LIDERAZGO ¿Por qué liderazgo en las organizaciones de hoy?

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LIDERAZGO
¿Por qué liderazgo en las organizaciones de hoy?
No existe una definición universalmente aceptada de liderazgo. Sin embargo, todos los enfoques tienen ciertos
(elementos comunes: el liderazgo es un proceso que supone la relación entre una persona y otras, que son sus
seguidores. La primera influye en el comporta-miento de las personas para llevarlas en una determi-nada
dirección, a través de medios no coercitivos. Un liderazgo eficaz orienta la conducta de las personas hacia el
logro de resultados que satisfacen tanto las necesi-dades del grupo u organización, como las necesidades de
las personas como individuos.
Una de las reflexiones más interesantes que se des-prenden de la práctica y del cambio de paradigma en la
concepción de lo que debe hacer un buen jefe, es pensar que la preocupación por las personas y por los
resultados no son antagónicas, sino que por el contra-rio, se encuentran en una relación de condicionalidad
recíproca. No es posible alcanzar resultados positivos para el negocio en el largo plazo con personas
frustra-das y desmotivadas, como tampoco generar ambientes psicológicamente positivos para las personas
cuando el negocio anda mal.
Las teorías de liderazgo situacionales o de contingen-cia, han aportado la necesidad de contar con ciertos
crite-rios que permitan discernir cuándo y como enfatizar un estilo de liderazgo centrado más en actuar
directamente, considerando las necesidades psicológicas de las perso-nas, de uno centrado en actuar
directamente sobre lo que se necesita para lograr sacar adelante la tarea. En estas teorías, el énfasis en uno u
otro estilo se establece dentro de un continuo temporal, considerando la evolución de los grupos de trabajo en
dimensiones tales como conoci-mientos, habilidades y grado de motivación intrínseca.
CAMBIOS EN EL ESCENARIO EMPRESARIAL Y SUS CONSECUENCIAS PARA EL FACTOR
DE LIDERAZGO
CAMBIOS AMBIENTALES
CAMBIOS ORGANIZACIONALES
• Internalización de la competencia.
• Crecimiento de las empresas.
• Abolición de normas.
• Diversificación de productos.
• Madurez de los mercados.
• Expansión territorial.
• Creciente rapidez en el desarrollo
• Uso creciente de tecnologías refinadas.
tecnológico.
Mayor intensidad competitiva en la mayoría de los
Mayor complejidad en la mayoría de las empresas.
sectores industriales.
Creciente necesidad de cambios: hacia un rendimiento
superior (por ejemplo, mayor productividad, mayor
Crecientes dificultades en la realización de cambios
innovación, nuevas posturas ante la comercialización de forma eficiente y efectiva
y la distribución).
Cada vez hay más puestos de trabajo que requieren
factor de liderazgo.
Cada vez se hace más difícil conseguir un liderazgo
efectivo.
CARACTERISTICAS DE UN LIDERAZGO EFECTIVO
No todas las personas que ocupan cargos gerenciales son líderes y no todos quienes ejercen lideraz-go están o
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llegan a posiciones gerenciales. De este modo, parece claro que el liderazgo no necesariamente surge de la
posición formal que una persona ocupa en la organización, sino que han de darse varios otros factores para
explicar por qué algunas personas son capaces de influir positivamente en la conducta de otras personas para
orientarse hacia determinados objetivos.
FACTORES QUE EXPLICAN EL LIDERAZGO EFICAZ SEGÚN DISTINTOS MODELOS
TEORICOS.
MODELO.
TEORÍAS DE RASGOS.
TEORÍAS CONDUCTUALES.
TEORÍAS DE
CONTINGENCIA.
ENFASIS.
RESULTADOS DE LA
INVESTIGACIÓN.
Los líderes poseen ciertas
características personales
(inteligencia, carisma, fuerza,
seguridad en sí mismo, etc.)
fuertemente asociadas a factores
innatos, que explican su habilidad
para influir en otros.
No existen características
personales especificas comunes a
todos los lideres. No es posible
predecir liderazgo eficaz sólo a
partir de rasgos personales
específicos.
