Hominización y humanización Margarita Perez de Nucci de Apás JTP Cátedra de Antropología Médica FM UNT La pregunta qué es el hombre es un caso particular de la pregunta ¿Qué es la vida? La posibilidad de comprendernos a nosotros mismos depende en gran medida de la habilidad para descifrar los datos del pasado. El presente es sólo un punto en el largo flujo de las edades, la vida es una y continúa en el espacio y en el tiempo; La cuestión del origen de la vida se ha intentado responder desde 2 ámbitos distintos: la religión y la ciencia. Las religiones apelan a las enseñanzas tradicionales, a las comunicaciones de la Divinidad con los profetas o grandes hombres de la divinidad; a los relatos míticos y epopéyicos transmitidos en formas orales o recogidas en los libros sagrados; las ciencias en cambio procuran analizar los datos observados, los documentos encontrados y los hechos que intentan explicar. Las religiones se aceptan por la fe por respeto a las verdades tradicionales en cambio las teorías científicas por la evidencia y por la demostración científica. La mayoría de las religiones afirman de manera más o menos explícita que el universo procede de Dios (o de los dioses). Para el hinduismo (s. X a C.) todo lo que existe procede del dios Brahma; según los babilónicos (s. XIX a. C.) el dios Marduk creo el sol y la humanidad; si nos centramos en la tradición judeocristiana a la que pertenece nuestra cultura, el relato de la creación consigna en el Génesis, que Dios crea al hombre y a todo lo que existe de una vez y para siempre, con caracteres inmutables (teoría fijista). Frente al fijismo que sostenía la creación inmediata, directa de cada una de las especies animales y vegetales, el evolucionismo hace descender las especies actuales por progresiva especialización y diferenciación de uno o pocos troncos primitivos llamados phyla (linaje, tronco, estirpe).Los organismos actuales descienden de formas más primitivas que a través de innumerables generaciones se han modificando en el transcurso de los tiempos geológicos. Lo más perfecto viene de lo menos perfecto, lo más especializado de lo menos especializado. El evolucionismo ofrece el marco general para entender cómo el hombre, su cuerpo y su mente proceden de una larga cadena evolutiva. Como antecedentes de la teoría evolucionista se puede señalar a la concepción fijista o estática: creencia en la inmutabilidad de las especies. Creencia sostenida desde Platón, Aristóteles, sostenida por los relatos bíblicos y defendida en el siglo XVIII por Linneo y en el siglo XIX por Curvier, que sostuvieron que las especies son invariables y fijas desde su creación. Fue Lamarck ( 1744-1829) quien hizo la primera formulación rigurosa del evolucionismo. La explicación lamarckiana sostiene que la vida se desarrolla en un medio determinado en el que se producen cambios que obligan al viviente a adaptarse pues le surgen nuevas necesidades y además los organismos poseen un impulso interno hacia la perfección. Para adaptarse 1 se desarrollan nuevos órganos o se atrofian los ya existentes. Estas modificaciones se transmiten por herencia a los individuos de la misma especie. El lema de Lamarck era la función hace al órgano, por ejemplo las jirafas tendrían el cuello largo por que durante muchas generaciones lo habían estirado con el fin de llegar a las hojas de los árboles. Esta afirmación, desmentida posteriormente por los estudios de genética, se basa en la afirmación de que se heredan las modificaciones adquiridas durante la vida del individuo. La formulación más madura del evolucionismo fue propuesta por Darwin ( 1809-1882) en su obra La teoría de las especies, publicada en 1859 donde presenta dos ideas esenciales: la primera que todo lo viviente desciende de formas anteriores más primitivas, la segunda que esa evolución se debe a la selección natural. Las posiciones evolucionistas del s. XVIII y de comienzos del s XIX tuvieron una débil resonancia en su época, ya que el criterio dominante era el de la invariabilidad de las especies, defendido entre otros por Cuvier, considerado uno de los padres de la paleontología. Según esta teoría fijista o fixista, todas las especies son invariables y por lo tanto no existe evolución. La explicación para la aparición y desaparición de las especies era, diversas creaciones sucesivas debida a grandes cataclismos geológicos. Darwin fue el primer científico que de manera explícita defendió la evolución de todas las especies