gular de forma diferenciada la realidad diversa del cooperativismo belga. Respondiendo a tales demandas, el legislador ha optado en la nueva ley por definir dos tipos de sociedades cooperativas, cada una de ellas regulada por normas específicas. De una parte, la sociedad cooperativa de responsabilidad limitada (S.C.), sometida a una normativa menos flexible y más cercana a los principios tradicionales del cooperativismo y, de otra, la sociedad cooperativa de responsabilidad ilimitada (SCRIS), cuya normativa reguladora es prácticamente similar a la de la legislación anterior que hemos analizado líneas más arriba. Como un tipo intermedio entre los dos anteriores, se contempla la posibilidad de la sociedad cooperativa de participación, en cuyos estatutos deben incluirse reglas que garanticen la participación de los socios. 4. INTRODUCCION HISTORICA AL ASOCIACIONISMO AGRARIO BELGA Para comprender mejor la realidad actual de la representación de intereses en la agricultura belga es necesario situar a las organizaciones profesionales y cooperativas en el contexto histórico de su génesis y desarrollo, ya que dicho contexto ha condicionado sus respectivos discursos ideológicos y su grado de implantación en un país como Bélgica, en el que las notables diferencias tanto en el plano regional, como religioso y económico, tienen un especial significado. En este apartado analizaremos el proceso de constitución de las primeras organizaciones agrarias belgas y su posterior desarrollo a lo largo de este siglo. Para ello, haremos un breve recorrido histórico por los acontecimientos más importantes que rodearon la creación de las tres organizaciones profesionales que hoy gozan de mayor implantación entre los agricultores belgas, a saber: Boerenbond Belgische, UPA y AAB (*). EI panorama asociativo en la agricultura belga se completa con otras (*) organizaciones minoritarias, entre las que destaca la UDEF, de la que se hablará más adelante. Para una información más completa puede verse MoaMOrrr y Vntv Donw^c^c (1993). 48 4.1. F1 origen de la representación Las primeras organizaciones de carácter reivindicativo se remontan en Bélgica a la época medieval, cuando los respectivos «oficios» defendían sus intereses gremiales a través de las «guildes», que eran una especie de células locales que reunían de foma corporativa a los distintos grupos de artesanos. Este modelo de «guildes» fue sustituido, con la industrialización, por el sindicalismo moderno, si bien en la agricultura y el mundo rural sería más tarde recuperado e incluso revitalizado por la organización hegemónica Boerenbond, tomándolo como modelo para la articulación de los agricultores belgas. No obstante, en la historia del asociacionismo belga, la primera organización considerada como auténticamente agraria, formada exclusivamente por agricultores y encaminada a la defensa de los intereses agrícolas, es la Roeselaard Landbouwgenootschap (Sociedad Agrícola de Roulers), cuya creación tuvo lugar en 1866, centrando su actividad en la compra colectiva de materias primas, principalmente de fertilizantes (MouGEtvoT et Mo^o1vT, 1989). En ese mismo año, comenzó a surgir en Flandes un gran número de «guildes» locales, dirigidas y animadas por los párrocos rurales. Así, por ejemplo, en 1888, la «Liga de Brujas» reunía a casi 600 asociados, dedicándose a la compra en común de abonos y semillas y contando para ello con sus propios laboratorios de análisis, con un servicio jurídico y con una publicación periódica. Además, esta asociación de agricultores desarrollaba actividades de animación local mediante la organización de conferencias, seminarios de divulgación y otros actos de tipo cultural y formativo. Un año más tarde, en 1889, se contabilizaba ya una veintena de organizaciones de este tipo repartidas en otras tantas localidades de la región flamenca. Aunque algunas se presentaban como laicas, la gran mayoría era de tendencia católica, estuvieran o no dirigidas por miembros del clero local. Para comprender la magnitud de estos fenómenos asociativos hay que tener en cuenta que surgían en un momento de crisis agrícola -la llamada «crisis finisecular»- en el que la agricultura ocupaba un lugar preponderante en la economía 49 belga. Por ejemplo, en 1880, el 36% de la población trabajaba en el sector agrario y el 57% de la misma vivía en núcleos de población de menos de 5.000 habitantes, aportando dicho sector un 24% de la renta nacional (ibídem, 1989). 