TEMA 4: EL ARTE DE LA GRECIA ARCAICA Introducción El Periodo arcaico va de finales del siglo VII ac hasta comienzo del siglo V. Durante este periodo se produce una expansión de la polis griega y se instaura un nuevo orden ciudadano, con la llegada de la tirania, que pronto desaparecera frente al idea igualitario del siglo V ac. La legitimación de la tirania, promociona grandes obras públicas representativas del poder del tirano quien se apoya en la creación de edificios diviles y religiosos. El objetivo de esto fue, crear en cada urbe una seña de identidad propia. Se puede decir que el arte se convirtió en un programa de propaganda político de la tiranía. A partir del siglo VI el centro político se convierte en objeto de gran relevancia artística, convirtiendose el agora en el centro de las actividades cívicas de la sociedad. También son importantes los cultos religiosos, así que todas aquellas ciudades con recursos económicos dispusieron la construcción de edificios religiosos en piedra. Se crean santuarios panhelénicos, como Delfos y Olimpia, donde los tiranos ofrecían ofrendas votivas y se fomentan nuevos héroes locales. 1. La configuración de los órdenes: el dórico, el jónico y el corintio. La mejora de las técnicas constructivas durante el arcaísmo derivará en la sistematización y normalización de los lenguajes arquitectónicos, los llamados ‘’ordenes’’. Los principios básicos de los ordenes permanecerán inalterables a lo largo de los siglos fijándose en este periodo los elementos básicos que lo componen. A partir de ahora, los templos griegos se van a regir por estas rigurosas reglas, como canon razonado y sistematizado de elementos relacionados entre sí basado en criterios de proporción. Durante los siglos venideros, los órdenes fueron perfeccionados y experimentarán variaciones en su decoración. Los dos órdenes arquitectónicos básicos son el dórico y el jónico, cuya nomenclatura corresponde con los dos grandes grupos étnicos de esta cultura. El dórico surge en la Grecia continental y en las grandes ciudades de Occidente, mientras el jónico aparece en Asia Menor y en las islas jónicas del Mar Egeo. En las regiones creadas en la regiones orientales la arquitectura presentara monumentalidad, influencia de las grandes construcciones persas. Los ciudadanos griegos, se identificaron con los fundamentos de la cultura helena a través de los grandes monumentos religiosos. A finales del siglo V ac surge el orden corintio, que es una variante decorativa del jónico, siendo más utilizado por los futuros arquitectos romanos que por los griegos. Orden Dórico Aparece en Grecia en la región del Peloponeso y se difundió por toda la península y por las colonias de Magna Grecia. El dórico es el más antiguo. Se encuentra definido totalmente en el siglo VI ac aunque su origen aparece a mediados del siglo V. Tiene gran sobriedad y mesura, se encuentra compuesto por elementos sustentantes como el pedestal o la columna, y por elementos sustentados como el entablamento donde descansa el tejado a dos aguas del templo. El primero de los elementos sustentantes es el pedestal o krepis, formado por 3 escalones los dos inferiores llamados estereóbato y la superior llamado estilóbato. Sobre el pedestal descansa directamente la columna, carente de basa. Las columnas están compuestas por el fuste, compuesto por varios tambores cilíndricos uno sobre otro dispuestos a hueso –sin argamasa- El fuste suele ser más ancho en la zona baja respecto de la zona alta presentando un engrosamiento en la zona central denominado éntasis. El fuste se encuentra acanalado longitudinalmente con estrías en arista viva. Sobre el fuste se coloca el capitel, formado por el equino, de forma circular a modo de cono invertido, y por el ábaco, que es una pieza en forma de prima cuadrangular que remata la columna. Bajo el equino suele estar una fina moldura anular llamada collarino. El entablamento es uno de los elementos sustentados, y está dividido en arquitrabe, friso y cornisa. El arquitrabe es una gran viga horizontal, carente de decoración que descansa sobre el ábaco