasete se desprendía que hubo una liberación excesiva del retináculo lateral, en tanto
que existió un corte de tejido muscular, y que ello fue lo que posteriormente a la cirugía
provocó la ruptura del tendón del cuadriceps; entonces, debió ofrecer alguna otra prueba para
desvirtuar lo que afirmaron los otros peritos y corroborar lo que concluyó el designado por
éste.
En la inteligencia de que la citada videograbación era un elemento esencial para que su perito
ilustrara al juzgador en la junta de peritos, sobre las percepciones que éste obtuvo de dicho
video, es decir, que al no haber ofrecido otra prueba con la que pudiera corroborar las
conclusiones que emitió su perito, la junta de peritos era esencial para que en ese momento,
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el citado demandado se apoyara de su perito para que éste ilustrara al Juez de acuerdo a los
conocimientos técnicos y científicos que el perito posee y de acuerdo a su experiencia en la
materia de la prueba, sobre el momento en el que se hizo el corte del retináculo y desvirtuar
lo que concluyeron los otros peritos en forma razonada y explicativa, en el sentido de que el
corte fue amplio y abarcó al músculo del cuadriceps, debiendo exponer de manera clara y
precisa, las razones por las que en su dictamen llegó a la conclusión contraria, pues el Juez, y
en este caso el Tribunal Colegiado, precisamente por carecer de los conocimientos científicos
necesarios en medicina, no pueden corroborar por sí mismos observando la videograbación,
que las respuestas dadas por uno u otros peritos son acordes a lo que se visualiza o evidencia
en la misma, sino que sólo a la claridad de la explicación dada en las respuestas formuladas.
Cabe incluso destacar que la Sala responsable dejó sin efecto la primera sentencia emitida por
el juzgador primario, ordenando la reposición del procedimiento, para efecto de que se
llevara a cabo esa junta de peritos, observando la videograbación de que se trata, para que las
partes, hicieran las observaciones pertinentes para que los peritos ilustraran al juzgador sobre
las cuestiones que en su momento apreciaron o percibieron en esa videograbación, y que los
llevaron a emitir las respuestas que dieron en su dictamen.
Sin embargo, como se aprecia de las actuaciones del juicio con eficacia probatoria plena, en
esa junta de peritos que se celebró en la audiencia de fecha seis de febrero de dos mil siete,
no se hizo observación alguna sobre las imágenes de la intervención quirúrgica que contenía
el videocasete. Al respecto para mejor ilustración, se transcribe el contenido del acta
respectiva.
"En la Ciudad de México, Distrito Federal, siendo las once horas del día seis de febrero del
año dos mil siete, día y hora señalados para que tenga verificativo la continuación de la
audiencia de desahogo de pruebas y alegatos a la que se llama a las partes a concurrir y
comparece la parte actora Susana Dosamantes Rul Riestra quien se identifica con su
credencial para votar con número de folio 0509262105092 expedida por el Instituto Federal
Electoral asistida del licenciado Carlos David Villasante Santoyo quien se acredita con la
copia certificada de su cédula profesional número 2613630 y comparece el perito médico por
dicha parte y médico cirujano Nicolás Durán Martínez quien se acredita con su cédula
profesional número 1641732 expedida por la Dirección General de Profesiones. Comparece
la parte demandada Nicolás Zarur Mina quien se identifica con su licencia de manejo tipo A
número N04531653 que le expidiera la Secretaría de Transportes y Vialidad del Gobierno del
Distrito Federal y el apoderado de Sports Clinic representado por el licenciado Manuel
Galicia y Alcalá quien se acredita con cédula profesional número 49080 expedida por la
Dirección General de Profesiones, asistidos ambos por la licenciada Lorena Chacón Guzmán
quien se acredita con su cédula profesional número 1072202 expedida por la Dirección
General de Profesiones. Y como perito de dicha parte demandada Félix Enrique Villalobos
quien se acreditó a los autos y se identifica en este acto con su credencial para votar con
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
número de folio 012350203 expedida por el Instituto Federal Electoral. Como perito médico
tercero en discordia comparece el médico con especialidad en traumatología y ortopedia José
Fernando Cueva del Castillo Mendoza que se acredita con su cédula profesional de
especialidad AE-10168 de la expedida por la Dirección General de Profesiones. Y por el
tercero llamado a juicio Grupo Nacional Provincial, S.A., representada por su apoderado el
licenciado Mario Delgado Cruz quien se encuentra ya acreditado a los autos y se identifica
con copia certificada de su cédula profesional número 506882 expedida por la Dirección
General de Profesiones; acto seguido se procede a reponer la junta de peritos tal y como se
ordenara por el tribunal de la alzada Octava Sala Civil en su resolución de fecha diecisiete de
enero dos mil seis cuyos puntos medulares para el orden de esta diligencia se transcriben ‘... a
juicio de esta alzada no aconteció esto porque, del desarrollo de la audiencia celebrada el
veintiocho de septiembre dos mil cinco, donde se llevó a cabo el desahogo de la junta de
peritos solicitada en autos, no se advierte que al momento de su realización el juzgador
hubiera ordenado, para que ante su presencia y de los peritos de ambas partes, así como del
perito tercero en discordia y demás personas que conforme a la ley deban intervenir en la
audiencia respectiva, se analizará la cinta de video que la propia parte actora ofreció como
medio de prueba (prueba toral en la que fincó su causa de pedir); luego entonces es indudable
que si el contenido de la video grabación ofrecida en autos, es esencial para los efectos del
juicio, la ausencia de su reproducción precisamente en la junta de peritos cuya finalidad es
que las partes puedan interrogar al o a los peritos que hayan rendido dictamen, provoca la
necesidad de que se reponga el procedimiento en dicha fase procesal a fin de que se agote en
toda su extensión la materia de la prueba pericial en traumatología y ortopedia que fue
anunciada y ofrecida por la parte actora ... máxime que si a su vez la materia de la prueba
pericial en comento, es evidenciar aspectos sumamente técnicos y complejos, lo cual
solamente se logrará con la ayuda de los peritos médicos que son las personas que auxilian al
juzgador acerca de los hechos que por su propia naturaleza escapan a los conocimientos
generales que la ley presupone como necesarias en los Jueces ...’. En cumplimiento a la
determinación firme a que se hace mención se procede al desahogo del video que contiene el
material de análisis de los peritos y a que se refiere la ejecutoria de mérito y enseguida se
procederá a la serie de preguntas que las partes hagan a los peritos presentes. En este acto la
secretaria procede a extraer el cassette que propuso la parte actora como video grabado, y que
fue admitido como prueba y exhibido por la oficialía de partes común el día diez de febrero
del año dos mil cuatro, con una leyenda oficina operación. Conste. Así se da cuenta a la C.
Juez quien actúa. Acto seguido se procede siendo las doce horas con cinco minutos a la junta
de peritos en forma conjunta con el video del que se da la orden a comenzar su reproducción
ante la fe del personal actuante. La secretaria certifica que la reproducción concluye a las
doce horas con cuarenta minutos en presencia de las partes, de sus abogados patronos y de los
peritos designados tanto por las partes como el perito tercero en discordia designado por el
tribunal, de lo que se da fe para todos los efectos legales a que haya lugar. Conste. Acto
seguido a pregunta de la parte demandada Sports Clinic y de Nicolás Zarur Mina al perito de
la parte actora: A la primera: Que diga el perito si en las interpretaciones a que él se refiere en
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su respuesta se encuentra la de la doctora María Guadalupe Pérez relacionada con la
resonancia magnética del tres de abril del dos mil dos. A la segunda: Nuevamente pregunta:
Teniendo a la vista el dictamen rendido por la doctora María Guadalupe Gómez Pérez en qué
parte de su estudio está lo que transcribe de la resonancia magnética. Respuesta: ‘Que la
transcripción entrecomillado que aparece en la respuesta veintiséis fueron tomadas de la
interpretación del treinta de enero dos mil cuatro de la doctora Elia García Torres como
anexo nueve marcada así por la parte demandada’ (la secretaria hace constar que se trata de
un documento que se identifica como transcripción de imagenología firmada por la doctora
Elia García Torres fechado el treinta de enero dos mil cuatro). Acto seguido manifiestan las
concurrentes a esta diligencia que no existen preguntas que formular para este momento al
perito de la parte actora. Acto seguido este juzgado pregunta si desean formular preguntas al
perito de la parte demandada doctor Félix Enrique Villalobos Garduño y manifestaron las
partes que no tienen preguntas para dicho perito. Por lo que a continuación se procede a
preguntar a las partes si tienen preguntas para el perito tercero doctor José Fernando Cueva
del Castillo Mendoza. Pregunta primera en relación con la respuesta veintiséis de su
dictamen. Si esa interpretación que hace refiriéndose a las dos resonancias, en ninguna de las
dos se reporta que no formula ninguna pregunta en relación a la respuesta veintiséis pero
desea hacer la siguiente observación: A la pregunta veintiséis en su parte conducente dice el
ligamento rotuliano sin alteración y el tendón del cuadriceps se encuentra irregular en las
imágenes en sagital se aprecian múltiples áreas hipertensas que pueden estar en relación a
ruptura intrasustancial del tendón: En el estudio del tres de abril del dos mil dos y su
reinterpretación de treinta de enero dos mil cuatro no se reporta imagen sugestiva de ruptura
en los planos coronal y axial y tampoco concluye ruptura o desprendimiento del vasto
externo del tendón del cuadriceps. Por su parte la actora por voz de su abogado patrono
manifiesta: Que la manifestación del perito tercero en discordia a todas luces se basa en la
interpretación de treinta de enero de dos mil cuatro, que expresamente señala que ‘el
ligamento rotuliano sin alteración y el tendón del cuadriceps se muestra irregular en las
imágenes en sagital, se aprecian múltiples áreas hipertensas que pueden estar en relación a
ruptura intrasustancial del tendón ...’, tal y como se advierte de esta documental y se señala
por mi parte en el hecho décimo tercero de la demanda; amén de que el perito de la parte
actora ha confirmado esta misma situación en esta audiencia. Y siendo todo lo que desea
manifestar se concluye. La secretaria procede a guardar el video materia de observación en la
junta anunciada, con lo que se ordena continuar con esta diligencia abriéndose el periodo de
alegatos la secretaria da cuenta a la C. Juez con el escrito de la parte demandada presentado
el día seis de febrero del presente año con el que se exhiben conclusiones y alegatos. Conste.