4.2. Génesis y desarrollo del Belgische Boerenbond Estas organizaciones que aparecen de forma embrionaria en diversas localidades flamencas serán terreno abonado para la creación, en 1890, en Lovaina, del Boerenbond Belgische (en adelante, BB) -que puede traducirse como «Liga (bonc^ de Agricultores (boeren)»-, gracias al liderazgo de George Helleputte y en un momento acuciante de la crisis agrícola y política que sacudía a la sociedad belga. La crisis agrícola era desencadenada por la competencia de los trigos procedentes de América, mientras que la crisis política era debida a la pérdida de la mayoría parlamentaria por parte de los liberales, que eran la fuerza política que había gobernado al país desde 1830 apoyada por la burguesía valona. La pérdida de confianza del electorado belga, mayoritariamente católico, en los liberales, significaría el ascenso al poder de los partidos católicos, apoyados por las élites agríco" las de Flandes. En este contexto hay que situar la creación del BB, organización que rápidamente se extendería por el territorio flamenco, y en mucha menor medida en Valonia, no sólo como una organización de carácter sindical y reivindicativo, sino también como una verdadera corporación capaz de articular en su seno a todos los intereses relacionados con la agricultura. En efecto, ya fuesen económicos, finañcieros, culturales, políticos -unión con el partido católico- e incluso religiosos, todos los problemas que afectaban a los agricultores tenían respuesta en el seno del Boerenbond siguiendo el modelo de sindicato corporativo preconizado por León XIII en su encíclica Rerum Novarum (1891) (Vatv MoLLE, 1990) . El BB tenía carácter confesional, manteniendo una estrecha conexión con el clero católico de Bélgica a través de los «guías espirituales» existentes en cada «guilde», guías que, de 50 acuerdo con el modelo diseñado por su cofundador, el sacerdote Mellants, solían ser los párrocos de la correspondiente localidad. A nivel local, las «guildes» se erigían en la auténtica base organizativa, actuando como células de un organismo -el Boerenbond- en cuyo seno desarrollaban de forma autónoma su propia actividad, pero sin poder vivir aisladamente del resto. Prueba de ello es que los estatutos del BB establecían que para pertenecer a la organización era necesario estar afiliado a una de sus «guildes», bien a la de grandes propietarios o bien a la de propietarios de tipo familiar, ya que, a diferencia de otros modelos corporativos, el BB no dio cabida a los obreros agrícolas dentro de la organización, manteniendo desde sus orígenes el carácter estrictamente profesional que siempre, salvo en algún período de excepción, le acompañaría. En el año 1891 ya había en Bélgica 20 «guildes» agrícolas, con un total de 2.280 afiliados. En estos primeros años de vida del BB, el aumento en el número de «guildes» agrícolas era debido principalmente a la intensa y eficaz actividad propagandística realizada por el ya citado sacerdote Mellants, convertido en auténtico apóstol del movimiento asociativo en la agricultura belga. La mayoría de los asociados eran propietarios de explotaciones familiares entre 1 y 5 hectáreas, que, en 1895, representaban el 67% del total de explotaciones belgas, siendo en su mayor parte agricultores a tiempo completo. No faltaban, sin embargo, los asociados que también desempeñaban algún trabajo en la artesanía local, lo que propició que, de forma indirecta, se integrasen en las «guildes» agrícolas algunos grupos de obreros a pesar de la orientación exclusivamente profesional que, desde sus comienzos, quiso tener el BB y que de modo explícito establecían sus estatutos. En cualquier caso, el recelo a la influencia obrerista era canalizado a través del fuerte control que ejercían los párrocos rurales sobre el conjunto de la «guilde», actuando no sólo como sus capellanes y directores espirituales, sino también como sus verdaderos dirigentes a nivel local. La distribución geográfica de estas «guildes» agrícolas fue inicialmente muy desigual por el territorio belga, asentán51 dose sobre todo en el Brabante flamenco y en las regiones de Lovaina y Hageland. En el territorio de Flandes, por ejemplo, existían ya en 1900, diez años después de la creación del BB, un total de 400 guildes, con casi 20.000 afiliados(Vnrr MoLLE, 1990). Desde los primeros momentos de su fundación, los dirigentes del BB se plantearon como uno de sus principales objetivos la prestación de servicios a los agricultores asociados. En esta línea, el BB comenzó, ya en enero de 1891, la publicación de un periódico dirigido a sus afiliados, y un año más tarde creó una caja de ahorros. Esta actividad continuaría en los