Hitos legislativos históricos en el logro del objetivo de la igualdad de género en Chile.1 La historia de las luchas sociales de las mujeres en Chile, como la de todos los países de América Latina, con independencia de sus contenidos y demandas, puede ser leída a través de cómo estas han hecho valer o conquistado derechos a su favor, lo que permite codificarlas en términos de acción ciudadana. Esa historia, ha ampliado la base social de la ciudadanía e incrementado su ejercicio futuro. El Código Civil chileno de 1855, el Código Civil Francés, a la época de su dictación, y todos los textos legales decimonónicos en general, en materia de familia consideraron al hombre en una condición de superioridad de género y, por lo tanto era incuestionable su condición de jefe de familia, el que decide, el dueño de la mujer y la autoridad última respecto a los hijos. Las bases fundamentales eran las siguientes: incapacidad relativa de la mujer casada; existencia de la potestad marital y por consiguiente subordinación de la mujer al marido; inmutabilidad del régimen económico entre los cónyuges; preponderancia del marido en la administración del régimen de bienes; patria potestad exclusiva del padre y con poderes absolutos; filiación matrimonial fuertemente favorecida; no reconocimiento jurídico de las familias de hecho; no tratamiento diferenciado de la violencia intrafamiliar; adulterio como figura tipificada discriminatoriamente contra la mujer. Esta visión, es la misma que existía en la ideología dominante al momento de dictarse en Chile la Constitución Política de 1980.2 Así, cuando se discutió el 1 Biblioteca del Congreso Nacional. Contacto: Patricia Canales Nettle. Departamento de Estudios Extensión y Publicaciones. Anexo: 1777. Correo: pcanales@bcn.cl <24/05/12>. Serie Minutas Nº 36-12. 2 Veloso Valenzuela Paulina. En: Nuevos principios del Derecho de Familia en función, principalmente de la normativa internacional que emana de los Tratados de Derechos Humanos. Disponible en: http://www.rderecho.equipu.cl/index.php/rderecho/article/view/398/371 2 concepto de igualdad ante la ley3, el miembro de la Comisión de Estudios Constitucionales señor Guzmán, señaló: “Es evidente que la cabeza de familia debe ser el hombre, el padre o el marido (sesión 93). En la misma ocasión el señor Ortúzar agregó: “…tal vez como una derivación de esto puede tener cabida también el problema de la capacidad de la mujer casada-, porque es evidente que la igualdad no puede ser absoluta, ya que en toda organización, en toda célula familiar tiene que haber un jefe que no puede ser otro que el marido o el padre. La autoridad marital, la autoridad paternal, la patria potestad deben mantenerse.” Mirando en perspectiva, la creciente intervención de las mujeres en las faenas industriales, en el comercio y en las profesiones, el desarrollo de su cultura y el cambio en las costumbres, hicieron imperiosa una reforma que se concretó por primera vez en 1925, mediante el Decreto Ley Nº 3284 modificado en 1934 por la Ley Nº 5221, que otorgó a la madre legítima la patria potestad sobre sus hijos no emancipados; derogó todas las prohibiciones e incapacidades impuestas a la mujer por la sola razón del sexo: dio plena capacidad a la mujer casada separada de bienes o cuando el matrimonio haya sido declarado nulo (divorcio a perpetuidad) y creó la institución de los bienes reservados de la mujer casada. Más tarde la ley 7.212 de 1943, y 10.271 de 1952 ampliaron y mejoraron estas reformas. Evidentemente, muchas de las ideas que integraron los Códigos Civiles decimonónicos, han sido reemplazadas por otras, y las que aún continúan vigentes, han sido muy cuestionadas, frente a las tendencias del Derecho Comparado y del derecho que emerge de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos. En materia de educación y emancipación, un hito importante es la Ley de Instrucción Primaria de 24 de diciembre de 1860, que en su artículo 1º establece que ésta será de responsabilidad del Estado y en el artículo 2º señala que será gratuita y comprenderá a personas de uno y otro sexo. En agosto de 1920 se publica la ley Nº 3.654, que estableció la Instrucción Primaria Obligatoria en Chile. Luego vendría la extensión de la cobertura educativa a toda la enseñanza básica y media. El 1877, se dicta el Decreto Amunátegui, que permite a las mujeres acceder a la enseñanza universitaria, preparándose así, en áreas especializadas e integrarse a funciones de mayor reconocimiento en la esfera laboral y dar a conocer las demandas para mejorar las condiciones de su género. La dictación del Decreto Amunátegui, puso en marcha un proceso que se presentó como irreversible: la paulatina y creciente incorporación de la mujer a los sistemas productivos y administrativos nacionales y desde esos espacios, hacer valer su legítima aspiración a lograr la calidad de ciudadanas, esto es, el derecho al sufragio. 