vivas incluido el hombre. Si bien Lamarck había formulado una teoría evolucionista, no incluía al hombre dentro del proceso. En 1859 Darwin publica El origen de las especies donde formula la teoría de la selección natural basada en la supervivencia del más apto y la lucha por la existencia. Para él no existe ningún presupuesto determinista o finalista dentro de la evolución, sino que todo es un puro mecanismo probabilista, es decir, que el proceso de la evolución no se encuentra trazado no orientado a ningún fin, sino que depende del juego de fuerzas que en él intervengan. Todas las especies tienden a multiplicarse hasta saturar el habitat, cuando esto ocurre y comienzan a escasear los alimentos, entonces comienza la lucha por la supervivencia y lograrán sobrevivir los más dotados. Estos transmitirán sus caracteres a sus descendientes, que a su vez vivirán más que los descendientes de los menos dotados; de esta manera actuando sobre los individuos se van modificando las especies y originando especies nuevas. En la época de Darwin no se sabía cómo se producen esas variaciones casuales que resultan útiles, ni cómo se transmiten de generación en generación, serán los avances en e campo de la genética los que permitirán posteriormente aclarar el proceso. Así los individuos de una población están expuestos a una serie de mutaciones que se producen al azar independientemente de que sean ventajosas para sus poseedores; la selección natural preserva y multiplica las mutaciones ventajosas y elimina las dañinas; algunas mutaciones pueden producir casualmente modificaciones gracias a las cuales los individuos se adaptarán mejor al ambiente en que viven, mientras que por el contrario otras mutaciones introducirán variaciones perjudiciales para los individuos. El que una mutación pueda ser útil o inútil, viene determinado por el medio ambiente en que se vive. 2 Los descendientes generalizarán la nueva variación de la que son portadores en su código genético. Podríamos decir que mutaciones y selección natural se complementan; las mutaciones no siguen finalidad ni orden alguno; sin las mutaciones no habría variabilidad ni cambio, sin la selección natural la variabilidad sería caprichosa y generalmente perjudicial. Si hacemos referencia a la evolución ya no hablamos de una hipótesis, sino de un proceso, de una ley biológica a la que están sometidos todos los seres vivos. Se podrá discutir sobre los mecanismos o factores pero no sobre el hecho como tal. Hoy ya no hablamos de evolución biológica sino de evolución cósmica, como un hecho generalizado que afecta a la realidad toda. De esta manera podemos hablar de cosmogénesis, biogénesis y antropogénesis. Cosmogénesis: Según la teoría de Eddington elaborada hace más de 50 años, hace 20.000 millones de años que comenzó la hora cero, nuestro sistema solar se formó hace 5.000 millones de años y nuestra tierra comenzó a enfriarse hace 4.500. Biogénesis: hubo aproximadamente 600 millones de años sin vida: era azoica; después aparecieron los organismos unicelulares y los pluricelulares aparecieron hace 700 millones de años que llevaron a la vida las casi 2.000 millones de especies conocidas hoy en día. El último eslabón de este proceso es el hombre que apareció hace 2 0 3 millones de años. A pesar de todos los datos aportados, no estamos frente a una teoría excluyente, definitiva y completa, por el mismo carácter provisional de la ciencia. Hay aproximadamente 28 teorías diferentes; de cualquier manera, a medida que se siguen analizando los datos de las diferentes ciencias naturales, se manifiesta que: Todas las especies vivas están sometidas a un proceso de evolución. Que la vida sigue evolucionando. Que las especies más desarrolladas proceden de las menos desarrolladas. El descubrimiento del ADN, los progresos en la paleontología y la genética han supuesto notables avances en la comprensión de la evolución. En el proceso de evolución intervienen por lo tanto la selección natural y la acción de las mutaciones genéticas. Por lo tanto la dirección y velocidad de la evolución está condicionado por factores como: la influencia del medio o cambios ambientales, la longevidad de los individuos de la especie, el número de especimenes afectados por la variación, la amplitud y características del proceso mutacional, la relación de uno especimenes con otros, etc. Atento a esto y sin que sea del todo exacto podemos decir que en el orden de los vertebrados, las especies que viven más