años siguientes, con la puesta en marcha, en 1893, de las primeras líneas de seguros contra incendios, la creación, en 1895, de una caja central de crédito, el suministro de las primeras máquinas agrícolas a sus afiliados en 1899 y, por último, en 1900, la inauguración de su primera fábrica de piensos para el ganado. De este modo, en sus primeros diez años de vida, el BB pondría las bases de lo que sería con el tiempo un auténtico imperio económico en la agricultura belga. En efecto, sus tres pilares fundamentales -la AVEVE, en el sector del aprovisionamiento de in^izcts y de la comercialización agraria; la ABB, en el sector de los seguros agrarios, y la CERA, en el sector del crédito agrícola-, encuentran sus raíces históricas en ese contexto de final de siglo, tal como veremos en los apartados correspondientes. No obstante, y tal como han señalado algunos autores (V^uv Mo^.i.E, 1990), el papel del BB en el terreno de las actividades económicas ha guardado una estrecha relación con la propia evolución de la agricultura belga y con las crecientes necesidades de servicios de unos agricultores cada vez más integrados en los circuitos de la economía de mercado. Los primeros años del presente siglo trajeron consigo un cambio profundo en la estructura organizativa del BB, que liderádo por Luytgaerens comenzaría un proceso de creciente centralización y control de las «guildes» locales. Este proceso significaría un importante aumento de la capacidad recaudatoria de los órganos centrales al ejercer un mayor control sobre las cuotas de los afiliados, que, en la mayoría de las ocasiones, no salían de las «guildes» locales. A raíz de esta 52 centralización, los tres servicios básicos del BB aumentarían de un modo extraordinario sus actividades. Así, por ejemplo, la «Central de Compra y Venta» (CAV) experimentaría una importante expansión en el suministro de abonos y semillas, así como de alimentos para el ganado. La «Caja Central de Crédito» llegaría a duplicar sus fondos en sólo diez años, mientras que el sector de los seguros agrarios también crecería en la contratación de las distintas líneas aseguradoras, si bien con mayor moderación que los demás, ya que en esta primera etapa el BB actuaba en este sector como agente intermediario de compañías británicas que sufrieron alguna que otra crisis financiera. Otro hecho importante relacionado con el BB en los primeros años del presente siglo fue la definitiva incorporación de la mujer agricultora a sus estructuras de base, creando a tal efecto unas «guildes» femeninas que, a nivel nacional, darían lugar a lo que ahora es el Boerinbond. Hay que destacar también el cambio de actitud mostrado por el BB en estos años hacia el proletariado agrícola, incorporándolo, aunque sólo temporalmente, en sus «guildes» para frenar el éxodo rural que ya comenzaba a manifestarse de forma clara en algunas regiones. Este cambio de estrategia hay que explicarlo también por la presión realizada por la jerarquía eclesiástica sobre los dirigentes del BB, de acuerdo con la doctrina, dominante en la Iglesia de entonces, de la «unión mixta» para impedir el avance de las ideologías marxistas entre la población rural. De este modo, el BB se había convertido, ya en 1914, antesala de la primera guerra mundial, en el único representante de. la agricultura y el mundo rural belgas, adoptando el modelo corporativista tan en boga por aquellos años en otros países europeos. La combinación de actividades reivindicativas y económicas en la misma organización, así como su papel de referencia ideológica, tanto política como religiosa, convertiría al BB en una gran corporación agraria en la línea de los sindicatos «boutiques» franceses. A1 comienzo de la Gran Guerra, el BB contaba ya con 56.000 afiliados masculinos y 15.000 femeninos, encuadrados en sus respectivas «guildes» locales, lo que le erigía en el más importante, por no decir 53 único, interlocutor del sector agrario ante los poderes públicos (MOUGENOT et MORMONT, 1989). 