Academia Nacional de Historia Militar firmar un tratado de paz, mientras que tropas extranjeras ocupen cualquiera parte de su territorio, se convendrá en que sentadas y reconocidas que sean estas bases, se retirará el ejército Peruano á la orilla izquierda del río de Santa, y el de Colombia al norte del Departamento de Azuay para proceder á los arreglos definitivos; á cuyo efecto se elegirán, desde luego, los Plenipotenciarios que deben reunirse en Panamá en todo el mes de abril del presente año. Entre tanto sólo podrán existir en las provincias fronterizas pequeñas guarniciones, debiéndose nombrar en uno y otro ejército comisarios que vigilen la observancia de este artículo”; finalmente, estas Bases serán parte obligatoria del Tratado definitivo. Como puede observarse, en la propuesta de Sucre se encuentran claramente especificadas las razones del diferendo: El tema limítrofe, el asunto de Bolivia y la desocupación de los territorios invadidos, que incluye a la ciudad de Guayaquil. La respuesta de La Mar sobre las bases propuestas es terminante: “Yo dije a V.E. que estaba pronto a entrar en negociaciones, siempre que se propusiesen bases que no fuesen contrarias a los intereses y al honor del Perú; mas las que he recibido, no solo están muy distantes de tener estas calidades indispensables, sino que enteramente las contrarían. Ellas más bien parecen condiciones durísimas puestas en el campo del triunfo a un pueblo vencido, que proposiciones hechas a un ejército, que como el que tengo el honor e mandar, ha conseguido ya ventajas considerables, y posee todas las probabilidades de la victoria”. Los asuntos referidos a Bolivia y al reemplazo de las bajas colombianas, le parecen “altamente injuriosos a la República Peruana, que a pesar de que desea ardientemente la paz, no sería capaz de someterse a condiciones tan duras, tan injustas, y tan degradantes, mientras que uno solo de sus hijos se halle en estado de presentarse en el campo de la batalla”54. El Perú –dice- no pretende nada injusto y ha tomado las armas solamente para defender su independencia, intereses y honor. 54. Ibídem, p. 285. 102 Segundo semestre •