78 FLORULA FARMACÉUTICA el centro, las riberas están pobladas de fresnedas (Fraxiims angustifolia), que también se extienden á lo largo del sistema carpetano con el Quercus tozza, ballota, illex, y el Quer^ us súber qae abundan por Extremadura. El carduus carpetanus, la Retama sphcerocarpa, con algunas la­ biadas y compuestas, como v g. la Laoandula peduncvlata, y la Santolina rosmarinifolia, forman bosques á lo lar­ go del limite meridional y en el centro, encontrándose con ellas el Adenocarpus intermedias, el Amaranthus albwsi el Tanacelum microphylum el Helliolropium supinum el Onopordonnervosum etc.: pero las plantas más abundantes en este país son las cistáceas, que se extienden al modo de los brezos por el Sur de Avila, Extremadura y la Man­ cha, ocupando áreas de muchos kilómetros cuadrados, con diferentes especies dejaras, tales son: la jara común (Oistus ladaniferus), el jaron (Oislus laurifolius), la jarguna (Oislus populifolius), el jaguarzo (Cistus monspeUensis), la quiruela (Heliaiithemum ocymoides) y otras es­ pecies menores. En donde es más notable la abundancia de las jaras, es en Sierra Morena; allí forman espesos matorrales, siempre verdes, que tapizan hasta las me­ nores ondulaciones de la cordillera, comunicándolas un tono verde azulado, que contrasta admirablemente con la blancura de las corolas de las jaras. Al observador que mira desde los altos la cordillera mariáuica, se le presenta un panorama encantador; aquel inmenso hori­ zonte verde azulado, le hace olvidar momentáneamente la tierra que se halla á sus plantas, y le parece que tiene ante sus ojos un mar petrificado y cubierto por un velo blanco producido por la florescencia de las plantas. En ninguna parte se ven más extensos jarales que en Sierra Morena. Caminando hacia el Norte disminuye y a su espesura, y en la cordillera Oretana, por los montes de Toledo, se ven varias especies del género Quercus casi