LABORATORIO DE PARASITOLOGÍA 2 AMEBAS, FLAGELADOS Y CILIADOS NOTA: Para efectos del quiz, la materia a evaluar será el resumen que sigue, en la bitácora, como no hay procedimiento, deben anotar las estructuras más importantes de cada protozoario, dejando un campo para que sean colocados allí sus dibujos o fotografías de las observaciones al microscopio. La incógnita será recibir una lámina al azar de las vistas en clase y mencionar: nombre científico del microorganismo, dos patologías que produce y dos medicamentos útiles para erradicar al parásito. Además se menciona la forma parasitaria, ya sea quiste o trofozoíto. A. FORMAS MÓVILES: Definiciones: Los protozoarios son microorganismos compuestos por una sola células, por lo que su visualización se hace a nivel de microscopio, primero en bajo poder de 30X (franja amarilla) para identificar su forma semicircular, y luego en inmersión (con aceite de inmersión) o alto poder de 1000X para dar el diagnóstico de especie. Propiamente en las heces se pueden encontrar en su forma móvil, la que reviste todo el peso de la producción de la patología, llamadas trofozoítos, o como quistes, que son la forma infectante para el hospedero. La visualización de trofozoítos no es tan común, pero sí de quistes, lo que los convierte en la forma diagnóstica por antonomasia. En vista de que por su grado de evolución no hay machos ni hembras, el hecho de hablar de un hospedero definitivo en este grupo parasitario se torna controvertido. No obstante, como consenso el hospedero definitivo es el ser humano puesto que en él, el trofozoíto patógeno desarrollará la patología, aunque esta forma móvil no la podamos clasificar como adulta, ni se reproduzca por la vía sexual, características esenciales del parásito dentro de cualquier hospedero definitivo. Ninguno de ellos tiene hospederos intermedios. El hecho de que algunos procedan de animales y casualmente infecten al hombre no hace a esos animales hospederos intermedios. Puede darse el caso de que la parasitosis corresponda a una zoonosis y que el quiste accidentalmente infecte al ser humano: este tipo de parasitismo lo conocemos como errático y es el caso particular de Balantidium coli, un parásito de cerdos que puede producir disentería en el humano cuando este último accidentalmente entra en el ciclo de vida del parásito. El movimiento de los trofozoítos obedece: - A desplazamientos lentos de la célula (amebas) o - A que están dotados de flagelos (largos hilos que semejan látigos) o cilios (pelos numerosos y cortos) que se mueven rápidamente. En su forma móvil los protozoarios se encuentran principalmente en: - Heces líquidas - Heces con moco - Heces blandas, no formadas Clasificación: Sin flagelos ni cilios Con flagelos Con cilios AMEBAS FLAGELADOS CILIADOS - El principal problema en el laboratorio es: La identificación precisa de: Entamoeba histolytica/E. dispar/E. moshkovskii Giardia duodenalis Balantidium coli Trichomonas vaginalis B. QUISTES (FORMA INFECTANTE) Los quistes son pequeñas formas inmóviles y resistentes a las condiciones ambientales de ciertos protozoarios intestinales. Pueden tener uno o varios núcleos. Importancia de los quistes: (a) Importancia clínica: Lo esencial es encontrar y reconocer quistes de Entamoeba histolytica/E. dispar/E. moshkovskii, Giardia duodenalis y Balantidium coli. Aunque su presencia en las heces posee menor significado inmediato que la de las formas vegetativas móviles puesto que no son los productores del mecanismo patogénico, los individuos asintomáticos pueden ser portadores de quistes. (b) Importancia en Salud Pública: Los quistes son la forma infectante de los protozoarios que veremos, excepto en Trichomonas vaginalis, que no posee quiste. La detección de quistes puede ser de provecho en epidemiología de la zona geográfica en cuestión. Por lo general, los quistes se encuentran en heces blandas y duras por igual. C. Entamoeba histolytica/E. dispar/E. moshkovskii Posee un solo núcleo, puede ser redonda si no está en movimiento, o puede verse que ha emitido un único pseudópodo llamado lobópodo. El núcleo está rodeado de fina cromatina y un cariosoma central, pequeño y denso (punto negro). El citoplasma puede tener cuerpos de inclusión como eritrocitos fagocitados, vacuola de glucógeno o corpúsculos cromatoidales de puntas redondeadas (a diferencia de Entamoeba coli que es comensal o no patógena cuyos extremos de los corpúsculos cromatoidales son astillados). Patologías que produce: infección no invasiva, colitis invasiva aguda, colitis invasiva crónica, colitis fulminante, Ameboma, apendicitis, absceso hepático. Los tratamientos de las formas no complicadas incluyen metronidazol, paramomicina y diloxanida. Las formas complicadas incluyen metronidazol, tinidazol, Secnidazol, nitazoxanida y cloroquina. Arriba: trofozoítos, Abajo: Quistes Trofozoíto con cuerpo de inclusión que por su tamaño es compatible con un eritrocito. Trofozoítos con eritrocitos en el citoplasma, en el centro, trofozoíto no digitiforme. El trofozoíto es más alargado, el quiste muy redondeado y a veces con vacuolas de glucógeno. Quiste con corpúsculo cromatoidal de puntas redondas. Esquema de un quiste y a la par dos formas reales con eritrocitos