del capitel. Sobre él, separado por una moldura muy fina, llamada tenia, se encuentra el friso. El friso se divide en triglifos, que son rectángulos con acanaladuras decorativas verticales y en metopas, pequeñas losas cuadradas –lisas o decoradas. Que se sitúan entre los triglifos. El origen de los triglifos está en los elementos verticales que tapaban el extremo de las vigas de la techumbre y el de las metopas cubrían los huecos que había entre las vigas. La cornisa, se apoya sobre el friso. Consta de un alero o geison, para proteger de la lluvia decorado por pequeñas placas rectangulares bajo el que pende una hilera de gotas llamadas mútulos, y de una moldura cóncava denominada sima o cimacio. Entre la cornisa situada sobre el friso y su prolongación sobre las líneas del doble tejado se forma un espacio triangular llamado tímpano o frontón. Los vértices del frontón se adornan con acroteras que son ornamentos tallados en forma de palmeta y en su interior se coloca una decoración escultórica. Orden jónico Surge a finales del siglo VII y se expande por las costas de Asia Menor y las islas del Egeo. El jónico se diferencia del dórico en la forma y proporción de los elementos, especialmente el jónico tiene mayor decorativismo y un canon más alargado. En el orden jónico, las columnas se colocan también sobre una plataforma escalonada, pero descansan sobre una basa circular, estando generalmente formada por plinto, toro y escocia. El fuste jónico es más esbelto, presenta una ligera disminución desde la basa al capitel y carece de éntasis. Aparece acanalado por 24 estrías separadas entre sí por finos listeles lisos. El capitel jónico se une al fuste mediante un collarino decorado con un equino ornado con ovas sobre el que se dispone una almohadilla circular con los extremos enroscados, formando dos volutas. En columnas angulares también se colocan volutas en las dos caras exteriores del capitel. El capitel se remana en un estrecho ábaco rectangular decorado con hojas y dardos. El entablamento jónico tiene variaciones respecto al orden dórico. El contraste entre el arquitrabe dórico, se describe con la división en tres bandas horizontales o fasciae, cuya profundidad aumenta al ascender una sobre otra. El friso es continuo, sin triglifos ni metopas, y puede ser liso o decorado con relieves. En ocasiones el edificio prescinde de este elemento, se dispone sobre el arquitrabe un cimacio decorado con ovas. La cornisa está compuesta por un saledizo y de molduras decoradas con ovas, perlas o dardos. El frontón misma función y forma que el dórico. Orden Corintio No se sabe su origen, aunque se cree que fue creación del escultor Kalimachos. Es una variante del orden jónico, siendo empleado en la época helénica y romana. Se mantiene la forma del fuste de la columna, variando sus proporciones, algo más alargada y se cambia la estructura del capitel. El capitel tiene una forma troncocónica invertida donde se coloca dos filas superpuestas de hojas de acanto y 4 volutas en los ángulos superiores llamados caulículos. Dicha ornamentación termina con un fino ábaco cobre el que se coloca el entablamento, de la misma forma que el anterior orden. 2. Los templos dóricos y jónicos del arcaismo en la Grecia continental y en la Magna Grecia Durante el periodo arcaico los templos se construyen aislados dentro del témenos. El templo es la construcción más característica de este período. Los edificios de la época arcaica se comienzan a construir en piedra, aunque durante un tiempo conviven aún la construcción con materiales perecederos como adobe, madera. El espacio interior del templo, tiene dos espacios contiguos y comunicados, uno de pequeño tamaño llamado pronaos, precedido normalmente por un pórtico con dos columnas in antis flanqueada por pilastras. Posteriormente, se añadió uno nuevo espacio pegado a la cella o naos, pero sin acceso desde ésta, que se llamaba opistodomo, que era el lugar donde se colocaba el tesoro del templo y podía funcionar como una segunda entrada al templo. Sobre esta estructura base, los arquitectos griegos dispusieron