tiempo, poseen un cuerpo de tamaño grande, tienen largo proceso de gestación, descendencia reducida, evolucionan con mayor lentitud que aquellas que poseen un cuerpo pequeño, ciclo vital corto, gestación corta, y número amplio de descendientes. ( el elefante evoluciona más lentamente que las ratas y los conejos). En el proceso de evolución numerosas especies han desaparecido sin producir variaciones y otras han originado una larga familia; qué las diferencia?, qué puentes unen unas especies con otras?; hay muchas teorías para dar estas respuestas, se puede hablar de tendencias predominantes a las siguientes leyes: Ley de diversificación: el número de especies tiende a aumentar con el 3 paso del tiempo: los primates se diversifican en prosimios y antropoides, y estos en monos, grandes simios y humanos. Ley de irreversibilidad: cuando un órgano se pierde o entra en regresión ya no vuelve a aparecer en las nuevas especies; tampoco ninguna especie desaparecida; la pérdida de cola en los antropoides, persiste. Ley de ortogénesis: el proceso tiende a la perfección, las estructuras son cada vez más complejas: del homo erectus aparece el homo habilis. Ley de la cerebración creciente: conforme ascendemos en la escala evolutiva se va produciendo el perfeccionamiento del sistema nervioso, un mayor desarrollo del cerebro. Ley de subjetivación creciente: con el desarrollo del cerebro y la centralización de sus funciones, se produce también una distinción entre los individuos, un aumento de la conciencia, y autonomía funcional. La especie Humana Se entiende por proceso de hominización el proceso mediante el cual se fueron configurando las características anatomofisiológicas que acabaron por modelar al ser humano. La necesidad de sobrevivir en un nuevo medio, como consecuencia de un cambio climático, es decir el desafió ecológico, fue lo que quizás inició e3l largo proceso evolutivo que llevó del homínido al ser humano. Desde el punto de vista filogenético, la especie humana y los póngidos se encuentran en la familia de los primates. La posición bípeda constituye el primer eslabón de la humanización, ya que es la posición propia del hombre, no forma parte de la información genética, cada niño debe aprende a asumirla, este hecho es de por si importante ya que supone aprendizaje. El punto de partida de la naturaleza humana es la elección, con todas las dificultades que esto conlleva: pie plano, várices, hernias, etc. esta posición debió constituir para nuestros ancestros una formula no deficitaria y obedecer a imperativos precisos. Durante el Mioceno, la sequía hace que el bosque retroceda, y sea desplazado en parte por la sabana; un gran número de primates antropomorfos se vieron obligados a vivir en zonas más descubiertas, lo que significa que el cambio climático y la consecuente modificación en la vegetación hizo que algunos primates se adaptaran a la sabana. El cambio de un horizonte cerrado a uno abierto, con distancias no manejables impuso modificaciones en la alimentación y en la seguridad vital. La alimentación opera como imperativo en la adaptación de los órganos prensiles y masticatorios; la selección y exploración de los alimentos exige mayor precisión para localizarlos y alcanzarlos; esto influye en la relación espacio- percepción; La adaptación de la posición erecta supuso por parte de los primitivos homínidos, toda una serie de modificaciones anatómicas: los pies se especializaron en su función sustentadora, la pelvis y la columna vertebral sufrieron transformaciones, aumentó el tamaño del cerebro. La posición erecta bípeda trajo como consecuencia el alargamiento de los miembros inferiores; el pie humano favorece el equilibrio y la marcha, posee una forma curva, su planta es abovedada, y sólo apoya el antepié y el calcáneo lo que le facilita alargar el paso, el equilibrio y una gran flexibilidad; en los póngidos el pie no ha perdido su capacidad aprehensora y por lo tanto está muy débilmente adaptado a 4 soportar por sí solo el peso del cuerpo y el esfuerzo de la marcha. La pelvis en el hombre es más corta y ancha en la que descansa todo el peso del cuerpo que de manera equilibrada se transmite a las piernas. La columna vertebral se une con el cráneo y con la pelvis, pero en los póngidos como en la mayoría de los mamíferos la columna se une con el cráneo en la parte posterior, mientras que en el hombre la unión ocupa una posición central permitiendo un perfecto equilibrio de la cabeza y la columna, en