CULTURA Musica Marcial LA MÚSICA MARCIAL A TRAVÉS DE LOS GRANDES COMPOSITORES/16 César Antonovich Cui. CÉSAR ANTONOVICH CUI Nació en Vilna en 1835; su padre, oficial del Ejército, llegó a Rusia formando parte de la “Grande Armée” de Napoleón cuando éste invadió la nación eslava. Herido en combate perma­ nece en Rusia donde conoce a una joven de la nobleza polaca, con la que contrae matrimonio no volviendo a Francia, su tierra natal. De la unión de ambos nace el pequeño César. De su madre hereda la sensibilidad y el amor por la música que conoce en sus primeros años a través de las baladas y polacas heroicas de Chopin (1). Aunque los estudios musicales y la gran inclinación por el arte de los sonidos parecen llevarle al mundo de la composición, la voluntad paterna, y también su afección a la milicia, determina­rán su ingreso en la Escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo de la cual sale con el empleo de teniente con uno de los primeros puestos. Durante la carrera militar, que hace compatible con la música, desempeña, entre otros destinos, el de Coronel Profesor de Topografía y Fortificación en la Academia Militar d Ingenieros y Artilleros. En el campo de la Ingeniería Militar César Cui sobresale por su “Manual de fortificación pasajera” y el “Resumen de la Historia de la fortificación permanente”, además de otras obras de análoga naturaleza. Los textos de Cui han sido objeto de estudio en diversas academias militares de los países del Este de Europa. Su fama de tratadista y científico le depararon discípulos tan distinguidos como el célebre General Skobelek y el que llegaría a ser zar de Rusia, Nicolás II. La culminación de su vida militar la alcanzaría al obtener el empleo de Teniente General. El compositor La faceta de compositor se extiende a la música vocal e instrumental. En la primera, destacan las óperas “El prisionero del Cáucaso”, inspirada en una obra de Puchkin, y “La hija del capitán”; esta última, basada en una novela histórica del citado escritor, fue estrenada en 1911 en San PetersMILITARES 91 47 DICIEMBRE 2010 burgo. La acción transcurre en la fortaleza de Belygorsk durante un levantamiento contra la emperatriz Catalina II “La Grande” de Rusia (1762-1796). La naturaleza de los protagonistas, Pugachev el rebelde, Grinev el militar, y el comandante de la fortaleza, unida a la ambientación, dan lugar a escenas y estampas que, lógicamente, se armonizan con música marcial. Paralelamente, el hilo amoroso entre Grinev y la hija del comandante completan el cuadro musical de esta ópera. Junto a las óperas Cui escribió gran número de canciones, entre ellas la titulada “En recuerdo del Almirante Macarof” y el lieder “La corriente de mi patria””. De su obra instrumental subrayamos “Marcha solemne”, para piano a cuatro manos; “Marcha militar” y “La pequeña guerra”, para el mismo instrumento. MODEST PETROVICH MUSSORGSKY De una familia de la pequeña nobleza terrateniente nació en la aldea de Karevo (Pskow) el día 16 de marzo de 1839 Modesto Mussorgsky. Como tantos otros músicos de la familia noble o de la alta burguesía, es su madre, Julia Ivanowna, la que despierta en el tierno infante el amor por la música y encauza su innata ap­titud para este arte dándole las CULTURA en el conocimiento de la música nacional rusa, el contacto con los grandes maestros y su irrefrenable vocación de compositor, le llevan a solicitar en 1856 su baja en el Ejército. Un nuevo camino Modest Petrovich Mussorgsky. primeras lecciones pero, al igual que la mayor parte de sus compañeros del “Grupo poderoso”, el destino le tendrá reservado un camino bien distinto: el de la carrera de las armas. Comienza la andadura marcial en la Escuela Militar de Abande­ rados de la Guardia; en ella escribe su primera composición, la “Polka del Abanderado”, que dedica a sus compañeros de promoción. En 1854, tras recibir el despacho de oficial, es destinado al Regimiento de Preobrajensky; más tarde presta servicio en el Hospital Militar –suponemos que de San Petersburgo– en el que coincide con el Capitán Médico Alexander Borodin, destinado en dicho centro. En San Petersburgo traba amistad, entre otros camaradas de armas, con el joven oficial César Cui, entusiasta como él de las ­nuevas tendencias musicales, quien el introduce en el círculo que lidera Balakiref y que cristalizaré en el “Grupo de los Cinco”. Con el empleo de Teniente es destinado al Regimiento de Tiradores, de guarnición en TsaraskaiaSlavianka. Los profundos avances Libre ya de las obligaciones y servidumbres castrenses, Mussorgsky se entrega de lleno a la música, preferentemente como compositor, aunque también trabaja, ocasionalmente, como pianista. Al abandonar el Ejército pierde la seguridad económica y cambia totalmente su personalidad, tanto física como moral y psicológica, arrastrando una vida bohemia que terminará por minar su salud víctima, entre otras miserias, del alcoholismo. Todo ello le convertirá en un hombre más bien desgraciado, pesimista, dramático; sus sentimientos los refleja en obras como “Vientos de tormenta”, “Las lágrimas”, “El errante”, “El olvidado” y “Cantos y danzas de la Muerte”. Modesto Mussorgsky, innovador y en cierto sentido vanguardista del arte musical, es uno de los compositores que destacan con mayor realismo el drama de la guerra con tintes sombríos y descarnados en las dos obras últimamente citadas. En “El olvidado” se inspira en el célebre cuadro del pintor Veretchaguine, en el que se ve el cadáver olvidado de un