4.3. Génesis y desarrollo de la Federación de Uniones Profesionales Agrarias (UPA) La primera guerra mundial supondría para el BB un paréntesis en su actividad de expansión. En esos años, las «guildes» valonas, que estaban peor implantadas y menos desarrolladas que sus homónimas flamencas, dejaron prácticamente de funcionar. Así, en 1919, el sindicato agrario de la provincia de Lieja, las federaciones agrarias de Hainault y Namur y la liga agrícola luxemburguesa, por citar algunos casos significativos, interrumpieron sus actividades, sucumbiendo ante el avance experimentado en la región valona por la recién creada Federación Nacional de Uniones Profesionales Agrarias (en adelante UPA). Creada en 1919, la UPA surge como consecuencia de la creciente oposición de amplios sectores de la agricultura valona contra la política agraria proalemana llevada a cabo durante los años de la ocupación bélica, oposición que responsabilizaba a la élite dirigente del BB, mayoritariamente flamenca, de complicidad con dicha política. Desde el principio, la UPA se caracterizará por ser un movimiento no confesional, hecho comprensible en una Valonia muy secularizada en comparación con la católica Flandes, agrupando en su seno a agricultores de diferentes ideologías políticas y creencias religiosas. Tanto agricultores católicos, como protestantes o liberales se integrarían en la UPA bajo la égide de un programa reivindicativo de corte «radical» y nacionalista valón en el que figuraban como principales reivindicaciones la defensa del proteccionismo a ultranza, la exigencia de fuertes indemnizaciones de guerra a los alemanes y la reducción de las cargas fiscales a la agricultura. Este programa se haría especialmente virulento en las páginas de la revista de la federación, cuyo nombre «La Defensa Agrícola Belga» habla bien a las claras del carácter abiertamente combativo del nuevo movimiento sindical. No obstante su carácter reivindicativo, la UPA no olvidaría 54 el ámbito de la prestación de servicios a sus afiliados, dada la competencia que en este aspecto desarrollaba con el BB. Así, y accediendo a las demandas de algunos grupos de grandes agricultores, la UPA fundaría, en 1922, su propio banco, denominado «Banco Agrícola de Bélgica», que se extendería con rapidez por toda Valonia. El enfrentamiento entre la UPA y el BB no tardaría en producirse. No sólo eran las diferencias ideológicas entre ambas -laicismo versus catolicismo militante- o sus diferentes sensibilidades nacionalistas lo que estaba en la base del conflicto que, en el período de entreguerras, protagonizarían tales organizaciones, sino también la lucha por encuadrar al conjunto. de los agricultores valones. Todos esos elementos, religiosos, ideológicos, políticos y sindicales, deben ser tenidos en cuenta si se quiere comprender correctamente las conflictivas relaciones que, desde esos años, acompañarían la historia de estas dos organizaciones belgas (MoR[vtoNT et VAN DONINCK, 1993). La efervescencia nacionalista, tanto flamenca como valona, de los años inmediatamente posteriores a la terminación de la Gran Guerra, haría que el BB, haciendo gala de un flamenquismo sin ambages, abandonara su pretensión de ser también hegemónico en Valonia, dejando vía libre a la expansión de la UPA por esta región. No obstante, el programa laico y radical de la UPA continuaba levantando temores entre los medios católicos valones, que no veían con buenos ojos una hegemonía completa de este sindicato. Con objeto de neutralizar el dominio casi absoluto de la UPA en Valonia, tres obispos del Brabante valón se reunieron, el 20 de enero de 1921, con dirigentes del BB acordando la creación en las provincias valonas de una nueva federación sindical de agricultores que, a imagen y semejanza del BB, se constituyera sobre la base de las antiguas organizaciones provinciales extinguidas durante los años de guerra. El nuevo proyecto debía culminar con la articulación de los dos BB -el poderoso BB flamenco y el refundado BB valón- en una especie de coordinadora para Ilevar a cabo una acción unitaria en el conjunto del territorio belga. Sin embargo, los dirigentes del nuevo Boerenbond valón, na55 cido, en 1921, como resultado de la citada estrategia católica, no aceptarán fácilmente someterse a la influencia del BB, negándose a adoptar el modelo de organización que éste tenía en el territorio flamenco. Esta actitud independiente de los dirigentes católicos en Valonia, a tono con su sensibilidad nacionalista y su recelo a todo lo proveniente de Flandes, despertaría sentimientos de desconfianza hacia ellos por parte de la jerarquía católica, que prefirió mantener activas a las antiguas federaciones provinciales en territorio valón, antes que apoyar una alternativa de dudosa solvencia ideológica y de imprevisible comportamiento en el terreno político y sindical. De este modo, el recién creado Boerenbond valón se encontraría al poco tiempo de su constitución aislado tanto de la UPA, como del movimiento católico fiel a las directrices de la jerarquía eclesiástica. En esa situación, la nueva estrategia de la jerarquía católica en Valonia para hacer frente al avance de la UPA consistió en facilitar la integración de las antiguas federaciones provinciales en el BB flamenco y crear un apéndice de éste en la región valona. Para ello, intentaría utilizar como plataforma la base que tenía tradicionalmente el BB en la parte de lengua flamenca del Brabante valón. 