La C. Juez acuerda: Continúese con esta diligencia y no quedando prueba pendiente de
desahogo se ordena pasar al periodo de alegatos en el que se tiene a la parte demandada con
el escrito de cuenta produciendo sus conclusiones de alegatos por cuanto a la parte actora
obra a los autos de su escrito de alegatos con lo que se tienen por reproducidos los mismos y
se cita a las partes para oír sentencia definitiva con lo que concluye la presente diligencia
siendo las catorce horas con un minuto firmando en ella los que intervinieron y quisieron
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
hacerlo en compañía de la suscrita Juez quien actúa con el secretario de Acuerdos que
autoriza y da fe. Doy fe."
En efecto, como se observa del contenido del acta levantada en la audiencia respectiva, no se
hizo ningún cuestionamiento a ninguno de los peritos en relación con los hechos que
hubieran observado en la videograbación, ni tampoco se hicieron observaciones que
ilustraran al juzgador sobre la forma en que se llevó a cabo la intervención quirúrgica a la
actora, esto es, sobre el procedimiento utilizado por el médico y el momento en el que ocurrió
el corte, pues las únicas preguntas que se formularon son en relación a las respuestas que los
peritos dieron a la pregunta número 26 del cuestionario formulado por la actora, que está
relacionada con la interpretación de la resonancia magnética que la citada actora se practicó
el tres de abril de dos mil dos, y no en relación con el aludido video.
En ese orden de ideas, debe concluirse que al no haberse ilustrado al juzgador en la junta de
peritos sobre el contenido de la videograbación que sustenta los dictámenes periciales, debe
otorgarse eficacia probatoria sólo a aquél o aquéllos que se encuentren a criterio del juzgador
suficientemente explicados e, incluso, corroborados con algunas otras pruebas, lo que se
reitera, sólo sucede respecto de los dictámenes emitidos por el perito designado por la actora
y el tercero en discordia, que son concluyentes entre sí, y no sucede respecto del dictamen
emitido por el perito designado por la parte demandada, pues no debe perderse de vista que la
materia de la prueba pericial es evidenciar aspectos técnicos y complejos, lo cual sólo puede
lograrse a través de la ayuda de los peritos médicos con la especialidad y experiencia en la
rama de la medicina a la que corresponde el problema a dilucidar, que son las personas que
auxilian al juzgador acerca de los hechos que por su propia naturaleza escapan a los
conocimientos generales que la ley presupone como necesarios en los Jueces.
Como apoyo de lo anterior se cita por analogía de razones la tesis número XI.2o.53 P,
sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito, publicada en la
página 2407 del Tomo XXII, correspondiente al mes de octubre de 2005, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, que dice:
"JUNTA DE PERITOS. PARA SATISFACER LA FINALIDAD REQUERIDA POR EL
ARTÍCULO 308 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES DEL ESTADO DE
MICHOACÁN, NO BASTA CON QUE LOS TÉCNICOS COMPAREZCAN ANTE EL
JUZGADOR Y RATIFIQUEN LLANAMENTE SUS RESPECTIVAS OPINIONES, SINO
QUE DEBATAN LOS PUNTOS DE DISCREPANCIA PARA LLEGAR A UN ACUERDO,
O BIEN, PARA INSISTIR EN SU POSTURA. De conformidad con el citado precepto,
cuando las opiniones de los peritos difieren en algún punto esencial, el Juez los citará a una
junta en la que se discutirán los puntos de discrepancia y se hará constar en el acta respectiva
el resultado de la discusión y en caso de que los peritos no se pusieren de acuerdo, se
nombrará a un tercero en discordia, el cual deberá pertenecer a una institución diferente a la
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
que correspondan aquellos cuyas opiniones resultaron antagónicas. En este contexto, la junta
de peritos resulta de suma importancia, pues los puntos discordantes con el dictamen del
perito de la defensa pueden modificarse en beneficio del quejoso y para lograr ello, no basta
que los técnicos comparezcan ante la presencia del juzgador y llanamente ratifiquen sus
respectivas opiniones, ya que con ello no se logra satisfacer la enunciada finalidad, sino que
es menester que debatan los puntos de discrepancia para llegar a un acuerdo, o bien, para
insistir en su postura porque sólo así puede determinarse que la junta de peritos se llevó a
cabo legalmente, como lo dispone el normativo en cita."
Asimismo, volviendo a las respuestas que el perito designado por la parte demandada dio a
las preguntas formuladas por ésta, cabe destacar que al responder las preguntas de los incisos
l), m), o), p) y q), el citado perito afirma que la liberación del retináculo lateral de la rodilla
derecha se realizó con una técnica artroscópica correcta y pretende explicar la técnica o
procedimiento que se utilizó, niega que haya existido alguna anomalía en el procedimiento de
liberación, afirma que la condroplastia por rasurado se realizó adecuadamente en las zonas de
lesión y que, finalmente, el procedimiento artroscópico fue favorable para la rodilla derecha
de la actora; sin embargo, al responder la pregunta l) no logra ilustrar con claridad porqué
estima que la técnica utilizada en la liberación del retináculo fue correcta, pues se limita a
señalar que la misma se inició a nivel del borde supero-externo de la rótula, a manera de
intermitente y progresiva, combinando el cuchillo eléctrico y el rasurador para seccionar y
resecar bridas, haciendo la hemostasia necesaria y evaluando continuamente el centraje de la
rótula para hacer la liberación mínima necesaria, sin tocar el tendón del cuadriceps, cuando
que esos términos técnicos utilizados no permiten al juzgador entender o conocer con
claridad en qué consistió la técnica de liberación que señala y convencerse de que ésta fue
correctamente aplicada, pues tampoco de las demás respuestas se puede inferir lo anterior.
Tocante a la respuesta que el perito dio a la pregunta m), también se limita a señalar que no
existió alguna anomalía en el procedimiento de liberación porque utilizó el procedimiento
artroscópico con conocimiento de la anatomía, de la patología encontrada y que demuestra
habilidad y destreza en la técnica del tratamiento, sin embargo, esa respuesta no es
contundente para convencer de que el procedimiento de liberación es correcto, porque no se
especifica a qué anatomía y patología se refiere y por qué concluye que existía ese
conocimiento de la anatomía, así como de la patología referidas, además de que tampoco
especifica porqué concluyó que el médico demostró habilidad y destreza en la técnica de
tratamiento, pues jamás hace referencia a la forma en que de acuerdo a sus conocimiento, de
medicina debió hacerse la liberación, qué límites son los que se estrenen establecidos y
porqué considera que se respetaron esos límites de la liberación, para concluir que ésta se
hizo correctamente como señala, lo cual, en la especie, sí resultaba necesario, ya que tal
conclusión no se encuentra robustecida con alguna otra respuesta o prueba ofrecida por las
partes en el juicio, de lo que resulta que la respuesta de que se trata resulta insuficiente para
convencer al juzgador de que el procedimiento de liberación realizado por el médico
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
demandado fue correcto de acuerdo a los cánones de la medicina.
Las respuestas que el citado perito dio a las preguntas de los incisos o) y q), merecen todavía
menos credibilidad, ya que respecto de la primera, el perito sólo se limita a contestar
afirmativamente con un sí, que la condroplastia por rasurado se realizó adecuadamente y
respecto de la segunda respuesta, señala que sin duda de ninguna especie puede aseverar que
el cirujano jamás tocó y mucho menos seccionó el tendón del cuadriceps, sin que emita
explicación alguna respecto de ambas respuestas que puedan convencer al juzgador de que
las mismas son congruentes con lo que observó en el videocasete que contiene la grabación
de la cirugía de que se trata.
Respecto de la respuesta dada a la pregunta del inciso p), aunque el perito señala que
considera que el procedimiento artroscópico trajo resultados benéficos a la rodilla de la
actora, porque resulta evidente el efecto mecánico de la condroplastia en la superficie
articular y la liberación del retináculo para el alineamiento de la rótula, que buscaba la
descarga de presión en la articulación patelofemoral; lo cierto es que tal conclusión no puede
corroborarse con lo que finalmente pudo advertirse de las pruebas documentales que ya se
analizaron pues, como se vio, de éstas se desprende que los resultados de la cirugía no fueron
favorables para la ahora quejosa, en tanto que después de la intervención quirúrgica ésta
sufrió la ruptura del tendón del cuadriceps y de la valoración conjunta de las citadas
documentales con los diversos dictámenes periciales emitidos por el perito designado por la
citada quejosa y el tercero en discordia, se llegó a la convicción de que ese rompimiento fue
precisamente como consecuencia de la liberación excesiva del retináculo lateral que realizó el
médico demandado en el procedimiento artroscópico que efectuó en la rodilla derecha de la
impetrante del amparo.
