Tema 1: El Barroco Es un movimiento literario que surge en el siglo XVII y se opone al anterior (Renacimiento) en los siguientes rasgos: • El Renacimiento era la época del Imperio, un período de hegemonía política, el Barroco en cambio es un período de decadencia (crisis política y económica en la que el Imperio es golpeado por el hambre, la miseria y las derrotas militares) gobernado por los últimos austrias (Felipe III (1598−1621), Felipe IV (1621−1665) y Carlos II (1665−1699)), fue un período de auge de la nobleza, que defendió sus privilegios e impuso sus valores: el absolutismo monárquico, la obsesión por la limpieza de sangre, el inmovilismo social y el retorno a una religiosidad tradicional. Pero tanto en el sigo XVI como en el XVII hay un gran desarrollo de las artes y las letras, por eso los llamamos Siglos De Oro. • El Renacimiento exaltaba la vida, el hombre y la naturaleza; el Barroco, en cambio, infravalora la vida y lo humano, porque todos estamos sometidos al paso del tiempo (tópico literario del tempus fugit − el tiempo se escapa, el tiempo huye) y a la muerte (tópicos del memento mori − recuerda que has de morir; y quotidie morimur − nacemos para morir y morimos cada día). Es frecente también el tema de la brevedad de la vida a la que se compara con un sueño o con una brever representación teatral (La vida es sueño y El teatro del mundo de Calderón de la Barca). En definitiva, el Barroco ofrece una visión desengañada de la existencia humana, que ya aparecía en la Edad Media. • Estilísticamente, el Renacimiento buscaba la simplicidad expresiva, la sencillez; en cambio, el Barroco se caracteriza por la complicación estilística, con el empleo de un lenguaje muy literario cargado de recursos expresivos como la metáfora, la comparación y sobre todo la antítesis. Las obras barrocas nos ofrecen en un mismo plano lo minúsculo y lo grandioso, lo refinado y lo grosero, lo feo y lo bello; en una palabra, el haz y el envés de la realidad. Ejemplo: Las figuras de Polifemo (monstruo horroroso) y Galatea, Las composiciones filosóficas y las burlescas de Quevedo, Las figuras de Don Quijote y Sancho (idealismo y racionalismo). Tradicionalmente se distinguen en el barroco 2 movimientos o formas literarias: • Culteranismo: cuyo principal representante es Góngora, que se caracteriza por el empleo de un lenguaje muy literario lleno de recursos expresivos como la metáfora, comparación, antítesis, hipérbato, circunloquio El argumento es un mero pretexto para construir un mundo de belleza verbal y sensorial, una forma de evadirse de la miserable realidad de la época; la lengua poética es de extrema dificultad y su comprensión supone un reto intelectual para el lector; la realidad se presenta embellecida por medio de constantes metáforas, símiles en lo que se utiliza un léxico culto, exquisito y colorista. • Conceptismo: pretende expresar el mayor número de conceptos o ideas en el menor número de palabras posibles. Sus representantes más importantes son Quevedo y Gracián. Este último afirma Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Los recursos más empleados en el conceptismo son la dilogía o silepsis (emplear una palabra con doble sentido). Luis de Góngora era un poeta cordobés que representaba el culteranismo o gongorismo. Se ordenó sacerdote, tal vez como un medio de subsistencia para poder dedicarse a la poesía que fue su verdadera vocación. Sus poemas provocaron enconadas polémicas, especialmente con Francisco de Quevedo, su gran rival, con el que intercambió no pocos poemas burlescos. Los temas de Góngora son amorosos, filosóficos y satírico−burlescos. Escribió: • Poemas de métrica popular: letrillas − caído se le ha un clavel; romances − entre los sueltos caballos. • Poemas cultos: sonetos − mientras por competir por tu cabello (parecido al soneto 83 de Garcilaso). • Los grandes poemas cultos: La fábula de Polifemo y Galatea − compuesta por 63 octavas reales, que narra los amores del pastor Acis, y la ninfa Galatea, a la que pretende también el cíclope Polifemo. Cuando el 1 gigante descubre a los jóvenes aplasta con una roca a Acis, a quien