4.4. Génesis y desarrollo de la Alianza Agrícola Belga (AAB ) El interés del BB por apoyar la estrategia católica valona y crear un apéndice en la región de Valonia no era, sin embargo, muy fuerte. El BB, con casi 150.000 afiliados, en su mayor parte flamencos, se había convertido ya, en 1923, en una gran empresa, cuyo máximo interés estaba en expandir sus redes comerciales más que en articular ideológica y políticamente a los agricultores valones. Por eso, el BB se limitó a apoyar económicamente a los sindicatos católicos de Valonia, pero sin involucrarse directamente en la operación diseñada por la jerarquía eclesiástica, al tiempo que la UPA continuaba con su imparable expansión, creando secciones juveniles propias -las JAP (Jeunes Alliances Paysannes)- y contabilizando, en 1930, casi 30.000 afiliados. El proceso de articulación de los agricultores valones 56 avanzaría un peldaño más cuando, en 1927, el aislado Boerenbond valón opta por la integración en la UPA, intentando salvarse de la bancarrota en la que se encontraban algunas de sus empresas. Para la UPA, esta operación significaba el reconocimiento de su hegemonía en territorio valón atrayéndose a un sector de los agricultores católicos, para lo que estaba dispuesta a aceptar la inclusión de la doctrina social de la Iglesia en su ideario, siempre que ello no implicara renunciar al pluralismo político y religioso de sus afiliados ni al derecho a la libertad de opinión. El proyecto de fusión entre ambas organizaciones fracasó, sin embargo, antes de llegar a materializarse, debido, al parecer, a la negativa de la UPA a hacerse cargo de la desastrosa situación financiera de las empresas del Boerenbond valón, que arrastraban una deuda de casi 14 millones de FB. Ante esta caótica situación y después de una intervención directa del Vaticano para evitar un escándalo financiero en el obispado de Namur, estrechamente ligado a una de las empresas del sindicalismo católico de Valonia, el todopoderoso BB se hace cargo de la deuda total del Boerenbond valón. A cambio, la dirección de éste acepta disolver la organización y unirse con los demás sindicatos católicos de Valonia para formar una nueva asociación que fuera la alternativa tantas veces intentada desde el lado católico a una ya sólida UPA (MoUGENOT et MORMONT, 1989). En febrero de 1930 se crearía la nueva organización bajo la denominación de Alianza Agrícola Belga (en adelante, AAB), que es el nombre que aún recibe en la actualidad. La AAB adoptó un modelo organizativo similar al del BB, es decir, basado en «guildes» locales, y asumió plenamente el ideario corporativo de su homónimo flamenco. El BB ejercería desde entonces una especie de tutelaje sobre la AAB, destinando, en los primeros años, a parte de su personal técnico a la sede central de esta última en Bruselas. Además, el BB dirigiría las actividades económicas de la AAB durante 15 años, gestionando sus resultados empresariales para sanear el grupo e intentar reflotarlo tras la situación de quiebra en que había quedado. El crecimiento de la nueva AAB fue rápido y sostenido, 57 como lo prueba el hecho de que, en 1932, contara ya con 800 «guildes» y 23.000 afiliados. De este modo, se cerraba un período convulso en el proceso de articulación de los agricultores católicos de Valonia, un proceso que para culminar con éxito tuvo que contar, de un lado, con la influencia decisiva de la jerarquía eclesiástica para aproximar posiciones entre las diferentes facciones y, de otro, con el manto protector del BB flamenco para dar al proyecto el impulso definitivo en forma de ayuda económica. La crisis écoriómica de129 afectaría, al igual que en otros países europeos, al sindicalismo agrario belga. Sin embargo, sus efectos fueron mayores en modelos corporativos como el adoptado por los sindicatos agrarios en Bélgica, debido precisamente al hecho de unir en la misma organización las actividades económicas y las reivindicativas. La situación de crisis afectó especialmente al grupo económico de la UPA, cuyo banco agrícola ^1 Banco Agrícola Belga- sería absorbido por el Algemeene Bankvereeniging, perteneciente a las cajas de crédito del BB, con lo que éste extendería su poder económico por la región valona y aumentaría sus niveles de afiliación. 