Por lo que se reitera que, si tales respuestas del perito designado por la parte demandada no
se encuentran suficientemente explicadas ni robustecidas con algún otro medio de prueba, no
son capaces de ilustrar por sí mismas las conclusiones a las que llegó el perito sobre la
correcta realización de la cirugía de artroscopia practicada por el médico demandado a la
ahora quejosa y, por tanto, resultan ineficaces para convencer al juzgador de que la cirugía
fue practicada correctamente y que si a final de cuentas la citada quejosa no mostró
resultados favorables, con motivo del rompimiento del tendón del cuadriceps que sufrió, ello
no fue con motivo de la cirugía de artroscopia que le practicó el médico demandado, sino por
alguna otra causa ajena imputable a la propia inconforme.
En efecto, resulta evidente que si el juzgador carece de los conocimientos técnicos y
científicos necesarios para dilucidar si el corte del retináculo fue correcto de acuerdo a los
lineamientos que la ciencia médica establece, y no existen en el juicio elementos de prueba
que lo corroboren, entonces, es el perito de la parte demanda quien debió ilustrar de manera
clara, amplia y fundada, los razonamientos que hayan emitido en su dictamen para concluir lo
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
que se desprende del mismo, ya que esa explicación fundada es necesaria para que el perito
pueda generar convicción en el juzgador, de que sus percepciones son certeras, sinceras, de
acuerdo a los hechos que se desprenden de la videograbación y a los principios de la práctica
de la especialidad pues, de lo contrario, sólo parecen meras apreciaciones dogmáticas,
carentes de sustento técnico y científico, ya que no explican de manera fundada y razonada
para que el juzgador pueda entender perfectamente el motivo de la conclusión de acuerdo a
sus conocimientos y experiencia jurídica, pues no tiene la capacidad necesaria, como
tampoco la tiene este Tribunal Colegiado, para advertir y corroborar que lo que dictamina el
perito es acorde a lo que realmente se desprende de la citada videograbación.
Es así, porque, como ya se señaló, las conclusiones de un dictamen pericial no pueden obligar
al juzgador a que adopte el criterio del perito, independientemente de que éstas coincidan o
no con las del dictamen de los otros peritos designados en autos, ya que el perito no puede
usurpar la función jurisdiccional del Juez para resolver sobre el problema planteado, sino que
la función del perito es únicamente la de ilustrar al juzgador de acuerdo a sus conocimientos
técnicos, científicos y experiencias, sobre el problema planteado, y la función del juzgador es
precisamente la de valorar cada uno de los dictámenes emitidos por los peritos designados, en
conjunto con las otras pruebas que obren en el proceso y que le den un mayor grado de
convicción o que, en su caso, los contradigan.
De ahí que, si las respuestas que el perito designado por la parte demandada no contienen las
explicaciones necesarias para ilustrar al juzgador de acuerdo a su experiencia médica
profesional, respecto de la problemática planteada, y sus conclusiones no se encuentran
robustecidas con alguna prueba ofrecida en el juicio, para que el juzgador pudiera corroborar
que el corte realizado por el médico demandado durante la intervención quirúrgica fue
correcto y que, por ende, contrariamente a lo que alegó la parte actora, esa conducta no
motivó el daño que le atribuye la impetrante, entonces, debe desestimarse su contenido por
no ser convincente pues, como ya se analizó, existen pruebas que corroboran las conclusiones
a las que llegaron los otros peritos en los dictámenes que emitieron y, por ende, es a éstos a
los que se les concede valor probatorio para acreditar las pretensiones de la ahora quejosa.
En apoyo de lo anterior se cita la jurisprudencia número I.3o.C. J/33, sustentada por el Tercer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, publicada en la página 1490 del
Tomo XX, correspondiente al mes de julio de 2004 del Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Novena Época, que dice:
"PRUEBA PERICIAL, VALORACIÓN DE LA. SISTEMAS. En la valoración de las
pruebas existen los sistemas tasados o legales y pruebas libres, o de libre convicción. Las
pruebas legales son aquellas a las que la ley señala por anticipado la eficacia probatoria que
el juzgador debe atribuirles. Así, el Código de Comercio en sus artículos 1287, 1291 a 1294,
1296, 1298 a 1300, 1304 y 1305, dispone que la confesión judicial y extrajudicial, los
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
instrumentos públicos, el reconocimiento o inspección judicial y el testimonio singular, hacen
prueba plena satisfechos diversos requisitos; que las actuaciones judiciales, los avalúos y las
presunciones legales hacen prueba plena, y que el documento que un litigante presenta,
prueba plenamente en su contra. Por otra parte, las pruebas de libre convicción son las que se
fundan en la sana crítica, y que constituyen las reglas del correcto entendimiento humano. En
éstas interfieren las reglas de la lógica con las reglas de la experiencia del Juez, que
contribuyen a que pueda analizar la prueba con arreglo a la sana razón y a un conocimiento
experimental de las cosas. Esos principios se encuentran previstos en el artículo 402 del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, al establecer que los medios de
prueba aportados y admitidos serán valorados en su conjunto por el juzgador, atendiendo a
las reglas de la lógica y de la experiencia, exponiendo cuidadosamente los fundamentos de la
valoración jurídica y de su decisión. De modo que salvo en aquellos casos en que la ley
otorga el valor probatorio a una prueba, el Juez debe decidir con arreglo a la sana crítica, esto
es, sin razonar a voluntad, discrecionalmente o arbitrariamente. Las reglas de la sana crítica
consisten en su sentido formal en una operación lógica. Las máximas de experiencia
contribuyen tanto como los principios lógicos a la valoración de la prueba. En efecto, el Juez
es quien toma conocimiento del mundo que le rodea y le conoce a través de sus procesos
sensibles e intelectuales. La sana crítica es, además de la aplicación de la lógica, la correcta
apreciación de ciertas proposiciones de experiencia de que todo hombre se sirve en la vida.
Luego, es necesario considerar en la valoración de la prueba el carácter forzosamente
variable de la experiencia humana, tanto como la necesidad de mantener con el rigor posible
los principios de la lógica en que el derecho se apoya. Por otra parte, el peritaje es una
actividad humana de carácter procesal, desarrollada en virtud de encargo judicial por
personas distintas de las partes del proceso, especialmente calificadas por su experiencia o
conocimientos técnicos, artísticos o científicos y mediante la cual se suministran al Juez
argumentos y razones para la formación de su convencimiento respecto de ciertos hechos,
también especiales, cuya percepción o cuyo entendimiento escapa a las aptitudes del común
de la gente y requieren esa capacidad particular para su adecuada percepción y la correcta
verificación de sus relaciones con otros hechos, de sus causas y de sus efectos o,
simplemente, para su apreciación e interpretación. Luego, la peritación cumple con una doble
función, que es, por una parte, verificar hechos que requieren conocimientos técnicos,
artísticos o científicos que escapan a la cultura común del Juez y de la gente, sus causas y sus
efectos y, por otra, suministrar reglas técnicas o científicas de la experiencia especializada de
los peritos, para formar la convicción del Juez sobre tales hechos y para ilustrarlo con el fin
de que los entienda mejor y pueda apreciarlos correctamente. Por otra parte, en materia civil
o mercantil el valor probatorio del peritaje radica en una presunción concreta, para el caso
particular de que el perito es sincero, veraz y posiblemente acertado, cuando es una persona
honesta, imparcial, capaz, experta en la materia de que forma parte el hecho sobre el cual
dictamina que, además, ha estudiado cuidadosamente el problema sometido a su
consideración, ha realizado sus percepciones de los hechos o del material probatorio del
proceso con eficacia y ha emitido su concepto sobre tales percepciones y las deducciones que
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
de ellas se concluyen, gracias a las reglas técnicas, científicas o artísticas de la experiencia
que conoce y aplica para esos fines, en forma explicada, motivada, fundada y conveniente.
Esto es, el valor probatorio de un peritaje depende de si está debidamente fundado. La
claridad en las conclusiones es indispensable para que aparezcan exactas y el Juez pueda
adoptarlas; su firmeza o la ausencia de vacilaciones es necesaria para que sean convincentes;
la lógica relación entre ellas y los fundamentos que las respaldan debe existir siempre, para
que merezcan absoluta credibilidad. Si unos buenos fundamentos van acompañados de unas
malas conclusiones o si no existe armonía entre aquéllos y éstas o si el perito no parece
seguro de sus conceptos, el dictamen no puede tener eficacia probatoria. Al Juez le
corresponde apreciar estos aspectos intrínsecos de la prueba. No obstante ser una crítica
menos difícil que la de sus fundamentos, puede ocurrir también que el Juez no se encuentre
en condiciones de apreciar sus defectos, en cuyo caso tendrá que aceptarla, pero si considera
que las conclusiones de los peritos contrarían normas generales de la experiencia o hechos
notorios o una presunción de derecho o una cosa juzgada o reglas elementales de lógica, o
que son contradictorias o evidentemente exageradas o inverosímiles, o que no encuentran
respaldo suficiente en los fundamentos del dictamen o que están desvirtuadas por otras
pruebas de mayor credibilidad, puede rechazarlo, aunque emane de dos peritos en perfecto
acuerdo. Por otra parte, no basta que las conclusiones de los peritos sean claras y firmes,
como consecuencia lógica de sus fundamentos o motivaciones, porque el perito puede
exponer con claridad, firmeza y lógica tesis equivocadas. Si a pesar de esta apariencia el Juez
considera que los hechos afirmados en las conclusiones son improbables, de acuerdo con las
reglas generales de la experiencia y con la crítica lógica del dictamen, éste no será
conveniente, ni podrá otorgarle la certeza indispensable para que lo adopte como fundamento
exclusivo de su decisión, pero si existen en el proceso otros medios de prueba que lo
corroboren, en conjunto podrán darle esa certeza. Cuando el Juez considere que esos hechos
son absurdos o imposibles, debe negarse a aceptar las conclusiones del dictamen."