los dioses transforman en río, Soledades − es una obra incompleta, escrita en silvas y protagonizada por un joven peregrino que naufraga en una isla. Los dos están fechados en 1613. Francisco de Quevedo era un escritor madrileño, de descendencia noble. Poseía una personalidad polémica que se enfrenta a otros escritores de la época (Góngora). Fue encarcelado dos veces por razones políticas en el Hostal de San Marcos de León. Tras su segunda estancia en prisión muy mermado físicamente, murió en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real). Era antifeminista, misógino y antisemita, defensor a ultranza de los privilegios de su clase social. Un gran conocedor de la sociedad de la época, a la que satiriza en su obra (que trata de distintos temas y pertenece a distintos géneros). Escribió: • Una novela picaresca − El Buscón. • Una obra filosófica − Los Sueños. • Poemas filosófico−morales: tratan sobre el paso del tiempo y la muerte, ante la cual el autor propugna una actitud de serenidad estoica, semejante a la que aparecen en las odas de fray Luis de León. Destacan A de la vida, y Todo tras sí lo lleva el año breve. • Poemas amorosos: composiciones en las que el sentimiento amoroso es tan intenso que perdura más allá de la muerte. Destaca Amor constante más allá de la muerte. • Poemas satírico−burlescos: critican, con comicidad despiadada, tipos sociales (médicos, abogados, sastres, mujeres, carnudos, rivales literarios, figuras marginales, como pícaros o prostitutas), personajes de la mitología o de la poesía épica y vicios y costumbres de su tiempo (el valor otorgado al dinero, la hipocresía). Destacan Poderoso caballero es Don Dinero y Érase un hombre a una nariz pegado (en el que Quevedo critica una gran nariz y al narigudo que la posee. Se cree que podría estar atribuido a Góngora). • En el soneto Miré los muros de la Patria mía, Quevedo resalta el período de decadencia de la nación española. Tema 2: El teatro barroco En el siglo XVII, se crean por primera vez los lugares para ver teatro denominados Corrales de Comedias, porque estaban situados en los patios interiores de las casas. Allí, el público presenció las primeras representaciones teatrales en las que había un escenario sin decoración. En el patio, los espectadores veían la obra generalmente de pie. Os nobles se situaban en los aposentos, la cazuela era el lugar reservado a las mujeres. Los religiosos se situaban en la tertulia y en los desvanes/lunetas/gradas se acomodaban los comerciantes o artesanos con mayores posibilidades económicas. En el patio estaban hombres (mosqueteros: soldados, criados, pícaros). El primer corral de comedias fue el Corral de las Atarazanas inaugurado en Sevilla en 1574. Los más famosos corrales madrileños fueron los de La cruz (1579) y El príncipe (1583). En el siglo XVII, Lope de Vega es el introductor de un nuevo teatro y expone su teoría dramática de la comedia nueva en Arte nueva de hacer comedias que tiene las siguientes características: • Ya no tienen cinco actos (teatro clásico), sino tres, lo que se adapta mejora a la estructura de la obra dramática que tiene introducción, nudo y desenlace. Es un teatro escrito en verso, que rompe con la regla de las tres unidades ya que se mezclan lo trágico y lo cómico. • Hay acciones paralelas, desarrollan argumentos muy variados (tomados de la historia, de la épica, de la Biblia, de la mitología) con dos temas importantes: el honor y el amor. Se entiende por honor la opinión que un hombre o una mujer merecen a los demás, es la reputación o buen nombre que se tiene ante los demás, patrimonio de los nobles y de los limpios de sangre. Se pierde por un insulto, un desprecio o un comportamiento sospechoso de la esposa, la hija o la hermana. Si alguien es ofendido en su honor, la respuesta debe ser la venganza, siempre sangrienta, que termina con la muerte del ofensor. El amor, el sentimiento que surge entre los jóvenes protagonistas entra en conflicto con los rígidos códigos de la honra. La finalidad de la comedia nueva es entretener al pueblo en una época de crisis, y difundir la ideología de la clase dominante: el absolutismo monárquico, la religiosidad tradicional y la limpieza de sangre; con el fin 2 de obtener el orden social y político establecido. • Los grandes autores de la comedia son: Lope de Vega, entre cuyos discípulos destacan Tirso de Molina y Ruiz de Alarcón, y Calderón de la Barca que fue discípulo de Lope pero creo su propia escuela dramática, cuyos discípulos más importantes: Agustín Moreto y Fernando de Rojas y Zorrilla. Lope de Vega (1562−1635) nació en Madrid y tuvo una vida intensa, en la que alternaron grandes pasiones amorosas y períodos de arrepentimiento y de devoción religiosa. El enorme éxito de sus obras de teatro le proporcionó una inmensa popularidad. De su producción dramática se conservan alrededor de cuatrocientas obras, aunque compuso otras muchas. Además, escribió poesía (Rimas sacras) y de novelas (La Arcadia o La Dorotea). Fue el fundador de la comedia nueva, por lo que sus obras reflejan las características de esta exitosa fórmula teatral. El rasgo principal en el teatro de Lope de Vega es la agilidad de la acción. Es autor de obras dramáticas muy importantes. Los llamados dramas de comendadores (tratan de los abusos cometidos por un noble en un entorno rural. En ellos es el rey quien, finalmente, restablece la justicia, favoreciendo a los villanos) −> Peribáñez y el comendador de Ocaña, Fuente Ovejuna y El mejor alcalde, el rey.. En ambas, un comendador es castigado y muerto por perseguir a las mujeres del pueblo, dejando de cumplir la misión ejemplar que debe por ser noble. Estas dos obras y el Caballero de Olmedo se basan en una coplilla popular que el pueblo cantaba, que Lope introduce en la obra y que le sirve para construir el argumento de la misma. Son obras que tratan de la historia y leyenda española. Comedias de capa y espada (presentan enredos amorosos, en un ambiente urbano y pretende, ante todo, entretener) −> La dama boba, El perro del hortelano o El acero de Madrid. Tragedias (terminan con la muerte violenta de los galanes protagonistas) −> El caballero de Olmedo y El castigo sin venganza. Tirso de Molina (1584−1648), seudónimo de fray Gabriel Téllez, nació en Madrid. Fue un fraile mercedario, lo que no le impidió lograr fama como dramaturgo. En 1626 se le prohibió escribir obras profanas (no religiosas). Desempeñó, desde entonces, diversos cargos eclesiásticos, y se concentró en la elaboración de una historia de la Orden de la Merced. Es el continuador de Lope de Vega, respetó los rasgos de la comedia nueva, y destacó por sus personajes femeninos: mujeres decididas e inteligentes que adoptan un papel activo en la defensa de su honra y persiguen a los varones que las han seducido para exigirles que se casen con ellas −> Don Gil de las calzas verdes o La villana de Vallecas. Introduce en la literatura el tipo de Don Juan Tenorio (es un joven conquistador que, tras seducir y abandonar a dos mujeres nobles (Isabela y doña Ana) y a dos villanas (Tisbea y Aminta), es castigado por su comportamiento inmoral), en su obra el Burlador de Sevilla o Convidado de piedra. Juan Ruiz de Alarcón (1581−1639). Nació en la ciudad de Taxco (Guerrero, México) y falleció en Madrid. Su padre era oriundo de la nobleza de cuenca y su madre estaba emparentada con la poderosa familia de los Mendoza. Estudio abogacía en Ciudad de México y a comienzos del XVII viajo a España y obtuvo el título de bachiller de cánones en la Universidad de Salamanca. Trabajó como abogado en Sevilla (1606). En España (1614) trabajó como relator interino del Consejo de Indias, se dedicó a la producción literaria. Fue amigo, y tal vez colaborador, de Tirso de Molina. Al morir gozaba de una posición económica desahogada. Escribió veinte comedias en dos volúmenes (el primero, con ocho, en 1628 y el segundo, con doce en 1634). En el primero entraban: Los favores del mundo o Ganar perdiendo, La industria y la suerte, Las paredes oyen, El semejante a sí mismo, La cueva de Salamanca, Mudarse por mejorarse, Todo es ventura y El desdichado en fingir. El segundo: Los empeños de un engaño, El dueño de las estrellas, La amistad castigada, La manganilla de Melilla, Ganar