diversas variantes relativas al número de columnas y su posición respecto al edificio. En esta época se coloca una doble fila de columnas en el interior de la naos, para sostener la techumbre del edificio y permitir la colocación de una imagen divina en su interior, abandonándose de esta forma la disposición de una única fila de columnas para este fin. En los grandes templos de este periodo, el edificio se rodea de una hilera de columnas por los 4 costados, llamado períptero y si estas no son exentas sino que están embutidas en el muro se denomina seudoperíptero. Si la columnata es doble, se llama díptero, y si la columnata se coloca a la distancia de dos intercolumnios de los muro de la cella, se llama seudodíptero. Ateniendo al número de soportes, se llama dístilo, si tiene dos columnas, tetrástilo si tiene cuatro, hexástilo si son seis, octásilo si son ocho…. No todas los templos tienen una columnata alrededor, sino que sólo tuvieron en cada uno de los lados menores del edificio. Si sólo tienen en la fachada principal, se llaman próstilo, si ocupa el frente y la trasera, se llama anfipróstilo. Si sólo tiene dos enmarcando las antas o pilastras cuadradas que encuadran la puerta de acceso del templo, se llamarán in antis. 2.1. Los templos dóricos arcaicos Dentro de la Grecia continental, el templo más antiguo es el Templo de Hera en Olimpia, edificio in antis períptero y hexástilo (fig 9) Fue construido sobre dos estructuras más antiguas. La planta presenta una estructura tripartida , con pronaos, cella y opistodomos. Su interior, las paredes de adobe colocados sobre un zócalo de sillería, tiene columnas agrupadas en dos filas situadas próximas a las paredes, intercalándose entre ellas unos muros divisorios que crean pequeños compartimentos laterales. Esas columnas fueron en un principio de madera, reemplazándose por unas de piedra. Otro edificio importante del arcaísmo griego es el Templo de Artemis en Corfú, octásilo, in antis y pseudodíptero, cuyo máximo interés radica en las esculturas del frontón, que a partir de ahora se convierte en una de las zonas decorativas más importantes del templo. Construido en piedra, su cella es estrecha y alargada, dividida en 3 naves mediante una doble fila de columnas. Sus muros quedan muy aislados del peristilo debido a la anchura del pasillo que está entre ambas partes. Otros que deben mencionarse son los de Apolo en Corinto, de mediados del siglo VI, tiene dividida al cella en dos partes desiguales e independientes, a las que se accede a través del pronaos y del opistodomos respectivamente, y el de Apolo en Delfos, que es un teplo hexástilo que sigue el modelo del de Apolo en Corinto introduciendo correcciones canónicas; y el Viejo Templo de Atenea, de la segunda mitad del siglo VI en la Acrópolis de Atenas introduce rasgos jónicos en el templo. En Magna Grecia, la planta de los templos dóricos tiene mayor libertad que en la Grecia continental. Características son el protagonismo de la fachada principal en comparación con la posterior, sustitución del opistodomos por una dependencia a la cual se accede a través de la cella, y se denomina ádyton, y mayor libertad en la situación de la columnata exterior. Entre los templos más importante están, la Basílica o Templo de Hera I, en Paestumcon un peristilo casi pseudodíptero de 9 por 18 columnas con adelgazamiento del fuste en su parte superior, con capiteles con el equino muy abierto. El pronaos con 3 columnas in antis y la cella una fila central de soportes que divide la planta en dos partes iguales. En Sicilia se encuentra la acrópolis de Selinuente, donde destaca el Templo C. Tiene una perístasis de seis por 17 columnas muy sepradas de los muros de la cella. Posee una entrada monumental en la se añade una segunda fila de columnas a modo de pórtico. La cella de planta profunda y alargada, y con el adyton al fondo. 