SEMIÓTICA Y CONOCIMIENTO Introducción a la epistemología en Locke y Leibniz b. Percepción y apercepción Leibniz distingue entre percepción y apercepción. La percepción o representación es todavía inconsciente. La apercepción, en cambio, pertenece al acto consciente de percibir. Esta se da sólo en los espíritus o inteligencias. Se puede afirmar que las percepciones son propias de todos los seres que constituyen el universo, pero la apercepción consiste además en la percepción consciente. Esto no significa que los espíritus o las inteligencias (en este caso los seres humanos) tengan la facultad de apercibir todo las percepciones, puesto que se puede denominar apercepción sólo a aquello que es percibido conscientemente. Y aunque no haya conciencia de lo que se percibe, las unidades metafísicas (o mónadas) siempre están percibiendo algo. c. Verdades de razón y verdades de hecho Según el sistema de Leibniz, la distinción entre verdades de razón (llamadas también verdades eternas o necesarias, -entre las que se cuentan los principios de la metafísica, de la lógica y las derivaciones matemáticas-) y verdades causales o de hecho posee bases metafísicas. “Las verdades de razón están fundamentadas sobre la necesidad lógico-metafísica, mientras que las verdades de hecho permanecen siempre ligadas al libre decreto divino”153. Reale y Antiseri formulan dicha distinción de esta manera: Las verdades de razón son aquellas cuyo contrario es imposible. Expresan el conjunto de verdades que se hallan en la mente de Dios, las cuales están basadas, sobre todo, en los principios de identidad, de no contradicción y de tercero excluido. Son verdades de razón todas las de la matemática y la geometría y, según Leibniz, también las reglas de la bondad y de la justicia (porque no dependen de la simple voluntad divina y también se trata de verdades cuyo contrario resulta contradictorio, como sucede en matemáticas). El hombre, cuando conoce este tipo de verdades necesarias se basa asimismo en los principios antes indicados. En cambio, las verdades de hecho hacen referencia a los sucesos contingentes y son aquellas cuyo contrario no es imposible. Por ejemplo, que yo esté sentado es una verdad de hecho; pero no es una verdad necesaria, porque su 153 REALE Y ANTISERI, o. c. p. 406. 74