En ciertas condiciones, un estilo
autoritario es el más apropiado,
El liderazgo eficaz se relaciona con mientras que otras, lo es uno
democrático. Por lo tanto, debe
el estilo −democrático versus
considerarse otros factores para
autoritario, o una cierta
determinar cuál estilo de liderazgo
combinación de ambos− que
resulta eficaz, tanto para la tarea
exhiba el líder.
como para la satisfacción de las
personas.
Los líderes más eficaces son
aquellos que han desarrollado la
Un liderazgo eficaz se relaciona
habilidad para identificar qué estilo
con las características de la
de liderazgo usar según la situación
situación que enfrenta el líder:
que enfrentan, y la habilidad para
naturaleza de la tarea y
adecuar su estilo a diferentes
características de los seguidores
contingente.
LOS COMPONENTES DE UNA SITUACIÓN DE LIDERAZGO
.
Este cuadro constituye un interesante intento de relacionar varios de los componentes que actúan en el proceso
de liderazgo y que, en otras teorías, aparecen tratados en forma aislada o parcelada. Quizás lo más interesante
resulta ser la incorporación del fenómeno perceptual, en el sentido de que, en gran medida, la forma en que un
líder actúa en una situación depende de cómo percibe a sus seguidores, la tarea y a sí mis-mo. Una
consecuencia práctica de este principio con-sistiría en ayudar a los líderes a modificar su percep-ción en un
sentido que le fuera útil para conseguir los resultados deseados. Sabemos que las percepciones son, por una
parte, modificables y, por otra, que determi-nan en forma significativa la conducta de las personas.
Liderazgo y Etica
Si el liderazgo supone la excelencia, considera, por lo tanto, necesariamente la sabiduría práctica que per-mite
alcanzar el bien, pues la excelencia en cuestiones humanas no puede estar asociada a la consecución del mal o
el error, sino a la búsqueda intencionada del bien y la perfección.
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Dicho en otras palabras, el líder auténtico no es sólo aquel que suscita adhesión y mueve voluntades, sino
quien lo hace con un propósito humanamente bueno. Y esto implica, por cierto, que el propósito sea bueno
para las personas que son lideradas y, al mismo tiempo, para el conjunto de ellas, movilizadas tras un objetivo
común.
Es claro, entonces, que el liderazgo, como todas las expresiones de la libertad humana, posee una inevita-ble
dimensión ética. El poder −formal o informal− de aunar y conducir voluntades que tiene y ejerce el líder no es
bueno en si mismo, no se autojustifica. Es más, sólo adquiere plenitud de sentido humano cuando pre-gunta
por un ¿para qué?, cuando quiere un fin que haga más plenas a las personas, es decir, cuando desea y,
consiguientemente, persigue activamente el bien humano real. Se ha dicho en innumerables ocasiones que el
lide-razgo puede ser positivo o negativo, queriendo señalar con ello que la capacidad de acaudillar a las
per-sonas puede ejercerse para buenos o malos propósitos.
Liderazgo y Autoridad
Si el auténtico liderazgo posee un carácter moral, como ya se ha enunciado, requiere fundamentarse en la
sabiduría práctica que permite a las personas condu-cir y guiar a otras al bien −co-mún y personal−. Y esta
sabi-duría práctica es la autoridad. Lo propio de quien es autoridad, radica, precisamente, en la sabi-duría y
capacidad de dirigir a otros hacia el bien personal y conjunto. La misma etimología del término autoridad nos
da lu-ces sobre el particular.
La autoridad práctica −o potestad− consiste, por lo tanto, en esa capacidad humana de dirigir a otras per-sonas
para hacerlas crecer, desarrollarse o perfeccio-narse.
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LIDERAZGO Y SERVICIO
A la luz de nuestro argumento, es claro que el líder es un servidor. Lo que lo define es su vocación de servicio
hacia el bien de los demás, tanto en su dimen-sión personal o individual como en la social o común. Es este un
aspecto que, por supuesto, distingue a toda autoridad. Y recordemos que el líder es una autoridad.
El liderazgo implica, entonces, como característica fundamental −y no accesoria o accidental− una abier-ta
disposición de servicio, esto es, de entrega al bien de los otros, incluso, si fuera necesario, con prescin-dencia
del bien propio.