2.2. Los Templos jónicos arcaicos Los monumentos construidos en Jonia, al contrario que los del estilo dórico, ofrecen unos caracteres como son la esbeltez de los componentes, la grandiosidad del diseño y la gran decoración. Se edifican en mármol, consecuencia del gusto ronamental, y su planta se encuentra caracterizada por una doble perístalis que rodea a una amplia cella precedida por el pronaos. Cabe destacar el Heraion de Samos. Es un edificio díptero con 3 filas de colulmas en los lados menores. Su planta no tiene opistodomos y tiene una larga cella con doble columnata, al igual que el pronaos. Su construcción en mármol y la belleza de su decoración hicieron que este edificio fuiera un modelo a seguir. El Artemision de Éfeso de tamaño colosal, se trata de un templo díptero con tres filas de columnas en la perístasis por el frente principal y las prolongaron por el pronaos. El fuste se encontraba surcado por estrías de arista viva dóricas, y los tampores inferiores se decoraron con relieves de estilo egipcio y mesopotámico. Templo de Apolo en Dídyma. De mediados del VI ac, modelo díptero pero un espacio interior descubierto con columnas bellamente decoradas. Tesoro de los Sifnios, en Grecia continental, es una construcción pequeña dístilo in antis, en mármol, bella decoración. Se caracteriza por tranformar dos columnas colocadas entre las antas, en estatuas de mujer, son las denominadas Cariátides. 3. El estilo dedálico y los inicios de la escultura monumental. Las imágines votivas exentas: kuoros y kore. La estatuaria del arcaísmo tardío. Los comienzos del relieve arquitectónico y las imágenes funerarias. 3.1 La escultura exenta La figura humana es objeto de atención y de estudio de los escultores. Los artífices de la época arcaica se inspiraron en modelos orientales, como los de Siria, Fenicia y Egipto, aunque pronto crearon un estilo propio asimilando y helenizando su influencia. La escultura arcaica griega tiene un número limitado de puntos de vista (casi siempre dorsal y frontal). El esquema se formó con anterioridad a la época arcaica asimilando características del arte egipcio, si bien las imágenes griegas no tienen el apoyo en la losa posterior y están liberadas del bloque pétreo. Las imágenes masculinas presentan una desnudez total. Los artistas crean las primeras imágenes vinculadas a una necesidad religiosa, sin diferenciar rasgos físicos de hombres y dioses, aunque enseguida se sienten con la necesidad de crear un orden, armonía y la belleza, así como lograr una expresión de vida alejada a los prototipos orientales. Con las innovaciones logradas en los talleres, se llega a concebir en menos de 2 siglos imágenes de gran realismo, cuyos modelos influenciaran en el arte occidental hasta nuestros días. Casi todas las obras originales griegas se han perdido, a excepción de los de la época arcaica, y se conocen gracias a las copias romanas. La mayoría de las obras del arte griego, se crearon para colocarse al aire libre, ya sea como hitos en tumbas o exvotos en santuarias, a excepción de las imágenes divinas que se colocaron en los templos. Las figuras más antiguas proceden del siglo VIII ac, aunque las más grandes son de mediados del siglo VII ac. El material utilizado fue el mármol de las Cícladas y del Pentélico, usándose herramientas de hierro como el puntero o el cincel. Desde finales del siglo VII hasta el año 480, se desarrollan dos tipos de escultura básicos, representaciones juveniles masculinas o femeninas, son las llamadas kouros y kore. Ambos se tallan en gran cantidad con caracteres genéricos estables, que fueron evolucionando con el paso del tiempo. Las funciones pudieron ser múltiples y el significado no está claro. Son prototipos de muchachos y doncellas ofrendados a las divinidades en los santuarios de las ciudades o depositados en las tumbas como monumentos funerarios. No son retratos, sino esculturas votivas y conmemorativas, imágenes sagradas de jóvenes perfectos, llenas de tensión y vida. Algunas se encuentran firmadas por los autores y otras llevan el nombre del donante. Los kuoroi, representan el ideal de perfección física y de belleza efímera del efebo, se combinan en su rostro el naturalismo y el idealismo. Aparecen siempre desnudos, con la cabeza alta, ojos al frente y cuya expresión facial