Impacto de la racinalidad objetiva en la sociología.

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Impacto de la racionalidad
objetiva en la sociología
Christian López, Lorena Tabarez1
Resumen:
La sociología como ciencia se encarga de estudiar la realidad de las entidades sociales
tal cual son, a la sociedad que está integrada por esta diversa gama de grupos
relacionados entre sí por la vida humana, y a las pautas culturales y el producto de
estas. Hereda por lo tanto un objeto de estudio inacabado, que cambia y se transforma
incesantemente. Es por lo tanto, una ciencia que tiene un modelo como tal y que a lo
largo de la historia como veremos a continuación, se irá encaminando hacia una
concepción de la vida y del mundo basada en argumentos e investigaciones científicas.
Palabras clave: modernidad, ciencia, racionalidad.
Introducción
El nacimiento de la Sociología como una ciencia social se ubica a fines del siglo XVIII
y principios del siglo XIX. Nace en Europa como respuesta de los intelectuales para
explicar los cambios que se presentaron en esa parte del mundo, tanto en lo económico,
político y social. En esta época el modo de producción capitalista, que se gestó en el
feudalismo, empezó a predominar sobre el modo de producción de la época feudal; la
artesanía y la manufactura dejaron de forjar las bases de la economía de la época siendo
sustituida por fábricas capitalistas. Del mismo modo, se intensificó el dominio
económico de la ciudad sobre el campo, provocando así la desaparición de gran parte
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Estudiantes Magisteriales, Primer año B. IFD “Dr. Emilio Oribe”. Año 2011.
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del campesinado. Con estos cambios se produce (acompañados por una revolución
industrial), el avance de las grandes ciudades. A su vez sucedieron grandes cambios en
lo político, pues se le quita el poder a la nobleza feudal.
A través de la historia vemos que en definitiva en los distintos grupos sociales ha
existido la casi necesidad de enfrentamiento de ideas, concretas o dispersas, basadas en
sus propios intereses de grupo y con relación a la producción, el comercio, la industria,
y la generación de un contexto político favorable para que estas concepciones del
mundo se unifiquen y lleven a cabo sus proyectos. Es la lucha por la hegemonía, por la
dominación. Es la capacidad del grupo para unificar los distintos grados de conciencia,
de mentalidad, y en fin, de dirigir un consenso hacia la ejecución de conceptos que
transformen y la introducción de de estos en la vida de las demás personas.
Surgimiento de la sociología como ciencia
El razonamiento sociológico lo podemos remontar desde los tiempos de la antigua
Grecia. Las tendencias características en el pensamiento sociológico de los antiguos
griegos se pueden rastrear el origen al entorno social. Durante la ilustración del siglo
XVIII, lo social y las actividades del hombre cobran gran interés. Escritores como
Voltaire, Montesquieu, Giam Battista, se interesan por analizar las instituciones sociales
y políticas europeas. Henry Hume, inicia el estudio de las causas del cambio social, y
tras él surge una corriente conservadora, muy interesada en saber las razones de los
cambios y estabilidad existentes en la sociedad.
La sociología académica moderna surgió como reacción a la modernidad, el
capitalismo, la urbanización, la racionalización y la secularización, teniendo un interés
particularmente importante en el surgimiento del estado nación moderno, sus
instituciones componentes, sus unidades de socialización y sus medios de vigilancia.
Sin embargo la palabra "sociología" fue acuñada en 1838 por el francés Augusto Comte
en su obra "filosofía positiva". Comte quien suele ser considerado como el padre de la
sociología, sostenía que la ciencia sociológica debía apegarse en la observación y
clasificación sistemática de los hechos.
Dentro de un breve período de tiempo la disciplina se separó por sus métodos y tópicos,
en reacción al empirismo que enfatiza el papel de la experiencia, ligada a la percepción
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sensorial, en la formación del conocimiento.
Podemos atribuirle los orígenes de la disciplina científica a autores como el ya
mencionado Comte y a Henri de Saint Simon, éste último fue el primero en defender
una teoría e investigación científica de los fenómenos sociales a mediados del siglo
XIX, y otros como Karl Marx, Herbert Spencer, Émile Durkheim, Max Weber, Talcott
Parsons, Alfred SchÜtz.
Desde sus comienzos la sociología, al ser la ciencia dedicada al estudio de las
relaciones sociales del ser humano, y siendo ésta de carácter heterogéneo, ha producido
diversas y en ocasiones opuestas corrientes dentro de su mismo quehacer; tal situación
se ha enriquecido, mediante la confrontación de conocimientos, contribuyendo a la
conformación del cuerpo teórico del campo sociológico.
Racionalidad objetiva
Con la fuerte actitud ideológica de la modernidad como la expresión de una manera
específica de ver y comprender los hechos en el tiempo, se llega a formar un ideal
basado en la certeza del conocimiento exacto de la ciencia, la noción de dominio sobre
la naturaleza como un quiebre con el pasado que debe superarse, y el anhelado objetivo
de alcanzar con esto el bienestar del ser humano. Los ideales construidos desde la
filosofía garantizan la supremacía del hombre, capaz no solamente de estudiar y
comprender el orden del mundo, sino que también con las herramientas creadas por el
mismo, dominar la naturaleza y sobresaltar en la creación. Este elemento resultó muy
importante en la concesión del ideal de la racionalidad objetiva.