El líder auténtico se reconoce en su disposición personal a procurar el bien común de las instituciones,
movimientos o causas que conduce y, junto con éste, el bien personal de aquellos que son guiados por él. Por
supuesto, contrariamente no refleja la presencia de un auténtico liderazgo la preocupación prioritaria por el
bien propio, o por ser un servido de los demás.
CARÁCTERÍSTICAS Y VIRTUDES PRINCIPALES DEL LÍDER.
En consonancia con lo antes expuesto, a continua-ción se presentan sucintamente y sin ánimo de
exhaus-tividad, las características y virtudes principales que ti-pifican a un <ideal de líder>.
Antes de efectuar una revisión de esas cualidades, parece conveniente señalar que ellas se pueden adqui-r
mediante el esfuerzo personal y con el apoyo de otras personas. De hecho, las virtudes son hábitos operativos
buenos que se adquieren por repetición de e un mismo tipo de actos. Por ejemplo, se adquiere la virtud de la
fortaleza enfrentando las situaciones ad-versas o emprendiendo tareas arduas, cada vez que la ocasión lo
demande. De este modo, la persona se va haciendo fuerte, va internalizando los hábitos de la fortaleza.
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En virtud de lo expuesto, resulta claro que toda per-sona puede, en principio, desarrollar en algún grado estas
características, acercándose al perfil ideal de un líder. No obstante, debe consignarse que las personas
tene-mos inclinaciones naturales y que, por eso, nos resultará más fácil lograr el desarrollo de unas que de
otras.
Desde esta perspectiva antropo-lógica, puede sostenerse que el líder no nace, pero tampoco se hace
com-pletamente. Las características y vir-tudes que le son propias se pueden adquirir durante el proceso de
forma-ción personal, pero teniendo como limitación interna las propias inclina-ciones naturales de cada
persona.
Una vez efectuadas las precisio-nes anteriores, y de acuerdo a lo pro-metido, procedemos a explicar
breve-mente las características y virtudes principales de un <ideal de líder>. Nos parece que estas son:
Sabiduría
El líder ha de tener ideas claras, convicciones pro-fundas y principios sólidos en los cuales asentar sus
decisiones y conductas. Sin estas cualidades todas las otras carecen totalmente de sentido.
Prudencia
Sin prudencia no se puede dirigir al bien; no es posi-ble ser autoridad ni líder. Esta constituye, por tanto, la
característica fundamental de todo auténtico líder. Y, si bien en parte no despreciable su posesión es fruto de
la experiencia de vida, todo líder debe preocuparse por cultivarla evaluando permanentemente el acierto o
desacierto de las propias decisiones y acciones.
Justicia
Quien es justo procura permanentemente el bien de los demás y el propio, ordenándolos al bien co-mún, es
decir, al bien social conjunto. El hombre justo jerarquiza y ordena bienes y sabe anteponer debida-mente el
bien común sobre los bienes personales y, asimismo, el bien de los demás frente a los intereses propios.
Fortaleza
Es una virtud moral clave para el líder. Consta bási-camente de dos dimensiones: la capacidad de resistir y la
capacidad de emprender. Al respecto, no cabe duda alguna de que estas características son absolutamente
definitorias al momento de efectuar el perfil que debe poseer un líder.
La capacidad de resistir la adversidad, las contradic-ciones y la oposición de los demás a sus propósitos es
vital para quien conduce a grupos de personas hacia un objetivo común. De similar modo, también lo es la
capacidad de resistir el fracaso en algunos de los inten-tos por alcanzar el fin propuesto.
Por otra parte, casi por definición podríamos decir, no hay liderazgo posible y real que no requiera de una
importante dosis de capacidad emprendedora. El líder es, de hecho, un emprendedor permanente en la tarea de
conducir a sus dirigidos hacia el fin común.
Perseverancia
Si bien la perseverancia constituye una virtud que puede considerarse parte de la fortaleza, vale la pena una
referencia especial a ella debido a la gran importancia que tiene dentro del conjunto de cualidades de un líder.