y distribución equilibrada del peso entre las dos piernas. Los korai, son arquetipos de lo femenino, sobresalen por su juventud, belleza… van ataviadas con policromados vestidos y llevan ofrendas a los dioses. Su brazo extendido o cruzado sobre el pecho. Los primeros kouroi, se esculpen en las islas de Delos, Naxos y Samos. En los siglos VII-VI, en Ática y en el Peloponeso se tallan obras de gran tamaño. Las primeras representaciones tienen carácter cúbico y frontal. Tienen una anatomía geométrica, en que destaca la división entre los músculos, con anchos hombros, puños cerrados, pierna izquierda avanzada, con rotulas muy realzadas, enormes ojos abombados, orejas en forma de voluta y largas cabelleras. Un ejemplo es el Kouros de Sunion, de comienzos del VI ac, o las imágenes de Cleobis y Bitón, ambas situadas en la transición del estilo dedálico al arcaico, con gran solidez e hieratismo de las figuras. Con el paso del tiempo, estos rígidos caracteres van cambiando, así la dureza del modelado de los cuerpos se va atenuando poco a poco, las clavículas aparecen correctamente colocadas y la expresión de los rostros es más viva, gracias a la aparición de la ‘’sonrisa arcaica’’. En el Kouros de Melos, la imagen de canon más estilizado y suave modelado corporal, propio del estilo más propio de las islas griegas. En la escultura votiva del Moscóforo, se percibe un avance en el tratamiento del barbado rostro de un personaje que lleva a hombros una ofrenda de un ternero y se encuentra ataviado con una túnica que nos permite ver la evolución de su anatomía. De mediados del siglo es la imagen ecuestre más antigua de Grecia, el Jinete Rampin, ofrecida como exvoto a Atenea en el santuario de la Acrópolis ateniense. Es un aristócrata heroizado que lleva en el pelo la corona del vencedor. Rostro sonriente y refinado, rompe con la frontalidad respecto a la posición del caballo (hoy perdido). En Grecia, la figura femenina evoluciona, desde un primer momento en el que la figura aparece vestida hasta el momento que aparece el desnudo femenino, ya en la época tardía. Las Korai reflejan el ideal femenino, idealizado además con el vestido y el atuendo digno. Son figuras policromadas, cuyo color casi se ha perdido por completo, y la inicial sonrisa evolucionará a una expresión de interioridad. La disposición de las manos evolucionará desde el recogimiento y la futura comunicación entre la escultura y el espectador. Las esculturas más antiguas son rígidas y frontales, con las manos pegadas al cuerpo sólido, del que sólo sobresalen los brazos y los pies. Uno de los principales ejemplos es la Dama de Auxerre, de mediados del siglo VII ac, tallada en piedra caliza policromada vestida con un peplo y un corto manto y peinada evocando los tocados del arte egipcio. Otro ejemplo es el de la Hera de Samos, que es una imagen cilíndrica de gran tamaño y efecto majestuoso. Resaltan los pliegues en diagonal del himation o manto, que contrastan con los verticales del khiton o túnica con lo cual se viste de la manera jónica. Ambas prendas se adaptan al cuerpo como si fuera una segunda piel. Entre las imágenes existentes, las encontradas en el santuario de Atenea de la Acrópolis, las procedentes de Jonia y el Peloponeso, sobresalen por su belleza y perfección. Entre ellas sobresale la Kore del Peplo, del año 530 ac, que muestra un rostro sonriente, enmarcado por suaves trenzas que caen sobre los hombros, esta vestida por un peplo de lana, colocado sobre el chitón que cubre su cuerpo sin ocultar las formas. 