EL EJERCITO ALEMAN Un Pueblo Aplastado por Dos Enemigos que se Disputan la Hegemonía Por VICTOR ALMAGRO EXCLUSIVO PARIS.- Independientemente de su formal compromiso de contribuir al ejército europeo con doce divisiones, el gobierno de Bonn está preparando la organización de un ejército alemán occidental de 200.000 hombres de tierra, mar y aire. El plan comprende cuatro divisiones blindadas apoyadas por 80.000 soldados de fuerzas auxiliares y una aviación táctica de 1.500 aparatos además de fuerzas navales de defensa. La fuerza aérea tendrá un efectivo de 20.000 hombres y será equipada de aviones cazas a reacción y bombarderos ligeros. Se supone que los aviones serán norteamericanos del tipo conocido como “Sabre”. Los efectivos de la marina serán alrededor de 30.000 hombres utilizando buscaminas y dragueros, patrulleros y contratorpederos y, posiblemente, pequeños submarinos, conocidos con del nombre de submarinos “de bolsillo”. La misión de este nuevo ejército alemán estará limitada a la acción de defensa de la costa alemana y a mantener las rutas de abastecimiento del oeste. Las unidades combatientes constituirán una parte de las divisiones alemanas del ejército europeo, aunque aun no se han resuelto los detalles de su incorporación. La situación económica de esta Alemania dividida no permite la constitución de este ejército sino sobre la base de una total dependencia de sus aliados. La extraordinaria capacidad de trabajo y sacrificio del pueblo alemán no puede superar la amputación de las zonas industriales más productivas del país. La aparente soberanía del gobierno de Bonn, que ha entrado a formar parte prácticamente del Consejo de Europa, esta restringida por su ahogada economía y su particular situación estratégica. La contribución financiera alemana para el mantenimiento de las fuerzas aliadas que la ocupan es uno de los problemas más críticos para el débil gobierno alemán. Los problemas económicos se tornan más difíciles cuando a ellos se suma la resistencia pasiva de todo el pueblo. Los ministros de las naciones occidentales han considerado a Alemania occidental como “región estratégicamente expuesta”. Por lo cual no se le autoriza a producir material atómico o de cierta envergadura técnica. Este tira y afloje entre un gobierno que gobierna poco y una nación a la que le falta la mitad, solo es mantenido por la firme decisión de Estados Unidos de fijar allí el frente occidental. En el “Boletín Oficial/ del gobierno federal alemán, se declara que el nuevo ejercito ha abandonado los métodos prusianos para la disciplina y el entrenamiento de sus soldados. “El nuevo cuerpo de oficiales alemanes deberá compartir las ideas fundamentales de la democracia occidental”. “No se quebrantara el espíritu de los soldados por una disciplina cruel”. “No se transformara en autómatas”. Estas son declaraciones de fidelidad que el comando norteamericano requiere. Pero lo que el pueblo alemán necesita para integrarse como nación, es su unidad económica y política. Estas parciales firmas de tratados de paz y este aparente gobierno soberano no oculta al pueblo que padece el conflicto, la verdadera situación de país ocupado por dos enemigos que se disputan la hegemonía. La clase trabajadora alemana aun no ha pronunciado su palabra. Articulo publicado en el diario Democracia Edición del Sábado 14 de Junio de 1952 Pág. 1