Sin perseverancia, que implica tener la capacidad de re−emprender el camino una y otra vez si fuera
ne-cesario, es imposible un auténtico liderazgo; esto es, aquel que no se confunde con el mero oportunismo o
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con los intentos de caudillismo aislados y débiles ante las dificultades.
Empatía o compasión
La compasión o empatía, como se puede apreciar, conlleva la voluntad y la capacidad de comunicarse. El
líder, como es sabido, es un buen comunicador. Y esta es otra de sus características salientes.
La compasión o empatía, como se puede apreciar, conlleva la voluntad y la capacidad de comunicarse. El
líder, como es sabido, es un buen comunicador. Y esta es otra de sus características salientes.
• Persuasión o retórica
Hemos señalado que el líder es una autoridad po-seedora de una especial cualidad retórica o persuasiva. Esta
representa una de sus características más sobresa-lientes. Y consiste básicamente en saber comunicar el bien,
en hacerlo objetivo común del cuerpo social diri-gido.
A través de una adecuada retórica logra el líder sus-citar la adhesión de sus seguidores. Por medio de ella,
estos últimos hacen suyo el propósito que anima al primero y unen sus voluntades en la común tarea de
hacerlo realidad.
• Alegría
Entendemos aquí por alegría ese ánimo o apetito natural del deseo de vivir que vinculado a la esperanza es
característico del líder. Este derrocha deseos de vi-vir, de crecer, de desarrollarse y de desarrollar, de ir
siempre en búsqueda de más; básicamente de más humanidad, o de una humanidad más plena. Por ello, la
esperanza es cualidad que le distingue y que va ane-ja con la expresión positiva de su propia vitalidad y de sus
ideales superiores.
• Espíritu de servicio y sacrificio
Ya se ha dicho que el espíritu de servicio defi-ne al auténtico liderazgo y lo distingue del que no lo es. Espíritu
que se orienta intencionalmente a la búsqueda del bien de los demás. Este lleva apa-rejado inevitablemente la
privación y la renuncia −a sí mismo, especialmen-te−, es decir, trae consi-go el sacrificio. Es por ello que al
líder no sólo lo distingue un profun-do espíritu de servicio a los demás sino que también un acendrado espíritu
de sacrificio por los demás.
• Magnanimidad
Como se ha visto, el líder debe poseer un espíritu generoso o magnánimo, bien dispuesto para afrontar tareas
ingentes y desafíos no menos grandes. Sin un espíritu magnánimo resulta imposible la tarea de un líder.
Particularmente, para dar cumplimiento a su pro-pósito de servir y a la consecuente necesidad de sacrificarse
en aras de tal anhelo.
• Humildad
El humilde se conoce a si mismo tal como es y, así, reconoce su propia pequeñez, sus debilidades y falen-cias.
Desde este punto de partida, está siempre dis-puesto a aceptar la ayuda, que le permite soslayar y superar esas
flaquezas. Pero, por sobre todo, está siem-pre bien dispuesto a aceptar las debilidades de los de-más y a
ayudarles a superarlas. Quien cultiva la virtud de la humildad se encuentra en inmejorables condicio-nes para
privilegiar una actitud cooperativa −y no sólo competitiva− hacia las otras personas y, en último tér-mino, se
halla especialmente dotado para desarrollar una disposición de servicio hacia ellas.
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• Solidaridad o caridad
La solidaridad, la caridad o el amor que, por cierto, resultan impensables sin la humildad, constituyen la
quintaesencia la característica más notable de un gran líder. Si repasamos nuestro argumento podemos
apre-ciar que la cualidad más importante de un gran líder es su capacidad de amar a los demás −a cada cual
del modo que corresponde. Amor que lo impulsa a ser-vir, que lo lleva a la entrega total en pos del bien ajeno,
que lo mueve a desplegar una permanente conducta de donación personal.
En esencia, el mejor líder es el que tiene la capaci-dad de amar hasta el extremo, incluso con desprendi-miento
del bien personal más preciado, esto es, de la propia vida. Y de ello, la historia nos muestra claros ejemplos.
LIDERAZGO
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El factor de liderazgo ha pasado a ser significativamente más importante.
C
CARACTERISTICAS
SITUACIONALES DE
TAREAS REALES
B CARACTERISTICAS
6
REALES DEL
SUBORDINADO
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