Asimismo, en apoyo de lo anterior se cita por analogía de razones la tesis número I.1o.P.87 P,
sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, publicada
en la página 1383 del Tomo XVIII, correspondiente al mes de diciembre de 2003 del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, que dice:
"DICTAMEN PERICIAL. SI NO APORTA ELEMENTOS DE CONVICCIÓN QUE
JUSTIFIQUEN LOS CONOCIMIENTOS ESPECIALES REQUERIDOS POR EL
JUZGADOR PARA RESOLVER, DEBE TENERSE POR DOGMÁTICO Y CARENTE DE
EFICACIA PROBATORIA (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL). Conforme a los
artículos 175 y 254 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, los peritos
están obligados a realizar todas las operaciones y análisis que su ciencia o arte les sugiera y
deberán expresar en su dictamen los hechos y circunstancias que sirvan de fundamento a la
conclusión a la que lleguen; asimismo, la autoridad judicial con ponderación de las
circunstancias del caso concreto establecerá la fuerza probatoria que corresponde a esa
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
prueba. Así, cuando la opinión a la que arriba el perito se constriñe a formular afirmaciones
genéricas sobre la causa de los hechos sin soportarlo en bases razonadas y fundadas, y en
orden a los conocimientos técnicos y científicos correspondientes (hechos y circunstancias),
sin que se justifiquen o demuestren las conclusiones dictaminadas, debe entenderse que tal
dictamen no aporta elementos de convicción que justifiquen los conocimientos especiales que
necesita el juzgador para resolver el problema fáctico sometido a la prueba experticial de
mérito; por tanto, dicho dictamen debe tenerse por dogmático y, por ende, carente de eficacia
probatoria."
En esa tesitura, resulta evidente que asiste la razón a la quejosa, en cuanto a que,
contrariamente a lo que sostuvo la Sala responsable, con los dictámenes médicos emitidos
por el perito designado por la actora y el tercero en discordia, valorados en forma conjunta
con las pruebas documentales que ésta exhibió, queda demostrado que el médico demandado
sí actuó con negligencia al practicar a la ahora quejosa la cirugía de artroscopia de que se
trata en su rodilla derecha, pues dichos peritos concluyeron que al liberar el retináculo lateral,
el citado médico hizo un corte excesivo que abarcó hasta las fibras musculares del cuadriceps
y que ello, posteriormente, ocasionó que se rompiera el tendón del cuadriceps, sin que ello
hubiera sido desvirtuado por la parte demandada y si, en cambio, quedó corroborado con las
citadas pruebas documentales que se valoraron en la presente ejecutoria, con lo que queda
acreditado el primer elemento de la acción, consistente en la existencia de una conducta
ilícita por parte del médico demandado. De ahí lo fundado del segundo concepto de
violación.
Ahora bien, debe decirse que previamente a establecer las bases sobre las que procede otorgar
a la quejosa la protección constitucional con base al segundo concepto de violación que se
estimó sustancialmente fundado, se estima necesario continuar con un análisis lógico
progresivo de los demás conceptos de violación expresados, para establecer las otras bases
sobre las que procede otorgar dicha protección constitucional.
En ese orden de ideas, debe decirse que en su tercer concepto de violación, la inconforme
manifiesta, en esencia, que la problemática que presentó en la fase postoperatoria, coincide
con algunas de las complicaciones que señalaron los peritos al contestar la pregunta número
18 que se les formuló, por lo que en esas condiciones, debe concluirse que ésta probó que
tales complicaciones encuentran su génesis en la artroscopia que le practicó el médico
demandado, sin que en el caso, éste o el personal de la codemandada Sports Clinic, Sociedad
Anónima de Capital Variable, encargado de proporcionarle las terapias de rehabilitación
prescritas, hayan informado a la quejosa sobre el estado real de su salud y de la grave lesión
que presentaba su rodilla derecha, pese a lo ostentible de esa lesión, y que no existe prueba en
autos de que dichos codemandados hubieran desvirtuado esa negativa.
Asimismo alega la impetrante, que dado lo ostentible de su lesión, el médico demandado le
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
ordenó la práctica de la resonancia magnética y que, por tanto, si no hubiera existido
complicación postoperatoria alguna, entonces, porqué razón éste le ordenó la citada
resonancia magnética, pero que no obstante la gravedad de esa lesión postoperatoria, tanto el
médico como el personal de la clínica demandada, únicamente se limitaron a aplicarle
fomentos de agua y hielo sobre la rodilla afectada y que, incluso, esa circunstancia fue
reconocida por dicho médico al desahogar la confesional ofrecida a su cargo, por lo que de
ahí resulta evidente la negligencia en que éste incurrió al no brindar a la quejosa la atención
debida, pues no actuó con la diligencia debida que el caso concreto exigía, ya que como se
desprende de la respuesta que el perito tercero en discordia dio a la pregunta número 23, el
tratamiento para la complicación postoperatoria que presentó la ahora quejosa, era la
reconstrucción del aparato o mecanismo extensor y no obstante ello, la Sala responsable
declaró fundados los agravios expresados por su contraria en la apelación, valorando
inadecuadamente la prueba pericial rendida en autos.
Sigue alegando la quejosa, que la Sala responsable incorrectamente otorgó valor probatorio a
la bitácora de terapias exhibida por la parte demandada, ya que dicho documento fue objetado
por ésta en cuanto a su alcance y valor probatorio, por tratarse de un documento elaborado
unilateralmente por la clínica, hoy tercera perjudicada, sin la participación de la quejosa, por
lo que nada puede probar en su contra, máxime que su contenido está contradicho con la
pericial en materia de ortopedia y traumatología desahogada en autos, por lo que el hecho de
que el demandado le hubiera prescrito veinte sesiones de terapias, no puede desestimar la
responsabilidad profesional en que éste incurrió, ya que de acuerdo a lo estimado por los
peritos de la actora y el tercero en discordia, la terapia no puede revertir los daños que le
fueron causados al momento de la artroscopia, ni tampoco suplir los cuidados que dicho
demandado debió prestarle para tratar el cuadro patológico que presentó con posterioridad a
la intervención quirúrgica; más aún que, contrariamente a lo que consideró la ad quem, con
dichos dictámenes la quejosa acreditó que esas sesiones de terapia fueron contraproducentes
a la sintomatología que ésta presentó con posterioridad a la cirugía, según se aprecia de las
contestaciones a las preguntas 13, 22, 23 y 24.
Los argumentos antes sintetizados, también se estiman sustancialmente fundados.
Es así, porque con independencia del valor probatorio que pueda otorgarse a la bitácora de
sesiones exhibida por la parte demandada, lo cierto es que si con los dictámenes emitidos por
los peritos designados por ésta y el tercero en discordia, así como con las demás pruebas
valoradas en forma conjunta quedó demostrado que existió una conducta negligente por parte
del médico demandado al liberar en forma excesiva el retináculo lateral de la rodilla derecha
de la ahora quejosa, ya que se seccionó o cortó parte del tejido muscular del cuadriceps al
practicarle la cirugía de artroscopia; entonces, de acuerdo a los argumentos antes expuestos,
también queda demostrado que las referidas lesiones postoperatorias que presentó la ahora
quejosa, fueron con motivo de esa supuesta excesiva liberación del retináculo, es decir, que
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quedó demostrado que las lesiones que ésta refirió presentó con posterioridad a la
intervención quirúrgica que le realizó el médico demandado, fueron como una consecuencia
directa de esa cirugía, puesto que, como ya se analizó, el médico demandado no ofreció
ninguna otra prueba distinta a la del dictamen pericial que emitió su perito y la cual de
acuerdo a los razonamientos expresados carece de valor probatorio, con la que demostrara
que el rompimiento del tendón, que se reitera quedó plenamente demostrado con las
documentales valoradas, haya sido con motivo de alguna otra causa ajena a la cirugía.
En efecto, si bien es cierto que la ahora quejosa confesó en su demanda que había sufrido
diversas caídas después de la cirugía y durante las terapias que recibió, así como que no había
tomado las terapias en la forma prescrita en la clínica demandada; también lo es que ésta
refirió que no había comparecido a la citada clínica con motivo del dolor que tenía,
ocasionado por la lesión que produjo el corte excesivo y los síntomas que esto le había
ocasionado pero, además, señaló que las terapias las había tomado en su domicilio particular
con una de las terapista que trabajan en la clínica demandada, y resulta que el propio médico
demandado confesó que él mismo autorizó a esa terapista para que compareciera al domicilio
de la ahora quejosa a darle las terapias prescritas; de tal suerte que ante esa confesión, resulta
irrelevante lo que se desprende del contenido de la bitácora de terapias en relación al número
de ellas que la ahora impetrante tomó en la referida clínica, pues la citada confesión del
demandado hace presumir que sí se tomaron las terapias prescritas y, en todo caso, el hecho
de que la impetrante no hubiera obtenido la rehabilitación debida con las mismas, es una
muestra de que las terapias fueron contraproducentes de acuerdo al padecimiento y síntomas
que ya tenía la misma con motivo del corte excesivo del retináculo, pues se reitera que ambos
peritos coincidieron en que se seccionó parte del tejido muscular del cuadriceps.
Máxime que tanto el perito designado por la actora, como el tercero en discordia, al contestar
la pregunta del inciso q) del cuestionario formulado por la parte demandada, coincidieron en
que la caída no pudo ser por sí misma el motivo que ocasionó la ruptura del cuadriceps y a
ello, el primero agregó que: "... la caída es una consecuencia de la deficiente intervención así
como un seguimiento postquirúrgico inadecuado, de forma que a mi modo de ver, la caída no
es la causa de los síntomas postoperatorios presentados por la paciente Sra. Susana
Dosamantes." y el segundo afirmó que: "... la caída de la actora es producto de la
insuficiencia del músculo cuadriceps derecho, ya que al estar lesionada su inserción
tendinosa, la actora no podía tener una función normal para los arcos de movimiento o la
marcha de la extremidad inferior derecha, lo que fue causa de las caídas a las que la actora
hizo referencia dentro del expediente."; de lo que se concluye que si el médico demandado no
demostró que la caída o caídas aludidas hayan sido el motivo del rompimiento del tendón del
cuadriceps, entonces, es evidente que lo que afirmaron los citados peritos es determinante
para concluir que más bien esas caídas fueron una consecuencia de la deficiente intervención
quirúrgica y, por ende, sí finalmente éstas hubieran producido el rompimiento del tendón,
ello fue como una consecuencia mediata de esa intervención quirúrgica.