soldado en el campo de batalla. Según Carmen Nonell, la obra fue destruida por su autor a causa de las palabras de censura hacia ella del zar Alejandro II, que la consideraría derrotista y negativa para la buena imagen del Ejército. MILITARES 91 48 DICIEMBRE 2010 En cuanto a los “Cantos y danzas de la Muerte”, comenzados en 1875, consta de tres escenas: “Trepak”, “Canción de cuna” (la Muerte y la Madre) y la “Serenata”, que termina con la dramática y espeluznante escena de “El Jefe del Ejército”. En esta escena, “es la misma Muerte, jefe al fin y al cabo de los ejércitos vencidos y que recorre el campo de batalla después del combate, arengando cruelmente a los soldados heridos o muertos” (2). Estas facetas lúgubres, sombrías y descarnadas de la guerra en general y del combate en particular, serán magnificadas por los compositores pacifistas e izquierdistas del siglo XX en obras como la ópera “Wozzeck”, de Alban Berg, la “Sexta Sinfonía” de Gustav Mahler o el “War Requiem” (“Réquiem de la Guerra”), de Benjamín Britten. Como músico esencialmente nacionalista. Aborda los grandes temas históricos de rusia en óperas como “Boris Godunov”, ­basada en el drama homónimo de A. Puchkin y estrenada en 1874; “Kovanchina” (1886); y “La feria de Sorotchintsky” (1876-81), inspirada en un cuento de Gogol. En el campo de la música instrumental nos dejó, entre otras obras, “Una noche en el monte pelado” y “Cuadros de una exposición”, cuya última escena, “La gran puerta de Kiev”, es, en nuestra opinión, una de las páginas de música descriptiva más hermosas que se han escrito. Mussorgsky terminó sus días en un Hospital Militar, el 16 de marzo de 1882 en que se cumplen 42 años de su nacimiento. CULTURA ANDREIEVICH RIMSKY-KORSAKOF El más joven y prolífico miembro del “Grupo de los Cinco” fue Andreievich Rimsky-Korsakof, nacido en Tichwin, provincia de Nijni-Novgorod, en 1844. Perteneciente a una familia aristocrática cuya madre descendía de Skaratine, héroe que inspiró leyendas épicas localizadas en la frontera ruso-polaca. El ambiente familiar no podía ser más propicio para el conocimiento y desarrollo musical de Andreievich: sus padres cultivaban la música interpretando dúos o piezas tradicionales en el piano familiar; el tío Nikolai, Gran Almirante, ejecutaba las canciones populares de los campesinos de Nikolshoja, su lugar de origen. Lógicamente esta atmósfera, unida a las aptitudes del pequeño Andreievich, contribuiría a hacer de él un músico de primera fila. Siguiendo la tradición familiar de su tío Nikolai y su hermano Woin, Teniente de Navío, emprende s carrera de marino de guerra ingresando en la Escuela Naval de San Petersburgo. En paralelo con sus actividades castrenses desarro­ lla sus dotes musicales que se manifestaron en fecha temprana. En sus “Memorias” da cuenta de un hecho que se ha repetido a lo largo de la Historia, sin ir más lejos en España, donde Fernando Díaz Giles compuso la música del Himno de Infantería durante un arresto que le fue impuesto siendo cadete en la Academia Militar del Arma. En el caso de Rimsky-Korsakof no escribió, pero sí estudió detalladamente, la partitura de “La vida por el zar”, de Glinka, en el curso de u arresto colectivo de los cadetes de la Escuela Naval. La obra de Glinka fue trascendental en su vida, pues le despertó en sentimiento nacionalista y el amor patrio. En la Escuela Naval forma un coro de cadetes con el que interpreta piezas de Glinka y Dargomijsky, compaginando la música con la ciencia náutico-militar; de este coro saldrían personalidades como el cadete Skrydlow, que sería destacado héroe en la guerra ruso-turca y Almirante de la Escuadra del Pacífico durante la guerra con el Japón. Finalizado el último curso con el grado de Guardiamarina, el joven Rimsky-Korsakof es destinado al velero “Almas”, con el que realizará un crucero alrededor del mundo. Las impresiones y experiencias de este periplo se reflejarán, en parte, en alguna de sus obras. En 1846 es ascendido a alférez y al siguiente año el “Almas” regresa a la patria. En 1873 causa baja en el servicio activo de la Armada, pero es nombrado Inspector General de las bandas de música de la flota hasta su disolución en 1884, dedicándose a partir de esta fecha totalmente a la música. Las obras Rimsky-Korsakof cultivó prácticamente todas las grandes formas de la música instrumental –sin­ fonías, suites, poemas sinfónicos, etc.– y vocal, incluida la ópera. De los compositores rusos fue el primero en escribir una sinfonía a la que siguieron otras dos. Considerado como uno de los mejores orquestadores de toda la h historia de la música, supo plasmar con gran maestría los recursos tímbricos de los distintos instrumentos en obras eminentemente coloristas MILITARES 91 49 DICIEMBRE 2010 Andreievich Rimsky-Korsakof. y descriptivas, como la suite sinfónica “Sherezade”, la obertura de “La Gran Pascua rusa” y la suite orquestal “Capricho español”. Si bien no compuso música propiamente militar –al menos no figuran composiciones de este género en su repertorio–, sí encontramos pasajes marciales en alguno de sus poemas sinfónicos, como el de “La leyenda de la ciudad invisible de Kitej”, o en óperas como “La leyenda del Zar Saltan” y “El gallo de oro”. Antonio Mena Calvo Comandante de Infantería (R) Profesor de Historia y Estética de la Música Marcial en el Instituto de Historia y Cultura Militar NOTAS (1) Ver el número 85 de “Militares”. (2) NONELL, Carmen: “Los músicos nacionalistas rusos: Los Cinco”, págs. 179-182.