los póngidos la cabeza " cuelga" hacia adelante. Sólo en el caso del hombre la transmisión del peso del cuerpo y del cerebro a la pelvis se realiza en dirección vertical. El bipedismo y la posición erecta favorecieron la liberación de la mano de su función sustentadora y la dejaron libre para otras tareas; los brazos se hicieron más cortos, y las manos adquirieron mayor habilidad y especialización. Con la adaptación progresiva al suelo, el homínido necesitaba mantenerse lo más erguido posible con el fin de vigilar y explorar el entorno. Resulta fácil comprender el valor de supervivencia que supuso sostenerse de pie y andar erguido sin gran fatiga. El mantenerse erguido trajo consigo cambios anatómicos: Pérdida de la capacidad prensil de las extremidades inferiores, dejando de ser oponible el dedo gordo. Acortamiento de los dedos del pie. La modificación de la planta del pie, plana y musculosa, en los póngidos y que adquiere en el homínido la forma arqueada. La modificación de la pelvis que se hizo más ancha y corta La curvatura en forma de s de la columna vertebral La aparición del agujero entre los huesos largos de la pierna, tibia y peroné, permitiendo un mayor refuerzo muscular. La verticalidad de la cabeza con respecto de la columna vertebral que facilita mirar mejor hacia adelante. La mano humana es más corta, ancha y posee un pulgar oponible. En el homínido las manos se fueron modificando, los dedos desarrollando un movimiento más armónico y el dedo pulgar quedó opuesto a los demás, posición que permitió el efecto pinza, es decir el poder agarrar los objetos. De esta manera en el proceso de hominización pudieron producirse una serie de acciones y reacciones que posibilitaron una serie de avances entre los que podemos mencionar: Todos estos cambios hacen que desaparezca el aspecto de fiera y emerja el rostro humano. La posición erecta, el bipedalismo, la liberación de la mano, la forma de la columna vertebral y el conjunto de modificaciones consiguientes, guardan una estrecha relación con el tamaño del cerebro; sólo un ser que camina completamente erguido puede poseer un cerebro tan desarrollado y a la recíproca, sólo un ser que posea un cerebro tan desarrollado puede marchar tan erguido. Todos estos elementos guardan una relación dialéctica, cada modificación en una de ellas repercute en todas las demás y la modificación de éstas repercute en las anteriores, cuyas modificaciones vuelven a repercutir en las restantes etc. La aparición del ser humano es el hecho más notable de la evolución biológica, una vez conseguidos los caracteres que lo hicieron posible, proceso de hominización se produjo un cambio cualitativo proceso de humanización, es decir el paso de la evolución biológica a la evolución cultural. El ser humano apareció sobre la Tierra en un tiempo relativamente reciente y si lo comparamos con sus 5 parientes homínidos, podremos constatar que las diferencias más significativas no se refieren a la anatomía sino que se refieren a la conducta, a la transmisión de experiencias que le han permitido modificar el hábitat de acuerdo a sus necesidades. Donde se instalan grupos que inician modificaciones morfológicas también se plantea el problema de la rivalidad para adquirir derechos: el derecho el nido ecológico propio. La integración comporta gran violencia; es probable que en un primer momento la debilidad física de nuestros ancestros les impusiera como única salida la huida; la probable mortandad debió ayudar a la búsqueda de protección y en un segundo momento a los medios defensivos. La utilización de los instrumentos, modificación y posterior fabricación marca la transición de una respuesta animal a una no animal. El concepto de manipulación es un hecho cultural: es utilizar lo dado de acuerdo a las necesidades. El uso y control del fuego debió estar precedido de largos períodos de perdida y conservación del fuego natural; su utilización parece situarse hace 700.000 años, y supuso aumentar el valor digestivo y nutriente de los alimentos; el calor del fuego lo protegía de las fieras y del frío, y puso límites a su nomadismo: la célula familiar se convierte en hogar: el término hogar viene de focus que significa fuego, fogón, de donde viene nuestro vocablo foco. Según numerosos antropólogos, una vez surgido el homo erectus, el cerebro comenzó a dirigir la conducta, a dictaminar lo que el cuerpo debía hacer, lo que la mano debía ejecutar. Entre el cerebro y la mano pudieron producirse