GUÍA LEGAL Hemos detectado que por lo general, nuestros usuarios suelen tener problemas a la hora de reclamar o hacer valer sus derechos porque son desconocedores de los mismos y/o por no poseer documentos que los acrediten, ya sea como usuarios de servicios, propietarios, inquilinos, consumidores, vendedores o compradores, incluso como propietarios de inmuebles dentro de las Comunidades de vecinos. Para evitar en lo posible todos los inconvenientes que ello acarrea, ponemos a vuestra disposición unos sencillos pasos a seguir y que deberían tenerse en cuenta en cualquier relación contractual o de propiedad. 1.- Todas los contratos y comunicaciones deben estar redactados por escrito y se debe guardar una copia firmada por ambas partes (contratos de compra-venta, de alquiler, etc.) o debe ser remitida a la otra parte por medio fehaciente de comunicación (rescisiones, reclamaciones, solicitudes, etc.). Las formas de realizar esas comunicaciones serán siempre a través de burofax, carta certificada con acuse de recibo, telegrama o entrega en mano firmada. 2.- Los documentos deben contener además de los datos básicos de las partes firmantes, el por qué se redacta el documento (compra, alquiler, renovación, rescisión, etc.). Se debe especificar a que bien mueble o inmueble nos referimos. En el caso concreto de contratos de compraventa o alquiler, deben especificarse además de los datos generales, los medios y fechas de pago, las fechas de comienzo y vencimiento de las condiciones contractuales, las indemnizaciones en caso de incumplimiento y deben estar las firmas de todas las partes intervinientes en todas y cada una de las páginas del documento. 3.- Salvo algunas excepciones y aunque nos cueste algo de dinero, recomendamos fervientemente encargar la redacción de los documentos a un profesional (abogado, gestor, asesor, notario, etc.), el cual conoce a la perfección como redactar dichos documentos, para que en el futuro no tengamos problemas a la hora de reclamar nuestros derechos. Si el documento está bien redactado, los honorarios del profesional serán ínfimos en comparación a lo que nos costará pleitear en el futuro. 4.- Aunque no se pueden dejar reflejados en los contratos todos y cada uno de los inconvenientes que en el futuro puedan aparecer, sí es posible que figuren en él las normas contractuales más elementales, que además son las que más veces acarrean problemas. 5.- La mejor manera de solucionar los asuntos es la amistosa, es más barata, da menos quebraderos de cabeza y se tarda menos tiempo en dar solución al problema. 6.- Si no nos queda más remedio y hemos agotado la vía amistosa sin tener solución, deberemos acudir en primer lugar a las Oficinas del Consumidor de nuestro Ayuntamiento (servicio efectivo y de carácter gratuito) o si es un problema con bancos y cajas acudiremos a las oficinas de Usuarios de Banca. Si nuestro asunto no puede ser resuelto por ellos, no tendremos más remedio que acudir a los Tribunales de Justicia para que sean ellos quienes nos ayuden a solucionar el problema, pero siempre bajo el asesoramiento de un abogado. 7.- En el caso de diferencias con nuestra comunidad de vecinos, habrá que estar siempre a lo que dicten los estatutos comunitarios y en su defecto a la Ley de Propiedad Horizontal, pero siempre deberemos acudir en primer lugar al Presidente de nuestra comunidad para hacerle saber cual es nuestro problema e intentar obtener una solución del mismo. 8.- Nuestros derechos terminan justo en el momento en el que empiezan los derechos de los demás y no siempre tendremos razón en nuestras demandas. 9.- En muchas ocasiones lo que nosotros como consumidores, propietarios, inquilinos, etc. entendemos por sentido común, no tiene porque coincidir exactamente con lo que la Ley dicta . 10.- Si nos dan un documento ya redactado para firmar, hay que leer el documento con mucha tranquilidad, es mejor pedir copia del documento dos o tres días antes de la firma, para poder entender lo que dice y saber a que nos estamos comprometiendo al firmarlo. 11.- Hagamos caso al dicho popular, “Es mejor prevenir que curar”. Todos los años prevenimos las enfermedades vacunándonos y dichas vacunas serán prescritas por nuestro médico, si nos acatarramos acudiremos también a nuestro médico para que nos ayude en la cura. En lo referente a la Ley, acudamos a los profesionales para que sean ellos quienes nos indiquen la manera de actuar para que en el futuro no tengamos problemas o podamos defender nuestros derechos con pruebas en la mano. 12.- Atendamos los consejos de los profesionales. Es habitual encontrarse con personas que actuaron de tal o cual manera aconsejados por un amigo o un familiar no profesional, porque según él su caso era idéntico al nuestro. Y ahora surge la pregunta: Si tuvieras que realizarte un trasplante de corazón, ¿le preguntarías a tu familiar o tu amigo cómo lo haría él, o seguirías los consejos de tu médico especialista del corazón?