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
En tales condiciones, es lógico que asiste la razón a la impetrante, en cuanto a que el médico
demandado incurrió en responsabilidad profesional en la fase postoperatoria, por no haberle
brindado los cuidados necesarios para el tipo de lesiones que relaciona con la ruptura del
cuadriceps ya que, como se dijo, éste, de acuerdo a su experiencia profesional, debió haber
advertido que los síntomas que presentaba la ahora quejosa no eran como consecuencia
normal de la cirugía, sino como consecuencia de que ésta presentaba alguna complicación y
si a pesar del estudio de la resonancia que ordenó y se practicó la hoy quejosa el tres de abril
de dos mil dos no lo advirtió, entonces, con independencia de la interpretación que la doctora
Guadalupe Gómez Pérez realizó respecto de la misma, ello evidencia que el médico
demandado también incurrió en responsabilidad puesto que, como se dijo, si éste es experto
en la materia, su experiencia profesional le obliga a obtener una interpretación correcta de la
resonancia, al margen de la interpretación que hubiere realizado la citada radióloga, ya que su
negligencia deriva precisamente de que no detectó la complicación que tenía la citada
impetrante, incluso, a pesar del estudio referido y de las molestias y síntomas que le refería la
inconforme, además de que estaba obligado a prestarle una atención especializada para ese
tipo de padecimiento y no lo hizo.
De ahí que, si el médico codemandado no informó a la ahora quejosa de la lesión o
complicaciones que sufría con motivo de la liberación excesiva del retináculo, que después
desencadenó la ruptura del cuadriceps, debido a las sección de las fibras musculares del
cuadriceps, ya sea porque no lo haya detectado o porque omitió haberlo hecho, ello se traduce
en una conducta negligente atribuible al galeno, pues la actora siguió acudiendo a él para su
atención y éste reconoció que con posterioridad a la cirugía continuó atendiendo a la actora,
sin percatarse de la problemática que presentaba, como ya se ha expuesto.
En tales circunstancias, es fundado lo que alega la impetrante, en cuanto a que es incorrecto
que la Sala responsable haya considerado que no quedó acreditado que dicho médico haya
incurrido en negligencia médica por no prestar las atenciones debidas, pues tanto el perito
designado por la hoy quejosa, como el tercero en discordia, coincidieron en que de acuerdo a
la naturaleza del padecimiento, la serie de sesiones de terapia que dicho médico prescribió a
aquélla, estaba contraindicada, y ello se encuentra corroborado, incluso, con las documentales
que se valoraron puesto que, finalmente, se provocó la desinserción o rompimiento del
tendón del cuadriceps, que fue el motivo de que la impetrante se realizara una segunda
intervención quirúrgica, pero ahora de carácter reconstructivo del tendón.
En otro orden de ideas, también resulta fundado el argumento formulados por la quejosa en el
cuarto concepto de violación, en relación a la valoración que hizo la Sala responsable de la
documental consistente en la autorización que ésta otorgó para que el demandado le
practicara la intervención quirúrgica de que se trata.
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
Se estima lo anterior, porque con independencia de que se hubiera explicado o no a la ahora
quejosa, el contenido de la carta de autorización en cuanto a los riesgos que implicaba la
cirugía; lo cierto es que ello no puede tener los alcances de liberación de responsabilidad que
pretende la ad quem, porque de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 6o. del Código Civil para
el Distrito Federal:
"La voluntad de los particulares no puede eximir de la observancia de la ley, ni alterarla o
modificarla. Sólo pueden renunciarse los derechos privados que no afecten directamente al
interés público, cuando la renuncia no perjudique derechos de tercero.
De tal suerte que como el derecho a la salud, así como el que los médicos actúen con la
diligencia debida de la lex artis médica en los procedimientos médicos que practican es de
orden público; entonces, el hecho de que la ahora quejosa hubiera aceptado los riesgos que
implicaba la práctica de la cirugía de artroscopia en la carta de autorización, no puede tener
los alcances que pretende la responsable, porque a pesar de que la medicina no es una ciencia
exacta, ello no descarta la exigencia de que los médicos actúen con la diligencia debida en los
procedimientos que emplean para curar los padecimientos de sus pacientes.
En efecto, aunque la medicina no es exacta, si se trata de una ciencia rigurosa en la que en la
mayoría de los casos ya se encuentran establecidos los procedimientos, técnicas, estudios o
tratamientos médicos que generalmente son reconocidos por los expertos médicos como
adecuados para cada padecimiento.
Luego, si la normatividad médica ya establece las medidas necesarias para tratar los
padecimientos estudiados por la ciencia médica, es evidente que los médicos están obligados
a adoptar dichas medidas para realizar una atención médica adecuada a sus pacientes y no
incurrir en negligencia médica.
Por lo tanto, es evidente que dicha carta de aceptación no puede constituir un eximiente de
responsabilidad para el médico demandado, pues se reitera que éste se encuentra obligado a
realizar los tratamientos que emplea con la diligencia debida, de acuerdo a los principios
generales de la lex artis médica y si no lo hace, ello motiva que sea sujeto de responsabilidad,
ante su actuar negligente, más aún cuando esa conducta trae como consecuencia una lesión o
daño que no padecía su paciente, puesto que tal conducta constituye un ilícito que la ley
sanciona de acuerdo a lo que establece el artículo 1910 del Código Civil para el Distrito
Federal.
Por otra parte, en su quinto concepto de violación, la quejosa reitera, en esencia, los
argumentos que expresó en relación a la valoración de la prueba pericial en materia de
ortopedia y traumatología, pero ahora encaminados a combatir los razonamientos de la ad
quem, sobre la base de que sí quedó acreditado el daño moral reclamado y al respecto, señala
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
que los peritos designados por la propia impetrante y el tercero en discordia, fueron
coincidentes en cuanto a que existió una lesión causada por el médico demandado sobre la
rodilla derecha de la misma, por su actuar negligente durante la cirugía de artroscopia que
practicó a la actora, así como posteriormente a la práctica de la misma, durante el pretendido
tratamiento de recuperación, y que no obstante ello, tal extremo no fue importante para la
Sala responsable, ya que sólo se limitó a destacar las diferencias accidentales y no las
esenciales de los dictámenes.
Asimismo, la quejosa hace referencia a la valoración que la Sala responsable hizo respecto de
la respuesta que el perito tercero en discordia emitió a las preguntas 16 del cuestionario de la
actora y l) del cuestionario formulado por la parte demandada, en la que contestó que no se
observaron los parámetros para referir los puntos a partir de los cuales se efectuó la liberación
del retináculo lateral y, que observó la presencia de sección de tejido de apariencia muscular,
e insiste en que de tal respuesta sí se desprende la certeza del perito en el sentido de que
existió una liberación amplia, puesto que los términos en los que la emitió significan
precisamente que existió esa liberación amplia, insistiendo, además, que con los dictámenes
periciales de los peritos designados por la actora y el tercero en discordia, quedó demostrada
la negligencia con la que se condujo el médico demandado, por la coincidencia de sus
conclusiones en relación a la liberación amplia del retináculo que fue lo que le produjo
posteriormente la ruptura del cuadriceps.
De igual forma, la impetrante insiste en que es ilegal que la ad quem haya considerado que
los peritos no fueron capaces de ilustrar al Juez durante la segunda junta de peritos, pues
reitera que no correspondía a los peritos la carga de ampliar o analizar el video en el que
consta la intervención quirúrgica, sino que éstos cumplieron con ilustrar al Juez con sus
respectivos dictámenes y que, en todo caso, a quien correspondía hacer los cuestionamientos
respectivos era a la parte tercera perjudicada, porque fue ésta quien insistió en que se
realizara esa segunda junta de peritos y que, a pesar de ello, en la misma se abstuvo de
formular interrogatorio en relación al video.
También reitera la impetrante, que es ilógico que la Sala responsable haya concluido que el
hecho de no haber llevado a cabo todas las terapias de rehabilitación prescritas por el médico
demandado en la clínica codemandada, constituye un excluyente de responsabilidad porque
prueba una causa inexcusable de la víctima, ya que existe un reconocimiento expreso por
parte de dicho demandado para que la ahora quejosa se rehabilitara en la forma en que lo
hizo, por lo que no puede existir ninguna culpa de ésta en ese sentido como ilegalmente lo
estimó la Sala.
Insiste nuevamente la quejosa, en que no se valoró correctamente la resonancia magnética
que se practicó el tres de abril de dos mil dos, ya que de la misma sí se desprendía una lesión
de su rodilla, tal como lo acreditó con la segunda interpretación que se realizó de la misma y
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que, además, también fue analizada por los peritos designados por la actora y tercero en
discordia que son expertos.