toda una multiplicidad de acciones que fueron perfeccionando la capacidad reflexiva y técnica del ser humano. La capacidad craneana en el ser humano es de 1.800 cm3, en los póngidos es solamente de 500 cm3; la progresión en el tamaño y la complejidad del cerebro humano va acompañada de una plasticidad funcional, la moldeabilidad de la conducta evidencia a su vez la parición de las facultades superiores: inteligencia, imaginación, libertad, lenguaje intencional. Resumiendo las transformaciones morfológicas que se dieron: La posición erecta. Crecimiento de la talla. Dentición Molares y premolares más pequeños en el hombre. Desarrollo del cerebro. Además de los rasgos anatómicos mencionados son distintivos del ser humano: El lenguaje articulado: único animal que ha desarrollado una comunicación simbólica. La organización social: resultado de una cooperación dentro del grupo, que permite el reparto de funciones. La fabricación de instrumentos que atiende a los apremios por satisfacer las necesidades de defensa y alimentación. La prolongación en el período de aprendizaje: es el animal que más ha alargado la dependencia del niño con respecto a sus progenitores. Se puede asegurar que los antecesores del hombre surgieron en África, de ahí emigró a Asia al Oriente y a Europa, mediante un largo proceso de adaptación y evolución dio origen al hombre de Neandertal; a través de un largo y dificultoso proceso fueron surgiendo las características humanas: adquisición del bipedalismo y primeros utensilios ( australopitecus), el desarrollo de la capacidad craneana ( homo habilis) y finalmente con los neandertales y cromagnon, el descubrimiento y la utilización del fuego, 6 distribución de la vivienda en habitaciones, los ritos religiosos y fúnebres, el arte y la agricultura. Este recorrido se inicia hace 4,5 millones de años cuando aparece el homínido más antiguo, y desde hace 30. 000, cuando surge el hombre actual, no hay evidencias de cambios genéticos importantes. El hombre es un ser industrioso que no para de inventar y transformar a la naturaleza, diseña y fabrica instrumentos que potencian y prolongan sus limitaciones; incapaz de vivir en la naturaleza la transforma y la adapta a sus posibilidades: el hombre no vive en un medio natural sino en una naturaleza transformada. Por ello es capaz de vivir en cualquier hábitat a diferencia de las especies animales que necesitan un nicho ecológico propio. El mundo humano es un mundo abierto, donde la respuesta no está programada, el hombre no está condenado a una sola opción de vida; la evolución ha hecho del hombre un ser carencial e inadaptado a un medio concreto, pero al mismo tiempo como seres abiertos e indeterminados estamos dotados de una capacidad única de aprendizaje. Ambos caminos nos conducen a un mismo punto: la necesidad de conocer y actuar para superar nuestras limitaciones. El hombre está biológicamente obligado a fabricarse una segunda naturaleza, la cultural. El término cultura es de moderna utilización; hasta hace 200 años sólo significaba cultivo de los campos ( del verbo latino colere) agricultura, apicultura; a lo largo del s XIX se utiliza para hacer referencia al cultivo de las capacidades humanas que proporcionan un tipo de conocimiento propio de las clases ociosas, cultas o de espíritu más cultivado. Desde esta perspectiva subyace todavía la utilización de la palabra culto en referencia a un refinamiento individual relacionado a una clase social. Pero en un sentido técnico, tal como es utilizado por los etnólogos, antropólogos o historiadores cultura es el conjunto de todos los elementos constituyentes de la vida humana que son aprendidos y enseñados socialmente; así no existen sociedades, ni hombres sin culturas, aún cuando las variaciones y complejidades entre las culturas puedan ser diversas. Las definiciones de cultura, al destacar el carácter social y adquirido parecen contraponerla con lo natural, lo congénito, lo innato; lo natural que es lo que forma parte de la natura, es el vocablo latino que se traduce por naturaleza y que corresponde al griego physis. Cuando la palabra naturaleza se escribe con mayúscula Naturaleza, se refiere al conjunto de lo natural, lo que no es artificial o creado por la técnica del hombre, en este sentido el hombre es un ser natural pues forma parte de la naturaleza. A partir del s V AC el mundo griego estableció la contraposición entre aquello que es por naturaleza, es decir que tiene un modo de ser