3 En: Vol. 3 Actas Oficiales de la Comisión Constituyente. Garantías Constitucionales. Cap. 3. Sesiones 83 a 117. Octubre de 1974 a Abril de 1975. 4 La iniciativa del decreto corresponde al senador liberal y católico Luis Claro Solar que presentó el proyecto en 1912. 3 Antes de 1884 ninguna carta fundamental ni reglamento constitucional prohibió a la mujer chilena ejercer el derecho a voto. Así, la Constitución de 1833 establecía en el artículo 5º “Son chilenos los nacidos en territorio de la República”; en el artículo 7º: “Son ciudadanos activos con derecho a sufragio los chilenos que hubieren cumplido 21 años de edad”, en el artículo 10º: “La Constitución asegura a todos los habitantes de la República la igualdad ante la ley”. Uno de los pocos gestos de repudio de la mujer ante su situación civil, se produjo en 1875, cuando un grupo de señoras de San Felipe, se presentó inesperadamente dispuestas a ejercer su derecho a voto, argumentando que no existe ley que lo impida de acuerdo con la Constitución de 1833.5 El Ministro Ignacio Zenteno, interpelado por la Cámara ante este hecho, respondió que las mujeres podían y debían votar toda vez que ni la Constitución ni la Ley Electoral de 1874 las privaba explícitamente de este derecho. Sin embargo, en 1884 se dictó una nueva ley de elecciones que en el artículo 40, establecía claramente la prohibición de voto para la mujer. En el año 1913, el tema de los derechos políticos para la mujer empezaba a plantearse con mayor preocupación. Los sectores de derecha, tanto conservadores como liberales, concluían que la naturaleza no había capacitado a la mujer para ejercer ese derecho y temía que su intromisión en materias políticas afectara negativamente al hogar, considerado como el centro de la sociedad. La iglesia de la época avalaba estos planteamientos sosteniendo que el papel de la mujer es “predicar el santo evangelio y estar siempre junto a la cuna de su hijo”. Los radicales, estimaban que por el momento la mujer no debía ejercer los derechos políticos, porque no contaba con educación suficiente. Los socialistas compartían la opinión acerca de la educación y planteaban que no era oportuno otorgárselos en esos momentos.6 En 1934 se logra avanzar un paso al dictarse la Ley 5.357 sobre Elecciones Municipales, que reconoció a las mujeres, por primera vez, su derecho a elegir y ser elegidas en el ámbito comunal. Con la finalidad de obtener el voto femenino sin limitaciones, se había fundado en 1933 el Comité Pro Derechos Civiles de la Mujer, que elabora un proyecto de ley sobre derechos civiles. Luego, en 1935, nace el Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena MEMCH, al que se incorporan mujeres pertenecientes a distintos estratos sociales. En 1944 se celebra el Día Internacional de la Mujer, con una reunión efectuada en la Universidad de Chile a la que acuden 200 organizaciones y en la que se acuerda crear la Federación Chilena de Instituciones Femeninas, FECHIF. 5 Eltit Diamela. En: Crónica del sufragio femenino en Chile. Disponible: http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0031311.pdf 6 En: Queremos votar en las próximas elecciones. Historia del movimiento femenino en Chile 1913-1952. Disponible en: http://www.quedelibros.com/libro/54819/Queremos-Votar-En-Las-Proximas-Elecciones-+Chile-1913-1952.html 4 En 1945 la FECHIF presenta ante el Senado un proyecto de ley general de elecciones que cuenta con el patrocinio de senadores de diversos partidos políticos. Después de una muy lenta tramitación, el 8 de enero de 1949, en un acto público en el Teatro Municipal, el Presidente de la República, Gabriel González Videla, firma la Ley Nº 9.292, que autoriza el voto político de la mujer. La presidente nacional de la FECHIF, Ana Figueroa7, en su discurso expresó: “Que la ceremonia que esos momentos se realizaba venía a culminar una lucha tesonera, silenciosa y heroica de la mujer chilena a través de los últimos cincuenta años”. También tributó un reconocimiento a los senadores Arturo Alessandri, Pedro Opitz, Gregorio Amunátegui, Gustavo Jirón, Marmaduque Grove, Rudecindo Ortega, Salvador Allende, Elías Lafferte y Horacio Walker, quienes habían apoyado la ley que en ese momento se promulgaba. Para las elecciones de 1950, la ex intendenta de Concepción Inés Enríquez Froden es elegida diputada. Siendo la primera chilena en ocupar este cargo en la historia republicana de Chile coronando una larga historia de lucha femenina por la reivindicación de sus derechos ciudadanos. En 1952, las chilenas votan por primera vez en una elección presidencial y eligen a la primera Senadora: María de la Cruz. Por último, se puede señalar que la historia de las luchas sociales de las mujeres en América Latina muestra resistencias culturales y políticas enormes, lo que permite concluir, que la constante política de los movimientos de mujeres en el continente ha sido la lucha por el derecho a tener derechos. 7 En: “Queremos votar en las próximas elecciones”. Op cit p. 77.