Concluye la impetrante, señalado que es ilegal que la Sala responsable hubiera considerado
que no acreditó fehacientemente y a través de elemento objetivo alguno el actuar ilícito por
negligencia y falta de pericia del médico tratante, tanto en la fase preoperatoria, como en la
operatoria y postoperatoria, ya que con la pericial, la resonancia magnética que se practicó el
tres de abril de dos mil dos, así como con sus dos interpretaciones y los informes de los otros
médicos que la trataron, se confirmó el daño causado en su rodilla, a la par del análisis que
contiene la intervención quirúrgica practicada por el médico demandado a la ahora quejosa,
demostró que existió negligencia en esas tres fases señaladas por la responsable, tal como lo
alegó en los anteriores conceptos de violación, sin que existiera prueba en contrario por parte
de dicho médico de que se le ocasionó el daño reclamado, para lo cual, la impetrante vuelve a
hacer un análisis somero de dichas pruebas de acuerdo a lo que ya había expuesto en los otros
conceptos, enfatizando sobre la pericial a cargo del perito designado por ésta y el tercero en
discordia.
Los argumentos antes sintetizados también se estiman sustancialmente fundados.
Ello, porque se basan en cuestiones que ya fueron analizadas en la presente ejecutoria y
respecto de las cuales, ya se precisó que los argumentos expresados por la impetrante
resultaban sustancialmente fundados, por lo que aunque éstos se encuentran enfocados a
demostrar la procedencia de la acción de reparación del daño moral, se reitera que resultan
fundados, porque en este caso, ese daño moral se hace depender precisamente del daño
material reclamado, resultado de un actuar ilícito, cuyos elementos de la acción quedaron
acreditados, de acuerdo a las consideraciones anteriores.
En efecto, el artículo 1916 del Código Civil para el Distrito Federal dispone lo siguiente:
"Artículo 1916. Por daño moral se entiende la afectación que una persona sufre en sus
sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y
aspectos físicos, o bien en la consideración que de sí misma tienen los demás. Se presumirá
que hubo daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la libertad o la
integridad física o psíquica de las personas. Cuando un hecho u omisión ilícitos produzcan un
daño moral, el responsable del mismo tendrá la obligación de repararlo mediante una
indemnización en dinero, con independencia de que se haya causado daño material, tanto en
responsabilidad contractual como extracontractual. Igual obligación de reparar el daño moral
tendrá quien incurra en responsabilidad objetiva conforme al artículo 1913, así como el
Estado y sus servidores públicos, conforme a los artículos 1927 y 1928, todos ellos del
presente código. La acción de reparación no es transmisible a terceros por acto entre vivos y
sólo pasa a los herederos de la víctima cuando ésta haya intentado la acción en vida. El
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monto de la indemnización lo determinará el Juez tomando en cuenta los derechos
lesionados, el grado de responsabilidad, la situación económica del responsable, y la de la
víctima, así como las demás circunstancias del caso. Cuando el daño moral haya afectado a la
víctima en su decoro, honor, reputación o consideración, el Juez ordenará, a petición de ésta y
con cargo al responsable, la publicación de un extracto de la sentencia que refleje
adecuadamente la naturaleza y alcance de la misma, a través de los medios informativos que
considere convenientes. En los casos en que el daño derive de un acto que haya tenido
difusión en los medios informativos, el Juez ordenará que los mismos den publicidad al
extracto de la sentencia, con la misma relevancia que hubiere tenido la difusión original."
De la transcripción anterior se colige, que dicho precepto establece tres hipótesis para la
reclamación del pago o indemnización de daño moral, entre las cuales sólo se destaca la
primera que es la que interesa para resolver el presente asunto, la cual se actualiza cuando se
produce un daño moral por un hecho u omisión ilícitos, con independencia de que se haya
causado daño material o no por responsabilidad contractual o extracontractual y, en este caso,
para que se produzca la obligación de reparar el daño material, así como el daño moral, se
requieren tres elementos que son:
a) La existencia de un hecho u omisión ilícita de una persona;
b) Que se produzca una afectación a la persona en cualquiera de los bienes tutelados en el
artículo 1916 del Código Civil, y,
c) Que exista una relación de causa-efecto entre el daño moral y el hecho u omisión ilícitos,
de manera que la ausencia de cualquiera de estos elementos impide que se genere la
obligación resarcitoria.
Como apoyo de lo anterior, se cita la tesis número I.11o.C.103 C, sustentada por este Décimo
Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, publicada en la página 1431
del Tomo XIX, correspondiente al mes de junio de 2004, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, que es del tenor literal siguiente:
"DAÑO MORAL. HIPÓTESIS PARA LA PROCEDENCIA DE SU RECLAMACIÓN. El
artículo 1916 del Código Civil para el Distrito Federal establece en su primer párrafo, tres
hipótesis para la procedencia de la reclamación del pago o indemnización por daño moral, las
cuales son: La primera, cuando se produzca un daño moral por un hecho u omisión ilícitos
con independencia de que se haya causado daño material o no, por responsabilidad
contractual o extracontractual, de manera que para que en esta hipótesis se produzca la
obligación de reparar el daño moral por responsabilidad contractual o extracontractual se
requieren tres elementos como son: a) la existencia de un hecho u omisión ilícita de una
persona; b) que produzca una afectación a la persona en cualquiera de los bienes tutelados en
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
el citado numeral; y, c) que exista una relación de causa-efecto entre el daño moral y el hecho
u omisión ilícitos, por lo que la ausencia de cualquiera de estos elementos impide que se
genere la obligación resarcitoria. Esta hipótesis establece la acción autónoma de la
reclamación del daño moral. La segunda hipótesis consiste en que el obligado haya incurrido
en responsabilidad objetiva prevista en el artículo 1913 del citado código, de modo que para
su procedencia únicamente debe reclamarse la indemnización del daño moral
simultáneamente a la reclamación de la responsabilidad civil objetiva, debiendo acreditar esta
última para que la víctima tenga derecho a la indemnización del daño moral, por lo que en
este supuesto no debe acreditarse la ilicitud del hecho u omisión que ocasionó el daño ni la
relación de causa-efecto entre el hecho y el daño causado, aunque sí debe demostrarse que se
transgredió cualquiera de los bienes jurídicos tutelados por el referido artículo 1916. La
tercera hipótesis establece que para la procedencia de la reclamación del daño moral en
contra del Estado cuando los servidores públicos causen un daño moral a una persona por
hechos u omisiones ilícitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, supuesto en el cual
deben acreditarse cuatro elementos que son: 1) la existencia de un hecho u omisión ilícito; 2)
que ese hecho realizado o la omisión se imputen a un servidor público en el ejercicio de sus
funciones; 3) que produzca una afectación a determinada persona en cualquiera de los bienes
tutelados en el artículo 1916 del ordenamiento invocado; y, 4) que exista una relación de
causa-efecto entre el hecho u omisión ilícitos y el daño causado."
En la especie, como ya se analizó en la presente ejecutoria, el primer elemento de la acción
aludido consistente en la existencia del hecho u omisión ilícita que la quejosa atribuye al
médico codemandado Nicolás Zarur Mina, quedó acreditado con las diversas pruebas pericial
y documentales aportadas en el juicio, ya que con ellas quedó demostrado que éste actuó con
negligencia tanto en la fase operatoria como el la postoperatoria, referidas por la impetrante,
por las razones ya precisadas, que se omite reiterar por economía procesal, pero que se
resumen en que dicho médico realizó una liberación excesiva del retináculo lateral de la
rodilla derecha de la ahora quejosa, al haber seccionado una parte del músculo del
cuadriceps, lo que después motivó que se rompiera el tendón del mismo y se produjera una
discapacidad o disfuncionalidad de la rodilla de la citada impetrante, sin que dicha lesión
hubiera sido detectada por el referido médico, por lo que fue tratada tardíamente con una
cirugía reconstructiva.
Consecuentemente, como en la especie la impetrante hace depender ese daño moral causado
precisamente de la pérdida funcional de su rodilla derecha (daño material), con motivo de la
negligencia con la que señaló actuó el médico demandado al practicarle la cirugía de
artroscopia, en tales circunstancias, tomando en cuenta lo que ya se resolvió en la presente
ejecutoria en relación con ese daño material, debe concluirse que si ya se determinó que
quedó acreditado el primer elemento de la acción, consistente en la existencia de un hecho
ilícito, porque se demostró que sí existió negligencia por parte del citado médico en las fases
de la cirugía señaladas; entonces, como consecuencia, es evidente que también debe tenerse
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
por demostrado el primer elemento de la acción de reparación del daño moral, ya que
consiste también en la existencia de un hecho ilícito, pues se trata del mismo hecho imputado
al galeno demandado.
No es óbice a la anterior consideración, la disposición contenida en el invocado artículo 1916
del Código Civil, en relación a que la obligación de reparar el daño moral surge, con
independencia de que se haya causado un daño material, tanto en responsabilidad contractual
como extracontractual, ya que tal obligación sólo puede generarse en el caso de que el daño
moral no se atribuya como consecuencia de un daño material y, en la especie, como ya se
analizó, la hoy quejosa hizo depender el daño moral cuya indemnización reclamó,
precisamente del daño material cuya indemnización también reclamó, esto es, de la pérdida
funcional de la rodilla derecha; de tal suerte que ante tales circunstancias, se reitera que al
haber quedado acreditado el primer elemento de la acción de reparación del daño material
consistente en el hecho ilícito, derivado de la negligencia que se atribuyó al médico
demandado en las fases operatoria y postoperatoria, resulta ocioso analizar nuevamente la
procedencia y acreditación de ese mismo elemento para efecto de la reparación del daño
moral reclamado.