3.2. La estatuaria del arcaísmo tardío En el arcaico final se producen unos cambios, como la moda del peinado y la consecución de una postura más relajada y natural. Este tratamiento de la anatomía humana dará paso a una nueva fase escultórica. En el Kouros de Anavyssos se suavizan las divisiones musculares y surgen las marcadas curvas corporales, aunque no tiene el pelo corto todavía. Durante la última década del siglo VI se expresa la interioridad humana como en la Estatua funeraria de Aristódico que pertenece al ideal de belleza del siglo V ac. Las korai muestran una evolución parecida a las masculinas. En el último cuarto del siglo VI se impone el atuendo jónico. Las obras son de excelente modelado, variedad de expresiones y gran refinamiento en peinados y adornos. Un ejemplo es la Kore 675, con amplia sonrisa y ataviada con el precioso atuendo policromado o la Kore 674, con grandes ojos oblicuos y expresión introvertida vestida con un himation jónico. De las figuras más célebres de la época es la Kore de Eutidyco del siglo V con rostro serio, que es obra de un escultor pre-clásico, que le da un nuevo espíritu de vigor y profundidad expresiva. 3.3 La escultura arquitectónica Los mitos se encuentra representados en la arquitectura de los santuarios. En sus templos y tesoros, se esculpen en piedra escenas en relieve en los espacios libres del arquitrabe, en las metopas de los edificios dóricos, en los frisos corridos de los edificios jónicos y en el frontón de ambos edificios. El relieve de la Puerta de los Leones de Micenas, es el referente más inmediato del futuro tímpano de los templos griegos. Además se crearon figuras exentas de terracota que se colocaron en los extremos y en la cúspide del frontón. Para tapar los huecos estructurales del templo, se comenzaron por emplear placas de cerámica decorada, pero con el paso del tiempo se comenzó a usar placas de piedra talladas colocadas en las metopas del arquitrabe dórico. En el frontón se tallaron unas figuras en altorrelieve. En el frontón surgió la necesidad de adaptar las figuras a la forma triangular del frontón. Las figuras erguidas se colocan en el centro del frontón, mientras que las arrodilladas o tumbadas se colocan en los extremos. En los comienzos, son grandes tallas que en ocasiones rebosan el marco arquitectónico, y posteriormente se logra amoldarse al marco. La evolución temática comenzó con monstruos sagrados o animales enfrentados, temática de origen oriental, hasta los temas míticos o heroicos, incluso llegando a esculpirse agresivas escenas bélicas. Los primeros intentos aparecen en los templos dóricos del finales del VII ac cuyos frontones muestran distorsiones en la escala de las figuras y falta coordinación entre ellas. Para colocarlos mejor en el espacio, se comienzan usando temas de monstruos fantásticos o personajes sentados o tumbados como sucede en el frontón del Hekatompedon de la Acrópolis de Atenas, en la cual en una esquina aparece Heracles luchando contra una criatura ictiomorfa, en la otra esquina aparece un ser policromado formado por 3 torsos humanos que finalizan en una cola de serpiente. En el centro del Templo de Artemis en Corfú, aparece la Medusa, enmarcada con dos leones, que corre junto a sus hijos Pegaso y Crisaor. Del Tesoro de los Sifnios, de finales del siglo VI ac, son las figuras policromadas alojadas en el frontón, en el friso y en el pórtico columnado. La técnica del relieve se usa en el friso, y la del bulto redondo en los soportes y en los frontones. En el trasero aparece Apolo y Heracles luchando por el trípode del oráculo de Delfos, ante una imagen de Zeus. En los frisos se tratan temas mitológicos como la asamblea de los dioses. En el friso norte se representa la Batalla de los Dioses contra los Gigantes, llamada la Gigantomaquia, donde Apolo y Ártemis pelean contra 3 de estos seres. Son imágenes condensadas y expresivas. Cabe mencionar también las imágenes de los últimos momentos del arcaísmo, por ejemplo los del Templo de Afaia dispuesta en ambos frontones y alusivas a la Guerra de Troya. Las figuras se encuentran colocadas de forma simétrica y equilibrada, lo cual nos permite un ordenado conjunto ornamental. En el frontón oeste, sobresale la figura del Guerrero caído con gorro frigio, a pesar del dramatismo de la lucha los personajes aparecen sonriendo. En el frontón este destacan las figuras del Guerrero moribundo y de Heracles, figuras con gran fuerza dramática que muestran la épica de Homero. Son figuras menos rígidas y colocadas en un espacio más libre y en ellas se ve como el movimiento y la tensión muscular están muy bien tratados. 