4.5. F1 período de entreguerras En la historia del asociacionismo agrario europeo, el período de entreguerras suele caracterizarse por ser un período de intensos conflictos ideológicos que socavan la cohesión y las identidades colectivas de las organizaciones preexistentes. Rupturas y creación de nuevas organizaciones al socaire de los vientos ideológicos del fascismo en sus distintas modalidades acompañarían durante los años treinta al sindicalismo agrario en Europa, del que no sería una excepción el caso belga. En efecto, en un contexto de crisis, iniciado con la quiebra de la Caja Central de Crédito del BB, que obliga a intervenir a los poderes públicos para garantizar los depósitos de ahorros de los agricultores, surge en la región flamenca de Malinas un movimiento de protesta por la crisis que afectaba al sector de la patata. El Bóerenfront (Frente Agrario), como 58 así se Ilamaba dicho movimiento, escapó rápidamente del control del BB, al que criticaba por haber hecho dejación de su responsabilidad como sindicato en beneficio de sus actividades económicas permitiendo la invasión de productos hortícolas franceses e ingleses (Mo^oNT et V,atv DotviNCx, 1993). Tras unos intentos infructuosos del BB por neutralizar al nuevo movimiento de protesta, el Boerenfront consolida sus estructuras creando una cooperativa -Het Boerenfront- y comenzando a publicar su propio boletín informativo. Con un programa claramente reivindicativo, el Boerenfront asume la ideología del nacionalismo flamenco radical y se sitúa políticamente en la influencia de la extrema derecha profascista exigiendo un «nuevo orden». La expansión del nuevo sindicato fue tal que, en 1938, contaba ya con 25.000 miembros, a pesar de la condena que recibió por parte de la Iglesia católica y de la amenaza de expulsión que hizo la dirección del BB contra todo afiliado que simpatizara con el citado Frente Agrario (Boerenfront). En esta misma línea de nuevos radicalismos, en noviembre de 1938 se constituye el Frente Campesino Belga, compuesto por el Boerenfront y un Partido Agrario Valón, formado este último por grupos disidentes de la UPA en Valonia. Esta organización tendrá un relativo éxito hasta la llegada de la Segunda Guerra Mundial, tras la cual será tachada de colaboracionista y sufrirá un importante declive en todo el territorio belga, conservando, desde entonces, posiciones minoritarias en algunos enclaves flamencos, como en la región de Heyst-op-Denberg. A partir de 1945, y tras la derrota de los fascismos, puede decirse que el panorama asociativo belga se estabiliza sobre la base de las tres organizaciones ya analizadas: BB, UPA y AAB, que se reconocen mutuamente como representativas y abandonan cualquier intento por invadir el espacio territorial ocupado por cada una de ellas. Este reconocimiento mutuo las conduce incluso a institucionalizar sus relaciones en aras a una mejor defensa de los agricultores belgas, creando a tal efecto una comisión coordinadora que, en 1971, daría lugar al «Front Vert» (Frente Verde), plataforma de coordinación entre las tres organizaciones citadas, pero que no tiene mayores implicaciones en sus respectivas estrategias sindicales. 59 4.6. Desde la postguerra hasta la actualidad En 1948 la sociedad belga recupera los niveles de vida que tenía antes de la contienda bélica. El crecimiento económico alcanza a partir de ese año un ritmo medio anual del 3,5%, apoyándose sobre todo en la reconstrucción del aparato industrial y en la modernización de la agricultura, de donde saldrá la mano de obra necesaria para el desarrollo de los nuevos sectores de actividad. Este modelo de crecimiento, similar al de otros paíse ^ europeos por aquel entonces, hará que la población activa agraria pase del 12% de la población activa total en 1947 (412.000 agricultores), al 2,9% en 1980 (113.000 agricultores). Al mismo tiempo, la productividad agrícola aumentará en el período 1950-1980 a un ritmo medio anual del 3%. Como resultado de este proceso, la agricultura belga se integrará plenamente en el sistema agroindustrial, y sus organizaciones representativas se verán obligadas a modificar sus discursos tradicionales y a adaptar sus estrategias a las nuevas exigencias de los mercados y a los profundos cambios experimentados a todos los niveles por sus respectivas bases sociales. A modo de conclusión de la aproximación histórica que se ha abordado en este apartado, expondremos a continuación algunos de los hechos más significativos relacionados con las tres organizaciones mayoritarias belgas en los últimos treinta