Como apoyo de lo anterior se cita la jurisprudencia número I.6o.C. J/39, sustentada por el
Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, publicada en la página 1034
del Tomo XVI, correspondiente al mes de noviembre de 2002, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, que dice:
"DAÑO MORAL, DERECHO A LA REPARACIÓN DEL. SE DA EN FAVOR DE UNA
PERSONA, COMO CONSECUENCIA DE UNA INADECUADA ATENCIÓN MÉDICA
PRESTADA POR UN CENTRO HOSPITALARIO QUE VULNERE O MENOSCABE SU
INTEGRIDAD FÍSICA O PSÍQUICA. En términos del artículo 1916 del Código Civil para
el Distrito Federal y Código Civil Federal, el daño moral consiste en la afectación que una
persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada,
configuración y aspectos físicos, o bien en la consideración que de sí misma tienen los
demás. Se presumirá que hay daño moral, cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la
libertad o la ‘integridad física o psíquica’ de las personas, siendo independiente el daño
moral, del daño material que se cause; luego, si un centro hospitalario le presta a una persona
una inadecuada atención médica y por esa circunstancia le irroga a ésta una afectación que la
incapacita permanentemente es indudable que, aparte del daño material, le ocasiona una
afectación psíquica que evidentemente, se traduce en un daño moral que altera sus
sentimientos y afectos, debiéndola resarcir en términos de la ley por ese motivo,
independientemente de la indemnización correspondiente al daño material."
Por otro lado, en una parte de su séptimo concepto de violación, la impetrante alega que es
ilegal que la Sala responsable haya desestimado la legitimación pasiva de la codemandada
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
Sports Clinic, Sociedad Anónima de Capital Variable, con base en el contrato de prestación
de servicios hospitalarios, en el que dicha enjuiciada se liberó de toda responsabilidad, ya que
la cláusula excluyente de responsabilidad no constituye una autorización para actuar
negligentemente, sino que dicha cláusula presupone una diligencia debida, es decir, un actuar
legal y correcto.
La impetrante también se queja de que no es correcto que la ad quem haya considerado que la
acción de responsabilidad intentada en contra de la citada codemandada, resulta
improcedente supuestamente porque no se hizo imputación directa a ninguna de sus
representantes, pues dice que no existe precepto legal alguno que exija el reclamo a
determinada persona física para que la acción proceda en contra de su representada, sino que,
por el contrario, existe precepto claro y taxativo en el artículo 27 del Código Civil, que
establece que las personas morales obran y se obligan con los actos que realicen los
representantes.
Reitera la inconforme, que con la prueba pericial a cargo del perito designado por ésta y el
tercero en discordia, acreditó la responsabilidad imputada a la referida coenjuiciada, porque
con ella no sólo acreditó que el médico demandado es responsable por el ilícito cometido al
momento de la intervención quirúrgica, sino que también demostró que esta última es
responsable frente a la quejosa, en la medida en que sus factores, empleados y médicos que la
conforman, los cuales le prestaron el servicio respectivo, se percataron de la lesión que
presentaba en su rodilla derecha.
Concluye la quejosa, señalando que si la prescripción del médico tratante fue equivocada, la
responsabilidad no sólo recae en este último, sino también, de manera fundamental, en la
clínica demandada en donde se llevaron a cabo las terapias de rehabilitación, puesto que el
personal debió percatarse de que esa prescripción no era la adecuada, pues atendiendo a las
respuestas que dieron los peritos de la ahora quejosa y el tercero en discordia, lo que debió
hacerse era operar nuevamente para reconstruir el músculo afectado por el médico
demandado.
Los argumentos antes resumidos se estiman por una parte infundados y por la otra
inoperantes.
Es así, porque con independencia de que, como ya se analizó en la presente ejecutoria, asiste
la razón a la impetrante en cuanto a que la cláusula excluyente de responsabilidad no puede
surtir efecto legal alguno, por afectar un derecho público que no es renunciable y que, por
tanto, no es una razón fundada para considerar que la clínica demandada carece de
legitimación pasiva en la causa; lo cierto es que la ad quem también emitió otros
razonamientos para desestimar el agravio en el que la apelante, ahora quejosa, se quejó de
que indebidamente el a quo había declarado la falta de legitimación pasiva de la
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
codemandada Sports Clinics, Sociedad Anónima de Capital Variable y, con los argumentos
que formula en su séptimo concepto de violación, no controvierte todas esas consideraciones
que la Sala responsable emitió al respecto.
En efecto, como se desprende de la sentencia reclamada, la Sala responsable para desestimar
los argumentos que formuló la ahora quejosa en su segundo agravio de la apelación, además
de señalar lo relativo a la cláusula excluyente de responsabilidad estimó lo siguiente:
"... No resulta óbice a lo anterior el hecho de que si en términos del artículo 1918 del Código
Civil para el Distrito Federal (precepto en que sustentó su causa de pedir la actora) las
personas morales son responsables de los daños y perjuicios que causen sus representantes
legales en ejercicio de sus funciones.-Como se ve, en forma alguna aparece de autos que la
causa de pedir de la actora encuadre dentro de los supuestos de dicho precepto legal, esto
porque su redacción es clara en establecer la responsabilidad civil que causen los
representantes legales de las personas morales, siendo que en el caso concreto en forma
alguna aparece que se haga imputación directa a algún representante legal de la persona
moral demandada en ejercicio de sus funciones sino que, directamente a la persona moral
Sports Clinic, S.A. de C.V., se le imputan los hechos materia de la demanda a través de sus
factores o dependientes, quienes en forma alguna tienen la calidad de representantes, lo que
da lugar a que se desestime el agravio en estudio por infundado.-De igual manera no pasa
desapercibido para esta alzada, el hecho de que el artículo 1924 del Código Civil para el
Distrito Federal, dispone en esencia que los patrones y los dueños de establecimientos
mercantiles están obligados a responder de los daños y perjuicios causados por sus obreros o
dependientes en el ejercicio de sus funciones.-De ahí que si la parte actora, dentro de sus
hechos no hizo imputación directa en contra de algún dependiente, o factor que directamente
le haya provocado algún daño derivado de una conducta negligente, o falta de probidad en la
conducta que debieron haber desplegado en relación a los síntomas que presentó en el
postoperatorio, es clara la improcedencia de la acción en contra de la persona moral
demandada Sports Clinic, S.A. de C.V., máxime que a través de la narrativa de sus hechos
aparece que afirmó que los hechos serán del conocimiento de determinadas personas como
son la licenciada Gabriela Pedroza San Román, entonces jefa de terapia física del Sports
Clinic, S.A. de C.V., a las señoras Liliana Barquet Kuri y Mercedes Rodríguez, terapistas y a
los doctores Sofía Sánchez Bermúdez y Eduardo Caldelas Cuéllar, sin que a dichas personas
se les haya imputado acto negligente alguno o del daño moral alegado por la actora derivado
de actos negligentes e ilícitos en relación a las funciones que les fueran propias, e incluso a
otras personas, por lo que las pruebas aportadas dentro del sumario en nada inciden para
estimar probados hechos que no tienen sustento alguno o que no fueron debidamente
planteados, dado lo cual, lo procedente es desestimar el agravio en estudio por infundado. ..."
No obstante lo anterior, la quejosa en lugar de controvertir tal consideración afirmando si es
cierto o no que la causa de pedir la sustentó en el artículo 1918 del Código Civil, se limita a
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
señalar al respecto, que no existe precepto legal alguno que exija el reclamo a determinada
persona física para que la acción proceda en contra de su representada sino que, por el
contrario, existe precepto claro y taxativo en el artículo 27 del Código Civil, que establece
que las personas morales obran y se obligan con los actos que realicen los representantes.
Argumentos con los cuales, en lugar de controvertir tal consideración de la Sala responsable
la acepta, pues de acuerdo a lo que señala, implica que sí sustentó su causa de pedir en el
citado artículo 1918 del Código Civil que dispone lo siguiente:
"Las personas morales son responsables de los daños y perjuicios que causen sus
representantes legales en el ejercicio de sus funciones."
Ahora bien, partiendo de esa premisa, resultan insuficientes los argumentos que formula la
impetrante para controvertir lo que consideró la ad quem, con relación a que, en el caso
concreto, en forma alguna aparece que se hubiera hecho imputación directa a algún
representante legal de la persona moral demandada en ejercicio de sus funciones sino que,
directamente, a la persona moral Sports Clinic, S.A. de C.V., se le imputaron los hechos
materia de la demanda a través de sus factores o dependientes, quienes en forma alguna
tienen la calidad de representantes, ya que en lugar de señalar si en la especie imputó o no
algún hecho al representante legal de la demandada o si, en su caso, estima que cualquiera de
los empleados o dependientes tienen esa calidad para efecto de la reclamación que formuló,
en esencia señala que no existía obligación de su parte de exigir el reclamo a determinada
persona física para que la acción procediera en contra de su representada. De ahí lo
inoperante del argumento por insuficiente.
Como apoyo de la anterior consideración, se cita la jurisprudencia sustentada por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, publicada en la página 351 del
Tomo IV, Parte TCC, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995 que
dice lo siguiente:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES. LO SON CUANDO NO SE
COMBATEN LOS FUNDAMENTOS DEL FALLO RECLAMADO NI SE ESTÁ EN
ALGUNO DE LOS CASOS DE SUPLENCIA DE LA QUEJA PREVISTOS EN LA LEY.Si en un juicio de amparo en materia civil, el quejoso omite controvertir y, por lo mismo,
demostrar, que las consideraciones medulares en que se sustenta el fallo reclamado son
contrarias a la ley o a la interpretación jurídica de la misma, sin que, por otra parte, se surta
alguna de las hipótesis previstas por el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo, en cuya virtud
deba suplirse la queja deficiente en favor del agraviado; los conceptos de violación resultan
inoperantes y debe negarse la protección constitucional solicitada."
