La política es la ciencia de siempre usar los medios más convenientes de acuerdo con los propios intereses de uno. Para actuar en la conformidad con los intereses de uno, uno debe saber lo que estos intereses son, y para ganar este conocimiento, uno debe estudiar su historia y aplicación... Uno debe intentar, sobre todo, para conocer el genio especial del pueblo al cual quiere gobernar para saber si uno debe tratarlos indulgente o severamente, si ellos se inclinan a sublevarse... a intrigar... [La nobleza Prusiana] ha sacrificado su vida y bienes en el servicio del estado; su lealtad y mérito le han ganado la protección de todos sus gobernantes, y es uno de los deberes [del gobernante] ayudar a esas familias nobles que se han empobrecido para guardarlos en la posesión de sus tierras; porque ellos son considerados como los pedestales y los pilares del estado. En tal estado ni facciones o necesidad de rebeliones se teman... eso es una meta de la política de este estado para conservar la nobleza. Un gobierno bien dirigido debe tener también un concepto subyacente integrado que pudiera asemejarse a un sistema de filosofía. Deben razonarse bien todas las acciones tomadas, en todo lo financiero, político y militar, deben fluir hacia una meta, que es el fortaleciendo del estado y fortalecimiento de su poder. Sin embargo, tal sistema debe fluir pero de un solo cerebro, y este debe ser el del soberano. Federico II de Prusia. El Testamento político, 1752