7. UN PLAN.

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7. UN PLAN1
¡Atrás el plan económico y político!
¡Atrás el plan económico y político del Gobierno!
¡A construir comités de solidaridad y lucha!
La ofensiva contra la clase obrera y las masas en general, orientada por el gobierno de los patronos y
dirigida por los partidos que lo integran, es una ofensiva que pretende descargar una vez más sobre los
trabajadores los costos del actual estado de crisis económica y política. Aprovechando a su favor el estado de
confusión y desmovilización existente en el seno de las masas, manipulando las festividades de fin de año, de
una manera sostenida y sistemática, continúa el plan patronal instrumentado en (y) por todos y cada uno de
los organismos del Estado:
Una nueva alza de los combustibles que tuvo paralizada la pesca y la navegación del litoral pacífico sin
que, el día antes de su declaratoria, hubiera sido informada tan siquiera al ministro de Minas; un alza del
transporte de hasta un 50 y más por ciento (como en el Municipio de Bello); en fin, un alza generalizada de
todos los productos muestra, en los primeros días de plena vigencia de la apertura económica, cuál será su
lógica implacable: El régimen pretende que haya más pobres, y para que eso sea posible; para que cada vez
menos ricos sean más ricos, todos los días, será necesario que, cada vez más pobres, sean muchísimo más
pobres.
Mostrando el carácter de las medidas oficiales, entre cínicas, inocuas y ridículas, un importante programa
televisivo anuncia la política del Rudo(lf) ministro: “Se avisa que, ante la injustificada subida de: la
panela, los útiles escolares, las toallas higiénicas, la carne, el pollo, el pescado, los huevos, la
leche, la ropa interior, el papel higiénico, la sal, el transporte, se recomienda no usarlos si no
es estrictamente necesario...”
Los llamados “medios masivos de comunicación” utilizados por la burguesía para hacer propaganda de su
plan, se escandalizan porque “..las comunas del norte de Medellín se han convertido en fábricas de
sicarios...”. Pero callan sobre las causas inmediatas que, de bulto, sin ser las únicas, producen el fenómeno:
La objetiva recesión económica, sobre la que se ha movido la economía en el último decenio, ha dejado sin
trabajo la franja de la población por debajo de los 30 años (y por encima de los 40), unido esto a que hace
ya 12 años no se nombra un sólo maestro para las escuelas públicas primarias y secundarias de Medellín.
Así, una juventud sin empleo y sin educación, perseguida por los “alcaldes populares” cuando se dedica al
rebusque de las ventas callejeras, es obligada a conseguir los medios económicos de subsistencia al servicio de
los capos del narcotráfico.
El DANE, cuyo director nacional “sin querer queriendo” confesaba en una frustrada entrevista que no
sabía bien la respuesta a la pregunta que le interrogaba por el renglón que más afecta a la “canasta
familiar”, dice en sus mentirosas (por optimistas) estadísticas que la inflación pasó, en 1990, la barrera del
32%. En la lógica patronal del Gobierno y el Régimen (y los partidos que lo orientan) la solución al
problema es bien sencilla: hacer “más rentable” al capital, quitar impuestos a los dueños de las empresas y
descargar furiosos golpes contra las masas de los trabajadores y desempleados.
Por eso las alzas (para que los pobrecitos dueños ganen más y no se guarden la platica). Por eso la exención
de impuestos a los grandes capitalistas (a ver si se animan a explotar a los trabajadores colombianos). Por
eso el aumento del IVA en porcentaje y en cobertura del número de artículos y servicios gravados (a ver si de
los bolsillos de los trabajadores sale con qué pagar el déficit fiscal). Por eso la dolarización de las economías
(a ver si los monopolios imperialistas aumentan el control de la economía y a ver si los dólares que tienen
que ser lavados dejan de hacerlo en otra parte). Por eso se anuncia que las tarifas del transporte “se
congelan hasta julio” (a ver si queda en claro la promesa de que a mediados del año vuelven a subirlas). Por
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Boletín número 2 del Comité de Solidaridad con los Trabajadores en Conflicto
eso el salario mínimo sólo sube en un 26% (a ver si por fin nos tragamos el cuento según el cual los
culpables del desempleo son los sindicalistas y no la lógica del funcionamiento del capitalismo). Por eso se da
continuidad a la upaquización de las tarifas de los servicios públicos (a ver si se cumplen cabalmente las
imposiciones del Fmi). Por eso, aprovechando la confusión, y tomando a favor de la patronal los buenos
servicios de muchos dirigentes sindicales, sabiendo que no hay una movilización obrera y popular que impida
la aplicación de sus medidas (ni tan siquiera un pronunciamiento al respecto de parte de las Centrales y las
principales organizaciones de izquierda contra las medidas de “año nuevo”), el gobierno sanciona en
Cartagena el paquete de medidas económicas...