Pero, además, debe decirse a la quejosa que es infundado lo que afirma, en cuanto a que no
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AMPARO DIRECTO 549/2007.
tenía obligación alguna de imputar los hechos concretos de los que deriva la acción de
responsabilidad ejercitada en contra de la persona moral, a sus factores o dependientes, ya
que como señaló la Sala responsable, si bien es cierto que el artículo 1924 del Código Civil
establece que: "Los patrones y los dueños de establecimientos mercantiles están obligados a
responder de los daños y perjuicios causados por sus obreros o dependientes, en el ejercicio
de sus funciones. ..."; también lo es que para reclamar ese pago de daños y perjuicios, el
accionante sí está obligado a precisar en su demanda qué hecho o hechos son los que
ocasionaron los daños de la indemnización que reclama, en otras palabras, qué hechos son los
que imputa a esos empleados o dependientes de la persona moral o establecimiento mercantil
demandado, además de que en términos de lo dispuesto en el artículo 281 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, también se encuentra obligado a demostrar
cada uno de los hechos constitutivos de sus pretensiones pues, de no ser así, se dejaría en
estado de indefensión a la parte demandada, al no poder controvertir en forma concreta los
hechos imputados, si no se le hizo de su conocimiento en forma clara y pormenorizada, qué
hechos son los que se imputan y a quién concretamente se le atribuyen.
De ahí que, contrariamente a lo que sostiene la impetrante, la Sala responsable actuó
correctamente al sostener que en la especie resultaba necesario que se hicieran imputaciones
directas a los empleados o dependientes de la clínica demandada, que se encontraban
directamente relacionados con los hechos que consideró ilícitos y de los cuales hizo depender
la responsabilidad e indemnización reclamadas.
Aunado a lo anterior, cabe destacar que tales argumentos también devienen en inoperantes
por deficientes, porque la impetrante se limita a manifestar que no tenía la obligación de
hacer las imputaciones de que se trata a los empleados o dependientes de la clínica
codemandada lo cual, se reitera, resulta infundado, sin embargo, omite precisar si en la
especie hizo o no las imputaciones a que se refiere la ad quem en la sentencia reclamada, así
como en qué consistieron las mismas y a quién se las atribuye; de tal suerte que ante tal
deficiencia, lo procedente es declarar inoperante el séptimo concepto de violación, también
por ese motivo.
Finalmente, debe decirse a la impetrante que resulta infundado el último argumento que
formula en su séptimo concepto de violación.
En efecto, en la parte final de su séptimo concepto de violación, la quejosa alega cuestiones
relacionadas con la declaración de improcedencia que hizo la Sala responsable en cuanto a la
condena relativa a la publicación de un extracto de la sentencia que se dictara en el juicio,
que dependían precisamente del sentido que se emitiera en forma favorable para la
impetrante.
Ahora bien, tales argumentos se estiman infundados, porque con independencia de lo que al
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respecto señaló la Sala responsable, lo cierto es que, como bien señaló el a quo en la
sentencia de primer grado, tal publicación sólo resulta procedente cuando el daño moral
reclamado deriva de una publicación que hubiera denostado la imagen de la accionante, lo
que no ocurre en la especie, porque el daño reclamado deriva de una responsabilidad médica,
con motivo de la causación de una lesión que la ahora quejosa imputó al médico demandado
como consecuencia de una cirugía de artroscopia que fue incorrectamente practicada por éste.
El artículo 1916 del Código Civil para el Distrito Federal en su último párrafo establece:
"... Cuando el daño moral haya afectado a la víctima en su decoro, honor, reputación o
consideración, el Juez ordenará, a petición de ésta y con cargo al responsable, la publicación
de un extracto de la sentencia que refleje adecuadamente la naturaleza y alcance de la misma,
a través de los medios informativos que considere convenientes. En los casos en que el daño
derive de un acto que haya tenido difusión en los medios informativos, el Juez ordenará que
los mismos den publicidad al extracto de la sentencia, con la misma relevancia que hubiere
tenido la difusión original."
Como se desprende de la parte del precepto legal transcrito, su redacción es clara en cuanto a
que la publicación de la sentencia que recaiga al juicio en el que se condene a la reparación
del daño moral, procede sólo cuando el daño moral haya afectado a la víctima en su decoro,
honor, reputación o consideración, por lo que ello implica que tal condena está relacionada
directamente con aquéllos casos en los que se ha denostado públicamente la reputación de la
parte ofendida, y que generalmente se presenta en los casos en que el daño deriva de un acto
que tuvo difusión en los medios informativos.
De tal suerte que, si en la especie el daño moral imputado por la ahora quejosa al médico
demandado no deriva de una afectación a la víctima en su decoro, honor, reputación o
consideración, sino de una afectación de aspecto físico; entonces, es evidente que resulta
improcedente la condena a la publicación que pretende la misma.
Como apoyo de lo anterior se cita la tesis número I.6o.C.42 C, sustentada por el Sexto
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en la página 911 del Tomo III,
correspondiente al mes de marzo de 1996, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, que es del tenor literal siguiente:
"DAÑO MORAL. LA PUBLICACIÓN DE LA SENTENCIA QUE CONDENA A
RESARCIR EL, SÓLO PROCEDE EN AQUELLOS CASOS EN QUE SE HA
MENOSCABADO O MANCILLADO EL HONOR DE LA PERSONA AFECTADA.Acorde con lo preceptuado por el artículo 1916, último párrafo del Código Civil para el
Distrito Federal, se desprende que si bien es cierto que se establece como medida idónea de
un resarcimiento moral, la publicación de la sentencia que condena a una persona física o
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moral que resulte responsable de un daño causado; también lo es que esa sanción sólo es
procedente en aquellos casos en que el daño moral afecta a la víctima en su decoro, honor,
reputación o consideración, toda vez que es en esa circunstancia en que el espíritu del
legislador, quiso que a través de los medios de información, se diera una reparación natural,
por ejemplo, de un honor menoscabado, como lo es una difamación, etcétera, pretendiendo
con ello compensar de alguna manera el mal causado, con el ánimo de que por medio de una
divulgación, se anule alguna noticia propalada o no; pero no así cuando el detrimento se
ocasiona en el aspecto físico, a más de otros males inmateriales de difícil evaluación."
En las narradas condiciones, al resultar sustancialmente fundados los argumentos expresados
por la quejosa en su segundo, tercero, cuarto y quinto conceptos de violación, es evidente que
quedó demostrada la infracción a las garantías individuales consagradas en los artículos 14 y
16 constitucionales, por lo que procede otorgar a la quejosa el amparo y protección de la
Justicia Federal para los siguientes efectos:
1) La autoridad responsable dejará insubsistente el fallo reclamado y emitirá otro en su lugar.
2) Atendiendo a los lineamientos de esta ejecutoria, determinará que, en la especie, con los
dictámenes periciales emitidos por el perito designado por la actora y el tercero en discordia,
adminiculados con las pruebas documentales aportadas por la ahora quejosa, quedó
demostrada la conducta ilícita atribuida al médico demandado en las fases operatoria y
postoperatoria, tanto para efecto del daño material como del moral reclamados.
3) Hecho lo anterior, resolverá la litis del juicio de acuerdo a los agravios planteados por las
partes conforme a derecho proceda.
4) En la inteligencia de que deberá dejar intocadas las demás consideraciones emitidas en la
sentencia reclamada que fueron materia de análisis en la presente ejecutoria, en las que se
declararon infundados o inoperantes los argumentos expresados en los conceptos de
violación.
La concesión del amparo se hace extensiva a los actos de ejecución reclamados de la Juez
Quinto de lo Civil del Distrito Federal, porque no se reclamaron por vicios propios, sino que
su ilegalidad se hace depender de los actos de la autoridad ordenadora.
Apoya lo anterior, la jurisprudencia número 102 (88), sustentada por la otrora Tercera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 66 (70), del Tomo VI,
Materia Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de los años 1917 a
2000, que dice lo siguiente:
"AUTORIDADES EJECUTORAS, ACTOS DE, NO RECLAMADOS POR VICIOS
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PROPIOS.-Si la sentencia de amparo considera violatoria de garantías la resolución que
ejecutan, igual declaración debe hacerse respecto de los actos de ejecución, si no se reclaman,
especialmente, vicios de ésta."
Consecuentemente, dado que los citados argumentos formulados por la quejosa en su
segundo, tercero, cuarto y quinto concepto de violación resultaron sustancialmente fundados
y suficientes para conceder el amparo y protección de la Justicia Federal, es innecesario el
estudio de los restantes argumentos expresados en el sexto concepto de violación.
Apoya lo anterior, la jurisprudencia número 693, publicada en la página 466 del Tomo VI,
Materia Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, cuyo
contenido literal es el siguiente:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. ESTUDIO INNECESARIO DE LOS.-Habiendo resultado
fundado y suficiente para otorgar el amparo solicitado, uno de los conceptos de violación,
resulta innecesario el estudio de los restantes motivos de inconformidad vertidos en la
demanda de garantías."
Por lo expuesto y fundado se resuelve:
ÚNICO.-La Justicia de la Unión ampara y protege a Susana Dosamantes Rul Riestra, contra
los actos que reclamó de la Octava Sala, así como de la Juez Quinto, ambas de lo Civil del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, que quedaron precisados en el proemio de
esta ejecutoria, para los únicos efectos precisados en la última parte del quinto considerando.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos al lugar de su origen y,
en su oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido.
Así, con fundamento en el artículo 187, párrafo segundo, de la Ley de Amparo, lo resolvió
con modificaciones y por unanimidad de votos el Décimo Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, integrado por los Magistrados María del Carmen Sánchez
Hidalgo viuda de Magaña Cárdenas presidenta, María Concepción Alonso Flores y el
licenciado Eduardo Jacobo Nieto García, secretario autorizado por la Comisión de Carrera
Judicial del Consejo de la Judicatura Federal, para realizar las funciones de Magistrado a
partir del veintiuno de noviembre de dos mil siete, en términos de lo dispuesto por el artículo
81, fracción XXII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con el
artículo 52, fracción V, del Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal,
que reglamenta la organización y funcionamiento del propio consejo; siendo ponente la
segunda de los nombrados.
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