238 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Marzo 1984 alimentos, disponer de servicios de agua potable y saneamiento, crear nuevas fuentes de trabajo, aumentar el número de viviendas y contar con más recursos energéticos, tarea nada fácil si se considera la dimensión de la empresa en relación con la limitada cantidad de tiempo con que se cuenta. Afortunadamente hoy se dispone del conocimiento tecnológico y de la experiencia de la familia humana para solucionar tareas de considerable magnitud como el control de epidemias que azotaban a la humanidad en el pasado. Existen programas en diversas regiones del mundo a cargo de gobiernos e instituciones interesadas en crear condiciones favorables para alcanzar los objetivos propuestos. Sin embargo, se requiere del aporte decidido e inmediato de todo individuo, y el firme propósito de todos los pueblos y sus gobernantes. Es de hacer notar que cualquier empresa proyectada será incompleta si los niños, sean estos de países ricos o pobres en todos los rincones del mundo, no tienen la misma oportunidad o posibilidad de mejor salud como elemento prioritario para llegar a un desarrollo normal y a una vida futura feliz. Las condiciones para crear niños sanos y aptos capaces de llegar a las metas proyectadas están dadas. Por eso, al considerar que la salud del niño es la riqueza del mañana, es deber de la familia, de la comunidad y de toda la sociedad cristalizar estas condiciones para poner luego en esa simiente el mejor de los abonos a fin de que las nuevas generaciones estén capacitadas para mantener mañana el ritmo y la paz del mundo. REQUISITOS PARA UN DESARROLLO ARMONIOSO Michel Manciaux El desarrollo es la característica primordial del niño, quien crece y cambia siempre como individuo. Sin embargo, el niño es mucho más que “el joven de la humanidad” puesto que es una persona que vive en la época actual con gran realidad e intensidad. “Su nombre es hoy”, como dice acertadamente la poetisa chilena Gabriela Mistral. Al atender sus necesidades esenciales día a día se garantiza su crecimiento y desarrollo armonioso y se le prepara para el futuro. El desarrollo del niño significa también salud: no puede haber crecimiento ni desarrollo satisfactorios si la salud del niño está afectada por impedimentos 239 CRONICA crónicos, por ejemplo, desnutrición. Con frecuencia se buscan “indicadores”, índices positivos, para describir y medir la salud. En la infancia se dispone de muchos: las medidas de aumento de peso y altura y la adquisición en determinada edad de distintas capacidades sensoriales, motoras y mentales, que constituyen algunos de los hitos del camino hacia el desarrollo y son además indicadores de buena salud a nivel del individuo y la comunidad. Necesidades básicas Algunas veces se emplea la secuencia necesidades-exigencias-reacción para estudiar los problemas sanitarios. Esto no se puede aplicar al niño que no está acostumbrado a hacer solicitudes en los términos que nos son familiares. Por tanto, compete a los adultos, en particular a quienes están a cargo del niño, cerciorarse de sus necesidades y de la forma más apropiada de atenderlas. De ordinario las necesidades básicas de todo ser humano se clasifican en físicas, biológicas y psicológicas. Esa distinción es práctica pero algo artificial: la lactancia natural, por ejemplo, es provechosa no solo porque la leche materna se adapta perfectamente a las necesidades nutritivas del lactante sino porque fortalece los lazos de afecto entre la madre y el niño y lleva a intercambios provechosos e interacciones que son difíciles de sustituir. Las necesidades físicas son las más fáciles de comprender pero no necesariamente de atender. Se refieren a albergue, alimento y vestido y, a pesar de ser tan elementales, no es posible atenderlas en todas las edades de la vida. Los niños por lo general son las primeras víctimas de las catástrofes naturales y también de los desastres artificiales como la hambruna, los conflictos entre adultos y las guerras. La primera necesidad del niño es, en realidad, la necesidad de la vida, de la supervivencia que es esencial no solo para la propagación de la especie sino también para el establecimiento de programas de planificación familiar que los padres aceptan solo cuando llegan a convencerse de que los niños que ya han nacido tienen buenas posibilidades de supervivencia. El mundo moderno parece olvidarse a veces de esta necesidad-la más importante de todas - a juzgar por los 12 millones de niños que mueren anualmente antes de llegar al primer año de vida; sin embargo, con muy pocas medidas podrían salvarse. En lo que respecta a las necesidades psicológicas y sociales, los niños han sido el objeto de muchos estudios y observaciones en los últimos 20 años. Para su pleno desarrollo, todos los niños necesitan amor y seguridad, nuevas experiencias, estímulo y, desde temprana edad, responsabilidades que deben cumplir. Nada de esto es nuevo y las innumerables generaciones que nos precedieron descubrieron lo que era bueno para los jóvenes de la humanidad. Sin embargo, la inestabilidad social de los últimos decenios ha derribado las tradiciones en todos los países, provenientes de la experiencia humana. Por tanto, conviene recordar a los padres, educadores, profesionales de salud, que deben trabajar con los niños y las autoridades lo que es bueno para la salud general de los niños y para su próspero desarrollo en el mundo actual. Por medio de observación y de un análisis detallado de nuevas situaciones tanto en los países industrializados como en el mundo en desarrollo es preciso encontrar métodos 240 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA Marzo 1984 novedosos para atender esas necesidades dentro de contextos nuevos y variables. La socialización precoz del niño es un buen ejemplo de ello. En muchos países se confía cada vez más a las instituciones el cuidado y la educación de los niños desde temprana edad y por períodos prolongados. En lugar de mostrar indiferencia hacia esta situación que sin duda es irreversible <no sería mejor tratar de obtener de esto el mayor beneficio para el niño suministrando capacitación adecuada a quienes lo cuidan y sobre todo creando cohesión educativa entre la familia natural y las estructuras de atención infantil? Eso sería más fácil de realizar cuando la comunidad misma- aldea, barrio, grupos de familia - ayude a establecer y administrar esas instituciones. Los padres no se sentirán así como extraños y no estarán dispuestos a renunciar a sus responsabilidades en favor de los profesionales por creer, equivocadamente en muchos casos, que estos saben lo que más le conviene al niño. Una última palabra sobre el mundo en que vivimos, que ofrece a sus habitantes muchas oportunidades pero al mismo tiempo muchos riesgos. Los primeros beneficiarios de cualquier intento que hagamos para aumentar las oportunidades de desarrollo socioeconómico y cultural, salud y paz y para reducir los riesgos de contaminación, pobreza, ignorancia, enfermedad y guerra serán los niños de hoy y de mañana. Las necesidades de los niños del mundo no son solo una lista de exigencias que debemos atender a fin de garantizarles la mejor oportunidad de desarrollo: son los derechos reconocidos oficialmente por las Naciones Unidas en 1959 y ratificados por todos los países del mundo. Hay que ponerlos en práctica y aunque esa no es la tarea más fácil, el futuro del mundo depende de la misma.