lvL C A B A H O MOIiUNO 9 nos se observa, todos ellos presentan ciertos caracteres comunes, cuyo conjunto puede constituir la diagnosis morfológica de la raza. Considerada ésta en conjunto, su corpulencia es siempre pequeña o mediana, y su conformación marcadamente esbelta. La alzada, en la mayoría de los individuos, no pasa de la marca; los más grandes sólo tienen media cuarta sobre ella. Según los hipotécnicos ingleses, un buen caballo moruno no debe tener en la cruz más de 1,47 m., es decir, precisamente la marca española. L a piel, delgada y flexible, está cubierta de pelo muy fino, corto y sedoso, de color variable, pero con notable predominio de las capas tordas y castañas. La cabeza es pequeña, o hablando con más exactitud, corta. Su longitud total es constantemente menor que la longitud de la espalda, en vez de ser igual como lo exige el canon de Duhousset [1883, p. 125]. L a anchura de la frente es mayor que la distancia del ojo a la oreja, correspondiendo, por tanto, al tipo braquicéfalo de Sansón. Las orejas son cortas y finas; los ojos, muy expresivos. El perfil superior, recto o- ligeramente cóncavo en la frente, desciende en curva hacia la región nasal, y esto, unido a que las quijadas son muy llenas, hace que el hocico resulte pequeño- y fino, y nunca cuadrado como frecuentemente es en el caballo árabe. A veces, la línea se hace convexa desde la base de la frente, pero el perfil no llega nunca a ser acarnerado (1) El cuello está bien proporcionado, en longitud, al tamaño de la cabeza, y por consiguiente resulta un poco corto para las proporciones generales. La cruz es alta, y con frecuencia bastante larga. El dorso, muy ligeramente ensillado. El vientre, recogido. L a grupa, corta y derribada, haciendo que, por regla general,- el cuerpo resulte algo corto, con relación a la alzada, comunicando al animal cierto aire de potro en cualquier edad. (t) En muchos libros de zootecnia o de la historia natural he visto que se asigna al caballo berberisco cabeza acarnerada. N0 hay tal cosa, y el error procede indudablemente, o de haber tomado los caracteres de la descripción del caballo africano de Sansón, o caballo dongolavi, que en efecto presenta ese perfil, o de haber traducido mal el término francés «moutonné». L o que los hipólogos franceses llaman «profil moutonné> no es precisamente nuestro «perfil acarnerados sino el que es curvilíneo en la región nasal. A lo que nosotros llamamos acarnerado, es decir, al perfil convexo desde la parte alta de la frente, le llaman ellos «busqué». Mem. R. Soc. esp. Hist. nat., x u , 1921.