de los árboles de la ribera. Por semejante procedimiento detenían la embarcación, acercándola después lentamente al sitio designado, para saltar a tierra o pernoctar. Los indios encendieron fuego inmediatamente para preparar las Viandas y cocer o asar la caza. Los agúanos y loretos se miraban con recelo y jamás comían juntos. Los primeros bogaban mejor e iban en la balsa de los Sres. Almagro e Isern, los loretos, poco avezados a la navegación, eran en cambio más diestros cazadores y viajaban con Espada y Martínez. Fué necesario mezclarlos, reuniendo en cada balsa agúanos y loretos, pero esta medida resultó sumamente desagradable para unos y otros, oponiéndose a ella en tal forma, que se hizo imprescindible acudir a la fuerza para imponerles obediencia. El 18 continuó la navegación sin novedad especial, sorteando frecuentemente multitud de fértiles y encantadoras islitas que impedían ver con su frondosa y exhuberante flora las orillas. Isern recorrió las orillas del río encontrando heliconias en flor; un grupo de cecropias (concul) de hojas palmeadas, corteza blanca y ramos algo extendidos, que formaba manchones o áreas; mimosas, guabas, un árbol grande de corteza de canelo y ramificaciones en corimbo (guayacano); euforbias y piperáceas arborescentes y de facies muy distintas, y entre las primeras una especie ya observada por el mismo Isern en Chanchamayo y sus contornos; enredaderas caprichosas que formaban grutas, pirámides, altares, laberintos, torres, pabellones, etc., etc., al trepar por los árboles y extenderse por sus ramas; tres especies de palmeras, una de aspecto común, otra de hojas en forma de abanico y una tercera espinosa y de astil muy largo que llamó extraordinariamente la atención del botánico. Este día hicieron parada en Cayapuna para pasar la noche. El 19 salieron en sus balsas, a las seis de la mañana, caminando hasta la una de la tarde. A esta hora marchó Almagro a un rancho, llamado Pan y a la zaparía de Paña-cocha de donde trajo exquisitos limones. Las jornadas desde el 19 al 23 fueron tranquilas y sin accidente alguno digno de mención. A las plantas ya Vistas por