3.4. El relieve funerario Las estelas de las necrópolis, colocadas sobre basa y coronada por esfinge protectora, señalan el lugar de la tumba en época arcaica. En ocasiones llevan el nombre del muerto. A finales del VI ac estos hitos se simplifican tomando la forma de una losa en forma de palmenta en la que se talla la imagen del difunto. La Estela del corredor de Maratón donde aparece un joven corriendo desnudo con un casco de hoplita, y la Estela de Aristión, realizada por Aristóteles, se muestra aun hoplita apoyado en su lanza. Esta figura es un perfecto estudio de las proporciones, se superan los viejos convencionalismos egipcios de las dos manos izquierdas y dos pies izquierdos, tallándose con cuidado las superficies del cuerpo y del peinado. 4. La cerámica arcaica: formas, decoración y función. Los vasos áticos de figuras negras y de figuras rojas. Los artistas griegos se expresan a través de la arquitectura, escultura y cerámica. Ésta última constituye un genero propio en el cual se refleja antes y mejor los cambios producidos, como son el movimiento de las figuras o el escorzo. Durante ésta etapa la pintura se realizaba sobre vasos, aunque también existió en murales o tabla. La evolución de la pintura en vasos puede seguirse a través del trabajo iniciados por John Beazley en 1910. Con la desaparición del estilo geométrico surge uno nuevo, llamado Protoático. En él se manifiestan cambios en las formas y decoración de las vasijas, como narraciones de mitos y leyendas griegas y frisos de animales afrontados. La cerámica del arcaísmo se fabrica preferentemente en los talleres de Corinto y de Atenas, usados tanto al uso local como a la exportación. Son mercancías muy valoradas, especialmente en Etruria, donde se llegaron a usar como ofrendas funerarias. Con el paso del tiempo, el estilo miniaturista corintio pierde competitividad frente al ordenado estilo ateniense. Los ceramistas atenienses compiten por lograr vasos perfectos con las partes claramente diferenciadas. Un ejemplo es el fragmento decorado con Los juegos de Patroclo en el que se conserva la firma de Sófilos. Las formas de los recipientes son variados, yendo evolucionando con el paso del tiempo haciéndose más pequeños. Destacan sobre todo el ánfora, la crátera, la copa, el lécito, la hidria, el aríbalo y el kilix. Su destino era servir ofrendas a los dioses en los templos y a los muertos en las tumbas, además se emplearon para mezclar agua y vino para el simpolio o para contener aceites para los atletas. La cerámica arcaica se decoró en dos colores, el rojo y el negro y la figura humana como principal tema. En las escenas predomina el dibujo sobre el color, que emplea una gama muy limitada en la que sobresale el negro brillante junto al color natural. Prevalece una policromía sobre la monocromía del período geométrico añadiéndose los tonos blanco y púrpura. EL trazo decorativo preciso y rápido. Se abandona la composición de escenas en franjas para colocarlas sobre una superficie plana. El patrón decorativo básico se construye con el cuerpo humano masculino como prototipo al que se le añaden atributos que ayudan a la identificación. Los temas basados en la leyenda heroica y mitológica y en imágenes de la vida cotidiana, aunque en Grecia el sustrato mítico se manifiesta muchas veces bajo apariencia real. Técnicamente, tras modelar y pintar el vaso, se introducía en un horno para pasar 3 fases de cocción: 1º dentro de atmósfera oxidante, las partes barnizadas y las reservadas sin barniz se volvían rojas 2º se enhornaba el vaso en una atmósfera de humo para ennegrecerlo 3º se volvían a oxidar las partes reservadas mientras que la zona con barniz permanecía negra Este proceso requería mucha pericia ya que podían surgir defectos en el objeto sino se controlaba correctamente la entrada de aire y la temperatura del horno. En Grecia, los ceramistas tuvieron un gran prestigio hasta el año 475 ac. A partir de ese momento, la pintura de vasos se convirtió en un arte menor, ya que la profundidad y el modelado estaban fuera de sus recursos técnicos. 