años. Expansión del Boerenbond El período de crecimiento de la economía belga y de integración de su agricultura en el sistema agroindustrial correrá paralelo a un importante desarrollo de las actividades del BB, mostrando la gran capacidad de esta organización para adaptarse al nuevo contexto y responder a las nuevas exigencias de los agricultores. En la línea de renovación de su discurso y estrategia empresarial, el BB diversificará sus actividades económicas y las extenderá a un público no rural, optando por especializar sus 60 áreas de servicios y dotarlas de autonomía en su gestión para hacerlas más competitivas. De acuerdo con esta estrategia, las tres grandes secciones del BB -la ABB, la AVEVE y la CERA- aumentarán el volumen de sus actividades e implantarán nuevas técnicas de venta, mejorando además el nivel de formación de su personal técnico y administrativo. Concretamente, en el ámbito de la ABB -sec ^ión de seguros agrarios del BB- se producirá un importante incremento de las pólizas suscritas por los agricultores, no ya de los seguros agrarios, sino de otras modalidades como el seguro de automóviles o el de vivienda. En lo que respecta al ámbito del crédito agrario, la antigua Caja Central de Crédito Rural pasará a denominarse CERA, que es como se le conoce actualmente, y se convertirá en una de las más importantes instituciones financieras del país, con una cuota del 40% en el mercado de la financiación agraria. Por último, el tercer pilar económico del BB, la Central de Compra y Venta (CAV), que se llamará AVEVE desde 1984, experimentará una fuerte expansión en los años sesenta, creando almacenes de semillas, así como centros de recepción para los cereales y productos hortícolas. Además de estas tres áreas de servicios, el BB, fiel a su estrategia de diversificación de actividades, creará, en 1971, el «Stabo», un gabinete de ingeniería y arquitectura formado por el personal cualificado de sus antiguos servicios técnicos. Asimismo, creará, en 1973, «Agri-Reizen», una agencia de viajes encargada de organizar todo tipo de viajes y excursiones en las distintas «guildes» locales. Antes de esas dos iniciativas, el BB había creado, en 1962, la S.A. Centrave, para la comercialización de la carne de cerdo, canalizando a través de la S.C. Covavee, creada cuatro años más tarde, la venta cooperativa de ganado porcino. Más recientemente, en 1986, creará la S.A. Abis, dedicada a la prestación de servicios en el campo de la automatización de las explotaciones ganaderas, especializándose en el desarrollo de programas informáticos para la alimentación del ganado. Una mención especial hay que hacer del área de servicios sociolaborales desarrollada por el BB desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando creó un «Servicio de 61 Ayuda Social a los Agricultores y Horticultores», que, en 1959, pasaría a denominarse «Secretariado Social». En 1971, se crearía un «Secretariado para la Fiscalidad y Contabilidad», encargado de asesorar a los socios en temas fiscales. El área de servicios sociolaborales se verá ampliado con la creación, en 1980, de la sección «Info-S», para asesorar en materia de legislación social, y más tarde, en 1986, de «S-Consult», ençargada de la selección y formación del personal del BB. Todos estos servicios serán articulados, en 1988, en la SBB (Agrupación de Servicios del Boerenbond) (ver más adelante) . El aumento de sus actividades económicas y la mejora en la calidad de los servicios prestados a sus asociados no impide constatar la gradual disminución que sufre el BB en lo que se refiere al nivel de afiliación, hecho que corre parejo con la reducción de la población activa agraria en Bélgica. En efecto, el número de afiliados masculinos al BB pasa de los 98.000 que tenía en 1945, a los 79.000 contabilizados en 1989, de los que tan sólo 28.300 son agricultores activos, lo que indica que la base social está formada por jubilados y por personas no vinculadas directamente a la actividad agraria. La organización femenina registrará, sin embargo, un incremento en el número de afiliados, pasando de los 88.000 miembros de 1945, a los 162.000 de 1989, hecho que sólo puede explicarse por el cambio de estrategia hacia la mujer y la familia rural, incorporando distintos tipos de situaciones. En esta línea, la creación, en 1959, del «Gezinsen Bjaardenhulp» (Servicio de Ayuda a las Familias y los Ancianos) y del «Gezinszorg» (Servicio Familiar), en 1976, para la acogida de niños pequeños, junto al cambio de nombre de la propia organización femenina, pasando del antiguo «Boerinbond» al