TEMA: EL PRINCIPIO DEL ESPEJO TEXTO:(1ª Corintios 9:26,27) La primera persona que debemos examinar: “Nosotros mismos” “Lidiar con gente complicada siempre es un problema, especialmente si la persona complicada es uno mismo” ¿Ha conocido a alguien que sea el peor enemigo de sí mismo, que siempre se las arregló para sabotearse, cuando el éxito estaba a su alcance, o que no haya podido mantener un empleo? Algunas de estas personas poseen gran potencial pero siempre se frustran a sí mismas. Claro, esto no significa que todos los que tienen ese problema no salgan adelante en la vida. A veces logran hacer grandes cosas, pero como son su peor enemigo poco a poco van consumiéndose a sí mismos en sus relaciones con otros. 1. Yo soy la primera persona a quien debo conocer: conciencia de uno mismo, La naturaleza humana parece dotar a las personas con la habilidad de medir a todo el mundo excepto a ellos mismos. (Romanos 2:21-24; Efesios 5:15) 2. Yo soy la primera persona con quien debo relacionarme bien: imagen de uno mismo, Si usted no se siente cómodo consigo mismo, no puede sentirse bien en relación con los demás. Si usted no cree en usted mismo, siempre saboteara sus relaciones. (1ª Tesalonicenses 5:18; Lucas 6:45) 3. Yo soy la primera persona que me ocasionara problemas: sinceridad con uno mismo, la mayoría de nosotros somos los causantes de nuestros propios problemas, si pudieras hacer responsable a alguien de nuestros problemas llegaríamos a la conclusión que somos nosotros mismos los responsables. No obstante, podemos salvarnos si estamos dispuestos a mirarnos en el espejo y ser sinceros con respecto a nuestras deficiencias, fallas y problemas. (Proverbios 3:5; Romanos 7:19,20) 4. Yo soy la primera persona a quien debo cambiar: Superación personal, El mundo no cambia, la que debe cambiar es la visión de mi persona hacia el mundo. “Hay una historia del siglo XI de un joven obispo anglicano, cuando él era joven y libre, su imaginación no tenía límites y soñaba con cambiar al mundo. Al volverse más viejo y sabio, descubrió que el mundo NO cambiaria, así que cambio su visión y decidió que solo cambiaría su país, pero después de un tiempo esto también pareció imposible. Al llegar a sus últimos años, en un último intento desesperado, se contentó con cambiar nada más que a su familia y los más allegados a él, pero he aquí que ninguno quiso acceder. Ahora en su lecho de muerte se ha dado cuenta de lo siguiente: -Si tan solo me hubiera cambiado primero a mí mismo, entonces con mi ejemplo habría cambiado a mi familia, a partir de cuya inspiración y ánimo, habría sido capaz de mejorar a mi país, y quien sabe, hasta habría podido cambiar al mundo-”. (1ª Timoteo 4:16; Hechos 20:28) 5. Yo soy el primero que puede hacer una diferencia: Responsabilidad personal. “Uno es demasiado pequeño como para comprender que puede hacer grandes cosas” Ningún logro significativo puede hacerse realidad por medio del esfuerzo individual. Sin embargo, también creo que todo logro significativo empieza con la visión de un individuo. Esa persona no solo posee la visión, sino que también asume la responsabilidad de transmitirla a otros. Si usted quiere hacer una diferencia en este mundo, debe tomar responsabilidad por sí mismo. (2ª Timoteo 2:2; Filipenses 4:8,9)