4.1. La técnica de figuras negras Durante la época arcaica se desarrolla dos estilos cerámicos: el de las figuras negras y el de las figuras rojas. En el de las figuras negras, se fabricaron mediante una técnica introducida por los corintios. Las imágenes aparecen silueteadas en negro y barnizadas sobre el fondo rojo de la arcilla. El pintor dibuja el entorno y los detalles interiores con un estilete metálico muy fino con el que rasca la pintura negra del interior del motivo para sacar a la luz el fondo de color rojo de la arcilla. A esta dualidad tonal, se agregaban en ocasiones el blanco o púrpura. Vaso François, fabricada en el año 570 ac, fue hallada en la tumba etrusca de Chiusi. Se encuenrta firmada por Ergótimos y Klitias, tiene una miniaturista decoración dividida en registros, con motivos geométricos de rayos y palmetas en la base y asas. Se comienza a superponer las figuras en profundidad. El tema son relatos míticos como las bodas de Tetis y Peleo, la muerte de Aquiles o la Centauromaquia. Con Exequias aparecen dos obras magníficas. En la primera, llamada Dioniso en un barco, es una copa y aparece el una composición dinámica la figura del dios del vino junto al mástil del barco junto a una parra, rodeado por los piratas transformados en delfines. La segunda es el ánfora de la escena con Aquiles y Ayax jugando, en la que la masa de las convergentes figuras ataviadas con mantos y armaduras, se contrapone con las divergentes lanzas apoyadas en sus hombros. Otro pintos, fue el Pintor de Amasis, el cual introduce novedades como son las asas de sección cuadrada la ancha banda radiada del pie del vaso y las figuras que se expanden hasta el fondo. La Crátera con Aquiles recibiendo las armas, cuyas figuras pertenecen al mundo de la epopeya y del mito, en una de las escenas aparece el héroe desnudo ante su madre Tetis y las Nereidas, en la otra aparece un cortejo dionisíaco. En esta obra el tono épico del ideal heroico se contrapone con el dinamismo del salvaje mundo de los sátiros. Pese al abandono de esta técnica, los vasos especiales se fabricaran aún con ella, lo cual nos indica la importancia que tenia la decoración cerámica. 4.2. La técnica de las figuras rojas Hacia el año 530 la técnica de las figuras negras se agota, comenzando la difícil combinación de figuras negras y rojas en un mismo objeto y las de fondo blanco lo que le permite emplear uno o varios tonos. Un ejemplo de técnica mixta es el Ánfora bilingüe en el que se pintan dos escenas alusivas a los dioses Apolo y Dioniso. En la de Apolo, aparece éste con ramas brotando de su cuerpo junto a su sequito de ménades y sátiros. En la de Dioniso aparece junto a su hermana Artemis y su madre Leto, y el dios Ares vestido como un hoplita. Tras estos intentos la técnica que triunfó fue la denominada vasos de figuras rojas. Se invierte la manera de plasmar las imágenes, dejándolas sin pintar, mientras que el fondo del vaso se cubre con de barniz negro. Las figuras resultan más reales al pintarse los detalles con una línea de barniz ejecutada con un pincel fino. Esta nueva técnica permite ganar en rapidez y precisión. Desde el punto de vista cromáico se introduce el color blanco. Entre los años 520 y el 500 la narración es sobre todo épica ensayándose el escorzo cuyo giro de la cabeza costará conseguirse. A finales de este periodo (520-500) se inicia el sombreado evolucionando los dibujos lineales a una visión pictórica. Es el momento de la eclosión artística, en el que destacan pintores como Eufronios o Euthymides. El primero utiliza un estilo monumental en el que las imágenes se singularizan por el empleo del escorzo y por su exagerada musculatura. En la Retirando a Sarpedón del campo de batalla, se aborda el entierro de este guerrero efectuado por Hypnos y Tánatos en presencia de Hermes. La escena se acompaña con inscripciones que ayudan a ubicar a los personajes en el espacio. Las obras de Euthymides, resultan innovadoras en el empleo del escorzo y la perspectiva, destacando su Ánfora, en una de las escenas aparece Héctor colocándose su armadura en presencia de sus padres Príamo y Hécuba.