ingeridos. Trofozoíto, uninucleado, fina cromatina nuclear y cariosoma puntiforme, junto con eritrocitos fagocitados. E. Giardia duodenalis: Los trofozoítos, formas parasitarias internas, tienen superficie dorsal convexa y ventral cóncava. Sus movimientos en espiral dan la impresión de "una hoja de árbol que cae". Las estructuras internas que pueden apreciarse son: dos núcleos, cuerpos medianos en número variable, disco adhesivo, ventral, con estructura cóncava, rígida, en espiral, compuesto por microtúbulos y proteínas asociadas ubicado en la mitad anterior ventral, con capacidad contráctil, y un paquete de axonemas con cuerpos basales en posición anterior con respecto a los núcleos, del cual derivan 4 pares de flagelos (par anterior, dos pares laterales y par posterior). Los quistes, formas de resistencia, infectantes, ovales, contienen 4 núcleos y estructuras residuales de la forma vegetativa (axonemas, restos de disco adhesivo y cuerpos medianos). La resistente pared quística está formada por una capa filamentosa externa y una capa membranosa interna. En muchas ocasiones, puede haber un espacio vacío entre el citoplasma y la pared quística, condición denominada retracción del citoplasma y es patognomónica de Giardia duodenalis. El tercer quiste, de izquierda a derecha, es igual al que veremos en el laboratorio. Quistes en diferente tinción, con 2 núcleos cada uno, restos flagelares dispuestos diagonalmente, de forma ovalada. En el de la derecha sobre todo hay un espacio en blanco entre la pared y el citoplasma, llamado retracción del citoplasma. Esquema de trofozoíto y quiste. Observe en el trofozoíto la ventosa ventral entre los núcleos y los 4 pares de flagelos, bajo los núcleos está el cuerpo mediano. Trofozoítos que poseen 2 núcleos teñidos de tal modo que lo hace ver simétrico. Entre las manifestaciones de la enfermedad aguda se encuentran: diarrea acuosa o pastosa, esteatorrea (evacuaciones grasosas, generalmente explosivas y fétidas), dolor epigástrico postprandial, anorexia, distensión abdominal, flatulencia y ocasionalmente, cefalea, febrícula, manifestaciones alérgicas (artralgias, mialgias, urticaria). La enfermedad aguda puede resolverse en unas semanas, aún sin tratamiento, pero un porcentaje importante de pacientes desarrolla una parasitosis crónica, con diarrea recurrente, esteatorrea, evidencia bioquímica de malabsorción de grasas, lactosa y otros disacáridos, vitamina A y vitamina B12, disminución de peso y deficiencias en el crecimiento y desarrollo infantil. También se ha asociado a Giardia y a otros protozoos con el síndrome de intestino irritable. Su tratamiento consiste en la administración de Metronidazol, Albendazol, Nitazoxamida, Furazolidona, Tinidazol y Secnidazol. F. Balantidium coli Es el único ciliado patógeno para el humano. El cuadro es severo pues corresponde a una disentería acuciante. El trofozoíto es de gran tamaño, con un macronúcleo en forma de maní o “semilla de marañón”. El quiste también lo presenta, pero este no posee los cilios, y únicamente se puede observar el macronúcleo. Ambos son de grandes dimensiones. La mayor parte de las infecciones por B. coli cursan de manera asintomática. Cuando hay manifestaciones clínicas, estas oscilan desde síntomas leves, cuadros diarreicos hasta disentería franca. Las complicaciones por su reotaxis son: Perforación y colitis fulminante, apendicitis, poliposis inflamatoria, abscesos. En casos extraintestinales se han reportado lesiones pulmonares, hepáticas, renales, choque séptico. Se consideran fármacos de elección para la balantidiasis: Metronidazol, tetraciclina, iodoquinol. Trofozoíto mostrando del lado izquierdo el citostoma por medio del cual se alimenta y un gran núcleo en forma de maní. Trofozoíto mostrando cuerpo de inclusión además del núcleo. Quiste, que como se observa, es esférico y conserva el macronúcleo pero pierde los cilios y se recubre de pared quitinosa. Esquema de un trofozoíto y un quiste. Note que el macronúcleo tiene un anexo que no siempre se logra observar denominado micronúcleo. G. Trichomonas vaginalis T. vaginalis se presenta como trofozoíto y no posee quiste, ya que se transmite de mucosa a mucosa durante el contacto sexual sin tener que soportar duras y letales condiciones ambientales. Tiene forma oval (se describe como una pera). Presenta 4 flagelos anteriores libres derivados de un complejo kinetosomal; un quinto flagelo corre posteriormente, formando una membrana ondulante, asociada a una estructura denominada costa. El axostilo central y la costa son estructuras de sostén. Se han observado vacuolas, partículas y, con menor frecuencia, bacterias, leucocitos y eritrocitos en citoplasma. Tanto hombres como mujeres experimentan ardor al orinar, en el hombre durante la eyaculación. Las mujeres sufren disuria, dispaurenia y cistitis, junto con una secreción insidiosa de aspecto blanco-amarillento de mal olor, llamada leucorrea espumosa. El tratamiento consiste en la administración de metronidazol o tinidazol. La localización del parásito puede provocar vulvovaginitis, y a veces están de forma tan externa que son arrastradas por el chorro de la orina, por lo cual, la orina también es efectiva en el diagnóstico de este parásito.