amigos, La verdad sospechosa, El anticristo, El tejedor de Segovia, La prueba de las promesas, Los pechos privilegiados, La crueldad por el honor y El examen de maridos). Sus obras se caracterizan por su carácter moralizador y el ataque a las costumbres y vicios sociales de la época, en lo que se distinguió del teatro de Lope de Vega. Su originalidad le valió las críticas de los autores de su escuela e intentos de reventar el estreno de algunas de sus comedias (El anticristo). Es el más psicológico y cortés de los dramaturgos barrocos, y sus obras se mueven siempre en ámbitos urbanos. Calderón de la Barca (1600−1681) nació en Madrid, en el seno de una familia perteneciente a la baja nobleza. Con poco más de treinta años el rey Felipe IV lo nombró dramaturgo de palacio. Se ordenó sacerdote en 1651 3 y, desde entonces, llevó una vida de soledad y de recogimiento que contrasta con la apasionada existencia de Lope de Vega. El teatro de Calderón de la Barca (último gran autor del barroco español) se caracteriza por su profundidad filosófica, que se manifiesta en densos y elaborados monólogos. Escribió dramas de honor (en estas obras, las esposas son asesinadas por sus desconfiados maridos sin que hayan cometido realmente adulterio) −> El médico de su honra y El pintor de su deshonra, Comedias de capa y espada (presentan enredos amorosos basados en equívocos o malentendidos con un final feliz) −> La dama duende y Casa con dos puertas, mala es de guardar, Dramas filosóficos (en estas obras, un personaje a quien los astros, al nacer, han anunciado un destino adverso es apartado del mundo para evitar que ese designio se cumpla. Se plante así, el conflicto entre la libertad y el destino) −> La vida es sueño y La hija del aire. Es autor del Alcalde de Zalamea, que es una obra en la que vuelve a tratarse el tema del honor, ya que Isabel, la hija de Pedro Crespo ha sido ofendida por el capitán don Álvarez de Ataide, y al no querer reparar el honor casándose con ella, su padre se venga dándole muerte, pero tienen que venir los Reyes a aprobar que se haya tomado la justicia por su mano, y al final lo premian, nombrando a Crespo alcalde perpetuo de Zalamea. Calderón escribió además autosacramentales, que son piezas dramáticas de carácter religioso que exaltaba el sacramento de la eucaristía y se representaban en las ciudades españolas el día de Corpus Cristi: La cena del rey Baltasar y El gran teatro del mundo. Pero, sin duda, su gran obra es La vida es sueño, Basilio, rey de Polonia encarcela a su hijo Segismundo en una torre porque los horóscopos pronostican que se rebelará contra él. Allí, no tiene más contacto que con su criado Clotaldo. Cierto día, el rey decide llevarlo a la corte, pero se comporta de un modo brutal, entonces lo devuelve a la torre, haciéndole creer que todo ha sido un sueño. El pueblo se amotina contra él y ponen a la cabeza de la rebelión a Segismundo, que acaba personando a su padre y siendo heredero de Polonia (cargo que había sido ofrecido por el rey a su primo Astolfo). Astolfo se casa con Rosaura, con la que se había prometido; y Segismundo, se casa con su prima Estrella. La obra es la tragedia de la libertad, de la que Segismundo ha sido privado y su título nos recuerda la idea barroca de que la vida es algo fugaz/efímero como el sueño. Los personajes de la comedia nueva son, en general, tipos poco individualizados, con rasgos y funciones fijas. • Protagonistas: Galán (es un joven noble, apuesto y enamorado. A veces, el protagonista masculino es un villano, un labrador honrado, limpio de sangre), Dama (es una joven noble, bella e ingeniosa). • Antagonistas: Contragalán (es el rival amoroso del galán, cuando el protagonista es un villano, suele ser un noble que abusa de su poder), Contradama (es la rival de la dama). • Criados: Gracioso (criado y confidente del galán, es el personaje cómico por excelencia), Criada de la dama (es la cómplice de la dama en sus enredos amorosos). • Figuras de autoridad: Padres o hermanos de la dama (son los guardianes de la honra familiar), Rey (aparece al final de algunas obras para impartir justicia). • 4