actual KVLV (Obra Católica de Formación de las Mujeres Rurales), han sido elementos importantes para explicar el incremento de la tasa de afiliación de las mujeres al BB (V^v MoLLE, 1990). En cuanto al movimiento de jóvenes agricultores, articulado en el seno del BB a través de una organización autónoma, el BJB (Boerenjeugdbond), sufrirá en los años sesenta una grave crisis de identidad, desarrollando una corriente contestataria contra la dirección del BB, pero que no llegaría 62 a los extremos de sus homónimos franceses. Recuperada la calma, las secciones masculina y femenina del BJB se fusionarán, a finales de los años sesenta, para crear el KLJ (Katholieke Landelijke Jeudg), que es la actual organización juvenil del BB. La evolución de la UPA Después del período de crisis que vivió la UPA en los primeros años de postguerra, su actividad sindical será reanudada con nuevos ímpetus en los años cincuenta, caracterizándose por su sentido militante y combativo y protagonizando numerosas acciones de protesta contra la política agraria nacional y comunitaria. Entre ellas pueden destacarse sus movilizaciones, de 1955, en pro de unos «fondos agrícolas» que ayudasen a equilibrar los mercados agrarios, o la «batalla de los precios» de 1957. En 1960 comenzará a publicar el Journal des UPA, que desde entonces será el órgano oficial de este sindicato, y desde cuyas páginas la dirección de la UPA incitará a los agricultores a movilizarse, en 1962, contra el proyecto de ley sobre la Paridad Agrícola, una movilización que contaría con la participación activa de su organización juvenil JAP y que logró la retirada de dicho proyecto por parte del gobierno belga. Paralelamente a la acción sindical directa, cada vez menos utilizada desde la creación de la PAC, la UPA ha venido desarrollando también actividades económicas y prestando servicios a sus afiliados. Para el ejercicio de esta labor, la UPA cuenta con servicios jurídicos y fiscales, así como con cajas de seguros y mutuas. Además, ha promovido la creación de dos sociedades cooperativas: ECUPA y SCUPA, y ha sido el motor para la constitución de una federación de cooperativas, denominada UPCA (Unión Profesional de Cooperativas Agrarias), de la que hablaremos más adelante. Por último, habría que señalar que el sindicalismo agrario belga vive, desde hace unos años, un intenso dinamismo, desarrollándose estrategias conjuntas entre organizaciones afines para consolidar sus respectivas posiciones. Entre estas 63 estrategias destaca el proyecto dé fusión entre la UPA y la UDEF, que, para 1995, dará lugar a una nueva organización en Valonia, de acuerdo con el protócolo firmado por ambas organizaciones (1) . Por su parte, la AAB y el BB estrechan sus relaciones tanto en el terreno económico, como en el sindical, de forma que, mientras el BB se retira del Bravante valón e integra sus «guildes» de esa región en la estructura de la AAB, ésta cede el campo del crédito en Valonia a las cajas de la CERA BB (ver apartados 5.2 y 7.4) . 5. EL BELGISCHE BOERENBOND Tal como se ha indicado en el apartado anterior, el Belgische Boerenbond (en adelante BB) fue fundado en Lovaina el 20 de julio de 1890, reuniendo inicialmente a un conjunto de 140 agricultores. A pesar de la precariedad de recursos con los que comenzaba, las ambiciones de sus promotores -el sacerdote Mellants entre ellos- eran ya evidentes al marcarse como objetivos la constitución de una «clase de agricultores cristiana y potente para la defensa de los intereses religiosos, sociales y rurales de sus miembros» (preámbulo de sus primeros estatutos). Un siglo más tarde, el BB es reconocido como la fuerza económica y social más poderosa de la agricultura belga, recibiendo distintos calificativos a ese respecto, tales como «imperio», «poder establecido», «potencia política» o«trust agrofinanciero», por citar algunos de los más utilizados por los medios de comunicación (VAtv MoLLE, 1990). Estos calificativos reflejan el hecho evidente de que el BB traspasa la frontera de lo que se entiende por un sindicato agrario, ya que, además de las acciones de tipo reivindicativo en defensa de los intereses de sus afiliados y de las actividades de representación que son características de cualquier organización profesional, el BB desarrolla una importantísima actividad en el te(1) La UDEF (Union pour la Défense de I'Exploitation Familiale) es una organización minoritaria que agrupa a organizaciones de base local creadas en Valonia durante la ocupación alemana como grupos de resistencia (Moan^orrr y Vnn Dox^nc^c, 1993). 64