23 de agosto 2016 ALERTA CEEY DETERIORO EN INDICADORES ECONÓMICOS La desaceleración del PIB en 2T 2016 se asocia a un mayor debilitamiento de la demanda agregada, debido principalmente al menor ritmo de expansión del consumo privado. Dada la desaceleración del PIB en 2T 2016, cabe esperar que en la segunda parte del año la tasa de crecimiento del empleo formal se mantenga sin cambio o presente una ligera tendencia a la baja. Se advierte en los consumidores una mayor preocupación por la situación actual de México y en sus expectativas para la situación económica de su hogar y del país durante los próximos 12 meses El Indicador de Confianza Empresarial (ICE) se encuentra en los niveles más bajos que al inicio del sexenio Los diversos indicadores de crecimiento económico y empleo, así como de Confianza del Consumidor y Empresarial, advierten una desaceleración de la economía y un deterioro en el clima de inversión, señala el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). A partir de un análisis de la Actividad Económica, el Mercado Laboral, así como de la Confianza del Consumidor y Confianza Empresarial, Marcelo Delajara, director de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del CEEY, alerta de una mayor preocupación por la situación actual y futura de los hogares, las empresas y del país. Actividad Económica Ayer el INEGI reportó una desaceleración en la tasa de crecimiento del PIB en 2T 2016, que fue 1.5% (variación anual, ajustada por estacionalidad), después de haber sido 2.5% en el primer trimestre de 2016. Esta desaceleración es significativa, ya que el desempeño de la economía en el primer trimestre había sido mejor que el promedio de los últimos dos años (2.4%), mientras que el del segundo trimestre se encuentra muy por debajo de esa cifra. "La tasa anual referida es la menor registrada en un segundo trimestre en los últimos dos años, pero aún mayor a la que se observó en 2T 2013 (0.71%) cuando la economía mexicana se contrajo ligeramente respecto al primer trimestre de ese año. Sin embargo, la tasa de 1.5% en 2T 2016 se acerca a la que tuvo la economía en el año 2013, cuando el PIB creció a un ritmo promedio de 1.6%", señala el documento de Delajara. El analista apuntó que la desaceleración del PIB en 2T 2016 se asocia a un mayor debilitamiento de la demanda agregada, principalmente, debido al menor ritmo de expansión del consumo privado. "Por un lado, la economía mundial siguió perdiendo dinamismo, por lo que las exportaciones no petroleras se contrajeron a una tasa anual promedio de 2.8% en la primera parte de 2016 (las exportaciones petroleras lo hicieron a una cifra cercana a 30%). Por otro lado, la mayor austeridad fiscal, adoptada en respuesta al entorno financiero internacional volátil e incierto, significó un gasto neto del sector público programable menor en casi 3% durante el primer semestre de 2016 en comparación con el mismo periodo del año previo. "Finalmente, el consumo privado, que había sostenido el crecimiento del PIB en los primeros meses de 2016 (en 1T 2016 el indicador de consumo privado en el mercado interno se expandió a una tasa anual promedio de 4.1%) se desaceleró a 1.8% en abril y mayo". dijo. Mercado Laboral Los niveles de los indicadores indican una situación relativamente buena en el mercado laboral. La tasa de crecimiento anual del empleo formal (del número de trabajadores afiliados en el IMSS) se ubicó en 3.7% en 2T 2016, solo ligeramente por debajo del promedio de 4% de los últimos 5 años. La tasa de desocupación en el trimestre de referencia fue 3.9%, un nivel que no se observaba desde el tercer trimestre de 2008, al inicio de la crisis financiera global. Asimismo, la tasa de informalidad fue 57.2 % en el trimestre, la más baja de los últimos años y comparable a la que se observó antes de la crisis referida. "La dinámica de los indicadores revela, sin embargo, cierta desaceleración. De manera congruente con el comportamiento del PIB en los últimos trimestres, dichos indicadores continuaron mejorando, pero a un menor ritmo. Así, la tasa de crecimiento del empleo formal del IMSS, la tasa de desocupación y la de informalidad presentaron valores solo ligeramente mejores que los registrados en el trimestre previo", señala. Dada la desaceleración del PIB en 2T 2016 respecto a 1T 2016, cabe esperar que en la segunda parte del año la tasa de crecimiento del empleo formal se mantenga sin cambio o presente una ligera tendencia a la baja; asimismo, las reducciones en los indicadores de desocupación e informalidad serán modestas. Confianza del Consumidor Hasta 1T 2016, el Índice de Confianza del Consumidor se había mantenido estable en un nivel relativamente bajo y aparentemente desacoplado de las mejorías en el PIB y en la inflación que se observaban. Dicho estancamiento en la confianza se atribuía al comportamiento dispar de los subíndices componentes: por un lado, los componentes del índice que capturan la percepción de los consumidores sobre la situación futura de sus hogares y del país presentaban una tendencia negativa; por el otro, la percepción sobre la situación actual del país y del hogar y sobre el poder de compra de bienes durables de sus miembros mostraba un nivel elevado o incluso una tendencia al alza. Pero en 2T 2016, en cambio, se observó una clara reducción en la confianza de los consumidores en tándem con un aumento en el Índice de Miseria Económica (IME). El aumento del IME en 2T 2016 se asocia principalmente con la desaceleración del PIB y en menor medida con el ligero repunte de la inflación. "Durante 2T 2016, si bien los consumidores continuaron percibiendo una situación económica buena en su hogar y un mayor poder de compra de bienes durables en relación al mismo periodo del año previo, se mostraron más preocupados por la situación actual del país y sus expectativas para la situación económica de su hogar y del país durante los próximos 12 meses se deterioraron aún más", señala Delajara. Confianza Empresarial El Indicador de Confianza Empresarial (ICE), elaborado por el INEGI, para los tres sectores económicos (construcción, manufacturero y comercio) presenta una tendencia a la baja desde el inicio del sexenio del actual gobierno federal. A partir del 4T 2014 se ubica incluso por debajo del umbral de 50 puntos. Con anterioridad a ese trimestre, la confianza empresarial mostraba mejorías en cada medición, pero éstas se fueron debilitando (solo se observó un repunte entre el 3T 2013 y el 2T 2014). Después del 4T 2014 el ICE se sitúa en la zona negativa debido a que la opinión de los directivos de empresas se vuelve más pesimista", señala el documento del directivo del CEEY. "Los niveles (por debajo del umbral de 50 puntos) de confianza empresarial reportados durante 2T 2016 mantienen la tendencia que se ha observado durante el año previo. En ese periodo, el ICE del sector manufacturero se mantuvo estable, mientras que en los sectores construcción y comercio el indicador continuó deteriorándose. De esta manera los indicadores de confianza empresarial se encuentran actualmente en su punto más bajo de los últimos 4 años", señala el directivo del CEEY. Marcelo Delajara advierte que pese a la percepción de relativa estabilidad en la situación presente de las empresas, la opinión sobre el clima de inversión ha venido empeorando junto con las perspectivas económicas futuras de la empresa y del país, llevando a que el ICE se encuentre en niveles más bajos que al inicio del sexenio. 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