La fatídica reforma laboral reorganiza aún más a favor de la patronal el ya nefasto decreto 2351 de 1965.
Los patronos quedan con las manos libres para despedir trabajadores cuando les dé la gana. A la triste
indemnización ya no se sumará siquiera las cesantías perdidas (queda claro en el nuevo código que con las
cesantías se van a seguir pagando las matrículas y pensiones de los “pelaos”). El fuero sindical queda
prácticamente suspendido, el derecho de huelga liquidado a punta de restricciones. Legalizadas las empresas
de empleo temporal, el eje del desarrollo económico queda definido en los contratos a término fijo que hacen
imposible la sindicalización que aún sin entrar a regir el nuevo régimen se ha reducido a casi un 8%.
Mientras tanto, los balances de las principales empresas anuncian sus ganancias en cifras de miles de
millones al tiempo que el Rudo(lf) ministro anuncia que los de abajo tenemos que seguir apretándonos el
cinturón para que la “economía nacional” funcione, es decir, para que los patronos puedan engordar sus
cuentas bancarias.
Todo esto coincide en el tiempo (por las mismas causas) con el anuncio de los dirigentes de la Sac en el
sentido de que ya hay recesión en la producción agraria, es decir que habrá hambruna para el primer
semestre. Y a esta recesión, anuncian los dirigentes bancarios e industriales, se sumará la recesión industrial
como resultado mediato de las últimas medidas económicas del Gobierno.
El manejo de los conflictos obrero-patronales en lo que va corrido del año, ratificó el sentido de las políticas
que venimos denunciando en este boletín. Así por ejemplo: más de mil despedidos por el “alcalde popular”
en la Edis, los miles de despedidos por el cierre de empresas, la arbitraria declaratoria de empleados
públicos a los obreros al servicio del Municipio de Envigado mediante una alcaldada típica de otro “alcalde
popular”, el contrapliego presentado por la administración departamental que pretende arrebatar
reivindicaciones básicas de los trabajadores del Departamento de Antioquia y la total ausencia de ofertas de
la patronal en la mesa de negociaciones de los principales pliegos que se están discutiendo actualmente,
muestran, como en Caracol, ya desde los primeros días del año, cómo pinta el carácter reaccionario y
retrógrado de la fusión de la patronal y el Estado en el régimen que van a desplegar durante todo este
período si no le oponemos nuestra lucha.
En medio de todo esto, las medidas represivas se intensifican y las noticias sobre las masacres cotidianas
siguen encabezando las primeras páginas de los diarios en los primeros días del año. En tanto, desde
diferentes sectores, en el seno de la Constituyente, se maniobra para que sus decisiones ratifiquen los
mecanismos del pacto social sobre el que vienen rodando los diferentes proyectos gubernamentales. La política
general que la Constituyente va a sancionar no es otra que la que ya está funcionando en los hechos.
Mientras esto ocurre en el país, dentro de la misma dinámica del capitalismo en el mundo entero, diversas
fuerzas imperialistas, bajo el rimbombante nombre de “Los Aliados” se aprestan a agredir al pueblo iraquí
contando con el voto de la representación colombiana en el Consejo de Seguridad de la Onu. Esta agresión
no es menos criminal porque esté “autorizada jurídicamente”, o porque los invasores lo hagan a nombre de
los “principios democráticos”, o para castigar a un bandido como Hussein. Porque, tengámoslo claro: esta
agresión no es más que un primer acto de la rapiña imperialista que se desata en torno a sus intereses
económicos. Esto ocurre sin que el Consejo de Seguridad de la Onu diga una sola palabra sobre la
permanencia de las fuerzas de invasión de los Estados Unidos en Panamá, o sobre la presencia de las
fuerzas sionistas en los territorios palestinos invadidos en los últimos años. Tampoco dicen una sola palabra
sobre los preparativos de invasión al Perú, donde el pueblo avanza en un proceso revolucionario triunfante.
El primer acto concreto en la preparación de esta invasión está en los acuerdos secretos del pacto de
Cartagena cubiertos con una supuesta política internacional “contra el narcotráfico”.
Queda a los trabajadores organizar la lucha de resistencia contra el plan económico, político y social de los
patronos y su gobierno, que es tuerca y tornillo del plan imperialista. Invitamos a construir y (o) fortalecer
Comités que permitan coordinar y potenciar la lucha de los trabajadores; organismos con el mismo carácter
de nuestro Comité de Solidaridad con los Trabajadores en Conflicto, o, en todo caso, a extender formas de
organización y de lucha que permitan potenciar nuestra pelea.
¡Fuera yanquis del Golfo Pérsico, Panamá, Perú y toda América Latina!, ¡Abajo la antiobrera Reforma
Laboral!
Comité de Solidaridad
con los Trabajadores en Conflicto
Enero de 1991
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