El sujeto se transforma en un ser casi superior, que al intervenir es capaz de corregir,
mejorar y modificar la naturaleza, de la que se siente fuera y distanciado, producto de la
cognición científica que está implementándose en el mundo de la ciencia. Con esta
concepción, la ciencia se asegura la independencia hegemónica con respecto a otras
formas de ver y entender la vida, dejando atrás los dogmas religiosos y filosóficos,
separando al sujeto del objeto como entidades diferentes y autónomas.
Como lo expresan Sotolongo y Delgado Díaz: fueron: "...cuatro las nociones básicas
que integraron ese cuadro científico del mundo: 1) la idea de la inmutabilidad y
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pasividad de la Naturaleza. 2) la comprensión de los átomos como partículas últimas
indivisibles e inmutables de las que todo está hecho; 3) la evidencia mecánica entendida
como criterio para conocer el mundo. Este es semejante a sí mismo en todas sus
manifestaciones, y puede ser explicado a partir de leyes simples, que durante un tiempo
bastante prolongado se identificaron con las formuladas por la física, específicamente la
mecánica; 4) la suposición de que el mundo es "dado". La idea de que el mundo existe
en forma acabada, tal como lo "vemos" en la naturaleza y lo conocemos en la
investigación con la ayuda de nuestra sensorialidad y racionalidad.
Es desde este momento que el concepto de racionalidad objetiva se va desarrollando en
la ciencia de forma neutra e imparcial, como ella misma lo es, exacta, lógica y simplista.
Se identifica como el motor de descubrimientos de cosas desconocidas, que están por
encima del vulgo conocimiento de la sociedad en general, es la construcción de
paradigmas que intensifican el concepto de que la ciencia estudia fenómenos y no
realidades, no busca causas sino leyes, donde el método inductivo predomina sobre el
deductivo, dando lugar a que esta consolidación y desarrollo científico permitiera la
ampliación del saber humano y el avance tecnológico. Apeló por lo tanto a una duradera
y fuerte argumentación que construyó un sistema completo de saberes del mundo.
Es en este ámbito donde la sociología comenzó su andar por el mundo, arraigándose a la
objetividad, la separación del sujeto y el objeto del conocimiento, la elaboración de la
idea del hombre y del mundo, fue donde empezó a estudiar la realidad de las entidades
sociales tal cual son, a la sociedad que está integrada por diversos grupos sociales, en
tiempos y espacios marcados y diferentes.
Impacto en la cotidianidad de la vida moderna
Con el transcurso del tiempo no solamente esa concepción del mundo cognitiva y
objetiva se desarrolló en los ámbitos académicos o en la comunidad científica, siendo
que se proyectó en la ideología del hombre común y en la vida cotidiana. Llegó a
influenciar en las prácticas materiales, espirituales e ideológicas del hombre occidental.
Se expresó en el modo de pensar, de sentir, de vivir, conformándose así la construcción
del saber y las explicaciones de los hechos naturales, dando prioridad absoluta al hecho
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que de estos nuevos conocimientos se podrían utilizar para el beneficio del ser humano
mismo.
El hombre común ubicó a la ciencia, y con ella al saber objetivo y fundamentado en
paradigmas verdaderos, por encima de cualquier otro conocimiento, más allá de todos
los saberes. Se asumió como veracidad legitimada basada en los éxitos de una ciencia
incuestionable.
Quedaron atrás los dogmas y pensamientos obsoletos; la metafísica fue suplantada por
los conceptos de evolución, desarrollo, progreso, revolución, y a sus contrarios de
atraso, subdesarrollo, involución. Junto a la revolución industrial y científica la única
manera de acercarse a la realidad es experimentando con ella. Al decir de Sotolongo y
Delgado Díaz, “se asumió la razón como ideología”
Conclusión
La sociología es una ciencia joven y reciente, de carácter empírico ya que se basa en la
acumulación de conocimiento.
El fenómeno social en la especie humana es, en sí mismo un hecho natural y universal
que ha existido siempre, pero sus formas, modos de constitución y funcionamiento
varían en distintos lugares y a través del tiempo, presentando características distintas.
Sin embargo la constante en este fenómeno es lo que genera, esta producción humana
en sociedad, los conflictos de intereses, que terminan despertando suspicacias y
poniendo en tela de juicio al conocimiento sociológico. De ahí la importancia de
conciliar una visión más humana de la ciencia de lo social con lo que Pierre Bourdieu
denominó la vigilancia epistemológica.
Bibliografía
BOURDIEU, P.; CHAMBOREDON, J. C; PASSERON, J.C. El oficio del Sociólogo.
Editorial Siglo XXI.
GIDDENS, A. (1990) Consecuencias de la Modernidad. Editorial Alianza. Madrid.
SOTOLONGO P. y DELGADO DIAZ, C. (2006) La Revolución Contemporánea del
saber y la Complejidad Social. CLACSO. Bs. As
WEST, C. (2002) Sociología. Editorial Trotta.
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