propio, y lo que es por convención o sea que decidimos que así sea, pero que podría ser de otro modo: la oposición entre physis y nomos (conjunto de creencia).En el debate que plantearon los griegos las posiciones fueron muy diversas, aunque todos compartían una valoración alta de lo natural; para algunos no existía contradicción entre phyisis y nomos puesto que la cultura es un desarrollo de la naturaleza, para otros los mandatos de la cultura son lo opuesto a lo natural y planteaban la duda sobre cuál hay que obedecer; para otros la cultura es un obstáculo para el desenvolvimiento 7 espontáneo de lo natural; en cualquier caso, prevaleció la idea de que el hombre es un ser social y político por naturaleza, es decir ser cultural está en la naturaleza humana: el hombre es por naturaleza un ser cultural. La cultura no es un agregado extrínseco que el hombre voluntariamente puede rechazar, sino que constituye un elemento propio y consustancial; el ser humano sólo adquiere su verdadero desarrollo y características personales, conviviendo con otras personas dentro de un ámbito cultural, o sea perteneciendo a una cultura. Los elementos de una cultura son los diversos patrones, conocimientos, instrumentos, valores, símbolos, que relacionados entre sí contribuyen a la cohesión social, a la resolución de los problemas, a la determinación de la idiosincrasia. Aunque el contenido varía de una sociedad a otra, constituyen los elementos fundamentales de una cultura y las personas los utilizan para ordenar su conducta y llevar a cabo sus acciones. Siguiendo a Malinowski los podemos agrupar en 2 categorías: Elementos instrumentales: son los realizados en objetos materiales y cuyo destino se orienta a satisfacer las necesidades básicas. Alimentación, vestido, comodidad, transporte, etc. Elementos ideológicos: se encuentran integrados en un conjunto de normas y valores que tienden a dar coherencia y organización al pensamiento y comportamiento humano. los sistemas simbólicos; los principios éticos y morales; las instituciones sociales; la ciencia y sus teorías; las tradiciones y costumbres; los prejuicios, gustos y sentimientos. Desde la contraposición de lo natural y lo cultural podemos preguntarnos: hasta qué punto lo corpóreo es una realidad natural?, si asumido como lo innato el organismo parece que no sólo condiciona e influye en nuestras acciones sino que las determina, permite o limita nuestras posibilidades de elección. Aceptar esto es aceptar un determinismo biológico. Pero también debemos considerar el hecho de la construcción cultural de lo biológico: la notable influencia de la educación por ejemplo en la progresiva disminución de la espontaneidad, en los códigos de autocontrol, en los cambios de vivenciar nuestro cuerpo, las diferencias entre los estereotipos masculinos y femeninos. Resumiendo podemos decir que la cultura humana es: Social, porque es un proceso que se hereda socialmente; la cultura representa la vida social al punto que no puede haber una sociedad carente de cultura, no correlativamente una cultura sin sociedad. Plural, no es única ni uniforme, sino que cada grupo humano posee modos de ser y de vivir propios; se fragmenta en una desconcertante formación de modalidades locales con hábitos propios que difieren de las restantes. Simbólica, el ser humano es el único animal que tiene palabra, la cultura está mediada por el lenguaje. Aprendida requiere ejercicio, orientación e instrucción; el hombre se beneficia de la experiencia de los antepasados Histórica, el hombre es el único animal que tiene conciencia del tiempo por lo que su herencia se enriquece progresivamente; cuando nace no empieza de cero, sino arranca de la tradición en la que4 tendrá que hacer su propia vida. Esta unidad de la vida como tradición que se entrega como herencia del pasado, que se actualiza en el 8 presente y que interpretándola esboza sus posibilidades de realización futura es la esencia de la historia. Lic. Margarita Pérez De Nucci de Apas Bibliografía: Ayala, F: Origen y evolución del hombre. Alianza Universidad, Madrid,1980. La naturaleza inacabada. Salvat Editores, Barcelona,1994. Darwin, Ch.: El origen de las especies. E:D:A;F:, Madrid, 1985. Gehlen, A.: El hombre, su naturaleza y su lugar en el mundo; Ediciones Sígueme, Salamanca, 1980. Lorite Mena, J: El animal paradójico; Alianza editorial. Madrid,1982. Moya, A: Sobre la estructura de la teoría de la evolución; Editorial Anthropos, Barcelona, 1989. 9